Vamos por una segunda marcha universitaria

Firmá el petitorio y copemos las calles

20/07/2024

No fue un cuatrimestre más en la UBA y en todo el país. El gobierno de MIlei buscó y busca darle un golpe de nocaut contra la universidad. La respuesta no se hizo esperar: la marcha más grande de la historia reciente del movimiento educativo copó las calles.

 

No obstante, si bien esta movilización logró conquistas que tienen un peso, el conflicto quedó en un impasse cuando aún los salarios docentes se encuentran por debajo de la línea de indigencia (cargo testigo), con una caída del 60% desde que gobierna Milei y cuando los gastos de funcionamiento tuvieron un aumento por única vez en una situación de catástrofe económica. También cuando los tarifazos y la crisis atacan de lleno a la juventud y la clase trabajadora.

 

¿Cómo es que una de las movilizaciones más importantes de la historia argentina reciente no abrió paso a un plan de lucha destinado a derrotar el plan de desguace universitario de Milei y continúa la situación de peligro?

 

Peronistas y radicales

 

Fue el rectorado de la UBA el que decidió levantar unilateralmente la “emergencia universitaria” que regía por las políticas de Milei. La dirección de la universidad hizo un pacto con la motosierra por muy poco: solamente el aumento de los gastos de funcionamiento (un 8% de la partida total).

 

Lo hicieron los radicales, sí. Pero también los del PJ que gobiernan con ellos (Gelpi, el decano, es del peronismo porteño). Estos sectores que arreglaron con Milei recibieron el apoyo también de las gestiones kirchneristas (Filo, Exactas, Sociales), que votaron a favor con la maniobra de mostrar reparos sobre una parte de la declaración.

 

Los radicales llevaron adelante un pacto con Milei y los kirchneristas hicieron un pacto con los radicales y, por ende, también con el gobierno nacional.

 

Fue un golpe a la lucha universitaria: estos sectores trabajaron para cerrarla. Hace unas semanas, ese mismo Consejo Superior votó una “emergencia salarial”, marcando la preocupación por los salarios docentes. Pura demagogia. Si fuera en serio, ¿por qué no convocaron ninguna movilización o medida de lucha e hicieron ese pacto con MIlei?

 

Las autoridades son la vía de penetración de los intereses capitalistas al interior de la universidad, a través de los convenios con terceros, los posgrados arancelados, etc. Pactar con Milei les sirve para seguir en sus lugares de poder y desenvolver los negociados. Los intereses de estudiantes y docentes son otros: el salario, la cursada, las becas, el boleto educativo.

 

Por una segunda marcha universitaria para derrotar el Plan Milei

 

Desde la UJS, entendemos que tenemos que reabrir la pelea educativa desde el arranque del segundo cuatrimestre. No es compatible el Plan de Milei con la Universidad y la indiferencia no es opción.  Esto implica acompañar a nuestros docentes en su campaña por el no inicio, frente al desguace salarial. Necesitamos volver a poner en pie la experiencia de abril, en la perspectiva de derrotar al gobierno nacional.

 

El primer paso es empezar el segundo cuatrimestre reabriendo la lucha que empezamos en el primero. Proponemos una segunda marcha como la que ya hicimos y llevaremos esa propuesta a todos los estudiantes, a sus asambleas, a sus cursos, a sus aulas.

 

Esto traerá consigo otra discusión: qué centros de estudiantes necesitamos en esta etapa. Nuestra respuesta es sencilla: requerimos dotarnos de todas las herramientas del movimiento estudiantil para derrotar el plan motosierra. Nuestra perspectiva de unidad no es con las gestiones que hacen negocios con cajas propias y negocian, hoy mismo, con Milei. Nuestros aliados son los docentes y los no docentes, es decir, los trabajadores de la educación. Necesitamos, entonces, centros de estudiantes con independencia política de esas gestiones, en toda la UBA. El pronunciamiento por esta segunda marcha será un posicionamiento, también, frente a esta tarea.

 

Es necesario entonces poner en pie listas que nucleen a todo el activismo independiente del gobierno y las autoridades. Para esto, hacemos un llamado a toda la izquierda a impulsar listas unitarias en toda la UBA para enfrentar a Milei y a las agrupaciones del rectorado. También a defender aquellos que están en manos de fuerzas independientes.

 

Esta caracterización no vale sólo para las listas las listas impulsadas por el bloque reformista, alineado con el rectorado y lideradas por la UCR-Franja Morada, sino también a las impulsadas por el kirchnerismo (Cámpora, Mella, Evita), alineadas con las autoridades de Sociales, Exactas y filo que levantaron la mano en el consejo superior para votar el levantamiento de la emergencia presupuestaria.

 

Nuestra defensa del planteo de la independencia política, vale decir, tiene un contenido concreto. Necesitamos centros que estén codo a codo con el movimiento obrero, el movimiento piquetero. Queremos centros que estén con los laburantes del SUTNA contra los despidos en FATE, centros que peleen de la mano con el movimiento piquetero perseguido por el gobierno de Milei, centros que defiendan los puestos de trabajo frente a los despidos. Queremos centros que defiendan la perspectiva de la huelga general para derrotar el plan de guerra del gobierno nacional.

 

Este planteo, a su vez, se traslada en un programa: triplicación del presupuesto y su indexación al IPC, recomposición del 100% para los docentes y no docentes, aumento de la beca progresar a $100.000, boleto educativo gratuito.

 

Podríamos resumir la situación en pocas palabras. Es Milei o la Universidad. El segundo cuatrimestre nos tiene que encontrar del lado correcto, con la política adecuada.

Por una segunda marcha universitaria

Abajo el pacto del rectorado y las gestiones de la UBA con Milei

Recuperemos lo centros de estudiantes de manos de rectorado y las gestiones

Por la huelga general para derrotar el Plan de Milei

 Unión de Juventudes por el Socialismo – Partido Obrero

Reagrupemos las fuerzas internacionalistas para luchar por una salida revolucionaria a la barbarie capitalista

El lunes 24 y martes 25 de junio se llevó a cabo en Buenos Aires una reunión internacional de organizaciones que discutió la guerra imperialista, la crisis capitalista y estableció un plan de acción. Participaron delegaciones de diez países y, como corolario, se desarrolló un gran acto en el auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) el día miércoles 26.La reunión contó con representantes del Partido Obrero (Argentina), la Tendencia Internacionalista Revolucionaria –TIR- y SI Cobas (Italia), el Partido Socialista de los Trabajadores (SEP, de Turquía) la Corriente Nueva Izquierda por la Liberación Comunista (NAR, de Grecia), la Fuerza 18 de Octubre (Chile), la Agrupación Vilcapaza (Perú), Tribuna Classista (Brasil), el Comité de Frente Unico por un Partido Laborista (UFCLP, de Estados Unidos), Comunistas (Cuba) y un compañero de España. Las deliberaciones transcurrieron pocas horas después de finalizado el XXIX Congreso del Partido Obrero, al que muchas de las organizaciones mencionadas asistieron como invitadas.A continuación, compartimos el llamamiento elaborado por la reunión internacional.

05/07/2024

Para detener la carrera hacia el abismo, ¡organicemos la oposición a la guerra y a la economía de guerra!

Las organizaciones que hemos participado del encuentro internacional en Buenos Aires el 24 y 25 de junio y que suscribimos el presente llamamiento hacemos llegar a los trabajadores y la juventud del mundo las siguientes conclusiones.

A dos años de la guerra en Ucrania, el conflicto entre los dos bloques reaccionarios que se enfrentan en esta guerra imperialista sigue lejos de resolverse. Tanto Putin en Rusia, como el régimen títere de la Otan de Zelensky en Ucrania reflejan intereses capitalistas de dominación social y nacional.

La guerra ha causado al menos 110 mil muertos, y más de medio millón de heridos. Pero el combate sigue empantanado. Y el permiso de las potencias de Occidente de usar sus pertrechos militares para atacar objetivos en Rusia ha tenido como respuesta de Putin la posibilidad de golpear objetivos europeos con armas nucleares.

Macron y otros dirigentes europeos avanzan en la idea de mandar tropas propias a la batalla para evitar el colapso del frente ucraniano, que aparece como una posibilidad cada vez más cierta. Biden, Putin, Macron, Scholz y Zelensky llevan a la humanidad a una dinámica de acciones y reacciones que nos acerca más que nunca a la Tercera Guerra Mundial.

Los recursos millonarios invertidos por la Otan, y reclamados por supuestos  demócratas e izquierdistas claramente no han reforzado una realidad de libertad, independencia y autonomía en Ucrania, sino que han reforzado su subordinación económica, política y militar a Estados Unidos y Europa, que es el resultado último de un furioso enfrentamiento entre los oligarcas ucranianos pro-Rusia y pro-Otan que, también a través de la guerra, han convertido a Ucrania en un Estado fallido. La reciente “cumbre por la paz y reconstrucción de Ucrania” tiene como contenido real, más que el negocio de la reconstrucción (aún lejano), empujar a los países europeos a reforzar al máximo su compromiso directo con la guerra.

De ambos lados de la frontera los regímenes represivos usan al chauvinismo y la militarización para perseguir a quienes osan protestar contra esta guerra demencial y a quienes se organizan para defender las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera. La perspectiva leninista del derrotismo revolucionario es la única posición que expresa la oposición a los fines reaccionarios de los dos bandos. Una paz en manos de Zelensky-Otan y el círculo de poder de Putin será también a costa de un mayor sometimiento e imposiciones contra los dos pueblos. Solo rebelándose contra la continuación de la guerra y con la sublevación contra estos gobiernos los trabajadores ucranianos y rusos podrán conquistar su libertad de la opresión capitalista y la verdadera paz.

El genocidio palestino y la tendencia a una guerra regional

El estremecedor proceso de limpieza étnica que conducen las Fuerzas de Defensa Israelíes en la Franja de Gaza tiene pocos antecedentes en la historia. Hay que remitirse por lo menos a Ruanda o a los Balcanes, todos casos que la hipócrita “comunidad internacional” imperialista no dudó en catalogar como crímenes de guerra contra poblaciones civiles.

El bombardeo que ha arrojado ya 75 mil bombas y proyectiles sobre Gaza ha destruido las ciudades, escuelas, hospitales, mezquitas y universidades y ha masacrado a 40 mil palestinos, ante la desesperación de una masa creciente de la población mundial conmovida por el genocidio que Netanyahu ejecuta, financiado y asistido por Estados Unidos y Europa occidental. Cada supuesto límite que Biden colocaba en su discurso, como que una invasión a Rafah significaba el corte de asistencia, se ha revelado como una mentira. La gran ciudad de Rafah ha sido también destruida y la ayuda occidental sigue sosteniendo a Israel. Tampoco han cambiado la situación las votaciones en la ONU o los fallos de la Corte Internacional de Derechos Humanos.

La operación, sin embargo, no es considerada un éxito por sus propios ejecutores. No han rescatado al conjunto de los rehenes en manos de la resistencia palestina desde hace 8 meses y, sobre todo, no ha quebrado la capacidad operativa de esta resistencia, a pesar de la devastación generalizada. La continuidad de la lucha palestina entre los escombros, a través del cerco militar que impide la ayuda humanitaria más esencial y el abastecimiento de combustible y energía, retroalimenta la lucha por Palestina en el mundo entero, con su enorme dignidad y heroísmo.

La tendencia de Israel de transformar el genocidio en Gaza en un conflicto regional, que incluye operaciones en Irán, Líbano, Siria y Yemen se condice sólo parcialmente con los objetivos del imperialismo norteamericano de reorganizar las relaciones de poder en toda la región, como se buscó, por otras vías, con los acuerdos de Abraham. Indudablemente el intercambio de misiles entre Israel e Irán, por más limitado o de baja intensidad que haya sido, muestra lo cerca que se encuentra la situación del estallido de una guerra de otro alcance. Fuerzas norteamericanas y europeas funcionan también como auxiliares de Israel en los intercambios de misiles con Irán o los choques con los hutíes. Han limitado que se inicie una guerra abierta hasta ahora por los límites que puso el propio imperialismo norteamericano, temeroso del resultado de una guerra de ese tipo. Sucede que la causa palestina es abrazada por las masas, a pesar de la actitud abiertamente colaboracionista de la mayoría de los regímenes políticos burgueses de Medio Oriente. Un conflicto generalizado puede desestabilizar a los propios aliados occidentales de la zona.

No hay bando capitalista democrático, multilateral ni antiimperialista

Otro de los puntos que caracterizan la acción de EEUU, así como de la reciente reunión del G7, es la preparación de las hostilidades con China, armando a Taiwán para reforzar su defensa y actuar como una eventual base de operaciones navales y militares contra China y conformando un cerco naval junto a países aliados -en primer lugar Japón con su plan de rearme acelerado.

Estos tres países, Israel, Ucrania y Taiwán, han sido definidos por “Genocide Joe” Biden como los ejes de reorganización internacional que considera necesaria para garantizar “la libertad y la democracia”, que es un eufemismo para decir el alicaído sistema de relaciones internacionales que tiene a su país como eje ordenador. Estados Unidos retrocede en su dominación. Se han visto obligados a levantar barreras proteccionistas cada vez más altas para intentar proteger lo que queda de su industria e intentar “Make America Great Again”. El dólar pierde fuerza como moneda común mundial, como se expresa en la valorización relativa del oro. Los bonos de la deuda norteamericana se desvalorizan. También ha caído su porcentaje de participación en el producto bruto mundial. Ha sufrido retrocesos político-militares en puntos de intervención prolongada como Irak, Afganistán y Siria. Pero, a pesar de ello, siguen siendo la mayor potencia capitalista del mundo y no tienen intención de renunciar pacíficamente a su posición de potencia dominante.

Las guerras crecientes marcan la tendencia a una guerra mundial. Un siglo después, la historia le sigue dando la razón sobre el sistema imperialista al revolucionario Lenin, que veía que trae una creciente situación de catástrofes, guerras y revoluciones, y no al reformista Kautsky, que imaginaba una globalización imperialista pacífica, que superaría las tensiones nacionales. Las grandes potencias capitalistas intentan dar una salida a la crisis capitalista, a la sobreproducción y la caída de su tasa de ganancia con la rapiña y el saqueo militar. El gasto militar está en un récord mundial. Pero puede haber todavía muchas crisis y la configuración actual de las fuerzas no es para nada la única posible.

Trump, candidato favorito para volver a la Casa Blanca, es partidario de un acuerdo con Putin, repartiendo a Ucrania en zonas de influencia y concentrando el conflicto en China. Lo mismo pasa con la ultraderecha que ha crecido en el Parlamento Europeo y que es incorporada por los partidos tradicionales a acuerdos parlamentarios de gobierno por encima de los supuestos “cordones sanitarios”. Estados Unidos ha actuado en años recientes para quebrar la Unión Europea, recibiendo a la Inglaterra del Brexit como socio preferencial y ha volado el gasoducto Nordstream, encubriendo un acto de guerra contra la industria y economía alemana como parte de la guerra con Rusia. Que la presidencia de la principal potencia del mundo vuelva a disputarse entre dos ancianos criminales de guerra con un largo historial de corrupción personal y que ya han tenido sobrada oportunidad para mostrarse como enemigos de su pueblo y del mundo es una muestra incluso física del carácter senil y descompuesto de la “democracia” imperialista.

El retroceso de las fuerzas que han capitaneado por décadas la Unión Europea es consecuencia de la experiencia que han hecho las masas. La unidad europea ha sido y es una máquina institucional de protección de los intereses capitalistas contra todos los proletarios de los países a los que pertenecen, con un plus de opresión reservado a los países de menor fuerza, como se pudo ver con la crisis de deuda y el gobierno de la Troika impuesta en su momento a Grecia, es decir, a la masa de trabajadores griegos. Hoy, la orientación de austeridad e inflación impuesta por la orientación guerrerista de la UE ha desgastado a la mayoría de los partidos y gobiernos que lo han promovido. El refuerzo de la presión imperialista de Francia y otras potencias europeas para dar salida a sus dificultades ha llevado a nuevos choques militares con gobiernos contrarios al colonialismo francés en África, así como a una rebelión en su colonia de Nueva Caledonia. Rechazamos a la Unión Europea como organismo imperialista, pero no desde el punto de vista del “soberanismo” que promueve una política imperialista más autónoma, sino desde el punto de vista de levantar contra ella la lucha por gobiernos de trabajadores y la unidad internacional de los trabajadores en Europa y todo el mundo.

La división del mundo en “democracia” y “totalitarismo” es pura propaganda. Lo que existe es la rivalidad interimperialista y los choques por el reparto del mundo de los que participan, a su medida, el conjunto de los estados capitalistas. Es en defensa de su lucro que se libran las guerras y se desencadenan las catástrofes, no de ideales o valores.

Debe ser clarificada la falacia de imaginar a los países llamados “emergentes” o BRICS como un centro de transformación internacional contra el orden imperialista. No constituyen un frente homogéneo. India es un socio militar de Estados Unidos en sus acciones militares preparatorias contra China, en teoría su socio dentro del BRICS. El Brasil de Lula ha archivado todo plan de articulación regional en un momento de extrema presión estadounidense sobre Latinoamérica.

Los oligarcas de Rusia y los burócratas de China han montado enormes negocios capitalistas en sociedad con los imperialistas de Occidente y sus choques actuales solo se relacionan con cómo se obtienen y se reparten las ganancias. Asociar a las potencias capitalistas gobernadas por el PC Chino o la oligarquía de Putin con una impronta antiimperialista o de pasaje a un mundo “multilateral” de relaciones horizontales entre las naciones y con una menor opresión nacional es completamente falso. Son regímenes profundamente opresores de sus clases obreras, de las minorías nacionales y las naciones vecinas.

El proceso de restauración capitalista en Cuba no ha dado lugar a ningún desarrollo económico. Al revés, se procesa un tremendo ajuste contra el pueblo trabajador, que contrasta con los privilegios de burócratas, empresarios y el negocio turístico. Nos oponemos al embargo estadounidense y a las intervenciones imperialistas contra Cuba, lo cual no debe ser una excusa para dar pasos hacia la economía capitalista y la opresión contra el pueblo. Apoyamos las explosiones sociales genuinas que se generan contra la miseria y los abusos en Cuba y exigimos la liberación de los presos de la rebelión por hambre del 11 de julio de 2021.

La unidad y solidaridad de los pueblos explotados por el imperialismo no vendrá de la mano de gobiernos capitalistas. Como han demostrado los gobiernos capitalistas opresores en América Latina u Oriente Medio, el capitalismo y las burguesías nacionales no son capaces de enfrentarse a las potencias imperialistas ni de resolver las tareas democráticas hasta el final. Sólo la unidad socialista de los oprimidos y de la clase obrera internacional puede cumplir plenamente estos deberes históricos.

Crisis capitalista, guerras y ofensivas antiobreras

La etapa de guerras, ofensivas contra la clase obrera y políticas de austeridad que se desenvuelven en el mundo no son una versión moderna de las diez plagas bíblicas. Tienen todas como origen común una crisis agravada del sistema capitalista.

La crisis capitalista del 2008, con eje en Estados Unidos, a diferencia de crisis previas con epicentro en la periferia, no ha sido nunca superada del todo. Asistimos a una recesión larga, que solo ha logrado establecer mesetas temporarias. Los enormes rescates estatales a bancos, fondos financieros y empresas privadas en 2008 y 2020 dejaron un nivel de endeudamiento enorme en los Estados y en las empresas, sin recomponer los niveles previos de ganancia ni productividad. Gran parte de las empresas capitalistas de Estados Unidos son zombies, con un nivel de deuda impagable, mantenidos vivos por una política de subsidios y rescates estatales.

El endeudamiento tiene como correlato las políticas de austeridad contra los servicios públicos, las jubilaciones y los salarios. Lo mismo vale para el enorme gasto militar, que es un respirador artificial que impulsa la economía capitalista a costa del Estado.

El crecimiento económico y el comercio en el mundo han caído fuertemente, mostrando una tendencia a la recesión internacional. Esto se suma a la fuerte inflación internacional que precede a la guerra. La desaceleración económica domina el mercado internacional. El crecimiento económico chino, que por muchos años actuó como “locomotora” se viene  desinflando  progresivamente. La posibilidad de una depresión económica internacional es exacerbada por la reanudación cada vez más amplia de las políticas proteccionistas.

Las guerras son el método por excelencia del sistema capitalista ya que son capaces de destruir la sobreproducción de mercancías y la instalación de capacidad productiva excedente a escala global. Se trata de la extensión de la acción estatal en defensa de sus burguesías nacionales, por la vía de la intervención estatal en la economía, guerras comerciales y proteccionismo, al saqueo liso y llano, y al control de la reconstrucción de las naciones arrasadas.

Polarización social y volatilidad política

Gobiernos patronales de todos los signos políticos, conservadores, populistas, “progresistas” o reaccionarios, intentan descargar la crisis capitalista sobre las condiciones de vida de los trabajadores. Esta polarización social y concentración económica ha dado lugar a choques sociales crecientes, que han dado incluso lugar a ciclos de rebeliones populares. Hemos tenido ciclos de fuertes choques en Francia, en los suburbios de las grandes ciudades, que han sucedido a grandes revueltas contra la policía racista de Estados Unidos en 2020, a la Primavera Árabe, los heroicos levantamientos en Irak e Irán y las rebeliones latinoamericanas de 2019-2021. Tenemos también fenómenos de huelgas obreras importantes como no se veía hace años en Francia, Alemania, Inglaterra o Estados Unidos, aunque se han mantenido dentro del nivel de los sindicatos. Recientemente, un levantamiento popular extraordinario en Kenia ha logrado revertir una ley impuestos agresiva dictada por el FMI que el gobierno había aprobado en el parlamento.

En estos choques sucesivos se ha ido desgastando la capacidad de gobierno y de contención de los regímenes políticos y en particular los partidos tradicionales de la burguesía. Pocos gobiernos han tenido posibilidad de renovar sus mandatos o incluso, en muchos casos, de poder concluirlos. Entre rebeliones, golpes y caídas de gobiernos se han constituido nuevas fuerzas, en muchos casos improvisadas o nucleadas alrededor de candidatos individuales o outsiders. Hemos asistido al ascenso de centroizquierdistas y nacionalistas “populares”, como los de las sucesivas “olas rosas” latinoamericanas, que hoy tienen un punto fuerte en la victoria de Claudia Sheinbaum en México.

La descomposición del sistema político burgués tradicional ha engendrado también un movimiento creciente de ultra-derecha, o una derecha cada vez más agresiva, que tiene una fuerte apuesta en la vuelta de Trump a la Casa Blanca, en la victoria de Milei en Argentina, o de Meloni en Italia así como en los resultados del partido de Marine Le Pen en Francia, que llevaron a Macron a convocar elecciones anticipadas. Estas fuerzas constituyen un bloque heterogéneo en sus posiciones económicas, o de relaciones internacionales. Pero tienen dos puntos en común, que están íntimamente ligados.

En primer lugar, es una ultraderecha que es partidaria de radicalizar los métodos represivos para perseguir y quebrar al movimiento obrero, a la izquierda y a los movimientos de los oprimidos. No disponen de fuerzas de choque civiles al estilo del fascismo o nazismo clásicos ni han logrado imponer regímenes de partido único. Pero expresan la tendencia en la democracia capitalista de generalizar el espionaje, la represión y persecución legal a una escala extendida.

Milei en Argentina es una expresión de esta tendencia. Su gobierno quiere destruir a la vanguardia de la clase obrera antes de que llegue a montarse una oposición de masas que pueda derrotar a su gobierno. Por eso ha montado un régimen de represión, espionaje, persecución legal y mediática contra el movimiento piquetero de desocupados, contra la izquierda y, en particular, contra el Polo Obrero y el Partido Obrero. El encarcelamiento de los militantes obreros y de izquierda en Turquía luego de las movilización del Primero de Mayo, las decenas de causas penales contra SI Cobas y el movimiento de desocupados 7 de Noviembre en Italia, muestran que esta tendencia a la persecución judicial contra los militantes revolucionarios de la clase obrera es un fenómeno internacional. También en Ucrania, donde el joven Bogdan Sirotiuk fue encarcelado por Zelensky, como muchos otros, por declararse “trotskista”. Llamamos a enfrentarlo con una campaña de solidaridad obrera internacionalista contra cada militante judicializado o encarcelado por el Estado.

En segundo, todo ellos, incluyendo a los que vienen directamente del nazismo y fascismo del siglo XX, son fanáticos del Estado sionista de Israel y del gobierno de Netanyahu que lleva adelante la limpieza étnica en Gaza. Los partidos de extrema derecha han sido los animadores de las hipócritas marchas “contra el antisemitismo” que buscan amedrentar al movimiento que se opone en el mundo al genocidio sionista.

Ambos aspectos están unidos. Israel expresa, en sí mismo, la reacción en toda la línea. Es la vanguardia imperialista. Y, en su accionar violento contra la disidencia interna y el pueblo palestino, es el modelo  a emular para todos los pequeños candidatos a dictador. No es casual que Milei haya cerrado su campaña electoral ondeando una bandera israelí.  Es esclarecedor que el principal sostén de esta acción militar ejemplo de la ultraderecha del mundo sea en este momento el ala “demócrata” y “progresista” de la burguesía imperialista yanki con Biden.

El carácter de reacción concentrada indisimulable del genocidio en Gaza ha generado también la reacción contraria. La lucha contra el genocidio en Palestina ha sido tomada en sus manos por sectores de la juventud y la clase obrera en decenas de países en un movimiento de masas radicalizado que no se ha visto en décadas. Se han realizado importantes acciones obreras para entorpecer las operaciones militares de la Otan en Ucrania y Palestina. La extensión de la ocupación de universidades en Norteamérica en apoyo a Palestina es similar a la del movimiento contra la Guerra de Vietnam en 1968, y se ha extendido a sectores del movimiento sindical, cosa inexistente en el pasado.

Dada la experiencia histórica que tenemos a nuestras espaldas, es un terrible e injustificable error el uso de la amenaza de la ultraderecha para reflotar los frentes de colaboración de clase con la burguesía “democrática” con la excusa de “enfrentar el fascismo”. El llamado “progresismo”  se ha revelado impotente para frenar a la ultraderecha; ha terminado amparándola y cediendo ante ella, pavimentando el terreno  para su progreso y su acceso al poder. No ignoramos el auge de la ultraderecha y de corrientes fascistas, incluso dentro del propio Estados Unidos, donde es respaldado por formaciones fascistas y sectores de la burguesía. Pero el fascismo, allí donde pudiera resurgir, solo puede ser derrotado con el frente único  de las organizaciones de la clase obrera y de las masas oprimidas populares. Con las huelgas, las manifestaciones de masas y la unidad en la lucha. El reciente intento de golpe de Estado en Bolivia muestra que la única herramienta a nuestro alcance para destruir estas ofensivas es el llamado a la huelga general y la movilización independiente de la clase obrera. El desastre y el retroceso de las condiciones de vida generado por las variantes “democráticas” de gobierno burgués son las que generan el ascenso de la ultraderecha, no son el medio que servirá para derrotarla.

La formación de un Nuevo Frente Popular en Francia, que reflota la vieja fórmula de frentes de colaboración de clases, es una nueva propuesta de atar la reacción obrera y juvenil contra la ultraderecha a los viejos aparatos reformistas y parlamentarios, desde una perspectiva política nacionalista y chovinista. El Nuevo Frente Popular se conforma “contra Le Pen” y como tal implícitamente apunta a competir con Macron a ver cuál de los dos bloques coloca el primer ministro y conformar gobierno juntos. Justamente cuando Le Pen ha podido canalizar el desgaste de un régimen de austeridad, ataque a los trabajadores, jubilados, inmigrantes y de promoción de la guerra imperialista. El camino para enterrar a la ultraderecha es la organización de los trabajadores con independencia del Estado, no volver a promover su seguimiento a la socialdemocracia y los partidos tradicionales que han sido la columna vertebral permanente de la Unión Europea del imperialismo, la austeridad, la guerra y la Otan.

Reagrupar a la izquierda revolucionaria e internacionalista

La barbarie que genera esta etapa de capitalismo decadente no se limita de ninguna manera a la represión estatal, las guerras y la pobreza. La búsqueda de ganancia capitalista en otros rubros frente al estancamiento de la productividad transforma en grandes industrias al narcotráfico, la prostitución y la trata de personas, con consecuencias sociales desastrosas. El racismo, la doble opresión de la mujer tanto en su carácter de mujer como de trabajadora, la persecución al colectivo LGBTQ, reaparecen virulentamente como la ideología de la defensa de los privilegios de las clases dominantes y el status quo capitalista amenazado por sus crisis. Apoyamos las luchas de las mujeres trabajadoras y del colectivo LGBTQ por sus derechos laborales y civiles.

La organización anárquica de la producción en función de lucros empresariales en competencia, en vez de planificada para el bien común es el marco del desarrollo del calentamiento global y otras expresiones del desastre ambiental que está generando este sistema social. Millones viven sin las elementales condiciones de urbanización, transporte e higiene que el desarrollo de la humanidad hace posible y que una economía planificada pondría al alcance de todos.

Pero frente a este presente distópico, toda la historia del movimiento obrero, el análisis científico de la realidad y un balance de nuestra experiencia internacional de lucha nos brinda un optimismo revolucionario que nos fortalece y sostiene en la lucha. La fuerza de la clase obrera y los explotados se abre paso, se levanta contra las condiciones de explotación y los gobiernos de sus enemigos de clase. Expresa la necesidad histórica de superar una situación insoportable.

En estos años miles han salido a luchar a las calles, en rebeliones y movimientos de masas. Asistimos en Francia a la huelga general más importante desde 1936. Las movilizaciones de masas por George Floyd en Estados Unidos en 2020 o las que tiraron a Mubarak en Egipto están entre los movimientos de lucha más masivos en la historia de la humanidad. Otros miles han buscado modificar el sistema apoyando a fuerzas políticas que hablan en nombre del “socialismo”. Las direcciones de la izquierda integrada al sistema, junto a las de la burocracia sindical integrada al Estado, han jugado un rol sistemático de desmovilización e integración al régimen político de la rebeldía y el reclamo de transformación social e incluso revolución de estos miles de jóvenes y obreros. DSA en Estados Unidos, Boric en Chile, Petro en Colombia, entre tantos otros, han servido para canalizar hacia el sistema estas ansias de transformación, cooptando organizaciones de lucha y llevando a amargas frustraciones a estas experiencias de rebelión.

Este proceso de integración al Estado ha pegado un nuevo salto justo cuando la catástrofe capitalista es puesta al desnudo de cara a millones, con la extensión de las guerras de rapiña imperialista.

En 2022, una gran parte de las organizaciones que se reivindican revolucionarias tomaron frente a la invasión rusa a Ucrania, una posición de emblocamiento con uno de los bandos reaccionarios en el conflicto. Bajo la mentira de que las tropas organizadas por la Otan podían ser compatibles con una pelea por “autonomía” o “independencia nacional”, constituyeron una pata izquierda de la campaña militar de Occidente para penetrar en Europa del Este, con una variante de su campaña de argumentos democráticos. Algunos fantasean con una guerra “dual” que es por un lado imperialista y de la Otan, a la que no apoyan, y por otro, de liberación nacional, a la que apoyan. Pero tal dualidad solo existe en su cabeza. El régimen de Zelensky es tan independiente de la Otan como lo era Vietnam del Sur de las potencias occidentales. Por  otro lado, otro sector de la izquierda usó argumentos campistas para respaldar la invasión de Ucrania ordenada por Putin, que claramente no tiene objetivo progresivo alguno.

En 2023 el levantamiento de la resistencia palestina y el subsiguiente comienzo del genocidio en la Franja de Gaza, que generó una reacción de masas significativa en todo el mundo, no tuvo, sin embargo, una respuesta homogénea tampoco entre la izquierda. Hay quienes respondieron con pacifismo, y tomando distancia de la resistencia palestina, aún entre quienes reclaman un cese al fuego y el fin de los bombardeos.

Es un profundo error negarse a dar apoyo a un pueblo oprimido y sus organizaciones cuando chocan con el imperialismo y un enclave suyo como es el Estado sionista, excusándose en las profundas diferencias estratégicas y programáticas que separan a los revolucionarios de las organizaciones religiosas o nacionalistas. Allí donde existe una lucha nacional, como indudablemente existe en Palestina, los revolucionarios podremos pelear por la dirección de esa lucha, para llevarla a la victoria con una estrategia socialista, solo sobre la base de una participación plena en todas las etapas del combate. Sin embargo, los revolucionarios siempre mantienen su independencia de la clase dominante y utilizan abiertamente la propaganda socialista para poder ser una alternativa para los pueblos oprimidos, en lugar de la hipocresía de los reaccionarios líderes islamistas y nacionalistas de Oriente Medio. Los internacionalistas formamos parte de un movimiento general y elegimos el lado del pueblo oprimido y su derecho a defenderse con todos los medios a su alcance para emprender esa lucha contra el imperialismo y sus engendros.

En términos de apoyo incondicional a la resistencia palestina, muchísimas organizaciones de izquierda han quedado a la derecha de los miles de estudiantes que ocupan las universidades contra el genocidio. Y también entre las organizaciones que más simpatizan con Palestina, muy pocas comprenden lo decisivo que es el levantamiento general de las masas explotadas del mundo árabe y de Oriente Medio para la victoria de la causa palestina.

Estas múltiples contradicciones han seguido aumentando la fragmentación en el campo de la extrema izquierda. Incluso hay quienes apoyan a Zelensky y al mismo tiempo condenan a Netanyahu, pretendiendo desconocer el explícito hilo conductor que ata a ambos emprendimientos militares sostenidos por la Otan, cuyas partidas presupuestarias se tratan de manera conjunta en los parlamentos y las cumbres de los países imperialistas.

Necesitamos una herramienta de la clase obrera para pelear por una estrategia revolucionaria que pueda llevar a la victoria a nuestras luchas, a las próximas rebeliones. Necesitamos una fuerza obrera que pueda contrarrestar la violenta campaña de embrutecimiento y chovinismo con la que la burguesía quiere emborrachar a los pueblos.

Nos hemos ido reuniendo, discutiendo, tomando resoluciones e iniciativas comunes, practicando la solidaridad proletaria, entre un creciente número de organizaciones que, aún con diferencias políticas y viniendo de tradiciones distintas, nos reconocemos en un campo común de internacionalismo e independencia frente a los problemas políticos centrales de la etapa. Podemos seguir avanzando en esta práctica de unidad para dar un salto en el reagrupamiento de los internacionalistas. Estaremos sin duda haciendo un aporte para constituir los partidos de combate de la clase obrera y la internacional revolucionaria que necesitamos para poder transformar nuestras luchas en victorias.

– ¡Detengamos la guerra Otan-Rusia en Ucrania! ¡El enemigo está en casa! Unidad de los trabajadores de ambos lados de la frontera. ¡Abajo los gobiernos responsables de la guerra!

– ¡Alto al genocidio en Gaza, Palestina libre! ¡Apoyemos la resistencia palestina! ¡Alto a la opresión nacional, racial, étnica y religiosa en todas partes! Por un boicot obrero internacional a Israel.

– Libertad a los presos políticos en todos los países. Basta de persecución al movimiento obrero, la izquierda y los movimientos anti-bélicos.

– ¡NO a la carrera armamentística y a la economía de guerra! ¡Salud y educación gratuitas para todos!

– Contra las reformas laborales y jubilatorias antiobreras

– Por una escala móvil de salarios que impida que la inflación destroce nuestras condiciones de vida.

– Nacionalización bajo control obrero de las industrias que cierren o realicen despidos masivos. Reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario ¡Trabajar menos, trabajar todos!

–Abajo la Unión Europea imperialista. No al soberanismo nacionalista. Por la confraternización de los trabajadores de Europa, incluida Rusia, contra la guerra imperialista.

– ¡No a la injerencia imperialista en Sudán, Congo Khinshasa y en todas partes! Condenamos la injerencia colonialista francesa en África Occidental y la de todas las grandes potencias en el continente.

– Independencia de Puerto Rico, Nueva Caledonia y todos los territorios coloniales.

– ¡No a la opresión de los kurdos! Por el derecho a la autodeterminación de todos los pueblos oprimidos.

-¡Abajo los dictadores reaccionarios de Oriente Medio! ¡Lucha de clases contra el derramamiento de sangre racial y religioso! ¡Viva el Oriente Medio socialista!

– ¡Abajo el nacionalismo chovinista y la xenofobia! ¡Internacionalismo obrero!

– Por una sociedad sin explotación ni guerra, de armonía entre la humanidad y la naturaleza.

– Por gobiernos de trabajadores, revolución social anticapitalista y el socialismo internacional.

Proletarios de todos los países y oprimidos del mundo entero, ¡unámonos!

 

Partido Obrero (Argentina)

Tendenza Internazionalista Revoluzionaria (Italia)

NAR (Grecia)

SEP (Turquía)

Fuerza 18 de Octubre (Chile)

Tribuna Classsista (Brasil)

Comunistas (Cuba)

Agrupacion Vilcapaza (Perú)

Inqilabin Sesi (Azerbaiyán)

UFCLP (Estados Unidos)

Acción Roja – Iniciativa Roja (Serbia-Croacia)

S.I. Cobas (Italia)

Laboratorio Político Iskra (Italia)

A los trabajadores y al pueblo

Declaración política del XXIX Congreso del Partido Obrero.

03/07/2024

Seis meses de gobierno de Milei han sido más que suficientes para establecer un veredicto  categórico: en la Argentina se ha instaurado un régimen completamente antiobrero, antinacional y profundamente represivo.

La orientación social del gobierno quedó en evidencia desde el minuto uno de su asunción.

La megadevaluación del peso ejecutada en diciembre por el ministro Caputo y la consecuente disparada inflacionaria, recortaron sensiblemente el poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones. Junto con ello, de la mano de la “motosierra”, la “licuadora” y la recesión económica, se concretaron centenares de miles de despidos en el sector público y privado. Así, el gobierno creó -en tan solo los tres primeros meses del año- 3,2 millones de nuevos pobres. Hoy, más de la mitad de la población argentina se encuentra en la pobreza y un 18% sumergida en la indigencia.

Este ajuste brutal ha servido para incrementar los beneficios de los capitalistas, que han ganado fortuna en estos meses, pero de ninguna manera para abrir una salida a la bancarrota del país. El relato de que tenemos que hacer un “esfuerzo” para crecer en los próximos meses se ha derrumbado con la emergencia de una nueva crisis. La nueva suba del dólar y del riesgo país anticipa una devaluación generalizada y un default de la deuda, que llevará al país y especialmente a los trabajadores a mayores padecimientos.  

Esta política local del gobierno se mantuvo siempre en sintonía con sus políticas y lineamientos internacionales. Milei, con el apoyo de los partidos y políticos tradicionales, alineó al Estado argentino con el bando imperialista de la Otan en la guerra en Ucrania y con el sionismo en Medio Oriente, apoyando desembozadamente la masacre y el genocidio del pueblo palestino.

El significado de la Ley Bases

Si alguna duda quedaba de la orientación social del gobierno, la reciente aprobación de la Ley Bases la despeja definitivamente.

Es que la Ley, entendida como una piedra basal del proyecto libertario, arrasa con importantísimos derechos laborales en beneficio de las patronales: habilita la destrucción de las indemnizaciones por despido, refuerza el curro de la tercerización laboral al eliminar la responsabilidad de la empresa principal, termina con la estabilidad de los trabajadores estatales, cercena el derecho a huelga y elimina las multas a las patronales que contratan en negro. Restituye, además, impuestos contra los trabajadores, mientras reduce o exime del pago de ellos a ricachones y grandes empresarios. La Ley Bases habilita la entrega de los recursos estratégicos del país a los monopolios extranjeros, que podrán usufructuarlos sin siquiera dejar migajas en Argentina, y otorga poderes especiales a Milei, que serán utilizados para reforzar su poder personal.

Si el gobierno de Milei, que cuenta con bloques minoritarios en el Congreso, logró que se apruebe esta nefasta Ley fue gracias a la colaboración de la falsa “oposición”. Lejos de haber existido alguna tentativa de “golpe de Estado” cuando la Ley se trataba en el Senado, como absurdamente el gobierno denunció, lo que existió, en realidad, fue un rescate del gobierno por parte de la “casta” de los gobernadores y los partidos del sistema. No solo del macrismo y los radicales, sino también del peronismo y de la CGT y las CTAs, que rechazaron parar y movilizar al movimiento obrero para que no pase la Ley Bases. Cristina Fernández de Kirchner se sumó a este operativo de rescate, llegando incluso en su última carta pública a defender la reforma laboral y las privatizaciones. 

Unos y otros, sin lograr cerrar sus propias crisis internas e incluso recrudeciéndolas, le han garantizado al gobierno el progreso de una política contraria a los intereses populares.

Bancarrota económica

Sin embargo, la victoria política que el gobierno se anotó con la aprobación de la Ley Bases no ha despejado, de ningún modo, la crisis económica que asola al país. Víctima de un vaciamiento capitalista voraz, la Argentina marcha a una nueva bancarrota económica.

Es que el “saneamiento” de los pasivos del Banco Central del que el gobierno se jacta se ha hecho a costa de incrementar en 400 mil millones de pesos la deuda del Tesoro. Esta medida plantea el peligro de un nuevo “plan Bonex”, o sea, una confiscación de los depósitos bancarios de los ahorristas. La reducción del gasto que el gobierno logró, de la mano de la “motosierra” y la “licuadora”, ha tenido como contrapartida una reducción de la recaudación fiscal, fruto de la brutal caída del consumo y la actividad económica. Nuevamente, el Tesoro se revela insolvente para afrontar la deuda. Durante el mes de junio el BCRA volvió a perder reservas, adelantándose a la tendencia que prevalecerá durante todo el segundo semestre. Los agroexportadores, por su parte, retienen la cosecha en reclamo de que se le ponga fin al “atraso cambiario”.

El gobierno ha entrado en choque con el FMI, que le reclama una nueva devaluación del peso, la eliminación inmediata de los subsidios a las empresas energéticas y la liberación de tarifas, y un aumento de la tasa de interés, para evitar una mayor corrida cambiaria. Pero de implementar estas medidas el gobierno no solo recrudecería el proceso recesivo, sino que también le asestaría un golpe a su “principal conquista” económica: la reducción de la tasa inflacionaria.

La conclusión que podemos sacar a más de seis meses de su llegada al gobierno es que Milei y su camarilla financiera han agudizado todas las tendencias a la bancarrota del país. Los capitalistas y grandes fondos de inversión impondrán una devaluación y apertura del cepo, agravando el saqueo de la Argentina. Los trabajadores deben tomar nota de esta situación, ya que refuta la idea de que estamos ante un gobierno fuerte e invencible. Por el contrario, en las próximas semanas se plantearán crisis que incluirán la caída de ministros y mayores choques internos en el gabinete. 

La respuesta de los trabajadores

Aunque la ofensiva del gobierno de Milei no ha desatado, por el momento, una respuesta a la altura de las circunstancias, grandes luchas y movilizaciones obreras y populares se han desenvuelto en tan solo seis meses.

El 20 de diciembre, el movimiento piquetero, el sindicalismo combativo y la izquierda abrieron la compuerta e iniciaron el proceso de resistencia contra la ofensiva libertaria. A eso, le siguieron los paros nacionales del 24 de enero y del 9 de mayo, la gran marcha de la mujer el 8 de marzo contra las provocaciones antiderechos, la gran movilización del 24 de marzo contra la política negacionista del gobierno y en defensa de las libertades democráticas, la gigantesca e histórica movilización en defensa de la Universidad pública del 23 de abril, y la rebelión popular del pueblo misionero.

Todas esas acciones, entre muchas otras, dan cuenta de la voluntad de lucha del pueblo argentino. Y si aún no han tenido un mayor alcance y desarrollo ha sido por la política colaboracionista del peronismo y la burocracia sindical, que rechazan desenvolver a fondo la lucha hasta derrotar al gobierno. El colaboracionismo de la burocracia sindical con un gobierno de ofensiva directa contra los trabajadores pone de manifiesto la necesidad imperiosa de la lucha por la expulsión de la burocracia sindical y por una nueva dirección en el movimiento obrero.

Represión y persecución

Semejante ofensiva contra los trabajadores necesita, evidentemente, estar acompañada de un reforzamiento de la represión estatal y la persecución política.

Milei dejó en claro esta orientación cuando designó a la defensora de la dictadura militar Victoria Villarruel como su vicepresidenta y, más tarde, a la represora Patricia Bullrich como su ministra de Seguridad. Lo confirmó cuando instauró un “protocolo antipiquetes”, detuvo a numerosos manifestantes por oponerse a la Ley Bases y avanzó en la semiilegalización del derecho a huelga. Ahora, pretende también avanzar en la criminalización de la pobreza y la juventud, bajando la edad de inimputabilidad, mientras los narcos y tratantes son premiados con el blanqueo de capitales.

El ensañamiento particular que el gobierno ha guardado contra el movimiento piquetero apuntó siempre a desarticular al sector más empobrecido de los trabajadores, que ha jugado un papel de vanguardia en la lucha de clases. Este ataque, sin embargo, ha sido preparado durante años, a través de campañas de desacreditación y estigmatización impulsadas, en distinto grado, por todos los gobiernos y por los medios de comunicación masivos, tanto los de derecha como los “progresistas”.

La campaña de difamación contra el Polo Obrero y el Partido Obrero, lanzada desde el gobierno, la justicia y los medios de comunicación, intenta equiparar a la fuerza que se puso al frente de la lucha contra Milei, a la fuerza que ha ocupado la primera línea de combate en todas las grandes gestas del pueblo argentino y que jamás ha integrado ni colaborado con ningún gobierno capitalista, con las fuerzas y partidos del sistema. Se trata de una burda operación difamatoria.

Ilusamente, a través de la persecución, la difamación y el terror represivo, el gobierno pretende desactivar la respuesta combativa de los trabajadores ante el crecimiento imparable de la pobreza. Pero la fuerza elemental de las masas, desbordando las políticas colaboracionistas, más temprano o más tarde se abrirá paso. Es lo que indican las rebeliones populares latinoamericanas del último lustro, que enfrentaron gobiernos tan o más represivos que el de Milei, y la propia historia de los trabajadores y el pueblo argentinos.

Preparar la huelga general

Los trabajadores argentinos asistimos, nuevamente, a un desafío histórico: o Milei le asesta un revés a la clase obrera, o, por el contrario, somos los trabajadores quienes derrotamos al gobierno y abrimos paso a una salida política en nuestros propios términos.

La estrategia que pregona el peronismo y la burocracia sindical, que se limita a preparar un recambio electoral en 2025 y 2027, prepara una mayor frustración de los trabajadores. Que Milei concluya su mandato en 2027 equivale a que logre imponer todo su plan de guerra contra los trabajadores.

En oposición a esa perspectiva, es necesario luchar por la derrota del gobierno de Milei a través de una acción histórica independiente de los trabajadores.

Se trata de preparar la huelga general a través de una intensa agitación y propaganda políticas, y del reagrupamiento del activismo combativo y antiburocrático en los lugares de trabajo, de estudio y en las barriadas, para luchar contra los despidos, por los salarios, contra el hambre y por todas las reivindicaciones urgentes de los trabajadores, las mujeres y la juventud.

Los gobiernos provinciales se amparan en la motosierra del gobierno nacional para descargar el ajuste contra los trabajadores, mientras rescatan a los grupos capitalistas que actúan en sus respectivas provincias. La subordinación política de los trabajadores a los gobernadores, sean del color que sean, conduce al movimiento obrero a un impasse mortal que tributa al ajuste y, finalmente, al gobierno de Milei.

Por una salida obrera y socialista

El rechazo del peronismo a pelear por la derrota del gobierno derechista y su defensa de la institucionalidad burguesa están determinados por el contenido conservador de su programa. Las numerosas experiencias nacionalistas burguesas en Argentina y América Latina se han revelado incapaces de emancipar a los países del subcontinente de la opresión imperialista y a los trabajadores de la explotación capitalista.

Poner fin a la explotación social y a la opresión nacional reclama el liderazgo de los trabajadores, estructurados como clase autónoma e independiente, para luchar por una  salida obrera y socialista. Es decir, para oponerle a la catástrofe capitalista una salida político-económica de la clase obrera: el gobierno de los trabajadores.

Significa plantear, ante el cuadro de desorganización económica generalizada, la ruptura con el FMI, el cese del pago de la deuda, la nacionalización del sistema bancario y el comercio exterior, y el control obrero general de la economía, para destinar el ahorro nacional a un plan de reactivación económica.

Significa oponer a la carestía generalizada el aumento general de emergencia de salarios y jubilaciones, llevándolos al costo de la canasta familiar, y su indexación automática por inflación.

Significa plantear, ante los cierres de empresas y despidos masivos, la ocupación de las fábricas por sus trabajadores, su expropiación sin pago ni indemnización y el reparto general de las horas de trabajo disponible sin reducción salarial. Y el seguro universal al parado ante la desocupación masiva.

Significa rechazar el guerrerismo imperialista, que crece de la mano de la descomposición capitalista internacional, defender la unidad de los trabajadores de todo el mundo, apoyar la causa del pueblo palestino contra el genocidio sionista y luchar por la unidad socialista de América Latina. 

Con esta estrategia y con este programa, el XXIX Congreso del Partido Obrero convoca a las y los luchadores del movimiento obrero y la juventud a organizarse.

¡Preparemos la huelga general para derrotar a Milei!

¡Abajo la motosierra de los gobernadores!

¡Derrotemos la represión y la persecución contra las organizaciones populares con la movilización independiente de los trabajadores!

¡Defendamos al Partido Obrero y al Polo Obrero de los ataques de Milei y el Estado capitalista!

¡Por una salida obrera y socialista!

Sumá tu aporte a la Campaña Financiera del Partido Obrero

Preparemos la huelga general contra Milei. Abajo la represión y la persecución.

26/06/2024

La persecución mediática y judicial contra el Partido Obrero tiene una explicación: estamos desde el principio en la primera línea de lucha contra el gobierno de Milei.

Desde el 20 de diciembre, junto al movimiento piquetero y los sindicatos combativos impulsamos la movilización contra el decreto y el protocolo anti piquetes de Bullrich. Luego participamos de los cacerolazos, las movilizaciones contra la Ley bases y todas las luchas contra las medidas anti obreras de Milei.

Esta posición contrasta con las fuerzas falsamente opositoras y los gobernadores que negociaron con el gobierno permitiéndole avanzar con reformas y golpes contra el pueblo. En esta lucha están en juego las libertades democráticas, los salarios, las jubilaciones, la educación y la salud pública. 

Milei sabe que para hacer pasar este plan de guerra tiene que derrotar a los trabajadores. Por eso lanzó una cacería con presos en la movilización contra la ley bases y viene persiguiendo al movimiento piquetero y en particular al Polo Obrero y el Partido Obrero.

Esta persecución se ensaña con los que luchamos contra el hambre y organizamos los barrios y los lugares de trabajo, mientras el gobierno tolera y promueve los curros de Sandra Pettovello con los fondos de desarrollo social, el blanqueo de los narcos y el financiamiento del gran capital a los partidos que vienen entregando el país.

El Partido Obrero se financia con aportes voluntarios de las y los trabajadores. Estos recursos son hoy mas que nunca necesarios para enfrentar la ofensiva que pretende destruir a quienes defendemos una salida obrera y socialista a esta crisis.

Sumá tu aporte a esta causa. Derrotemos la ofensiva de Milei.

 

Turquía: libertad a los compañeros del SEP y a todos los presos tras la jornada del 1° de mayo

23/05/2024

En la madrugada del 21 de mayo, el gobierno de Recep Tayiip Erdogan llevó a cabo una nueva ola de arrestos contra militantes de la izquierda y del movimiento obrero, como parte de una persecución política lanzada tras la movilización del 1° de mayo. Durante aquella jornada, la policía de Erdogan impidió a los manifestantes acceder en la plaza Taksim de Estambul, centro del poder político, reprimiendo con ferocidad.

El 2 de mayo hubo 50 detenciones, a lo que se suman ahora 39 nuevos casos, entre ellos compañeros del Partido Socialista de los Trabajadores (SEP).
El gobierno turco viene aplicando una severa represión contra los trabajadores, en el marco de un empeoramiento de las condiciones de vida. En Turquía existen en la actualidad miles de presos políticos y la persecución a los opositores es moneda corriente.

Expresamos nuestro repudio a la persecución del gobierno y reclamamos la libertad de todos los compañeros detenidos.

Partido Obrero

 

Organicemos un paro contundente el jueves 9/5

Y un gran paro activo cuando se trate la Ley bases en el Senado.

03/05/2024

El paro del próximo 9 de mayo plantea una gran pelea de la clase trabajadora contra el gobierno y las patronales. Aunque la CGT se esforzó en negociar la entrega, ni Milei ni los empresarios quieren saber nada con una medida que unifica la fuerza de millones de personas. Por eso, debemos organizarnos contra todas las presiones y maniobras para que el 9 sea una expresión de lucha contundente, con un paro total.

Los trabajadores sufrimos una ofensiva de guerra, con pérdida histórica de salarios y jubilaciones. “No hay plata” para pensiones y alimentos, pero sí para los fugadores seriales amigos de Caputo. 

La ley “Bases” contiene una reforma laboral que estableció no tiene nada de “liviana”: eleva el período de prueba hasta 8 meses, precarizando a “los nuevos”. Estos reemplazarán a “los viejos”, que podrán ser despedidos en forma más barata si implementan en su gremio la destrucción de la indemnización tipo UOCRA. El despido por discriminación de cualquier tipo (persecución a activistas, género, etc) es facilitado, pues quita la protección legal que implicaba reinstalación. Entre estatales, se legaliza el despido de la planta permanente por mera voluntad del gobierno. Se habla de la escalofriante cifra de 100 mil nuevos despidos. Para los capitalistas que negrearon, perdón de sus multas. Para los trabajadores que apenas superan la línea de pobreza, vuelta de “ganancias”. Como si todo esto fuera poco, se habilitan nuevas privatizaciones. 

Es una ley rabiosamente antipopular. Por eso, es criminal que la CGT no haya parado y movilizado cuando se trató en diputados. Si Milei avanza, es porque tiene cómplices: a sus 37 diputados no solo se sumaron todos los del PRO y la UCR, sino también de sectores del peronismo. Y quienes votaron en contra siendo del PJ nada hicieron para impulsar una movilización popular que habría jaqueado al gobierno. Solo los diputados y diputadas de la izquierda, como Romina del Plá, dieron la pelea dentro y fuera del Congreso.

Sin embargo, no está dicha la última palabra. Queda la votación en el Senado. Obviamente, no podemos confiar en ese órgano, que acaba de autoaumentarse el sueldo mientras el pueblo pasa hambre. Y que depende de los mismos gobernadores y partidos patronales que transaron en diputados. Pero sí podemos confiar en la clase trabajadora. Contra los discursos interesados, demostró que tiene fuerza para salir a las calles. 

Desde el 20 de diciembre, hemos protagonizado jornadas multitudinarias en enero, marzo (el 8 y el 24) y abril, cuando un millón de personas, con docentes, no docentes y estudiantes a la cabeza, coparon el país en defensa de la universidad pública.. Y por abajo, se abren paso luchas importantes. El SUTNA para por su paritaria y contra los despidos, AGD y el sindicalismo universitario y el movimiento estudiantil darà continuidad a la rebelión universitaria, aceiteros paró contra la Ley bases, los obreros siderúrgicos vienen protagonizando grandes movilizaciones por el salario. El movimiento piquetero combativo va a una gran jornada contra el hambre. El propio 1 de mayo desbordó las pretensiones de contención que tenía la burocracia sindical.

Con el paro del 9 tenemos que hacer lo mismo: garantizar su concreción en todos los lugares de trabajo. Con unidad desde abajo, podemos enfrentar todas las maniobras para quebrarlo, incluidos los burócratas carneros, como Fernández de la UTA. Y apoyarnos en las direcciones clasistas y antiburocráticas. Un gran paro el 9 debe ser parte de la lucha por voltear esta ley nefasta: el día que se trate debe haber un paro activo de 36 horas.

Los trabajadores del mundo contra las guerras, la militarización y la economía de guerra

Declaración internacional hacia el 1° de Mayo

29/04/2024

Semana tras semana las trompetas y los tambores de guerra suenan cada vez más fuerte, incluyendo a Europa en la primera línea. Mientras continúa la matanza imperialista en Ucrania, los miembros europeos de la Otan [Organización del Tratado del Atlántico Norte] están llamando y planificando “preparativos para la guerra”, “economía de guerra”, reinstaurando el servicio militar obligatorio, avivando el nacionalismo reaccionario y la xenofobia. La UE [Unión Europea] y sus estados miembros aumentan sus presupuestos militares, preparándose para hacer de los trabajadores y la juventud “carne de cañón” para apuntalar su parte en la re-división del mundo.

La guerra genocida de Israel contra el pueblo palestino acaba de cumplir 6 meses con decenas de miles de niños y ancianos palestinos muertos, gracias al patrocinio de Estados Unidos y otras potencias imperialistas en las que se apoya para cometer masacres diarias con total impunidad.
En el momento de redactar este llamamiento internacionalista para el 1 de mayo, la tensión política internacional se ha agravado significativamente, amenazando con estallar en una guerra generalizada en Oriente Medio.

El evidente intento del gobierno de Netanyahu de superar sus dificultades ampliando la guerra a toda la región de Oriente Medio debe llevarnos a reforzar aún más la movilización internacional contra el Estado sionista y sus protectores.

En la frontera del Pacífico de Eurasia, el gobierno de Japón está revisando la Constitución -con el aval de los vencedores estadounidenses que la impusieron a la potencia derrotada, con el terror de dos bombas atómicas- para llevar a cabo un rearme total y sin restricciones y hacer frente a la creciente influencia económica y proactividad militar de China en la región, donde el futuro de Taiwán funciona como una bomba de tiempo.

El contexto mundial de crisis capitalista y la creciente rivalidad entre las potencias capitalistas, incluidas Rusia y China, están socavando la supremacía industrial y financiera de los Estados imperialistas establecidos, Estados Unidos y Europa. Lejos de crear un nuevo equilibrio equilibrado y pacífico, como pretenden los partidarios del “mundo multipolar”, esto está empujando a las potencias en declive a apuntalar su primacía mediante el proteccionismo, la política industrial financiada por el Estado y la intervención militar. La Tercera Guerra Mundial nunca ha sido un resultado tan probable, intencionado o no, de las luchas inter-capitalistas.

Mientras la guerra en Ucrania está masacrando a cientos de miles de personas y desplazando a millones en el núcleo europeo del capitalismo, en el continente africano -Sudán y el Congo en primera lugar- se libran guerras de menor intensidad, pero no menos sangrientas, en el enfrentamiento entre los mismos monopolios que compiten por los recursos naturales y la mano de obra barata.

Incluso en América Latina, mientras que el enfrentamiento entre las grandes potencias no estalla en guerras abiertas, se manifiesta en el apoyo burgués a golpes militares o caudillos de derecha (el último: Milei en Argentina), generalmente alineados con los imperialismos norteamericano o europeo, para llevar adelante una guerra abierta contra los trabajadores, arrebatándoles conquistas laborales históricas y los derechos a la auto-organización, la huelga y la protesta. Sólo la lucha independiente y la movilización de los trabajadores a la cabeza de los explotados, sostenida por la unidad de los asalariados y los desocupados puede detenerlos, ciertamente no las coaliciones burguesas de centroizquierda como la de Lula en Brasil, que concilian con los militares fascistoides y además promulgan leyes favorables al capital contra el trabajo, y el peronismo en Argentina o el kemalista CHP en Turquía, que proponen a los hambrientos trabajadores “esperar” a que Milei o Erdogan “se desgasten” para derrotarlos en las lejanas elecciones de 2027 o 2028.

Israel está aprovechando este ambiente bélico y militarista para lograr su “espacio vital” estableciendo un Gran Israel, siguiendo su propio camino genocida contra los palestinos de Gaza, con el objetivo de intensificar la limpieza étnica.  Detrás de Israel está su patrocinador, Estados Unidos y el imperialismo occidental, que, a pesar de las fricciones y divergencias, siguen apoyando militar y financieramente el genocidio.

Los revolucionarios defendemos el derecho de los oprimidos a rebelarse por todos los medios. El 7 de octubre fue una respuesta a la política cada vez más agresiva de Israel contra el pueblo palestino en Gaza, Jerusalén y Cisjordania, que ha puesto en crisis el compromiso de sus dirigentes con los Acuerdos de Oslo y la inviable solución de los dos Estados. Declaramos nuestro apoyo incondicional al frente único de las organizaciones de la resistencia palestina y subrayamos que la victoria del pueblo palestino depende de la transformación del actual conflicto en una revolución que conquiste una Palestina única, laica y socialista, lo que sólo es posible con una oleada revolucionaria en la región, uniéndose en la lucha por una Federación Socialista de Oriente Medio.

La emoción, la indignación, la voluntad de luchar contra la opresión y el genocidio de Israel en Palestina deben ayudar a tomar conciencia del panorama más amplio de las otras guerras no menos sangrientas, y del peligro inminente de una Tercera Guerra Mundial. Los trabajadores, los proletarios llamados a aceptar grandes sacrificios por la economía de guerra, y a masacrarse unos a otros para decidir quién les explotará, deben rechazar estos sacrificios y declarar la guerra a las guerras del capital y organizarse para derrocar la dominación capitalista del mundo.

Históricamente, el Primero de Mayo es el día internacional de la lucha de los trabajadores por la reducción del tiempo de trabajo y por la emancipación de la explotación capitalista. El Primero de Mayo es también el día internacional de la lucha de los trabajadores contra el Estado burgués, que ha apoyado la explotación del capital a través de todos sus poderes: la legislación que garantiza los “derechos” del capital sobre la esclavitud asalariada, la justicia que garantiza al capital contra cualquier lucha que ponga en peligro la opresión de clase (desde el ahorcamiento de cuatro dirigentes obreros en Chicago en 1886), y los organismos de represión armados que en todo el mundo libran la guerra interna para imponer la explotación contra la resistencia de los trabajadores a través de huelgas y piquetes.

El mayor peligro al que se enfrentan hoy los trabajadores y toda la humanidad es el peligro de que los gobiernos capitalistas arrastren a los pueblos a una situación de guerra generalizada, lo que significa una carnicería mundial del tipo de las que están ocurriendo en Ucrania, Sudán, Congo, Palestina. Debemos combatirla ahora mismo, oponiéndonos a los gobiernos imperialistas, autores de las guerras actuales, uniendo nuestras fuerzas internacionalmente en un campo proletario, contra los campos imperialistas en guerra. No se trata de oponerse a la guerra con el llamado pacifismo. Debemos oponer nuestro internacionalismo proletario al veneno nacionalista reaccionario que están inculcando a la clase obrera. Compartimos nuestros intereses de clase por mejores salarios, semanas laborales más cortas, trabajo y vidas más saludables con otros trabajadores de todo el mundo. Compartimos el profundo deseo de vivir en paz con nuestras hermanas y nuestros hermanos de todo el mundo.

Declaramos nuestro más ferviente apoyo a la lucha de los pueblos oprimidos que se enfrentan a la opresión imperialista, conscientes de que la derrota de una nación opresora es un golpe al orden imperialista mundial y una palanca para fortalecer la causa de los explotados de todo el mundo. Los trabajadores de las metrópolis tienen el deber de movilizarse dentro de sus fronteras en apoyo de los pueblos víctimas del sometimiento de la burguesía imperialista en sus respectivos países. Esta movilización política de hoy es, en primer lugar, en apoyo del pueblo palestino.
Opongamos la fraternidad de clase entre nativos e inmigrantes a la xenofobia destinada a dividir a los trabajadores: nuestra clase es internacional, cientos de millones de nosotros nos vemos obligados por la guerra, la sequía y el cambio climático, el acaparamiento de tierras, a trasladarnos del campo a la ciudad o a emigrar a otros países asumiendo grandes riesgos. Si los trabajadores nativos unen sus luchas a las de los trabajadores inmigrantes, estas últimas no se utilizarán para presionar a la baja los salarios.

¡Opongámonos a la economía de guerra!

Debemos dejar claro que en una guerra imperialista como la de Ucrania no se puede tomar partido, que “el enemigo está en nuestro propio país”. Esta guerra es una guerra interimperialista, disfrazada por cada bando con argumentos pseudo-progresistas y pseudo-democráticos. El enemigo de cada ruso y ucraniano es su propio gobierno, ambos los cuales han arrojado a cientos de miles de proletarios a la picadora de carne de los campos de batalla para matarse y mutilarse unos a otros por los intereses explotadores de sus respectivas clases dominantes. Para los trabajadores de los países europeos y americanos de la Otan el enemigo son sus propios gobiernos, que están enviando armas, pagadas por sus propios trabajadores, para que los trabajadores ucranianos derramen su sangre para que las corporaciones de la Otan extiendan su explotación al territorio y a la clase obrera ucraniana. Por otro lado, Putin no representa un planteo anti-imperialista, sino que busca asegurar la parte del pastel mundial de la oligarquía capitalista rusa, recurriendo incluso a una propaganda que ataca la política de Lenin y glorifica a la Rusia zarista.

Todos los Estados capitalistas, todos los gobiernos, con sus luchas y divisiones internas, son expresiones de burguesías especuladoras vinculadas a las grandes potencias imperialistas, a los monopolios capitalistas, al sistema financiero internacional, y son parte integrante del sistema social que produce la guerra. Aunque varios países tienen conflictos cada vez más agudos con las grandes potencias capitalistas occidentales, ninguno de ellos puede ser aliado en la guerra de los trabajadores contra la guerra. Es fácil darse cuenta de ello al observar qué tipo de relaciones mantienen estos estados con sus clases trabajadoras, y con los trabajadores de los países que se encuentran en sus respectivas esferas de influencia.

Nuestro campo no es el campo de los Estados burgueses, es el campo de las clases explotadas y oprimidas, de los trabajadores, del proletariado internacional, la única clase que tiene interés y fuerza -si se organiza- para poner fin a las guerras que sus explotadores libran a su costa.  Es necesario que las organizaciones que se apoyan en un internacionalismo proletario coherente se unan en iniciativas comunes. El momento es ahora, ¡antes de que sea demasiado tarde!
El pasado importa, pero se nos juzgará por nuestra capacidad de encarar de frente los retos de nuestro periodo histórico.

El Primero de Mayo de 2024 salgamos a la calle con las mismas consignas en todo el mundo:
– ¡Detengamos la guerra Otan-Rusia en Ucrania! “¡el enemigo está en casa!”

– ¡NO a la carrera armamentística y a la economía de guerra! ¡Sanidad y educación gratuitas para todos! ¡Trabajar menos, trabajar todos!

– ¡Alto al genocidio en Gaza, Palestina libre! ¡Apoyemos la resistencia palestina! ¡Alto a la opresión nacional, racial, étnica y religiosa en todas partes!

– ¡No a la injerencia imperialista y a las guerras por procuración en Sudán, Congo y en todas partes!

– ¡No a la opresión de los kurdos! Defender el derecho de autodeterminación de los kurdos.

– ¡Abajo el nacionalismo chauvinista y la xenofobia! ¡Internacionalismo obrero!

– Por una sociedad sin explotación ni guerra, de armonía entre el hombre y la naturaleza.

– Por gobiernos obreros y el socialismo.

Proletarios de todos los países, ¡unámonos!

 

Nueva Corriente de Izquierda por la Liberación Comunista (NAR, Grecia)

Partido Socialista de los Trabajadores (SEP, Turquía)

Tendencia Internacionalista Revolucionaria (TIR, Italia)

SI Cobas (Italia)

Laboratorio Político Iskra (Italia)

Partido Obrero (PO, Argentina)

Polo Obrero (PO, Argentina)

OKDE Spartakos (Grecia)

Fuerza 18 de Octubre (Chile)

Tribuna Classista (Brasil)

Comité de Frente Unico por un Partido Laborista (UFCLP, Estados Unidos)

İnqilabin Sesi (Azerbaiyán)

Occhio de Clase (Italia)

Comunistas de Cuba

La Fragua (Uruguay)

Red Action/Red Initiative (Croacia/Serbia)

 

Abajo la escalada sionista e imperialista

No al genocidio del pueblo palestino Repudio al alineamiento de Milei con el Estado israelí

18/04/2024

En las últimas semanas se ha producido una escalada en Medio Oriente que comenzó con el bombardeo de Israel sobre el consulado iraní en Siria, equivalente en términos diplomáticos a una agresión sobre el propio territorio persa, que dejó varios muertos. Teherán respondió a este ataque con un lanzamiento propio de misiles, en un acto de legítima defensa frente a esta verdadera provocación Ahora, el Estado sionista amenaza con una nueva agresión sobre objetivos iraníes. En definitiva, la escalada sionista e imperialista pone a la región al borde de la guerra.

El gobierno de Benjamin Netanyahu lanzó su campaña provocadora contra Irán con el objetivo de mantenerse en el poder y desviar la atención de la opinión pública sobre el genocidio que está sufriendo el pueblo palestino en momentos en que  crecen  las movilizaciones masivas al interior de Israel reclamando la renuncia de Netanyahu  quien ha dispuesto una suerte de estado de sitio y militarización interna, prohibiendo las protestas . A más de seis meses del comienzo de las operaciones contra la Franja de Gaza, no ha podido derrotar a las milicias palestinas mientras la destrucción y el exterminio de la población ha adquirido dimensiones gigantescas: son alrededor de 35 mil los muertos, en su mayoría mujeres y menores de edad; casi toda la población del enclave se encuentra desplazada (fundamentalmente en Rafah, sobre la frontera con Egipto); los blancos elegidos por las Fuerzas de Defensa Israelíes incluyen hospitales, escuelas y centros de refugiados; casi doscientos trabajadores del sector humanitario fueron asesinados; y el bloqueo de la Franja privó a la región de alimentos, combustibles y medicinas, sumiéndola en el hambre y las enfermedades. Paralelamente, en Cisjordania, las redadas criminales del ejército y las agresiones de colonos armados ya dejaron alrededor de 400 víctimas fatales.

La amenaza todavía latente de una operación a gran escala sobre Rafah plantea el riesgo de una limpieza étnica y/o un desplazamiento masivo de la población fuera del enclave, lo que ha motivado las protestas diplomáticas de Egipto. Las organizaciones de colonos, junto a once ministros y varios diputados, exigieron en un acto la expulsión de los palestinos de Gaza y su recolonización. A la par, en Cisjordania se incrementan los asentamientos coloniales y el desplazamiento de palestinos, a razón de 280 personas por mes. Esta necesidad de conquista y guerra permanente muestra la inviabilidad histórica del Estado sionista.

El gobierno de Javier Milei apoya incondicionalmente estas operaciones criminales, al punto de integrar al embajador israelí a las reuniones de gabinete. Rechazamos esta actitud que busca alinear a la Argentina en una guerra contra el pueblo palestino y contra algunas naciones de Medio Oriente.

Con el correr de los meses, el Estado sionista fue recibiendo un creciente repudio a nivel internacional por sus atrocidades. Las movilizaciones de rechazo han sido multitudinarias, especialmente en los países árabes, el Reino Unido y los Estados Unidos, cuyo gobierno apoya políticamente y por medio de armamento la avanzada israelí.

Es necesario redoblar la movilización a nivel nacional e internacional en solidaridad con el pueblo palestino y los pueblos de Medio Oriente

No al genocidio.

Alto al fuego permanente ya.

Fuera las tropas israelíes de Gaza.

Abajo la escalada sionista-imperialista en la región

Repudiamos el alineamiento de Milei con el Estado israelí.

Apoyo a la lucha del pueblo palestino.

 

PARTIDO OBRERO

El FIT-U se reunió con el embajador de Cuba y reclamó la libertad de las y los presos por las protestas del 11 de julio de 2021

05/04/2024

Diputadas, diputados y dirigentes del FIT- Unidad  tuvieron una entrevista este miércoles 3 de abril con el embajador de  Cuba en Argentina, Pedro Prada, y funcionarios de esa representación diplomática. En representación del FIT-U participaron las y los diputados nacionales Myriam Bregman (PTS), Romina Del Plá (PO) y Christian Castillo (PTS); la legisladora por CABA Celeste Fierro (MST); las y los diputados electos Juan Carlos Giordano, Mercedes de Mendieta y Pablo Almeida (IS), Pablo Heller y Luis Brunetto (PO) y Guillermo Pacagnini (MST).

Durante la reunión la delegación del FIT- Unidad planteó el reclamo de la libertad de las y los  centenares de trabajadores, jóvenes, profesionales e intelectuales críticos cubanos condenados por participar en las protestas populares del 11 de julio de 2021 y por la vigencia del derecho de protesta en la isla. El propio embajador reconoció que son 564 los acusados y sancionados, de los cuales 297 están privados de la libertad, con condenas de varios años de prisión.

La delegación del FIT-U le pidió  al embajador un listado completo con el nombre de las y los presos, el delito por el cual se lo condena y  la pena dictada.

La delegación del FIT-U  transmitió, asimismo, la preocupación  por las condiciones de  detención que denuncian  familiares de los presos. La delegación hizo hincapié en los casos de Brenda Díaz, presa trans  que cumple su condena en una cárcel de varones  y a la que se la identifica  por su nombre de nacimiento; y la situación de la reconocida historiadora de izquierda critica Alina López (detenida en circunstancias posteriores), a quien se la ha dicho que si sale del país no se le permitiría volver, entre otras y otros.

El embajador Prada se comprometió a transmitir al gobierno cubano las preocupaciones aquí expuestas y ampliar  la información  sobre los presos,  teniendo en cuenta lo reclamado por la delegación del FIT-U.

La delegación consultó también sobre la posibilidad de viajar a la isla para tomar contacto con familias de los presos y visitar los centros de detención en que se cumplen las condenas, como así también mantener reuniones al respecto con las autoridades cubanas, la cual fue, en principio, acogida positivamente por el embajador.

La delegación del FIT-U, único bloque político del país que rehúsa reunirse con Marc Stanley y los representantes del imperialismo yanqui, reiteró su repudio al bloqueo que sufre la isla por parte del Estados Unidos y la hipocresía con que reclama por la vigencia de los derechos humanos mientras, entre otros horrores, apoya y suministra armas al régimen sionista israelí para aplastar mediante métodos genocidas al pueblo palestino.

Sin embargo, manifestaron los representantes del FIT-U, la agresión imperialista no puede ser una excusa para cercenar el derecho legítimo de la clase trabajadora cubana a la protesta. Las manifestaciones, ocurridas durante el período del Covid englobaron a capas amplias de la población y daban cuenta -como lo admitió el propio gobierno cubano- de un malestar popular originados en penurias muy severas. Por supuesto, no se puede perder de vista en ningún momento los efectos del bloqueo pero, al mismo tiempo, no se pueden soslayar las consecuencias derivadas de las medidas de austeridad adoptadas por el gobierno cubano, en el marco del   Decreto de “ordenamiento monetario” de finales de 2020. En este contexto, sostenemos que no cabe catalogar a los episodios del 11 de Julio como una conspiración orquestada por el imperialismo, como sostiene el gobierno cubano, y más allá de los intentos de utilización que hayan intentado hacer algunos sectores de la derecha.

Nuestro reclamo por la libertad a los presos del 11J está realizado desde una posición opuesta al imperialismo yanqui y sus aliados, desde el ángulo de las y los trabajadores, del pueblo cubano que sufre y su juventud, por tanto, desde una perspectiva anti imperialista y socialista.  Quienes integramos el FIT-U defendemos  el derecho a la protesta  en el marco de  la defensa de  la plena  libertad  de organización política y sindical de las y de los trabajadores cubanos.

Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad

Por un plan de lucha hasta la huelga general para derrotar el Plan Milei

Vamos al encuentro nacional de trabajadores ocupados, desocupados, asambleas y sectores en lucha

04/04/2024

El gobierno de Milei avanza en una ofensiva brutal contra la clase trabajadora. Está llevando adelante miles de despidos mientras envía al Congreso nuevamente su nefasta “Ley Omnibus”, incluyendo una reforma para liquidar los derechos laborales. La modificación de la fórmula jubilatoria vuelve a golpear los haberes, mostrando que el ajuste no lo paga “la casta” sino los jubilados y todos los trabajadores. Los tarifazos que ya se implementan en el transporte público de todo el país, ahora se extienden a las boletas de luz, agua y gas, y van a golpear los salarios y profundizar la crisis industrial, que ya genera despidos en todo el país.

A pesar de esta enorme ofensiva, la burocracia de la CGT y la CTA se limitó a un paro de 12 horas el 24 de enero sin anunciar un plan de lucha ni nuevas acciones nacionales. Y en los lugares de trabajo, deja pasar las medidas de ajuste, como ocurre con los despidos en el Estado y con los salarios que marchan muy por detrás de la inflación. Los gobernadores, mientras tanto, aplican el ajuste en sus provincias y negocian en el Congreso pactos parlamentarios para salvar las finanzas provinciales a costa de nuevos golpes contra el pueblo, como el impuesto al salario. Discuten como darle los votos al “plan Milei” en el Congreso, como lo reclaman todas las grandes patronales del país.

Pero el pueblo argentino mostró que está dispuesto a salir a la calle para enfrentar esta política. El 8 y el 24 de marzo fueron jornadas masivas de lucha contra el gobierno. Grandes huelgas docentes recorren el país.  Las luchas obreras contra los despidos, por el salario y las condiciones de trabajo se van extendiendo a pesar de la política de entrega de la burocracia. El movimiento piquetero gana las calles contra el protocolo de Bullrich reclamando contra los recortes a los comedores populares. A la “Ley Omnibus” y el decreto 70 ya los enfrentamos en las calles con asambleas, movilizaciones y cacerolazos.

Por eso es fundamental organizar cada lugar de trabajo y estudio, ganar las calles en apoyo a cada lucha y exigir un plan de lucha nacional hasta la huelga general para derrotar a este gobierno anti obrero. Contra la destrucción del salario y las jubilaciones, por un salario igual a la canasta familiar y el 82% móvil. Contra los despidos, por el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. Por el apoyo a todas las reivindicaciones del movimiento piquetero: la asistencia a los comedores populares, la apertura y el aumento de los programas sociales. Y contra la represión y la criminalización. Por la defensa de la educación y la salud publicas.

Para impulsar estos reclamos y la lucha contra el gobierno, organizaciones sindicales combativas, piqueteras, asambleas populares, y distintos sectores en lucha convocamos un Encuentro nacional de trabajadores ocupados y desocupados en Plaza de Mayo.  Te convocamos a sumarte para sumar fuerzas que permitan derrotar al gobierno anti obrero de Milei y su plan de ofensiva contra la clase trabajadora y el pueblo.

Partido Obrero  en el Frente de Izquierda

¡A seguirla!

Asambleas y plan de lucha progresivo hasta derrotar a Milei y sus cómplices

22/01/2024

Mientras los trabajadores estamos movilizados por decenas de miles en las calles y realizando un paro nacional, dentro del Congreso de la Nación se está cocinando en un pacto repodrido contra nuestros intereses como clase trabajadora.

Muchos de los partidos que se hacen llamar de la oposición han decidido pactar con Milei la aprobación de su nefasta ley ómnibus, viabilizando la mayor parte de sus objetivos originales: privatizaciones de empresas públicas con su correlato de despidos; delegación de facultades al Poder Ejecutivo; mayores ataques a los jubilados y liquidación del Fondo de Garantía de la ANSES; ajuste a la educación, a la salud y a la cultura; reforzamiento represivo con prisión efectiva para los trabajadores que luchan.

El Congreso también ha dejado correr el DNU nefasto de Milei que impone en los hechos una reforma laboral ultra negrera y elimina en la práctica el derecho a huelga que está consagrado en la Constitución Nacional. Así festeja la clase capitalista, que fue a presionar al parlamento para que no se toque e DNU.

Mientras tanto sigue vigente también el protocolo represivo dictado por Patricia Bullrich, que enfrentamos con una gran movilización el pasado 20 de diciembre.

El pacto podrido sellado en el Congreso entre el gobierno y sectores de la oposición va más allá de la ley ómnibus para transformarse en un aval al conjunto de la política del gobierno nacional. Esta política tuvo su debut con una enorme devaluación que vino a pulverizar los salarios y jubilaciones, que ya venían siendo ajustadas por el gobierno anterior.

Milei nos ha declarado la guerra como clase trabajadora y nosotros tenemos el derecho de defendernos.

¿Pero podemos ganar los trabajadores? Por su puesto que sí. Milei y su pandilla de arribistas son los que ya gobernaron con Macri y De la Rúa. Y con la lucha y la movilización logramos derrotarlos una y otra vez.

No será por medio de la rosca de los dirigentes sindicales con los diputados, los jueces o los gobernadores del ajuste en las provincias como derrotaremos a Milei sino mediante la lucha y la movilización.

Mucho menos con entregas como la que hizo Cavalieri de Comercio, firmándole al gobierno la entrega de las indemnizaciones, o lo que hicieron los sindicatos del Estado, que aceptaron una paritaria 10 puntos por debajo de la inflación.

Por ello este paro de 12 horas debe ser el comienzo de un verdadero plan de lucha que tiene que ser seguido de inmediato por un nuevo paro de 36 horas con movilizaciones en todo el país el día que se trate el proyecto de ley Ómnibus. Sería un paso fundamental para preparar una huelga general que derrote a la camarilla reaccionaria de Milei y sus amigos macristas y menemistas.

Si el gobierno apurase el tratamiento para el jueves 25 de enero, la CGT debe extender el paro a 36 horas para presionar para el rechazo del proyecto.

Necesitamos también un programa claro: salario mínimo de $ 500.000; paritarias para recuperar lo perdido por la inflación e indexación mensual según el costo de vida; aumento inmediato de las jubilaciones y los planes sociales; abajo la reforma laboral contemplada en el DNU; defensa irrestricta del derecho a huelga; anulación del protocolo represivo; fuera la ley Ómnibus; reincorporación de todos los despedidos en la administración pública; no a las privatizaciones; fuera el FMI, no al pago de la deuda externa.

Para impulsar estos planteos es necesario que nos organicemos en los lugares de trabajo, mediante asambleas, plenarios y reuniones.

Lo que está en juego es demasiado importante como para que dejemos el futuro de nuestras familias en manos de dirigentes que ya demostraron en el pasado que no están a la altura de las circunstancias.

Partido Obrero – Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad

Movilicémonos en todo el mundo por la victoria de la lucha palestina ¡Abajo el Estado terrorista de Israel!

Declaración internacional del PO (Argentina); SEP (Turquía); NAR (Grecia); Fuerza 18 de Octubre (Chile); Agrupación Vilcapaza y MST-P (Perú); Occhio di clase (Italia); Política Revolucionaria y Tribuna Classista (Brasil); Okde spartakos (Grecia); y İnqilabin Sesi (Azerbaiyán).

28/11/2023

English  Portuguese

1.       La masacre en curso en la Franja de Gaza por el Estado terrorista de Israel significa un salto en la política de agresión y limpieza étnica que este viene llevando adelante hace años contra el pueblo palestino. Como resultado de los bombardeos y la invasión terrestre, ya son más de 14 mil los muertos, incluyendo miles de niños, según las autoridades sanitarias del enclave costero. Un millón de palestinos fueron obligados a evacuarse de sus hogares, hacinándose en campos de refugiados en condiciones inhumanas. El bloqueo a la electricidad, al ingreso de combustible, agua potable y alimentos configura una política consciente de crimen de guerra contra la población palestina. La ayuda que ha entrado es casi inexistente. Israel mantiene ataques cotidianos contra mezquitas, hospitales y escuelas como objetivos. Las matanzas no se han limitado a Gaza, en Cisjordania ya hay más de 200 asesinados en estos días por fuerzas israelíes estatales o paraestatales. Estamos frente a nada menos que un genocidio que se está llevando adelante televisado minuto a minuto en la era de la comunicación instantánea. Quienes tenemos la perspectiva de terminar con este régimen de opresión estamos llamados a actuar al máximo de nuestras posibilidades para derrotar este intento.

2.       La acción de las organizaciones de la resistencia palestina del 7 de octubre fue un golpe a la política del Estado sionista de Israel y del imperialismo occidental en la región. Los marxistas revolucionarios sostenemos el derecho de los oprimidos a defenderse. El 7 de octubre fue la respuesta a la política crecientemente agresiva de Israel sobre la población palestina en Gaza, Jerusalén y Cisjordania, que ha colocado en crisis el seguidismo de sus direcciones a los acuerdos de Oslo y la inviable solución de dos estados. Nuestro apoyo a la resistencia palestina, un frente único de lucha que incluye tanto organizaciones nacionalistas clericales y laicas como organizaciones que se reivindican marxistas, como el FPLP, no nos impide señalar enfáticamente que la victoria del pueblo palestino depende de transformar el actual conflicto en una revolución que conquiste una Palestina única, laica y socialista. La ofensiva de Israel no se reduce a Gaza. La población de origen árabe que habita Israel, un 20% del total, es considera legalmente como “ciudadanos de segunda”, y se ven privados de múltiples derechos civiles, además de recibir el hostigamiento constante del Estado. Mientras tanto, en la región de Cisjordania, Israel ejerce un control total de los movimientos palestinos, como si se tratara de un gueto. El gobierno de Israel ha entregado, solo este año, 27 mil rifles a los “colonos”, población “civil” que recibe apoyo estatal para avanzar sobre territorios palestinos, actuando como fuerza de choque. Israel mantiene más de cinco mil presos políticos palestinos en condiciones infrahumanas, además de una ocupación de facto sobre territorio sirio. Se trata de un régimen de apartheid, limpieza ética y expulsión de los palestinos, que actúa como gendarme de los intereses imperialistas en la región.

3.       Desmentimos categóricamente que el conflicto en Palestina se reduzca un problema racial ni religioso. El Estado de Israel se constituyó en 1948 de manera ilegítima, actuando como una fuerza de ocupación sobre los hogares de la población de la Palestina histórica. Durante la “Nakba”, la gran catástrofe, Israel practicó una limpieza étnica, forzando el desplazamiento de millones de palestinos y asesinando a miles. El robo de tierras del pueblo palestino mediante la instalación artificial de Israel como estado colono en sus tierras ha sido un emprendimiento del imperialismo anglo-norteamericano, que no sobreviviría sin el envío sistemático de recursos y armamentos de parte de estas potencias, en función de ser un enclave militar y económico de defensa de sus intereses en esa región estratégica. La oposición a la opresión que ha sufrido en tres cuartos de siglo el pueblo desplazado y obligado a vivir bajo una ocupación militar es un problema de los enemigos del imperialismo y los internacionalistas en todo el mundo. Una palestina única, laica y socialista, en el marco de una federación socialista de medio oriente, puede superar este conflicto, integrando a trabajadores árabes y judíos sobre la base de la expulsión de las fuerzas sionistas/imperialistas. Lo que logrará esto es la rebelión de los obreros y jóvenes de medio oriente. La rebelión en Irán el año pasado fue el mejor ejemplo de esto. La rebelión de obreros y jóvenes en Irak y Líbano que se alzaron en 2019-20 fue otro ejemplo. Del norte de África a Turquía y Kurdistán, el potencial revolucionario de los obreros se ha demostrado muchas veces. Todos estos levantamientos apuntan hacia la única salida para los oprimidos y los trabajadores. Existen las condiciones materiales para una ola regional de revolución socialista.

4.       El conflicto entre Palestina e Israel amenaza crecientemente con convertirse en un conflicto regional. Israel ha realizado bombardeos en Siria, Líbano y Egipto. Estados Unidos ha realizado acciones militares en Siria y ha movilizado a la región dos portaaviones con sus grupos de naves y aviones para que estén preparados a sumarse a Israel en un conflicto regional, pretendiendo actuar como disuasivo de sumarse a la pelea. Turquía ha movilizado su flota, mientras mantiene sus incursiones en el norte de Siria.

5.       Biden le ha pedido al congreso norteamericano que vote un paquete de ayuda militar, explicando que su campaña mediante los ejércitos de Zelensky en Ucrania y Rusia, y Netanyahu en Medio Oriente son claves para lo que llamó “un nuevo orden mundial” que debe reemplazar a la crisis del escenario internacional posterior a la caída de la URSS. El carácter estratégico de esta acción del imperialismo, que incluye también el incremento de presión naval y militar sobre China, fue marcado por otros protagonistas. Zelensky ha planteado expresamente su reivindicación de constituir un enclave de la OTAN en el Este de Europa bajo la idea de que sería consolidar en Ucrania un “Gran Israel”. El gobierno ucraniano ha también defendido el “derecho a defensa” de Israel mientras se lleva adelante la limpieza étnica en Gaza. El carácter reaccionario de la invasión rusa a Ucrania no puede servir para disimular la unidad de la intervención de las fuerzas financiadas y dirigidas por la OTAN en ambas zonas, que incluso ha sido clarificada por la actual situación.

6.       Se suceden movilizaciones contra la masacre en el mundo entero. A pesar de que numerosos gobiernos han tomado su alineamiento con el sionismo como una oportunidad para regimentar y perseguir a las expresiones de la izquierda revolucionaria, y han llegado incluso a prohibir el uso de la bandera palestina, esta flamea en movilizaciones, actos y hasta eventos deportivos. Hemos empezado a ver acciones obreras contra fábricas armamentísticas o compañías involucradas en el pertrechamiento de Israel, como en Inglaterra, Italia, Cataluña o Bélgica. Sin embargo, el movimiento puede ser aún más masivo. Es clave alinear a los sindicatos con la lucha palestina, contra el sostenimiento de la ofensiva sionista-imperialista con la que conviven con diverso grado de apoyo los gobiernos burgueses. Impulsamos el frente único más amplio para tomar las calles del mundo para repudiar la masacre en curso en Gaza. Los gobiernos que se alinean con los asesinos deben sentir como se sacude el piso bajo sus pies.

7.       Las guerras en Ucrania y Palestina son solo parte del militarismo creciente que se vive en el mundo. Las crisis capitalistas cada vez más virulentas son volcadas sobre las masas en forma de aumento de explotación, políticas de austeridad y crecientemente un impulso militar. Son muestras de la inviabilidad de un sistema social que genera rebeliones y choques permanentes pero que solo podrá ser resuelta por una lucha revolucionaria que barra con la clase social parasitaria que es la burguesía e instale a la clase trabajadora en el poder.

8.       Mientras impulsamos el frente único más amplio por la victoria de la resistencia Palestina no dejamos de reclamar contra la guerra imperialista en Ucrania y los gobiernos reaccionarios de Zelensky y Putin que la llevan adelante. El alineamiento de gran parte de la izquierda, el movimiento sindical y otras organizaciones de lucha social con uno u otro bando reaccionario en este conflicto ha significado un salto en la integración al Estado burgués de quienes se reivindican revolucionarios. Frente a las crisis que atravesamos necesitamos más que nunca retomar los vínculos del internacionalismo revolucionario, de la independencia de clase y la solidaridad internacional. El enemigo de los pueblos ruso y ucraniano está en sus propios países, abajo los gobiernos responsables de la guerra en ambos bandos. Nos enfrentamos a la lucha entre obreros creada por la guerra fratricida. Promovemos contra ella la unidad internacional de la clase obrera.

9.       Reafirmamos nuestro reclamo: Abajo el Estado genocida sionista de Israel, basta de crímenes contra la población palestina. Por el derecho al retorno de la población palestina desplazada. Por una Palestina única, laica y socialista, como parte de una federación socialista de pueblos de Medio Oriente.

10.   Frente único para frenar el bombardeo y la invasión sionista de Gaza. Por el retiro de tropas de Cisjordania y Jerusalén. Por el fin al bloqueo de Gaza y el derrumbe de los muros de apartheid. Libertad a los presos palestinos. Solidaridad internacional con la resistencia y el pueblo palestinos.

¡A las calles en cada ciudad en defensa de la causa palestina.

Firmas: PO (Argentina); SEP (Turquía); NAR (Grecia); Fuerza 18 de Octubre (Chile); Agrupación Vilcapaza y MST-P (Perú); Occhio di clase (Italia); Política Revolucionaria y Tribuna Classista (Brasil); Okde spartakos (Grecia); İnqilabin Sesi (Azerbaiyán).

 

La responsabilidad del triunfo de Milei es de la catástrofe del peronismo en el poder

Los trabajadores debemos ponernos en pie para enfrentar el ataque que preparan.

19/11/2023

El responsable del triunfo de Milei es el gobierno que ha llevado al pueblo a una situación de crisis insostenible. El gran derrotado es el peronismo, que ha gobernado para el FMI, agravando la pobreza, la indigencia y redistribuyendo de modo negativo la riqueza social. El resultado electoral es demoledor: el gobierno pierde en todo el país con excepción de Formosa, Santiago del Estero y la provincia de Buenos Aires; en esta última, la gran apuesta de Massa, el resultado es prácticamente un empate. Este resultado en favor de un candidato improvisado, con el agravante de la incorporación del macrismo -otro responsable del derrumbe social- no tiene explicación por fuera de la catástrofe del peronismo en el poder. Un gobierno que con un discurso progresista llevó la pobreza por encima del 40% en base a medidas de ajuste, inflación y pactos con el Fondo Monetario Internacional.

El triunfo electoral de Milei no le otorga automáticamente los recursos políticos para aplicar su rabioso programa antiobrero y represivo. El avance de la reforma laboral, la privatización de la salud y de la educación plantean la cuestión de una fuerte reacción popular. El cogobierno con el PRO tendrá que dirimir choques importantes en torno al programa económico. Ya dio pasos hacia acuerdos con la burocracia sindical, pero esto es explosivo respecto de las bases del movimiento obrero. Milei no tiene gobernadores propios, ni intendentes, tampoco tiene una bancada propia en el Congreso que le permita hacer avanzar su agenda por lo cual recurrirá a una combinación de pactos parlamentarios, decretazos, y, como anticipó, eventualmente plebiscitos. Milei tendrá que lidiar con la fragmentación política de los partidos del régimen actual.

Para los trabajadores se plantea un desafío mayúsculo. Hacer frente a un gobierno derechista, que como ya sucedió con Macri tendrá colaboración del peronismo. Durante el gobierno de Macri, el peronismo le votó más de 100 leyes en el congreso. El discurso de Massa reconociendo el resultado electoral ya dejó planteada esa colaboración política. Para enfrentarlo será necesaria la unidad de los trabajadores y forjar una verdadera alternativa independiente. Y, fundamental, superar la burocracia sindical cuya política de entrega frente al ajuste en curso ha contribuido a la victoria del facholibertario. El derrumbe del peronismo, entregando el país a la ultraderecha, plantea superarlo mediante una acción política de la izquierda. Precisamente, la política del Partido Obrero, en todo el proceso electoral, desde las Paso al balotaje ha estado al servicio de promover la intervención de la clase obrera y el conjunto de los explotados en la crisis.

La transición que se abre hasta el 10 de diciembre tiene características convulsivas, en un cuadro de bancarrota económica de fondo, al borde de una híper, con las reservas en negativo y el sistema bancario fuertemente expuesto a una deuda pública insolvente y, desde luego, a una megadevaluación aún cuando Milei postergue su planteo de dolarización.

El desacuerdo sobre quién deberá hacerse cargo de aquí en más del gobierno, entre Milei y el renunciante Massa, es una disputa sobre quién paga el costo político de la enorme devaluación que se viene. Por lo pronto la corrida que ya se está generando plantea una pulverización de los salarios y las jubilaciones que ya vienen fuertemente golpeados, lo cual plantea tomar medidas urgentes en defensa de los ingresos populares en un cuadro que puede derivar en una hiperinflación.

Impulsamos la más amplia deliberación en el movimiento obrero ocupado y desocupado y en todas las organizaciones populares para enfrentar una agenda que ha vuelto a reafirmar incluso la Embajada norteamericana no bien conocidos los resultados. En ese sentido impulsamos el plenario de organizaciones piqueteras del próximo 23/11 que deliberará acerca de cómo defender las reivindicaciones de los desocupados. Y la movilización del movimiento de mujeres el 25 de noviembre, contra un gobierno que pretende liquidar el derecho al aborto. Es muy claro que la defensa de las reivindicaciones más elementales plantea una deliberación con asambleas en todos los lugares de trabajo y estudio, unificar a ocupados y desocupados junto a todo el pueblo para enfrentar este gobierno reaccionario y antiobrero.

Comité Ejecutivo del Partido Obrero

Basta de asedio y bombardeos contra Gaza. Frenemos el genocidio del Estado de Israel contra el pueblo palestino

25/10/2023

La ofensiva del Estado genocida de Israel contra el pueblo palestino está cobrando dimensiones catastróficas. Ya se cuentan más de seis mil asesinados en la franja de Gaza, de los cuales al menos dos mil son niños. A esto se le suma infinidad de heridos y medio millón de desplazados.

Los bombardeos sobre Gaza tienen el objetivo de consumar una limpieza étnica. Los proyectiles caen en forma indiscriminada sobre hospitales, como el Ah-Ahli, escuelas, edificios residenciales, recintos de culto.

Es un asedio total: el acceso al agua, a la electricidad, al abastecimiento de medicamentos y víveres está bloqueado por Israel. El paso fronterizo con Egipto también fue bombardeado por Israel.

A esta situación se le suma los preparativos para una incursión terrestre del ejército israelí sobre Gaza. El Estado genocida de Israel, con el visto bueno del imperialismo, se apresta a cometer una matanza contra el pueblo palestino.

Es necesario denunciar también los bombardeos criminales de Israel sobre Egipto, Siria y Líbano, además del despliegue de portaviones yankis sobre el mar Mediterráneo en apoyo a Israel, amenazando con escalar hacia una guerra regional.

Desde el Partido Obrero defendemos en forma incondicional el derecho a la rebelión del pueblo palestino con los medios a su alcance para hacer frente a este verdadero genocidio.

El Estado de Israel se constituyó en 1948 de manera ilegítima, actuando como una fuerza de ocupación sobre los hogares de la población de la Palestina histórica. Durante la “Nakba”, la gran catástrofe, Israel practicó una limpieza étnica, forzando el desplazamiento de millones de palestinos y asesinando a miles.

La ofensiva de Israel no se reduce a Gaza. La población de origen árabe que habita Israel, un 20% del total, es considera legalmente como “ciudadanos de segunda”, y se ven privados de múltiples derechos civiles, además de recibir el hostigamiento constante del Estado.

Mientras tanto, en la región de Cisjordania, Israel ejerce un control total de los movimientos palestinos, como si se tratara de un ghetto. El gobierno de Israel ha entregado, solo este año, 27 mil rifles a los “colonos”, población “civil” que recibe apoyo estatal para avanzar sobre territorios palestinos, actuando como fuerza de choque.

Israel mantiene más de cinco mil presos políticos palestinos en condiciones infrahumanas, además de una ocupación de facto sobre territorio sirio. Se trata de un régimen de apartheid, que actúa como gendarme de los intereses imperialistas en la región.

En Argentina, todos los candidatos de la burguesía dieron su apoyo al genocidio de Israel. Sergio Massa, incluso, planteó declarar a Hamas como organización terrorista. Es lo que han hecho los gobiernos europeos, prohibiendo manifestaciones y hasta criminalizando el uso de la bandera palestina.

Pero millones en todo el mundo se están movilizando en defensa de la causa palestina. Es necesario frenar el genocidio.

Hoy volvemos a clamar bien fuerte: Abajo el Estado genocida sionista de Israel, basta de crímenes contra la población palestina. Por el derecho al retorno de la población palestina desplazada. Por una Palestina única, laica y socialista, como parte de una federación socialista de pueblos de Medio Oriente.

Llamamos a redoblar la movilización internacional en defensa de la causa palestina.

Vanina Biasi: “Con el voto a Massa, la reacción contra Milei la canaliza un agente del ajuste”

22/10/2023

Analizando los primeros resultados, Vanina Biasi sostuvo: “El repunte de Massa se apoya en una reacción capitalista contra Milei. Los pronunciamientos empresariales fueron muy claros destacando el apoyo de la clase capitalista contra Milei. Esto le permitió recuperar un sector del electorado que rechazó los planteos de Milei. El apoyo de la clase capitalista a Massa va a estar plasmado en su agenda, que es la de la continuidad del pacto con el Fondo Monetario y el ajuste vía inflación contra los salarios y jubilaciones. El Frente de Izquierda mantuvo su elección de las PASO y está consagrando en este momento un legislador de la Ciudad y un diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. Estas conquistas serán una base de apoyo para apoyar las luchas obreras y populares que van a venir en un cuadro de crisis muy profundo”.

Asimismo, Néstor Pitrola, electo diputado en rotación por la provincia de Buenos Aires, sostuvo: “Massa, con su planteo de “gobierno de unidad nacional” tentará en los próximos días a sectores de Juntos por el Cambio, golpeado por la derrota electoral, a integrarse a su potencial gobierno. Es, claramente, un puente a la derecha política, para avanzar en la entrega del litio, los hidrocarburos y los recursos estratégicos del país, tal cual exige el imperialismo. La elección del FITU en la provincia permite consagrar un diputado nacional, en una provincia convulsionada por el ajuste y la pobreza. El bloque de la izquierda será un punto de apoyo importante para los trabajadores y la juventud para enfrentar lo que se viene”.

Votó Vanina Biasi

La candidata a Jefa de Gobierno por el Frente de Izquierda emitió su voto en la escuela N° 20 de la Comuna 5. Lo hizo acompañada del dirigente del PO, Gabriel Solano, el candidato a legislador, Alejandro Lipcovich y la candidata a legisladora de la juventud Tatiana Fernández Martí.

22/10/2023

Desde su lugar de votación, Vanina Biasi dijo: “Esperamos que hoy la izquierda pueda ser un factor de reagrupamiento de todos aquellos que en este escenario de crisis económica y social no encuentran propuestas en defensa de sus intereses. Hemos realizado una enorme campaña recorriendo todos y cada uno de los lugares de laburo, de estudio, los barrios más golpeados por quienes nos gobiernan. Allí es donde se evidencia que los partidos del régimen solamente tienen para ofrecer un ajuste mayor y una derechización más severa.”

“En el terreno de la Ciudad de Buenos Aires, lo más importante es fortalecer a la izquierda que es la única que puede hacerle frente a las políticas que se vienen en un futuro gobierno de coalición en favor de los especuladores inmobiliarios y contra las necesidades de los habitantes de la ciudad.”

 

Por último, la candidata saludó a la militancia: “Quiero resaltar el enorme esfuerzo de la militancia de todo el Partido Obrero y el conjunto de los partidos del Frente de Izquierda por la enorme campaña que han desarrollado y que hoy defienden los votos enfrentando todo tipo de maniobras de los partidos patronales.”

 

La candidata esperará los resultados junto a Myriam Bregman, candidata a Presidenta, y todos los candidatos del Frente de Izquierda en Il Sorpasso – ingreso por Bolívar 1128.

Vanina Biasi 11 5485-9472
Prensa Micaela 11 5719-1810

Massa, Milei y Bullrich nos llevan a una catástrofe

Votemos al FIT-U y luchemos por una salida de los trabajadores

12/10/2023

El país marcha a un nuevo colapso hiperinflacionario y los políticos capitalistas que se presentan a las elecciones son responsables.

El gobierno llevó adelante un pacto de entrega con el FMI, que impone devaluaciones y habilita el saqueo de las reservas en favor del gran capital. Milei alienta la híper para avanzar en su plan de dolarizar la economía. Y Bullrich promete “unificar el tipo” de cambio, o sea, levantar el cepo al dólar devaluando: más inflación y nuevos golpes contra el pueblo.

Todos son conscientes de que el colapso al que marchamos implica una brutal transferencia de ingresos en contra del pueblo trabajador: la híper liquida los salarios y las jubilaciones, mientras los especuladores, los banqueros y el gran capital “dolarizan sus carteras” y hacen negociados a costa del pueblo.

La dolarización que pretende Milei tiene como punto de partida este enorme golpe a los salarios y jubilaciones.

La burocracia sindical mira pasivamente como se liquidan los salarios y las jubilaciones y llama a votar a Massa, responsable central de la crisis. El ajuste llega muy lejos. Los comedores de los barrios no tienen abastecimiento mientras la pobreza marcha a superar la mitad de la población.

Luego de las elecciones, van a pretender utilizar esta catástrofe social para imponer nuevas medidas contra el pueblo: vienen por reformas laborales y antijubilatorias, despidos y nuevas medidas en favor del gran capital para profundizar la entrega de nuestros recursos. Milei inclusive plantea privatizar la educación y la salud. 

Por eso atacan las luchas populares y prometen represión. Es que el escenario de crisis que están preparando será el terreno de grandes movilizaciones populares.

El Partido Obrero llama a los trabajadores a intervenir en esta crisis, con sus propios reclamos. Planteando el ajuste automático de los salarios por inflación sobre la base de un salario igual a la canasta familiar y el 82% móvil para las jubilaciones.

El movimiento obrero ocupado y desocupado deberá ponerse en pie superando el freno de la burocracia sindical para enfrentar la ofensiva contra los de abajo

Son necesarias medidas de emergencia para frenar la sangría: romper con el Fondo Monetario, terminar con el pago de la usuraria y fraudulenta deuda externa, nacionalizar la banca y el comercio exterior y destinar el ahorro nacional resolver las necesidades urgentes de la población trabajadora. Terminar con los gobiernos de los políticos capitalistas mediante un gobierno de los trabajadores.

Con este programa llamamos a votar las listas del FIT-U en todo el país.

Bregman Presidenta – Del Caño Vice

En provincia: Néstor Pitrola Diputado

En CABA: Vanina Biasi Jefa de Gobierno

El Frente de Izquierda repudia la devaluación y el nuevo ajustazo del gobierno y llama a imponer una respuesta en las calles, exigiendo un paro nacional a las centrales sindicales

16/08/2023

El ministro y candidato presidencial por la Unión por la Patria Sergio Massa, decretó un salto devaluatorio del 22% a primera hora del lunes post electoral, como parte del acuerdo con el FMI, algo que ocultó deliberadamente frente a todos sus electores. Esta devaluación ya está impactando de lleno en los precios de los productos de primera necesidad, con aumentos que llegan hasta el 25% en los tres primeros días de la semana. Estamos asistiendo a un salto en la pulverización de los salarios, haberes jubilatorios y planes sociales, mientras que los beneficiarios directos son los usureros de la deuda ilegítima y fraudulenta y los grandes grupos exportadores.

Este nuevo golpe al nivel de vida del pueblo trabajador implementado por Massa es apoyado por todas las alas del oficialismo, desde Alberto Fernández hasta Cristina Kirchner, pasando por los gobernadores peronistas y por Juan Grabois que lo avala con su silencio y dándole apoyo político al candidato presidencial de UP. Y también es apoyada por todas las alas de Juntos por el Cambio y por el candidato ultraderechista Javier Milei, quien dijo que no tiene problemas con el FMI porque su plan es aplicar un ajuste más duro. El Frente de Izquierda Unidad, su fórmula presidencial y todas y todos sus candidatos y militancia en todo el país, somos la única alternativa política nacional que se manifiesta en contra de este nuevo saqueo al bolsillo del trabajador y que decididamente propone romper con el FMI y sus designios, convocando a  miles de trabajadores y a la juventud a ser parte de esta lucha política y social.

El gobierno de Massa, Alberto y Cristina termina su ciclo manteniendo y profundizando todas las políticas de ajuste y rebajas salariales del macrismo, y aplicando en forma obediente las políticas que impone el FMI que incluyen esta devaluación, tarifazos y rebajas salariales para los trabajadores estatales, jubilados y beneficiarios de los planes sociales.

Con esta devaluación pactada en forma secreta con el Fondo Monetario, el gobierno de Fernández y Massa le hacen un enorme favor a Milei y a Bullrich de cara a octubre, por un lado, desmintiendo que haya ningún contenido progresista en un gobierno al servicio del Fondo Monetario, y por otro lado, haciendo el trabajo sucio del ajuste ahora como reclaman los opositores que aspiran a asumir después de octubre.

Quienes acusan que “la derecha viene por tus derechos”, están aplicando un ajuste y ahora una devaluación en el mismo sentido de las que anuncian sus contrincantes electorales: que el pueblo trabajador sea el que pague el ajuste, mientras que los grandes grupos económicos acrecientan sus ganancias y se fugan los dólares.

Repudiamos que la burocracia sindical de la CGT y la CTA, lo mismo que la burocracia de las organizaciones sociales de la UTEP, apoyen a Massa y sus políticas de ajuste. Por el contrario, desde el FIT-U sostenemos que hay que exigirles e imponerles salir a la lucha ya, en defensa del salario y por todas las reivindicaciones de la clase trabajadora, la única que tiene la fuerza para pararle la mano a los ajustadores y sus políticos

Llamamos a convocar a asambleas en los lugares de trabajo, estudio y en los barrios para discutir acciones para exigir a esas centrales un paro nacional activo, que sea el inicio de un plan de lucha nacional, y a coordinar por abajo acciones entre el sindicalismo combativo y el activismo de base antiburocrático, hasta derrotar el ajuste del FMI implementado por el gobierno, apoyado por Bullrich y el ultraderechista Milei quienes proponen profundizarlo aún más.

Vamos por un aumento de emergencia para todos los trabajadores y jubilados, al valor de la canasta familiar exigiendo que se reabran ya todas las paritarias, y que los salarios se indexen automáticamente todos los meses según el costo de la canasta alimentaria. Vamos por un aumento significativo de la ayuda social a las y los desocupados y por el cumplimiento de la entrega de comida a comedores populares. Por comités de trabajadores y consumidores que garanticen un control efectivo de los precios en los lugares de producción y comercialización. Reducción de la jornada laboral para generar trabajo para todos sin reducción salarial, con plenos derechos, sin flexibilización y con salario como mínimo igual a la canasta familiar. Plata para salario, trabajo, vivienda, salud y educación pública, no para la deuda externa y el FMI.

Todas estas reivindicaciones inmediatas deberán ser parte un plan económico obrero y popular como el que postulamos desde el FIT Unidad, que parte del desconocimiento total y no pago de la deuda externa y la ruptura con el FMI, junto a medidas de autodefensa nacional como la nacionalización de la banca y del comercio exterior, creando una banca única que evite las fugas, garantice créditos baratos y resguarde los ahorros de los pequeños ahorristas.

Desde el Frente de Izquierda Unidad sostenemos que la organización y la lucha de la clase trabajadora es la única herramienta eficaz para derrotar al mayor ajuste del gobierno y el FMI que también apoyan el ultraderechista Milei y Patricia Bullrich.

FRENTE DE IZQUIERDA UNIDAD

PTS-PO-IS-MST

16/08/23

Programa del Partido Obrero en el Frente de Izquierda y los Trabajadores-Unidad. Elecciones 2023

El siguiente programa de gobierno fue elaborado por el Partido Obrero, para las elecciones presidenciales de 2023, como parte de la Lista “Unidad de Luchadores y la Izquierda” en el Frente de Izquierda y de Trabajadores - Unidad, encabezada por el dirigente del PO Gabriel Solano.

24/07/2023

 

 

 

 

 

 

INTRODUCCIÓN

Las elecciones presidenciales de 2023 encuentran a la Argentina nuevamente sumergida en una catastrófica crisis económica, social y política.

Tomada de conjunto, la crisis del país es el resultado de un saqueo capitalista que se ha sostenido ininterrumpidamente, gobierno tras gobierno, a lo largo de las últimas décadas.

El fracaso oficial

La pretensión de la coalición oficial de ampararse en el estallido de la pandemia, la guerra en Ucrania y la sequía para justificar el aumento de la pobreza y la indigencia, oculta que en los últimos años los grandes grupos capitalistas de la industria automotriz, de la industria alimenticia, los agroexportadores, las empresas fintech, los bancos y los especuladores financieros han hecho ganancias extraordinarias.

Como sólo la izquierda predijo, denunció y enfrentó, los acuerdos del gobierno con los “fondos buitre” y el FMI no han garantizado estabilidad económica ni han devuelto a la Argentina al mercado de créditos internacional. Por el contrario, el país es víctima de un vaciamiento financiero descarado. Ha sido la orientación capitalista y proimperialista del gobierno del Frente de Todos lo que explica el fracaso oficial y el hundimiento social.

Sin embargo, la crisis está lejos de haber tocado fondo. Argentina marcha a un colapso capitalista de mayor envergadura, que devolverá a la escena todos los fantasmas de las crisis de 2001, del 89’ y del 75’. No solo los que remiten a la hondura de la bancarrota y la desorganización económica, sino también aquellos que rememoran las grandes irrupciones combativas de los trabajadores y el pueblo argentino.

Descomposición política

El hundimiento nacional -y la incapacidad de las fuerzas que gobernaron la Argentina para ponerle fin a ese derrotero- es lo que explica el proceso de disgregación de todos los partidos y coaliciones políticas tradicionales. El renunciamiento de los tres últimos presidentes de la Argentina a una nueva candidatura presidencial en las próximas elecciones es una expresión muy clara de ese proceso.

Junto a la disgregación se profundiza la descomposición de los partidos tradicionales. Todos ellos, entrelazados con distintos sectores del empresariado nacional e internacional, se encuentran involucrados en numerosos casos de corruptela y en el direccionamiento de la obra pública. Sin embargo, la perla que pinta de cuerpo entero la descomposición de los partidos del sistema y del Estado capitalista es su imbricación con el crimen organizado en general y con el narco en particular, lo que ha recrudecido la crisis de inseguridad ciudadana.

Un plan de guerra contra los trabajadores

El programa económico que levanta la clase capitalista, a través de sus representantes del peronismo y la derecha, mantiene incólume la dependencia y el sometimiento del país al FMI. Junto con ello, el empresariado y sus políticos pretenden lanzar un plan de guerra contra los trabajadores, destruyendo las condiciones laborales, previsionales e impositivas. 

Bullrich y Milei, por su parte, pretenden realizar una reforma laboral destruyendo la legislación vigente. Larreta, busca el mismo objetivo pero con la colaboración del peronismo, como lo logró Macri bajo su gobierno. Massa y la dirección de la CGT quieren avanzar con las reformas gremio por gremio destruyendo los convenios colectivos de trabajo.

La degradación social que está sufriendo el pueblo argentino y la magnitud del plan de guerra que se pergeña contra la clase obrera ha instalado, entre la clase capitalista y sus políticos, el temor a una rebelión popular. Es lo que ya se puso de manifiesto en Jujuy. Por eso, todos coinciden en instaurar un régimen de terror y represión contra el pueblo.

Por un gobierno de la izquierda y los trabajadores

Una salida a la crisis sistémica argentina plantea transformaciones de fondo. No se trata de transformar a la izquierda en la versión consecuente de un nacionalismo capitalista impotente y timorato, como lo plantea Juan Grabois, sino de explotar ese fracaso para proclamar la superioridad histórica y práctica del programa obrero y socialista.

Las transformaciones que hacen falta, necesariamente colisionan con los intereses del capital financiero internacional y los grandes grupos capitalistas locales. Para ese choque, hace falta una izquierda con una fuerte implantación obrera y popular, una fuerza política y social capaz de enfrentar a los dueños del poder.

El programa de gobierno de la lista “Unidad de Luchadores y la Izquierda” del Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad, que aquí presentamos, combina las tareas urgentes que necesita nuestro pueblo con una planificación económica, superando la anarquía capitalista reinante. La planificación, es una cualidad que solo un gobierno de los trabajadores y socialista puede poner en marcha.

MEDIDAS URGENTES

Recomposición general de salario y jubilaciones

El deterioro sostenido que han sufrido los salarios y las jubilaciones en los últimos 7 años ha tornado insostenible la situación de las masas trabajadoras. El gobierno de la izquierda y los trabajadores decretará, en el curso de las primeras 24 horas de gobierno, la recomposición general de salarios y jubilaciones. Junto con ello le otorgará poder de policía de trabajo a las comisiones internas y cuerpos de delegados de cada establecimiento y lugares de trabajo, para que velen por el cumplimiento de la nueva normativa, y convocará a la elección de representantes de trabajadores allí donde no existan.

Contra lo que afirman los voceros políticos y económicos de las fuerzas tradicionales, el aumento de salarios no conlleva una mayor emisión monetaria. En el sector privado, el aumento salarial se logra reduciendo la tasa de beneficio de los capitalistas. En el sector público, reduciendo los subsidios y las exenciones impositivas a los grupos empresariales. El aumento de las jubilaciones puede lograrse mediante la restitución de las contribuciones patronales al Anses y el blanqueo de los trabajadores que se encuentran en la informalidad.

Una mejora sustancial del poder adquisitivo de la clase trabajadora dejará en claro, desde el inicio, el contenido de clase específico del nuevo gobierno. Asimismo, redundará en una moralización general de las masas explotadas, condición fundamental para avanzar en todas las transformaciones necesarias para sacar a la Argentina de la miseria, el atraso y el sometimiento.

Medidas:    

  • Aumento de emergencia de salarios, para colocarlos por encima del costo de la canasta familiar (hoy en $350 mil), y su indexación mensual automática por inflación.
  • 82% móvil para los jubilados, restitución de las contribuciones patronales y control del Anses por parte de trabajadores activos y pasivos electos y revocables.

Defensa, generación y condiciones de trabajo

Es necesario blindar a los trabajadores contra las extorsiones patronales. Por eso, junto al aumento de salarios y jubilaciones el gobierno de la izquierda y los trabajadores decretará la prohibición de despidos y suspensiones, y promoverá la ocupación y puesta en funcionamiento, por parte de sus trabajadores, de toda empresa que cierre o despida.

Otra de las medidas urgentes es el establecimiento de un seguro universal al desocupado, equivalente a la canasta básica, para sacar a los trabajadores desocupados de la indigencia y la pobreza. La recomposición de los ingresos de los trabajadores sienta las bases para poder proceder a una reducción y reparto general de las horas de trabajo, sin rebajar el salario, para generar empleos de calidad. 

Contra la propaganda de las patronales y los partidos tradicionales, en favor de una reforma laboral, el gobierno de la izquierda y los trabajadores establecerá la defensa de los convenios colectivos de trabajo, el fin de la informalidad y la tercerización laboral, la efectivización y el pase a planta permanente de todos los trabajadores precarizados del sector público y privado.

Medidas:

  • Prohibición de despidos y suspensiones. Estatización bajo control obrero de toda empresa que cierre o despida.
  • Seguro universal al desocupado, equivalente a la canasta básica. Reducción y reparto de las horas de trabajo sin rebajar el salario.
  • Defensa de los convenios colectivos de trabajo, fin de la informalidad y la tercerización laboral. Pase a planta permanente encuadrados en el mejor convenio del establecimiento. 

PLAN ECONÓMICO

Ruptura con el FMI y repudio de la deuda

La tutela del Fondo Monetario Internacional no solo apunta a expoliar los recursos financieros y naturales del país, sino también a alinear a la Argentina detrás de los intereses del imperialismo nortemaericano, en un escenario internacional signado por los crecientes choques y conflictos comerciales, monetarios y bélicos. Sin una ruptura con el FMI, Argentina no tiene posibilidades de ponerse en pie y desenvolverse como un país soberano.

Junto a la ruptura con el FMI, el gobierno de la izquierda y los trabajadores terminará con el saqueo capitalista de la Argentina, repudiando el pago de la deuda externa, nacionalizando el sistema bancario y el comercio exterior. Argentina ha pagado en numerosas ocasiones su deuda externa, es víctima del anatocismo: el cobro de intereses sobre los intereses en mora. La deuda externa se ha revelado como un método eficaz de expoliación de la riqueza nacional por parte de los capitalistas extranjeros y nacionales. El repudio de la deuda es una condición sine qua non para poner fin al saqueo nacional.

Solo a través de una banca estatal única y el monopolio del comercio exterior, bajo control de los trabajadores, se puede poner fin a la sistemática fuga de capitales, que ha dado lugar a la llamada “formación de activos externos” por el orden de los 400 mil millones de dólares. La fuga se ejecuta a través de la especulación financiera, la sobrefacturación de importaciones y la subfacturación de exportaciones. La nacionalización de los puertos y el control de la Hidrovía son cruciales para un verdadero monopolio del comercio exterior. Concentrar el ahorro nacional, para destinarlo a un plan de obras públicas y a la industrialización del país, es la clave de una planificación económica, la que solo se puede concertar bajo la dirección de los trabajadores.

Medidas:

  • Ruptura con el Fondo Monetario Internacional y repudio de la deuda externa.
  • Nacionalización de todo el comercio exterior, estableciendo un monopolio bajo control de los trabajadores.
  • Nacionalización del sistema bancario, estableciendo una banca estatal única bajo control de los trabajadores.
  • Nacionalización de la Hidrovía y los puertos privados.

Plan monetario e impositivo 

El vaciamiento financiero está en la base del proceso inflacionario, ya que la emisión monetaria se ejecuta sin respaldo en moneda fuerte. Por eso, las medidas arriba descriptas -repudio de la deuda externa, nacionalización de la banca y el comercio exterior- son el punto de partida para poner fin a uno de los causantes fundamentales del proceso inflacionario que sufre la Argentina. Esta orientación, se opone por el vértice a los planteos de dolarización de la economía, a la política antiinflacionaria basada en el “enfriamiento de la economía” -es decir en un política recesiva- o en la privatización y entrega de los recursos estratégicos del país.

Asimismo, esas medidas, serían un factor decisivo para la recuperación de una moneda nacional que cumpla íntegramente con sus funciones como tal. Contar con una moneda nacional fuerte resulta un instrumento esencial para poder proceder a una planificación económica. Contra lo que sostienen los capitalistas y sus políticos, la Argentina cuenta con un régimen impositivo completamente regresivo. Es decir, los gravámenes recaen sobre los trabajadores y consumidos, no sobre los capitalistas y las grandes fortunas. De lo que se trata es de proceder en el sentido contrario: desgravar a los trabajadores y gravar a los capitalistas. 

Medidas:

  • Eliminación del IVA, de todos los impuestos al consumo y a la vivienda única.
  • Eliminación del impuesto a las ganancias implementado al salario.
  • Impuestos progresivos al gran capital.

Recuperación de los recursos estratégicos

El saqueo capitalista de la Argentina tiene una expresión muy aguda en el proceso de enajenación de los recursos estratégicos del país. El gasoducto Néstor Kirchner, por el cual se pretende viabilizar la exportación de gas, promete transformarse en una nueva fuente de saqueo nacional, con los monopolios petroleros internacionales secando las reservas hidrocarburíferas de Vaca Muerta y apropiándose de los dólares resultantes del comercio exterior. Una situación de características similares o peores se perfila con la industria del litio, que ha adquirido un carácter estratégico en la puja tecnológica internacional.

Para poner los recursos estratégicos al servicio de un desarrollo nacional y de los intereses de las mayorías trabajadoras, el gobierno de la izquierda y los trabajadores procederá a la  nacionalización integral, sin indemnización y bajo control obrero, del petróleo, el gas, el litio, la gran propiedad terrateniente y los grandes pooles de siembra. La nacionalización del comercio exterior debe estar al servicio de la adquisición de tecnología que permita desarrollar una industrialización en el país de los recursos estratégicos.

Medidas:

  • Nacionalización integral de la industria hidrocarburífera, del litio, la gran propiedad terrateniente y los grandes pooles de siembra.
  • Valernos de las codiciadas materias primas producidas en el país para adquirir, en el mercado internacional, tecnología que permita desarrollar un plan de industrialización.

Plan de obras públicas

La ruptura con el FMI, el repudio de la deuda externa, la nacionalización del comercio exterior y el sistema bancario, y la recuperación de los recursos estratégicos, significa poner fin a una parte sustancial del saqueo capitalista de la Argentina. Es, por ende, la premisa para la concentración, en manos del nuevo Estado, de un gran ahorro nacional.

El gobierno de la izquierda y los trabajadores se valdrá de la concentración del ahorro nacional para dar impulso a un gran plan de obras públicas, que dé respuesta a necesidades imperiosas de la población trabajadora, como la construcción de viviendas, escuelas y hospitales. El déficit habitacional, por ejemplo, asciende a los cuatro millones. Junto con él, se disparan los precios de los alquileres, que se vuelven cada vez más prohibitivos. El ahorro nacional servirá también para la restauración de una vía férrea a escala nacional, tanto para el transporte de carga como de pasajeros. Estas iniciativas serán un factor de enorme impulso económico para el país, reactivando el mercado interno e industrias complementarias y generando millones de puestos de trabajo.

Medidas:

  • Asignación del suelo urbano ocioso a la vivienda popular. Plan de construcción de cuatro millones de viviendas populares. Urbanización de los barrios populares bajo control de los vecinos.
  • Restauración de una vía férrea nacional, destinada a la transportación de cargas y de pasajeros, en articulación con la industria metalúrgica y automotriz.
  • Desarrollo de una flota mercante nacional.

FIN DE LA DEPREDACIÓN AMBIENTAL

La recuperación de los recursos estratégicos abre la posibilidad de poner fin a la depredación ambiental. Esta, es una característica intrínseca al sistema capitalista, que busca aumentar la tasa de beneficio de los grandes grupos económicos acelerando el ciclo de rotación del capital o la apertura de nuevos negocios, aunque sea a costa de la destrucción del planeta. El gobierno de la izquierda y los trabajadores abrirá paso a una transición energética, evaluando el impacto ambiental de emprendimientos económicos, controlado por trabajadores y organizaciones ambientales, y defendiendo el derecho a veto de las comunidades.

Medidas:

  • Defensa de los humedales. Prohibición inmediata de fumigación con agrotóxicos en zonas pobladas y sobre cursos de agua, abriendo camino a una transición para terminar con su uso.
  • Prohibición de la megaminería, manteniendo las fuentes de trabajo en tareas de remediación a cargo de las empresas. Saneamiento de los ríos y suelos contaminados bajo supervisión de organizaciones ambientales y de vecinos.
  • Cese inmediato de las quemas y desmontes, recuperación de las áreas devastadas, financiado por las empresas responsables. Impulso a las energías renovables y limpias.

PLAN SANITARIO Y EDUCATIVO

Reforzamiento de la salud pública

La pandemia de Covid puso al desnudo como nunca la crisis del sistema de salud en Argentina, fuertemente golpeado por décadas de vaciamiento y privatización impulsada por todos los gobiernos. Se puso en evidencia que es imposible resguardar la salud de la población si el sistema sanitario se organiza en función de la búsqueda del lucro privado. Al igual que lo que sucede con la educación, el pacto con el FMI agravó el ajuste en salud. El gobierno de la izquierda y los trabajadores procederá a la triplicación del presupuesto y la centralización del sistema de salud bajo control de sus trabajadores. Se trata de una medida elemental para gestionar los recursos en función de criterios sanitarios y no empresariales. Asimismo, procederá a la nacionalización de los laboratorios farmacéuticos, medida fundamental para poner la producción al servicio de la salud de la población y no del lucro empresarial.

Medidas:

  • Triplicación del presupuesto sanitario.
  • Nacionalización y centralización del sistema de salud.
  • Nacionalización sin pago de los laboratorios farmacéuticos.
  • Políticas integrales para atender todo el espectro de los padecimientos mentales y en particular los “consumos problemáticos”.

Reforzamiento de la educación pública

El desfinanciamiento y la degradación de la educación pública que han impulsado todos los gobiernos ha dado un salto con el pacto del gobierno con el FMI. El presupuesto educativo ha sufrido un recorte nominal del 15% en el último año. Los planteos privatistas de Milei han sido preparados por todos los gobiernos de las últimas décadas, en tanto el desfinanciamiento educativo es la vía por la cual se alienta un proceso de privatización educativa. La crisis de la educación pública es producto de las políticas de ajuste y privatización, del avance sobre el estatuto y las conquistas de la docencia, del desguace de la escuela media, del avance sobre los institutos de formación docente y del desfinanciamiento de las universidades. El gobierno de la izquierda y los trabajadores emprenderá una cruzada contra el analfabetismo y la decadencia educativa y por la elevación cultural generalizada del pueblo argentino, triplicando el presupuesto, nacionalizando todo el sistema educativo y anulando todas las reformas y leyes heredadas de las dictaduras y los gobiernos capitalistas de las últimas décadas. Los planes educativos estarán fuertemente asociados al plan económico del nuevo Estado. 

Medidas: 

  • Triplicación del presupuesto, bajo control de docentes y estudiantes. Sistema educativo único nacional, a cargo del Estado. 
  • Anulación de las reformas y leyes antieducativas (Ley Federal, LEN, LES). Defensa irrestricta del Estatuto del docente.
  • Fin de las pasantías gratuitas en la educación media. Democratización del cogobierno universitario. Expulsión de las camarillas universitarias que ofician como correa de transmisión de los intereses capitalistas al interior de las universidades.
  • Plan de reinserción escolar de niños y jóvenes que perdieron la regularidad en el curso de la pandemia.

DERECHOS DE LA MUJER TRABAJADORA

Principio del fin de la opresión sobre la mujer

Solo un gobierno de la izquierda y la clase trabajadora puede conquistar la igualdad de derechos para las mujeres, iniciando el proceso histórico que le pondrá fin a las relaciones de explotación capitalista, que son el edificio social donde se monta la cultura patriarcal y machista. El actual gobierno, en alianza con sectores clericales y condicionado por el ajuste fondomonetarista, ha estado de espaldas a las demandas de las mujeres y diversidades. El Ministerio de las Mujeres y Diversidades ha concluido en una farsa, pues lo que progresa es la tentativa de las iglesias, junto a los sectores reaccionarios de todos los bloques patronales, de avasallar las conquistas logradas por la lucha de las mujeres en los últimos años.

El gobierno de la izquierda y la clase trabajadora establecerá el principio de “a igual trabajo, igual salario”, superando definitivamente la discriminación y superexplotación que sufren las mujeres trabajadoras. Impulsará la socialización de las tareas domésticas, para liberar a las mujeres de la esclavitud hogareña. Defenderá el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, y su implementación efectiva en cada provincia y municipio del país. Establecerá la educación sexual integral, laica, científica y respetuosa de las diversidades en cada establecimiento escolar, con programas debatidos y resueltos por las organizaciones de mujeres, centros de estudiantes y organizaciones populares. Contra la violencia hacia la mujer, el gobierno de la izquierda y la clase trabajadora garantizará la asistencia en materia de vivienda, trabajo y salud física y psicológica para las mujeres violentadas. Impulsará la lucha mancomunada de las mujeres y los hombres de la clase obrera contra todo tipo de opresión.

Medidas:

  • Implementación del principio “a igual trabajo, igual salario”. Socialización de las tareas domésticas.
  • Implementación efectiva de la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Implementación de la educación sexual integral, laica, científica y respetuosa de las diversidades en cada establecimiento escolar.
  • Asistencia en materia de vivienda, trabajo y salud física y psicológica para las mujeres violentadas

ORGANIZACIÓN DEL NUEVO ESTADO

Características generales del Estado obrero

El Estado no es más que el representante general de los intereses de la clase social que detenta el poder económico y político de un país. En la actualidad, el Estado argentino es el más fiel representante y defensor de la clase capitalista. El ascenso de la izquierda y los trabajadores al poder -que se concretizará a través de una acción histórica independiente de las masas obreras y populares- planteará la puesta en pie de un nuevo tipo de Estado, estructurado en base a la democracia obrera.

El gobierno del nuevo Estado estará a cargo de representantes de las organizaciones obreras y populares, con cargos electos y revocables, que cobrarán lo mismo que un trabajador calificado. Su forma concreta será precisada por intermedio de un congreso de delegados o representantes, electos y revocables, de todas las organizaciones obreras del sector público y privado, de trabajadores ocupados y desocupados.

El gobierno de la izquierda y los trabajadores procederá al desmantelamiento de las fuerzas represivas y la constitución de una nueva fuerza de seguridad, reclutada y formada por las organizaciones obreras y de DDHH. Creará una Comisión Investigadora Independiente para abordar todas las denuncias de corruptela del funcionariado político y sus vínculos con la clase capitalista. La comisión contará con plenos poderes para acceder a todo tipo de archivos, documentos y pruebas. El gobierno de la izquierda y los trabajadores establecerá la revocabilidad y elección popular de jueces y fiscales. Se establecerá la separación de la Iglesia del Estado, confiscando todos los bienes y terminando con todos los beneficios económicos que han sido históricamente otorgados a las iglesias de distinta índole. Se pondrá fin a la influencia de la Iglesia en el Estado, especialmente en el terreno de la salud, la educación y la asistencia social.

Medidas:

  • Gobierno a cargo de representantes de las organizaciones obreras y populares, con cargos electos y revocables, que cobrarán lo mismo que un trabajador calificado.
  • Desmantelamiento de las fuerzas represivas. Constitución de una nueva fuerza de seguridad, reclutada y formada por las organizaciones obreras y de DDHH.
  • Constitución de una Comisión Investigadora Independiente para abordar todas las denuncias de corruptela del funcionariado político y sus vínculos con la clase capitalista. Con plenos poderes para acceder a todo tipo de archivos, documentos y pruebas.
  • Elección por voto popular de jueces y fiscales.
  • Separación de la Iglesia del Estado.
  • Libertad a los presos por luchar, cierre de todas las causas contra luchadores populares.

Fin del narco-Estado y la inseguridad

El crecimiento de la inseguridad tiene, en su base, el desarrollo del crimen organizado, amparado desde el Estado, y la degradación y descomposición social. De la mano de todos los gobiernos ha progresado la imbricación del narcotráfico con el Estado. Todas las fuerzas políticas capitalistas cuentan con financiamiento narco de sus campañas electorales. El Estado y los políticos capitalistas protegen a los bancos y casinos, donde se lava el dinero sucio proveniente del crimen organizado, y mantienen privatizado el puerto de Rosario, por donde sale la droga del país. El crimen organizado se asocia a la degradación generalizada de las condiciones de vida de las masas.

Ante la inseguridad, el peronismo viene haciendo propio el discurso de la derecha, que apunta a reforzar la presencia de las fuerzas represivas, promover la “justicia por mano propia” y reforzar el punitivismo. Pero el punitivismo no ha dado resultados positivos. La aprobación de las llamadas “leyes Blumberg” y las reformas del código procesal penal -que aumentaron las penas y prohibieron las salidas anticipadas de prisión- no redundaron en una caída de la criminalidad. Por el contrario, la inseguridad crece bajo el amparo del Estado, a través del crimen organizado.

Por eso,  las “medidas urgentes” y el “plan económico” plasmados en este programa -que plantean el aumento de salarios, la creación de puestos de trabajo y la nacionalización de los bancos, casinos y puertos privados- son medidas fundamentales para desmantelar el narco-Estado. En definitiva, la puesta en pie de un nuevo Estado, propio de los trabajadores, es la única vía para poner fin al crecimiento de la inseguridad.

Medidas:

  • Construcción de centros de atención de consumos problemáticos en cada barrio.
  • Impulso de programas culturales y deportivos en todos los barrios, para apartar a la juventud del flagelo de las drogas.

RELACIONES INTERNACIONALES

El gobierno de la izquierda y los trabajadores establecerá sus relaciones internacionales en base a la defensa del nuevo Estado, representante general de los intereses del pueblo trabajador argentino. Propiciará iguales derechos sociales y políticos para los trabajadores migrantes que habitan nuestro país. El principal aliado del nuevo Estado serán los trabajadores y pueblos del mundo. Proclamará, abiertamente, su rechazo a la guerra imperialista y a la injerencia de las potencias extranjeras en los asuntos internos, sean económicos o políticos, de nuestro país como de cualquier otro país del mundo. Desde esa comprensión, reafirmará su rechazo a la ocupación de las Islas Malvinas por parte del imperialismo británico y la OTAN, a la Base Espacial China instalada en Neuquén y la injerencia norteamericana en los asuntos argentinos y latinoamericanos. A diferencia del  Mercosur, que ha servido para cobijar los intereses de las grandes monopolios internacionales y de las burguesías nacionales, priorizaremos la unidad socialista de América Latina, a través de una Federación de Repúblicas obreras y campesinas de América Latina.

 

¡Libertad a Iván Blacutt y a todas y todos los detenidos! ¡Basta de perseguir a los que luchan!

¡Abajo la reforma constitucional de Gerardo Morales!

13/07/2023

En el día de la fecha 13 de julio de 2023 detuvieron en la provincia de Jujuy a Iván Blacutt, dirigente de Izquierda Socialista de esa provincia, docente universitario, Congresal de Conadu Histórica y pre candidato a Diputado Nacional en el Frente de Izquierda Unidad.

Su detención se produce en una cacería donde han sido apresados otras cinco compañeras y compañeros, se han librado 20 órdenes de detenciones y de allanamientos a distintos luchadores, lo mismo está ocurriendo con 22 de ellos en Humahuaca, y se ha violado la autonomía universitaria de la Universidad Nacional de Jujuy ingresando personal policial al mismo, lo que fue denunciado por todos los partidos del Frente de Izquierda.

Iván Blacutt es víctima como tantas compañeras y compañeros en Jujuy de la repudiable represión y persecución salvaje por parte del gobernador Gerardo Morales y pre candidato presidencial de Larreta, con el objetivo de sostener una reforma constitucional represiva que prohíbe el derecho a la protesta, votada con la complicidad del PJ y siendo resistida por la docencia, las comunidades originarias y el incondicional apoyo del Frente de Izquierda Unidad.

Ya empezaron los pronunciamientos de distintas organizaciones exigiendo la libertad de Blacutt, como la Conadu histórica-CTA Autónoma y del sindicalismo combativo. Llamamos a la más amplia unidad para pronunciarse en ese sentido, a las organizaciones sindicales y gremiales, políticas, personalidades, organizaciones estudiantiles, barriales y sociales, repudiando esta cacería contra quienes vienen enfrentando los salarios miserables y la reforma constitucional represiva.

Libertad a Blacutt y a todxs lxs detenidxs. Anulación de las causas. Basta de perseguir a los que luchan. Abaja la reforma, arriba los salarios.

Frente de Izquierda Unidad
13 de Julio 2023

Por un debate presidencial público del Frente de Izquierda

Carta a los partidos del FIT-U

07/07/2023

Compañeros/as:

Nos dirigimos a ustedes con el fin de proponerles la organización en común de un debate presidencial entre las dos listas internas que hoy tiene el Frente de Izquierda: la conformada por el Partido Obrero y el MST y encabezada por Gabriel Solano y la conformada por el PTS e IS y encabezada por Myriam Bregman.

La realización del debate que estamos proponiendo resulta una necesidad no solo para la vanguardia obrera y juvenil identificada con la izquierda, sino también para los cada vez más amplios sectores populares que demuestran su completo desencanto con el régimen y las fuerzas capitalistas. Un debate de candidaturas presidenciales nos va a permitir amplificar nuestra campaña y colocar con claridad, las posiciones de las listas internas que se presentan en estas PASO. La polémica servirá para clarificar que no estamos ante una rencilla por cargos, sino que estamos debatiendo las estrategias de la izquierda, que serán puestas a prueba en el próximo período ante los grandes desafíos que afrontará la clase obrera.

El debate de la izquierda tendría lugar en momentos donde ya se ha terminado de definir el escenario electoral de las Paso, con una oferta electoral claramente volcada hacia la derecha. Es que, con la designación de Massa, el peronismo sumó un derechista más a la terna de los ‘presidenciables’ (Bullrich, Larreta y Milei). Su designación terminó de desautorizar cualquier tipo de relato ‘nacional y popular’ del kirchnerismo. Pues ha sido la mismísima Cristina Fernández quién ungió al representante más derechista de la coalición oficial, que cuenta con los vínculos más estrechos con el imperialismo norteamericano, como precandidato a la presidencia.

El proceso electoral tendrá lugar en momentos donde la crisis económica y social de la Argentina ha llegado a niveles inusitados. Como resultado de un saqueo capitalista voraz, que se viabiliza por medio de la tutela del FMI, el pago de la deuda, el control privado del comercio exterior, el sistema financiero y los recursos estratégicos, se han disparado todos los índices sociales críticos: porcentajes altísimos de pobreza, indigencia e informalidad laboral. El vaciamiento financiero explica, en buena medida, la inflación sistemática y prepara las condiciones para un nuevo colapso económico de mayor envergadura, donde una fuerte devaluación podría ser el detonante de una hiperinflación y la falta de dólares la causante de una recesión económica. Es por eso que la clase capitalista ha explicitado muy claramente su agenda. Pretenden avanzar con un plan de guerra contra la clase obrera a través de las llamadas “reformas estructurales”, proceder a la completa enajenación de los recursos naturales y poner fin a la protesta social, criminalizando, judicializando y reprimiendo a los luchadores. A esta agenda tributan, con sus matices, todos los candidatos de los partidos capitalistas.

Es evidente que, con la postulación de Massa, la burguesía y el imperialismo han definido propiciar un cuadro de polarización entre las dos principales coaliciones. La fuerte manija dada por el establishment a la candidatura de Milei, desde el año pasado hasta hasta hace dos meses atrás, ha mutado a un torpedeo. Pues la clase dirigente, que valora la funcionalidad de Milei para correr a la derecha la agenda pública nacional, ha tomado nota del carácter explosivo de sus planteos en el actual cuadro social. El Jujeñazo, desatado a pocas semanas del triunfo del Frente Cambia Jujuy con el 50% de los votos, vino a confirmar los temores de la burguesía y las perspectivas que se nos abren a los revolucionarios. Ahora, la clase capitalista revaloriza el papel de contención que puede jugar el peronismo.

La postulación de Grabois como línea interna de Unión por la Patria, lejos de relativizar el rumbo derechista del oficialismo, lo confirma: su candidatura ha sido pergeñada para contener en los marcos de la coalición oficial el descontento de amplios sectores con la postulación de un derechista como Massa, tratando de evitar la evolución de una parte del electorado hacia un voto al Frente de Izquierda. Es aún más evidente la maniobra cuando se avizora que, en el resto de la categorías, Grabois impulsa las mismas candidaturas que Massa.

Como se puede apreciar, el cuadro descripto le ofrece una oportunidad al Frente de Izquierda. Pero también un enorme desafío. Desde nuestro partido lo señalamos tempranamente y propusimos la realización de un Congreso del Frente de Izquierda. Un Congreso del FIT-U hubiera permitido clarificar las divergencias, acercar posiciones, formular un programa y (fundamental) trazar un plan de acción común en el terreno electoral y de la lucha de clases. Con el MST logramos ponernos de acuerdo en la realización de un Plenario de los luchadores y la izquierda, donde con 20.000 compañeros y compañeras, en numerosas comisiones, discutimos los problemas que afrontan los trabajadores sindicalizados, las mujeres, la juventud, el movimiento piquetero, el movimiento ambiental, etc., y donde se votaron, a mano alzada, la fórmula presidencial y las principales candidaturas. ¿No fue esta, acaso, una instancia extraordinaria donde dejamos en evidencia, blanco sobre negro, el método democrático de la izquierda obrera y socialistas contra las designaciones a dedo de los dirigentes de los partidos capitalistas?

Así las cosas, planteada la discusión a través de listas que confrontan en las PASO, el debate que proponemos será convocante y contribuirá no sólo a clarificar posiciones sino también a conquistar nuevos militantes y simpatizantes a la construcción del Frente de Izquierda y a que sea un mayor canal electoral el próximo 13 de agosto. Lo que queremos debatir en estas PASO es justamente, con qué estrategia y política el Frente de Izquierda va a abordar la próxima etapa, para proyectarse como alternativa política agrupando a quienes vienen enfrentando el ajuste para impulsar una salida obrera y socialista a la crisis nacional.

Comité Ejecutivo Nacional del Partido Obrero

Programa de gobierno de la Lista “Unidad de Luchadores y la Izquierda”

Frente de Izquierda y de Trabajadores - Unidad

03/07/2023

INTRODUCCIÓN

MEDIDAS URGENTES
Recomposición general de salarios y jubilaciones
Defensa, generación y condiciones de trabajo

PLAN ECONÓMICO
Ruptura con el FMI y repudio de la deuda
Plan monetario e impositivo
Recuperación de los recursos estratégicos
Plan de obras públicas

FIN DE LA DEPREDACIÓN AMBIENTAL

PLAN SANITARIO Y EDUCATIVO
Reforzamiento de la salud pública
Reforzamiento de la educación pública

DERECHOS DE LA MUJER TRABAJADORA
Principio del fin de la opresión sobre la mujer

ORGANIZACIÓN DEL NUEVO ESTADO
Características generales del Estado obrero
Fin del narco-estado y la inseguridad

RELACIONES INTERNACIONALES

 

INTRODUCCIÓN

Las elecciones presidenciales de 2023 encuentran a la Argentina nuevamente sumergida en una catastrófica crisis económica, social y política.

Tomada de conjunto, la crisis del país es el resultado de un saqueo capitalista que se ha sostenido ininterrumpidamente, gobierno tras gobierno, a lo largo de las últimas décadas.

El fracaso oficial

La pretensión de la coalición oficial de ampararse en el estallido de la pandemia, la guerra en Ucrania y la sequía para justificar el aumento de la pobreza y la indigencia, oculta que en los últimos años los grandes grupos capitalistas de la industria automotriz, de la industria alimenticia, los agroexportadores, las empresas fintech, los bancos y los especuladores financieros han hecho ganancias extraordinarias.

Como sólo la izquierda predijo, denunció y enfrentó, los acuerdos del gobierno con los “fondos buitre” y el FMI no han garantizado estabilidad económica ni han devuelto a la Argentina al mercado de créditos internacional. Por el contrario, el país es víctima de un vaciamiento financiero descarado. Ha sido la orientación capitalista y proimperialista del gobierno del Frente de Todos lo que explica el fracaso oficial y el hundimiento social.

Sin embargo, la crisis está lejos de haber tocado fondo. Argentina marcha a un colapso capitalista de mayor envergadura, que devolverá a la escena todos los fantasmas de las crisis de 2001, del 89’ y del 75’. No solo los que remiten a la hondura de la bancarrota y la desorganización económica, sino también aquellos que rememoran las grandes irrupciones combativas de los trabajadores y el pueblo argentino.

Descomposición política

El hundimiento nacional -y la incapacidad de las fuerzas que gobernaron la Argentina para ponerle fin a ese derrotero- es lo que explica el proceso de disgregación de todos los partidos y coaliciones políticas tradicionales. El renunciamiento de los tres últimos presidentes de la Argentina a una nueva candidatura presidencial en las próximas elecciones es una expresión muy clara de ese proceso.

Junto a la disgregación se profundiza la descomposición de los partidos tradicionales. Todos ellos, entrelazados con distintos sectores del empresariado nacional e internacional, se encuentran involucrados en numerosos casos de corruptela y en el direccionamiento de la obra pública. Sin embargo, la perla que pinta de cuerpo entero la descomposición de los partidos del sistema y del Estado capitalista es su imbricación con el crimen organizado en general y con el narco en particular, lo que ha recrudecido la crisis de inseguridad ciudadana.

Un plan de guerra contra los trabajadores

El programa económico que levanta la clase capitalista, a través de sus representantes del peronismo y la derecha, mantiene incólume la dependencia y el sometimiento del país al FMI. Junto con ello, el empresariado y sus políticos pretenden lanzar un plan de guerra contra los trabajadores, destruyendo las condiciones laborales, previsionales e impositivas.

Bullrich y Milei, por su parte, pretenden realizar una reforma laboral destruyendo la legislación vigente. Larreta, busca el mismo objetivo pero con la colaboración del peronismo, como lo logró Macri bajo su gobierno. Massa y la dirección de la CGT quieren avanzar con las reformas gremio por gremio destruyendo los convenios colectivos de trabajo.

La degradación social que está sufriendo el pueblo argentino y la magnitud del plan de guerra que se pergeña contra la clase obrera ha instalado, entre la clase capitalista y sus políticos, el temor a una rebelión popular. Es lo que ya se puso de manifiesto en Jujuy. Por eso, todos coinciden en instaurar un régimen de terror y represión contra el pueblo.

Por un gobierno de la izquierda y los trabajadores

Una salida a la crisis sistémica argentina plantea transformaciones de fondo. No se trata de transformar a la izquierda en la versión consecuente de un nacionalismo capitalista impotente y timorato, como lo plantea Juan Grabois, sino de explotar ese fracaso para proclamar la superioridad histórica y práctica del programa obrero y socialista.

Las transformaciones que hacen falta, necesariamente colisionan con los intereses del capital financiero internacional y los grandes grupos capitalistas locales. Para ese choque, hace falta una izquierda con una fuerte implantación obrera y popular, una fuerza política y social capaz de enfrentar a los dueños del poder.

El programa de gobierno de la lista “Unidad de Luchadores y la Izquierda” del Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad, que aquí presentamos, combina las tareas urgentes que necesita nuestro pueblo con una planificación económica, superando la anarquía capitalista reinante. La planificación, es una cualidad que solo un gobierno de los trabajadores y socialista puede poner en marcha.

 

MEDIDAS URGENTES

Recomposición general de salario y jubilaciones

El deterioro sostenido que han sufrido los salarios y las jubilaciones en los últimos 7 años ha tornado insostenible la situación de las masas trabajadoras. El gobierno de la izquierda y los trabajadores decretará, en el curso de las primeras 24 horas de gobierno, la recomposición general de salarios y jubilaciones. Junto con ello le otorgará poder de policía de trabajo a las comisiones internas y cuerpos de delegados de cada establecimiento y lugares de trabajo, para que velen por el cumplimiento de la nueva normativa, y convocará a la elección de representantes de trabajadores allí donde no existan.

Contra lo que afirman los voceros políticos y económicos de las fuerzas tradicionales, el aumento de salarios no conlleva una mayor emisión monetaria. En el sector privado, el aumento salarial se logra reduciendo la tasa de beneficio de los capitalistas. En el sector público, reduciendo los subsidios y las exenciones impositivas a los grupos empresariales. El aumento de las jubilaciones puede lograrse mediante la restitución de las contribuciones patronales al Anses y el blanqueo de los trabajadores que se encuentran en la informalidad.

Una mejora sustancial del poder adquisitivo de la clase trabajadora dejará en claro, desde el inicio, el contenido de clase específico del nuevo gobierno. Asimismo, redundará en una moralización general de las masas explotadas, condición fundamental para avanzar en todas las transformaciones necesarias para sacar a la Argentina de la miseria, el atraso y el sometimiento.

Medidas:

Aumento de emergencia de salarios, para colocarlos por encima del costo de la canasta familiar (hoy en $350 mil), y su indexación mensual automática por inflación.

82% móvil para los jubilados, restitución de las contribuciones patronales y control del Anses por parte de trabajadores activos y pasivos electos y revocables.

Defensa, generación y condiciones de trabajo

Es necesario blindar a los trabajadores contra las extorsiones patronales. Por eso, junto al aumento de salarios y jubilaciones el gobierno de la izquierda y los trabajadores decretará la prohibición de despidos y suspensiones, y promoverá la ocupación y puesta en funcionamiento, por parte de sus trabajadores, de toda empresa que cierre o despida.

Otra de las medidas urgentes es el establecimiento de un seguro universal al desocupado, equivalente a la canasta básica, para sacar a los trabajadores desocupados de la indigencia y la pobreza. La recomposición de los ingresos de los trabajadores sienta las bases para poder proceder a una reducción y reparto general de las horas de trabajo, sin rebajar el salario, para generar empleos de calidad.

Contra la propaganda de las patronales y los partidos tradicionales, en favor de una reforma laboral, el gobierno de la izquierda y los trabajadores establecerá la defensa de los convenios colectivos de trabajo, el fin de la informalidad y la tercerización laboral, la efectivización y el pase a planta permanente de todos los trabajadores precarizados del sector público y privado.

Medidas:

Prohibición de despidos y suspensiones. Estatización bajo control obrero de toda empresa que cierre o despida.

Seguro universal al desocupado, equivalente a la canasta básica. Reducción y reparto de las horas de trabajo sin rebajar el salario.

Defensa de los convenios colectivos de trabajo, fin de la informalidad y la tercerización laboral. Pase a planta permanente encuadrados en el mejor convenio del establecimiento.

 

PLAN ECONÓMICO

Ruptura con el FMI y repudio de la deuda

La tutela del Fondo Monetario Internacional no solo apunta a expoliar los recursos financieros y naturales del país, sino también a alinear a la Argentina detrás de los intereses del imperialismo nortemaericano, en un escenario internacional signado por los crecientes choques y conflictos comerciales, monetarios y bélicos. Sin una ruptura con el FMI, Argentina no tiene posibilidades de ponerse en pie y desenvolverse como un país soberano.

Junto a la ruptura con el FMI, el gobierno de la izquierda y los trabajadores terminará con el saqueo capitalista de la Argentina, repudiando el pago de la deuda externa, nacionalizando el sistema bancario y el comercio exterior. Argentina ha pagado en numerosas ocasiones su deuda externa, es víctima del anatocismo: el cobro de intereses sobre los intereses en mora. La deuda externa se ha revelado como un método eficaz de expoliación de la riqueza nacional por parte de los capitalistas extranjeros y nacionales. El repudio de la deuda es una condición sine qua non para poner fin al saqueo nacional.

Solo a través de una banca estatal única y el monopolio del comercio exterior, bajo control de los trabajadores, se puede poner fin a la sistemática fuga de capitales, que ha dado lugar a la llamada “formación de activos externos” por el orden de los 400 mil millones de dólares. La fuga se ejecuta a través de la especulación financiera, la sobrefacturación de importaciones y la subfacturación de exportaciones. La nacionalización de los puertos y el control de la Hidrovía son cruciales para un verdadero monopolio del comercio exterior. Concentrar el ahorro nacional, para destinarlo a un plan de obras públicas y a la industrialización del país, es la clave de una planificación económica, la que solo se puede concertar bajo la dirección de los trabajadores.

Medidas:

Ruptura con el Fondo Monetario Internacional y repudio de la deuda externa.

Nacionalización de todo el comercio exterior, estableciendo un monopolio bajo control de los trabajadores.

Nacionalización del sistema bancario, estableciendo una banca estatal única bajo control de los trabajadores.

Nacionalización de la Hidrovía y los puertos privados.

Plan monetario e impositivo

El vaciamiento financiero está en la base del proceso inflacionario, ya que la emisión monetaria se ejecuta sin respaldo en moneda fuerte. Por eso, las medidas arriba descriptas -repudio de la deuda externa, nacionalización de la banca y el comercio exterior- son el punto de partida para poner fin a uno de los causantes fundamentales del proceso inflacionario que sufre la Argentina. Esta orientación, se opone por el vértice a los planteos de dolarización de la economía, a la política antiinflacionaria basada en el “enfriamiento de la economía” -es decir en un política recesiva- o en la privatización y entrega de los recursos estratégicos del país.

Asimismo, esas medidas, serían un factor decisivo para la recuperación de una moneda nacional que cumpla íntegramente con sus funciones como tal. Contar con una moneda nacional fuerte resulta un instrumento esencial para poder proceder a una planificación económica. Contra lo que sostienen los capitalistas y sus políticos, la Argentina cuenta con un régimen impositivo completamente regresivo. Es decir, los gravámenes recaen sobre los trabajadores y consumidos, no sobre los capitalistas y las grandes fortunas. De lo que se trata es de proceder en el sentido contrario: desgravar a los trabajadores y gravar a los capitalistas.

Medidas:

Eliminación del IVA, de todos los impuestos al consumo y a la vivienda única.

Eliminación del impuesto a las ganancias implementado al salario.

Impuestos progresivos al gran capital.

Recuperación de los recursos estratégicos

El saqueo capitalista de la Argentina tiene una expresión muy aguda en el proceso de enajenación de los recursos estratégicos del país. El gasoducto Néstor Kirchner, por el cual se pretende viabilizar la exportación de gas, promete transformarse en una nueva fuente de saqueo nacional, con los monopolios petroleros internacionales secando las reservas hidrocarburíferas de Vaca Muerta y apropiándose de los dólares resultantes del comercio exterior. Una situación de características similares o peores se perfila con la industria del litio, que ha adquirido un carácter estratégico en la puja tecnológica internacional.

Para poner los recursos estratégicos al servicio de un desarrollo nacional y de los intereses de las mayorías trabajadoras, el gobierno de la izquierda y los trabajadores procederá a la nacionalización integral, sin indemnización y bajo control obrero, del petróleo, el gas, el litio, la gran propiedad terrateniente y los grandes pooles de siembra. La nacionalización del comercio exterior debe estar al servicio de la adquisición de tecnología que permita desarrollar una industrialización en el país de los recursos estratégicos.

Medidas:

Nacionalización integral de la industria hidrocarburífera, del litio, la gran propiedad terrateniente y los grandes pooles de siembra.

Valernos de las codiciadas materias primas producidas en el país para adquirir, en el mercado internacional, tecnología que permita desarrollar un plan de industrialización.

Plan de obras públicas

La ruptura con el FMI, el repudio de la deuda externa, la nacionalización del comercio exterior y el sistema bancario, y la recuperación de los recursos estratégicos, significa poner fin a una parte sustancial del saqueo capitalista de la Argentina. Es, por ende, la premisa para la concentración, en manos del nuevo Estado, de un gran ahorro nacional.

El gobierno de la izquierda y los trabajadores se valdrá de la concentración del ahorro nacional para dar impulso a un gran plan de obras públicas, que dé respuesta a necesidades imperiosas de la población trabajadora, como la construcción de viviendas, escuelas y hospitales. El déficit habitacional, por ejemplo, asciende a los cuatro millones. Junto con él, se disparan los precios de los alquileres, que se vuelven cada vez más prohibitivos. El ahorro nacional servirá también para la restauración de una vía férrea a escala nacional, tanto para el transporte de carga como de pasajeros. Estas iniciativas serán un factor de enorme impulso económico para el país, reactivando el mercado interno e industrias complementarias y generando millones de puestos de trabajo.

Medidas:

Asignación del suelo urbano ocioso a la vivienda popular. Plan de construcción de cuatro millones de viviendas populares. Urbanización de los barrios populares bajo control de los vecinos.

Restauración de una vía férrea nacional, destinada a la transportación de cargas y de pasajeros, en articulación con la industria metalúrgica y automotriz.

Desarrollo de una flota mercante nacional.

 

FIN DE LA DEPREDACIÓN AMBIENTAL

La recuperación de los recursos estratégicos abre la posibilidad de poner fin a la depredación ambiental. Esta, es una característica intrínseca al sistema capitalista, que busca aumentar la tasa de beneficio de los grandes grupos económicos acelerando el ciclo de rotación del capital o la apertura de nuevos negocios, aunque sea a costa de la destrucción del planeta. El gobierno de la izquierda y los trabajadores abrirá paso a una transición energética, evaluando el impacto ambiental de emprendimientos económicos, controlado por trabajadores y organizaciones ambientales, y defendiendo el derecho a veto de las comunidades.

Medidas:

Defensa de los humedales. Prohibición inmediata de fumigación con agrotóxicos en zonas pobladas y sobre cursos de agua, abriendo camino a una transición para terminar con su uso.

Prohibición de la megaminería, manteniendo las fuentes de trabajo en tareas de remediación a cargo de las empresas. Saneamiento de los ríos y suelos contaminados bajo supervisión de organizaciones ambientales y de vecinos.

Cese inmediato de las quemas y desmontes, recuperación de las áreas devastadas, financiado por las empresas responsables. Impulso a las energías renovables y limpias.

PLAN SANITARIO Y EDUCATIVO

Reforzamiento de la salud pública

La pandemia de Covid puso al desnudo como nunca la crisis del sistema de salud en Argentina, fuertemente golpeado por décadas de vaciamiento y privatización impulsada por todos los gobiernos. Se puso en evidencia que es imposible resguardar la salud de la población si el sistema sanitario se organiza en función de la búsqueda del lucro privado. Al igual que lo que sucede con la educación, el pacto con el FMI agravó el ajuste en salud. El gobierno de la izquierda y los trabajadores procederá a la triplicación del presupuesto y la centralización del sistema de salud bajo control de sus trabajadores. Se trata de una medida elemental para gestionar los recursos en función de criterios sanitarios y no empresariales. Asimismo, procederá a la nacionalización de los laboratorios farmacéuticos, medida fundamental para poner la producción al servicio de la salud de la población y no del lucro empresarial.

Medidas:

Triplicación del presupuesto sanitario.

Nacionalización y centralización del sistema de salud.

Nacionalización sin pago de los laboratorios farmacéuticos.

Políticas integrales para atender todo el espectro de los padecimientos mentales y en particular los “consumos problemáticos”.

Reforzamiento de la educación pública

El desfinanciamiento y la degradación de la educación pública que han impulsado todos los gobiernos ha dado un salto con el pacto del gobierno con el FMI. El presupuesto educativo ha sufrido un recorte nominal del 15% en el último año. Los planteos privatistas de Milei han sido preparados por todos los gobiernos de las últimas décadas, en tanto el desfinanciamiento educativo es la vía por la cual se alienta un proceso de privatización educativa. La crisis de la educación pública es producto de las políticas de ajuste y privatización, del avance sobre el estatuto y las conquistas de la docencia, del desguace de la escuela media, del avance sobre los institutos de formación docente y del desfinanciamiento de las universidades. El gobierno de la izquierda y los trabajadores emprenderá una cruzada contra el analfabetismo y la decadencia educativa y por la elevación cultural generalizada del pueblo argentino, triplicando el presupuesto, nacionalizando todo el sistema educativo y anulando todas las reformas y leyes heredadas de las dictaduras y los gobiernos capitalistas de las últimas décadas. Los planes educativos estarán fuertemente asociados al plan económico del nuevo Estado.

Medidas:

Triplicación del presupuesto, bajo control de docentes y estudiantes. Sistema educativo único nacional, a cargo del Estado.

Anulación de las reformas y leyes antieducativas (Ley Federal, LEN, LES). Defensa irrestricta del Estatuto del docente.

Fin de las pasantías gratuitas en la educación media. Democratización del cogobierno universitario. Expulsión de las camarillas universitarias que ofician como correa de transmisión de los intereses capitalistas al interior de las universidades.

Plan de reinserción escolar de niños y jóvenes que perdieron la regularidad en el curso de la pandemia.

DERECHOS DE LA MUJER TRABAJADORA

Principio del fin de la opresión sobre la mujer

Solo un gobierno de la izquierda y la clase trabajadora puede conquistar la igualdad de derechos para las mujeres, iniciando el proceso histórico que le pondrá fin a las relaciones de explotación capitalista, que son el edificio social donde se monta la cultura patriarcal y machista. El actual gobierno, en alianza con sectores clericales y condicionado por el ajuste fondomonetarista, ha estado de espaldas a las demandas de las mujeres y diversidades. El Ministerio de las Mujeres y Diversidades ha concluido en una farsa, pues lo que progresa es la tentativa de las iglesias, junto a los sectores reaccionarios de todos los bloques patronales, de avasallar las conquistas logradas por la lucha de las mujeres en los últimos años.

El gobierno de la izquierda y la clase trabajadora establecerá el principio de “a igual trabajo, igual salario”, superando definitivamente la discriminación y superexplotación que sufren las mujeres trabajadoras. Impulsará la socialización de las tareas domésticas, para liberar a las mujeres de la esclavitud hogareña. Defenderá el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, y su implementación efectiva en cada provincia y municipio del país. Establecerá la educación sexual integral, laica, científica y respetuosa de las diversidades en cada establecimiento escolar, con programas debatidos y resueltos por las organizaciones de mujeres, centros de estudiantes y organizaciones populares. Contra la violencia hacia la mujer, el gobierno de la izquierda y la clase trabajadora garantizará la asistencia en materia de vivienda, trabajo y salud física y psicológica para las mujeres violentadas. Impulsará la lucha mancomunada de las mujeres y los hombres de la clase obrera contra todo tipo de opresión.

Medidas:

Implementación del principio “a igual trabajo, igual salario”. Socialización de las tareas domésticas.

Implementación efectiva de la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Implementación de la educación sexual integral, laica, científica y respetuosa de las diversidades en cada establecimiento escolar.

Asistencia en materia de vivienda, trabajo y salud física y psicológica para las mujeres violentadas

 

ORGANIZACIÓN DEL NUEVO ESTADO

Características generales del Estado obrero

El Estado no es más que el representante general de los intereses de la clase social que detenta el poder económico y político de un país. En la actualidad, el Estado argentino es el más fiel representante y defensor de la clase capitalista. El ascenso de la izquierda y los trabajadores al poder -que se concretizará a través de una acción histórica independiente de las masas obreras y populares- planteará la puesta en pie de un nuevo tipo de Estado, estructurado en base a la democracia obrera.

El gobierno del nuevo Estado estará a cargo de representantes de las organizaciones obreras y populares, con cargos electos y revocables, que cobrarán lo mismo que un trabajador calificado. Su forma concreta será precisada por intermedio de un congreso de delegados o representantes, electos y revocables, de todas las organizaciones obreras del sector público y privado, de trabajadores ocupados y desocupados.

El gobierno de la izquierda y los trabajadores procederá al desmantelamiento de las fuerzas represivas y la constitución de una nueva fuerza de seguridad, reclutada y formada por las organizaciones obreras y de DDHH. Creará una Comisión Investigadora Independiente para abordar todas las denuncias de corruptela del funcionariado político y sus vínculos con la clase capitalista. La comisión contará con plenos poderes para acceder a todo tipo de archivos, documentos y pruebas. El gobierno de la izquierda y los trabajadores establecerá la revocabilidad y elección popular de jueces y fiscales. Se establecerá la separación de la Iglesia del Estado, confiscando todos los bienes y terminando con todos los beneficios económicos que han sido históricamente otorgados a las iglesias de distinta índole. Se pondrá fin a la influencia de la Iglesia en el Estado, especialmente en el terreno de la salud, la educación y la asistencia social.

Medidas:

Gobierno a cargo de representantes de las organizaciones obreras y populares, con cargos electos y revocables, que cobrarán lo mismo que un trabajador calificado.

Desmantelamiento de las fuerzas represivas. Constitución de una nueva fuerza de seguridad, reclutada y formada por las organizaciones obreras y de DDHH.

Constitución de una Comisión Investigadora Independiente para abordar todas las denuncias de corruptela del funcionariado político y sus vínculos con la clase capitalista. Con plenos poderes para acceder a todo tipo de archivos, documentos y pruebas.

Elección por voto popular de jueces y fiscales.

Separación de la Iglesia del Estado.

Libertad a los presos por luchar, cierre de todas las causas contra luchadores populares.

Fin del narco-Estado y la inseguridad

El crecimiento de la inseguridad tiene, en su base, el desarrollo del crimen organizado, amparado desde el Estado, y la degradación y descomposición social. De la mano de todos los gobiernos ha progresado la imbricación del narcotráfico con el Estado. Todas las fuerzas políticas capitalistas cuentan con financiamiento narco de sus campañas electorales. El Estado y los políticos capitalistas protegen a los bancos y casinos, donde se lava el dinero sucio proveniente del crimen organizado, y mantienen privatizado el puerto de Rosario, por donde sale la droga del país. El crimen organizado se asocia a la degradación generalizada de las condiciones de vida de las masas.

Ante la inseguridad, el peronismo viene haciendo propio el discurso de la derecha, que apunta a reforzar la presencia de las fuerzas represivas, promover la “justicia por mano propia” y reforzar el punitivismo. Pero el punitivismo no ha dado resultados positivos. La aprobación de las llamadas “leyes Blumberg” y las reformas del código procesal penal -que aumentaron las penas y prohibieron las salidas anticipadas de prisión- no redundaron en una caída de la criminalidad. Por el contrario, la inseguridad crece bajo el amparo del Estado, a través del crimen organizado.

Por eso, las “medidas urgentes” y el “plan económico” plasmados en este programa -que plantean el aumento de salarios, la creación de puestos de trabajo y la nacionalización de los bancos, casinos y puertos privados- son medidas fundamentales para desmantelar el narco-Estado. En definitiva, la puesta en pie de un nuevo Estado, propio de los trabajadores, es la única vía para poner fin al crecimiento de la inseguridad.

Medidas:

Construcción de centros de atención de consumos problemáticos en cada barrio.

Impulso de programas culturales y deportivos en todos los barrios, para apartar a la juventud del flagelo de las drogas.

 

RELACIONES INTERNACIONALES

El gobierno de la izquierda y los trabajadores establecerá sus relaciones internacionales en base a la defensa del nuevo Estado, representante general de los intereses del pueblo trabajador argentino. Propiciará iguales derechos sociales y políticos para los trabajadores migrantes que habitan nuestro país. El principal aliado del nuevo Estado serán los trabajadores y pueblos del mundo. Proclamará, abiertamente, su rechazo a la guerra imperialista y a la injerencia de las potencias extranjeras en los asuntos internos, sean económicos o políticos, de nuestro país como de cualquier otro país del mundo. Desde esa comprensión, reafirmará su rechazo a la ocupación de las Islas Malvinas por parte del imperialismo británico y la OTAN, a la Base Espacial China instalada en Neuquén y la injerencia norteamericana en los asuntos argentinos y latinoamericanos. A diferencia del Mercosur, que ha servido para cobijar los intereses de las grandes monopolios internacionales y de las burguesías nacionales, priorizaremos la unidad socialista de América Latina, a través de una Federación de Repúblicas obreras y campesinas de América Latina.

Por un paro general y acciones en todo el país

Declaración de apoyo al pueblo jujeño

20/06/2023

La jornada del día de hoy mostró al pueblo de Jujuy enfrentando la represión brutal del régimen dictatorial de Morales que busca imponer a sangre y fuego la reforma antiobrera, represiva y entreguista que votaran en conjunto la UCR y el PJ. La unión de docentes y estatales luchando por el salario, del movimiento piquetero que lucha por trabajo y contra el hambre y las comunidades originarias por el agua y por sus tierras configuran un levantamiento popular. Quien se autodefine como parte de las “palomas” y no de “los halcones” de Juntos por el Cambio, mostró de nuevo su verdadera cara. Los monopolios del litio y los salarios de hambre indicados por el FMI son la prioridad de los políticos capitalistas que gobiernan para las corporaciones.

Los heridos y presos, algunos de grave consideración recuerdan las jornadas del 2001 o la represión en el puente Pueyrredón. Lo mismo la carga de la caballería. El trabajador desocupado herido gravemente por una granada de gas tirada directo a su cabeza recuerda el asesinato de Carlos Fuentealba. El asueto decretado para el día de mañana recuerda a las dictaduras que impotentes de conjurar un paro general como el que habrá en la provincia de Jujuy el 21 de junio, decretan asueto para disimular la huelga, desmovilizar y mejor reprimir.

Morales acusa al kirchnerismo, a Alberto Fernández y a la izquierda con un doble objetivo. Hacer macartismo contra quienes estamos en cada lucha y denunciamos la asamblea constituyente reaccionaria en todo momento, y, al mismo tiempo, encubrir su sociedad con el PJ que aportó todos sus votos para la reforma reaccionaria. Por eso rechazamos de plano la propuesta de una intervención federal de la provincia de Jujuy, como lo han planteado algunos sectores del kirchnerismo y otros ligados al gobierno nacional, porque se trataría de una maniobra de confiscación de un movimiento popular en favor de quienes gobiernan con el FMI. Cuando precisamente son esas ataduras con el Fondo, responsabilidad antes del macrismo y hoy del peronismo, las que generan que haya una decena de provincias con huelgas salariales que incluyen gobiernos tanto de Juntos por el Cambio como del peronismo y el kirchnerismo como Santa Cruz.

Ponemos de relieve especialmente que esta reforma que quita derechos a las mayorías y le garantiza negocios como el litio a una minoría de capitalistas, no se votó sola, se votó en común por la bancada de Morales y la bancada del peronismo. Se votó por unanimidad de todos ellos. Menos la bancada del Frente de Izquierda Unidad que rechazó siempre esta reforma y se retiró de esta farsa de constituyente días antes de la votación. Una vez más queda claro que solo el Frente de Izquierda enfrenta consecuentemente todos los ataques a derechos sociales y democráticos de las mayorías obreras y populares.   

De nuestra parte también queremos reivindicar al pueblo jujeño, que desde hace semanas viene dando una enorme lucha en la calle por todos sus derechos. Y que, en el día de hoy, de nuevo dio una enorme muestra de fortaleza y de lucha, al quedarse durante horas enfrentando la represión y defendiendo su derecho a la protesta, con gran dignidad enfrentó la represión e hizo sentir su voz y sus reclamos justos y genuinos. Y fue un orgullo para nosotros acompañar esa gran gesta obrera y popular con nuestros candidatos a presidente y vice Gabriel Solano y Vilma Ripoll y las diputadas Romina Del Plá y Vanesa Gagliardi que están en Jujuy siendo parte de esa movilización. Mientras a la vez en Buenos Aires Alejandro Bodart, Néstor Pitrola, Jessi Gentile y Vanina Biasi junto a nuestra militancia fueron parte de la marcha unitaria a la Casa de Jujuy, donde también se repudió la represión y la reforma reaccionaria de Morales. Además, en todo el país nuestros referentes y la militancia se movilizó en apoyo al pueblo de Jujuy. Ponemos de relieve de la misma manera la presencia de Eduardo Belliboni y Mónica Sulle, como así también Ileana Celotto y Valeria Filgueiras, dirigentes de AGD-UBA y Ademys, junto a otros representantes sindicales y de DDHH del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia.

Los retrocesos de Morales en una serie de puntos para salvar el corazón antimanifestación son eso, maniobras para hacer pasar lo central. Pero también reflejan el enorme impacto del levantamiento popular. Convocamos a redoblar más que nunca el apoyo al pueblo jujeño en su lucha contra el régimen de Morales, por salarios que cubran la canasta familiar y contra la reforma represiva.

Hace falta convocar a un gran paro nacional activo, con marchas y cortes en todo el país, que acompañen el paro provincial en Jujuy y todas las acciones que mañana y pasado su pueblo decida. Las centrales sindicales que con su pasividad vienen siendo cómplices de estos atropellos, deben dejar de mirar para otro lado y convocar a una huelga general hasta que caiga la reforma. Y desde la izquierda tenemos que seguir poniendo toda nuestra fuerza sindical y social, para ayudar a organizar más a fondo esta pelea, convocando a unir y a coordinar por abajo a todo el activismo en cada lugar de trabajo, de estudio y en los barrios populares para imponer estas medidas de lucha.

Una vez más nos ponemos a disposición de esta importante pelea política y social que anticipa el país que se viene donde vendrán con nuevos ataques a derechos sociales y democráticos. Un país que necesita a la izquierda interviniendo con todas sus fuerzas y en forma solidaria y activa, en primer lugar con esta lucha ejemplar del pueblo jujeño.

 

Frente de Izquierda y de Trabajadores Unidad

Lista “Unidad de luchadores y la Izquierda” (Partido Obrero y MST)

El Partido Obrero de Chaco reclama que se investigue a fondo a Sena y Capitanich

13/06/2023

1- El Partido Obrero denuncia las complicidades políticas evidentes que aparecen en el caso de Cecilia, reclama una investigación inmediata, no solo sobre los autores materiales de este aberrante caso, sino sobre toda responsabilidad política que llegue desde el gobierno de Capitanich.

2 -Sena forma parte de los grupos cooptados por el gobierno a través de la corrupción, la mafia y el montaje de Estado paralelo de la mano de sus cómplices, cooptación y maniobras que el Partido Obrero ha repudiado, denunciado y combatido políticamente defendiendo la independencia del movimiento obrero y popular, del Estado, los gobiernos y de todas sus variantes.

3- Hoy el Partido Obrero tiene programado un acto con Gabriel Solano y Eduardo Belliboni en apoyo a precandidatos/as locales, frente al cuadro político provincial, decidimos sostenerlo para levantar una tribuna de denuncia a este régimen político, responsable de los crímenes contra las mujeres, y para exigir una inmediata y real investigación.

4. La afirmación realizada por Sena mediante un audio acerca de que Aurelio Diaz quedaría a cargo políticamente de su movimiento, fue desmentida por éste en varios medios de comunicación. Más allá de esto informamos que Aurelio Diaz ha dejado de pertenecer a nuestra organización, ni integra las listas del Partido Obrero. Por lo tanto las declaraciones y las acciones que él realice corren por su exclusiva responsabilidad.

4- Por último, volvemos a destacar que ha sido el Partido Obrero quien denunció constantemente los acuerdos de Sena y los Schoklender con el Estado, los “Sueños Compartidos” y el vaciamiento económico de las escuelas de gestión social, en beneficio de los negocios de Sena y compañía con el Estado y la caja del ministerio de Educación.

Dirección provincial de Chaco – Partido del Obrero

13 de junio de 2023

Fuera los políticos capitalistas, por un gobierno de la izquierda y los trabajadores

Manifiesto político y programático del Partido Obrero 2023.

30/05/2023

Las elecciones presidenciales de 2023 encuentran a la Argentina nuevamente sumergida en una catastrófica crisis económica, social y política.

El gobierno del Frente de Todos, electo por la mayoría popular en 2019 para sacar al país de la situación calamitosa en la que lo dejó el gobierno macrista, ha fracasado estrepitosamente. Quienes venían a “desendeudar al país” y a “defender la soberanía nacional”, incrementaron la deuda pública y el sometimiento colonial de la Argentina a los dictados del Fondo Monetario Internacional y el imperialismo yanqui. Quienes venían a “llenar la heladera de los argentinos” duplicaron la inflación y, sobrecumpliendo las metas de ajuste dictadas por el FMI, incrementaron la indigencia y empujaron a millones de trabajadores informales y formales a la pobreza. Quienes venían a “defender a los jubilados contra los bancos” hundieron al 75% de los jubilados en la indigencia, y echaron mano a los títulos en dólares de la caja jubilatoria para rematarlos por migajas en beneficio de los especuladores financieros. Quienes venían a “terminar con la represión” y “defender los derechos humanos” desalojaron a miles de familias sin techo en Guernica para defender la instalación de un country.

El gobierno “nacional y popular” concluye su mandato de la misma manera que lo hizo el de Macri: con una corrida cambiaria, una disparada inflacionaria y suplicándole un nuevo rescate al FMI. La coalición oficial, golpeada por su fracaso, se encuentra en un estado profundo de disgregación. El presidente, carente de toda autoridad, se ha transformado en una figura decorativa. Y el mando efectivo del gobierno ha pasado, con el respaldo de la vicepresidenta, a manos del “superministro” Sergio Massa, el ala más derechista y proimperialista de la coalición.

El fracaso inapelable del gobierno “nacional y popular”, sumado a la zaga de fracasos de los gobiernos capitalistas de la Argentina en las últimas décadas, es lo que explica el crecimiento de una derecha profundamente reaccionaria y fachistoide. Las distintas variantes de esta derecha, sean los miembros de Juntos por el Cambio o los mal llamados “libertarios” de Javier Milei, acuerdan en emprender un plan de guerra contra la clase obrera en beneficio del capital. Aspiran, sin embargo, a que el actual gobierno realice la mayor parte posible del “trabajo sucio”, presionando para que habilite una megadevaluación del peso antes de su retirada y vaya aún más a fondo en el ajuste contra el pueblo.

Como se ve, la crisis está muy lejos de haber tocado fondo. Argentina marcha a un colapso capitalista de mayor envergadura, que devolverá a la escena todos los fantasmas de las crisis de 2001, del 89’ y del 75’. No solo los que remiten a la hondura de la bancarrota y la desorganización económica, sino también aquellos que rememoran las grandes irrupciones combativas de los trabajadores y el pueblo argentino.

Un colapso económico en ciernes

La pretensión de la coalición oficial de ampararse en el estallido de la pandemia, la guerra en Ucrania y la sequía para justificar el fracaso del gobierno carece de sustento. Oculta que en los últimos años los grandes grupos capitalistas de la industria automotriz, de la industria alimenticia, los agroexportadores, las empresas fintech, los bancos y los especuladores financieros han hecho ganancias extraordinarias. Es decir, ha sido la orientación capitalista del Frente de Todos lo que explica el fracaso oficial y el hundimiento social.

Como sólo la izquierda predijo, denunció y enfrentó, los acuerdos del gobierno con los “fondos buitre” y el FMI no han garantizado estabilidad económica ni han devuelto a la Argentina al mercado de créditos internacional. Por el contrario, el país es víctima de un vaciamiento financiero descarado. Los 45 mil millones de dólares de superávit comercial que obtuvo Argentina bajo la gestión del Frente de Todos no han redundado en un aumento de las reservas del Banco Central. Las reservas internacionales del país se han despilfarrado integralmente -financiando una fuga masiva de capitales y pagando intereses usurarios de deuda externa- sin lograr evitar una desvalorización de la moneda nacional. El salto en la crisis capitalista mundial, que dio lugar al aumento de las tasa de interés de la Reserva Federal norteamericana, recrudeció la fuga de capitales de la Argentina. Se evidencia, de esta manera, que la crisis argentina es el resultado del saqueo capitalista del país.

De la mano de la devaluación del peso y los tarifazos se espiraliza el proceso inflacionario, que se acerca a los dos dígitos mensuales y amenaza con transformarse en una hiper. La tentativa del gobierno de poner un freno a la devaluación, buscando un desembolso adelantado del FMI y elevando la tasa de interés a niveles exorbitantes, conduce a una mayor entrega de los recursos estratégicos del país, en un caso, y a un incremento inconmensurable de la deuda en pesos del Banco Central, en otro. Las altas tasas de interés, junto a las restricciones a numerosas importaciones que impone el BCRA para evitar una mayor sangría de divisas, están infartando la economía nacional. Así, al fantasma de la hiper, se le suma el desembarco de un proceso recesivo.

En oposición a que sean los trabajadores quienes paguen los costos de un nuevo colapso económico del país, desde el Partido Obrero en el Frente de Izquierda planteamos la recomposición general -e indexación por inflación- de salarios y jubilaciones, el reparto general de las horas de trabajo disponibles, la prohibición de despidos y suspensiones y que la crisis la paguen las patronales. En oposición al saqueo capitalista planteamos la ruptura con el FMI, el no al pago de la deuda externa y la nacionalización, sin indemnización, del sistema bancario, el comercio exterior y los recursos estratégicos del país, bajo control obrero.

Descomposición política y estatal

La crisis política argentina se desarrolla al compás del derrumbe económico y social del país. El hundimiento nacional, y el fracaso de las fuerzas que gobernaron la Argentina para ponerle fin a ese derrotero, es lo que explica el proceso de disgregación de todos los partidos y coaliciones políticas tradicionales. El renunciamiento de los tres últimos presidentes de la Argentina a una nueva candidatura presidencial en las próximas elecciones es una expresión muy clara de ese proceso.

Junto a la disgregación se profundiza la descomposición de los partidos tradicionales. Todos ellos, entrelazados con distintos sectores del empresariado nacional e internacional, se encuentran involucrados en numerosos casos de corruptela y en el direccionamiento de la obra pública, como lo revelan, entre otros, el juicio por la “causa Vialidad” contra Cristina Fernández o las coimas de Mauricio Macri por el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento. Esta descomposición política y estatal le ha dado un protagonismo inusitado al Poder Judicial, que emerge, en reiteradas ocasiones, como un árbitro de la crisis política. Pero la Justicia misma, en tanto poder del Estado, está atravesada por el choque de los mismos intereses, lo que atenta contra la posibilidad de jugar un papel de arbitraje efectivo. A nivel internacional el imperialismo se ha valido del copamiento del Poder Judicial para hacer valer sus propios intereses y asegurar los negocios para sus monopolios. Esa pelea se ha agudizado con la disputa con China, que presiona para captar parte de los negocios que hasta el momento estaban en manos de los yanquis y europeos. La guerra judicial involucra a los servicios de inteligencia oficiales y clandestinos, nacionales y extranjeros. La descomposición abarca al conjunto de los estamentos del Estado capitalista. El viaje a Lago Escondido de los funcionarios del macrismo, empresarios de grandes medios de comunicación, jueces y fiscales, puso en evidencia la imbricación obscena del Poder Judicial con la oposición de derecha y sectores del establishment. Del mismo modo, quedó de manifiesto, en las recientes elecciones provinciales, la relación estrecha entre los poderes judiciales locales y los gobernadores peronistas, que pretendían reelegirse violando sus propias normas constituciones.

La perla que pinta de cuerpo entero la descomposición de los partidos del sistema es su imbricación con el crimen organizado en general y con el narco en particular. El avance del narcotráfico en la Argentina, uno de los grandes negocios capitalistas del mundo, progresa bajo el amparo del Estado. Así, las “fuerzas de seguridad” se han transformado en las socias mayoritarias del crimen organizado y en el principal factor de inseguridad ciudadana. El Estado y los políticos capitalistas protegen a los bancos y casinos, donde se lava el dinero sucio proveniente del crimen organizado, y mantienen privatizado el puerto de Rosario, por donde sale la droga del país. El crimen organizado se asocia a la degradación generalizada de las condiciones de vida de las masas. La juventud, privada del acceso a la educación, privada de un trabajo estable y bien pago e incluso también de un programa social -como resultado del ajuste del gobierno y el FMI- queda a merced de las bandas delictivas. La juventud, privada de todo, se transforma en una presa fácilmente reclutable. Mientras más crece la pobreza y la pauperización social, más se amplía el horizonte del crimen organizado y se recrudece la descomposición social. El Estado y los políticos capitalistas, que están “ausentes” cuando se trata de garantizar trabajo, salud y educación para la juventud, están muy “presentes” a la hora de amparar o encubrir a los narcos e incluso también reclutar jóvenes para la criminalidad.

A la descomposición de los partidos y el Estado capitalista le oponemos la construcción de un partido obrero y socialista de masas y la lucha por un nuevo Estado, basado en la democracia de los trabajadores. Planteamos la elección por el voto popular de jueces y fiscales, el desmantelamiento del aparato represivo y la constitución de una nueva fuerza de seguridad, reclutada y formada por las organizaciones de trabajadores y DDHH.

Un plan de guerra contra los trabajadores

El programa económico que levanta la clase capitalista, a través de sus representantes del peronismo y la derecha, mantiene incólume la dependencia y el sometimiento del país al FMI. Con la megadevaluación aspiran a licuar una parte considerable de la gigantesca deuda en pesos del BCRA y a desvalorizar aún más los salarios para que gane competitividad la “patria exportadora”. Para Milei, la megadevaluación sería la precondición para viabilizar su programa de dolarización de la economía. Pero para la Argentina -que carece de reservas y tiene vedado el acceso al mercado de créditos- una dolarización plantearía un mayor endeudamiento con el capital financiero internacional a tasas exorbitantes. La dolarización sería la pérdida completa de soberanía del país y redundaría en la quiebra de una gran parte de la industria nacional, con sus consecuentes despidos, crecimiento de la desocupación y de la pobreza.

Junto al sometimiento al FMI, la clase capitalista pretende lanzar un plan de guerra contra los trabajadores. Milei y Bullrich, por su parte, pretenden realizar una reforma laboral destruyendo la legislación vigente. Larreta busca el mismo objetivo con la colaboración del peronismo, tomando como modelo el gobierno de Macri que pactó 100 leyes con el PJ. El peronismo y la dirección de la CGT quieren avanzar con las reforma gremio por gremio que ya vienen llevando adelante, atacando los convenios colectivos. Es la receta que ya experimentó el gobierno del Frente de Todos en Toyota, con el apoyo abierto de la burocracia del Smata. Sea de una manera o de otra, todos quieren avanzar aún más en el achatamiento de los salarios, en la ampliación de la jornada laboral, en la aceleración de los ritmos de trabajo y terminar con las indemnizaciones por despido. La reducción de la jornada laboral con la que se embanderan los sectores del peronismo provenientes del movimiento sindical es la zanahoria para hacer pasar la destrucción de los convenios. Es, al mismo tiempo, un saludo a la bandera, pues los bajísimos salarios imponen, de hecho, un alargamiento de la jornada laboral que se concreta por la vía de las horas extras o directamente del doble y el triple empleo. El plan de guerra contra los trabajadores incluye avanzar con una nueva reforma previsional, para aumentar la edad jubilatoria, o, como lo propone Milei, directamente volver al régimen confiscatorio de las AFJP. Incluye también un nuevo sistema impositivo, para desgravar al capital y reforzar los gravámenes contra los asalariados y cuentapropistas. El programa de la derecha plantea avanzar en la privatización, lisa y llana, del sistema educativo y sanitario.

La degradación social que está sufriendo el pueblo argentino y la magnitud del plan de guerra que se pergeña contra la clase obrera ha instalado, entre la clase capitalista y sus políticos, el temor a una rebelión popular. Por eso, mientras Patricia Bullrich apuesta a un programa de “shock”, Larreta propicia el “gradualismo” y tiende lazos con sectores del peronismo y la burocracia sindical, que oportunamente supieron integrar o acompañar al gobierno macrista. Pero en lo que coinciden es en instaurar un régimen de terror y represión contra el pueblo. Pretenden llevar al extremo la política de criminalización que ya están aplicando los gobiernos provinciales de todos los signos políticos: los radicales en Jujuy y Mendoza encarcelando opositores, el peronismo en Catamarca, Cordoba, Chubut o Salta, el kirchnerismo en Santa Cruz o Chaco. Los representantes del liberalismo económico quieren un “Estado fuerte” cuando se trata de reprimir la resistencia de los trabajadores a sus planes ajustadores.

Los libertarios, que vociferaban contra la “casta política”, han pactado con lo más rancio de la camarillas políticas provinciales: los Menem, los Bussi, y Cía. Confesando su profundo conservadurismo, los liberales se oponen a la educación sexual integral en las escuelas, al derecho al aborto, a la libertad de las mujeres de decidir sobre su propio cuerpo y de las personas a decidir sobre su propia identidad de género. Defienden, en cambio, la venta de niños y de órganos. Los liberales, en definitiva, son enemigos acérrimos de las libertades civiles y democráticas.

En oposición a las “salidas” patronales, anti-obreras y represivas, que preparan tanto la derecha como el peronismo, planteamos la necesidad de echar a todos los políticos capitalistas y desarrollar una salida obrera, de izquierda y socialista.

El movimiento obrero

En cuatro años de ininterrumpido crecimiento de la informalidad laboral, recorte en la asistencia social y deterioro de los salarios y las jubilaciones, las burocracias sindicales de la CGT y la CTA no han convocado ni a un solo paro nacional y las organizaciones sociales oficialistas no han emprendido lucha alguna. La integración de las dirigencias sindicales y sociales al gobierno “nacional y popular” transformó a las organizaciones obreras en un chaleco de contención de la voluntad de lucha de los trabajadores. En definitiva, sin la estrecha colaboración de las burocracias sindicales y las organizaciones sociales oficialistas no hubiera sido posible el progreso del ajuste fondomonetarista.

Sin embargo, a pesar de la burocracia, se han desarrollado grandes luchas por el salario y las condiciones de trabajo. Así lo confirma la gran huelga de los trabajadores de la salud de Neuquén, los grandes paros de la Multicolor bonaerense, la gran lucha docente de Santa Cruz y Río Negro, las autoconvocatorias de Salta, La Rioja y San Juan, los importantes paros de Conadu Històrica, el ascendente plan de lucha de los trabajadores del Subte y los fuertes paros desde abajo en la UTA. Y allí donde los trabajadores no cargaron con la pesada loza de la burocracia sindical y, por el contrario, contaron con una dirección clasista y combativa, se puso de manifiesto la fuerza imparable de la clase obrera. Es lo que evidenció la gran huelga que protagonizó el Sindicato del Neumático (Sutna) en 2022. Se trató de la huelga industrial más importante de las últimas décadas en la Argentina, que enfrentó a patronales extranjeras y nacionales y a todo el arco político capitalista, desde el gobierno del Frente de Todos hasta la oposición de derecha. El resonante triunfo del Sutna, conquistando la mejor paritaria del país, demostró la fuerza de un colectivo obrero cuando cuenta con una dirección dispuesta a luchar.

El gran contraste con toda la dirigencia traidora lo ha mostrado el movimiento piquetero. El sector más precarizado de la clase obrera argentina, organizado en la Unidad Piquetera, ha sido el protagonista de infinidad de multitudinarias marchas, acampes y piquetes contra los planes de ajuste del FMI, por el derecho al trabajo formal y el seguro al desocupado. Ha dado también infinidad de muestras de solidaridad y unidad de clase, apoyando a todos los sectores de trabajadores en lucha. Es por todo esto, justamente, que el movimiento piquetero se ha transformado en el blanco predilecto de los ataques, las difamaciones y las persecuciones del establishment.

La situación calamitosa en la que se encuentra la clase obrera argentina reclama la intervención urgente de los trabajadores en el escenario nacional, con sus organizaciones y sus métodos. Por un congreso de delegados electos por asamblea de todos los sindicatos de todas las centrales, del movimiento de desocupados, tanto de la Unidad Piquetera como de la Utep, para impulsar un plan de lucha, en la perspectiva de la huelga general, contra el plan de guerra de los capitalistas y sus políticos. En oposición a la atomización de los trabajadores y a la colaboración de clases, propugnamos la unidad entre trabajadores formales e informales, entre ocupados y desocupados, y la independencia de las organización obreras respecto de la patronales, el Estado y sus partidos. Por la recuperación de los sindicatos y la expulsión de la burocracia de todos los pelajes.

Argentina en la crisis mundial

La crisis argentina se desenvuelve en un escenario internacional signado por el recrudecimiento de los choques comerciales, diplomáticos y bélicos entre las grandes potencias, por un salto de la crisis capitalista -con sus grandes quiebras bancarias en las principales metrópolis-, por la agudización de una catastrófica crisis ambiental, por el desarrollo reciente de rebeliones populares en toda América Latina y por la emergencia de un combativo movimiento obrero en Europa. El “nuevo orden mundial” surgido del avance de la restauración capitalista en la ex Unión Soviética y China se ha venido abajo y la vieja disyuntiva -socialismo o barbarie- ha adquirido una renovada actualidad a escala planetaria.

El imperialismo norteamericano -golpeado por la crisis capitalista y por el extraordinario desarrollo del gigante asiático en los últimos veinte años- busca mantener su hegemonía política y militar a escala global desenvolviendo una ofensiva colonizadora contra China y contra Rusia. Busca, de esa manera, apropiarse íntegramente de las mieles del proceso de restauración del capitalismo en esos países. Es esa ofensiva lo que explica la tentativa de la OTAN de alistar a Ucrania en sus filas y la reaccionaria invasión de Putin al país europeo. Es, también, lo que explica las tensiones en el estrecho de Taiwán y el crecimiento inusitado de los presupuestos de guerra de todas las principales potencias. La posibilidad del estallido de una Tercera Guerra Mundial, e incluso un conflicto nuclear, sobrevuela la situación internacional.

Los choques entre EEUU y China han metido la cola en nuestro país. El imperialismo norteamericano, a través del FMI, se vale del sometimiento económico de la Argentina para alinear al gobierno a los intereses geoestratégicos de EEUU. Por eso, en sus visitas a la Argentina, el Comando Sur de Estados Unidos se interesa por la Estación Espacial China instalada en Neuquén, por el control de la Hidrovía Paraná-Paraguay, por donde se exporta una gran masa de materias primas a China, y por la explotación del litio, el nuevo oro blanco que ocupa un lugar central en el desarrollo tecnológico mundial. Como se ve, la clase dirigente argentina y el gobierno nacionalista han demostrado, por enésima vez, ser incapaces de enfrentar el sometimiento del país al imperialismo. Por el contrario, se han transformado en un vehículo de él. El revés de Lula al pedido de rescate financiero realizado por el gobierno argentino, confirma la inviabilidad de una unidad latinoamericana sobre bases capitalistas.

En oposición al guerrerismo imperialista, el Partido Obrero en el Frente de Izquierda plantea: ¡guerra a la guerra!, abajo los gobiernos guerreristas, por la unidad internacional de los trabajadores y el socialismo. En oposición al sometimiento y la injerencia de las potencias mundiales en nuestro subcontinente, planteamos la expulsión del imperialismo, la instauración de gobiernos de trabajadores y la Unidad Socialista de América Latina.

Por un gobierno de la izquierda y los trabajadores

La excepcionalidad y explosividad de la crisis Argentina nos plantea, a los partidos integrantes del Frente de Izquierda, un desafío y una responsabilidad de carácter histórico. La rebelión popular que se incuba en nuestro país, de la que son principalmente conscientes las fuerzas políticas del régimen, debe conducir a la instauración de un gobierno de los trabajadores y la izquierda. El proceso electoral de 2023 representa, desde el punto de vista del Partido Obrero, un terreno más de la lucha por ese desafío estratégico.

Para que la izquierda juegue un papel decisivo en el proceso nacional debe defender su completa independencia de todas las fuerzas capitalistas, incluido el peronismo y, en particular, el kirchnerismo. No se trata de transformar a la izquierda en la versión consecuente de un nacionalismo capitalista impotente y timorato, como lo plantea Juan Grabois, sino de explotar ese fracaso para proclamar la superioridad histórica y práctica del programa obrero y socialista. No se trata de encubrir la corruptela que envuelve al kirchnerismo en general, y a la vicepresidenta Cristina Fernández en particular, como lo hacen Bregman y Del Caño, para recoger las migajas de su retroceso electoral. Por el contrario, es necesario denunciarlas y señalarlas como parte de la corruptela intrínseca al régimen y que envuelve a todas las fuerzas y políticos del sistema. Sólo con una delimitación tajante la izquierda puede pelear por la conquista política de los amplios sectores desencantados con las distintas fuerzas que gobernaron la Argentina.

Para que la izquierda juegue un papel decisivo es necesario su compromiso férreo y abnegado con la lucha de los explotados. Solo así podrá crecer y desarrollarse como una fuerza militante y revolucionaria. No se trata de balconear la lucha del movimiento piquetero, ni mucho menos reproducir los prejuicios que los capitalistas introducen en un sector de los propios trabajadores, como lo hace el partido de Bregman y Del Caño. Se trata de ser los organizadores e impulsores de la lucha de todos los sectores de la clase obrera -los formales, los informales y los desocupados- a través de un frente único contra los capitalistas y su Estado. Una izquierda al margen de las grandes luchas y gestas de la clase obrera se transforma en una izquierda pequeño burguesa y palaciega, donde lo que florece son los “gestos parlamentarios” a las fuerzas del sistema. Si la izquierda carece de una gran fuerza organizada y militante, sus conquistas electorales se diluyen o ella misma pasa a asimilarse al régimen. La izquierda no puede ser una mera etiqueta electoral, debe bregar por su fusión con el movimiento obrero, creando un nuevo movimiento popular en la Argentina, con banderas socialistas.

El Partido Obrero insiste en plantearle a todos los partidos del Frente de Izquierda la realización de un Congreso común, abierto a la vanguardia obrera y juvenil, para abordar con los métodos propios de la clase obrera las polémicas sobre programa y estrategia y trazar un plan único de intervención en todos los terrenos de la lucha de clases, incluido el electoral.

A 40 años de su retorno, el fracaso de la democracia capitalista es inapelable. El anhelo de una emancipación social y nacional en nuestro país pone a la orden del día la lucha por el gobierno de los trabajadores y la izquierda.

PROGRAMA

Fuera el FMI, abajo el saqueo capitalista

Detrás de la política ajustadora del gobierno nacional se encuentran las exigencias del FMI. La tutela del Fondo no solo apunta a expoliar los recursos financieros y naturales del país, sino también a alinear a la Argentina detrás de los intereses del imperialismo yanqui, en un escenario internacional signado por los crecientes choques y conflictos. Sin una ruptura con el FMI, Argentina no tiene posibilidades de ponerse en pie y desenvolverse como un país soberano. Junto a la ruptura con el FMI, es necesario terminar con el saqueo capitalista de la Argentina, repudiando el pago de la deuda externa, nacionalizando el sistema bancario y el comercio exterior. La deuda externa se ha revelado como un método eficaz de expoliación de la riqueza nacional por parte de los capitalistas extranjeros y nacionales. El repudio de la deuda es una condición sine qua non para poner fin al saqueo nacional. Solo a través de una banca estatal única y el monopolio del comercio exterior, bajo control de los trabajadores, se puede poner fin a la fuga de capitales que se desarrolla a través de la especulación financiera, la sobrefacturación de importaciones y la subfacturación de exportaciones, y concentrar el ahorro nacional para destinarlo a un plan de obras públicas y a la industrialización del país bajo la dirección de los trabajadores.

Arriba los salarios y las jubilaciones, abajo la precarización laboral

El deterioro sostenido que han sufrido los salarios y las jubilaciones ha tornado insostenible la situación que viven las masas trabajadoras. Planteamos un aumento de emergencia de salarios y jubilaciones, para colocarlos por encima del costo de la canasta familiar, y su indexación automática por inflación. Planteamos la eliminación del IVA, de todos los impuestos al consumo, y del impuesto a las ganancias implementado al salario, y su reemplazo por impuestos progresivos al gran capital. Planteamos el reparto general de las horas de trabajo sin afectar al salario, para garantizar el pleno empleo de calidad. Planteamos el establecimiento de un seguro universal al desocupado, equivalente a la canasta básica, y, en lo inmediato, la universalización de los programas sociales. Planteamos la prohibición de despidos y suspensiones, la apertura de los libros de contabilidad de las empresas y la ocupación y puesta en funcionamiento, por parte de sus trabajadores, de toda empresa que cierre o despida masivamente. En oposición a la reforma laboral que pergeñan las patronales y los partidos tradicionales, planteamos la defensa de los convenios colectivos de trabajo, el fin de la informalidad y la tercerización laboral, la efectivización y el pase a planta permanente de todos los trabajadores precarizados del sector público y privado. En oposición a la reforma previsional, planteamos el 82% móvil para los jubilados, la restitución de los aportes patronales y el control del Anses y el Pami por parte de los trabajadores activos y pasivos.

Por el derecho a la tierra y la vivienda

El encarecimiento de la tierra y de la vivienda es producto de la entrega de tierras a la especulación inmobiliaria y al agronegocio. Las grandes constructoras acaparan las tierras en las principales ciudades del país, muchas veces favorecidas por ventas de terrenos públicos a precios irrisorios. El déficit habitacional asciende a los cuatro millones de viviendas. Sin embargo, el gobierno solo ha construido, en cuatro años de gobierno, apenas 100 mil viviendas. De la mano del crecimiento del déficit habitacional se disparan los precios de los alquileres, que se vuelven cada vez más prohibitivos. Planteamos la asignación del suelo urbano ocioso a la vivienda popular, y un plan masivo de construcción de vivienda y urbanización de los barrios populares bajo control de los vecinos, financiado con un impuesto extraordinario a los especuladores financieros, a los bancos y grandes capitalistas.

Por los derechos de la mujer trabajadora

El fracaso del gobierno del Frente de Todos ha tenido su expresión también en el terreno de las reivindicaciones de la mujer. La cooptación de mujeres de la “ola verde” al Estado, para constituir el Ministerio de las Mujeres y Diversidades ha concluido en una farsa. El gobierno, en alianza con sectores clericales y condicionado por el ajuste fondomonetarista, ha estado de espaldas a las demandas de las mujeres y diversidades. Contra la política fracasada del FdT y la tentativa de las iglesias junto a los sectores reaccionarios de todos los bloques patronales de avasallar las conquistas logradas por la lucha de las mujeres, planteamos la defensa del derecho al aborto legal, seguro y gratuito, y su implementación efectiva en cada provincia y municipio del país. Planteamos la educación sexual integral, laica, científica y respetuosa de las diversidades en cada establecimiento escolar, con programas debatidos y resueltos por las organizaciones de mujeres, centros de estudiantes y organizaciones populares. Planteamos la separación de la Iglesia del Estado, confiscando todos los bienes que han sido otorgados históricamente por el Estado, en todos los niveles, al clero y terminando con todos los beneficios económicos otorgados a la Iglesia, y con su influencia en el Estado, especialmente en la salud, la educación y la asistencia social. Contra la violencia hacia la mujer, planteamos la asistencia en materia de vivienda, trabajo y asistencia médica y psicológica para las mujeres violentadas, a cargo de un Consejo autónomo integrado por representantes electas de las propias mujeres.

En defensa de la educación pública

El desfinanciamiento y la degradación de la educación pública que han impulsado todos los gobiernos ha dado un salto con el pacto del gobierno con el FMI. El presupuesto educativo ha sufrido un recorte nominal del 15% en el último año. Los planteos privatistas de Milei han sido preparados por todos los gobiernos de las últimas décadas, en tanto el desfinanciamiento educativo es la vía por la cual se alienta un proceso de privatización educativa. La crisis de la educación pública -producto de las políticas de ajuste y privatización, del avance sobre el estatuto y las conquistas de la docencia, del desguace de la escuela media, del avance sobre los institutos de formación docente, del desfinanciamiento de las universidades- plantea la vigencia de la lucha por la educación pública, laica y gratuita. Planteamos la anulación de las reformas y leyes antieducativas (Ley Federal, LEN, LES); un sistema educativo único nacional, a cargo del estado; y la triplicación del presupuesto, bajo control de docentes y estudiantes. La defensa irrestricta del Estatuto del docente. El fin de las pasantías gratuitas en la educación media. La democratización de las universidades y la expulsión de las camarillas universitarias que ofician como la correa de transmisión de los intereses capitalistas al interior de las universidades.

En defensa de la salud pública

La pandemia de Covid puso al desnudo como nunca la crisis del sistema de salud en Argentina, fuertemente golpeado por décadas de vaciamiento y privatización impulsada por todos los gobiernos. Se puso en evidencia que es imposible resguardar la salud de la población si el sistema sanitario se organiza en función de la búsqueda del lucro privado. Al igual que lo que sucede con la educación, el pacto con el FMI agravó el ajuste en salud. Planteamos la centralización del sistema de salud bajo control de sus trabajadores, se trata de una medida elemental para gestionar los recursos en función de criterios sanitarios y no empresariales. Planteamos el aumento del presupuesto, por el salario igual al costo de la canasta familiar para todo el personal de salud y el pase a planta permanente de todos los precarizados. Planteamos el carácter formativo y derechos laborales idénticos al del personal de planta para residentes y concurrentes. Nacionalización sin pago de los laboratorios que lucran con la salud del pueblo.

Recuperación de los recursos estratégicos

El saqueo capitalista de la Argentina tiene una expresión muy aguda en el proceso de enajenación de los recursos estratégicos del país. El gasoducto Néstor Kirchner, por el cual se pretende viabilizar la exportación de gas, promete transformarse en una nueva fuente de saqueo nacional, con los monopolios petroleros internacionales secando las reservas hidrocarburíferas de Vaca Muerta y apropiándose de los dólares resultantes del comercio exterior. Una situación similar se perfila con la industria del litio, que ha adquirido un carácter estratégico en la puja tecnológica internacional. Para ponerlos en función de un desarrollo nacional al servicio de las mayorías trabajadoras, planteamos la nacionalización integral, sin indemnización, del petróleo, el gas y el litio, bajo control obrero y defendemos el derecho a veto de las comunidades para frenar la depredación ambiental. La nacionalización del comercio exterior debe servir para ponerlo en función de la aquisición de tecnología que permita desarrollar una industrialización del litio.

Abajo la depredación ambiental

En la Argentina y en todo el mundo se agrava la crisis ambiental: la sequía, los desmontes, los incendios, la destrucción de los humedales, los agrotóxicos, la megaminería y la destrucción de los glaciares. El Frente de Todos prometió la Ley de Humedales, pero retrocedió ante la presión de los capitalistas inmobiliarios. Milei, por su parte, directamente niega el cambio climático. Es que la depredación ambiental es una característica intrínseca al sistema capitalista, que busca siempre aumentar la tasa de beneficio de los grandes grupos económicos aunque sea a costa de la destrucción del planeta. En definitiva, la tendencia destructiva sólo podrá ser revertida con la instauración de gobiernos de trabajadores. Reivindicamos y apoyamos el derecho de las comunidades a vetar emprendimientos contaminantes. Planteamos la defensa de los humedales, la prohibición inmediata de fumigación con agrotóxicos en zonas pobladas y su periferia, y sobre cursos de agua, abriendo camino a una transición para terminar con su uso. Finalizar la explotación de megaminería, manteniendo las fuentes de trabajo en tareas de remediación a cargo de las empresas. El saneamiento de los ríos y suelos contaminados bajo supervisión de organizaciones ambientales y de vecinos. Planteamos el cese inmediato de las quemas y desmontes, recuperación de las áreas devastadas, financiado por las empresas responsables. Impulso a las energías renovables y limpias. Planteamos la evaluación independiente del impacto ambiental de emprendimientos económicos, controlado por trabajadores, vecinos y organizaciones ambientales.

Abajo el narco-Estado, basta de represión e inseguridad

De la mano de todos los gobiernos ha progresado la imbricación del narcotráfico con el Estado. El gobierno del FdT hace propio, cada vez más, el discurso de la derecha. Se valen del crecimiento de la inseguridad para amplificar su agitación en torno a un programa completamente reaccionario. La derecha pretende reforzar la presencia de las fuerzas represivas, promover la “justicia por mano propia” y reforzar el punitivismo. Pero ese programa, además de que será utilizado para criminalizar la protesta social, ya ha fracasado para dar salida a la crisis de la inseguridad. Pues las fuerzas represivas son parte del problema, no de la solución. El punitivismo tampoco ha dado resultados positivos. La aprobación de las llamadas “leyes Blumberg” y las reformas del código procesal penal -que aumentaron las penas y prohibieron las salidas anticipadas de prisión- no redundaron en una caída de la criminalidad. Por el contrario, la inseguridad crece bajo el amparo del Estado, a través del crimen organizado. Planteamos: Fuera los narcos de los barrios, abajo las zonas liberadas y el narco estado. Desmantelamiento de las fuerzas represivas y la constitución de una nueva fuerza de seguridad reclutada y formada por las organizaciones obreras y de DDHH. Revocabilidad y elección popular de jueces y fiscales. Basta de represión y criminalización contra los que luchan, libertad a los presos por luchar, cierre de todas las causas contra luchadores populares. Abajo las condenas contra Cesar Arakaki y Daniel Ruiz. Basta de gatillo fácil en los barrios.

Junto con ello, es necesario plantear la nacionalización bajo control obrero de los bancos y casinos, que es donde se lava el dinero del crimen organizado, y de todos los puertos privados que son una plataforma de exportación para los narcos. Planteamos la urbanización e iluminación de los barrios y la construcción de centros de atención de consumos problemáticos en cada barrio. Planteamos reforzar la organización independiente de la clase trabajadora y la juventud en los lugares de trabajo, de estudio y en los barrios, por todas las reivindicaciones urgentes de las masas: salario, trabajo, educación, salud, etc. La organización obrera es el mejor escudo contra el progreso de la criminalidad y la descomposición social.

¡Fuera la burocracia sindical! Por una nueva dirección en el movimiento obrero

Las direcciones de las centrales obreras y los sindicatos se han revelado como agentes de los intereses patronales o correas de transmisión de la política del gobierno de turno. La usurpación de las organizaciones obreras por parte de una burocracia, las ha transformado en un chaleco de contención de la potencialidad de lucha de la clase trabajadora. Planteamos la necesidad imperiosa de expulsar a la burocracia de los sindicatos y recuperarlos para la organización y la lucha de los trabajadores. Hace falta una nueva dirección del movimiento obrero, clasista, democrática y combativa. Planteamos el impulso de un congreso de delegados electos por la base de todos los sindicatos, centrales y del movimiento piquetero, para impulsar un plan de lucha, en la perspectiva de la huelga general, contra el plan de guerra de los capitalistas y sus políticos y por un plan económico y político de la clase obrera. Planteamos la derogación de la ley de asociaciones sindicales y la elección de delegados en todos los lugares de trabajo.

Por un gobierno de la izquierda y los trabajadores, por la unidad socialista de América Latina

Este programa es incompatible con el régimen del FMI y con los gobiernos capitalistas en general. A través de una acción histórica independiente de las masas obreras y populares, apuntamos a echar a los políticos capitalistas, revocar todos los poderes estatales vigentes e instaurar un gobierno de los trabajadores y el socialismo. En oposición a la democracia y al Estado capitalista, que esconde la dictadura férrea del capital, planteamos la constitución de un nuevo Estado basado en el poder y la democracia de la clase trabajadora. En oposición a las fuerzas y gobiernos abiertamente proimperialistas y ante los reiterados fracasos de las fuerzas nacionalistas burguesas latinoamericanos, planteamos la lucha por la unidad socialista de los pueblos del subcontinente, poniendo en pie una Federación de Repúblicas Socialistas de América Latina.

 

Ni devaluación ni dolarización

Hay que terminar con el saqueo capitalista del país

26/04/2023

La crisis económica está dando un nuevo salto con la disparada del dólar blue y la inflación. El 7,7% por ciento en marzo golpea los salarios y las jubilaciones y empuja mas y mas familias a la pobreza, que ya llega al 40%, y a la indigencia.

La política del gobierno alimenta la escalada inflacionaria, golpeando a los trabajadores y rescatando a los empresarios. Para los trabajadores pactaron paritarias del 60% anual contra una inflación del 100%, y un salario mínimo de $80.000 pesos, de indigencia.

Pero a los sojeros y productores de alimentos les da un dólar a 300 pesos y para pagarlo emite un millón de millones de pesos. Una medida que va a aumentar los precios de los alimentos para favorecer a un puñado de grandes empresas que manejan el comercio exterior.

A los jubilados los condenan a una jubilación de indigencia, de 58.000 pesos. Pero a los bancos les entregan los recursos del ANSES vaciando las cajas jubilatorias y comprometiendo aún mas el pago de las jubilaciones.

Descargan la quiebra nacional sobre los trabajadores y el pueblo, cuando es producto del saqueo y el vaciamiento capitalista.

Ni devaluación ni dolarización

El motivo de fondo de esta crisis es el saqueo capitalista del país que han implementado todos los gobiernos de las últimas décadas.

En Argentina ingresaron 33.000 millones de dólares en los últimos años por el comercio exterior, pero las reservas del país están llegando a cero porque esos recursos fueron a la fuga de capitales y el pago de la deuda.

El gobierno está colgado de los acuerdos con el Fondo Monetario, que quiere reforzar la entrega del litio, la minería y vaca muerta al imperialismo norteamericano.

Por eso aplica un ajuste y una devaluación por tandas, que agrava la inflación y se discute una devaluación a fondo, sea impuesta por el mercado o sea por una medida del gobierno. Una devaluación en regla va a terminar de hacer estallar una hiperinflación.

La oposición cuenta con que termine de estallar la economía y prepara planes de convertibilidad o de dolarización que parten de un ataque a fondo a los salarios y jubilaciones.

La dolarización que propone Milei implicaría una conversión forzosa de los pesos a dólares, a precios que no bajarían de 2000 por dólar y que algunos estiman que llegaría a 9000.

Por una salida de los trabajadores y la izquierda a esta crisis

La burocracia sindical de la CGT en lugar de convocar un paro nacional y plan de lucha contra el ajuste respalda a fondo a Massa, el responsable de todos estos golpes contra el pueblo. Las organizaciones sociales oficialistas siguen apoyando a un gobierno que golpea día tras día a los desocupados.

Contra esta entrega planteamos deliberar en asambleas en los lugares de trabajo y los barrios, para luchar por un salario igual a la canasta familiar, por el ajuste mensual por inflación de salarios y jubilaciones, por el 82% móvil y por la creación de miles de fuentes de trabajo bajo convenio.

Hacen falta medidas de emergencia para terminar con el saqueo capitalista del país y volcar los recursos a resolver los problemas populares urgentes. Romper con el Fondo e imponer la investigación y no pago de la deuda externa usuraria y fraudulenta. Nacionalizar la banca y el comercio exterior para terminar con la fuga de capitales y volcar esos recursos a un plan de desarrollo, industrialización, vivienda y obra pública que resuelva las necesidades urgentes de los barrios.

Hay que echar a los políticos capitalistas que nos llevaron a esta crisis y preparan nuevos golpes contra el pueblo, para poner en pie un gobierno de la izquierda y los trabajadores.

Jujuy: el plenario provincial del Partido Obrero votó a Sebastián Copello, Patricia Amante e Iván Pérez como precandidatos para integrar listas del Frente de Izquierda

Para las elecciones del 7 de mayo

03/03/2023
Con más de 250 delegados, el Plenario resolvió una campaña política que tiene como consigna central “Frente al fracaso de Morales y el peronismo, vamos por un gobierno de los trabajadores y la izquierda. 
 
También se eligieron los precandidatos del PO para integrar las listas del Frente de Izquierda en base al acuerdo que se llegue con los otros partidos. 
 
El Plenario discutió la enorme crisis social y económica que atraviesa Jujuy con salarios de hambre, la precarización laboral como regla, la crisis habitacional, una salud publica vaciada y una entrega colonial de los recursos naturales como el Litio.
 
Sebastián Copello realizó un balance del Plenario: “Partimos de un diagnostico categórico: Peronistas y radicales gobiernan la provincia desde el 83 hasta hoy y nunca resolvieron las necesidades más urgente de los jujeños. Son los responsables de la primarización de la economía, del retroceso productivo y la falta de trabajo genuino, del remate del Litio y de que los salarios estén en su piso histórico. Son un fracaso y tenemos que superarlos. Ese tiene que ser el desafío de la izquierda; organizar a miles de trabajadores de la provincia para enfrentar a estos políticos capitalistas fracasados y construir una salida propia a la crisis”
 
Con respecto a las elecciones del 7 de mayo Copello señaló: 
“Morales puso como candidato al rey del ajuste, Carlos Sadir. Una muestra de la orientación del oficialismo, mientras que el peronismo esta fracturado por ser socio de Morales y acompañar el ajuste nacional del Frente de Todos. Nosotros nos paramos del lado de los docentes y estatales en su lucha contra las paritarias a la baja, del lado del movimiento piquetero que lucha contra el hambre y utilizaremos la campaña electoral para impulsar todas las luchas del pueblo trabajador contra el ajuste.” 
 
Sobre la izquierda culminó: “En el plenario votamos reforzar la campaña por un congreso abierto del Frente de Izquierda. Todavía tenemos tiempo. Con la magnitud de la crisis social y económica que atravesamos, la izquierda no puede ir a la elección de forma rutinaria y en busca de un voto más o un diputado. Tenemos que patear el tablero y ser quienes representen la bronca popular de las mayorías y darle un canal político independiente. Esa es la importancia de un congreso abierto del fitu que convoque a miles de trabajadores y luchadores”
 

24 de marzo a la Plaza, contra el ajuste del gobierno y el FMI, la represión y la criminalización

¡30.000 detenidos desaparecidos presentes!

02/03/2023

El 24 de marzo, en el aniversario del golpe genocida, el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia llama a una movilización independiente, denunciando el ajuste del gobierno y su pacto con el Fondo Monetario Internacional.

Esta movilización rechaza el intento del kirchnerismo de transformar el 24 de marzo en una jornada de defensa de Cristina Fernandez. La vice presidenta no sólo no está proscripta, sino que es parte del gobierno que ajusta contra salarios y jubilaciones y golpea todos los días los reclamos populares.

El 24 de marzo nunca puede ser de apoyo a un gobierno cuyo objetivo central es el pago de la deuda usuraria, ilegítima y fraudulenta que tuvo su origen en la dictadura militar y que convalidaron e incrementaron todos los gobiernos democráticos.

Hay que recordar que Cristina Fernández promovió Cesar Milani como Jefe del Ejército, mientras afrontaba juicios y denuncias por participar de la desaparición del soldado Ledo bajo el gobierno militar.

La movilización independiente va a plantear además el cese de la criminalización de la protesta. En todo el país hay decenas de imputados y procesados por reclamar por trabajo genuino, por salarios, o contra la destrucción del ambiente.

A 40 años del retorno a la democracia, el Estado sigue persiguiendo por luchar. El régimen democrático ha llevado a fondo el legado de la dictadura genocida: endeudamiento, sometimiento colonial al imperialismo y empobrecimiento generalizado.

Esto tiene un motivo: la clase capitalista que impulsó el golpe es la misma que maneja hasta hoy los hilos del país. Sus políticos, los políticos capitalistas, son los que nos han llevado a una crisis para la cual no tienen ninguna salida.

Convocamos a una gran movilización el 24 de marzo, junto al Encuentro Memoria, Verdad y Justicia en denuncia de todo este régimen represión, ajuste y golpes al pueblo trabajador.

Absolución de Cesar Arakaki y Daniel Ruiz

Cesar Arakaki y Daniel Ruiz fueron condenados a penas de prisión efectiva por su participación en la movilización del 18 de diciembre de 2017 contra la reforma jubilatoria votada por el Congreso bajo el gobierno de Mauricio Macri.

Ahora, la Cámara de Casación debe revisar esta sentencia persecutoria, que busca criminalizar la movilización popular en defensa de las jubilaciones para golpear la capacidad de responder a los nuevos ataques que preparan todas las fuerzas políticas patronales.

Impulsamos, para el 17 de marzo, una audiencia y movilización en el Congreso Nacional contra estas condenas, en la que participarán compañeros procesados y criminalizados de todo el país.

Y una campaña de pronunciamientos contra las condenas, movilizando además el día 23 a la audiencia que convoca la Cámara de Casación para tratar el tema.

Abajo la persecución a los que luchan.

Fuera los políticos capitalistas, por un Congreso del Frente de Izquierda para poner en pie un movimiento popular con banderas socialistas

Propuesta de resolución al Plenario abierto convocado por el Partido Obrero en el microestadio de Lanús.

09/02/2023

Hacemos pública la propuesta presentada por la dirección del Partido Obrero al Plenario del 11/2 en el microestadio de Lanús a los fines de desarrollar en debate y permitir a la militancia realizar aportes y enmiendas.

 

  1. La Argentina enfrenta una crisis económica, política y social de fondo, que se manifiesta en una inflación elevadísima, un endeudamiento explosivo, una disolución de la moneda nacional, un estancamiento económico, un agravamiento de la situación social y en divisiones y choques de los principales bloques políticos. La responsabilidad de quienes vienen gobernando al país en favor del gran capital, desde Macri hasta el kirchnerismo, en esta situación y en los sucesivos golpes contra el pueblo es inocultable. El Frente de Todos gobierna con el pacto con el FMI como norte, con una política de ajuste y entrega nacional. Su fracaso muestra el agotamiento del peronismo como salida para las grandes mayorías populares, y plantea la necesidad de poner en pie un nuevo movimiento popular, con banderas socialistas. Esto requiere una fuerte iniciativa para reforzar las luchas populares y desarrollar una alternativa política. Planteamos como consigna central para esta campaña “Fuera los políticos capitalistas. Por un gobierno de los trabajadores y la izquierda”. Con estas consignas, proponemos un Congreso del Frente de Izquierda, agrupando a quienes vienen enfrentando el ajuste para fortalecer una alternativa política a partir de todas las luchas populares, en la consideración de que la izquierda no puede reducir su acción al terreno meramente electoral o parlamentario. Con el fin de impulsar esta campaña, nominamos como pre candidatos a la fórmula presidencial a Gabriel Solano y Romina Del Plá; para gobernador de la Provincia de Buenos Aires a Néstor Pitrola y como Jefa de Gobierno de la Ciudad a Vanina Biasi.

  2. La bancarrota económica afecta a todos los bloques políticos pero especialmente a la coalición gobernante. El peronismo se ha transformado en un agente directo del FMI y es quien aplica su política de ajuste contra el pueblo. El aval de Cristina Fernández de Kirchner a esta política explica también la renuncia a su candidatura presidencial, que de ningún modo puede salir airosa de esta experiencia fracasada. Se trata de una auto proscripción que sirve alternativamente para eludir una derrota o para dejarle el camino libre a Massa en el caso de que éste reúna las condiciones para una candidatura presidencial. Los sectores del kirchnerismo ingresan a esta fase de la crisis política en franco retroceso y probablemente culminen apoyando a Massa como candidato, luego del apoyo a su Ministerio de ajuste. Si la deserción de Cristina Fernández de Kirchner se confirma carecen de candidatos propios de peso para disputar las listas del peronismo. Deberán contentarse con ingresar algunos dirigentes avalando a Massa o algún gobernador. Para el peronismo en su conjunto se plantea la posibilidad de una debacle electoral, al menos en la candidatura presidencial. Ante esta situación la inmensa mayoría de los gobernadores peronistas han decidido adelantar las elecciones de sus distritos para evitar ser arrastrados a una posible derrota.
  1. La crisis nacional no se trata una crisis coyuntural o que sea simplemente el resultado de una o varias malas gestiones gubernamentales, sino de una crisis capitalista, que traduce el agotamiento de un régimen basado en la explotación del trabajo asalariado y la acumulación privada de la producción social. Una prueba de ello es la bajísima tasa de inversión que arrastra el país desde hace años, cuya contracara es la fuga de capitales sistemática que realizan tanto la burguesía nacional como los capitalistas extranjeros con presencia en la Argentina. El bloqueo al proceso de acumulación y valorización del capital no proviene del alto costo laboral e impositivo de la Argentina, como afirman interesadamente los empresarios. Es un resultado de la crisis capitalista global en la cual nuestro país ocupa un lugar subordinado como semi colonia. Estamos en presencia de un nuevo salto de la bancarrota capitalista potenciado por la pandemia y ahora por la guerra, que hace sentir sus tendencias disolventes sobre el conjunto de la economía mundial pero en especial sobre los países emergentes. Esta crisis no solo ha provocado la quiebra del capital sino (y particularmente) la quiebra del propio Estado que traba el acceso a las divisas y la libertad de movimientos del capital. Asistimos a un presión impositiva agobiante sobre las masas, con un sistema tributario absolutamente regresivo que se sostiene en los impuesto al consumo y al salario. Esta quiebra del Estado, a su turno, es el resultado del saqueo ejecutado por el propio capital que se apropió de subsidios millonarios, sean directos o indirectos, de una gigantesca evasión impositiva que realizan los empresarios en su propio beneficio y, por sobre todo, del pago de la deuda , que se acerca a los 400.000 millones de dólares.

  2. El carácter sistémico de la crisis se verifica en el hecho de que alcanza a gestiones y gobiernos de todas las fuerzas políticas del país. Como lo muestran las estadísticas oficiales, desde al menos el año 2010 en Argentina no crece el empleo registrado ni se registra un crecimiento de la productividad. Esta crisis se manifiesta además en el terreno ambiental, donde la política de entrega a la mega minería, la destrucción de los bosques nativos para el cultivo sojero, los incendios para destinar tierras a cultivos o a la especulación inmobiliaria están llevando al país a una enorme crisis ambiental. Desde ese momento hasta acá, sin embargo, han gobernado todas las fuerzas políticas, sean kirchneristas, peronistas, macristas-radicales, agravando la bancarrota económica y la crisis social con más precarización laboral, pobreza e indigencia. Desde la gran crisis del 2001 la burguesía se valió de las fuerzas políticas tradicionales para viabilizar sus intereses. El pacto con el FMI, sellado finalmente en el 2020, se inscribe en este proceso y fue el objetivo fundacional del Frente de Todos y de la propia Cristina Fernández de Kirchner. El rechazo que manifestó al momento de su firma no tuvo un carácter de principios. Por eso su oposición se limitó a un hecho discursivo, amparado con la seguridad que tenía que de todos modos sería aprobado.

  3. La crisis del Frente de Todos plantea objetivamente la posibilidad de que la coalición de derecha reunida en torno a Juntos por el Cambio puede regresar al gobierno. Sin embargo esta posibilidad cierta lejos de unificarla ha sumado más elementos de disgregación. Los choques entre Patricia Bullrich y Larreta exponen líneas divergentes dentro de la clase capitalista en torno a cómo avanzar en nuevas reformas anti obreras, para las cuales Larreta sostiene la necesidad de contar con la colaboración abierta del peronismo. América Latina toda se encuentra surcada por fuertes disputas entre las potencias dominantes, especialmente entre EEUU y China sobre la apropiación de los recursos naturales y cuestiones geopolíticas que dividen también a las burguesías locales y sus fuerzas políticas. Esta situación se ha agudizado con el salto de la bancarrota capitalista donde se combina la recesión con la inflación potenciada con la guerra en Europa que ya cumple un año y la pandemia. Esto crea el caldo de cultivo para los estallidos sociales y políticos como lo revela Perú. El ciclo de las rebeliones populares en distintos países de la región que está lejos de cerrarse anticipan la situación que puede crearse en Argentina ante los gobiernos de turno que se empeñen en una ofensiva contra los trabajadores.

  4. Esta situación pone el foco en qué política van a asumir las organizaciones de los trabajadores y de los sectores populares. La burocracia sindical, por lo pronto, le ha dado su apoyo a Massa para que lance una candidatura presidencial. Lo hace con la completa conciencia que el ministro de Economía expresa la política del Departamento de Estado de los EEUU y del FMI. Los llamados movimientos sociales que integran el Frente de Todos actúan en la misma sintonía. Han pavimentado el ajuste de Massa con la completa inacción de sus organizaciones y se prestan a apoyar su candidatura, colocando además un intento de cerrar las paritarias en el 60%, cuando la inflación de los primeros dos meses supera el 6%. Tanto la CGT como las direcciones de estos movimientos sociales tienen una larga historia de colaboracionismo, que alcanza incluso al gobierno macrista con el cual cogobernaron pactando reformas laborales, previsiones y medidas de asistencia social.

  5. Contra esta contención se vienen desarrollando grandes luchas. La Unidad Piquetera gana las calles contra el ajuste. La gran huelga del SUTNA impuso un aumento salarial sobre la inflación golpeando toda la política de paritarias de ajuste, y ahora el gremio enfrenta los despidos y provocaciones en Bridgestone. La gran huelga y movilización de residentes y concurrentes de CABA y de la salud en todo el país. Recientemente, los portuarios de Rosario dieron una enorme lucha por el salario y contra los despidos. En La Rioja, San Juan, Misiones, o Santa Fe, las huelgas de la docencia y a nivel nacional de la docencia universitaria pusieron en jaque el ajuste contra la educación y los salarios docentes. El Frente de Izquierda debe jugar un rol de apoyo e impulso a estos esfuerzos por quebrar la política de la burocracia. Sobran los motivos para un paro nacional y un plan de lucha para quebrar las medidas de ajuste del gobierno.

  6. La crisis actual interpela con mucha fuerza al Frente de Izquierda-Unidad y a las organizaciones clasistas e independientes. Plantea el desafío de transformarse mediante la lucha, la acción directa y la agitación política en un polo que organice a las masas populares del país para luchar por las reivindicaciones más acuciantes y construir una alternativa política de los trabajadores. Para ello debe valerse del agotamiento histórico del peronismo y de su estrategia capitalista y de conciliación de clases, para poner en pie un movimiento popular con banderas socialistas, basado en un programa de transformación social dirigido por la clase obrera. Nuestra propuesta de convocar a un Congreso del Frente de Izquierda-Unidad, abierto a toda la vanguardia obrera y popular que lucha, persigue esta finalidad estratégica. Su realización permitiría también impulsar la campaña electoral involucrando a los luchadores y luchadoras que protagonizan los principales combates contra el ajuste actual.

  7. Por el momento esta propuesta ha sido rechazada por los partidos que integran el Frente de Izquierda-Unidad. Ha prevalecido una política electoralista, basada en la difusión de candidaturas en oposición a la lucha organizada de los trabajadores. Esto es especialmente grave en relación al PTS, que ha lanzado muy prematuramente las candidaturas de Miryam Bregman, Alejandro Vilca y Nicolás del Caño a mediados del año pasado, en vez de dedicar sus esfuerzos a organizar las luchas que se dieron en ese período. El rechazo del PTS al movimiento piquetero traduce en el ámbito de la izquierda las presiones de los sectores medios y expone una política que privilegia el electoralismo a la lucha de clases. El intento de menospreciar la participación de esas vanguardias en las luchas al momento del armado de las listas pone en peligro al propio Frente de Izquierda, sobre todo en aquellas provincias que no han adoptado las PASO para sus elecciones locales. Corregir este rumbo es vital para el conjunto del Frente de Izquierda-Unidad, para lo cual insistimos en nuestro llamado a convocar en común un Congreso del FIT-U para impulsar las luchas, para contribuir a que los trabajadores irrumpan en la crisis nacional como un factor independiente y debatir y organizar la participación electoral, promoviendo listas comunes para librar una batalla en regla contra los políticos y candidatos capitalistas. Un Congreso de este tipo es el ámbito adecuado para abordar los debates y divergencias entre corrientes y militantes socialistas, pues plantea el protagonismo directo de los luchadores y luchadoras y la posibilidad de una contraposición de planteos y programas. No ocurre lo mismo con las PASO, que es una elección interna organizada por el Estado y en la cual los luchadores y militantes quedan marginados por el peso de otros sectores sociales, ante los recursos económicos de las fuerzas capitalistas y de los medios de comunicación manejados por la burguesía.

  8. Una acción enérgica de la izquierda y un plan de movilización político y reivindicativo deben estar a disposición de enfrentar el crecimiento de sectores reaccionarios y fascistas como el de Milei, que han crecido en tanto canalizan parte del descontento popular. La crítica y la denuncia a estas formaciones políticas para ser efectivas no pueden hacerse desde la parálisis o, peor aún, desde una política electoralista cuyo horizonte no pasa de la conquista de algunas bancas en los parlamentos. El desprestigio de la política burguesa obliga a la izquierda a una demarcación política y programática sistemática, para poder agrupar a los luchadores y luchadoras y para que éstos puedan lograr el apoyo de sectores crecientes de la población. Los atajos no van a ningún lado. O peor, como ha sucedido con el PTS, ha derivado en apoyos al gobierno, como sucedió con la votación de la coparticipación de CABA o el impuesto para financiar a la Policía Aeroportuaria.

  9. Luego de varios meses instando al Frente de Izquierda-Unidad a encarar en común estas iniciativas y plan de movilización, hemos decidido proclamar nuestros propios candidatos para reforzar esta campaña tanto de cara a la izquierda y la vanguardia obrera y popular como ante el conjunto de la población. Con estas pre candidaturas organizaremos en todo el país actos, asambleas, recorridas para difundir nuestro programa de salida a la crisis y reforzar nuestra propuesta de convocar en común un Congreso del FIT-Unidad. Planteamos “fuera los políticos capitalistas. Por un gobierno de la izquierda y de los trabajadores”. Y colocamos un programa: la ruptura con el Fondo Monetario Internacional, el no pago de la deuda, la nacionalización de la banca y el comercio exterior para garantizar volcar el ahorro nacional a un plan de desarrollo bajo control de la clase trabajadora, con trabajo bajo convenio, un salario igual a la canasta familiar y el 82% móvil para las jubilaciones. Una campaña presidencial en medio de una crisis general requiere que la izquierda revolucionaria realice una impugnación general al régimen actual y le oponga un planteo de poder propio. Polemizamos también con los libertarios de Milei, que cuestionan a la “casta” pero omiten el carácter de clase de los políticos que nos gobiernan y de sus vínculos directos con los capitalistas. Con esta impugnación general vamos a intervenir también en el debate que se desarrollará en el país al cumplirse los 40 años del regreso de la democracia, que planteará con seguridad un balance de toda una etapa política de la Argentina. El libro pronto a editarse de Gabriel Solano “Por qué fracasó la democracia” será un instrumento para una campaña política. El aniversario le otorga un carácter especial al próximo 24 de marzo, al cual el kirchnerismo quiere convertir en una marcha “contra la proscripción a Cristina”. La necesidad de preservar el carácter independiente de la movilización será un objetivo central por el cual vamos a batallar junto a las organizaciones que integran Memoria Verdad y Justicia. Vamos al 24 de marzo, además, luego de una fuerte campaña contra la criminalización de la protesta social que tendrá su punto culminante en la movilización frente a la audiencia por la condena a Cesar Arakaki y Daniel Ruiz, el 23 de marzo.

Repudiamos las amenazas de muerte de Espert contra Eduardo Belliboni: iniciamos acciones legales

09/02/2023

La afirmación de José Luis Espert “cárcel o bala para vos, Belliboni” en la red social twitter es una amenaza de muerte y al mismo tiempo, una instigación a cometer un atentado político de características fascistas. Las afirmaciones de Espert son graves: hace pocos meses, la vicepresidenta de la nación sufrió un atentado e intento de homicidio, que tuvo como caldo de cultivo estos ataques de características fascistizantes.

Espert instiga a un asesinato en el marco de una nueva serie de ataques contra el movimiento piquetero combativo, alimentada desde el Ministerio de Desarrollo Social para eludir su responsabilidad por las 160.000 bajas contra el programa potenciar trabajo en un cuadro de pobreza en aumento. Esta ofensiva que se refuerza con causas penales y persecución en todo el país, no apunta solamente contra los desocupados, sino que busca allanar al camino a nuevos golpes al salario, los derechos laborales y las jubilaciones.

El Partido Obrero repudia las gravísimas afirmaciones de Espert, frente a las cuales vamos a presentar acciones legales. Y llama a rodear de solidaridad la lucha piquetera y a derrotar la ofensiva de ajuste promoviendo la unidad entre trabajadores ocupados y desocupados.

Comité Ejecutivo Nacional – Partido Obrero

 

No al techo salarial de Massa y el FMI

Plenario Nacional del Partido Obrero, 11 de febrero, 10 horas, estadio cubierto de Lanús

03/02/2023

La inflación sigue sin control. Las consultoras privadas proyectan un aumento cercano al 6% en enero. Anualizada sería alrededor del 100%.

Los alimentos han venido subiendo por encima de la media. Además, se suceden el tarifazo del transporte y de los servicios.

La participación de organizaciones sociales oficialistas y de algunos gremios como Camioneros o ATE en el control de los Precios Justos es una farsa.

Lejos de controlar las remarcaciones, el gobierno premia a las patronales del campo con un paquete de “ayuda” que incluye una refinanciación de deudas, líneas de créditos y rebajas impositivas, por 100 mil millones de pesos.

Un contraste brutal con los 160 mil despidos del Potenciar Trabajo dispuestos para cumplir con el FMI (al que, digamos de paso, acaba de entregar otros 1500 millones dólares por vencimientos de deuda).

Para “anclar la inflación” Sergio Massa propone ponerle un techo del 60% (en dos tramos) a las paritarias; lo que fue saludado inmediatamente por la UIA. Y que además se alinea con el compromiso asumido con el FMI de “desindexar el salario”; es decir desengancharlo de los precios para derrumbar aún más su poder adquisitivo.

Los únicos que defienden la pauta del 60% de inflación para 2023, formulada por Massa, son el FMI – que acaba de convalidar ese pronóstico – y la burocracia sindical.

La burocracia es la pieza clave de este operativo. Roberto Fernández de la UTA fue claro: “tenemos que colaborar para bajar los costos y la inflación”; el 31% que acaba de firmar para el primer semestre 2023 pretende ser un caso testigo para el resto de las negociaciones. Se suman ATE (del kirchnerista Catalano) y el Sutecba (de Genta) que pactaron con Larreta un 60% para los estatales porteños, por todo el período enero-diciembre 2023.

Y, por supuesto, apuntalar la posible candidatura de Massa que ha recibido el apoyo de todas las alas de la CGT; desde Héctor Daer, de Los Gordos, a Pablo Moyano, del Frente Sindical.

Hugo Yasky adelantó (lo que ya es sabido) que apoyará lo que diga Cristina Fernández. El kirchnerismo viene apoyando sin disimulo el ajuste reforzado de Massa para “sobrecumplir” las metas el FMI.

La derecha de Juntos por el Cambio o el “facho” Milei, que se presentan como alternativa al desastre del Frente de Todos, coinciden con esta orientación general: profundizar el saqueo al salario y las jubilaciones, y atacar derechos laborales.

Esta misma política está desatando enormes luchas, como en Francia contra la reforma jubilatoria de Macrón o la huelga de medio millón de trabajadores que paraliza Inglaterra, y rebeliones populares como en Perú contra el golpe de Dina Boluarte.

La pauta de Massa y el Frente de Todos no pasaría la votación de ninguna asamblea de trabajadores. Impulsemos que ninguna paritaria se discuta ni se firme sin mandato de las bases. Luchemos por cláusulas de actualización automática y aumentos por encima de la inflación como lo arrancado por la lucha del Neumático. Por aumentos para recuperar lo perdido en los últimos años y, para abolir todo impuesto al salario, otra forma de saqueo.

Solo el clasismo en los sindicatos y el FIT-Unidad en la arena política luchamos en defensa del salario y contra todos los aspectos de este ajuste. Desde el Partido Obrero estamos en todas las grandes luchas del movimiento piquetero y del movimiento obrero.

En este camino y para impulsar la campaña por un Congreso del FITU abierto a los luchadores, el Partido Obrero convoca a un plenario abierto el 11 de febrero, en el estadio cubierto de Lanús. No faltes.

Sábado 11/02 – 10hs – Av. 9 de Julio 1680, Lanús Este.

COORDINADORA SINDICAL CLASISTA-PARTIDO OBRERO
2/2/2023

Los políticos capitalistas hundieron al país: que se vayan

31/01/2023

El proceso electoral que se abre y que va a culminar con la elección presidencial, está marcado por el fracaso de todas las fuerzas políticas que nos vienen gobernando. El Frente de Todos y Juntos por el Cambio nos han llevado a una crisis para la cual no tienen ninguna salida.

El gobierno de Alberto Fernandez, con Massa como Ministro y el total aval de Cristina Fernandez viene gobernando para el pago de la deuda a los bancos y el Fondo Monetario Internacional, con un ajuste contra la clase trabajadora.

Este ajuste se cobró, el último mes, 160.000 bajas contra desocupados que cobran potenciar trabajo. La inflación devora los salarios y jubilaciones: para no ser pobre, una familia necesita hoy 153.000 pesos. Mas del 40% de la población está bajo la linea de pobreza, que alcanza además, a la mitad de las y los pibes menores de 16 años.

La derecha de Juntos por el Cambio quiere explotar este fracaso del gobierno para presentarse como alternativa, pero ya gobernaron con Macri y hundieron el país.

Los responsables de la situación que vivimos vienen por nuevas reformas anti populares. Quieren profundizar el robo contra las jubilaciones. Vienen a golpear los derechos laborales con nueva reformas, sea modificando la legislación o aplicándolas en los lugares de trabajo con la complicidad de la burocracia sindical. Y buscan reforzar el saqueo en favor de las mineras, las petroleras y el complejo exportador de soja llevando al país a una enorme crisis ambiental.
Es una orientación de ajuste y golpes al pueblo que, en toda latinoamérica, provoca rebeliones populares, como lo estamos viendo actualmente en la gran movilización en Perú contra el golpe de Boluarte.

Milei, facho y antiobrero

Milei viene creciendo en las encuestas denunciando a la “casta” política. Pero se sube a la indignación popular para defender a la peor “casta”: la casta empresarial que viene saqueando el país con la deuda y la fuga de capitales. Milei no es libertario, es facho. Está en contra del aborto y su fuerza agrupa a defensores de la última dictadura militar. El modelo de Milei es el menemismo, que entregó el país a las “relaciones carnales” con el FMI y los Estados Unidos mientras dejaba una desocupación record y pobreza por las nubes.

Por una salida de la izquierda y los trabajadores

Frente de esta situación, necesitamos reforzar una alternativa. Planteamos, con el Frente de Izquierda, reorganizar el país en función de las necesidades populares, comenzando por establecer un salario mínimo igual a la canasta familiar y el 82% móvil para las jubilaciones. Poniendo en marcha un plan de vivienda y obra pública para resolver las necesidades populares urgentes y generar fuentes de trabajo en blanco y por convenio. Para esto, es necesario terminar con el pago de la deuda externa, romper con el FMI y nacionalizar la banca y el comercio exterior, volcando el ahorro nacional a resolver los problemas urgentes de la población trabajadora.

Por un congreso del Frente de Izquierda
Vení al Plenario el 11 de febrero

El Frente de Izquierda está atravesando un importante debate interno. El Partido Obrero propone un congreso, abierto al conjunto de los activistas que vienen enfrentando el ajuste, organizándose en los lugares de trabajo y estudio, para debatir y darle fuerza a una alternativa junto a las luchas populares. Si el peronismo gobierna para el pago de la deuda externa y en favor del gran capital, es preciso poner en pie un nuevo movimiento popular, un movimiento popular con banderas socialistas. Esta tarea requiere organizar y ganar las calles y los barrios, por todos los reclamos, apoyándose y reforzando las luchas populares, como la que viene desarrollando el movimiento piquetero o el movimiento obrero combativo. Una izquierda que se orienta solamente a disputar elecciones y participar en los parlamentos termina por estar adaptada al sistema.

Para defender esta perspectiva para el Frente de Izquierda e impulsar la campaña por una salida de la izquierda y los trabajadores, el Partido Obrero llevará adelante un plenario abierto el 11 de febrero. ¡Te invitamos a sumarte!

Partido Obrero – Frente de Izquierda

 

¡Abajo el gobierno golpista de Perú!

Solidaridad activa con el pueblo que lucha y es reprimido. Miércoles 14 de diciembre, 17 horas, concentración frente a la Embajada del Perú (Avda. Libertador 1720)

13/12/2022

Día a día va creciendo el repudio y la movilización popular contra el golpe que destituyo al presidente Pedro Castillo hace menos de una semana. Trabajadores, campesinos, universitarios, pobladores, van ganando las calles en las principales concentraciones del interior del Perú. Cortando rutas, bloqueando aeropuertos para que no se puedan recibir refuerzos represivos desde Lima, ocupando universidades. Hay 9 jóvenes y trabajadores asesinados por la represión policial, decenas de heridos y detenidos.

El Perú obrero y campesino se está levantando contra el golpe orquestado por el parlamento reaccionario (con el apoyo corrupto de diputados que se reclaman de “izquierda”), la derecha fascistoide, las cámaras empresarias (Confiep, mineras, etc.), la OEA y el imperialismo yanqui.

Diversos gobiernos latinoamericanos, incluido  algunos   que se reclaman nacionales y  populares, dieron  su   aval al golpe . Lula, el todavía no asumido presidente del Brasil, fue  uno de los primeros que apoyó el golpe porque se había basado en un procedimiento “constitucional”, lo cual  es una impostura :   100 diputados votaron la destitución de Castillo, contra el voto de 9 millones de peruanos que lo eligieron presidente. Sigue  la orientación del Departamento de Estado yanqui y la OEA.

El gobierno argentino,  a su turno,  , inicialmente sacó una declaración legitimando el golpe en “defensa de la constitución” y  el propio presidente, Alberto Fernández, realizo un llamado telefónico directo a Dina Boularte, la nueva presidenta golpista, para “expresarle su respaldo, apoyo y colaboración”.

6 días después del golpe, ante el auge de la movilización popular contra el golpe en Perú y la consumación de una fuerte represión contra las movilizaciones, el gobierno argentino firma una nueva declaración tratando de parecer que se desmarca de su anterior apoyo incondicional al golpismo. Pero es una operación de “maquillaje”. Porque en su nueva declaración no plantea e que se vaya el gobierno golpista y el apoyo a las luchas de masas en curso, sino llamados genéricos a que se respeten los “derechos humanos”.

Denunciamos que está en marcha un operativo político contra la movilización antigolpista del pueblo peruano que consiste en salvar la permanencia del gobierno golpista en el poder a cambio de la promesa de convocar a “elecciones adelantadas” mientras  persiste y  se intensifica la  represión contra el pueblo . La presidenta golpista Boularte ya ha anunciado que pretende adelantar las elecciones de julio 2026 a abril 2024. Pretende seguir un año y medio al frente del gobierno golpista para profundizar la política  antiobrera y de entrega y asegurar, “reformas políticas” mediante, la continuidad de un régimen reaccionario.

Fuera el gobierno golpista de Boularte Por la convocatoria de una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, que apruebe y ejecute las transformaciones sociales que el pueblo trabajador y explotado necesita. Nacionalización de los monopolios mineros, derogación de todas las leyes antiobreras y antisindicales, real reforma agraria contra las patronales monopólicas y a favor del campesinado y el pueblo trabajador.

Es necesario avanzar  en la convocatoria  de  un plenario de las organizaciones obreras y populares del Perú, para coordinar la lucha hasta que caiga el golpe reaccionario. Vayamos hacia la Huelga General de los explotados del Perú. Es la acción directa que pueda abrir una salida democrática revolucionaria y no los conciliábulos en el parlamento golpista.

Libertad a Pedro Castillo y a todos los presos políticos. Cárcel a los represores del pueblo.  

Agrupación de Trabajadores Peruanos en la Argentina (ATRAPER)

PARTIDO OBRERO

13/12/2022

Que se vayan los políticos capitalistas

Por un gobierno de los trabajadores y la izquierda, por un movimiento popular con banderas socialistas

12/12/2022

El 10 de diciembre se cumplieron tres años del gobierno del Frente de Todos.

El balance para los trabajadores es lapidario, nada que celebrar. Pero tampoco para alimentar “esperanzas”, como se nos promete desde el kirchnerismo.

Al contrario, al desastre macrista le ha seguido una profundización de los problemas más graves que padecemos.

Todo un régimen económico, social y político está en el banquillo de los acusados de la bronca popular.

La pobreza escaló al 43% de la mano de una inflación del 100% que, como hemos señalado sistemáticamente, es el arma del ajuste de los responsables de la bancarrota nacional.

En ese empobrecimiento no están solo los desocupados cuyo número de millones es muy superior a la mentira oficial. La mayoría de los salarios están por debajo de los $155000 que alcanzará la línea de pobreza en diciembre. Y, por supuesto, más del 80% de los jubilados.

Se nos vende que tamaño sacrificio es para salir de la crisis. Falso.

El plan Massa, que es el del FMI, solo pretende brindarle una tabla de salvación a como dé lugar a los acreedores y a un gobierno sin dólares y sin oxígeno.

El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, lo ha graficado con todas las letras: “cualquier error y tenemos un rodrigazo”. Un rodrigazo es un golpe devaluatorio con estallido de precios, contra salarios, para barajar y dar de nuevo a partir de un empobrecimiento general. Fue lo que se vivió en 1975 con ese nombre y desató una huelga general.

Una agenda de derecha con Cristina incluida

Por eso todo el debate en la clase capitalista -la que verdaderamente nos gobierna atrás de cualquiera de las llamadas fuerzas de la grieta- es si la agenda de reforma laboral, previsional, tarifaria e impositiva se hace por shock o gradualmente.

Pero no tienen otra agenda. Ni los Bullrich o los Larreta, ni Milei, ni Alberto, Cristina o Massa, a quien le han delegado la tarea del ajustazo del Fondo.

El renunciamiento de Cristina a cualquier candidatura es para despejarle el panorama al establishment, a los dueños del poder, al propio Massa que así se puede presentar ante el capital internacional como el heredero del Frente de Todos para bien o para mal. Al menos por el momento, mucha agua pasará aún bajo el puente.

La agenda que nos presentan todas las fuerzas políticas, tanto de Juntos por el Cambio como del Frente de Todos, es de derecha. Es contra los trabajadores. Es de los que fugan los capitales, de los que lucran con la deuda usuraria, de los saqueadores de nuestros recursos naturales, de nuestro trabajo, de nuestras condiciones de vida y ambientales.

A ninguno de ellos se les ocurre cuestionar las privatizaciones menemistas de las que fueron parte, la fraudulenta deuda externa, la fuga de capitales o la economía cada vez más extractivista y desindustrializada. Al contrario, el kirchnerismo ha marcado su coincidencia estratégica en que la salida son el litio, Vaca Muerta y la soja. La Argentina del saqueo de los recursos naturales por la cual han degradado y archivado  toda ley de humedales.

Tampoco en materia de derechos democráticos se distancian tanto, como se aprecia en el sostenimiento del represor Berni, el Bullrich del kirchnerismo, o del propio Aníbal Fernández que viene de una represión salvaje al pueblo mapuche en favor de los intereses inmobiliarios de la Patagonia.

Eso no quita la virulencia de la guerra de camarillas políticas y judiciales que ha estallado. Al tiempo de la condena a una parte de la corrupción política -que es la del kirchnerismo mientras se va garantizando la impunidad de la causa Odebrecht y tantas otras- ha estallado la podredumbre de la Justicia misma.

Los chats escandalosos de jueces, directivos de Clarín, altos funcionarios de Larreta, servicios de inteligencia y aún un funcionario de Alberto Fernández, nos demuestran los lazos de clase de la corrupción judicial. Algo que solo puede barrer un gobierno de trabajadores, ajeno a los bandos en pugna por el control del Consejo de la Magistratura y del conjunto del poder judicial.

Por una alternativa política de los trabajadores

La burocracia sindical, en todos sus matices, integrada como está al Frente de Todos se pliega a esta agenda. Hace su labor de contención. Barrionuevo prometió que la reforma laboral la hace gremio por gremio, Baradel ya propone un convenio colectivo docente para barrer el estatuto de los docentes. Héctor Recalde y Facundo Moyano defienden una “reforma laboral que preserve derechos adquiridos”, que dejaría una minoría residual con derechos.

 Es claro que las grandes luchas recientes como la del Sindicato del Neumático, la de los médicos residentes y concurrentes o tantas de sindicatos docentes o autocovocandos por toda la geografía nacional, se hacen al margen de las centrales. Lo mismo ocurre con la gran lucha de la Unidad Piquetera que ha sido vanguardia todos estos años, contra el hambre y por el trabajo genuino 

No hubo un paro nacional en tres años, que debió y debe convocarse con un plan de lucha para defender los intereses de los trabajadores.

El peronismo se presenta como el Lula de Argentina, la coalición capaz de garantizar la agenda derechista del capital, gambeteando la rebelión popular que se ha hecho presente en tantos países de América Latina en el período último, como ahora en Perú contra el golpe.

Los tenebrosos bolsonaristas argentinos como Milei pescan en el río revuelto de la bronca popular, cuando son puro menemismo, puro capital financiero, puro grupos económicos, pura represión que evoca a la dictadura y por lo tanto la más pura “casta política”.

La derecha macrista se divide en torno a la tarea gigantesca de enfrentar a los trabajadores.

A la izquierda se le presenta una enorme responsabilidad. Porque madura un que se vayan todos, pero está marcado en la memoria popular que volvieron todos, o nunca se fueron.

Solo la izquierda obrera y socialista, delimitada a fuego de todas las variantes políticas capitalistas y, por supuesto del kirchnerismo, basada en ser protagonista de las grandes luchas obreras y populares, de apoyarse en ellas y de integrar a los luchadores a sus filas, puede ponerse a la altura de las tareas de la etapa.

Necesitamos una izquierda alejada de todo carrerismo electoral, que se proponga como alternativa de transformación social.

Por eso, desde el Partido Obrero, integrante del FIT Unidad, proponemos realizar sin demoras, un gran Congreso Nacional del Frente de Izquierda y los luchadores, que se coloque como referencia política nacional, con un programa de salida desde el campo de los trabajadores, con un plan de acción política y desde ese lugar con listas unitarias para enfrentar al enemigo.

Se vienen elecciones adelantadas en media docena de provincias. Vamos con esta propuesta para intervenir. 

Millones esperan nuestra intervención. El Partido Obrero la pone en marcha, como lo marcamos en varias decenas de actos en todo el país con las consignas “Fuera los políticos capitalistas”, “por un movimiento popular con banderas socialistas”.

Es nuestra propuesta. Pongamos manos a la obra más temprano que tarde.

PARTIDO OBRERO

8-12-22

Foto: Andrés Ojo Obrero Fotografía

A los trabajadores y trabajadoras, a los jubilados y a la juventud. A los luchadores

Construir un movimiento con banderas socialistas

24/11/2022

Son muchos los motivos políticos para aportar a la campaña financiera del Partido Obrero.

El gobierno de Alberto, Cristina y Massa ingresa en el último año de su mandato hundiendo aún más a nuestro país en una catástrofe social y económica.

Los que prometieron que la deuda no la iban a pagar “con el hambre del pueblo” nos dejan un país sometido al Fondo Monetario y con salarios y jubilaciones en un mínimo histórico. y los niveles de pobreza por las nubes.

El gobierno toma partido otorgando enormes concesiones a las mineras, las petroleras y los bancos. La devaluación por tandas de Massa es un gran negocio para los capitalistas y no impide la fuga de capitales y la caída de reservas.

El gobierno, mientras ajusta, desaloja barrios populares en todo el país y reprime las comunidades originarias,  mientras Cristina pide la gendarmería para los barrios de la provincia de Buenos Aires.

Mientras gobiernan para los capitalistas, el salario decrece y el hambre aumenta. Atacan a los trabajadores que luchan por sus paritarias como el Sutna, persiguen a los desocupados y las organizaciones piqueteras. El salario, con una inflación que está en el 100% ,se retrasa cada día, mientras el gobierno y la burocracia sindical impulsan un salario mínimo por debajo de los niveles de indigencia. Mientras se agudiza la pobreza, el gobierno limita la ayuda social y retacea la comida para los comedores populares, sostenidos con el esfuerzo de los luchadores. Así las cosas hemos asistido durante meses a una campaña furibunda contra las organizaciones piqueteras que luchan todos los días en las barriadas populares para poder parar la olla de las familias obreras del país. 

Esta campaña tuvo abanderada a la propia vicepresidenta que se encargó de vociferar que en “Argentina sobran planes porque hay empleo” y planteó devolverle el control de los mismos a los punteros de las intendencias, atacando abiertamente a las organizaciones como el Polo Obrero.

Con esta misma orientación, la amenaza de abrir las importaciones por parte de Massa en medio de la lucha de los trabajadores del neumático para sostener sus salarios y condiciones de vida ante una inflación incesante, pinta de cuerpo entero al gobierno y sus prioridades. Es decir, complacer a los dueños de poderosas empresas, aunque el salario no dé para llegar a fin de mes.

El fracaso del gobierno del Frente de Todos viene a continuación del fracaso macrista. El hilo de continuidad está dado por el pago de la deuda, los acuerdos de ajuste con el Fondo Monetario y el rescate a los intereses capitalistas, teniendo como contracara la miseria popular.

Este hilo los ha llevado a todos a votar o apoyar de alguna manera el presupuesto de ajuste para 2023, con recortes a la educación, la salud, los salarios y las jubilaciones. Por su parte la burocracia sindical se encuentra integrada al gobierno entregando reformas de convenio, gremio por gremio. Sin mencionar que esto se da con la mitad de los laburantes en negro o precarizados.

No es casualidad entonces el enorme descontento en todas las franjas de la población. En este contexto desde el Partido Obrero hemos estado presentes, ya sea como integrantes o brindando nuestro apoyo en todas las luchas de la etapa. 

Nuestro método de participación y deliberación colectiva independiente de las patronales y el gobierno, es el método que llevan adelante los compañeros del Polo Obrero en las más de 2 mil asambleas del país, el método que impulsamos a través de nuestras representaciones sindicales en los lugares de trabajo -del cual la gran lucha del SUTNA es solo un ejemplo. 

Este método y esta deliberación colectiva nutren un Partido Obrero que viene de realizar actos en todo el país, denunciando lo que hemos desarrollado a lo largo de esta carta y proponiendo como salida un nuevo “que se vayan todos” contra los políticos capitalistas, para abrir paso a una salida de la clase obrera, de la mano de un movimiento popular con banderas socialistas.

Entendemos para esto que el Frente de Izquierda Unidad es una herramienta fundamental y es por eso que también hemos propuesto a nuestros compañeros del FITU la realización de un Congreso abierto convocando a todos los activistas y luchadores.

Por todo esto la necesidad de financiar nuestra organización de forma independiente se vuelve más apremiante que nunca. Apelamos a la colaboración de simpatizantes y de todos aquellos luchadores y luchadoras que con su aporte nos permiten seguir desarrollando nuestra actividad y construir una alternativa política de los trabajadores.

 

Residentes de CABA, una lucha y una victoria para extender

Declaración de la Coordinadora Sindical Clasista - PO - FITU

16/11/2022

Los residentes de Caba, luego de 9 semanas de lucha junto a concurrentes, acaban de lograr una conquista histórica: salarios de bolsillo entre $ 200000 y 213000 en las distintas categorías de residentes y una reunión el 23/11 para discutir los reclamos de concurrentes. Con estos resultados la asamblea de RyC levantó el paro por tiempo indeterminado y se declaró en estado de alerta a la espera de la publicación de las actas con los acuerdos.

El paro por tiempo indeterminado de 20 días quebró al gobierno de Larreta y Quirós. Es el primer gran triunfo de esta rebelión en salud que se fue extendiendo desde Caba a Provincia de Buenos Aires y a diversas provincias.

Al igual que sucedió en el 2021 en Neuquén con la gran huelga del elefante, hoy residentes, concurrentes y también trabajadores de planta se organizan en defensa del salario y la precarización laboral en la salud pública.

Justa rebelión. Luego de haber sido elogiados como los “héroes de la pandemia” el gobierno nacional o los provinciales los someten a salarios que no llegan a la línea de pobreza en muchísimos casos, a guardias y jornadas semanales inhumanas de trabajo, a contratos laborales de superexplotación, sin ART o vacaciones o directamente a prestar servicios sin salario como es el caso de los concurrentes. La grieta entre oficialismo y la oposición de Cambiemos aquí no existe, como en tantos planos, puesto que no importa de qué “palo” sea el gobernador: peronistas y cambiemitas, todos aplican el ajuste exigido en las cuentas públicas por el FMI.

Falta de insumos, deterioro edilicio y de equipamiento, acompañan la situación de salarios magros y precarización creciente de todo el personal de salud. Los achiques en los presupuestos públicos dictados por el Fondo, son la causa del deterioro creciente del sistema de salud público que golpea en primer lugar a quienes se desempeñan en él pero también al conjunto de los usuarios.

En Caba, las 9 semanas de pelea constante de residentes y concurrentes, con huelga y movilizaciones diarias de miles, pusieron en jaque al gobierno del Pro. A lo que se suma la lucha sostenida del Garrahan; el paro y creciente organización en el Posadas; asambleas de 17 hospitales de la Provincia de Bs As y distintos municipios en Córdoba que votan pliego de reclamos; paros en Río Negro. En este marco, 200 establecimientos de provincia de Bs As conquistaron un nuevo reglamento y ahora van por el salario; y hay un creciente proceso de organización en la provincia de Santa Fé. Son tan brutales las condiciones salariales y de trabajo en todos los ámbitos de la salud, que los conflictos comenzaron a diseminarse como reguero de pólvora.

La organización en todos los casos comenzó desde abajo, lugar por lugar y con autovonvocatorias en la inmensa mayoría de los casos de residentes y concurrentes, el sector más explotado y con más carga de trabajo. Todo un movimiento que empalmó con planes de lucha que ya se venían desarrollando en algunos hospitales con comisiones internas combativas, como es el caso del Hospital Garrahan. Al igual que en otros conflictos obreros que se han desarrollado, las centrales sindicales no existen y las propias direcciones de los principales sindicatos de la salud han estado ausentes o miran para otro lado (como Sutecba o Médicos Municipales de CABA). En su mayoría integradas al gobierno, son las responsables de las paritarias a la baja de los trabajadores de planta y de la entrega creciente de conquistas laborales. Sólo han aparecido forzadas por la fortaleza de la lucha de los autoconvocados que los obligó a convocar al paro y movilización el pasado 8/11. Así, con la lucha desde abajo fue arrancada también la jornada nacional de lucha de la salud del día 17, son hitos de una lucha que puede ganar en todo el país si se generaliza con los métodos que arrancaron la victoria en CABA.

El triunfo de los trabajadores de la salud es fundamental por múltiples razones. Por los profesionales de la salud y sus familias, por la población trabajadora que se atiende con ellos y por el conjunto del movimiento obrero. Desde la Coordinadora Sindical Clasista (PO) nos ponemos a disposición de las necesidades del movimiento y llamamos a todos los trabajadores a apoyar esta rebelión de quienes atienden y defienden la salud de toda la población. La asamblea de residentes y concurrentes de Caba marca el camino para ganar.

Por el triunfo de la rebelión en salud!

Coodinadora Sindical Clasista-PO
16/11/22

Por un congreso abierto del Frente de Izquierda-Unidad

05/11/2022

El gobierno de Alberto y Cristina Fernández y Sergio Massa ingresa en el último año de su mandato hundiendo aún más a la Argentina en una crisis que pareciera no tener salida.

Los que prometieron que la deuda no la iban a pagar “con el hambre del pueblo” nos dejan un país sometido al Fondo Monetario y con salarios y jubilaciones en un mínimo histórico. El gobierno “de los derechos humanos” reprime las comunidades mapuches y desaloja barrios populares en todo el país, mientras mantiene a Berni a cargo de la Bonaerense.

El fracaso del gobierno del Frente de Todos viene a continuación del fracaso macrista. El hilo de continuidad está dado por el pago de la deuda, los acuerdos de ajuste con el Fondo Monetario y el rescate a los intereses capitalistas, que arrastra al Estado a la bancarrota sin por eso sacar a la economía de la crisis. La contracara de la miseria popular son las enormes concesiones a las mineras, las petroleras o los bancos. Por poner solo un ejemplo, la devaluación por tandas de Massa implicó la emisión de 600.000 millones de pesos para el capital agrario sin terminar por eso con la fuga de capitales y la caída de reservas.

La crisis y los fracasos de todas estas fuerzas que nos vienen gobernando están en la base de sus quiebres y choques. El Frente de Todos atraviesa una guerra interna marcada por el intento del kirchnerismo de derogar las Paso contra las posibilidades de Alberto Fernández de postularse para un nuevo mandato. En Juntos por el Cambio, la pelea es descarnada por la candidatura presidencial y por la capital. Y está atravesada por el fracaso del gobierno de Macri y por cómo asestar golpes en gran escala contra los trabajadores.

En estos choques no hay ningún sector que represente un interés popular: todos votaron o apoyaron de una u otra manera el presupuesto de ajuste para 2023, pactado por Massa y el Fondo Monetario, con recortes a la educación, la salud, los salarios y las jubilaciones. Los que no lo hicieron abiertamente fue en nombre de reclamar ir aún más a fondo en un política antiobrera.

No es casualidad entonces el enorme descontento en todas las franjas de la población. Un descontento que por el momento explota Milei golpeando a la casta política en nombre de un planteo fascistoide, antiobrero y de apoyo a pleno a la “casta” empresarial.

Más que nunca, es la responsabilidad del Frente de Izquierda plantear una salida frente al cuadro de crisis de fondo que atraviesa el país. No es solamente el fin de un gobierno lo que estamos discutiendo sino el agotamiento de un régimen: la democracia desenvuelta bajo el ala de la clase capitalista y el imperialismo. Por eso planteamos que hace falta un nuevo “que se vayan todos” contra los políticos capitalistas, para abrir paso a una salida de la clase obrera, de la mano de un movimiento popular con banderas socialistas.

Frente a este cuadro, tal como lo hicimos desde el acto el pasado 29 de octubre en Plaza de Mayo, el Partido Obrero plantea que el Frente de Izquierda impulse un congreso abierto a todos los que vienen participando en las luchas en todo el país contra el ajuste y que desafían la política de pasividad y derrota de la burocracia sindical y las organizaciones sociales integradas al gobierno.

La gran huelga del Sutna puso de relieve la fuerza de los trabajadores cuando logran recuperar sus organizaciones obreras contra la burocracia y luchan unidos por sus reivindicaciones. Logró doblegar tanto a las patronales como al gobierno, que jugaron a fondo por quebrar a los trabajadores del neumático y su sindicato combativo. Las grandes movilizaciones piqueteras sacudieron al país, cuestionando el control de los punteros del PJ en los barrios. Las huelgas de docentes y de salud recorrieron el país. Con un movimiento de masas de residentes y concurrentes, con una rebelión desde los Sutebas combativos y la Multicolor en Buenos Aires, con Amsafe en Santa Fe y ahora ganan las calles en la capital contra el gobierno de Larreta, luego de la ola de tomas de escuelas secundarias en defensa de la educación pública. En Luz y Fuerza los trabajadores se movilizan contra la entrega de la burocracia en las paritarias, lo mismo ha ocurrido en Ferroviarios con la UF Oeste a la cabeza, entre un sinfín de luchas como las de los municipales de Moreno o los paros masivos de UTA en el interior.

Contra la burocracia sindical que aísla estos reclamos, planteamos un paro nacional y plan de lucha, para derrotar la política de ajuste del gobierno nacional, las patronales y los gobiernos provinciales, y abrir paso a una salida de los trabajadores.

Un congreso del Frente de Izquierda convocando a toda esta vanguardia de lucha para votar un programa y un plan de acción frente a la campaña electoral va a permitir ganar fuerza en la lucha por poner en pie una alternativa obrera y socialista.

Y este movimiento popular se apoya en las manifestaciones de independencia política que se desenvuelven en las luchas: cuando los trabajadores derrotan a la burocracia sindical, cuando los barrios se organizan contra los punteros o cuando la juventud se organiza contra los aparatos de la Franja Morada o La Cámpora.

Tenemos un debate

El PTS proclamó candidaturas un año y medio antes de las elecciones y largó una campaña electoral anticipada. La política electoralista de los compañeros del PTS se ve agudizada por su falta de apoyo al movimiento piquetero, que protagonizó las movilizaciones masivas más importantes del año en nuestro país. Una izquierda que no se apoya en la lucha de clases es incapaz de poner en pie una alternativa que cuestione al régimen del capital. Observamos con preocupación que ese empeño electoralista lleva a la adaptación política: así, vimos a Myriam Bregman defender sin fisuras a Cristina Fernández frente a la acusación de Luciani, e incluso a la bancada del PTS en el Congreso hacer un “gesto” que permitió al gobierno aprobar un nuevo impuesto en favor de la policía de seguridad aeroportuaria.

El Frente de Izquierda tiene una trayectoria que ya lleva 11 años. En este período, hemos vivido importantes alzas electorales, ganando la capital de Salta en 2013, la banca en el Congreso por Mendoza el mismo año y el 25% de los votos en Jujuy en 2021. Pero este crecimiento electoral no es sustentable si no está acompañado del desarrollo de una clase obrera con conciencia de clase capaz de construir un movimiento popular que pueda darle fuerza a una alternativa. Si fuera una fuerza meramente electoral y parlamentaria, la izquierda es objeto de enormes presiones para adaptarse al sistema. El desafío es superar definitivamente el peronismo separando a los trabajadores de la burguesía y poniendo en pie una vanguardia obrera con conciencia de clase y un movimiento popular con banderas socialistas.

Por un congreso y un frente único

La propuesta que realizamos tiene por propósito superar los límites actuales del Frente de Izquierda-Unidad y transformarlo en una fuerza de intervención en la lucha de clases. Estamos ante un desafío enorme en tanto se trata de superar la forma que adquiere el régimen político de la clase capitalista en la actualidad. Como quedó demostrado en Brasil, aun con el crecimiento de fuerzas fascistoides como la de Bolsonaro, los capitalistas y sus principales Estados imperialistas son partidarios de valerse del régimen democrático para mantener su dominio de clase. La carta del fascismo la juzgan prematura y riesgosa, más cuando la democracia burguesa aún les permite cooptar a buena parte de las organizaciones obreras y de izquierda a la defensa del régimen capitalista.

Mediante las elecciones recurrentes la burguesía busca naturalizar la idea que estamos ante un régimen basado en la voluntad popular y no ante una dictadura del capital. Para la izquierda la situación implica un enorme desafío, ya que las elecciones pueden ser tanto una oportunidad como un riesgo enorme. Sucede que el proceso electoral tiende a realizarse bajo una metodología opuesta a los principios de clase. La acción directa de los trabajadores es suplantada por la ilusión de que las cosas se solucionan votando; y la deliberación y la organización propia de la clase es suplantada por el apoyo a personalidades y candidatos. Esta metodología, siendo además que las elecciones se realizan cada dos años, tiende a apartar a la izquierda de una acción revolucionaria y a concentrarla en campañas electorales permanentes, y la aleja de su acción en la lucha de clases para concentrarla en la creación y difusión de candidatos.

Nuestro Frente de Izquierda-Unidad no es ajeno a estas presiones ni, desde ya, podría serlo por completo. Una revisión crítica de su acción debiera concluir que estas distorsiones están presentes en su actividad. El lanzamiento de candidatos del PTS a mediados de junio del 2022 para elecciones que se realizarán agosto-octubre del 2023 es una expresión de la incidencia de esa presión. Si tenemos en cuenta que en el 2021 hubo elecciones y que las habrá en el 2023, lanzar candidatos en el 2022 implica de hecho estar en campaña electoral permanente. Para una fuerza que dice defender el principio de la lucha de clases contra la democracia burguesa se trata de una contradicción flagrante.

La superación de esta situación plantea por un lado que el Frente de Izquierda-Unidad priorice su acción en la lucha de clases y, por el otro, que aborde el proceso electoral con los métodos de la organización, la deliberación y la acción de los trabajadores. Después de todo, el objetivo de la campaña electoral debe ser reforzar la lucha por un gobierno de trabajadores mediante la formación y capacitación de una vanguardia. Nuestra propuesta de realizar un congreso del Frente de Izquierda-Unidad para febrero-marzo, que aborde también la cuestión electoral, plantea un cambio de política importante. La izquierda revolucionaria debe valerse de las elecciones para impulsar la acción directa de los trabajadores y de los explotados, en vez de que la burguesía se valga de las elecciones para que la izquierda revolucionaria adopte la metodología y hasta la estética del régimen actual. Un congreso abierto a miles y miles de luchadores, que debatan el impulso a las luchas y la participación también en la campaña electoral, sería un hecho inédito no solo en Argentina sino también a nivel internacional. También permitiría enfrentar las elecciones anticipadas en las provincias, dándonos una instancia para la formación de las listas con la participación activa de los trabajadores.

La situación que se ha creado reclama un debate a fondo de toda la militancia del Frente de Izquierda-Unidad. Estamos aún a tiempo de enfrentar exitosamente la trampa que el régimen ha montado y superarla con una acción consciente y organizada de la izquierda y una fracción aun minoritaria pero creciente de los trabajadores. No queremos que el FIT-U sea la pata izquierda de un régimen democrático decadente, sino la fuerza política que se proponga derribar ese régimen para que gobiernen los trabajadores. Si este es el objetivo de todos, actuemos en consecuencia.

El Sutna marca el camino

La huelga victoriosa de los obreros del neumático ofrece lecciones fundamentales para todo el movimiento obrero.

04/10/2022

El SUTNA logró que la paritaria 2021 / 2022 quede dos puntos por encima de la inflación y dos bonos, uno de 100 mil pesos y otro de 38 mil. Pero lo más significativo es que los aumentos salariales 2022 / 2023 quedarán, sea cual fuese la evolución del costo de vida, un 10% por encima de la inflación.
Se trata del mejor acuerdo paritario del país, porque les asegura a los trabajadores del neumático un aumento del salario real.
Esta conquista se logró con 5 meses de lucha del SUTNA, que fueron rematados con una semana de huelga general, derrotando a las patronales de FATE, Pirelli y Firestone.
Pero también derrotando al gobierno, a la oposición de derecha y a los grandes medios de comunicación, que siempre actuaron en favor de las empresas y demonizando al Sindicato.
Incluso cuando intervino la dirección de la CGT, que desde un inicio le dio la espalda al conflicto, fue para pedirle más dureza al gobierno contra el SUTNA. La lucha, en cambio, encontró apoyo en los sectores combativos del movimiento obrero, en la Unidad Piquetera y en el Polo Obrero.
El SUTNA ganó porque su dirección clasista, que en 2016 echó a la burocracia y recuperó el Sindicato, logró unir a todo el gremio y ponerlo en pie de lucha. Porque se valió del método democrático de la asamblea general tanto para definir el pliego paritario como para aceptar lo arrancado a las patronales luego de 5 meses de lucha.
Es por eso que marca un camino para todos los trabajadores. Demuestra que se puede unir a los trabajadores contra los atropellos patronales, echar a los burócratas sindicales y defender la democracia obrera.
El triunfo del SUTNA golpea la política de ajuste pactada entre el gobierno y el FMI, refuerza las luchas salariales que se vienen desarrollando en diferentes gremios y vuelve a plantear la necesidad de un paro nacional y un plan de lucha, por el triunfo de todas las luchas en curso.
Viva la lucha del neumático.

Partido Obrero – CSC

Por una Central independiente del gobierno del FMI

9 de noviembre, elecciones en la CTA-T: Votá Lista 6 Multicolor

04/10/2022

La enorme lucha de los trabajadores del neumático del SUTNA demuestra la necesidad de tener sindicatos y centrales independientes de los patrones y del Estado. 

El Sutna triunfó sobre las patronales, el gobierno que las apoyó durante los 5 meses de conflicto, y sobre la pasividad de la burocracia sindical de la CGT y la CTA de Hugo Yasky , ésta última haciendo campaña durante todo el conflicto en contra de la dirección combativa encabezada por Alejandro Crespo.

 Los trabajadores del SUTNA comenzaron y terminaron la lucha con asamblea general. Sus paros progresivos y movilizaciones se transformaron en una huelga general de ocho días cuando las poderosas empresas del sector pretendieron quebrarlos. Así conquistaron una paritaria 12 puntos encima de la inflación abriendo camino para toda la clase obrera.

La Lista 6 Multicolor  dará batalla a nivel nacional, de las provincias y de las regionales para recuperar la CTA-T al servicio de las y los trabajadores. La Lista 6 Multicolor presentó 23 listas, y miles de candidatas y candidatos.

La Lista 10, con el ajuste y amigos del embajador yanky

Los principales candidatos del oficialismo de la Lista 10 son Hugo Yasky y Roberto Baradel, protagonistas recientes de una visita vergonzosa a la embajada norteamericana, en la que discutieron con el embajador yanky “las tareas del movimiento obrero en el momento actual. Efectivamente, esta burocracia es  la más integrada al gobierno peronista que aplica el ajuste pactado con el FMI, es co- responsable de los salarios de pobreza de docentes, estatales, judiciales, trabajadores de la salud, de la precarización laboral que nos afecta y de la entrega de nuestras obras sociales y jubilaciones.  

La Lista 6 Multicolor con las luchas y contra el ajuste del gobierno del FMI

El contraste no podría ser mayor.

Yasky declara que las medidas de ajuste del súper ministro Sergio Massa son necesarias –las que discutió en Washington y con el embajador Stanley amigo de Yasky y Baradel-, y boicotean los reclamos de los trabajadores que dicen representar.

Los docentes de la multicolor, en cambio, en Santa Fe están en un plan de lucha con paros semanales de 72 horas, arrancados a la dirección de Sonia Alesso, que planteó que había que aceptar la miseria del gobernador  Perotti de un aumento que no supera el 77% frente a una inflación del 100 %; los sutebas multicolores hicieron dos parazos autoconvocados contra la dirección de Roberto Baradel porque de una punta a la otra de la escala salarial los docentes cobran salarios de pobreza;los docentes de Santa Cruz también con huelgas de 72 horas, y con procesos de lucha en Chubut, Neuquén y Entre Ríos.

La Lista Nacional de la 6 Multicolor está encabezada por Patricia Jure, secretaria gremial de Atén-Capital de Neuquén, a la cabeza de la lucha en esa provincia; Angélica Guiot, secretaria del Suteba Multicolor de Marcos Paz encabeza la Lista 6 Multicolor en la provincia de Buenos Aires, acompañada de Romina Del Plá como primera candidata a congresal, dirigentes del parazo multicolor bonaerense; Gabriela Meglio, secretaria adjunta de Amsafé-Rosario, encabeza la Lista 6 Multicolor de esa ciudad; Cristian Paletti, de la minoría de la dirección del Subte, Alejandro Lipcovich de la combativa Junta Interna del Hospital Garraham en lucha, y muchas y muchos otros que desafían la entrega de la burcracia ysakista.

En la Lista 6 Multicolor del país, de las provincias y de las regionales están las y los compañeras/os que encabezan las luchas contra el ajuste del FMI y por un salario inicial no menor a los 120 mil pesos actualizado por inflación.

Por un congreso de delegados de base que reconstruya la CTA al servicio de los trabajadores

Hugo Yasky anunció también que han decidido regresar a la CGT de los gordos, con la que rompieron en los años ’90 acusándolos de ser el “sindicalismo empresarial”. Se trata de una integración a la CGT por derecha, no para luchar contra su burocracia, sino porque coinciden con ella en lo esencial; no para luchar por una nueva dirección sino para ser parte de ella, cuando hace más de tres años que no mueven un dedo por las reivindicaciones obreras.

La Lista 6 Multicolor rechaza esta integración a la CGT y plantea la necesidad de un Congreso de delegados de Base de la CTA-T que decida el futuro de nuestra central al servicio de los trabajadores.

Te convocamos a apoyar nuestra lista, por un nueva dirección en la CTA T y en todo el movimiento obrero.

Coordinadora Sindical Clasista-PO

Tribuna Docente – Tribuna Estatal – Tribuna de Salud – Judiciales en lucha – Naranja del Subte

Apoyemos la lucha por trabajo y contra el hambre

Es necesario un paro nacional y plan de lucha contra el ajuste

27/09/2022

El movimiento piquetero independiente está dando una enorme lucha contra el hambre y la miseria. Por eso están haciendo una permanencia frente al Ministerio de Desarrollo Social. Denuncian que “no va mas” la situación que se vive en los barrios y reclaman respuestas urgentes.

No hay que confundirse, no es cierto que “no quieren trabajar”. Las organizaciones presentaron al gobierno un plan para crear un millón de fuentes de trabajo genuino en base un plan de vivienda y obra pública.

Pero el gobierno no quiere tomar esta medida. En lugar de resolver los problemas urgentes de los barrios, destina los recursos a subsidiar el dólar soja o al pago de la deuda externa.

El Ministro Zabaleta le niega la asistencia necesaria a los merenderos y comedores populares donde comen todos los días millones de familias humildes que no llegan a fin de mes.

Un punto fundamental que reclama el movimiento piquetero es la duplicación de emergencia del salario mínimo, que hoy está en 51.000 pesos, una miseria que condena a millones de trabajadores a vivir con la mitad de la canasta de pobreza. El ajuste contra los salarios y la inflación los padece toda la clase trabajadora.

Por último, reclama la apertura urgente de todos los programas sociales, porque el programa potenciar trabajo alcanza a 1.200.000 beneficiarios pero existen millones de desocupados más que deberían acceder. En el fondo, es necesario un seguro universal al desocupado para evitar caer en la indigencia.

Los que atacan al movimiento piquetero lo responsabilizan de los problemas que vive el país. Es al revés: los responsables de la situación social crítica que vivimos son el gobierno del Frente de Todos, el macrismo, los gobernadores y todo el régimen que nos viene gobernando con una política de saqueo en beneficio del gran capital. Son ellos, los políticos capitalistas, quienes deben rendir cuentas por la enorme crisis social del país.

La respuesta a los reclamos elementales de trabajo, asistencia alimentaria y seguro al desocupado son imprescindibles para sacar de la pobreza al pueblo.

Por eso, es necesario apoyar la lucha piquetera. Porque es la manera de enfrentar, en las calles, el plan de ajuste pactado por el gobierno y el Fondo Monetario, que está llevando nuevamente al país a una crisis sin salida.

La lucha piquetera empalma con la gran lucha de los obreros del neumático por su salario. Y con las luchas de docentes, marítimos, y muchos otros sectores contra el ajuste. Por eso es necesario que la CGT y la CTA rompan con el gobierno y convoquen un paro nacional y plan de lucha por estos reclamos.

Apoyemos al movimiento piquetero en la lucha por trabajo y contra el hambre.

Con las luchas populares y no con el FMI

Declaración de cara al Congreso Nacional de la Unión de Juventudes por el Socialismo (UJS) y la Juventud del Polo Obrero (JPO) del próximo 10/9.

23/08/2022

El Frente de Todos puso a la embajada yanki en la Rosada. Las declaraciones altisonantes de hace algunos años, del estilo “golpear a la derecha” y poner plata “en el bolsillo de la gente” entró en su etapa final abrazando al Council of Américas y con una oficina del FMI monitoreando lo que hace y deja de hacer el gobierno peronista. Los traidores se fueron con Massa. 

Los voceros que prometían investigar la “deuda de Macri” piden a gritos que las Universidades monitoreen los planes sociales, no para “ordenar”, sino para recortar, en un marco en el que más de un millón de pibxs perdió al menos una comida en los últimos años. 

Ninguna decisión de estas características tiene para mostrar un resultado “nacional y popular”. La inflación anual puede llegar al 100%, el acuerdo con el FMI no trajo estabilidad ni nada similar, la pobreza puede alcanzar el 50% antes de que termine el mandato gubernamental. 

La receta del ahora “Superministro” es austera en todo menos en su ortodoxia: tarifazos, devaluación, recorte fiscal para llegar a las metas del Fondo. Es decir, para los capitalistas todo, para les trabajadores y la juventud, nada. Ya comenzó con un decreto que recorta $128 mil millones que salen del Financiamiento Productivo, la Vivienda, la Educación (Conectar Igualdad), entre otros sectores. 

La vuelta de “la derecha” o la emergencia de figuras como Javier Milei o José Luis Espert, voceros del arancelamiento educativo y del “cárcel o bala” para la juventud más empobrecida, se inscribe en una crisis social y política que es responsabilidad de todos los que han gobernado, en particular del peronismo, que estuvo en la Rosada en 16 de los últimos 20 años. 

¿El Estado te cuida?

Resulta complicado pasar por alto el balance de un trasfondo político. Agrupaciones kirchneristas como La Cámpora y Patria Grande (La Mella) se jactaron durante mucho tiempo sobre la posibilidad de darle una perspectiva al “campo popular”, “desde adentro” del Estado. Ascenso social hubo solamente para ellos, que pusieron a sus cuadros políticos y juveniles a administrar una gestión ajustadora y fondomonetarista. 

No solamente lo hicieron con el gobierno: hoy en día, mientras el pueblo pasa hambre, festejan en sus redes sociales la integración a las secretarías de las facultades y gestiones que no dan becas, que no solucionan los problemas edilicios de la educación superior, que ajustan el salario docente. El arribismo puede tener marketing pero nunca será popular. 

Patria Grande en especial ha exclamado, en el último tiempo, que si no hay “algo” para “los sectores pobres” van a discutir “romper el Frente de Todos”. Es la línea que manifestaron Juan Grabois y Ofelia Fernández. No hay confesión más recalcitrante: no solamente porque evidencia de la manera más cruenta el mantenimiento y la cooptación en los sillones del Estado, sino también porque pide migajas para el pueblo mientras acepta sin chistar la entrega del país, peso a peso, dólar a dólar, al capital financiero internacional y al imperialismo. 

Si el “Estado está presente”, es solamente para ajustar y reprimir, como hizo el gobierno de Kicillof y Larroque con las familias de Guernica, para beneficiar a los dueños de los countries de la Provincia de Buenos Aires. De la “juventud maravillosa” a los defensores de corta edad del status quo. El silencio de Cristina hace ruido pero tiene un objetivo claro: sostener las resortes del poder frente a un gobierno que se derrumba. Busca ser la “capitana” de emergencia de un barco que saquearon. 

“Soy piqueterx señor…”

Del otro lado del mostrador, copando semana a semana la Plaza de Mayo y la 9 de Julio, se encuentra el renacer de un movimiento que conmueve a la Argentina. Bombo, repique, bandera, piquete y lucha. Las organizaciones de la Unidad Piquetera vienen haciendo lo que no hacen las centrales sindicales como la CGT y las CTA, cómplices del ajuste, y ponen arriba del debate que la crisis no la tienen que pagar los trabajadores. 

Frente al FMI y sus voceros políticos oficialistas y opositores, hay un pueblo que lucha. Corte de ruta, asamblea, todo para combatir el hambre y la pobreza. La juventud tiene, en su esencia, una impronta de lucha que la llevó a ser protagonista en el conjunto de las movilizaciones y rebeliones del continente (Chile, Ecuador, USA, Colombia). Es protagonista, hoy, del movimiento piquetero en toda la Argentina. Les estudiantes, ¿Cómo no vamos a estar ahí? ¿Cómo vamos a no ir con el pueblo que lucha? 

Hacer escuela

La pandemia y la crisis social se llevaron puesto el acceso de la juventud a la educación pública. Más de medio millón de chicos y chicas no volvieron a las aulas. El ajuste y el aumento de la pobreza en las niñeces y la juventud hace estragos: lo vimos en los últimos días con una niña en el barrio de  Barracas de CABA que perdió la vida por desnutrición. El ajuste alimentario de Larreta es porteño y es del país. 

El ajuste en las escuelas y en las Universidades se ve, como nunca, en el ataque al salario docente, que en el caso de la Universidad se encuentra en migajas y el gobierno y las gestiones quieren que vuelva a perder alrededor de 20 puntos contra la inflación. El peronismo y Cambiemos se ligan en esta política.

La derecha agita que los problemas educativos tienen que ver con “la política”, “la militancia”. Seguro no la de las Federaciones mayoritarias: ni la FUBA y FUA radical ni la FULP ni ninguna Federación kirchnerista está lejana a las política de la burocracia sindical de la CGT. No construyen ninguna instancia de deliberación, pero no por falta de capacidad, sino por la complicidad política de ser parte del gobierno, o una parte sustancial del régimen universitario (UCR) y la fuerza opositora que buscará postularse como mejor medida para el capital en 2023.  

Defender la educación implica el apoyo y la movilización a los docentes de AGD-UBA, a luchas como las de La Rioja y San Juan y a una movilización independiente de docentes y estudiantes. Eso es hacer escuela. 

Por un Movimiento Popular con Banderas Socialistas

Desde la UJS entendemos que la juventud tiene que estar con el pueblo que lucha y no con el FMI. Es una discusión incluso en el seno de la izquierda: no es metiendo más diputados ni lanzando candidaturas que podemos ser una alternativa política en la Argentina. Requiere estar en cada pelea popular y buscar construir un movimiento que supere el fracaso del conjunto del régimen político. Es más con el corte de ruta que pensando en los votos y eso para nosotros es clave. 

Nos encontramos en un momento excepcional. La crisis que padece el país no refiere a cosas que no se pudieron hacer o a la mala praxis: es la consecuencia de años y años de entrega al capital financiero internacional y del FMI, de todas las fuerzas que gobernaron en las últimas décadas y de aquellos que quieren repetir recetas con palabras diferentes. 

Esta situación está lejos de limitarse a las fronteras del país. El capitalismo no tiene nada para ofrecer más que guerras, hambrunas, destrucción ambiental, pandemias, ajuste y un sometimiento cada vez más cruento para quienes trabajan. La juventud no es ajena a lo que pasa en el mundo. Este llamamiento de la UJS y la JPO es a nivel internacional. Es cada vez más necesaria una movilización de todes les jóvenes del planeta, en función de una salida que se asiente sobre otras bases a las del capital. Es decir, una salida que levante las banderas socialistas, de la igualdad de las personas por las personas, del fin de la explotación, de una patria de la humanidad en la que se terminen los privilegios de unos pocos por el padecimiento de miles de millones. 

La juventud tiene que aportar a una salida. Eso implica poner el corazón y el cuerpo en la calle. La salida es piquetera y es socialista, en la medida en que el sistema capitalista en tiempos de descomposición es un yunque que no tiene más que malaria.

Una certeza nos acompaña: si el presente es de lucha, el futuro es nuestro. A nadie le regalaron nada: solamente del lado correcto de la historia se consiguieron las grandes hazañas de nuestro pueblo. 

Esta vez no será la excepción.

 

Declaración del FITU frente a la crisis nacional y la asunción de Sergio Massa

10/08/2022

Con la asunción de Sergio Massa, el gobierno prepara las condiciones para un nuevo salto en el ajuste contra el pueblo trabajador. Las medidas anunciadas hasta el momento van claramente en este sentido: mayores tarifazos, recortes al gasto público, congelamiento de la planta de los trabajadores estatales.

Todas las alas del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio, incluidos los llamados “libertarios” acuerdan con profundizar el ajuste contra el pueblo trabajador, y con una devaluación que ya está en marcha con la suba descomunal de la inflación y la consonancia del gobierno con los grandes empresarios remarcadores de precios y con el dólar “sojero” y otros “dólares especiales” a sectores patronales. Esa medida anunciada por Batakis fue acordada con el FMI en Washington, lo mismo que los anuncios posteriores de Sergio Massa. El Frente de Izquierda y de Trabajadores Unidad (FIT-U) plantea una salida opuesta, para que la crisis la paguen los capitalistas.

La crisis política al interior del oficialismo culmina con la entrega de superpoderes a un agente directo de la embajada norteamericana y del gran capital, con el apoyo del kirchnerismo y todas las fracciones del oficialismo y el aval explícito de la CGT y la CTA.

El Frente de Izquierda Unidad denuncia que el salto en la crisis inflacionaria y las medidas de mayor ajuste anunciadas por Massa con el aval del Presidente y Cristina Kirchner constituyen un nuevo golpe contra el pueblo trabajador. Congelamiento de vacantes y la imposibilidad de que decenas de miles de contratados precarios en el Estado puedan acceder a la planta permanente preparando sus despidos cuando culminen los contratos. Recortes presupuestarios y en la obra pública, tarifazos en los servicios y el transporte y depreciación salarial, son la antesala de medidas de ajuste aún mayor y la puesta en agenda de las reformas reaccionarias pendientes.

El peso de la deuda usuraria y fraudulenta en pesos, y en dólares arrastra al país a una nueva bancarrota. El pacto con el FMI potenció el endeudamiento, la inflación, el ajuste, el saqueo y la dependencia. Los llamados “mercados” (los bancos y el capital financiero) aprovechan para sacar una nueva tajada y se lanzaron durante los meses de junio y julio una corrida cambiaria para imponer una mega devaluación del peso oficial. La subida del “blue” y de los dólares financieros durante el mes de julio ya aceleró la inflación a niveles insostenibles.

Una mega devaluación del peso oficial implicaría un salto en la pulverización de los salarios, jubilaciones y planes sociales muchos de ellos hoy en la indigencia. Los ganadores serán los dueños del agronegocio, junto al resto de los exportadores, las automotrices a quienes les dieron retenciones cero, mineras, petroleras, las patronales que pretenden seguir licuando salarios y deudas, y los bancos. Mientras que el propio Alberto Fernández vociferaba contra los dueños del negocio agrario y movimientos sociales oficialistas se aprestaban a movilizarse a la Rural (algo que finalmente no realizaron), a la par y auspiciado por el FMI se preparaba un dólar especial para que los sojeros puedan multiplicar sus rentas a costa del erario público: esto es el prolegómeno de una devaluación en toda la línea.

Al igual que Batakis Massa anuncia un viaje a Washington a consensuar sus medidas con el FMI. El poder político del gobierno depende casi en su totalidad del arbitraje del FMI y los llamados “mercados”.

En ese contexto, el profundo cambio de gabinete con el superministro Massa como eje, es un intento de cerrar una crisis al servicio de generar confianza en el establishment y los usureros externos. Una vez más, un cambio de esta magnitud, se hace  por la decisión de un puñado de dirigentes a espaldas del pueblo. Demostrando el carácter antidemocrático de este régimen capitalista.  Es hora de cambiar y que los trabajadores y sectores populares decidan democráticamente la salida a la crisis.

Massa es tal vez la última carta que le quede a un gobierno que lejos de haber venido a recomponer lo perdido durante el macrismo, profundizó la pulverización de los salarios y jubilaciones, aumentó la miseria y apoyado por la derecha de Juntos por el Cambio, rubricó un pacto colonial con el FMI.

En la coalición oficialista se terminó de blanquear que el kirchnerismo -que cacareaba contra el FMI mientras habilitaba en el Congreso que se votara el pacto colonial-, no sólo no tenía ningún programa alternativo, sino que ahora se compromete abiertamente a un mayor ajuste.

Por ello, llamamos a todos los trabajadores y jóvenes que confiaron en que este gobierno venía a cambiar las políticas del macrismo y hoy están buscando otro rumbo a movilizarse con nosotros para frenar el ajuste y a sumarse a fortalecer a la única coalición política que plantea la independencia política de las y los trabajadores y sostiene una alternativa al ajuste: el Frente de Izquierda Unidad

Las conducciones de la CGT y las CTA son también responsables de que el pueblo trabajador llegue en este estado a un nuevo golpe contra su nivel de vida. Fueron un punto de apoyo de todo el ajuste de Macri y de Alberto Fernández. Ahora cuando la crisis se profundiza y el pueblo asiste al aumento exponencial de los precios de los alimentos y productos de primera necesidad salieron rápidamente a celebrar la designación de Massa como superministro y los cambios en el gobierno y, en ese marco, convocan a una marcha el 17 de agosto. Exigimos a las centrales que rompan con el gobierno y convoquen a un paro nacional que sea el inicio de un plan de lucha por un inmediato aumento de salarios, jubilaciones y planes sociales al valor de la canasta familiar y derrotar el plan de ajuste del gobierno y el FMI. E impulsamos la recuperación de los sindicatos como herramientas de lucha de la clase trabajadora contra la burocracia sindical. Ese mismo 17 de agosto participaremos en la convocatoria alternativa a la de la burocracia sindical realizada por el Plenario del Sindicalismo Combativo, para apoyar todas las luchas en curso y plantear un programa de salida a la crisis de las y los trabajadores.

Desde otros sectores del oficialismo promueven un “salario básico universal” de 14.000 pesos, una suma de indigencia que consolida un nuevo piso salarial de hambre y busca condenar a millones de trabajadores a un porvenir sin acceso al trabajo genuino ni derechos laborales. El proyecto impulsado por Cristina Fernández en el Senado llegaría solo a 1.700.000 personas, cuando son más de 14 millones quienes necesitan un ingreso que alcance.

Frente a la política de las coaliciones políticas patronales del ajuste y la complicidad de la burocracia sindical, el pueblo trabajador no se queda inmóvil. El movimiento piquetero combativo viene llenando las calles en su lucha por sus reivindicaciones más elementales, y protagonizó una nueva gran jornada el 28 de Julio. Los trabajadores del neumático y su sindicato, el SUTNA protagonizan una durísima lucha contra las patronales por recomposición salarial y para que se les reconozca el pago del 200 por ciento de las horas que trabajan los fines de semana, poniendo en cuestión al convenio sellado por la burocracia y las grandes patronales del rubro durante el menemismo. A los paros docentes de San Juan y La Rioja, se sumaron los maestros de Mendoza, Rio Negro y Chubut, con huelgas y masivas movilizaciones para exigir la recuperación salarial.  Lo mismo sucede con las y los trabajadores de la salud de Jujuy y Río Negro y los vitivinícolas autoconvocados de Salta y Mendoza. La tarea de la hora es la intervención de la clase trabajadora en la crisis.

Denunciamos la criminalización de las luchas que avanza en todo el país, fuertemente instigada por la campaña de Cristina Kirchner contra el movimiento piquetero independiente, con causas contra dirigentes y compañeros de diferentes organizaciones. Reclamamos la anulación de las condenas a Cesar Arakaki y Daniel Ruiz, la absolución de todos los luchadores populares y el cierre de todas las causas.

El FITU apoya incondicionalmente estas luchas. Llamamos a los trabajadores a exigir un paro nacional y plan de lucha, en unidad entre ocupados y desocupados para derrotar el conjunto del plan del gran capital y sus representantes políticos. Y a debatir e impulsar una salida alternativa.

Que los salarios, las jubilaciones y los planes sociales se ajusten mensualmente según la inflación.

Que nadie gane menos del valor de la canasta familiar.

Por un seguro universal al desocupado equivalente al costo de una canasta básica. Por la apertura de los programas sociales, por un bono de $20.000 para quienes reciben planes sociales.

Basta de tarifazos. Nacionalización de todo el sistema energético y del conjunto de las empresas privatizadas bajo control de los trabajadores.

Por la ruptura con el FMI y el no pago de la usurera y fraudulenta deuda externa para destinar los recursos nacionales a resolver las necesidades populares urgentes.

Por el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados, por la reducción de la jornada laboral a 6 horas sin reducción salarial. Por un plan nacional de obras públicas bajo control obrero y popular para construir un millón de viviendas populares que de trabajo a 4 millones de desocupados.

Por un sistema bancario nacional único bajo el control de los trabajadores, para evitar las fugas de divisas, resguardar los ahorros y que el ahorro nacional esté disponible para créditos baratos hipotecarios y a los pequeños comerciantes, y financiar el plan de obras públicas. 

Por el monopolio estatal del comercio exterior, para evitar que un oligopolio privado de exportadores maneje a su antojo la rendición de las cosechas y vendan los alimentos a precios internacionales, y resguardar así las divisas para un desarrollo nacional en manos de la clase trabajadora. Por la estatización de todos los puertos privados bajo el control de los trabajadores.

Estas medidas deben ser parte de un plan económico obrero y popular y un programa integral que sólo podrá ser desarrollado integralmente imponiendo con la lucha y la organización un gobierno de las y los trabajadores.

Abajo el ajuste. Fuera el FMI. Viva la lucha de la clase trabajadora. Por una salida obrera a la crisis. Que la crisis la paguen los capitalistas.

Este 17 de agosto marchemos con el sindicalismo combativo a Plaza de Mayo y en todo el país

 

FRENTE DE IZQUIERDA Y DE TRABAJADORES UNIDAD (FITU)

Todo el apoyo a la lucha del SUTNA

19/07/2022

Los trabajadores del neumático llevan casi cuatro meses de intensa lucha. Llevan más de una docena de paros generales, movilizaciones y acciones de lucha de todo tipo.

Reclaman un aumento salarial por encima de la inflación y el pago de las horas de trabajo habitual de fin de semana al 200%. Su lucha es por una recomposición salarial luego de años de entrega de la anterior conducción burocrática del gremio.

La organización colectiva de los trabajadores es un ejemplo de lo que se puede conquistar con la recuperación del sindicato por los trabajadores. Las asambleas generales del gremio, por fábrica y por sectores, la deliberación obrera en cada rincón de las plantas ha dado como resultado una enorme unidad y conciencia de todos los trabajadores.

En el momento donde un supervisor agredió físicamente a un delegado de la fábrica Pirelli, todas las fábricas realizaron asambleas, paros y movilizaciones en repudio a lo sucedido, exigiendo inmediatas respuestas a todos los reclamos.

En el transcurso de esta histórica lucha las patronales han obtenido nuevos beneficios del gobierno y aún así continúan negando los reclamos más elementales de los trabajadores. Dada la profundidad y tenacidad de la lucha de los compañeros del neumático, han intervenido directamente los ministros de trabajo y producción del gobierno nacional. Su intervención muestra a un gobierno que es incapaz de resolver ni el más mínimo reclamo de los trabajadores. Su política es garantizar el pago al FMI y defender las ganancias de los capitalistas.

En oposición a esto, cada acción pública de los compañeros del Sutna ha estado acompañada fuertemente por las organizaciones independientes de trabajadores ocupados y desocupados que se organizan por sus propias reivindicaciones junto a esta enorme lucha. Esta unidad entre trabajadores ocupados y desocupados es una de las claves fundamentales para enfrentar el ajuste del gobierno y el FMI y llevar cada lucha a la victoria. Cómo señalan los compañeros del Sutna, construir un futuro para la familia obrera.

La Coordinadora Sindical Clasista y el Partido Obrero, junto al Polo Obrero y todas las agrupaciones clasistas y antiburocráticas redoblamos el esfuerzo en apoyo a los compañeros del Sutna y todos los trabajadores del neumático. La victoria de los compañeros será un ejemplo de la potencia de los trabajadores organizados y la lucha por una nueva dirección en todos los sindicatos que se encuentran en manos de la burocracia sindical.

Llamamos a todos los trabajadores a organizarse y brindar el mayor apoyo a los trabajadores del neumático. De principio a fin de esta lucha histórica, con los compañeros y sus reivindicaciones. Compañeros. Unidos y adelante por el triunfo de su lucha.

Coordinadora Sindical Clasista – Partido Obrero

Aportá al Partido Obrero por la construcción de un movimiento popular con banderas socialistas

13/07/2022

Asistimos a un panorama cada vez más profundo de descalabro económico y social, y un gobierno cada vez más debilitado, a medida que profundizó las políticas dictadas por el FMI, que se expresan en una caída del salario, de las jubilaciones, de más inflación y crecimiento de la pobreza. Alberto Fernández y Cristina Kirchner, primero con Guzmán, y ahora con Batakis, son los que impulsan las medidas que colocan a las masas populares en una situación cada vez más desesperante.

Pero también en este periodo asistimos a un crecimiento de las luchas protagonizadas por un movimiento piquetero independiente, que lleva adelante una acción de lucha y organización entre los trabajadores y en los barrios más oprimidos del país. El reclamo de trabajo genuino, de mayor atención a las familias pobres y a los comedores populares resuena desde hace meses en nuestro país de la mano de las movilizaciones, acampes y protestas que lleva adelante el movimiento piquetero, y que protagoniza la lucha más destacada contra los planes de hambre del gobierno autodenominado “nacional y popular”. Este proceso de organización es el que principalmente enfrenta los planes del gobierno y fue eje de sus ataques, porque desnuda que los únicos que están pagando la crisis son los sectores populares y de trabajadores.

Impulsamos que se organice un paro nacional y un plan de lucha discutiendo en los sectores combativos del movimiento obrero y planteándoselo a las centrales sindicales, donde sus direcciones hacen oídos sordos a la situación en los lugares de trabajo y no levantan un dedo en defensa del salario y las condiciones de trabajo. Por eso también convocamos activamente a la solidaridad con la lucha en defensa del salario que están llevando adelante los trabajadores del Sutna (neumático), con paros y movilizaciones, y que empuja al movimiento obrero de conjunto a disponerse a la lucha mientra la burocracia propone que conformarse con lo que hay.

Ante el agotamiento del gobierno, y su perspectiva ”nacional y popular” planteamos la construcción de un movimiento popular con banderas socialistas. El peronismo en el gobierno fracasó (otra vez). Tomemos en nuestras manos la creación de un movimiento independiente, orientado por los trabajadores, que coloque en la agenda los principales intereses de los explotados en defensa del salario, las jubilaciones, el trabajo genuino y las condiciones de vida del pueblo trabajador. Es momento de construir una salida desde la independencia política de los trabajadores.

El Partido Obrero y el Polo Obrero son atacados por ser los principales promotores de la lucha contra el ajuste del gobierno y el FMI. Pretenden criminalizar a quienes luchamos contra el hambre y la miseria. 

No nos financian empresas, ni sectores del aparato estatal. Por eso podemos mantener nuestra independencia política. Pedimos el aporte de cada compañera y compañero, ya que sostenemos nuestra actividad cotidiana con el aporte de miles de trabajadores, jóvenes y mujeres en forma voluntaria, para destinar esos recursos a la lucha por construir una salida en favor de los intereses históricos de la clase obrera. 

Les llamamos a aportar en esta perspectiva.

La caída de Guzmán es el fracaso de todo el gobierno, vendrá más ajuste del FMI

Declaración del Comité Ejecutivo del Partido Obrero

02/07/2022

La renuncia de Martín Guzmán es la confirmación del fracaso del gobierno del Frente de Todos. El ministro que firmó el pacto con el FMI terminó fuera del gobierno como resultado de un acuerdo que actúa como un factor de dislocamiento de la economía y de la situación política. La caída de Guzmán no parece quedar acotada al Ministerio de Economía, se trata de una reconfiguración del gabinete.

Estamos ante una aceleración de la bancarrota del gobierno que debe optar entre  mantenerse en el mismo rumbo o avanzar con todo en lo acordado con el Fondo. Las dos opciones no escapan a una devaluación, decidida o impuesta por el mercado, con sus consecuencias sobre la inflación y las condiciones de vida de los trabajadores.

En la reunión de cinco horas de Cristina Kirchner con Melconian, se habló de la salida a lo “Fábrega”, el presidente del Banco Central con Cristina presidenta, lo que implica proceder a una devaluación, con aceleración de la inflación y avance sobre jubilaciones, aumentos por decreto eliminando las paritarias y reforma laboral para una mayor precarización. En Ensenada CFK ratificó que no es partidaria de sostener el déficit fiscal, lo que significa más ajuste. Esta política requiere de una figura con apoyo político para ello, por eso se habla de Massa, con lo cual tendríamos un gabinete aún más alineado con el FMI. Alberto Fernández quedaría como una figura decorativa para llegar al 2023, o incluso un adelantamiento electoral.

En su discurso en Ensenada Cristina Kirchner fue precisa en colocar como su preocupación central las movilizaciones masivas del movimiento piquetero organizado por la izquierda, es consciente que allí se incuba la lucha contra el ajuste y se procesa el fracaso de un gobierno peronista que aparece como principal responsable de las penurias del pueblo trabajador.

Llamamos a redoblar la campaña por un paro nacional y un plan de lucha para intervenir en la crisis con nuestros reclamos y nuestra salida. Reforzar la lucha por el salario, paritarias libres; defensa de la movilidad jubilatoria; por el trabajo; por la universalización de los planes sociales frente al desempleo; por la comida.

La superación del peronismo, que comanda el ataque contra los trabajadores, requiere una salida de los trabajadores en función de sus propios intereses y con su propia organización. Por ello levantamos tribunas en todo el país para que el movimiento popular se organice bajo las banderas del socialismo o sea bajo la dirección de la clase obrera. Con ese objetivo este martes 5  a las 15 hs en La Matanza haremos un gran acto en Carola Lorenzini 7000, esquina Eduardo Sáenz, González Catán. Allí serán oradores Gabriel Solano, Romina Del Plá y Néstor Pitrola, también Eduardo Belliboni y Lilian Rojas, dirigentes del Polo Obrero.

Una Asamblea anti-universitaria

De espaldas a las aulas, sólo para defender al ajuste y a las camarillas

23/06/2022

Este 24 de junio se realizará una nueva asamblea universitaria en la UBA. Los consejeros de cada facultad se juntarán pero no debatirán sobre ninguna de las problemáticas de las trece facultades de la Universidad. 

Solamente elegirán al rector, que en realidad ya fue designado a dedo de forma antidemocrática, sin la representación genuina de la inmensa mayoría de los docentes y los estudiantes, y con la nula participación de los no docentes en ese debate. 

Se sumarán en el Teatro de la Ribera una gran cantidad de frases que destaquen el “orgullo”, la defensa de rankings internacionales y otras cifras. 

Buscarán que no esté presente en la discusión la problemática de miles de docentes ad honorem y varios más que tienen un salario básico por debajo de la línea de indigencia y cuyo Convenio Colectivo no es respetado. También intentarán que se evite el debate sobre los déficits de infraestructura, la falta de calefacción en invierno, los cupos que excluyen de la cursada a miles de estudiantes, la deserción y tantos problemas que degradan día a día la tan mentada “calidad universitaria”. Buscarán embellecer los lazos con organismos multilaterales de crédito y empresas privadas, entre ellas compañías contaminantes que se meten en las currículas de nuestras cursadas. 

Esta asamblea antidemocrática tiene un objetivo claro: una puesta en escena estatutaria que sigue avalando los presupuestos de miseria año a año liquidan nuestra educación. Es un aval a que los fondos de la educación pública vayan a las arcas del FMI y el capital financiero. Esta perspectiva la comparten tanto el Rectorado (Franja Morada/ Nuevo Espacio en alianza con el PJ) como los decanos y representantes kirchneristas, que no hacen nada para defender la educación no por impericia sino porque forman parte del gobierno ajustador. 

Desde la UJS, como representantes estudiantiles de Farmacia y Bioquímica, Veterinaria y Filosofía y Letras, rechazaremos esta asamblea anti-universitaria e iremos con la agenda de  defensa de la educación pública. Para luchar por el salario docente, por las becas para quienes no puedan estudiar, para que haya calefacción para cursar en invierno, para que nadie se quede afuera de la cursada, para el aumento del presupuesto nacional, contra los convenios con empresas contaminantes.

Es el camino para defender la UBA. En eso estamos. 

Por una salida de los trabajadores a la crisis. Construyamos un movimiento popular con banderas socialistas

Abajo el pacto con el FMI. Por un paro nacional y plan de lucha.

20/06/2022

El XXVIII Congreso del Partido Obrero sesionó el 17, 18 y 19, de junio con la presencia de cientos de delegados y delegadas de todo el país. El Congreso debatió en el marco de grandes movilizaciones del movimiento piquetero contra el hambre, de las huelgas por el salario en las fábricas del neumático y en diferentes gremios del país. Y de una ofensiva de todo el arco político patronal contra estas luchas que desafían el ajuste y particularmente contra el Partido Obrero. 

El Congreso debatió las perspectivas abiertas por la guerra, el fracaso del gobierno de Fernández y la enorme crisis nacional en desarrollo, y resolvió una campaña por una salida de los trabajadores y por un nuevo movimiento popular con banderas socialistas, que está planteado por el agotamiento del peronismo, embarcado en un plan de ajuste y un pacto con el FMI. Los delegados y delegadas resolvieron redoblar, por último, la campaña por un paro nacional y un plan de lucha para que la clase obrera intervenga en la situación con todos sus reclamos, desarrollando la unidad entre ocupados y desocupados y reforzando todas las luchas en curso. 

A pocos meses del pacto con el FMI, la prometida estabilidad no existe. Al contrario, el cuadro económico y social es explosivo. La inflación es la más alta en 30 años y apunta al 80% anual. Los grupos económicos remarcan como quieren y el Estado festeja las recaudaciones. Un festival a costa del bolsillo popular para los que se la llevan en pala y para pagarle a los usureros internacionales y al FMI.

Pero nada alcanza para superar la quiebra del Estado nacional y estamos al borde de un “reperfilamiento” de deuda como el de Macri, cuyas consecuencias conocimos.

Aunque le concedieron todo al capital financiero con el famoso canje de deuda en dólares de Guzmán, el riesgo país argentino vuela y no tenemos crédito internacional.

Hay una huelga de inversiones cuya contrapartida es la fuga de capitales. Se llevaron en las últimas décadas 400 mil millones de dólares del país y lo siguen haciendo en las narices del gobierno “nacional y popular”.

Por eso el riesgo de devaluación del segundo semestre se adelantó llevando la brecha cambiaria para arriba. Paradójicamente, esto ocurre cuando vuelan los precios internacionales de los alimentos que exporta Argentina. Y como la exportación es un negocio fabuloso de veinte cerealeras, acá pagamos el pan al precio de la guerra en Ucrania, que no tiene nada que ver con el costo de su elaboración.

La promesa de Alberto Fernández de aumentar a los jubilados con la plata de las Leliqs terminó en un bochorno. Le reventaron la movilidad a los jubilados y esas letras del Banco Central ascienden a 5 billones de pesos. Los bancos ganan fortunas que pagamos con inflación.

Para la tribuna, La Cámpora, el Evita y la CGT hablan contra los formadores de precios a los cuales jamás le abrieron un libro para ver las cuentas. Pero el Estado es un gran formador de precios con las tarifas, las tasas de interés, los combustibles, el precio del dólar, los impuestos al consumo.

Le entregaron Vaca Muerta a los Techint y compañía, y no tenemos gas. Entregan el litio y Jujuy, Catamarca y Salta se mueren de hambre.

El descontento popular es enorme y el gobierno se hunde en divisiones internas que solo tienen por objetivo salvar la ropa de unos u otros. Pero todos son responsables.

Y no nos referimos solamente al gobierno peronista. La oposición de Juntos por el Cambio también es responsable de esta crisis y saqueo al pueblo trabajador. Votaron en masa el pacto del gobierno con el FMI.

Es falso que no hay políticas de Estado, están a la vista: sostener el endeudamiento usurario, bancar la fuga de capitales, ajustar mediante la inflación, licuar los ingresos de la población mediante devaluaciones, mantener el régimen de saqueo de los recursos estratégicos con las privatizaciones, degradar sistemáticamente el sistema previsional, flexibilizar las condiciones laborales, reducir los costos desvalorizando el salario y atacando las conquistas sociales. Y la lista podría seguir.

La crisis es culpa del conjunto de los partidos que nos vienen gobernando y de la clase social que es su responsable, los capitalistas. Tienen el Estado a su servicio, es un Estado del capital, para sus negocios y para los chanchullos políticos de los que participan de esos negocios.

Planteamos frenar este saqueo. Terminar con el pago de la deuda usuraria y fraudulenta a la banca internacional y el Fondo Monetario, y destinar esos recursos a las necesidades populares. Establecer una banca pública única bajo control de las y los trabajadores. Nacionalizar el comercio exterior, para destinar el ahorro nacional a la industrialización y el desarrollo nacional.

Los de arriba -los peronistas, pero también la oposición macrista- están divididos. La desorganización económica es gigantesca: necesitamos una intervención histórica de las masas trabajadoras.

Hay ya un proceso en marcha en esta dirección: el movimiento piquetero independiente irrumpe con centenares de miles de trabajadoras y trabajadores desocupados y precarizados en todo el país. Pero también las huelgas como las del Neumático en el movimiento obrero industrial, los docentes autoconvocados de distintas provincias o la docencia universitaria, entre otros conflictos fabriles y provinciales, empiezan a mostrar de manera activa el descontento popular.

Fede Imas – Ojo Obrero Fotografía

Luchamos por un paro activo nacional, por un salario igual a la canasta familiar actualizado por inflación mes a mes, por el 82% móvil para las jubilaciones, por un plan masivo de viviendas e infraestructura para generar un millón de puestos de trabajo. Por la apertura universal de los programas sociales y por la duplicación de emergencia del salario mínimo vital y móvil.

Enfrentamos la persecución a las luchas obreras y populares. Vamos por la absolución de Cesar Arakaki y Daniel Ruiz, el desprocesamiento de todos los luchadores; en defensa de la libertad de organización, de huelga y de movilización.

“Fin de ciclo populista” o fracaso de la burguesía y sus partidos

Los empresarios se reúnen frenéticamente porque se dan cuenta que pueden estallar las contradicciones económicas y sociales. Siempre con la presencia del ministro Guzmán, a quien sostienen por ahora por ser el garante del pacto con el FMI.

Después de las caídas de Feletti y de Kulfas, crece un debate en esas reuniones: el gobierno está debilitado, esto no va más, se impone un giro. Y, aunque parezca sorprendente, el latiguillo que la clase capitalista introduce bajo distintas formas es el del “fin del ciclo populista”.

Es sorprendente porque gobiernos neoliberales o autopercibidos como antineoliberales mantuvieron por décadas los hilos conductores de los ’90 que nos llevaron a la decadencia actual. Estamos en el 40% de pobreza. ¿Qué nos están diciendo entonces?

Vienen por nuevas “reformas estructurales”, como las llama el FMI.

-Nuevos ataques al sistema previsional, contra los más de 50 regímenes especiales, elevación de la edad jubilatoria, ataques a la movilidad como ya hizo Macri primero y Alberto Fernández después, rebaja de aportes patronales que desfinancien aún más el Anses, bloqueo de las demandas judiciales ante la confiscación y, por supuesto, nuevos manotazos al Fondo de Garantía y Sustentabilidad de la Anses.

-Nueva y mayor reforma laboral. Tal vez este es hoy el tema top en la agenda de los ataques a la clase obrera. La excusa es que las Pyme e incluso grandes empresas no toman trabajadores por el elevado costo laboral y por la “industria del juicio”. El ataque brutal desde todos lados –Clarín, Grupo América de Massa, C5N de Cristóbal López, Larroque, Máximo Kirchner- a los planes sociales tiene el objetivo de fondo de eliminar toda competencia a los salarios de hambre y a las condiciones del trabajo en negro o mediante el sistema fraudulento del monotributo.

El ataque a los convenios colectivos y las indemnizaciones es un punto central de esta agenda. Lo plantean para los nuevos trabajadores, que son la mayoría. Porque si contamos los que están en negro, los precarizados contratados y los monotributistas, más los desocupados, claramente es una mayoría. Para los que todavía tienen convenio, obras social y derechos jubilatorios, les reservan los planes de retiro voluntario, jubilación adelantada o el simple despido.

Vienen también por la salud y la educación pública, en especial la universidad pública. Aunque el único que lo diga sea Milei, que cumple el papel de decir lo que los otros harían pero no se animan a decirlo en esos términos. Vienen por tarifazos masivos, siempre asegurando los negocios de Pampa Energía y las demás.

La dolarización que se discute significaría un ajuste sin precedentes. Implicaría una megadevaluación, una hiperinflación, y utilizar los depósitos en dólares para llevarla adelante. Más que corralito, un corralón de aquellos.

La agenda del saqueo ambiental y la primarización incluye al litio, a la megaminería que desató rebeliones en Mendoza y Chubut, y a la explotación petrolera de ultramar resistida en la costa. Es una cuestión clave en la disputa con China, en la pelea geopolítica del imperialismo en América Latina.

Desde luego, semejante agenda y “reformas estructurales” requiere profundizar el régimen represivo que hoy ya tienen con los Berni, con los Bullrich, con los Aníbal Fernández.

En conclusión, lo que llaman el “fin de ciclo populista” son las décadas de gobiernos de ellos mismos, para los mismos intereses de los grupos económicos que saquearon y saquean el país. El fracaso de una clase social y sus partidos, la clase capitalista.

La defensa de las conquistas obreras amenazadas por esta agenda nunca puede quedar en manos del peronismo que viene siendo un agente del ajuste y de la entrega nacional. Menos aún de la burocracia sindical. Es preciso oponerle a este programa un salida obrera a la crisis, y una perspectiva de lucha consecuente.

Un régimen en descomposición

Este régimen político de saqueo del país y de sus trabajadores está en descomposición. La bronca popular contra los partidos que gobernaron las últimas décadas no deja de crecer. Con total razón la población los identifica como responsables de sus padecimientos. Por eso en las últimas elecciones esos partidos perdieron millones de votos, especialmente el Frente de Todos que está a cargo del gobierno.

El peronismo, que siempre presumió ser la fuerza que representaba a los trabajadores, es quien hoy aplica de modo directo el acuerdo con el FMI. Es el mismo peronismo que ya gobernó con Menem y antes, incluso, formó la Triple A para exterminar físicamente a la vanguardia obrera y popular de los ’70.

Solo la izquierda se planta contra el saqueo de la deuda externa, contra el Fondo Monetario, contra la entrega de los recursos naturales incluyendo la megaminería.

El kirchnerismo, que ahora critica el acuerdo con el FMI, fue quien llevó a Alberto Fernández a la presidencia. En el 2019 Cristina Fernández de Kirchner justificó su elección argumentando que tenía mejor llegada que ella a los grupos de poder. ¡Es decir que lo eligió para hacer lo que está haciendo! El kirchnerismo promete un Frente de Todos sin Alberto Fernández, una nueva capitulación ante la liga de los gobernadores e intendentes del peronismo que apoyó el acuerdo con el FMI y el ajuste en marcha.

La derecha macrista también se divide. Los choques internos tienen que ver con el balance del fracaso del gobierno de Mauricio Macri. Existe un ala que cuestiona el llamado “gradualismo” y plantea que de llegar al poder deberán ejecutar un programa de ofensiva contra los trabajadores desde el primer día. Macri y Bullrich “chocan” con Larreta y la UCR que se declaran partidarios de un acuerdo más de fondo con el peronismo para poder aplicar ese ataque a los trabajadores.

Milei y los llamados libertarios aprovechan este cuadro de divisiones y descrédito de los partidos y coaliciones principales. Encarnan planteos fascistas contra los trabajadores y sectores populares. Quieren eliminar toda protección laboral, la educación y la salud pública, e incluso son partidarios de eliminar la moneda nacional para transformarnos en colonia directa de los EE.UU. Milei es la reacción contra las mujeres, la diversidad y los sectores más empobrecidos. Llegó al extremo de defender la venta de los órganos, que llevaría a que los sectores más acomodados puedan quedarse con parte del cuerpo de los pobres.

El llamado de Milei a formar un movimiento antipiquetero muestra que su verdadero enemigo no es la casta política sino los trabajadores que se organizan y luchan. Su reciente acuerdo en Tucumán con Ricardo Bussi (el hijo del genocida) y su diputada acompañante Victoria Villarruel (defensora de militares con causas de lesa humanidad) lo demuestran. La temprana división de su entorno también demuestra que se trata de un grupo de aventureros. Su función real por ahora es imponer una agenda antiobrera y proimperialista a ultranza.

La búsqueda de contener la bronca obrera lleva a la integración de todas las alas de la burocracia sindical al gobierno, pero tiene un costo enorme para ellos. Los burócratas sindicales se desprestigian aún más al integrarse al gobierno del FMI y su ajuste. Esto vale particularmente para el moyanismo y para la centroizquierda que posaron en distintas etapas como combativos. Tenemos que luchar contra esta burocracia sindical que nos entrega, y por una nueva dirección en el movimiento obrero.

Fede Imas Ojo Obrero

Por un movimiento popular con banderas socialistas para derrotar el saqueo

La Argentina de los Macri, Larreta, Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner es la del 60% de las pibas y pibes pobres, los salarios de miseria, la falta de vivienda y la crisis de la salud y la educación. Son los que han gobernado para los grandes empresarios que se llenaron los bolsillos mientras el pueblo retrocede en su nivel de vida.

Son los gobiernos de la violencia de género que crece al amparo del Estado, mientras profundizan la precarización laboral más extrema de las mujeres trabajadoras y de la comunidad LGTBI+. De quienes gobiernan con las iglesias promoviendo el oscurantismo contra mujeres y diversidades y con la policía que hostiga y persigue a la comunidad LGTBI+ y desapareció a Tehuel De La Torre.

Del narcotráfico que copa los barrios con complicidad policial mientras la represión se descarga sobre la juventud. De la destrucción del ambiente para alimentar las ganancias empresariales.

No es el fracaso de la Argentina sino de la Argentina capitalista. Un país que produce alimentos pero millones de personas tienen hambre, un país extenso pero donde millones de familias no tienen vivienda, un país con necesidades de infraestructura y producción pero donde millones de personas están desocupadas o subocupadas.

La guerra imperialista que azota a Europa agrava esta situación con un aumento de los precios de los alimentos o de la energía. Los choques internacionales entre las principales potencias refuerzan la presión en América Latina para que los países se ubiquen en uno u otro campo. La reciente Cumbre de las Américas formó parte de la ofensiva yanqui para alinear América Latina detrás del imperialismo en la guerra que promueve en Europa y en sus amenazas contra China. Las críticas presidenciales ante Biden fueron la coartada para hacer pasar este apoyo del gobierno a la Otan.

Desde el Partido Obrero queremos compartir con los trabajadores una conclusión de fondo: la crisis de la Argentina es la de un régimen social de saqueo y explotación en decadencia que solo puede traer más crisis, retrocesos sociales y guerras.

Las fuerzas políticas que nos gobernaron las últimas décadas, incluida la burocracia sindical, son responsables directos de la crisis que vive el país. Nada podemos esperar de ellos.

Todas las variantes de los partidos capitalistas tienen fuertes lazos con la Iglesia. Se vio en la lucha de la ola verde por el aborto legal. Se ve en los lazos de la burocracia sindical. Por eso dan la espalda a toda la lucha por los derechos de la mujer de los cuales el clero reaccionario es enemigo.

Por esta razón en el Partido Obrero planteamos que tenemos que construir un nuevo movimiento popular con banderas distintas a las del pasado. El peronismo terminó aplicando el ajuste con el FMI porque su estrategia es la defensa del capitalismo decadente. Aprendiendo de la experiencia, el nuevo movimiento popular que debemos crear debe ser independiente del Estado y de los gobiernos, basado en un programa anticapitalista y socialista.

Bien visto, la creación de este movimiento ya está en marcha. Lo vemos en la lucha incansable del movimiento piquetero por pan, techo y trabajo, que adquiere cada día mayor masividad en todo el territorio nacional y se eleva como un organizador de nuestro pueblo. El movimiento piquetero le disputa a los punteros del peronismo las barriadas más pobres, pero lo hace con una política y un método opuestos. Allí donde el puntero quiere la sumisión al poder, el movimiento piquetero organiza para que sean protagonistas los propios trabajadores y vecinos. El movimiento piquetero defiende el debate y la organización democrática de la población, porque solo así los trabajadores pueden ser protagonistas de su propio destino.

Las posibilidades de un movimiento guiado por la independencia política de los trabajadores se expresan en la gran campaña por el paro nacional y el plan de lucha que pusieron en la calle y en la agenda política el Polo Obrero y nuestro partido, acompañados por la Unidad Piquetera y el Plenario del Sindicalismo Combativo.

También lo podemos ver en marcha en el movimiento sindical, con el surgimiento de luchadores clasistas que han conquistado sindicatos, como es el caso de los compañeros del neumático con el Sutna, que están a la cabeza de una gran lucha salarial, o como sucede también con los docentes de AGD-UBA, Ademys, Aten Neuquén, los Sutebas Combativos, la Unión Ferroviaria Oeste o en seccionales y fábricas. La lucha obrera desafía a la burocracia sindical integrada al Estado y plantea una reorganización integral del movimiento obrero sobre nuevas bases políticas.

También está en marcha en diferentes movimientos populares que luchan consecuentemente en el movimiento de la mujer, de la juventud, del ambiente y de la cultura.

La creación de un movimiento popular con banderas socialistas necesita de la unidad de trabajadores ocupados y desocupados, y de la participación activa de todos los sectores populares que luchen contra el saqueo capitalista en curso.

Llamamos al Frente de Izquierda-Unidad, que integramos desde su creación en el año 2011, a sumarse a esta tarea, impulsando la lucha del movimiento piquetero, la acción del sindicalismo combativo y de clase, las iniciativas de lucha independiente de las mujeres, la juventud y todos los sectores populares.

Con esos objetivos, organicemos asambleas para debatir esta perspectiva y tomar las iniciativas que extiendan de manera masiva la influencia del movimiento político obrero y socialista.

La participación electoral e incluso en los parlamentos debe estar subordinada al impulso de la movilización popular y a la construcción de una salida política de los trabajadores. La historia enseña que todas las grandes gestas se dieron en las calles y en abierto desafío a las instituciones del régimen que se enfrentaba.

Esta vez no será la excepción.

PARTIDO OBRERO

19/6/2022

https://prensaobrera.com/politicas/el-lugar-del-xxviii-congreso-del-partido-obrero

Informe Internacional para el XXVIII Congreso del PO

01/06/2022

En el Informe Internacional elaborado por el Comité Nacional del Partido Obrero para su 27° Congreso Nacional (EDM N° 54, marzo 2020) su título central planteaba: “De la crisis mundial a las guerras y rebeliones”.

La guerra entre Rusia y Ucrania que hoy domina el escenario mundial concentra las contradicciones explosivas que se vienen acumulando y que se abren paso cada vez en forma más cruenta y convulsiva. Si bien ya en las últimas décadas hemos atravesado por conflictos bélicos, la guerra en curso no es una simple repetición de las anteriores como Iraq, Yemen Libia o Mali. En estos casos asistimos a guerras que han tenido lugar en la periferia del planeta y alguno de cuyos actores principales son potencias o países de segundo orden. Podemos hablar, en muchos casos, de guerras de procuración, en la que las grandes potencias operaban y hacían valer sus intereses a partir de terceros países. El teatro de operaciones esta vez, en cambio, es la propia Europa, uno de los corazones del capitalismo; y los contendientes centrales son en forma directa Rusia y la Otan. Zelenski actúa como un peón y correa de transmisión de la Otan. De modo tal que estamos ante un salto cualitativo en la situación internacional. De una sucesión de guerras regionales, locales que, por supuesto, tenían un alcance internacional, hemos pasado a un enfrentamiento directo, aunque por ahora solo en territorio. Pero el carácter del enfrentamiento abre las puertas a una tercera conflagración mundial.

Esta nueva guerra es inseparable del desarrollo de la bancarrota capitalista. Recordemos que las dos anteriores guerras mundiales estuvieron precedidas por depresiones mundiales acompañadas por grandes tensiones y conflictos económicos y políticos de alcance internacional, que terminaron dirimiéndose con el uso de la fuerza. En la actualidad, la bancarrota capitalista está tomando la forma de un escenario de recesión con inflación. La economía mundial carga con las consecuencias de la crisis financiera de 2008 que no ha logrado revertir que empalmó el estallido de la pandemia que está lejos de haberse cerrado. El freno de la actividad económica se combina ahora con una explosión inflacionaria, que se ha acelerado a una velocidad sorprendente a partir del estallido de la guerra y que está provocando una catástrofe alimentaria a escala planetaria.

La crisis capitalista mundial que enfrentamos es una expresión del agotamiento y decadencia histórica del capital. Estados Unidos, en su condición de primera potencia, concentra en su interior, como ninguna otra, estas tendencias y se constata en su declive económico y su retroceso en su papel hegemónico. La guerra actual se inscribe en la tentativa del capital internacional y en particular de EE.UU. por superar este impasse. La vía para ello es avanzar en la colonización de Rusia y China bajo su tutela y control y usufructuar, para su provecho, el proceso de restauración capitalista. El conflicto bélico pone de manifiesto que el impasse histórico del capital no tiene vía de salida por medios económicos y políticos tradicionales. La integración de las execonomías estatizadas a la economía capitalista no puede ser completada por medios pacíficos.

Al mismo tiempo, la guerra es una tentativa por parte de Washington por recuperar su liderazgo en retroceso en Occidente. Pero más allá del entusiasmo que se vive en la Casa Blanca frente a lo que se consigna como una resurrección de la Otan y la hegemonía norteamericana, la situación está lejos de un retorno al status quo anterior. La guerra actual no anula las profundas rivalidades interimperialistas. La bancarrota capitalista ha puesto en crisis la globalización del capital y ha producido un repliegue nacional, entendido como instrumento de guerras comerciales, fiscales, financieras y monetarias. La crisis capitalista le ha recordado a los países imperialistas que su primera obligación es rescatar de la quiebra a los capitales de sus propios países. Esto se manifiesta en una quiebra de las relaciones internacionales de conjunto. De modo tal, que el alineamiento actual de Occidente con Washington de ningún modo clausura las tensiones y enfrentamientos que están llamados a profundizarse. Por un lado, la Casa Blanca no se priva de meter una cuña mayor en Europa y avanzar en su penetración económica en detrimento y a expensas de las potencias del viejo continente, lo cual provoca recelos y choques con la burguesía de dichas naciones. Por otro lado, la colonización del ex espacio soviético y, más allá de ello, de China, es un terreno de disputas por quién lidera y saca más provecho de la transición de esas economías hacia la restauración completa del capitalismo. La escalada bélica actúa como un factor de presión para debilitar las trabas reinantes a una colonización del espacio de los ex Estados obreros y crear las condiciones para una alteración de un su régimen político o un desmembramiento, como ocurrió con Yugoslavia, y representa un escalón superior en que se desarrollan y se dirimen las disputas interimperialistas.

Las burocracias dirigentes china y rusa alientan y promueven la restauración capitalista, pero pretenden ser el vehículo principal de ella y no que sea implementado en forma unilateral y en detrimento suyo por el imperialismo. La reacción del Kremlin contra la escalada imperialista y el cerco militar tendido en sus fronteras apunta a defender su lugar en este proceso. Putin concibe al este ucraniano como una pieza de ajedrez geopolítica y prenda de negociación con Occidente, no como parte de un combate de los pueblos del mundo contra el imperialismo. Están a la vista las atrocidades que viene llevando adelante el ejército ruso, que tiene como antecedentes otros ataques despiadados, como la carnicería contra el pueblo checheno o, más recientemente, su intervención contra la rebelión en Kazajistán. La invasión militar pretende someter a Ucrania en función de los intereses y apetitos de su propia camarilla y la nueva burguesía oligárquica restauracionista rusa, en su pulseada con Occidente.

El escenario actual, más aún si se prolonga la guerra, abre el peligro de un dislocamiento de la economía mundial y eso incluye el sistema financiero internacional. La guerra de Ucrania que abre las puertas de una confrontación bélica mundial es un síntoma inconfundible de putrefacción del régimen social capitalista. Ninguno de los actores plantea llegar al extremo de un enfrentamiento bélico mundial en forma inmediata, pero la lógica de la escalada a la que estamos asistiendo nos conduce en esa dirección. La catástrofe ya la tenemos ante nuestros ojos. En lugar de la expansión de las fuerzas productivas, que ha sido históricamente el motor del progreso de la humanidad a lo largo de su existencia, se abre paso, en una dimensión sin precedentes, un crecimiento de fuerzas destructivas y el peligro de la destrucción del planeta y la extinción de la humanidad. El catastrofismo del que viene siendo históricamente acusado y estigmatizado el Partido Obrero se revela como la única visión realista del presente.

Por lo pronto, ya tenemos en desarrollo una nueva catástrofe humanitaria. Por los millones de evacuados, por las miles de víctimas y heridos que se registran en Ucrania, pero también por la nuevas penurias que están sufriendo los pueblos del mundo entero a partir de los estragos que está provocando esta carestía imparable. En particular, la suba de alimentos ha potenciado con una velocidad increíble el hambre en el mundo, que azota a los países emergentes de África, Asia y América Latina. El FMI en un reciente informe alerta sobre la perspectiva y el peligro de estallidos sociales. Es necesario tener presente que, así como la crisis capitalista genera las guerras, simultáneamente, es el caldo de cultivo y el laboratorio de la rebelión de los pueblos y la revolución social.

La irrupción de la guerra en esta escala no anula sino que brinda un nuevo escenario a los alineamientos y crisis de las formaciones políticas que gobiernan desde la Segunda Guerra, en general en completa disgregación. De esa disgregación han surgido fuerzas por derecha y por izquierda. Por un lado, los Le Penn, los Trump, los Bolsonaro, los Salvini, los Vox, los Orban, como aquí los Milei. Se trata de una tendencia a la polarización política que expresa en el plano político la tendencia al choque violento entre las clases, en este caso bajo la forma de experiencias autoritarias que den paso a Estados represivos reforzados –y a su turno a grupos paraestatales- para descargar la crisis sobre las masas. Por el otro, la emergencia de nuevas corrientes colocadas en la centroizquierda y/o en el nacionalismo burgués (Perú, Chile), que se abren paso como dique de contención o preventivos de rebeliones populares. El caso francés es hoy mismo un laboratorio para los revolucionarios, puesto que vuelven las tendencias al frente de colaboración de clases en función de la “lucha antifascista”, como ha sido el voto de los Insumisos (Mélenchon) a Macron y ahora la alianza de ellos con el viejo PS y el PC francés y los verdes, fuerzas probadas en la administración del Estado imperialista galo. Otro tanto se plantea en el debate para enfrentar a Bolsonaro en Brasil.

Este escenario replantea la discusión sobre la estrategia, el programa y los métodos para enfrentar esta catástrofe y dar paso a una salida superadora y favorable desde el lado de los explotados. Esto aumenta los desafíos de la izquierda que se reclama revolucionaria, que debe actuar en un marco de una aguda crisis de dirección de los trabajadores. Mientras la bancarrota capitalista tiende a agravarse, la línea dominante en la izquierda y en las direcciones obreras es acentuar sus compromisos y sometimiento al orden social vigente. Esto ha vuelto a ponerse de relieve con motivo del presente conflicto, en que el llamado progresismo mundial ha terminado alineado de un modo general en el campo de la Otan. La condena de la invasión militar rusa, sin embargo, no puede hacer perder de vista ni encubrir el rol estratégico de las grandes potencias occidentales en su calidad de instigadores y responsables primordiales de este conflicto. Una franja minoritaria del arco de la izquierda, a su turno, ha salido a apoyar al régimen ruso contra las planes expansionistas y guerreristas de la Otan. Pero ni la Otan es la abanderada de la democracia, la libertad y menos aún la causa nacional; ni Putin es un exponente de la causa antiimperialista. Ambos bandos apuntan a un desguace y sometimiento de Ucrania en función de sus propias apetencias, desconociendo y pisoteando el derecho a la autodeterminación del pueblo ucraniano que es utilizado como carne de cañón del conflicto. Zelensky está utilizando el repudio que provoca en Ucrania la invasión rusa y su política de exterminio para reforzar un alineamiento con EE.UU. y la Unión Europa. Estamos frente a una manipulación política del sentimiento de defensa nacional que anida en el pueblo ucraniano, en un sentido proimperialista.

La llamada izquierda radical, incluida la que se reivindica trotskista, ha terminado acompañando esta onda mayoritaria del progresismo alineada con el campo occidental. La guerra de Ucrania ha puesto a prueba, como no podría ser de otra forma, la consistencia de la izquierda que se reclama revolucionaria que ha terminado sucumbiendo frente a la presión democratizante del imperialismo. Esto no debe sorprender si tenemos presente que la balanza en su militancia cotidiana está inclinada a favor del democratismo y lo que predomina es el electoralismo y parlamentarismo y no una perspectiva revolucionaria.

La guerra ha puesto de manifiesto nuevamente una divisoria de aguas en la izquierda y pone a la orden del día, la discusión sobre la estrategia que debería presidir su accionar. Si va a quedar confinada a actuar meramente como un grupo de presión y de búsqueda de un progreso a la sombra del Estado capitalista o si se erige en un canal para que entre la clase obrera en escena, irrumpa en la crisis y se transforme en alternativa de poder. Se tratan de dos perspectivas enfrentadas que a su vez ponen sobre el tapete otra cuestión clave. La política de adaptación al orden social vigente ha llevado a alentar partidos amplios y alianzas políticas con fronteras de clases difusas. Esto deber ser superado y abrir paso a la construcción de partidos revolucionarios, de combate, militantes, que agrupe a la vanguardia de los trabajadores en torno a la lucha por gobiernos de trabajadores y el socialismo y que en su accionar, vaya entrenando y formando los cuadros capaces de liderar esta tarea, que se inscribe en la lucha estratégica dirigida a la reconstrucción de una internacional revolucionaria, la IV Internacional.

Esta cuestión se pone al rojo vivo en América Latina si consideramos que el proceso de rebeliones populares ha dado paso, sin embargo, a gobiernos de colaboración de clases que a poco de andar se revelan como recursos últimos del sistema y enfrentan a los propios trabajadores y juventudes que les abrieron paso en las calles de Chile, Perú o Bolivia.

Escalada imperialista

Esta guerra ha sido preparada y alimentada, largamente, por el imperialismo yanqui. Desde el golpe reaccionario que desencadenó el proceso de la caída del gobierno de Yanukovich en 2014y más tarde de Poroshenko, instaurando a un gobierno títere del FMI y la UE. Ya de la mano de Poroshenko el imperialismo avanzó en una colonización económica y financiera de Ucrania bajo la bandera de la lucha contra la corrupción de la burguesía “oligárquica” surgida de la vieja burocracia, que se constituyó en receptora de las privatizaciones salvajes que llevó adelante el régimen restauracionista en beneficio del capital extranjero y sectores oligárquicos asociados. Los sucesivos acuerdos de Ucrania con el FMI, que lo ubicaron como el tercer país del planeta más endeudado con el organismo, tuvieron como contrapartida los despidos de decenas de miles de empleados públicos, el aumento de los impuestos al consumo, tarifazos en los combustibles y la devaluación de la moneda ucraniana, entre otras cosas. Para destrabar el último envío de fondos, provenientes de un nuevo acuerdo stand by con el Fondo, el gobierno ucraniano, con Zelenski a la cabeza, debió comprometerse a reducir el déficit fiscal en el Presupuesto 2022 y a privatizar los bancos PrivatBank y Oschadbank. Estas políticas terminaron por transformar a Ucrania en el país más pobre de toda Europa.

Junto a la colonización económica y la devastación social, el imperialismo y los gobiernos de Ucrania llevaron adelante una política guerrerista y fascistoide. El golpe contra Yanukovich contó con la organización y movilización de milicias paramilitares, llamadas de autodefensa, reaccionarias. Esas mismas organizaciones paramilitares son las principales promotoras de la integración de Ucrania a la Otan. Kiev violó sistemáticamente los acuerdos de Minsk de 2014 y 2015, que le otorgaban una relativa autonomía a las regiones de Donetsk y Lugansk. Por el contrario, Poroshenko primero y Zelenski después desarrollaron en forma ininterrumpida un asedio a la población del este ucraniano, a través del ejército y fuerzas paramilitares neonazis, como el Batallón Azov que recibió instrucciones militares de países miembros de la Otan. A su vez, el gobierno central avanzó en una “ucranización cultural” eliminando las lenguas no ucranianas -especialmente la rusa, que es utilizada por un 30% de la población, pero también la húngara y rumana- como lenguas oficiales. Entre 2014 y 2021, la política represiva y guerrerista del gobierno ucraniano, especialmente contra la población de las regiones separatistas, se cargó la vida de 15 mil personas. El gobierno de Zelensky ha ilegalizado y proscripto ahora a una docena de partidos opositores y de izquierda.

En todo este período, el gobierno norteamericano ha invertido –en el proceso previo a la guerra misma- 600 millones de dólares anuales en apoyo al gobierno ucraniano, y ha aportado armas y asesoramiento militar. La Otan ha realizado sistemáticamente ejercicios militares en el Báltico y el Mar Negro, que se recalentaron desde fines de 2021.

La implosión de la URSS en lugar de provocar la disolución de la Otan -creada en 1949 con el propósito declarado de defenderse de una eventual invasión soviética sobre Europa occidental- catapultó un proceso de extensión a la misma. Incorporando a los ex Estados obreros que rompiendo con la centralización de la burocracia moscovita y desarrollaron su camino de restauración capitalista. La Otan ha sumado a 30 naciones europeas en un verdadero cerco sobre Rusia, alimentado por bases militares, armas y tropas de los EE.UU. y otros apuntando a una guerra contra Moscú.

Es evidente, en este marco, que el gobierno de Ucrania opera como un peón del imperialismo mundial en el Este europeo. Ha confirmado reiterada y abiertamente su propósito inminente de incorporarse al pacto militarista de la Otan y rechazado todas las propuestas de Rusia para que no dé ese paso.

Pero lo hecho por las potencias de la Otan, luego de que Rusia invadiera Ucrania, termina por confirmar esta caracterización. Esto desmiente las afirmaciones de la IS y la UIT-CI, el MST y la LIS y el PSTU y la LIT-CI que sostienen que “no existe, hasta el momento, una intervención de la Otan ni de fuerzas militares de Estados Unidos” en Ucrania.

Después del inicio de la guerra directa, el Senado yanqui ha autorizado al envío de misiles antitanque Javelin y misiles antiaéreos Stinger, que se suman al nuevo despacho de armamento por valor de 350 millones de dólares que la administración Biden aprobó el mes pasado.

Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea (UE) para la política exterior y de seguridad, anunció en una reunión plenaria realizada en Versalles que se duplicará a 1.000 millones de euros la “contribución” “en forma de material militar” del imperialismo europeo al gobierno de Ucrania. Simultáneamente, se ha dispuesto pasar de 40.000 a 100.000 el número de contingentes de la Otan que serán estratégicamente distribuidos a lo largo de las fronteras del este europeo con Rusia.

Biden acaba de hacer aprobar en el parlamento norteamericano un presupuesto de 33 mil millones de dólares extra de “ayuda” a Ucrania. Y también ha resucitado la ley de “arriendo” que utilizó en 1941 para vender a crédito armamento a los aliados en la Segunda Guerra Mundial contra Hitler. Lo cual constituye al mismo tiempo un fabuloso negocio para la industria armamentística yanqui. A esto se suma, fundamental, la batería de sanciones económicas tomada por el imperialismo contra Rusia.

Los países miembros de la Otan eliminaron a los bancos rusos del sistema Swift, congelaron los activos del Banco Central de Rusia, se apropiaron de depósitos rusos en el exterior, pretenden congelar también los activos de todos los principales bancos rusos y excluirlos del sistema financiero del Reino Unido. Establecieron fortísimas restricciones a las exportaciones/importaciones a y desde Rusia. EE.UU. y Canadá ya han bloqueado las exportaciones de petróleo y gas desde Rusia a otros países y Gran Bretaña prometió ponerlo en práctica antes de fin de año. Países de la UE como Alemania o Francia no pueden adoptar esta medida por completo, porque dependen de esta importación de hidrocarburos para mantener en marcha sus economías. Pero los yanquis que ya han impuesto la cancelación de la habilitación del costosísimo gasoducto Nord Stream 2 –completamente terminado- que traslada gas de Rusia a Alemania han anunciado planes para armar un esquema alternativo para que llegue petróleo y gas a Europa, beneficiando seguramente a sus monopolios. También buscan que la UE al sumarse al boicot pierda independencia y pase a depender energéticamente del imperialismo yanqui. La UE anunció la prohibición general de los vuelos rusos, etc. Solo por estas medidas económicas se consideraría que se ha declarado la guerra contra Rusia.

Por otra parte, el estado de guerra contra Rusia que ha impuesto la Otan ha sido el puntapié del relanzamiento general de una política armamentista. Todos los gobiernos capitalistas han votado presupuestos con fuertes aumentos en el gasto militar. El gobierno alemán ha puesto fin a la doctrina que prohibía el envío de armas a países en conflicto y aumentó su presupuesto militar en ¡100 mil millones de euros!

Esto ha sido acompañado por una política general imperialista en materia de censura de informaciones desde Rusia, de persecución a quienes abogan contra el militarismo, llegando a imponer una rusofobia en materia cultural (proscripción de artistas, deportistas, científicos, etc. de esa nacionalidad). Es una política de censura política y cultural (Rusia ha sido proscripta del Mundial de Futbol, etc.) tendiente a alinear a la opinión pública mundial en forma incondicional con una posición bélica, justificadora eventual de ataques imperialistas directos. Se trata efectivamente de la reacción en toda la línea.

Sobre el “imperialismo ruso”

La responsabilidad principal de la guerra está a cargo del imperialismo que viene preparando hace largo tiempo este conflicto bélico. Esto no implica que Rusia esté en el lado “progresista” de la barricada. El ejército ruso no encarna una fuerza liberadora, sino es un vehículo de las apetencias de la oligarquía y la élite dirigente de Moscú apuntando a sojuzgar Ucrania en su provecho, reproduciendo los métodos de opresión nacional que viene desarrollando en las naciones que han quedado bajo su control y órbita de influencia. El régimen hoy liderado por Putin representa la contrarrevolución directa contra las conquistas de la revolución; es guardián de una superexplotación de los trabajadores donde los contrastes y desigualdades sociales están entre los más altos del planeta; es un eslabón de la cadena de dominación mundial del capital. El nacionalismo ruso, restauracionista, es reaccionario.

Partiendo de estas evidencias, muchas corrientes de izquierda caracterizan que Rusia es una potencia imperialista. Pero estas evidencias no nos pueden hacer perder de vista que Rusia ha quedado relegada como una potencia de segundo orden en el concierto mundial. En la jerarquía del capitalismo global, la hegemonía y el lugar protagónico le corresponde indiscutidamente a las principales metrópolis capitalistas, empezando por EE.UU.

Otras corrientes de la izquierda afirman que Rusia es una semicolonia que está resistiendo el avance imperialista de la Otan, justificando así el “ataque preventivo” de Putin contra Ucrania. La pretensión de equiparar a Rusia como una simple semicolonia del imperialismo mundial es errónea. Rusia se ha forjado como la segunda potencia militar del mundo (particularmente por la herencia del arsenal atómico recibida de la disolución de la URSS), solo atrás de Estados Unidos, y ha consolidado su esfera de influencia en varias de las antiguas repúblicas soviéticas, donde marca la agenda política en función de sus intereses. Rusia lidera la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, que integra junto a Bielorrusia, Kazajistán, Armenia, Kirguistán y Tayikistán. El gobierno de Putin actuó para sofocar y reprimir las rebeliones populares en Bielorrusia y Kazajistán, en 2020 y 2021, respectivamente. Más atrás, jugó un papel decisivo en el sostenimiento del régimen de Bashar al-Assad en la guerra Siria, en colaboración estrecha con los regímenes iraní y chino. A su vez, Rusia ha firmado, en los últimos años, numerosísimos acuerdos de colaboración militar con países africanos. Y, al mismo tiempo, ejerce una influencia en algunos países latinoamericanos, como lo demuestra la estrechez política y comercial con los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua.

Pero Rusia tampoco puede ser caracterizada como una potencia imperialista en el sentido marxista del término. Con la disolución del Estado obrero y la restauración capitalista, se ha venido abajo casi por completo. La industria rusa ha sido fuertemente destruida. Se ha transformado básicamente en un país rentista cuyos ingresos provienen de la exportación de commodities, especialmente gas y petróleo.

En 1989, inicio de la implosión de la URSS, esta ocupaba el 2° lugar desde el punto de vista del PBI en la economía mundial. Hoy, ocupa el 12°, habiendo retrocedido no solo relativa, sino absolutamente de 2,6 billones de dólares en 1989 a 1,3 billones en el 2020. Mientras que EE.UU. pasó de 5,9 billones a 19 billones, Japón creció de 3,1 billones a 4,4 billones. La Unión Europea está en 12 billones. Rusia está por debajo de Corea y de Brasil. Forma parte del llamado grupo de los países emergentes Bric constituido también por naciones como Brasil, India, Sudáfrica. ¿Ellos también se han transformado en potencias imperialistas?

Rusia entró en un caos y disgregación total con la implosión producida bajo el régimen de Yeltsin, que privatizó en forma salvaje y anárquica la propiedad estatal a favor de una nueva oligarquía burguesa surgida en gran medida de la vieja “nomenklatura” de la burocracia stalinista. Putin, proveniente de los servicios de seguridad estatal, emergió como un golpista, que instituyó un fuerte régimen bonapartista, sustentado en los servicios de seguridad. Se vio, incluso, obligado a reestatizar ciertos sectores económicos para, con mano dura, restablecer equilibrios y frenar el estallido ya no de la URSS disuelta, sino de Rusia. La restauración capitalista fue un desastre para Rusia. A duras penas fue contenida la tendencia a la disgregación nacional para no repetir el camino de Yugoslavia dividida-balcanizada, en el marco de fuertes guerras azuzadas por el imperialismo que, bajo el eufemismo de la “autodeterminación nacional”, impulsó la constitución de republiquetas subordinadas a la Otan y los imperialismos de la UE y EE.UU.

Putin ha proclamado su propósito de restaurar el viejo imperio ruso (de la época del zarismo), basándose en su poderío militar. Se trata de una ilusión reaccionaria. Estaríamos frente al intento de recreación de un imperialismo atrasado, de ocupación militar, hoy superado por la historia. Estos imperialismos antiguos como el imperio otomano no pudieron resistir el embate del imperialismo moderno actual, que es el imperialismo de los monopolios y el capital financiero. Como resultado de la Primera Guerra Mundial, el Imperio Otomano fue descuartizado por las potencias imperialistas (Francia, Gran Bretaña). Y el imperialismo zarista fue derrocado por la revolución proletaria, que destruyó la Rusia “cárcel de naciones” y puso en práctica realmente el derecho a la autodeterminación nacional. El de Putin es un intento imperialista con débil peso del débil capital financiero ruso y predominancia militar. Pero esta crisis ha servido para evidenciar que el proceso de restauración capitalista en Rusia, si bien destrozó la base de una economía estatal y planificada, no ha permitido desarrollar completamente a una clase burguesa nativa. Estamos, en ese sentido, frente a un proceso de restauración inconcluso.

En Rusia, al igual que en China, el Estado oficia como un gran árbitro que le ha permitido a un puñado de capitalistas selectos, en vínculo estrecho con la burocracia dirigente, un crecimiento extraordinario. Es lo que permite catalogar al régimen de Putin como un régimen bonapartista. Putin, en defensa de los intereses generales de la oligarquía capitalista local, choca con el capital extranjero, que pretende avanzar en una amplia colonización económica y financiera de los negocios que detenta hoy la burguesía rusa. Y, al mismo tiempo, oficia de árbitro de las disputas internas de la clase capitalista y no se priva de recortar los intereses de alguna de sus fracciones e incluso llegar al extremo de desapoderarla, si hiciera falta. Entretanto trata de mantener regimentada a la clase obrera, evitando que prospere una política independiente y socialista.

Putin busca un lugar para insertarse en el imperialismo mundial. En el 75° aniversario de la derrota del hitlerismo, en el 2020, Putin organizó un gran desfile militar en Moscú, mostrando su equipamiento militar, pero con un planteo de búsqueda de un acuerdo con el imperialismo. Haciendo un llamado a las potencias imperialistas a una negociación “para fortalecer la amistad, la confianza entre los pueblos y estamos abiertos al diálogo y la cooperación en los temas más esenciales de la agenda internacional, incluido el tema de la creación de un sistema de seguridad común fiable, que afronte rápidamente las necesidades del mundo cambiante actual”. “Es una respuesta directa al acrecentamiento de las guerras y sanciones comerciales que está imponiendo el gobierno de Trump y a las amenazas guerreristas que se están desarrollando” caracterizábamos (Prensa Obrera, 30/6/2020).

El ataque a Ucrania no fue entonces una acción repentina de Putin, sino largamente planteado por el gobierno bonapartista (pero acelerado por el curso de los acontecimientos). Lo que no quiere decir que no sea aventurero y que los actuales problemas militares (logísticos, etc.) no partan incluso de una baja moral de los soldados rusos llevados a defender los intereses de la camarilla restauracionista. Putin enfrenta la amenaza yanqui-Otan no con una política obrera, socialista e internacionalista, sino como un aspirante a “zar”. Se presenta como lo que es: el más furioso antibolchevique y contrarrevolucionario, con aspiraciones de colocar bajo su égida el futuro de Ucrania y de los pueblos de la ex URSS. Pero su acción militar ha reforzado el nacionalismo ucraniano, no ha logrado apoyo dentro del pueblo de Ucrania, a pesar de los sufrimientos que venía soportando con los ajustes fondomonetaristas. Y dentro de Rusia se calcula en más de 15 mil los presos políticos que se oponen a la “guerra de Putin” y por el respeto a la independencia de Ucrania. Es difícil constatar –por la fuerte censura informativa imperialista y del régimen putiniano- la existencia y envergadura de tendencias obreras independientes o marxistas revolucionarias que estén interviniendo con planteamientos socialistas internacionalistas.

Pero la guerra se ha desenvuelto en sentido contrario al que había manejado Putin. Las fuerzas rusas no consiguen terminar de quebrantar al régimen de Zelensky, que es el que está al frente de la resistencia a la invasión, armado fuertemente por la Otan.

El imperialismo yanqui es el más enemigo de arribar a un rápido tratado de paz. Ha visto en el empantanamiento de las fuerzas rusas, la posibilidad de ir más allá de su propósito de sumar a Ucrania a la Otan y colocar nuevas bases militares apuntando a Moscú. Cree que está dada la oportunidad para provocar una crisis política en el gobierno ruso que destituya a Putin. Una parte de la burguesía oligárquica rusa (y ucraniana) que era la base de sustentación social de Putin está virando hacia un compromiso con los yanquis, apretados por las sanciones que han lesionado sus intereses.

Crisis capitalista y estrategia imperialista

El documento internacional del XXVII Congreso del PO (marzo 2020) planteaba: “más allá de los avatares más inmediatos, el auge belicista responde a una razón de fondo. Por un lado, hunde sus raíces en las rivalidades y tensiones crecientes interimperialistas, potenciadas ahora por la recesión mundial. Por el otro, la tentativa de superar el impasse capitalista sobre la base de avanzar en una colonización de los Estados obreros y completar en su provecho, el proceso de restauración capitalista. El principal destinatario es el ex espacio soviético y el gigante asiático. La hegemonía política, económica y militar en Medio Oriente es parte del cerco tendido contra ambas naciones. Esto en el contexto del rearme general de las potencias capitalistas, en primer lugar, la norteamericana. El armamentismo, lejos de atenuarse, ha crecido sensiblemente”.

A dos años de nuestra caracterización, estas tendencias no solo se han confirmado en la realidad, sino que se están desarrollando aceleradamente. El hiperactivismo yanqui en la guerra de Ucrania tiene como uno de sus objetivos doblegar y disciplinar al imperialismo europeo detrás de su dirección. La perspectiva de Alemania, Francia, Italia y otros integrantes de la UE era transformar al este de Europa y a Rusia en SU patio trasero, estableciendo acuerdos “privilegiados” de inversión en sectores clave. Los yanquis vienen tratando de limitar este desarrollo. El método de aplicar sanciones económicas internacionales a países con los que se enfrenta EE.UU. no solo perjudica, en primer lugar, a estos, sino también a empresas europeas que tienen capitales invertidos en ellos (Irán, etc.). Frente a Rusia, Obama primero y luego Trump hicieron una oposición cerrada a la construcción del largo gasoducto Nord Stream 2 desde Rusia a Alemania (construido con capitales rusos, alemanes, etc.). Biden al ascender al poder anunció que abandonaba esta oposición, pero… ahora la presión yanqui-Otan ha llevado a que, ya terminado el gasoducto, el gobierno alemán -a regañadientes- aceptará no habilitarlo en solidaridad con el boicot contra Rusia. Empresas francesas se niegan a abandonar Rusia (Danone, Total, etc.) donde se han instalado ventajosamente. Un año atrás, el presidente francés, Macron, denunciaba la muerte de la Otan e insinuaba la formación de una Otan europea sin EE.UU. Hoy día, Biden ha conseguido en gran medida alinear al imperialismo europeo detrás de su dirección en la Otan. Pero las tensiones interimperialistas permanecen.

Fundamental a considerar es que la preparación de una guerra colonizadora sobre Rusia y China es política de estado yanqui. Pasan los gobiernos republicanos o demócratas, pero esa orientación estratégica del Pentágono y el Departamento de Estado va avanzando y profundizando. Las dificultades para salir realmente de la crisis económica mundial llevan más que nunca, que aparezca a los ojos de los monopolios y sus gobiernos imperialistas, como una salida la colonización total de los dos grandes conglomerados de China y Rusia. Que desplace a las burguesías oligárquicas surgidas de la restauración con las que han tenido que compartir la propiedad y explotación de sectores claves, para reemplazarla por la dominación directa del imperialismo, por la colonización imperialista.

Más allá de la actual guerra contra Rusia, el objetivo central es, sin embargo, China. Los EE.UU. están constituyendo un Otan del Pacífico. Biden le ha entregado submarinos atómicos a Australia y firmado un acuerdo militar que se extiende a Gran Bretaña, India, Japón y otros países de Asia. Constantemente se plantean provocaciones yanquis en el Mar de China. Y está usando la amenaza de declarar la independencia de Taiwán (parte integrante históricamente de China, reconocida en su momento por EE.UU.) –y rearmándola masivamente- como está usando el “derecho” de Ucrania de incorporarse a la Otan.

La emergencia de la guerra contra Rusia ha modificado parcialmente los pasos guerreristas del imperialismo yanqui. Ahora, está presionando a China para que no apoye a Rusia y se pliegue al sistema de sanciones imperialistas contra Rusia. Caso contrario, amenaza de ir incrementando sanciones similares contra China. Si bien la burocracia dirigente China hizo buenas migas con Putin antes de la invasión, en la actualidad se nota una “solidaridad” restrictiva. No se ha definido contra Rusia (en el Consejo de Seguridad de la ONU se abstuvo), pero reclama el respeto de la integridad territorial y mantiene relaciones con Ucrania con la cual tiene firmados acuerdos económicos en el marco de “la ruta de la seda”.

La burocracia gubernamental china y su burguesía oligárquica surgida del proceso de restauración capitalista, ponen las barbas en remojo, frente a la ofensiva de la Otan sobre Rusia, en lugar de salir a enfrentarla. El viaje de Biden al encuentro en Europa con la Otan pretende, también, sumar a la UE a una política de presión más activa contra China.

El imperialismo yanqui ha venido perdiendo gran parte de su poder hegemónico. El golpe más reciente y profundo fue que tuvo que abandonar, con el rabo entre las patas, Afganistán después de una década de ocupación militar. La guerra comercial con China ha tenido éxitos relativos y también perdidas para los EE.UU.; las grandes revueltas de masas en los propios EE.UU. de fines del gobierno de Trump; las rebeliones latinoamericanas e internacionales contra los ajustes fondomonetaristas; la persistencia del impasse capitalista y su crisis. Son síntomas de este retroceso hegemónico. El propio hecho de que Putin se animara a la invasión de Ucrania tiene que ser incorporado a este deterioro y retroceso de la hegemonía yanqui.

Biden no consigue remontar en las encuestas y ve acercarse una derrota electoral en noviembre próximo. A pesar de los diferentes subsidios otorgados a las masas, el deterioro social es creciente. Parecido a la Argentina, los “planes” no resuelven el empobrecimiento estructural de amplios sectores de las masas, en que han entrado los EE.UU. La derecha de Trump mantiene un fuerte peso electoral y actúa rearmando sus posiciones (incluso en el ámbito internacional: foto con Macri, etc.).

Pero la instrumentación de la guerra de Ucrania es, también, un intento de Biden de retomar una iniciativa estratégica. Ha logrado unificar al conjunto de las potencias imperialistas europeas detrás de la política de confrontación de la Otan propugnada por los EE.UU. Ha sumado a naciones que se declaraban “neutrales” como Suecia y Finlandia, que están estudiando también el ingreso a la Otan. Ha ganado a la mayoría de la “opinión pública” europea mundial detrás de su política guerrerista de “defensa de la soberanía de Ucrania” contra el imperialismo ruso. Esto ha sido posible también por el carácter reaccionario de la política de Putin.

Nuestro planteo es rotundo y militante: “Guerra a la guerra”. Fuera la Otan de Ucrania y de toda Europa del este. Disolución de los grupos paramilitares fascistoides de Ucrania. Disolución de la Otan. Repudiamos la invasión de Putin. Cese inmediato de los bombardeos. Retiro de las tropas rusas. Por una Ucrania independiente, única y socialista, única forma posible de su autodeterminación. Libertad a los presos políticos rusos por oponerse a la guerra. Derecho a manifestación y organización política independiente de los trabajadores en Rusia y Ucrania. Llamamos a oponer a la guerra fratricida que promueve la Otan y Moscú, la unidad, solidaridad y confraternización de los pueblos ruso y ucraniano para frenar la carnicería de la guerra y acabar con sus responsables y agentes locales. Es necesario impulsar esta predica en toda la región yen todos sus ámbitos, incluido los campos de batalla. Por gobiernos obreros en Ucrania y Rusia. Por la unidad internacionalista de las clases obreras en toda Europa. El principal enemigo es el imperialismo y los regímenes reaccionarios que nos gobiernan en cada país. Por la unidad socialista de Europa, incluyendo a Rusia.

Las bases de las guerras imperialistas

El estallido de la guerra en Ucrania evidencia la falacia de quienes decían que con la restauración capitalista se ahuyentaba definitivamente la guerra fría y la posibilidad de una guerra caliente entre los ex estados obreros y el imperialismo. O de los que propagandeaban que la globalización imperialista, terminaría definitivamente con las guerras de todo tipo, porque la economía mundial estaría integrada y sería interdependiente. Este planteo presupone que una especie de “gobierno mundial” de los monopolios, un ultraimperialismo, podría armonizar el desarrollo económico-social y evitar los conflictos y guerras. Pero esto es una utopía y un arma de propaganda de los planes imperialistas. La época del imperialismo no elimina la competencia entre capitalistas, sino que la concentra, la eleva y la hace mucho más peligrosa, porque la transforma en competencia entre monopolios con Estados y ejércitos nunca antes vistos en la historia de la humanidad. Ahí están como demostración las dos guerras mundiales del siglo XX, expresión de la disputa interimperialista por el reparto del mundo. Y las guerras imperialistas contra las semicolonias que muchas veces terminan siendo guerras por procuración donde, aunque no en forma directa, terminan enfrentándose diversos monopolios apoyados por diferentes potencias imperialistas (Libia: donde el ENI italiano y la Total francesa, ambos con una serie de aliados capitalistas, apoyan a distintos gobiernos por el control del petróleo; etc.).

La base está en la crisis capitalista mundial que ha agotado las posibilidades de desarrollo progresivo del sistema capitalista. Se trata de una crisis de sobreproducción capitalista, donde “sobran” las mercancías, los capitales, la mano de obra y de la verificación de las dificultades de valorización del capital, que se ve acuciado por la tendencia a la caída de la tasa de ganancia.

La crisis financiera del 2008 fue un salto en calidad en el proceso de agotamiento del sistema capitalista. Fue comparada con la de 1929 que originó la “gran depresión” de la cual el capitalismo solo pudo “salir” con la Segunda Guerra Mundial.

La guerra es parte inevitable del proceso de agotamiento histórico del capitalismo y de la tendencia a su descomposición y estallido.

China y restauración capitalista

La restauración capitalista no abrió una ruta de progreso y desarrollo ni para los ex Estados obreros de Europa Oriental, ni para Rusia. Los primeros se han transformado en colonias del FMI y la Otan y han sido arrastrados a acompañar la política belicista del imperialismo contra Rusia.

Pero, algunos analistas, particularmente en la izquierda, plantean que China no solo ha logrado superar el atraso nacional (que el Estado obrero burocratizado no pudo resolver), sino que se ha transformado en una potencia imperialista, que está luchando por superar a los EE.UU. en la hegemonía mundial. Sucede que China ha tenido un extraordinario desarrollo, particularmente en los últimos 20 años, que la ha llevado a contar con una participación en el PBI global del 7,9% en 2001 al 19,2% en 2019, ubicándose solo por detrás de EE.UU. No solo eso, sino que ha incursionado en el desarrollo tecnológico y en otras áreas, lo que ha motivado un mayor enfrentamiento y choques con los EE.UU.

Pero una comprensión del lugar que ocupa China en el terreno internacional no puede limitarse a una mirada superficial o impresionista y debe ahondar en un análisis concreto. La afirmación, por ejemplo, de que China ocupa el primer lugar en el comercio exterior no informa que más del 80% de este es obra de empresas privadas y que más del 70% corresponde a las corporaciones transnacionales. Que a su vez los grandes destinos de exportación están dirigidos a los EE.UU., Japón, Corea, entre otros. Es decir, que en muchísimos casos se trata de un intercambio de una misma empresa imperialista radicada en China, con su casa (o país) central instalado en la metrópoli. Empresas imperialistas radicadas en China para explotar la mano de obra asalariada muy barata allí existente (cosa que ha ido disminuyendo por mejoras salariales y que está derivando en nuevas deslocalizaciones del capital hacia países más baratos salarialmente: Vietnam, etc.) y acrecentar la valorización de sus capitales. Y usarla incluso, para chantajear e imponer reducciones de salarios y conquistas a los trabajadores de las metrópolis. Lo mismo frente a la característica esencial del imperialismo de exportación de capitales. La inversión imperialista directa en China era en el primer semestre del 2021 de alrededor de 900 mil millones de dólares (acercándose al ¡billón! de dólares) y hacia sectores productivos claves. En cambio las exportaciones de capital de China están dirigidas generalmente a la financiación de obras públicas (en el marco del plan de “la ruta de la seda”) y/o en algunos sectores de materias primas (exportación de granos, etc.)

La publicitada creciente superioridad tecnológica de China se está viendo abruptamente frenada por las medidas de control y guerra económica desarrolladas por EE.UU. La norteamericana Apple es, en la actualidad, el principal vendedor de aparatos de telefonía inteligente y móvil del mercado chino, por encima de Huawei, la empresa estandarte de la República Popular. Las exportaciones desde EE.UU. se elevaron hasta superar los 50 millones de unidades, dejando atrás a Huawei en casi 10 millones.

Debido a la persecución comercial de Trump, Huawei redujo en más de 30% su presencia en el mercado mundial. El mayor instrumento de dominio que tiene EE.UU. sobre Huawei es el control absolutamente hegemónico que ejerce sobre el mercado global de semiconductores (“chips”), que son el insumo esencial para la fabricación de equipos de smartphones en la economía global.

EE.UU. prohibió a Huawei el acceso a los “chips” de patente norteamericana en cualquier lugar del mundo, medida que ha demostrado ser notablemente eficaz, evidenciando de paso que esta empresa era en sectores claves una armaduría. Huawei ha enfrentado esta ofensiva concentrándose en los segmentos de menor valor agregado y precios inferiores.

Mientras Huawei es perseguida en todo el mundo por el imperialismo norteamericano, Apple se instala plenamente en China. Apple ha adquirido un virtual monopolio en el mercado de equipos medios y finales de smartphones en el mundo, que son los más redituables.

Por supuesto que no es el único caso.

Tesla, el principal fabricante yanqui de automóviles eléctricos, vendió en el mercado chino casi 500 mil coches construidos en su planta instalada en Shangai, en el último quinquenio. Esta gran fábrica se ha convertido en el principal centro exportador de Tesla al mundo. Tesla es en China una empresa 100% de capital norteamericano y actúa con total autonomía y en igualdad de condiciones que las otras empresas de China. El mercado chino de automotores se ha abierto por completo a la competencia y al capital extranjero en los últimos tres años, con un auge fenomenal de la presencia de compañías alemanas, japonesas, y estadounidenses.

“Las multinacionales extranjeras están redoblando sus inversiones en China, estableciendo miles de nuevas empresas y ampliando las existentes. A pesar de las tensiones económicas y financieras y de una serie de restricciones extranjeras a la transferencia de tecnología a China, este país sigue atrayendo cantidades récord tanto de inversión extranjera directa como de flujos de inversión de cartera en acciones chinas cotizadas en bolsa y bonos del Estado chinos…” (Estudio del Banco Santander basado en un Informe del Ministerio de Comercio de China, noviembre de 2021). Para The Economist del 5 de septiembre de 2020, “China está creando oportunidades [que el capital extranjero no esperaba, al menos no tan rápido]”. La magnitud de las entradas de capital de Estados Unidos en China es difícil de estimar porque “muchas empresas chinas que emiten acciones tienen filiales en paraísos fiscales extraterritoriales”. Según un informe de Investment Monitor del 13 de julio de 2021, China tiene más filiales en las Islas Caimán que cualquier otro país “después de Estados Unidos, Reino Unido y Taiwán”.

Como potencia militar, China está lejos de EE.UU. El presupuesto militar yanqui es de 770 mil millones de dólares. El de China: 250 mil millones. Las ojivas nucleares norteamericanas son 3.750, las chinas 272. Los chinos tienen 2 portaviones, los yanquis 11, etc. Respecto a las bases militares, los yanquis tienen unas 260 alrededor de todo el mundo (4 en España, 6 en Japón, etc.), mientas que los chinos tienen unas 4 (una de ellas no armada, declarada como estación de seguimiento-radar de satélites espaciales, en Neuquén). En términos geopolíticos, pese a los avances económicos, no ha logrado una hegemonía en su propia zona directa de influencia asiática. Más aún, asistimos a una escalada imperialista de alianzas militares regionales contra Pekín, que agrupa a potencias de la zona, por un lado y a un impulso renovado, acicateado por Washington, del separatismo de Taiwán, por el otro.

Desde el punto de vista teórico y proyectando estadísticas, China se podría convertir en una potencia imperialista. Eso hacía la burocracia del Estado obrero soviético degenerado en épocas de Stalin y Kruschev, proyectando en cuánto tiempo podría superar el nivel de las fuerzas productivas imperialistas y entonces declarar el triunfo del socialismo. No olvidemos que la URSS era también segunda potencia mundial y primera en una serie de sectores (aeroespacial, etc.). El maoísmo la caracterizó entonces como el “socialimperialismo ruso”.

Pero no se pueden tomar las estadísticas en abstracto.

Trotsky explicó que la superación del imperialismo en el plano productivo por parte de un Estado obrero no se podía dar solo por medio de un crecimiento económico. El dominio imperialista del mercado mundial podía golpear fuertemente al Estado obrero aislado con el peso de su productividad superior, con los precios más baratos y la mejor calidad de sus mercancías (y, por supuesto, con el manejo y control financiero mundial). La “globalización” imperialista ha acentuado este dominio como lo acaban de demostrar las sanciones económicas aplicadas a Rusia (exclusión del Swift de intercambio interbancario, etc.).

Esto ya se fue aplicando sobre otros enemigos que el imperialismo yanqui quería someter. Habiéndose obligado a retirarse de Afganistán, el gobierno de Biden incauto más de 7 mil millones de dólares de las reservas monetarias de este país, que él mismo dictaminó debían ser depositados en bancos del exterior bajo control imperialista; y directamente ha confiscado una parte considerable de esos fondos para subvencionar a las víctimas del atentado a las Torres Gemelas, liberando al gobierno de esa carga. Esto está condenando al hambre de amplias masas afganas. Pero la “solidaridad” del gran capital mira para otro lado sobre este genocidio en marcha. La defensa de la autodeterminación nacional ha sido archivada para Afganistán.

En el plano de las finanzas internacionales, la distancia que separa a China de las naciones más avanzadas es sideral. El reimibi apenas representa un 2 por ciento de los pagos internacionales y un escaso 1 % de las reservas de los bancos centrales mundiales. Viene teniendo una tendencia declinante. A pesar del declive de EE.UU., el 75 % de las transacciones se sigue realizado en dólares. Se trata de una contradicción cuya superación plantea una reestructuración del sistema financiero que no puede ser indoloro.

La expansión de China a través de las rutas de la seda, a su turno, no nos puede hacer perder de vista que el 80 % del comercio se realiza por vía marítima. Si bien Pekín ha hecho progresos en ese rubro, la supremacía de las principales metrópolis sigue siendo considerable.

El dominio del mercado mundial por el imperialismo plantea la guerra o la revolución, no una evolución pacífica de la acumulación económica. La guerra de Ucrania permite constatar esto con certeza. Un estudio publicado en el diario Clarín, antes que se iniciara el conflicto armado, señalaba que Rusia estaba en su mejor momento económico: llena de reservas muy superiores a su deuda externa, altos precios de sus materias primas exportables (hidrocarburos, granos, metales, etc.) que garantizaban para el próximo período un flujo constante superavitario de divisas, etc. Pero las sanciones que tomaron los diversos imperialismos siguiendo la orden de los yanquis contra Rusia redujeron de un plumazo sus grandes reservas de divisas a la mitad, bloquearon sus exportaciones, decretaron una estampida de capitales.

En el análisis, no puede estar ausente el creciente intervencionismo estatal en China. El gobierno de Xi Jing Ping dio a conocer regulaciones para erradicar prácticas monopólicas que apuntan fundamentalmente a reducir la influencia de las corporaciones como Alibaba, Tencent y otras empresas tecnológicas líderes. Estos anuncios empalman con un renovado impulso a la injerencia partidaria en el mundo empresario, que se extiende también al universo de empresas privadas en las que la presencia del PCCh era reducida comparada con las estatales.

El panorama aquí descripto corrobora que la burguesía todavía no ha logrado consolidarse como clase dirigente. Sigue oficiando de segundo violín en un escenario en que el Estado chino sigue concentrando las principales decisiones del país. El proceso de reconversión capitalista es extremadamente desigual y aún está en pañales en el campo donde predominan relaciones sociales y de propiedad preexistentes. Todos estos hechos dan cuenta del carácter inconcluso de la restauración capitalista

A la hora de caracterizar si China es un país imperialista no se puede hacer una abstracción del hecho que las potencias imperialistas adquirieron esa condición en una etapa de ascenso del capitalismo. China, en cambio, inicia este proceso a partir de una economía estatizada donde el capital fue expropiado y en el marco de una decadencia histórica capitalista. En este contexto, la restauración capitalista está llamada a ser peculiar; de ninguna manera va ser una réplica de la experiencia del pasado. El contexto internacional, en el marco de un mercado saturado y con sobreabundancia de capitales, condiciona la emergencia de una nueva potencia y menos aún de carácter hegemónico, lo cual supone una restructuración total, generalizada y violenta de todo el sistema capitalista que no puede equipararse con los casos previos en que el liderazgo pasó de manos de Holanda a Gran Bretaña y luego a los Estados Unidos En resumen, teóricamente no se puede descartar una transformación de China en un país imperialista pero la misma no podrá ser indolora sino convulsiva, con confrontaciones no solo en el plano económico sino bélico. Un escenario de guerra internacional abre un terreno para que pueda colarse e irrumpir la clase obrera china y mundial. La suerte de China, en definitiva, está condicionada por la lucha de clases al interior del gigante asiático y a escala global.

Quienes proclaman que China es imperialista dan por resuelto estos escollos y contradicciones. En realidad, sin advertirlo, terminan adjudicándole una capacidad al capitalismo de regeneración y superación de su impasse cuando es, precisamente, lo que no ha logrado resolver. Si China lograra completar su desarrollo capitalista y transformarse en un país imperialista en forma relativamente pacífica, el capitalismo, a su modo, habría logrado remover las trabas con que tropieza al proceso de acumulación capitalista y que actúan como un freno al desarrollo de las fuerzas productivas. La emergencia de China como sustituto de EE.UU. expresaría la vitalidad de un régimen social y no su decadencia. El gigante asiático sería el ancla para un nuevo florecimiento del capitalismo. Esta premisa económica, sin embargo, no se compadece con la realidad capitalista que enfrentamos.

El capital internacional tuvo inicialmente al Estado chino como un aliado para integrar al gigante asiático al proceso mundial de acumulación capitalista; lo mismo puede decirse de la burguesía nativa china que creció a la sombra y bajo la protección de la elite dirigente del PCCh. Pero con el tiempo se ha ido transformando en un escollo para ambos sectores. El imperialismo, por un lado, y la burguesía nacional, por el otro, cuyas aspiraciones, intereses y apetitos no son siempre coincidentes -y resulta en muchos casos antagónicos-, vienen pugnando por llevar a la práctica las reformas que pongan fin a las regulaciones y proteccionismo estatal aún vigente y, por esa vía, acelerar la restauración capitalista. Uno de los aspectos es afianzar la seguridad jurídica en materia de derechos de propiedad que está sometido en muchos casos a la discrecionalidad del gobierno chino.

“El dinamismo (económico) convive aún con los tentáculos de un Partido Comunista que lo abarca casi todo. China tiene unas 150.000 empresas estatales. Es una cantidad ínfima en comparación con el total de compañías que existen en el país, pero su poder es abrumador. Actúan en un régimen de casi monopolio en industrias clave, de las telecomunicaciones a la energía, y pese a ser menos eficientes y productivas nadie puede competir contra ellas por la protección del Partido” (El País, 8/1/20).

Las tensiones Estado-capital privado dominan la vida económica y política del país. Esta situación es reforzada por el hecho que la restauración capitalista no se abre paso en un país colonial sino en el marco de un Estado que es un producto residual de una revolución social y que logró preservar la unidad nacional del China. Esta circunstancia le otorga a la elite dirigente del PCCh una margen de maniobra y autonomía incomparablemente mayor que cualquier otro país de la periferia.

El Estado chino no solo está sometido a las presiones del imperialismo y la burguesía nativa sino también potencialmente a la presencia de la numerosa y concentrada clase obrera que viene reclamando por sus derechos contra la superexplotación. El imponente desarrollo capitalista ha ido acompañado de un crecimiento espectacular de la clase obrera. Esta circunstancia condiciona todos los pases de la burocracia, que oscila entre adaptarse a las exigencias de una mayor apertura económica, por un lado, o recurrir al intervencionismo estatal para evitar un descalabro económico y que la situación social se desmadre, por el otro. La presión del capital a favor de una liberalización choca con el temor fundado que provoca la posibilidad de que un clima de una mayor relajación de la rígida regimentación que reina en la vida política del país sea el disparador de una irrupción del proletariado chino. La conflictividad sindical, por más que se la oculte, es creciente.

Los factores que señalamos vuelven a reafirmar la caracterización de Trotsky que la restauración capitalista no se podrá terminar de consumar sin grandes convulsiones sociales y guerras. La represión de Tiananmén ayudó a consolidar al gobierno bonapartista, pero no cerró el doloroso proceso restauracionista.

La capacidad de arbitraje del régimen bonapartista de XiJin Ping quien ha pasado concentrar en sus manos un poder excepcional va ser puesta a prueba. Ingresamos en una nueva etapa convulsiva de la historia china, cuyo desenlace estará signado, como ya ocurrió en el pasado, por la lucha de clases nacional e internacional.

Cuál es el momento actual de la crisis económica capitalista

Políticos y economistas burgueses afirman que la pandemia volvió a hundir al mundo capitalista en la recesión, luego de haber salido de la gran crisis del 2008. En realidad, la recesión comenzó a desarrollarse antes del estallido pandémico. La intervención anárquica de las potencias y gobiernos capitalistas en la crisis pandémica profundizó la crisis sanitaria y también la recesión. Ahora vuelve a afirmarse que habiendo superado la pandemia (cosa que no es verdad) definitivamente estamos saliendo vigorosamente de la contracción económica mundial.

Según datos del FMI la recesión iniciada a fines del 2019 y estimulada por la pandemia de Covid desde fines de febrero 2020 produjo una contracción económica mundial del 3,5%. Informes de la ONU señalan que el 2021 terminó, en cambio, con un crecimiento mundial del 5,5%. Pero esto ha sido totalmente desigual para los diferentes países. Un informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) señala que sobre 44 naciones, 17 han crecido pero aún no han logrado retomar el nivel económico prepandemia del 2019.

¿Hay luz al final del túnel de la crisis?

Pronósticos de la ONU hablan de un “estancamiento” de la actividad económica mundial en el 2022. De una desaceleración que empezó a evidenciarse desde fines del propio 2021. Según su estudio –de principios de año- la actividad económica crecería un 4% en el 2022 (menor al crecimiento del 2021) y volvería a bajar a un 3,5% de crecimiento en el 2023. Para América Latina es más preocupante, pasaría de un crecimiento del 6,5% en el 2021 a un 2,2% en el 2022.

No estamos, evidentemente, frente a una reactivación consistente de la economía mundial capitalista, sino frente a un rebote natural de la fuerte contracción del 2020. A esto hay que sumarle las consecuencias que va a generar la guerra de Ucrania, que profundizarán el retroceso.

El freno del repunte económico mundial se combina con una inflación que se ha disparado mundialmente y que no tiene perspectivas de ceder.

La inflación en los EE.UU. en el 2021 fue del 6,8%, el peor dato registrado en los últimos 39 años. Pero el Bank of America informa ahora que este año superará el 7%. Revisa su propio pronóstico de que bajaría respecto al 2021 a un 6,3%. The Economist indica que ya en febrero el índice de los precios al consumidor se coloco en los EE.UU. en el 7,9% de crecimiento interanual.

La misma tendencia se evidencia en la Zona Euro: la inflación subiría al 6%, superando el 4,9% del 2021 (y los pronósticos iniciales para el 2022 que daban 4,4%). Incluso para Japón, una potencia sumergida en la deflación desde hace largo tiempo, la inflación subiría por arriba de un 2% este año. El incremento de los precios de la energía (petróleo, gas, carbón) y de los alimentos venían a la cabeza de esta escalada inflacionaria.

La guerra de Ucrania repercutirá directamente en acelerar el aumento de precios de alimentos y energía, que son los que más repercuten sobre el bolsillo de los trabajadores. El FMI advierte que este “es un golpe duro para la economía mundial y en especial para Latinoamérica”. La inflación en las cinco economías más importantes de este continente (México, Chile, Colombia, Perú, Brasil) superaría el 8%. La Argentina es la “excepción” porque con un 53% de inflación ya se coloca en las puertas de la hiperinflación.

Siendo Rusia uno de los mayores productores mundiales de hidrocarburos, el boicot imperialista a sus exportaciones ya ha llevado el barril de petróleo a superar la barrera de los 100 dólares. El precio del gas se ha más que triplicado en Europa, lo que le está dando un impulso fenomenal a la carestía que golpea al consumidor popular. (En la Argentina también se notará con la importación en los barcos gasíferos con el inicio del frío invernal.) Pero, donde se está generando una verdadera crisis mundial es en torno al problema alimentario. La guerra y el boicot imperialista a las exportaciones rusas (y la imposibilidad de exportar de Ucrania) elevan fuertemente el precio del trigo (y su producto directo: las harinas) y los demás granos alimenticios y/o forrajeros.

Según la FAO (organismo de la ONU para la agricultura y la alimentación) los precios de los alimentos batieron en febrero los récords históricos en 61 años. Subieron más incluso que el anterior récord histórico en febrero 2011. Entonces estos aumentos de los granos y los combustibles y los límites capitalistas de los gobiernos del norte de África que no contaban con los fondos para importarlos, detono una tempestuosa ola de luchas de masas conocida como la Primavera Árabe que volteo gobiernos y desarrollo procesos revolucionarios (Túnez, Egipto, etc.).

Hoy se vislumbran panoramas similares. Egipto está al borde de la masacre social del hambre y del estallido popular. Importador neto de granos alimenticios, a pesar de altos subsidios gubernamentales, los precios que debe pagar el pueblo trabajador han aumentado arriba del 50%. El mismo panorama se dibuja en Túnez, Siria, Argelia y Marruecos.

El levantamiento popular, con gran participación de la clase obrera organizada, en Sri Lanka cuyo gobierno ha declarado el default y no tiene divisas para comprar alimentos, indica una tendencia al caos que irá produciendo la guerra y a la intervención protagónica de las masas.

El responsable ¿es el capital o el trabajo?

Los economistas capitalistas y sus entidades financieras afirman que la causa del alza de los precios viene por el exceso de demanda, por el hecho de que bajo la pandemia una parte de la población trabajadora que tiene ingresos, ahorró estos porque no tenía en qué gastarlos, estando en cuarentena. Ahora habrían inundado el mercado con sus ahorros y como el capital no se preparó se ha provocado esta inflación de precios. La imprevista excesiva demanda sería entonces la causa del aumento de precios.

Pero no es así. La inflación actual no viene por el lado de la demanda sino de la oferta. Ya antes de la pandemia se registraba una caída de la oferta, con el ingreso en la recesión, con su curva descendente en el comercio mundial y la producción. Una de las causas fundamentales de la falta de oferta que hace aumentar los precios, en el inicio de un ligero reanimamiento económico, es lo que llamamos la “huelga de inversiones” de los capitalistas. La causa de esta falta de inversiones capitalistas productivas se encuentra en la crisis de sobreproducción y la caída de la tasa de beneficio del capital. Esto frena la inversión -y por consiguiente el crecimiento económico- cuyo motor de impulso principal es el lucro capitalista.

La escasa perspectiva de un reanimamiento sostenido del crecimiento económico y la sobreabundancia de capitales invertidos que están semiociosos hacen que no sea “rentable” construir nuevas empresas o expandir la capacidad de producción por demandas transitorias y coyunturales. Esta es la causa por la que una gran masa de capitales ociosos se vuelca a la especulación no solo en torno a la recompra de sus propias acciones en la bolsa, aumentando artificialmente sus “ganancias”, sino también con la creación acelerada de nuevos instrumentos financieros (mercados de materias primas a futuro, etc.) que “valorizan” los capitales sin intervenir directamente en el desarrollo de la producción. Las “correcciones” crecientes de caídas catastróficas en los valores de las acciones en las bolsas y luego, en muchos casos, nuevas alzas espectaculares indican el carácter especulativo de las mismas y el peligro de una crisis financiera en toda la línea.

Frente a la falta de “oferta” que ellos provocan por la falta de inversiones, los monopolios prefieren ganar beneficios por aumento de los precios aprovechando la escasez relativa de las mercancías requeridas y la cartelización de importantes ramas de la producción.

Ya antes del inicio de la guerra de Ucrania, los precios de los hidrocarburos subieron aceleradamente. Esto se debe al control oligopólico de los pulpos petroleros que han decidido en la Opep (Organización de Países Exportadores de Petróleo) autolimitar sus cupos de producción para volcar al mercado. En nuestra revista EDM N° 58 publicamos el ejemplo de la caída de las inversiones petroleras de 750 mil millones dólares en el 2014 a un estimado de 350 mil millones para el 2021

La huelga de inversiones reinante en la actualidad es expresión y consecuencia de la crisis de sobreproducción. El capital ha puesto un freno a la producción que no satisface las expectativas de rentabilidad esperadas. Hay ¨demasiados” capitales, “sobran” capitales en relación no a las necesidades sociales sino a las posibilidades de lucro. La declinación de la tasa de ganancia a la que venimos asistiendo (y que ahora se acentúa) actúa como una traba para el desarrollo de las fuerzas productivas; y está en la base del presente impasse capitalista.

Las crisis de sobreproducción no se deben al subconsumo, o la insuficiencia de la demanda -como plantean keynesianos y neokeynesianos. La superación clásica de las crisis capitalistas de sobreproducción se “resuelve” eliminando el capital “sobrante” y abriendo nuevas oportunidades para las inversiones capitalistas. Sin embargo, paradójicamente, ese mecanismo clásico fue relativamente inhibido y neutralizado a través de los rescates puestos en marcha por los Estados capitalistas, temerosos de las consecuencia económicas, sociales y políticas que podría provocar una limpieza de esas dimensiones.

La pandemia, también, contribuyó a la baja de la oferta capitalista. La interrupción de la actividad productiva derivada de la propagación el virus se vio potenciada por los escollos inherentes a la propia organización de la producción que predomina en el mercado capitalista. Las cadenas capitalistas, que integran en muchos casos un mismo grupo monopólico, funcionan cada vez más, sin stocks, bajo las premisas del “just on time”. Así bajan costos y frenan, ultraparcialmente, la caída de su tasa de beneficios. Pero al producirse un cortocircuito de uno de los elementos de la cadena se terminan deteniendo ramas enteras de la producción. Es lo que está sucediendo ahora, nuevamente, con el relanzamiento de una nueva cepa del coronavirus en China que ha llevado a la cuarentena de ciudades enteras y el cierre de sus puertos de exportación (Shanghai, etc.).

Un factor clave es la gigantesca emisión monetaria que ha sido destinada a los rescates gubernamentales de los capitalistas al borde de la quiebra. La compra subsidiada de activos en situación de bancarrota por la Reserva Federal yanqui ha pasado de un billón de dólares, en el 2008, a 9 billones en el momento actual. Esto se une al crédito barato, regalado, al bajar la tasa de los bancos centrales prácticamente a cero. Esta es una de las causas centrales de la actual escalada inflacionaria. Ha llevado al agotamiento de los recursos públicos y un endeudamiento monstruoso de los Estados.

Viene al caso señalar que la especulación que se nutrió de los fondos públicos no solo fue a parar a los activos financieros, sino que se desplazó al mercado de los comodities y es responsable del aumento experimentado por las materias primas ya antes de que estallara la guerra.

Estos factores, que se retroalimentan entre sí, han roto los equilibrios existentes: está provocando una desvalorización del dólar, que sumado a la conmoción política internacional (guerra de Ucrania, etc.) puede precipitar un abandono de esta y otras monedas-divisas y el refugio en el oro o en otros activos que funcionen como reservas de valor. La creación de las criptomonedas son un intento de salir al paso a esta tendencia, ya que las mismas no estarían reguladas por los bancos centrales. Pero por ahora han jugado un gran rol especulativo y amenazan con convertirse en reas de grandes fraudes.

Si se confirmara esta tendencia, estaríamos ante una dislocación monetaria del mercado y la economía mundial y un salto cualitativo en la crisis capitalista.

Como señaló la revista The Economist, las sanciones económicas tendrán consecuencias: “Cuanto más se utilicen, más países tratarán de evitar depender de las finanzas occidentales. Eso haría que la amenaza de exclusión fuera menos poderosa. También llevaría a una peligrosa fragmentación de la economía mundial. En los años ’30, el miedo a los embargos comerciales se asoció a una carrera hacia la autarquía y las esferas de influencia económica”.

China “estará examinando cuidadosamente las implicaciones de las sanciones rusas, porque en una guerra, o incluso en un conflicto por Taiwán o algún otro asunto, Estados Unidos y las potencias occidentales podrían congelar sus 3,3 billones de dólares de reservas de divisas. Otros países, como la India, pueden preocuparse por ser más vulnerables a la presión occidental”, según The Economist (extraído de WSWS, 20/3).

El panorama creado por la guerra podría acelerar la búsqueda de sustitutos a la divisa norteamericana. El escenario bélico pone en el centro del debate la sustentabilidad y consistencia del dólar como moneda internacional, surgido de los acuerdos de Bretton Woods.

A diferencia de la crisis del 2008, China no solo no actúa como “locomotora” para una salida reactivadora con su excepcional demanda mundial de materias primas, sino que está ralentizando su producción. La reciente crisis del monopolio inmobiliario Evergrande en China es la punta de un iceberg de sobreendeudamiento de numerosas empresas chinas.

Para enfrentar estas tendencias inflacionarias la FED norteamericana (Banco Central yanqui) elevó las tasas de interés. El aumento inicial ya estaba recontraanunciado, pero sorprendió por lo modesto ya que se circunscribió apenas a 0,25 puntos porcentuales cuando la expectativa de los mercados era más elevada. Se terminó confirmando esta “expectativa”: la FED aumentó 0,50 puntos nuevamente, a principios de mayo (y se insinúa nuevo aumento en junio). Indica la preocupación frente a la persistencia de la inflación en las metrópolis imperialistas. Pero al mismo tiempo, existe el temor fundado en los círculos de poder políticos y económicos que un aumento de la tasa de interés pueda terminar de acelerar una recesión que ya asoma la cabeza con el desinfle de la actividad económica que ya se constata con más razón con el estallido de la guerra y los efectos de la pandemia que está lejos de cerrarse. No se nos pueden escapar las llamadas “empresas zombis” que con sus ganancias no consiguen pagar los intereses de sus deudas y que se mantienen refinanciándolas con fondos casi gratuitos del Estado. Un aumento de las tasas de interés las llevaría directamente a la quiebra.

Agreguemos, por otra parte, que el solo hecho de que se hayan dispuesto subas de la tasa de interés y se anuncien nuevos aumentos ya ha sido suficiente para provocar grandes turbulencias financieras. Recientes sucesivas caídas de las Bolsas han “evaporado” capitales por billones de dólares. Esto habla de la extrema volatilidad de la economía internacional.

Ni que hablar de los efectos que plantea sobre los países emergentes. El aumento ya dispuesto de las tasas de interés más los que están analizando los bancos centrales de las potencias imperialistas están teniendo una repercusión directa en el aumento que se viene de los montos a pagar por parte de los países atrasados por sus “deudas externas” y por la fuga de capitales hacia la metrópoli que alienta; lo que desestabiliza más profundamente estas economías, las colocan en muchos casos al borde del default y las obligan a llevar adelante políticas ajustadoras contra las condiciones de vida de sus pueblos (tarifazos, reformas laborales, etc.). Estos “ajustes” impulsados por el FMI están en la base del estallido de las rebeliones populares en América Latina y el mundo.

Lo paradójico es que probablemente estas subas de las tasas de interés tengan todos estos efectos funestos, pero sin que logre detener la inflación. Aun con los ajustes de la tasa de interés escalonado que prevé la FED para todo el año  las tasas seguirán siendo negativas (muy por debajo del incremento que se espera de los precios). Por otro lado, la eficacia de las restricciones monetarias tropieza con la inmensidad del capital ficticio que circula. De modo tal que el escenario más probable es una mezcla de recesión con inflación.

Este panorama plantea un cuadro de situación violento y convulsivo. Los partidarios del estancamiento secular -que también tienen sus adeptos en las filas marxistas- sostienen, en lugar de un derrumbe, un declive más sereno que iría digiriendo los capitales sobrantes. Pero es imposible que se pueda esquivar la crisis cuando ha llegado a este extremo sin provocar la destrucción de una parte del capital instalado a través de los medios que le son propios: colapsos, defaults, quiebras y bancarrotas. Lo cual es el caldo de cultivo para grandes conmociones políticas nacionales e internacionales y guerras, como la que estamos enfrentando en Ucrania y para levantamientos populares

Quién paga la crisis

Al echar la culpa de la inflación sobre la “demanda”, es decir sobre los gastos “extras” de los ahorros de la clase media y los trabajadores, los capitalistas pretenden morigerar la recuperación salarial que debiera venir de la mano de una reactivación, aunque esta sea limitada. Ya han salido todas las entidades financieras y sus voceros economistas a reclamar prudencia en los reclamos salariales para no alimentar la inflación. Esta “ideología” económica ha penetrado en sectores de las burocracias sindicales que afirman ser partidarios de “acuerdos de precios y salarios” y de concertaciones con las patronales y, como máximo, de controles estatales sobre el aumento injustificado de los precios. Afirman que grandes aumentos salariales finalmente se trasladan a los precios y van creando una espiral inflacionaria. Debemos rechazar estas falacias por propatronales. Los salarios no son responsables del aumento de los precios. El aumento de salarios afecta la ganancia del capitalista, no el precio de las mercancías. Es el capitalista el que aumenta el precio para resarcirse de los salarios que ha debido pagar.

Frente a la inflación y la carestía, los trabajadores deben reclamar no solo aumentos salariales, sino también la indexación automática de los salarios acorde con el costo de vida: la escala móvil de salarios, como plantea el Programa de Transición de la IV Internacional.

La guerra agudiza la descarga de la crisis por parte de los capitalistas sobre las espaldas de los trabajadores. La inflación está creando un cuadro social cada vez más explosivo. Los aumentos de combustible y alimentos incentivaran drásticamente –en las metrópolis imperialistas se trata de una novedad la inflación (acostumbrados a estabilidad o deflación de precios durante un largo período)- las huelgas por aumento salarial. En los Estados Unidos está en curso -hace 2 semanas- una huelga de los docentes de Minneapolis por aumento salarial (también por reclamos de defensa de la educación pública, etc.) con gran apoyo de padres de estudiantes y de la población. Es parte de la ola de huelgas que se viene registrando en Volvo, John Deere, Dana, Kellogs, enfermeros, etc. Muchas de estas luchas se realizan por fuera del aparato de los sindicatos que por años de inacción, impuestos por las burocracias, han caído fuertemente en el número de afiliados. Hay una reacción frente a los bajos salarios y a las condiciones de precarización laboral, especialmente de la juventud. Se ha planteado la particularidad de lo que se ha dado en llamar “la gran huelga” que es el abandono completo del trabajo de centenares de miles, porque no aguantan cobrar salarios tan bajos y condiciones laborales negreras. Por un lado, indica la debilidad de la organización obrera que no ha salido a luchar contra esta reducción salarial. Pero preocupa al gobierno y a las patronales, porque es un indicador del fuerte malestar social en la base más explotada de los trabajadores, que puede transformarse en un volcán de luchas. En consonancia con este ascenso de la lucha obrera se destaca la importante ola de sindicalización en los EE.UU. The Washington Post señala que “muchos líderes del movimiento tienen poco más de 20 años; se inclinan por el apodo de ‘Generación U’, por Union [sindicato]. La aprobación de la existencia de sindicatos es la más alta desde 1965, con un índice de popularidad del 68 %, que aumenta al 77 % entre los estadounidenses de 18 a 34 años, según una encuesta reciente de Gallup”. En este marco, el propio gobierno busca alentar la constitución de cierto movimiento sindical para tomar la iniciativa de contar con burocracias capaces de contener una radicalización de la lucha juvenil y obrera (Walmart, etc.).

En Europa las huelgas aún son moleculares, pero la carestía ha creado una gran agitación popular que preanuncian luchas con fuerte radicalización. También en Gran Bretaña hay un abandono del trabajo de obreros que no quieren trabajar por miserias salariales (chóferes, etc.). La gran huelga general de 10 días de los siderúrgicos de Cádiz fue acompañada activamente por piquetes y la participación popular, enfrentándose a las fuerzas represivas. En Italia la lucha de la GKL de Florencia, una fábrica metalúrgica mediana (500 obreros), que se desarrolló desde fines del 2021 ha ganado gran eco porque ha apelado a métodos clasistas combativos (ocupación de la fábrica frente al cierre, asambleas permanentes, etc.). Y ha galvanizado a la vanguardia obrera y sindical (plenarios, actos, marchas) que se movilizó para apoyar esta lucha -contra el cierre de esta autoparte para deslocalizarla en algún sitio de la UE con menores salarios y conquistas- y coordinar a las corrientes combativas.

La carestía llevará a un reanimamiento de la lucha de clases que empujará por colocar a los trabajadores en el centro de la situación política. El visceral repudio contra las burocracias sindicales, subjetiva y objetivamente propatronales, se ha desarrollado masivamente en las bases obreras. Es probable que muchas próximas oleadas de luchas se basen en la constitución de comités fabriles independientes. Pero no podemos decretar la muerte del sindicalismo, sino plantear la expulsión de las burocracias de los sindicatos y recuperar los mismos, como arma de organización y lucha independiente de los trabajadores; sin dejarse maniatar por el corsé burocrático, por un fetichismo de la forma sindical. Es necesario estar abiertos a todas las iniciativas de lucha y organización independiente que vayan creando los trabajadores en sus necesidades combativas. El planteo de congresos obreros y sindicales con representantes electos por las bases es necesario como orientación de búsqueda de reagrupamiento de los trabajadores para superar las parálisis de las burocracias sindicales. Va acompañado por el reclamo a las direcciones que convoquen a asambleas y plenarios de delegados para romper con el colaboracionismo de clases, para que los trabajadores se puedan pronunciar y votar sobre la política y los planes de lucha a seguir.

Una de las dificultades que encuentra el movimiento obrero para romper con la parálisis de sus sindicatos es que gran parte de estos han estado históricamente ligados a partidos socialdemócratas, estalinistas o nacionalistas burgueses integrados a la defensa del Estado burgués con políticas de colaboración de clases. La acentuación de la crisis vuelve más conservadoras y represivas a estas burocracias sindicales. En Gran Bretaña el Partido Laborista, que históricamente se formó sobre la base de los sindicatos, viene de expulsar a miles de activistas y pegar un giro más directo hacia la centroderecha.

La CUT brasileña no ha dirigido una huelga general desde hace años y ha venido dejando al garete las que fueron emergiendo (Correos, petroleros, etc.). Ha dejado pasar las reformas laboral y previsional reaccionarias. Está sometida al PT, concentrando su energía en obtener el voto para las elecciones presidenciales de octubre contra Bolsonaro a favor de Lula. Plantear la lucha por la independencia política de la clase obrera y de sus organizaciones es estratégico.

La crisis ha venido impulsando el ascenso de partidos derechistas, algunos de ellos fascistoides, especialmente en Europa, pero también en la India y otros países. En Europa muchas de estas formaciones fascistoides declararon ser partidarias de romper con la UE y declarar la “autonomía” nacional. Esto ha limitado un apoyo abierto de sectores del gran capital que ven a la UE y su Banco Central como el FMI de Europa, como quien puede votar paquetes de rescate para los grupos capitalistas en crisis que, lógicamente, después deberán pagar los pueblos. España e Italia son de los más dependientes de estos paquetes de rescate. España ha recibido un gran giro de euros que está condicionado -por la entrega en cuotas- a que lleve adelante hasta el final la reforma laboral y jubilatoria y otras medidas de ajuste, a las que el gobierno del PSOE, apretado por su base popular-sindical, venía demorando en una aplicación integral. Periódicamente el BCE –igual que el FMI en Argentina- irá evaluando la marcha del ajuste.

El surgimiento y desarrollo de estos partidos derechistas y/o fascistoides son parte de la crisis y descomposición capitalista y producto directo del desgaste histórico de las formaciones políticas tradicionales. Pero estos también después de un primer rápido auge han comenzado a ser erosionados porque sus declaraciones amenazantes “contra el sistema” no se podían concretar. Le Pen, en Francia, abandonó su planteo de romper con la UE y reemplazar el Euro por una moneda nacional.

Tienen igualmente un peso en sectores de clase media y hasta de la clase obrera atraída por un planteo verborrágico de acción e impugnación del Estado liberal. En Francia la formación derechista tradicional dirigida por Le Pen se vio en competencia con el surgimiento de la candidatura “ultraderechista” de Zemmour. En el campo de la derecha se impuso –para la segunda vuelta electoral- Le Pen con sus planteos moderados y su coqueteo demagógico con reclamos de las masas trabajadoras contra el gobierno de Macron. En España también el avance de la derecha está ralentizado. La división existente (Partido Popular, Vox, etc.) ha permitido que gane la elección un frente del PSOE con Unidas Podemos (integrada por Izquierda Unida-PC, Podemos).

En Italia se rompió el frente derechista. El populista 5 Estrellas se abrió y se integró a un gobierno de centroizquierda. La ultraderecha que amenazaba con ser mayoría está dividida: Salvini de la Liga integra el gobierno de “unión nacional” con el primer ministro Mario Draghi, un “técnico” apartidario, sugerido directamente por el BCE del cual fue presidente largos años. En cambio “Los Fratelli de Italia” no quisieron integrarse y han quedado fuera en minoría.

También la ultraderecha de Alemania, AFD, retrocedió en las últimas elecciones.

La integración o no de la UE es el problema que ha frenado el crecimiento de la ultraderecha. El gran capital de cada país es mayoritariamente “europeísta” y se opone, por ahora, a cualquier aventura “nacionalista” que lleve a la ruptura con la UE. Lo cual deja pedaleando en el aire a la ultraderecha, que solo puede levantar sus posiciones racistas, antiobreras y represivas.

La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (Brexit, enero 2020)–en búsqueda de una alianza “privilegiada” con los EE.UU. de Trump- ha agravado el retroceso económico-social. En recientes elecciones, el Partido Conservador en el gobierno ha sufrido un fuerte golpe, perdiendo 300 municipios que dirigía. Y en Irlanda del Norte, triunfó en elecciones parlamentarias, por primera vez, el Sinn Fein, el partido que representa al IRA, la organización armada que se enfrentaba al gobierno británico luchando por la unidad independiente de Irlanda. Tanto en Irlanda, como en Escocia, hay fuertes movimientos para abandonar el Brexit y volver la UE.

Este empantanamiento-fracaso –que trata de ser revertido por un mayor protagonismo en la guerra de la Otan contra Rusia- es el que ha, también, desinflado el progreso de las derechas “autonómicas”.

En América Latina también la derecha ha sido batida en las calles y electoralmente. El golpe de Áñez en Bolivia fue derrotado por la huelga general primero y por las elecciones después.

El intento de Keiko Fujimori -la ultraderechista hija del dictador Fujimori (en la cárcel)- de ganar las elecciones presidenciales fue derrotado por la aparición sorpresiva de la candidatura populista de Pedro Castillo que fue tomada como un canal de oposición popular al ascenso del agrupamiento fascistoide.

En Chile, Piñera fue batido con el poderoso levantamiento del 18 de octubre del 2019 primero y luego el intento de reagrupamiento de la derecha detrás del pinochetista Kast fue derrotado por la candidatura de Boric del Frente Amplio.

Ahora en Brasil, las encuestas indican que Bolsonaro no sería reelecto en las elecciones de octubre, ganando las mismas Lula, del centroizquierdista PT.

También los pronósticos indican que el combativo levantamiento popular en Colombia, si bien fue contenido, fuerte represión mediante, no fue aplastado. Las recientes elecciones internas para elegir los candidatos para las presidenciales de fines de mayo dieron un holgadísimo triunfo al candidato de la “izquierda” contra la suma de los candidatos de la derecha y del centro. Un anticipo de las elecciones presidenciales con el triunfo que se vaticina de Gustavo Petro, probablemente en la primera vuelta.

Tomada de conjunto, la situación internacional ha evidenciado los límites de un auge de la ultraderecha. El gran capital, en la actualidad, no privilegia esa variante pero esa circunstancia no nos debe hacer perder de vista la novedad que representa –y prestarle la atención política que merecen- el surgimiento y desarrollo de nuevos sectores de derecha (Milei en Argentina, Kast en Chile, Zemmour en Francia, etc.) que realizan una crítica “antisistema” verborrágica (contra la casta política, etc.) con posiciones ultraliberales y fascistizantes que se plantan como alternativa superadora al fracaso y descrédito del sistema político y de los partidos tradicionales

Es necesario tener presente que la burguesía se vale de todos los métodos de contención, no solo de la acción frenadora y dislocadora de las burocracias sindicales. Se plantea una fuerte lucha política-ideológica contra los instrumentos del Estado burgués y la acción de propaganda y agitación que impulsan la burguesía y sus partidos, que se potencia a través de su dominio de los medios de difusión (prensa, redes, etc.).

En este contexto, las iglesias –con gran dinamismo de las evangélicas- están jugando un papel importante en el disciplinamiento de sectores de masas en América Latina. Están a la vanguardia de la lucha contra el derecho del aborto y todo cambio progresista (derechos de LGBTI, etc.) y se postulan sistemáticamente como factor de de domesticación ideológica de los pueblos y de desvió y bloqueo en la radicalización que se registra en los movimientos de lucha que se vienen abriendo paso. Y pasan a constituirse en soportes de diferentes tentativas políticas a izquierda o derecha que se abren paso en un marco de deterioro muy agudo de los regímenes políticos tradicionales.

La caldera latinoamericana

¿Se viene una nueva “ola rosa” en Latinoamérica, con preeminencia en los gobiernos del nacionalismo burgués y el frentepopulismo de conciliación de clases?

Ante la oleada de levantamientos populares que se vino desarrollando (Chile, Bolivia, Ecuador, Colombia, etc.), el imperialismo yanqui ha aceptado en América Latina la convivencia y asociación con los gobiernos nacionalistas burgueses. Ya lo había hecho con AMLO en México en el 2018, que fue aceptado porque aparecía como una válvula de escape frente a la descomposición-corrupción de los partidos derechistas y para contener las crecientes movilizaciones populares contra la corrupción y los crímenes de los gobiernos derechistas. AMLO se comprometió a mantener a México integrado a la Zona de Libre Comercio donde hacen sus superganancias los monopolios maquiladores de EE.UU. Jugó eficientemente el papel de gendarme reprimiendo el acceso de los inmigrantes centroamericanos a la frontera yanqui. La lucha contra la corrupción y los crímenes contra el pueblo (la masacre de Ayotzinapa, etc.) no ha avanzado. AMLO usa una demagogia democratizante para tratar de mantener una imagen progresista. Hizo votar un referéndum para poder enjuiciar a los expresidentes derechistas, proceso que será más político que penal. Algo típico de las maniobras centroizquierdistas: Alfonsín fue más lejos con la Conadep y viabilizó un enjuiciamiento a responsables de la represión dictatorial que llevó a varios de ellos a la cárcel. AMLO realiza un fuerte trabajo de cooptación de dirigentes sindicales, sociales e incluso de sectores de la izquierda. Propuestas de “soberanía energética” fueron bloqueadas parlamentariamente –como era previsto- por la derecha. AMLO no habilitó transformaciones antiimperialistas, evitando la movilización popular (diferencia sustancial con el nacionalismo de Lázaro Cárdenas en la década del 30 del siglo pasado, que expropió las petroleras imperialistas).

El gobierno yanqui levantó el pulgar, para que el ignoto Pedro Castillo, presentado como candidato por Perú Libre (pequeño partido centroizquierdista que se reclamaba marxista), pudiera asumir la presidencia que ganó por escaso margen en una elección polarizada contra la candidatura de un frente de todo el derechismo peruano. Pero subió terriblemente condicionado: se le puso al frente del Banco Central y como ministro de Economía a reconocidos representantes del liberalismo financiero. Castillo respetó y fortaleció toda la estructura represiva de las FF.AA. y policiales. No tomó ninguna medida que lesionara los intereses de los poderosos pulpos mineros. Actúo en forma pusilánime: rompió con la Mesa de Lima formada por iniciativa de Trump con los gobiernos derechistas de Latinoamérica contra Venezuela, para inmediatamente ante la crítica de la derecha hacer renunciar al ministro de Relaciones Exteriores y colocarse nuevamente en una posición proimperialista.

La posibilidad del ascenso de Lula a la presidencia de Brasil no está mal vista por el imperialismo. Lula viene de hacer una gira por las metrópolis europeas donde fue recibido como un estadista y próximo presidente. Su oposición a Bolsonaro ha sido de tibia discursiva, mientras el PT y la CUT han bloqueado cualquier movilización de carácter obrero y/o popular. Ha elegido –como señal al imperialismo y al gran capital- de candidato a vicepresidente a Gerardo Alckmin, reconocido político derechista, que viabilizo el golpe que destituyó a la presidenta del PT, Dilma Rousseff. Ha anunciado que reformas antiobreras, como la laboral, no serán derogadas, sino revisadas y “actualizadas” tomando como ejemplo la del PSOE en España que dejó en pie lo central de esta legislación antiobrera.

Gustavo Petro, el candidato presidencial centroizquierdista en Colombia, concilió y desmovilizó a las masas en la calle que estaban protagonizando enfrentamientos históricos contra el gobierno del derechista Duque. Su plataforma es un rosario de “intenciones” sin que se comprometa a ningún cambio radical.

Boric junto con Lula son quizás dos exponentes emblemáticos de esta política contemporizadora. Pactó con el derechista presidente Piñera un plan-cronograma para bloquear la lucha por su derrocamiento; y desmovilizar los enfrentamientos masivos -que la represión no lograba hacer retroceder- a través de un prolongado proceso de sucesivas elecciones. Ha declarado que no liberará a todos los presos políticos, gran parte de ellos detenidos en las multitudinarias jornadas de lucha del 2019/21 y/o de la resistencia del pueblo mapuche a la expropiación por la fuerza de sus tierras para ser tomadas por oligarquías explotadoras de los bienes naturales (madera, etc.) del sur chileno. Ha reforzado a las fuerzas represivas que continúan con sus acciones salvajes contra los sectores populares que salen a la lucha por sus reivindicaciones. En una situación difícil, dado que aún está vigente la posibilidad de grandes movilizaciones populares, está tratando de pilotear el desarme de las reivindicaciones populares (anulación de la jubilación privada, universidad estatal gratuita, etc.). Y la Asamblea Constituyente en manos de un gobierno burgués (primero el de Piñera, ahora el de Boric) se ha evidenciado como un ámbito gatopardista que deja en pie todo lo esencial del sistema de dominación capitalista.

En Bolivia, el nuevo gobierno de Arce, que subió luego de la derrota del golpe derechista, no ha tomado ninguna iniciativa superadora, de carácter antiimperialista, manteniéndose dentro de los límites que agotaron al régimen de Evo Morales.

Esta nueva “ola rosa” está llevando al poder al nacionalismo burgués y el frentepopulismo de conciliación de clases, en sus términos históricos más conservadores. Ellos no han estado al frente de las sublevaciones populares, han trabajado para desmovilizarlas (Boric, Lula, Petro). Se han enancado en las lucha de sus pueblos con programas de contención, con pequeñas y cosméticas reformas. Todos ellos van a llevar a la práctica los planes de ajuste que negociarán con el FMI, en primer lugar, garantizar el pago de la deuda externa.

El gobierno peronista de Alberto Fernández y Cristina Kirchner es el que está ejecutando el ajuste contra las condiciones de vida de las masas que el derechista Macri no pudo terminar de imponer. Y es el que viene de firmar un pacto con el FMI (con el apoyo de toda la burguesía y sus partidos) para imponer un ajuste mayor, transformando al gobierno argentino en un títere del capital financiero internacional.

Pero Latinoamérica es un polvorín social. La crisis ha llevado a un estancamiento económico y a una reprimarización de su economía exportadora de materias primas. La industrialización ha retrocedido, mientras crecen las inversiones en la minería extractivista. Esto viene acompañado por un crecimiento de la pobreza estructural y de la polarización social.

El problema fundamental que se presenta para los trabajadores del continente y para sus vanguardias de lucha y políticas es constituirse en alternativas de izquierda independientes y revolucionarias a estos gobiernos que se postran frente al imperialismo. El peligro político no viene, en lo inmediato, directamente de la derecha, sino de las políticas de contención llevadas adelante por los gobiernos centroizquierdistas y nacionalistas burgueses que explotan las ilusiones que las masas depositan en ellos y de las que se aprovechan para ir ejecutando un ajuste en toda la línea. Se plantea desarrollar una fuerte delimitación y crítica de estas formaciones “rosas” y defender con un programa clasista y la independencia política de la clase obrera respecto a los partidos y gobiernos burgueses. Se trata de recuperar los sindicatos y centrales obreras como instrumento de lucha independiente de los trabajadores, expulsando a las burocracias sindicales. Y de la formación de partidos obreros, socialistas, internacionalistas, de acción militante. No se nos debe escapar que el fracaso del nacionalismo burgués conservador y la centroizquierda frentepopulista, incapaces de enfrentar la crisis capitalista que se descarga sobre los pueblos latinoamericanos, amenaza ante la falta de alternativas obreras y revolucionarias con traer de vuelta al poder a los derechistas y fascistoides. Es lo que amenaza a Pedro Castillo en Perú, a menos de un año de su asunción, con un parlamento dominado por la derecha que constantemente obliga a renunciar y cambiar ministros y pide la “vacancia” del presidente.

La experiencia de Argentina es el espejo para la evolución de estos gobiernos de contención de clases. El gobierno peronista-kirchnerista ejecuta –con dificultades- las reformas reaccionarias que el macrismo no pudo, ni podía llevar adelante. El kirchnerismo perdió las elecciones de medio término y ganó la derecha macrista (con fuerte disminución de votos de ambos). Pero hay también una oposición de izquierda, con un planteamiento de independencia obrera, y salió como tercera fuerza electoral. Bien que, siguiendo el panorama internacional y latinoamericano, ha surgido, también, una derecha ultraliberal de discurso fascistoide (Milei).

Los partidos políticos históricos de las burguesías se hunden o retroceden, emergiendo nuevas alternativas (de derecha y de “izquierda”) que incluso se presentan como antisistema.

La agudización de la crisis capitalista empujará una nueva ola de movilizaciones a nivel continental contra los ajustes fondomonetaristas. Esta tendrá más inconvenientes para estructurarse porque ahora deberá enfrentar los ajustes no de los gobiernos derechistas, sino de aquellos que se reclaman nacionales, populares, progresistas y/o antiimperialistas.

Las tendencias a la insurgencia popular surgen de agudización de la crisis capitalista. A este proceso se suma Cuba, donde el 11J se produjo también una irrupción de protesta frente a las medidas antipopulares que tomo el gobierno de Diaz-Canel, primera manifestación con presencia dominante de sectores populares combativos, que tuvo gran repercusión en la Isla y el continente. El gobierno respondió con una fuerte represión. Ahora ha juzgado declarando “culpables” a una veintena de manifestantes de aquella movilización. Se ha abierto un fuerte debate sobre los pasos a seguir para poner en pie una oposición de izquierda, que se reclama trotskista. Cuba se suma a la lucha por la revolución social contra la burocracia prorrestauracionista.

La reacción en toda la línea

La guerra está potenciando todos los aspectos reaccionarios del capitalismo imperialista.

El boicot a la exportación de gas y petróleo rusos en Europa ha vuelto a reactivar la explotación del carbón (el insumo energético más nocivo del medioambiente) y, de un modo general, de todas las fuentes de energía contaminante, entre otras, el fracking, y también la proliferación de proyectos de la peligrosa energía nuclear.

Esto termina de asestarles un golpe letal a todos los “planes” en defensa del medioambiente. No olvidemos que las “cumbres” de gobernantes por el clima han fracasado. No se han cumplido, incluso, sus débiles y verborrágicas resoluciones. Los presupuestos comprometidos por los países desarrollados para encarar la lucha contra el cambio ambiental en las naciones atrasadas no se han cumplido. Y la masacre ambiental sigue acelerándose. Se ha constatado que continúa el acrecentamiento de la temperatura planetaria, con su secuela de desastres climáticos (inundaciones, sequías, etc.). Los hielos del Ártico y la Antártida se están derritiendo. Pero el capitalismo en lugar de enfrentar este atentado al ambiente, piensa en cómo desarrollar nuevos procesos de inversión y rentabilidad para sus capitales (rutas de navegación que unan Europa y Asia por el Ártico deshelado, explotación de petróleo y minerales en esa zona, etc.).

El movimiento de lucha ambientalista está atravesando por una crisis. Las grandes movilizaciones internacionales contra la depredación ambiental en lugar de incrementarse contra la guerra y sus consecuencias en el ambiente, han refluido. Los gobiernos burgueses han ido cooptando a parte de las direcciones de los movimientos ambientales que de un modo general se han plegado al campo de la Otan.

Esto se suma a la integración de los “partidos verdes” a los frentes populares centroizquierdistas de defensa del orden social capitalista. En el país galo, los “verdes” se acaba de integrar al frente popular con Mélenchon, el nacionalista de Francia Insumisa.

No se trata de levantar un “ecosocialismo” vulgar (cierre de todas las ramas productivas que contaminen el ambiente). Sino de buscar una alianza con la clase obrera para imponer un programa de transición bajo control de los trabajadores. La lucha contra la explotación del trabajador y la agresión capitalista al ambiente está unida. Hoy en día, la izquierda anticapitalista debe plantearse este terreno de batalla que se podrá ir imponiendo al compás de la evolución de la lucha contra la crisis capitalista. Sumando, especialmente, a la juventud a un frente de lucha contra la barbarie capitalista.

Situación similar se produce en el movimiento de lucha de las mujeres. La ilusión de que bajo el capitalismo irá progresando la situación de las mujeres y de los LGBTI es una expectativa infundada. Hoy en día vemos cómo el derecho al aborto es cuestionado en los EE.UU., que lo había conquistado hace décadas. Y como los derechos del colectivo LGBTI son rechazados en países europeos. No hay derechos “permanentes” dentro de la sociedad capitalista en crisis. La situación de la mujer trabajadora ha empeorado. Es el sector más explotado de la clase trabajadora. La crisis en desarrollo incrementa exponencialmente su superexplotación. Es necesario retomar el objetivo de poner en pie al movimiento de la mujer trabajadora, que adopte como objetivo estratégico, en su lucha contra la explotación y la persecución patriarcal-capitalista contra sus derechos democráticos, uniendo la organización independiente a la lucha por gobiernos de trabajadores y el socialismo.

Las persecuciones y discriminaciones raciales en Europa, a su turno, no son cosa del pasado nazi-fascista. Lo evidencia la persecución a los trabajadores y jóvenes musulmanes, que son el sector más explotado de la clase trabajadora, usado para los trabajos más duros y peores pagos. Sin ellos, en Francia, Alemania, etc., la clase capitalista no tendría los suficientes asalariados para mantener activa su producción. La organización de su rebeldía será un terreno de grandes luchas en la que los revolucionarios debemos intervenir en primera línea. Trump fue volteado electoralmente, porque primero fue azotado por las grandes movilizaciones de masas norteamericanas contra la represión policial y la superexplotación de la “minoría” negra. Este no es solo un problema vigente en los países desarrollados. También se reproduce en los semicoloniales: en el Brasil donde la población negra es mayoritaria (49,6%) y es el sector más perseguido por la represión del “orden” policial; en Perú donde se descarga sobre las comunidades campesinas indígenas la polución creada por la explotación descontrolada de las mineras; en el Chile contra los mapuches; etc. Ni hablar en Palestina, donde los sionistas tienen encerrados en guetos y superexplotan (y reprimen salvajemente) al pueblo, con el apoyo activo del imperialismo yanqui y mundial.

Los socialistas revolucionarios deben intervenir en todos estos terrenos de lucha contra la barbarie capitalista, que ha pegado un nuevo salto con la guerra de Ucrania, condición sine qua non para ganar su ascendiente en la masa trabajadora con un programa socialista.

Los desafíos de la izquierda

Se ha convertido casi en una muletilla de los partidos de izquierda afirmar que grandes levantamientos populares no devinieron en el triunfo de una revolución socialista por la inexistencia de un partido revolucionario que hubiera ganado influencia de masas. Se trata de una verdad de Perogrullo, de una “verdad empírica”. Pero no avanza en explicar por qué no lo hay. No orienta a su superación.

Lo que prevalece mayoritariamente en la izquierda es una tendencia democratizante, que expresa un acomodamiento al orden social vigente. Aunque se reivindique –a veces- formalmente de la lucha estratégica por un gobierno de trabajadores, la orientación y la práctica política cotidiana tienen como eje un progreso a la sombra del Estado capitalista. Por supuesto, el espectro de organizaciones es muy amplio y variado, pero, de un modo general un denominador común es el electoralismo y parlamentarismo.

Un caso emblemático por cierto es el del PSOL brasilero. Se trata de un partido de tendencias, que funciona meramente como un sello electoral, ajeno a la acción directa y organización de la clase obrera, que congrega a una gran parte de la izquierda. Incluida aquella que se dice crítica de la orientación de esta formación política que nació como una ruptura con el PT pero que transitó un largo recorrido de evolución hacia la derecha.

El PSOL llama directamente a votar por Lula en las próximas elecciones (y su dirección se prepara hasta para participar en un eventual gobierno de este). Sectores de la izquierda en el seno del PSOL han conformado una coordinación contra esta política de la dirección. Levantaban el planteo de un candidato propio del PSOL (Glauber Braga), quien rápidamente ha acatado la orientación de la dirección del PSOL y cambió su precandidatura presidencial por otra para diputado. El rumbo del PSOL ha sido sancionado por su reciente reunión ejecutiva: frente de unificación con la RED (un partido burgués que apoyó activamente el golpe contra el gobierno de Dilma Rousseff), votar a Lula en la primera vuelta electoral y apoyar la fórmula de este con Gerardo Alckmin como vicepresidente (líder derechista opositor y golpista del anterior gobierno del PT). Eso ya ha sido sancionado, lo saben todos los de izquierda, pero, de todos modos, no sacan los pies del plato. Se mantienen en el PSOL, negociando candidaturas. Esta conducta se viene prolongando en el tiempo, convirtiéndose en una vía de adaptación política, que se disfraza con un planteo crítico, y que ya lleva 18 años. Lo que explica la permanencia en el PSOL es la especulación y el cálculo por rasguñar algunos cargos en el reparto (gran parte de su preocupación gira en torno a las candidaturas a diputados y concejales). En Perú también, IS-UIT militó largo período dentro del Frente Amplio centroizquierdista de corte derechista.

Esta confrontación “internacional” con la izquierda democratizante se refleja directamente también en la Argentina. En el reciente acto unitario del FIT-U del 1° de mayo, el MST planteó, abiertamente, la disolución del frente en un “partido único de tendencias”, abierto a “nuevas realidades” (personalidades, etc.).

El electoralismo atraviesa al propio FIT en Argentina. La lucha que de entrada planteó el Partido Obrero apuntó a extender la acción del FIT no solo al campo electoral, sino a todos los terrenos de la lucha de clases. La reciente iniciativa de convocar a todas las fuerzas a una acción común para enfrentar el pacto del gobierno con el FMI rompió con la parálisis entre elección y elección que lo dominó –con nuestra oposición- desde su fundación. Pero el viraje es parcial y subsisten divergencias de fondo. La propuesta del Partido Obrero de convocar a un Congreso el FIT-U recibió una negativa de las otras tres corrientes. Lo que está en discusión es si el FIT-U se catapulta como un canal, que apunte a la irrupción política y una intervención protagónica de la clase obrera en la crisis nacional -y que involucre y organice en esa lucha a los trabajadores- o quedar confinado como una coalición electoral. El PTS se caracteriza por su hostilidad al movimiento piquetero, que ellos no construyen. Esto representa una divergencia muy seria pues no es posible proyectar al FIT-U como un polo alternativo si se da la espalda al movimiento de lucha más pujante y dinámico del país.

El MST, a su turno, es el que ha ido más lejos en una orientación democratizante. Los planteos expuestos por el MST fueron claramente de disolución del FIT a favor de un frente de colaboración e clases con el centroizquierdismo. Es una nueva vuelta de tuerca a la construcción de una “izquierda amplia”, de la cual nunca se desdijo y que opone al supuesto sectarismo que adjudica a las otras fuerzas que integran el FIT-U.

Estamos en presencia de un debate clave y de una relevancia extraordinaria si tenemos presente que las salidas institucionales y electorales se han convertido en el recurso que más viene usando la burguesía para desviar, desactivar y encausar los estallidos sociales y levantamientos populares. La izquierda revolucionaria tiene el enorme desafío de contribuir a neutralizar y hacer naufragar estas maniobras, defender la continuidad de la lucha y movilización popular en curso para llevarlas la victoria.

El estallido de la guerra en Ucrania ha sacado a relucir divergencias estratégicas en el seno de la izquierda que se reclama revolucionaria a escala internacional. Es claro que la posición ante la guerra ha sido siempre una piedra de toque para las organizaciones del movimiento obrero y socialista en el terreno internacional. La actual guerra en Ucrania replantea el debate sobre cuál debe ser el campo y la acción política revolucionaria de los trabajadores.

Un amplio sector de la izquierda ha colocado todo el peso de su denuncia en la condena de la invasión rusa. En tal orientación se ha hecho público un “Llamamiento” firmado conjuntamente por corrientes internacionales que se reclaman cuarta internacionalistas –la UIT que integra IS de Argentina y la LIT en cuyas filas está el PSTU de Brasil- y la Corriente Comunista Revolucionaria Internacional (CCRI) que lucha por una quinta internacional y en Argentina integra Convergencia Socialista. Se colocan en el campo de la “resistencia” a la invasión rusa, en un frente objetivo común con el gobierno de Zelensky y de la Otan. Critican al imperialismo por no desarrollar una acción punitiva mayor. Propugna “¡por la ruptura de relaciones diplomáticas con Rusia de todos los gobiernos”. Esto es una incitación a que todos los países de mundo –imperialistas y semicoloniales- se sumen a la guerra de la Otan contra Rusia. Confluye así con el planteo de la oposición macrista en la Argentina: “Por la invasión, la oposición quiere que el gobierno corte lazos con Rusia” (Clarín, 15/3).

Las organizaciones que firman este llamamiento no se oponen, por supuesto, al envío de armas por parte de la Otan al gobierno y al ejército de Zelenski, sino que las reclaman a viva voz.

Estas posturas de la izquierda están en la misma longitud de onda que las movilizaciones que se están desarrollando en Europa, que apoyan la embestida militar de la Otan contra Rusia y reclaman incluso más medidas punitivas. Esto es toda una involución de la izquierda europea que históricamente se ha movilizado contra las bases militares de la Otan en sus territorios (España, Alemania, etc.). Ahora ese reclamo ha sido reemplazado por la presión sobre la Otan para que incremente su intervención en la guerra. La izquierda renuncia a uno de los principios centrales del marxismo revolucionario frente a las guerras imperialistas, que es colocar al enemigo de los trabajadores dentro de las clases dominantes de su propio país.

Esta posición del “Llamamiento” es mayoritaria en la izquierda internacional. Esta acompañada –con variantes- por el mandelista llamado Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional, por la LIS (que integra el MST argentino), por la corriente Socialismo o Barbarie (que integra el MAS argentino), por el NPA de Francia, el PSOL de Brasil, etc.

Hay una tendencia que se repite en gran parte de estas corrientes. Hacen causa común con las ofensivas derechistas e imperialistas contra regímenes que el imperialismo quiere derribar para instaurar más abiertamente su dominio colonial. Es lo que sucedió en Venezuela, Siria, incluso en Ucrania con el golpe derechista del Maidán en el 2014 y se insinuó en Bolivia con el apoyo inicial que tuvieron ante el golpe de Áñez o en Brasil donde revistaron en el proceso que se planteo el golpe que derribó a Dilma Rousseff y abrió la ruta para la asunción de Bolsonaro. Toman algún elemento aislado como es la lucha contra la represión o la corrupción y lo transforman en absoluto, al margen del proceso real de la lucha de clases, de cómo se agrupan las clases en esa lucha. El imperialismo ha hecho una gran escuela en usar la lucha por la democracia, contra el autoritarismo, contra el terrorismo, contra las armas químicas, etc., como justificativo para emprender sus aventuras militaristas reaccionarias.

Una minoría de la izquierda internacional (el Centro Rakovsky que integran el EEK de Grecia, el DIP de Turquía, organizaciones rusas, etc.) se coloca en la vereda opuesta. O sea, en el campo de Rusia, apoyando la invasión de Putin a Ucrania, porque –aducen- estaría enfrentando a la coalición de la Otan. Directa o indirectamente asemejan la invasión de Putin, con una cruzada antiimperialista. Tanto los otanistas, como los putinistas de la izquierda, se conforman-justifican con colocar en algunos textos una crítica genérica a la Otan o al putinismo. Pero se embanderan directamente con alguno de los dos campos reaccionarios.

La caracterización de una guerra imperialista tiene implicancias prácticas y políticas muy claras, que se diferencian de las tareas que plantea una guerra de liberación nacional. Una guerra de liberación nacional es una guerra justa, y es necesario apoyar, sin vacilaciones, al país oprimido. Pero en una guerra actual, el enemigo fundamental de cada pueblo está en su propio país. En este caso, la liberación nacional de Ucrania es una tarea que requiere no solamente la lucha contra el ejército de Putin sino también terminar con el gobierno de Zelenski, que actúa como agente directo de la Otan. La izquierda debe llamar a luchar contra la guerra y contra los gobiernos que la llevan adelante, por medio de la unidad internacional de los trabajadores, en primer lugar, de Ucrania y de Rusia, por la caída de sus respectivos gobiernos y por gobiernos de trabajadores. Es necesario, a su vez, desenvolver una enérgica campaña internacional contra la escalada armamentista de las principales potencias, que ha puesto objetivamente en la agenda la cuestión de una nueva guerra mundial.

No se trata de levantar posiciones pacifistas y/o de desarme abstractas. En Alemania hay que plantear la derogación del presupuesto de 100 mil millones de euros extras para el presupuesto militar. Y así en todos los países. El retiro de todas las bases de la Otan en cada país, la ruptura con la Otan y con el FMI. El no pago de las deudas externas que obligan a “ajustes” de ataque contra los trabajadores y sirven se usan para financiar la guerra de la Otan. Hay que exigir el levantamiento de todas las sanciones económicas y bloqueos contra Rusia, China, Irán, Venezuela, Afganistán y demás países agredidos por el imperialismo.

La guerra como tal y más aún la perspectiva de una guerra mundial, de un modo general, han estado ausentes en gran parte de los análisis internacionales de la izquierda. En la Conferencia Latinoamericana que se realizó en el 2020 entre más de 50 organizaciones y partidos de izquierda, la UIT rechazó, explícitamente, la perspectiva de guerra, señalando la vigencia del “acople” entre los EE.UU. y China. No se trata solo de insuficiencia o errores de caracterización por parte de la izquierda democratizante (sobre si Rusia es o no una potencia imperialista, etc.), sino que vehiculizan y se adaptan a la presión del imperialismo sobre el campo del “progresismo” y la izquierda (como sucedió en los inicios del proceso abierto de restauración capitalista con la “glasnost”, etc.).

La guerra es la corroboración más contundente del carácter catastrófico de la época, opuestas a las caracterizaciones que la mayoría de la izquierda vienen levantando, mientras tildan despreciativamente de catastrofistas a quienes reivindicamos esta postura. Lo que ha predominado es una visión sesgada de la crisis capitalista, amputando su alcance y envergadura, ignorando o relegando a un segundo plano el carácter explosivo que encierran las contradicciones capitalistas y la tendencia inevitable del capitalismo a resolverlas a través del uso de la fuerza. La catástrofe capitalista abre las puertas a las guerras, pero también a la revolución social. Lejos de abrirse paso un sendero de estabilidad, lo que tenemos por delante es un periodo convulsivo, proclive a la creación de situaciones revolucionarias. Esto pone a la orden del día la creación de partidos de combate que sean una herramienta para intervenir en todas las facetas de la lucha de clases y que apunte a transformar la clase obrera en alternativa de poder. Un camino distinto y opuesto a la política vigente en la izquierda en la que ha prosperado el movimientismo, o sea partidos amplios y formaciones políticas difusas en que se borran las fronteras de clase. “En oposición a la proyección de meros referentes o figuras electorales, impulsamos la formación de los cuadros políticos de la clase obrera. En oposición a la edición de meros informativos de izquierda, impulsamos la puesta en pie de órganos políticos de partido, que sean el instrumento para desenvolver la agitación y propaganda revolucionaria. La próxima etapa reclama una lucha de partido –es decir, una lucha que debe ser desenvuelta por medio de la agitación, la propaganda y organización de la vanguardia obrera y juvenil” (“Un programa y una estrategia revolucionaria para la intervención en América Latina y los Estados Unidos”).

Estas premisas extraídas de la contribución que presentó el Partido Obrero junto a varias otras organizaciones latinoamericanas en la Conferencia Latinoamericana conservan toda su vigencia.

Somos conscientes de los escollos y dificultades con que nos tropezamos. No hemos permanecido inmunes al impacto de la crisis de la izquierda en nuestras propias filas. La crisis de la CRCI fue analizada y caracterizada en nuestros congresos y materiales. Reivindicamos la resolución aprobada por el 27° Congreso (“La CRCI y la lucha por la Internacional Revolucionaria”). El reagrupamiento que logramos con motivo de la Conferencia Latinoamericana ha refluido. Las organizaciones que nos acompañaron no han logrado salir de la marginalidad y algunas de ellas han abandonado el campo de independencia de clase. No han estado exentos de las presiones del nacionalismo burgués, de la centroizquierda y de un modo general la presión que ejerce el Estado capitalista.

Somos conscientes de estos límites, pero al mismo tiempo, de las oportunidades y potencialidades de la situación. El mismo método con que estamos interviniendo en nuestras propias fronteras (frente único, acción directa, independencia de clase y en ese marco, el debate franco y una clarificación y delimitación de posiciones) lo replicaremos en la labor y acción internacional en la etapa que se abre en vistas a un reagrupamiento de fuerzas de carácter revolucionario, o sea, la refundación de la IV Internacional,

El XXVIII Congreso, tanto sus deliberaciones previas como la instancia misma del Congreso, es un campo para desenvolver esta tarea en la que apostamos interesar a la vanguardia obrera y juvenil del país e involucrar a corrientes y tendencias de América Latina y a escala internacional, con las cuales venimos teniendo un intercambio y tomando iniciativas políticas en común.

Aprobado por el Comité Nacional del Partido Obrero el 21/5/22

Todos con el Sutna, todos con los trabajadores del Neumático

27/05/2022

Por estas horas se vive la mayor lucha salarial en el movimiento obrero industrial, la de los obreros del neumático en las tres grandes plantas argentinas: Fate, Bridgestone y Pirelli.

Su significación es de múltiple impacto para el movimiento obrero.

Primero porque su reivindicación es el aumento del salario real por encima de la inflación: el reclamos es 5 puntos sobre la inflación del período 21/22 en la revisión que abarca los tres últimos meses de la paritaria del sector. El Sutna reclama esos puntos sobre una inflación estimada (si se repite la de los últimos dos meses) en 66,3%.

Segundo, porque responde a la estrategia obrera de ir recuperando poder adquisitivo real para que el inicial de todo compañero vaya alcanzando la verdadera canasta familiar.

Tercero porque en ese mismo camino, los compañeros reclaman las horas de fines de semana al 200%, de trabajo normal y habitual en el sistema de turnos americanos que rige en las plantas,. Lo que significa valorizar el esfuerzo del trabajador que no tiene el descanso los fines de semana junto a su familia. No se trata de horas extras, sino de un aumento del salario real de acuerdo a este sistema de trabajo.

Cuarto, porque estos reclamos paritarios han sido votados en Asamblea General del gremio y son refrendados en planta mediante asambleas y movimientos de sección.

Quinto, porque no se trata de una mera discusión de escritorio, sino que el Sutna ha organizado varios paros para sostener el reclamo ante la intransigencia patronal. Que no solo han tenido cumplimiento masivo, sino que son acompañados por los trabajadores por la no realización de horas extras, ni en días normales ni en los recientes feriados del censo y del 25 de mayo.

Sexto, porque ante la decisión de las patronales de no dejar entrar a la dirección sindical en Bridgestone y en Pirelli, las plantas pararon de inmediato mostrando una reacción formidable ante la prueba de fuerza que presentaron esas patronales.

Los trabajadores del neumático denuncian las súperganancias patronales que facturan en dólares, con precios altísimos aún en esa divisa, mientras los salarios son una mínima parte de la facturación.

Se trata de un punto de ruptura en el movimiento obrero ante paritarias a la baja que vienen castigando a todos los trabajadores de la mano de la escalada inflacionaria y de los acuerdos perdidosos que firma la burocracia sindical.

La lucha por un salario equivalente a la canasta familiar y por encima de la inflación enfrenta el ajuste general que sufrimos como consecuencia del pacto del gobierno y la oposición con el FMI. Que se traduce en tarifazos, en la inflación como mecanismo de confiscación del salario, las jubilaciones y los planes sociales.

El Sutna se transforma hoy en la vanguardia de la lucha que dan otros sectores como la docencia universitaria con los paros de Conadu Histórica, los trabajadores de Página 12 y Perfil, los docentes sanjuaninos o los rurales de Ledesma en Jujuy. Todas luchas que entroncan con el gran movimiento de los desocupados que tuvo expresión en la Marcha Federal y en la reciente jornada del 26 de mayo.

Mientras la CGT y las CTAs se siguen declarando apoyos del gobierno ajustador, aunque lo hagan desde distintos discursos.

Desde la Coordinadora Sindical Clasista llamamos a todos los sectores al apoyo a la lucha del Sutna y llamamos a unirnos en la campaña por el paro nacional y el plan de lucha para llevar todas las luchas a la victoria contra el pacto del gobierno y el FMI.

Coordinadora Sindical Clasista- Partido Obrero

27/5/22

Declaración de mujeres y disidencias del Frente de Izquierda Unidad hacia el 35° Encuentro Plurinacional

26/05/2022

Semanas atrás se hizo conocida la ruptura de un sector de la Comisión Organizadora de San Luis, alineado con el PCR y otros sectores que integran el Frente de Todos, con el histórico Encuentro Nacional de Mujeres, el evento más masivo e importante del movimiento de mujeres que se realiza desde 1986 y que desde 2019 pasó a nombrarse, por voluntad de una enorme mayoría, como “Encuentro Plurinacional, de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries”. El mismo, como fue históricamente, tendrá lugar del 8 al 10 de octubre en esa provincia.

La ruptura, que se materializó en el llamado a un “Encuentro Nacional de Mujeres”, un mes después, desconoce la voluntad masiva manifestada en los Encuentros de 2018 en Chubut y de 2019 en La Plata (los últimos dos Encuentros presenciales, previos a la pandemia) y se inscribe en el marco de la crisis política más general que atraviesa el gobierno de Alberto Fernández, con un amplio abanico de organizaciones integradas al Frente de Todos en el campo del Encuentro Plurinacional y otro integrado al campo que proponen realizarlo el mes de noviembre.

La pelea por la independencia política de los Encuentros, que nos aúne en base a nuestras demandas sin subordinarlas al apoyo o la conveniencia de los gobiernos de turno, sigue siendo una reivindicación central.

La decisión de romper con esta historia, preocupa al activismo y las organizaciones de mujeres y disidencias, porque a pesar de la conducción burocrática, los Encuentros han sido punto de apoyo para el desarrollo del movimiento que masificó, a nivel nacional e internacional, el grito de Ni Una Menos contra la violencia de género, que conquistó la legalización del aborto e instaló la demanda de separación de la Iglesia del Estado.

Nuestras demandas siguen siendo motivo de luchas urgentes mientras asistimos a una escalada de femicidios y trans-travesticidios sin que se adopte ninguna medida elemental de protección. Sufrimos un ajuste agravado por la sumisión del gobierno al Fondo Monetario Internacional, que cuenta con el apoyo de la oposición de derecha, y que empobrece brutalmente a las y los trabajadores y en especial a las mujeres y disidencias, que somos mayoría entre las más pobres y las desocupadas y que hoy son blanco de ataque de funcionarios como Zabaleta, Berni y Larreta, que las atacan por participar de las masivas movilizaciones piqueteras contra el hambre, por el trabajo genuino, la tierra y la vivienda.

Mientras el gobierno nacional y los provinciales refuerzan sus alianzas con las cúpulas de las iglesias, en defensa de una política de sumisión de las mujeres y diversidades y de ofensiva contra derechos elementales como la ESI, o persiguiendo a profesionales que los garantizan, como la médica Miranda Ruiz, buscan que nuestra voz no se alce ni se escuche.

La decisión de llevar a la ruptura de los Encuentros es el punto cúlmine de una metodología que hemos cuestionado insistentemente durante muchos años, en el que unas pocas mujeres de contadas organizaciones como el PCR-Frente de Todxs, que integran la Comisión Organizadora, se arrogan el poder de tomar decisiones por sobre decenas de miles de mujeres que participamos cada año, incluida la imposición de las sedes ya acordadas entre cuatro paredes, en un simulacro de ovación. A la vez, impiden que estas y otras resoluciones, puedan ser votadas libremente por miles de participantes en cada uno de los talleres, para impulsar la lucha por nuestros derechos contra el Estado y los gobiernos. Advertimos que estas prácticas burocráticas tienen que ser desterradas en este Encuentro Plurinacional.

Repudiamos esta ruptura, que busca defender el método con el que el PCR y el PJ han buscado regimentar históricamente estas instancias., y llamamos a participar masivamente del XXXV° Encuentro Plurinacional, de Mujeres y Disidencias. Las compañeras de las diferentes agrupaciones que integramos el Frente de Izquierda – Unidad, seguiremos peleando para que estos sean masivos, verdaderamente democráticos, amplios, participativos e independientes políticamente de los gobiernos de turno y las iglesias, basados en la soberanía de los talleres, que sirvan para potenciar la organización de las mujeres y diversidades, para reforzar la deliberación y organización de todas las compañeras que luchamos contra el hambre y la violencia, contra los femicidios y crímenes de odio, por el derecho al trabajo y el salario, por la ESI y contra el oscurantismo clerical.

Llamamos a organizarnos en todo el país, desde cada lugar de estudio, de trabajo y desde cada barrio, para lograr que, después de dos años de pandemia y en medio de la política de ajuste y sumisión al FMI que promueven el gobierno nacional y los gobiernos provinciales, el próximo Encuentro Plurinacional de mujeres y disidencias del 8 al 10 de octubre en San Luis nos encuentre siendo miles y miles en los talleres, las actividades y la marcha para seguir organizadas y peleando por nuestras demandas contra este sistema capitalista y patriarcal.

Mujeres y disidencias del Frente de Izquierda-Unidad

 

https://prensaobrera.com/mujer/el-femicidio-de-cecilia-basaldua-muestra-la-complicidad-y-la-responsabilidad-del-estado

https://prensaobrera.com/lgbti/lanus-violencia-policial-hacia-dos-chicos-trans-que-iban-a-trabajar

¡¡¡A luchar por un paro nacional y plan de lucha!!!

Desarrollemos una campaña nacional desde abajo. Declaración del Partido Obrero en el FIT-U y el Polo Obrero

17/05/2022

La Marcha Federal piquetera de Ushuaia a la Quiaca, que también incluyó importantes sectores de trabajadores ocupados a través de sindicatos, comisiones internas y delegados, sumó más de 300.000 trabajadores en todo el país y colocó en todos los medios la cuestión del paro nacional y el plan de lucha. Arrancarlo desde abajo, como dijimos ante 100 mil compañeres en la Plaza de Mayo.

Una fracción enorme de la clase obrera, la desocupada, precarizada y en negro puso en la agenda nacional la cuestión del trabajo, el salario, el hambre y la pobreza, como significaron de manera potente sus consignas centrales.

La inflación y su impacto demoledor sobre los ingresos de la población trabajadora en su conjunto, lo que se combina con la falta de trabajo para millones de trabajadoras y trabajadores y la precarización e informalidad contribuyen a la enorme pobreza que se extiende cada mes.

Ya está claro que con la línea de pobreza en no menos de $95000 en abril después de la publicación del 6% -más del 30% en alimentos en el primer cuatrimestre del año- son millones de trabajadoras y trabajadores con trabajo y conveniados los que caen en la miseria!

El salario mínimo, con el adelanto, del aumento de diciembre, quedará en junio en 45 mil $, por debajo de la indigencia!!!

¡Y AHORA TARIFAZOS!

Los tarifazos que acaban de aprobarse en audiencias públicas golpearán más aún a los trabajadores.
Es el plan del FMI en acción, porque semejante transferencia de ingresos de los trabajadores al capital y al Estado vía recaudación es funcional al repago de la deuda.
El kirchnerismo maniobra con proyectos como el “ingreso universal” de Grabois, una miseria que supone que no hay otra salida que los planes.

El gobierno, por toda respuesta largó los bonos para trabajadores informales y para jubilados aunque millones no logran acceder.

¡¡¡Paro nacional y plan de lucha!!!

La CGT y las CTAs no están para apoyar un gobierno ajustador y el pacto con el FMI.

Una acción capaz de derrotar el ajuste en curso es un paro nacional y un plan de lucha. Con un programa: $100 mil de mínimo, vital y móvil, por convenios equivalente a la verdadera canasta familiar de $180 mil. Por cláusulas gatillo de garantía frente a la inflación, cualquiera sea su nivel. Por el 82% móvil.
Los sindicatos son de los trabajadores. Impulsemos un congreso de delegados electos, con mandato de asambleas de todos los sindicatos y organizaciones sociales, de unidad de ocupados y desocupados. Organicemos un plenario de ocupados y desocupados para impulsarlo en todo el movimiento obrero.

La marcha federal, una causa popular

Participemos reclamando paro nacional y plan de lucha. Declaración de la Coordinadora Sindical Clasista-Partido Obrero.

05/05/2022

Los días 10, 11 y 12 de Mayo habrá una Marcha Federal convocada por la Unidad Piquetera que parte desde los cuatro puntos cardinales del país. Desde La Quiaca, desde Ushuaia, desde cuyo, desde el NOA y el NEA o desde las provincias del centro como Córdoba y Santa Fe.

Los convocantes calculan reunir en los actos de partida y en el destino final, la Plaza de Mayo, 300 mil trabajadoras y trabajadores.

Reclaman trabajo y salario, marchan contra el hambre y la pobreza.

Bien miradas, son reivindicaciones que abarcan a todo el pueblo argentino que vive de su trabajo. Desde luego, están diciendo no al ajuste que el gobierno ha pactado con el FMI con el apoyo de la oposición patronal.

Semejante movilización es hoy la que puede vertebrar los múltiples reclamos y movimientos de lucha. Por eso llamamos a apoyarla en todo su desarrollo, participando en cada acto de partida, en su recorrido, en la movilización final y en todas sus reivindicaciones.

Esta nueva Marcha Federal recoge nuestras mejores tradiciones de lucha. Y hoy cobra la vigencia de enfrentar la espiralización inflacionaria, la falta de trabajo, la precarización y flexibilización laboral, el ataque a los jubilados y a todo el sistema previsional. Tiene la vigencia de enfrentar la miseria social.

En estos días se han sucedido paros muy importantes por las paritarias. Desde las huelgas docentes como la misionera, los paros estatales y docentes en Río Negro, de los trabajadores bancarios, de prensa, de la televisión, los compañeros del Neumático, los paros de UTA en el interior del país, la huelga metalúrgica en Río Grande en Tierra del Fuego o las enfermeras y enfermeros de CABA, por mencionar algunos.

Los que son abandonados por las direcciones sindicales de la CGT y las CTA, que se han declarado parte del gobierno del ajuste, tienen en la Marcha Federal un gran canal de lucha.

La Coordinadora Sindical Clasista impulsa mandatos de asamblea por el salario, paritarios electos desde la base. Impulsamos la lucha por un salario equivalente a la canasta familiar y cláusulas de actualización por inflación.

En Andalgalá han sido reprimidos salvajemente los vecinos que luchan contra la megaminera Agua Rica. Todos los movimientos ambientales tienen un lugar para expresar también su lucha contra la depredación y contra el saqueo nacional.

Las mujeres que se movilizan por sus derechos. La juventud que se organiza en los barrios y en centros de estudiantes.

La Marcha Federal es de todos los que luchan.

Llamamos a todos los sindicatos combativos, a las organizaciones de jubilados, a todos, a debatir el apoyo movilizador y material a esta gran gesta de la clase obrera.

Reclamemos desde la Marcha Federal un paro nacional y un plan de lucha, reclamemos un congreso de delegados ocupados y desocupados, mandatados para debatirlo, resolverlo y organizarlo. 

Coordinadora Sindical Clasista-Partido Obrero

5/5/2022

Informe político al XXVIII Congreso Nacional del Partido Obrero

Abajo el pacto entre el gobierno y el FMI. Plan de lucha para que la crisis la paguen los capitalistas. Por una salida de los trabajadores.

22/04/2022

Reproducimos el Informe Político al XXVIII Congreso Nacional del Partido Obrero, aprobado por el Comité Central el pasado 6 de marzo por unanimidad y que está siendo debatido en los plenarios precongresales en todo el país.

La etapa del XXVIII Congreso Nacional del Partido Obrero estará marcada por la lucha contra el acuerdo entre el gobierno y el FMI en la Argentina y por las consecuencias de la guerra y la evolución de la crisis mundial. El acuerdo marca un nuevo hito en la crisis a la que nos ha llevado el régimen capitalista y sus partidos. Impone una revisión trimestral que coloca al FMI como árbitro económico y político en el país, y un plan de ajuste, devaluación, tarifazos y reformas estructurales a mediano plazo. En Latinoamérica y el mundo, los pactos con el Fondo Monetario han sido el motor de grandes rebeliones populares y crisis políticas. En nuestro país, no solo el gobierno sino el conjunto del régimen político encara esta nueva etapa en un cuadro de debilidad, pues ambos cosechan fracasos en su gestión frente al Estado. La crisis que el pacto generará y la agresión a las masas inevitable que se desprende del acuerdo, pondrán a prueba la contención que hasta el momento ha podido imponer la desprestigiada burocracia sindical en el movimiento obrero.

El Partido Obrero ingresa a este proceso luego de un crecimiento electoral del FIT-U, que se entrelaza fuertemente a partir de la actividad de nuestro partido con la lucha del movimiento piquetero, un factor de organización y desarrollo en las barriadas. Este desarrollo político debe ser puesto al servicio de agrupar y organizar las luchas y fundamentalmente, de dar una enorme batalla política contra el pacto ajustador, el gobierno y la oposición patronal, para poner en pie una alternativa política de los trabajadores. Debemos encarar esta batalla con una enérgica iniciativa de partido, pues solo el PO dentro del FIT impulsa la construcción de un polo político independiente de los trabajadores combinando la agitación, la propaganda y la organización de los sectores más explotados de la sociedad que son, en la actualidad, quienes están a la cabeza de la lucha contra el gobierno. Fuera de esta estrategia de acción unificada, la mera propaganda política concluye inevitablemente en el electoralismo. Así, la acción de partido, que debe estar orientada a ganar terreno en todos los planos, mediante el reclutamiento, la organización de la vanguardia y también el desarrollo de nuestra comunicación y la instalación de nuestros voceros, cumple una función imprescindible en esta etapa política.

Esta lucha política tiene que ver también con la defensa de una orientación para el Frente de Izquierda. Se trata de defender su carácter independiente en un cuadro donde sectores de la izquierda depositan expectativas en posibles rupturas del centroizquierda o incluso el kirchnerismo con el gobierno, como sino fuera que de ocurrir alguna de estas variantes será para jugar en otra escala y métodos un trabajo de contención de las masas dentro del régimen burgués. La izquierda democratizante, dentro y fuera del FIT-U, confunde el planteo de la ruptura del kirchnerismo con el gobierno con la superación de los trabajadores del nacionalismo burgués. Aunque se tratan de cuestiones radicalmente distintas, el signo igual que coloca la izquierda democratizante le sirve para darle un barniz progresivo a su planteo seguidista del nacionalismo. En oposición a estos planteos nuestra posición es desarrollar el FIT-U como un factor de impulso a la lucha de clases, con un método de frente único y de unidad entre los trabajadores ocupados y desocupados. De asumir una posición clara en defensa de las direcciones sindicales recuperadas y la lucha por una nueva dirección en el movimiento obrero, contra el electorerismo liquidacionista del clasismo y la adaptación a la burocracia que alimentan las tendencias faccionales al interior del movimiento obrero combativo. Advertimos que el boicot al movimiento piquetero de parte de la izquierda, en especial la que está dentro del FIT-U, es un también un signo inconfundible de electoralismo y de adaptación a la pequeña burguesía. Solo un desarrollo del Partido Obrero puede proyectar a la izquierda con un planteamiento combativo e independiente como requiere la etapa política.

Vamos a una etapa en la cual la bancarrota nacional se entrelaza más que nunca con la crisis capitalista mundial. Luego de una pandemia marcada por la guerra comercial, los choques internacionales y un incremento de la desigualdad global, particularmente evidente en la cuestión del acceso a las vacunas (limitado por las patentes de los laboratorios que las producen), los choques internacionales han dado un salto con la escalada de la Otan en Ucrania y la invasión rusa. Las consecuencias de estos choques comerciales serán decisivas para el país y marcan la necesidad de desenvolver fuertemente una denuncia del imperialismo y de la burocracia restauracionista, que al mismo tiempo, serán un terreno importante de denuncia de las posiciones proimperialistas del gobierno nacional.

El debate del Congreso debe servir para debatir estos objetivos, el carácter de la etapa, las consignas, los planteamientos y el plan de acción que llevaremos adelante. Pero también para interesar en el debate e incorporar a una actividad política a nuevas camadas de compañeras y compañeros que vienen luchando con nosotros en el movimiento piquetero, el movimiento obrero y la juventud.

El pacto con el FMI y sus consecuencias económicas

El lugar histórico de la actual bancarrota

El pacto con el Fondo Monetario es el último escalón del largo encadenamiento de fracasos de los gobiernos de la burguesía nacional en los últimos 20 años. El kirchnerismo fue un intento de superar la quiebra del 2001 sobre las mismas viejas bases sociales. Implicó un rescate de las viejas privatizadas menemistas, de la deuda en default y de los intereses capitalistas de la mano del alza de los precios de la soja, que lejos de servir para desarrollar al país, fue al “pago serial” de la deuda, que de todas formas llegaba 244 mil millones de dólares al final del gobierno de Cristina en 2015. Pronto este esquema entró en crisis, de la mano de la baja de los precios de las materias primas, poniendo en evidencia el carácter de reprimarización económica y dependencia de la política del kirchnerismo. La crisis consecuente, la fuga de capitales, el fracaso del cepo cambiario, la recesión y la inflación llevaron al triunfo de Macri. Macri intentó superar estas contradicciones con una política de endeudamiento, arreglando con los fondos buitre y con una política de apertura económica y liberación del movimiento de capitales: derogación del cepo, ajuste “gradualista” y bicicleta financiera. Pero pronto la insolvencia volvió a presentarse, la fuga de capitales impuso una devaluación masiva y arrojó a la Argentina al borde del default, en un marco de crecimiento de la pobreza y la miseria. Los recursos del pacto macrista con el Fondo financiaron una fuerte fuga de capitales, aumentaron la deuda y no alcanzaron para una refinanciación a cierto plazo. Fue un pacto confiscatorio y fraudulento de principio a fin, como el conjunto de la deuda externa Argentina. No impidió, tampoco, el default de la Argentina.

Alberto Fernández ganó las elecciones buscando conciliar la promesa del crecimiento económico y la suba de salarios y jubilaciones con el pago de la deuda. Pero el norte de garantizar los pagos de la deuda y el consecuente ajuste fue el objetivo de todo su gobierno. Su primera medida fue la derogación de la fórmula de movilidad jubilatoria. Y avanzó, enseguida en el pacto con los bonistas privados para superar el default y poder volver al mercado internacional de capitales. El pacto con los bonistas privados fracasó en este objetivo, Argentina nunca volvió al mercado internacional de capitales y debió, por lo tanto, abordar los vencimientos en dólares con reservas del BCRA, que están prácticamente en negativo. Argentina vuelve en 2022 a estar al borde del default con un superávit comercial de casi 15.000 millones de dólares en 2021, dilapidado en el pago de la deuda pública y privada y la fuga de capitales. Se exige sangre, sudor y lágrimas del pueblo argentino en el altar de una deuda que, nuevamente, se manifiesta como impagable.

Esta cadena de fracasos lleva al gobierno a colocar al pueblo argentino frente a una extorsión en regla: el acuerdo ruinoso o el default, que se presenta como aún más ruinoso. En realidad, han fracasado y nos han llevado a esta situación los nacionalistas, los derechistas de corte liberal y ahora el peronismo “racional” que encabeza el frente de todos con el aval de todas sus fracciones. Estamos frente a un fracaso en gran escala de todo el régimen político. Y dará lugar a una nueva etapa, marcada por el arbitraje directo del Fondo en la economía argentina. El hecho de que el gobierno negocie sin plan B es el factor central en la capitulación a los reclamos del Fondo.

Lo que hay en debate en el plan de ajuste son aspectos que reflejan el carácter semicolonial de la economía nacional, determinada por los límites de fondo y los intereses de la burguesía nacional y su entrelazamiento con el capital financiero internacional. Se discute ¡de nuevo! un rescate a las viejas privatizadas menemistas, que han derrumbado la inversión en servicios públicos mientras absorben 11.000 millones de dólares de subsidios anuales en 2021. Se discute la falta de dólares en una economía que tiene superávit comercial pero que no logra abastecer de insumos a la industria por la fuga de capitales y el pago de la deuda. Se discute un nuevo ajuste de salarios y jubilaciones que están en la mitad de la canasta familiar, en promedio. Para superar estas trabas, la economía argentina debe romper con el entramado de intereses parasitarios de la burguesía nacional y el imperialismo, lo cual requiere un cambio en la clase social que dirige el estado y la economía nacional, un gobierno de los trabajadores.

El esquema económico del acuerdo

El esquema económico que se busca imponer implica: 1) Un ajuste “gradual” para llegar al déficit cero en 2025, que implica un recorte de déficit para llevarlo al 2,5% en 2022. Esto implica absorber aproximadamente 8.000 millones de dólares de déficit fiscal, sea recortando gastos, sea mediante un incremento de ingresos. Cabe aclarar que el borrador filtrado del acuerdo establece que la recaudación superior que se obtenga debe ir a financiar el déficit, y no a incrementar el gasto 2) Un recorte aún mayor de la asistencia del Tesoro al Banco Central, que debe reducirse del 3,7% del año pasado a un 1% máximo del PBI para el año en curso. 3) Un aumento de la financiación mediante emisión de deuda en pesos, lo cual requiere un aumento de las tasas de interés, que implicará una bomba financiera en pesos para el tesoro nacional y un aumento de las ganancias de corto plazo de los bancos involucrados en esta bicicleta 4) Por último, una devaluación de, al menos, la magnitud de la inflación para evitar una apreciación del tipo de cambio y defender las reservas para el pago de la deuda, a costa del consumo y la inversión y 6) Un aumento real (superior a la inflación) de las tarifas, única forma de reducir los subsidios y achicar el déficit fiscal.

Este plan tiene contradicciones insalvables. El intento de reducir la inflación mediante una reducción de la emisión monetaria, con un esquema contractivo y de ajuste, se contrapone con el carácter inflacionario de los tarifazos y la devaluación. El mismo aumento de tasas, a estos niveles, tiene un efecto indirectamente inflacionario al golpear los costos de financiamiento empresarial y del propio Estado, especialmente por el peso que tiene el stock de leliq y pases del BCRA, además, por supuesto, de su efecto recesivo. De hecho, el plan es a la vez inflacionario y recesivo (estanflación). El aumento de tasas, tarifas, el ajuste fiscal y los límites a las importaciones van a golpear el rebote económico que comenzó en 2021 y que ya se está agotando. En materia de endeudamiento, el intento de esquivar el default con el Fondo activa un mecanismo que derivará en una multiplicación de la deuda en pesos, que crecerá con tasas astronómicas. El aumento de tasas también aumentará el peso de la deuda fiscal y cuasifiscal actual. Esta espiral de endeudamiento terminará comprometiendo una emisión monetaria muy superior, que tiene todas las posibilidades de culminar en un default de la deuda en pesos. Como las metas son contradictorias, y no van a cumplirse, Argentina incurrirá en incumplimientos comprometiendo los desembolsos y colocando el riesgo de default en cada revisión. Y por lo tanto disparando nuevas exigencias de parte del FMI que serán motivo de crisis sociales y políticas.

En otro plano el FMI se negó a girar U$S 15.000 mil millones iniciales como pidió el gobierno, lo cual no solo mantendrá la rienda corta sino que seguirá el riesgo bancario en tanto las reservas se mantengan en virtual negativo como en la previa a la firma del pacto.

Bien visto, el acuerdo con el FMI se reduce a patear para adelante un default que a todas luces amenaza como inevitable. La postergación de los vencimientos por dos años y medio con el FMI hará coincidir los nuevos pagos con los que se acumulan con los bonistas privados, que crecen significativamente desde el 2025 y aún más fuertemente en el 2026. Asistimos a un replay agravado de la renegociación de la deuda realizado con los bonistas privados, que estuvo lejos de abrir el mercado de crédito internacional como prometía Guzmán. El riesgo país, que tiene en la actualidad fluctúa entre los 1.600 y 1.800 puntos, es la constatación más evidente de este fracaso. Como ni esa negociación con los privados ni esta con el FMI reduce el peso de la deuda, todos los analistas descuentan que será inevitable una nueva renegociación que deberá ser encarada por el próximo gobierno.

En cuanto a los salarios y las jubilaciones, hay que mencionar que arrancan este proceso luego de cuatro años de deterioro. En los últimos 4 años, la caída salarial promedio fue del 16,2%, mientras que la de los precarizados y no formales superó ampliamente esa cifra. Las jubilaciones vienen de dos reformas regresivas. El ataque a las jubilaciones ya aparece en el borrador de acuerdo, apuntando a los “regímenes especiales”, que cuentan con el 82% móvil, y en la perspectiva del aumento de la edad jubilatoria. A esto se agrega los golpes a la moratoria previsional, y el plan de transformarla en la Puam votada bajo el gobierno de Macri, menor que la mínima. La nueva fórmula jubilatoria no ha impedido el deterioro del poder adquisitivo en tiempo real, reduciendo el porcentaje del PBI destinado al sistema, pero ante un eventual retroceso futuro de la inflación se planteará una nueva crisis con la propia fórmula de movilidad varias veces alterada. La pauta salarial que viene imponiéndose, del 40–45% anual, está 10 puntos por debajo de la inflación proyectada. La lucha por paritarias libres y por la defensa del salario será una de las claves de la etapa en tres sentidos: recuperación de lo perdido, elevación de los pisos a una verdadera canasta familiar y actualización por inflación.

El derrumbe del consumo interno es un requisito del Fondo y no solo por el impacto fiscal de los salarios estatales. Ocurre que un crecimiento del consumo en el país, que impulse la actividad al 100% de la actividad instalada, plantearía un aumento de las importaciones que llevaría a ahogar el superávit comercial (algo que ya ocurrió en diciembre de 2021) y transformarlo en déficit. Por lo tanto, compromete los ingresos que para el Fondo deben ir al pago de la deuda externa. Por eso el acuerdo establece taxativamente un piso bajo de crecimiento, en función de buscar acumular divisas, algo que va en contra de cualquier plan de desarrollo nacional, que debería utilizar esas divisas para financiar la inversión industrial y en infraestructura. Es significativo que bajo las condiciones actuales el crecimiento del consumo acentúa la crisis de balanza de pagos, es una expresión de la incapacidad de fondo del capitalismo de elevar significativamente el nivel de vida de las masas (lo cual no se contrapone con que debamos luchar por esta elevación, por supuesto).

El objetivo del aumento del superávit comercial también está detrás de la agenda de depredación de la naturaleza: las petroleras en el sur, la megaminería en Chubut, Catamarca, Mendoza, la exportación de litio sin ningún tipo de industrialización, la expansión de la frontera agraria con quemas y desmontes y toda la agenda de depredación ambiental. Quienes venden estas iniciativas como un factor de desarrollo nacional simplemente mienten, conscientemente de que los recursos que generen las mismas irán en gran parte a las multinacionales involucradas, y en menor medida a generar los dólares para el pago de la deuda. Contra lo que dice el gobierno, la expansión de la megaminería tiene características de enclave con regímenes fiscales de tenencia de tierras, de regulación ambiental y de giro de utilidades armados totalmente a la medida del capital minero. Lo mismo ocurre con los esquemas de inversión petroleros, que están diseñados para que las multinacionales puedan girar utilidades eludiendo los controles por medio de sociedades offshoreshore, un esquema que montó el kirchnerismo con el pacto secreto con Chevron.

¿Es viable el esquema económico armado por el gobierno y el Fondo? Nadie afirma que sea una vía al desarrollo. El argumento del gobierno para capitular, una por una, a las exigencias del fondo, es que el default plantearía un escenario aún peor. En nuestra agitación, debemos explicar sistemáticamente la diferencia entre un default capitalista, al cual se llega por la incapacidad de pagar una deuda que se asume, y nuestra posición, que es la investigación y el desconocimiento de la deuda por su carácter confiscatorio de la riqueza nacional y como mecanismo de reforzamiento de la explotación de los trabajadores, y oponerle un plan económico y político de la clase obrera, con la nacionalización de la banca y el comercio exterior para volcar todos los recursos del país a un desarrollo nacional.

Dicho esto, se abren escenarios alternativos, que dependen básicamente de la evolución de la crisis mundial. Las perspectivas económicas del país se entrelazan con la evolución del mercado mundial. El gobierno apuesta a que un aumento de los precios de la soja y las commodities, sumado a que se mantenga por un tiempo el esquema de tasas de interés bajas de la reserva federal, lo ayude junto con el impulso del rebote económico, a pilotear la tormenta durante el primer año de vigencia del acuerdo, para llegar con aire al proceso electoral. Cuenta también con que la apreciación del real siga mejorando en forma indirecta los términos del intercambio con Brasil y que la inflación internacional vaya aliviando la relación entre deuda y exportaciones.

Pero este escenario es de difícil cumplimiento. Por un lado, la guerra en Ucrania plantea un aumento de los precios de la energía que golpeará en la cuenta de los subsidios, o en forma de tarifazos aún mayores. En 2021, Argentina importó gas natural licuado por 1.100 millones de dólares, a U$S 8,50 el millón de BTU. Hoy cuesta tres veces esa suma, triplicando el déficit que no compensa el aumento del precio de la soja, que tendrá también una merma absoluta por la sequía. El aumento de los precios de los alimentos y la energía amenaza con disparar una inflación que ya está sobre el 50%. Más en general, la guerra ya plantea un escenario de retracción mundial, de la mano del quiebre del mercado mundial que implican las sanciones, y del dislocamiento de los mercados financieros con la exclusión de los bancos rusos de los mecanismos internacionales de pago (esta medida golpea específicamente a la city de Londres, asiento de capitales de la oligarquía rusa por excelencia). Las consecuencias de este dislocamiento del mercado mundial son incalculables. Por otro lado, el plan de la reserva federal norteamericana es avanzar en un aumento de tasas (en parte una reacción al incremento inflacionario) y ya está ya en marcha, por vías indirectas. La reserva federal se viene retirando del sostén de los bonos y acciones y se especula con un aumento próximo de las tasas de interés de referencia. La tendencia a la fuga de capitales de los llamados emergentes es de carácter global, el viento para Argentina viene de frente.

Todo este cuadro conduce a que la variante más probable es que el pacto con el Fondo lleve a una acentuación de la bancarrota económica con un enorme impacto social en una población empobrecida ya después de 4 años de crisis económicas y ajuste. En esas circunstancias, el factor decisivo será la reacción del movimiento obrero frente a la situación. El rol del Partido Obrero organizando las luchas y planteando, con el Frente de Izquierda, una alternativa, tiene entonces una importancia central.

El FMI y el régimen político

Aunque el acuerdo con el FMI es apoyado por el 90% del arco patronal, abarcando desde la mayoría del gobierno a la totalidad de Juntos por el Cambio, no abrirá un período de “unidad nacional” sino que acelerará la disgregación de los bloques políticos principales. La razón de ello se debe básicamente a dos razones. Por un lado, a que la envergadura de la bancarrota económica plantea la necesidad de descargar la crisis no solo sobre las espaldas de los trabajadores sino también sobre sectores capitalistas, al menos parcialmente. Una característica distintiva de las grandes crisis consiste en que los capitalistas buscan una salida mandando a la quiebra el capital sobrante para reconstituir la tasa de beneficio. Por el otro, a la caracterización unánime de que el acuerdo no abre ningún horizonte de crecimiento y estabilidad, por lo cual las fuerzas políticas tienden preventivamente a eludir la responsabilidad sobre una crisis que descartan se agravará. En ese sentido Patricia Bullrich aclaró que el Congreso solo votará el financiamiento para el Estado, pero no un plan económico cuya implementación será responsabilidad exclusiva del gobierno.

El apoyo al acuerdo por el oficialismo y la oposición de derecha es el resultado de la presión del FMI y más en general de la burguesía tomada en su conjunto. Pero por eso mismo el FMI queda convertido en un árbitro privilegiado de la crisis política en curso. La aceptación de la revisión trimestral (con informes diarios) de los técnicos del Fondo sobre la economía argentina abre la puerta a un escenario que oscilará entre el cogobierno del FMI y el chantaje permanente. Bastará con que el FMI declare que las medidas no se cumplieron o que no arrojaron los resultados esperados para imponer medidas de ajuste adicionales amenazando con cancelar los desembolsos y empujar al país al default. Las revelaciones sobre la “letra chica” del pacto son muy claras en este punto, no solo por el nivel del ajuste pactado sino por la metodología aceptada por el gobierno. De un modo bochornoso los “nacionales y populares” terminaron transformando al FMI, o sea al imperialismo yanqui, en el árbitro de la política local. Como tenemos un proceso electoral por delante, donde se elegirá nada más y nada menos que el nuevo gobierno, al FMI se le concede el lugar de elector privilegiado, con capacidad para incidir de un modo decisivo en el resultado de la contienda. Por ejemplo, un informe negativo del FMI sobre el cumplimiento de las metas, o más aún la decisión de no realizar los desembolsos pactados, produciría una corrida cambiaria con un impacto inevitable en el proceso electoral. No es casual que el ala más crítica del oficialismo, encarnada por Fernanda Vallejos, Boudou y cia., afirme que el acuerdo solo sirve para asegurar que el gobierno llegue al final del mandato y transfiera, derrota electoral mediante, el poder a Larreta u otro candidato de la derecha política. Este razonamiento, a priori irrefutable, no tiene en cuenta que sin acuerdo el gobierno no llegaría siquiera al final de su mandato. Es que la ruptura con el FMI y más en general un choque con el capital financiero internacional no está en la hoja de ruta de ninguna de las fracciones de los partidos burgueses de la Argentina. Una ruptura real con el Fondo solo puede llevarse adelante mediante un programa de defensa nacional que ataque decididamente el monopolio capitalista de la banca, del comercio exterior e interior y más en general sobre el conjunto del proceso económico. Todas medidas que superan por lejos el horizonte del nacionalismo de contenido burgués y que solo pueden ser llevadas adelante por un gobierno de los trabajadores.

La disgregación política afecta en primer lugar al oficialismo, que de entrada se estructuró sobre una base frágil de tres cabezas: Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Massa. Según todas las informaciones periodísticas este último jugó un papel importante en las negociaciones con el Fondo, apelando a sus vínculos con el Departamento de Estado yanqui. Hay un tándem proyanqui consolidado al interior del gobierno, compuesto por el ya mencionado Massa, el jefe de gabinete Manzur, Béliz y Argüello, el embajador argentino en los EE.UU. Es probable que el imperialismo opere buscando una fractura del Frente de Todos, en el sentido de aislar o separar a la fracción kirchnerista. Pero en las actuales condiciones políticas es altamente improbable que una ruptura del Frente de Todos abra paso a la formación de un nuevo centro político entre el albertismo-massismo y las llamadas “palomas” de Junto por el Cambio. Por eso todas las fracciones del Frente de Todos quieren evitar una ruptura ya que facilitaría el triunfo del macrismo, que le acaba de ganar al peronismo unificado en las elecciones intermedias. Pero mantener la “unidad” no es gratis ya que lo condena a la parálisis por sus choques y contradicciones internas. En muchas ocasiones esos choques adquieren la dimensión de verdaderos bochornos públicos, como sucede por ejemplo con las habituales peleas entre Berni y los ministros del gobierno nacional, sea por cuestiones de seguridad, narcotráfico o más recientemente el incendio en Corrientes.

Es importante observar que el ala más golpeada en esta crisis es el kirchnerismo, pues el contraste entre su discurso y las implicancias reales del pacto con el FMI son simplemente inmensas. La renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque de diputados del Frente de Todos fue una maniobra política ante el creciente descontento de una base popular que sigue al kirchnerismo. Pero la parálisis que siguió a su renuncia, sumada al hecho de la permanencia de los cuadros de La Cámpora en todos los cargos que detentan en el Estado, abre el peligro de aislar más al kirchnerismo, dividirlo y condenarlo a la intrascendencia. El prolongadísimo silencio de Cristina opera en el mismo sentido, ya que objetivamente equivale a un default político. En su pronunciamiento sobre la guerra recordó que siendo presidenta había ordenado votar en contra de la anexión de Crimea, poniéndose del lado de la Otan. Incluso fue más a fondo, defendiendo como principio la integridad territorial de los Estados, una posición reaccionaria, que la coloca del lado por ejemplo de la monarquía española, del estado turco y del sionismo, contra los catalanes y vascos, los kurdos y el pueblo palestino. La asimilación subjetiva de sectores populares que la tienen como referencia debe ser materia de verificación por medio de una campaña política de denuncia, clarificación y movilización contra el pacto ajustador.

Esta crisis también envuelve a alas izquierdas del gobierno, como Yasky que convoca una marcha contra el FMI y a favor del gobierno, o la CCC-PCR que realiza cortes inocuos en La Matanza. Es vital clarificar su posición de colectora de un gobierno ajustador. Desenmascarar las maniobras de todos estos sectores es una de las tareas centrales de la próxima etapa. La emergencia de una ruptura parcial de sectores de centroizquierda con el gobierno es un escenario posible y requiere entonces del Partido Obrero y el FIT-U una enorme iniciativa para achicar sus márgenes de acción. Pero por sobre todas las cosas, la desilusión con el gobierno es fenomenal en la base que depositó sus expectativas en un recambio contra Macri, lo que nos abre una posibilidad de avanzar en debates y reagrupar.

En donde se estructura una centroizquierda, es un adversario importante del FIT-U en todos los terrenos, como es el caso de Santa Fe fundamentalmente, pero también Mendoza (Partido Verde), Catamarca (Frente Amplio) o incluso Chubut, con el Pich, una formación política provincial de influencia evangélica con discurso antiminero. La lucha política contra estos sectores es un problema de primer orden, que debe llevarse adelante principalmente buscando involucrar a las masas obreras y a los explotados en las luchas, incluida la ambiental. Política y metodológicamente es importante establecer una caracterización de clase de los movimientos de lucha, y buscar por todas las vías destacar los aspectos que interesan a los trabajadores para ganarlos a la acción. Esto no significa rechazar una colaboración con sectores medios o pequeñoburgueses, sobre la base de un programa común de choque con el capital, aunque ese choque sea de modo parcial. El avance del PO y del FIT-U está condicionado por el avance mismo de los trabajadores en la situación política. Pretender independizar una cosa de la otra conduce al electoralismo y a desplazar la atención de los trabajadores a la pequeño burguesía.

La crisis al interior del gobierno tiene su traducción en los tribunales, donde las denuncias contra la camarilla kirchnerista son una amenaza cierta en caso de que quieran sacar los pies del plato. El anuncio de Alberto Fernández de que las candidaturas del Frente de Todos se resolverán por las Paso va también en el sentido de un chantaje al kirchnerismo, que no tiene condiciones de ganar una disputa interna dentro del peronismo y expresa las tendencias centrífugas (ruptura) al interior del Frente de Todos. Cristina no está en condiciones de armar la vieja Unidad Ciudadana con la que rompió oportunamente el PJ, al menos con alguna perspectiva electoral de importancia.

La disgregación afecta también a la oposición macrista. El fracaso del gobierno de Macri está aún fresco en la memoria de la burguesía y condiciona los movimientos políticos de la derecha. Mientras el ala de Patricia Bullrich y del propio Macri afirma que este fracaso se debió al “gradualismo” y que de llegar al gobierno deberán aplicar un ajuste reforzado, el ala de Larreta plantea que es necesario un acuerdo con sectores del peronismo, que no se limite a un pacto parlamentario, sino que se plasme en el ingreso de ministros para dar lugar un verdadero cogobierno. El radicalismo por su lado tiene su propia disgregación, al punto que se dividió en la Cámara de Diputados formando dos bloques. El sector que responde a Nosiglia-Lousteau aspira a actuar como socio menor de Larreta, en el caso de que las divergencias en el PRO se profundicen. Su aspiración es quedarse con la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Mientras tanto el sector mayoritario de la UCR, que responde a Morales, amenaza con un candidato radical en unas Paso de Juntos por el Cambio, aunque es probable que sea solo un instrumento de negociación. Morales, aunque aparece cercano a Patricia Bullrich, a la vez le ha votado varias leyes al gobierno nacional y mantiene un pacto con Massa en la provincia de Jujuy, donde el Frente Renovador integra su gobierno.

La tendencia a la disgregación política se ha puesto de manifiesto en el fracaso de las sesiones extraordinarias del Congreso. Alberto Fernández había enviado un temario para su tratamiento durante febrero, pero ninguna de las dos cámaras se reunió siquiera para considerarlo. El fracaso de las extraordinarias convocadas por el propio gobierno es un dato de la magnitud de la crisis política abierta tras la derrota electoral del peronismo en las intermedias. El gobierno quedó sin presupuesto, obligado a gobernar por decreto como resultado de esa situación. Los choques entre el oficialismo y la oposición de derecha, pero por sobre todo las crisis al interior de los bloques principales, avizora una parálisis del Congreso durante el año en curso. El voto del acuerdo con el FMI puede llegar a ser un hecho excepcional y a la vez revelador: un Congreso que se reúna solo para votar ese pacto y que luego entre en la más completa parálisis. Para el gobierno esta situación implica un agravamiento de la crisis, porque lo obligará a gobernar por medio de decretos, lo que lo expone a pagar costos políticos mayores. La oposición difícilmente se oponga a esta parálisis del Congreso, ya que le sirve para exponer al gobierno a su propia debilidad y a que asuma en soledad el ajuste pactado con el FMI y las consecuencias sociales y económica que traerá aparejado. A la vez, para la oposición el funcionamiento del Congreso es un problema porque expone sus propias divisiones internas. Ha sido muy reveladora la firma de un comunicado de los gobernadores radicales del norte junto a sus pares peronistas, avalando la quita de subsidios al transporte público en CABA, dejando a Larreta en soledad.

Hay que tener en cuenta que el acuerdo implica un ajuste contra los presupuestos provinciales, por la vía del recorte de las transferencias no automáticas. Sumado, el tarifazo en las provincias avanza a pasos mas veloces, arrancando de tarifas más altas e impactando, en gran parte del país, sobre salarios más bajos. Contra la tesis de que el recorte de subsidios afectaría fundamentalmente al AMBA y que busca colocar el problema como una oposición entre Buenos Aires y el interior, hay que denunciar el impacto nacional que va a tener. El aumento en la generación eléctrica va a sumarse al que ya se implementa en muchos distritos en el valor de distribución, generando un tarifazo reforzado. Distrito por distrito, debemos caracterizar cómo impactan las medidas de ajuste para ajustar las consignas, los planteos y la actividad del partido y golpear a los bloques políticos patronales locales.

De fondo, las divisiones de los bloques principales reflejan el descontento de todas las clases sociales sobre la situación del país. Ninguna clase social ni sector interno en las que estas se divide se declara satisfecha con la situación actual. Incluso los sectores capitalistas que han obtenido ganancias extraordinarias desconfían sobre la sustentabilidad de la política actual. Habitualmente las encuestas de opinión recogen este estado de ánimo con el crecimiento del rubro de quienes piensan que el país estará peor de lo que está ahora. Este estado de situación alimenta el crecimiento de los fachos llamados “libertarios”, con Milei a la cabeza. Esas mismas encuestas reflejan un crecimiento del apoyo a su eventual candidatura presidencial, que ya no sería solo en la Ciudad de Buenos Aires sino en todo el país. Es lícito creer que un fenómeno de este tipo perjudicaría especialmente a la derecha macrista, aunque en la Ciudad de Buenos Aires las cosas se dieron de otro modo. Milei recogió votos en las comunas del sur de la Ciudad, robándole votos no solo al macrismo sino también al peronismo. El discurso derechista golpea allí donde el kirchnerismo hace agua: el llamado “Estado presente” se revela ante una parte de la población como una losa que se apropia de recursos generados por la población sin que la contraparte que ofrece tenga equivalencia alguna. La lucha política contra esta derecha fascistizante debe tener en cuenta estos planteos, para polemizar con ellos mostrando que detrás del discurso de los “libertarios” se esconde la pretensión capitalista de eliminar los impuestos sobre el capital y descargarlos enteramente sobre los trabajadores y consumidores. Y a la vez, mostrar que detrás de su planteo de reducción de impuestos se esconde una política de privatización entera de la educación y la salud, como así también eliminar todo gasto de asistencia social. La lucha contra esta derecha debe hacerse sin la menor concesión a la orientación kirchnerista y sus planteos de “Estado fuerte”. Hacerlo no solo sería un error desde el punto de vista de los principios, sino que facilitaría el trabajo de demagogia de la derecha en concitar el apoyo de sectores populares a sus planteos.

Se puede afirmar que hasta cierto punto y a su modo, la consigna votada por el PO en el XXVII Congreso “abajo el régimen de hambre y miseria de los que nos gobernaron en las últimas décadas” fue explotada y es explotada por esta derecha reaccionaria. Aunque reducida por el momento a Capital y provincia de Buenos Aires, ha tenido, en este radio de acción, un mayor éxito que la izquierda en esta tarea. Es cierto que la campaña electoral del FIT-U chocó con obstáculos propios (una negativa a actividades comunes que pudieran fortalecer su intervención en la lucha política y electoral: congreso del FIT-U, e incluso un acto común). Sin embargo, la razón por la que la derecha ha tenido más éxito que la izquierda en la explotación de esta impugnación general al régimen debe encontrarse en la propia dinámica de la lucha de clases. En el último período ha primado una política de contención de la clase obrera y los sectores populares, con la excepción parcial del movimiento piquetero, que hoy tiene una fracción independiente con un alcance significativo en algunos sectores de las masas. La falta de una acción independiente de la clase obrera e incluso de un mayor volumen de luchas económicas o parciales opera como un freno a la capacidad de la izquierda en ser el canal del repudio al régimen en su conjunto. Este vínculo se constata a la luz de nuestro desarrollo, inclusive electoral. La elección del FIT-U en la provincia de Buenos Aires está muy vinculada al accionar del movimiento piquetero, aunque no se agota ahí. En Neuquén, hicimos una excelente elección en un cuadro de luchas salariales muy importantes. En Chubut, nuestro progreso electoral se vincula con las enormes luchas por el pago de salarios y, luego, con la lucha antiminera.

De este análisis se deriva una hoja de ruta de trabajo: por un lado, una campaña de agitación política contra el régimen del FMI, sus partidos y sobre las consecuencias directas que esa política tiene para las masas, para lo cual la tribuna parlamentaria deberá jugar un papel central; y por el otro, impulsar la acción directa de las masas, promoviendo la resistencia a la ofensiva capitalista, empezando por los lugares de trabajo y denunciando y delimitando posiciones de la burocracia entreguista, principal factor de contención del movimiento obrero. Un reguero de luchas económicas sería de enorme valor para tonificar a la clase obrera y en primer lugar al activismo. Para nuestro partido esta hoja de ruta plantea la necesidad de desplegar el conjunto de sus fuerzas, tanto de su militancia orgánica como la que esta influencia y organiza gracias a su actividad. La agitación directa del Partido se complementa con la lucha que libra el movimiento piquetero y también los sindicatos combativos dirigidos por la izquierda. La reciente conquista del Sutna de un bono especial en Bridgestone tuvo un impacto enorme en las fábricas. Es normal que al menos un sector de los obreros se pregunte quién dirige ese sindicato y con qué métodos.

Este enfoque nos delimita de los sectores de la izquierda que pregonan que el problema es ir a una lucha política contra la política de fondo y no a la lucha por las reivindicaciones. Este enfoque es equivocado. Las rebeliones populares contra los gobiernos del Fondo Monetario fueron el resultado de reclamos reivindicativos concretos. El movimiento obrero deberá ir procesando una experiencia con esta política, parte de la cual se jugará en las luchas por el salario, el acceso al trabajo y por todos los reclamos. La posición de quienes ignoran la centralidad de las luchas reivindicativas en esta etapa en última instancia lleva a un convergencia con planteos kirchneristas, que critican el pacto con el Fondo pero mantienen un cuadro de colaboración desde los sindicatos u organizaciones sociales, con el gobierno nacional.

Enfrentar la situación mediante la combinación de la agitación política contra el régimen y la acción de lucha contra la ofensiva capitalista es nuestro método para lograr una evolución hacia la izquierda de la situación tomada en su conjunto. En América Latina la mayoría de las rebeliones populares que hemos tenido en los últimos años han sido contra gobiernos de derecha. Es el caso de Chile, Colombia, Ecuador y Bolivia. En Argentina la crisis del gobierno peronista-kirchnerista es elocuente, pero aún conserva un valor para la burguesía en tanto logra imponer una política de contención y es un factor menos en la desestabilización de América Latina por el momento. Es probable que a eso se deba la decisión de Biden de que el FMI acuerde con Argentina para evitar el default. La amenaza de una vuelta del macrismo es utilizada por el kirchnerismo y sectores afines para evitar una ruptura con el gobierno y por sobre todas las cosas para inhibir la acción directa contra el ajuste en marcha. Por eso la superación de esta contención requiere tanto la agitación política del Partido como impulsar y promover medidas de lucha de los trabajadores y sectores explotados.

Las masas

Argentina es un país movilizado en diversos sectores sociales. En los dos años del gobierno peronista lo testimonian dos puebladas antimegamineras en Mendoza y Chubut, la colosal movilización de la ola verde por el aborto legal, el movimiento piquetero y ciertas huelgas que lograron quebrar el cepo de la burocracia sindical. Pero, de un modo general, los puntos de ruptura, siendo importantes, no han logrado quebrar la contención del peronismo en sus distintas alas y en los distintos frentes de la lucha de clases. La cuestión de la incorporación de Argentina al proceso de las rebeliones populares de América Latina es la cuestión de las cuestiones, cuando la crisis capitalista golpea de la manera que golpea en la bancarrota nacional y de cara al período que abre el pacto colonial y de ajuste del FMI.

Conviene examinar cómo actúan los mecanismos de contención en cada frente de lucha y fundar la política de nuestro partido para hacer progresar la ruptura en términos de independencia política de los explotados y de qué manera ligarlos mediante la agitación y acción política a la construcción de una alternativa política de los trabajadores. La cuestión de la rebelión popular en la Argentina no es una cuestión de pronósticos, ni deriva mecánicamente de la crisis y el ajuste en puerta, será el resultado de un conjunto de factores, que combinen la crisis por arriba con el levantamiento de los de abajo fundado en la superación de los diques de contención del peronismo y la centroizquierda e izquierdas tributarias del gobierno del Frente de Todos. La debilidad del gobierno debe ser verificada y explotada en la acción independiente de las masas, y nosotros ser sus motores y organizadores. Estableciendo los puentes entre las reivindicaciones y la salida de conjunto. El norte general del partido es la intervención de la clase obrera en la crisis.

El año fue abierto por la pueblada del Chubutazo que, tras siete días ininterrumpidos de revuelta popular, quema de la casa de gobierno incluida, hizo retroceder la ley de zonificación aprobada en medio de maniobras de disimulo pero con las huellas digitales de todo el arco de partidos capitalistas. Por referencia a la pueblada de Mendoza por los mismos motivos -dos provincias donde la lucha por el agua es parte de las preocupaciones populares más profundas-, en Chubut se sumó un contingente obrero de la industria de la pesca, mientras que en Mendoza fue un sector capitalista de la propia industria vitivinícola quien se sumó al impulso de la “guerra del agua” de manera más o menos abierta, aunque trabajadores y pequeños productores del sector se movilizaron también. Se trata de movimientos policlasistas, con fuerte participación de clases medias que han logrado ser adormecidos tras el retroceso en las leyes respectivas pero que conocerán nuevos capítulos porque la cuestión de la entrega megaminera es estratégica como parte de la política extractivista y para reunir los dólares que requiere el FMI. Políticamente en Chubut fue uno de los aspectos que llevaron a la gran elección del 8,5% del FIT Unidad en la previa del levantamiento popular, con picos del 15% en zonas como Lago Puelo. Aunque hay que destacar que peleamos el voto antiminero con el Pich que nos superó en las generales. Confluyeron en este resultado electoral también las grandes luchas casi permanentes con altas y bajas de docentes y estatales desde el virtual default de la provincia hace cuatro años. En Mendoza apareció claramente una representación política de tipo centroizquierdista en el Partido Verde que a los dos años del Mendozazo obtuvo el 9% de los votos, duplicando al FIT-U que perdió todas las conquistas parlamentarias que tuvo en el pasado. Aunque el Partido Verde se basa en un planteo ambientalista que calza con el carácter policlasista del movimiento ambiental, hay que señalar también que nos superan en el marco de una parálisis de la acción común del FIT-U impuesta por el PTS, que claramente debilitó nuestro frente. La cuestión de la agitación anticapitalista y la vinculación de la lucha ambiental a la lucha de la clase, o mejor la lucha de la clase a la lucha ambiental, es un eje de batalla política dentro del movimiento ambiental y, en el movimiento obrero, contra la toda la burocracia sindical, en términos generales megaminera, porque aún la centroizquierda ceteista no jugó ningún papel. El movimiento conoció movilizaciones importantes de hasta 5.000 personas en el puente victoria en Santa Fe, frente a los incendios intencionales en las islas del Paraná, una provincia donde la centroizquierda disputa también en torno al punto. Después del chubutazo cobró cierta fuerza el reclamo contra la exploración offshoreshore, especialmente en Mar del Plata y otros puntos de la costa Atlántica, con movilizaciones que vienen desde el año pasado y crecieron de manera importante, en las que venimos interviniendo. El frente ambiental es un frente de lucha política, en especial que toma nuestra juventud, pero su agitación y reclutamiento, basados en un programa anticapitalista es un componente de toda la lucha política nacional por la construcción del partido. A nivel nacional, con una política de frente único, en la coordinadora Basta de Falsas soluciones, pusimos en pie un agrupamiento independiente capaz de disputar al bloque ligado al gobierno, representado por Jóvenes por el Clima, que hoy están golpeados por el derrumbe de la gestión Cabandie. Como en todos los planos, el pacto con el FMI inclinará aún más la balanza en favor de la depredación y el saqueo de los monopolios imperialistas y la extensión de la frontera sojera, en choque con el activismo.

El caso del movimiento de la mujer es peculiar. La conquista del aborto legal tuvo un primer capítulo durante el macrismo y el gobierno tomó la iniciativa de viabilizarlo para capitalizar una “ampliación de derechos” que en realidad es una conquista de treinta años de lucha. La batalla política con los sectores kirchneristas se ha agudizado porque han roto el movimiento común de cara a las nuevas y viejas batallas que presenta la lucha por los derechos de la mujer y las diversidades. La adaptación al nombramiento de Manzur por parte del feminismo K las ubica en un lugar parecido a la defensa del pacto con el FMI. El congreso del PdT (Plenario de Trabajadoras) en plena virtualidad mostró un campo de desarrollo político que tiene muchos frentes, entre ellos la formación del sindicato de trabajadoras de casas particulares a partir de nuestra agrupación, nuestro desarrollo en el movimiento de actrices, el rol de la mujer en los barrios que organiza el Polo Obrero, etc. Vamos a una disputa muy importante este año en la movilización al Encuentro Nacional de Mujeres, que se realizará en San Luis y será un terreno importantísimo de lucha política con el gobierno nacional y sus colectoras en el movimiento de mujeres.

El movimiento piquetero ocupó, sin lugar a dudas, como sector organizado de la clase trabajadora, el lugar de vanguardia desde la última etapa del gobierno Macri hasta el momento. Ha sido el punto de desborde, fuera de control de los aparatos de la burocracia sindical y de los aparatos políticos punteriles en los barrios. En plena pandemia, todavía más, se destacó como el sector que ganó la calle con la consigna “con hambre no hay cuarentena”. El Polo Obrero, a veinte años del Argentinazo, ha vuelto a ocupar un lugar de vanguardia en esa vanguardia. El secreto ha sido una política combativa para arrancar las conquistas, el empadronamiento y organización masiva en los barrios, el frente único de lucha para garantizar las reivindicaciones en el marco de un planteo político de independencia frente al gobierno, de denuncia de las organizaciones del Trío Cayetano integradas al gobierno, contra el relato de marketing de la “economía popular” que encubre la más pavorosa precarización laboral, por el trabajo genuinos y a convenio, por el pase a planta y, por sobre todo, los métodos de soberanía de la asamblea, del delegado revocable y el control de bases de las conquistas arrancadas en la lucha. El pasaje de decenas de miles de compañeras y compañeros al Polo desde intendencias y/o organizaciones oficialistas es motivo de debate y de una contraofensiva del gobierno para retomar el control de los municipios de vastos sectores y colocarlos como mano de obra sustituta municipal o provincial en el marco del ajuste que cae en cascada de la Nación para abajo, bajo monitoreo del FMI. La pretensión de cerrar todo ingreso y el intento de recaptura por parte de los municipios serán ejes de confrontación en la etapa inmediata porque indudablemente se vincula con dos objetivos estratégicos del FMI: deprimir los salarios y bajar el gasto público. Colocamos la cuestión del salario mínimo y la universalización de los planes en el centro actuando en dos sentidos: unidad con precarizados, trabajadores en negro y jubilados y la lucha por un seguro al desocupado que significa el aumento y la universalización de los planes. Siempre colocando la cuestión del plan de obras públicas y viviendas populares como la ruta de una reactivación económica y del empleo genuino. Desde este lugar hemos ganado un lugar de enorme respeto y liderazgo natural en el Frente de Lucha Piquetero y la Unidad Piquetera que logró agrupar en sus grandes acciones.

El Polo Obrero actual ha marcado un salto político enorme al volcarse de manera masiva a la campaña electoral del PO y el FIT-U en todo el país. La presencia masiva de miles y miles de compañeros y compañeras, primero en las movilizaciones, y luego en la campaña implicó un salto político y nos abre una posibilidad de progreso militante. Fue el nervio de las grandes victorias en las barriadas obreras en todo el país, contribuyó decisivamente a establecer un diferencial histórico en el voto al FIT-U con respecto a otras izquierdas del pasado y al historial del propio Frente de Izquierda. El Polo se destaca en su politización respecto de todas las demás organizaciones piqueteras, y es al mismo tiempo un factor que tracciona hacia la izquierda a todo el activismo. Las tendencias abstencionistas se han reducido y se ha ganado influencia en los que actuaban como colectoras tácitas del kirchnerismo sin proclamarlo. De hecho, los integrantes del Polo han sido protagonistas centrales de los masivos actos del PO y todo el movimiento piquetero de las grandes movilizaciones últimas de la izquierda contra el FMI. El Polo ha vuelto con su poder de movilización a ser punto de apoyo de las más diversas luchas de trabajadores ocupados y sus piquetes o tomas de fábrica.

En la próxima etapa, el Polo y la Unidad Piquetera marchan a un fuerte plan de lucha que tiene el objetivo inmediato de quebrar las medidas de ajuste del gobierno sobre el movimiento piquetero. Vamos a enfrentar el cepo en la apertura de planes y los pases y la orientación del gobierno junto al FMI para “focalizar” los planes reduciendo su monto y alcance. La primera fase tiene que ver con un planteo de aumento del salario mínimo, que conecta al movimiento piquetero con los sectores más explotados de la clase obrera ocupada. El plan de lucha fue votado en el plenario nacional de la Unidad Piquetera, que debatió la deliberación y las tareas, y que fue una propuesta realizada y sostenida fundamentalmente por el Polo Obrero.

El planteamiento del plenario nacional de la Unidad Piquetera corresponde a un método que solamente empujamos nosotros, en la mejor tradición del PO para colocar a debate de toda la vanguardia de lucha las cuestiones estratégicas, donde podemos destacarnos por desenvolver un programa y un proyecto de unidad de la clase obrera. Esto ante corrientes de un arco muy heterogéneo que llega hasta los tributarios de un defensor de la reforma laboral como Randazzo (Barrios de Pie). Con todo, la incorporación al partido, al igual que la organización de la juventud junto a la UJS no resultan espontáneamente, sino como resultado de una continuidad permanente de iniciativas que vayan ligando la lucha reivindicativa a la política. La agitación política general partidaria en los barrios no puede ser abandonada durante el período no electoral, será la clave para el progreso de camadas de compañeras y compañeros hacia la política revolucionaria. Y esa agitación tiene que abordar las cuestiones de interés de ese vasto sector de los explotados (tierra, vivienda, obras de agua y cloacas, educación, centros de salud, centros integrales de la mujer, etc.) desde el ángulo y las propuestas de una salida de los trabajadores a la crisis.

El hecho de que no hay un paro nacional hace tres años en medio de un ajuste importante y otro que se avecina de la mano del FMI es un dato para el combativo movimiento obrero argentino. Indudablemente la pandemia y sus cuarentena y virtualización forzosa han sido un factor, pero no el decisivo. El factor decisivo es la contención de la burocracia y la confusión política de la masa de los trabajadores que viene de votar al gobierno aún en la derrota de las intermedias, como el mal menor del peronismo ante el mal mayor del macrismo. Solo una vanguardia ha evolucionado al voto el FIT-U. Las huelgas del período son básicamente las que han escapado a la contención de la burocracia sindical: autoconvocados de Neuquén, vitivinícolas, docentes salteños y de otras provincias, con el caso excepcional de Aceiteros y, desde luego de los sindicatos combativos recuperados por la izquierda como el Sutna, docentes, ferroviarios, etc. Otras luchas, a veces feroces, en la carne (Penta, Arrebeef), tercerizados (EMA), salud (Clínica San Andrés), Gri Calviño, Interpack I, Autoconvocados de la salud de CABA o Matanza, Latam, Textilana y un sinnúmero de luchas locales de municipales y otros sectores son decididamente aisladas por toda la burocracia y se sostienen y progresan más o menos, exclusivamente con el apoyo del clasismo y la izquierda. Pero es difícil en este cuadro torcer los ataques patronales que se imponen, golpeando al activismo. El reciente paro de controladores Aéreos, como ciertas batallas en la carne están expresando desplazamientos y son, desde luego un campo de desarrollo del clasismo que tuvo expresión en la elección de la Roja de la Carne en Buenos Aires. Es que el cuadro general tiene dos caras, la contención que domina el panorama, pero del otro lado de la moneda la vacancia política de dirección del movimiento obrero que ofrece semejante nivel de integración de los sindicatos al Estado y a las patronales.

El nivel de integración de todas las alas de la burocracia sindical al gobierno no tiene casi antecedentes similares desde 1983. Se estructuran en torno al antimacrismo como expediente para apoyar al gobierno, lo que ha logrado sentar en el mismo triunvirato de la CGT al moyanismo junto a gordos y barrionuevistas y bajo distintas modalidades también integrar al gobierno a las dos o tres alas derivadas de la crisis de la CTA, ya dividida oportunamente por el kirchnerismo. Otras variantes intermedias como Aceiteros no han jugado rol independiente alguno, antes bien cuando se planteó la crisis Vicentin, jugó para apoyar al gobierno pretextando una política que no fue. La gran huelga aceitera de 21 días a fines de 2021 para arrancar una revisión que al menos compense la inflación fue políticamente encapsulada por su dirección, no fue un punto de apoyo para extender a un activismo obrero ni la lucha por un salario equivalente a la canasta familiar ni el método para arrancarlo, al contrario los conflictos fabriles de ese gremio fueron desgastados hasta su derrota en distintos casos. Al mismo tiempo merecen un balance político específico cada una de las huelgas autoconvocadas, puesto que la más importante de ellas, el “elefante neuquino” no derivó como nos propusimos en una ola de recuperaciones de las juntas internas de los hospitales, donde la burocracia cuya entrega salarial enfrentó la huelga, vuelve a ganar. De un modo general, es un fenómeno expresivo de una etapa de la que venimos, donde cada posición de avance político sindical es arrancada mediante un progreso militante antes, durante y después de cada lucha.

El propio Plenario del Sindicalismo Combativo hibernó largo tiempo por la retracción general y, cuando aflojó la primera ola del Covid y convocó a movilizar fue dividido por el recientemente incorporado MAC (PTS) y su parálisis rota por una convocatoria unilateral del Sutna a fines del 2021, boicoteada por el resto de la izquierda. En este punto se ha librado una lucha política desde la Coordinadora Sindical Clasista que es defender el campo de un sindicalismo de clase que ofrezca un polo de desarrollo ante la burocracia sindical para todas las organizaciones sindicales recuperadas, sean cuerpos de delegados, seccionales o sindicatos. Un método y un programa marcado desde Lanús en 2018. A raíz de la iniciativa impulsada por el Sutna, el Plenario del Sindicalismo combativo se reunió en Unione y Benevolenza, convocando a movilizarse contra el pacto con el Fondo Monetario y planteando la perspectiva de una nuevo plenario masivo como el realizado en Lanús en 2018. Quienes lo han bombardeado de adentro o de afuera tratando que fuera un brazo del Fit Unidad, no han progresado con esa política ni han ofrecido un canal de reagrupamiento al activismo, han mostrado en cambio una política rabiosamente electorera. La fuerte derrota de la lista divisionista PTS-MAS-Roja en el Sutna ha debilitado este tipo de emprendimientos que oportunamente sirvió en bandeja Aten a la burocracia neuquina, y que marcó el golpe final contra la conducción independiente del Sute (Mendoza).

No obstante este contexto general, se han producido desplazamientos de sectores activistas en textiles, en docentes de Chubut, en la gran elección de la Roja de la Carne (42%), en internas de UTA, la recuperación de Aten Capital y Plottier, en seccionales recuperadas de Adosac de Santa Cruz, la gran elección de la lista en la Asociación de Actores, en la lista antiburocrática de Controladores Aéreos, en la buena elección en un Foetra en total retroceso como gremio, en la formación de una lista opositora de comisiones internas de APA y otras como una importante lista en Adiunt Córdoba. Pero, especialmente, una victoria de tal magnitud (72%) como la de la Negra del Sutna expresa la potencialidad política de la vacancia de la burocracia sindical ligada a una causa tan conservadora como es la descarga de la crisis capitalista sobre los propios trabajadores que con mayores o menores maniobras ejecuta el peronismo. La buena elección del Frente de Izquierda es indisociable de estos procesos que gravitan por abajo y que podemos conectar y desenvolver con una política audaz de agitación y de lucha. Desde luego, el 2022 al concentrar todas las elecciones postergadas tras dos años, presenta un enorme desafío en la retención y/o ampliación de las posiciones conquistadas en AGD y Conadu Histórica, en los Sutebas Combativos, etc. en todas las cuales se replantean los frentes únicos por la cooptación de sectores de izquierda al Frente de Todos, especialmente el PCR.

El pacto con el FMI abre una nueva etapa que está llamada a sacudir este escenario. El paro de 72 horas de la docencia neuquina puede ser anticipo de un comienzo de reacción de los trabajadores, al igual que el paro de controladores que rompió el techo de 45% que parece querer imponer la burocracia sindical en distintos sectores. La tendencia a los choques con la clase obrera (ocupada y desocupada) será mayúscula y cambiará todo el escenario. El yaskismo ha convocado a movilizar después de la aprobación del pacto colonial “para controlar que paguen la deuda interna”. Es una desembozada maniobra de contención política, como la renuncia de Máximo, pero ambas expresan una crisis política que sacudirá a todas las organizaciones obreras. En todos los casos, el clasismo y nuestro partido pueden explotar la crisis a condición de una política independiente, del frente único de clase y la denuncia implacable no solo de la burocracia más recalcitrante sino especialmente de la que maniobra en los márgenes de la contención. Tenemos que ser motores de las luchas económicas que pretendemos libre la clase. Eso no es economicismo, al contrario, quienes construimos y agitamos la salida política y construimos el partido, somos en el seno de los trabajadores, sean o no sindicalizados, los grandes organizadores de sus luchas económicas, condición de un salto en la lucha de clases. Y de que una reacción popular de conjunto sea liderada por la clase obrera.

Un aspecto importante de esta lucha será para enfrentar la represión, que irá de la mano del ajuste. La represión en Jujuy contra el plan de lucha provincial del movimiento piquetero, con el encarcelamiento en principio de 15 compañeros (luego quedaron 7), cuya liberación tuvimos que arrancar con una intensa campaña y movilización nacional, es una muestra de estas tendencias. Pero antes las vimos en Guernica y numerosos episodios, bajo el gobierno de Fernández. Al mismo tiempo, tenemos que enfrentar las condenas contra César y Daniel, y numerosos procesamientos en todo el país. La lucha contra la represión y la criminalización de la protesta es una lucha política que encaramos con nuestros métodos: la agitación, la conquista de un apoyo masivo y la movilización popular. Son los métodos con los cuales llevamos a Pedraza, en su momento, a prisión. Esta lucha requerirá una amplia iniciativa en materia de libertades democráticas en todo el período. Del otro lado, los sectores del régimen como los Berni o Bullrich, hacen de la represión a las luchas populares una bandera propia, para ganarse a los sectores que rechazan la movilización popular. Debemos enfrentar estas tendencias y, en ese cuadro, desenmascarar la política del kirchnerismo, cuya demagogia en materia de derechos humanos no le impide mantener a Berni en su puesto, ni pactar con el régimen represivo de Morales.

El FIT-U, la izquierda y el frente contra el pacto con el FMI

Finalizadas las elecciones, el FIT-U tomó la iniciativa de convocar un plenario abierto para enfrentar el pacto entre el gobierno y el FMI. La iniciativa del FIT-U marca un cambio parcial en su parálisis entre elección y elección que fue característica desde su fundación. A lo sumo, había realizado agitaciones y declaraciones comunes y, esporádicamente, actos minoritarios. Con el plenario de Parque Lezama, en cambio, el FIT-U se colocó, como tal, a la cabeza de un iniciativa política central: el reagrupamiento de todos los sectores que rechazan el pacto con el FMI.

La iniciativa dio lugar a un frente único entre corrientes políticamente muy heterogéneas. Participa la autoconvocatoria por la suspensión del pago de la deuda, cuyo grupo dirigente viene en parte de estar vinculado con Claudio Lozano (director del Banco Nación), en parte de los viejos economistas de izquierda, y en parte está conformado por organizaciones piqueteras abstencionistas, pero que tienen un planteo de “apertura” en las movilizaciones, a los sectores críticos del kirchnerismo. Aunque a nivel nacional actúan con la izquierda, en Rosario habilitaron un copamiento del espacio en favor del PCR, que integra el Frente de Todos. Participa también Libres del Sur, que integra, con Barrios de Pie, la Unidad Piquetera, pero que apoyó a Randazzo en las elecciones. Participan en forma activa otras organizaciones de la UP (Votamos Luchar, MTR 12 de Abril), sectores abiertamente anti FIT-U y marginales dentro del movimiento piquetero (MTR Martino, Erys, etc), el MAS, el grupo de Altamira y otros grupos. La amplitud del espacio facilita la adhesión de organizaciones obreras recuperadas de la burocracia, y centros de estudiantes combativos, que no podrían adherir a una convocatoria del FIT-U, pero que han votado el rechazo al pacto con el Fondo.

Este frente heterogéneo será puesto a prueba por la evolución de la crisis política. En la medida que presenta un canal de movilización unitario para confrontar con la política de la burocracia sindical y piquetera de apoyo al pacto, su puesta en pie es un avance. Pero no constituye un agrupamiento político de carácter permanente. Con los compromisos del caso, que son inevitables, defendemos y hemos logrado hasta ahora un liderazgo político del FIT-U, que se pone de manifiesto por sobre todas las cosas en el programa y las caracterizaciones de los dos documentos leídos en Plaza de Mayo. La defensa exige un esfuerzo permanente, porque las tendencias a diluir un planteamiento programático están muy presentes, al igual que las presiones hacia una confluencia con los sectores del gobierno que dicen rechazar el acuerdo (una posición llevada adelante fundamentalmente por el MAS; en el mes de febrero).

Aunque los partidos del FIT-U acuerdan las mociones a llevar al espacio, inevitablemente lo abordan sobre la base de sus caracterizaciones y construcción previa. Nosotros nos paramos en el espacio como constructores del movimiento obrero y piquetero combativo, somos partidarios del frente único en todos los terrenos de la lucha de clases. El PTS en cambio encara este frente único con enormes contradicciones. Aunque apuesta a desarrollarlo, está condicionado por su hostilidad tradicional al movimiento piquetero, que no construye, y choca con una realidad en la cual la mayor parte de las organizaciones y una abrumadora mayoría del caudal de movilización del espacio está integrado por organizaciones piqueteras. Su hostilidad a las direcciones sindicales lo llevó a torpedear durante años el PSC y ahora a torpedearlo desde adentro. En general, no construye tampoco los sindicatos combativos, sino que busca explotar las posiciones en el movimiento obrero para una figuración electoral. Estos factores lo llevan a una relación parasitaria (y faccional) con las organizaciones combativas. Por otro lado, el MST, que participa en el movimiento piquetero, rechaza en cambio darle cualquier tipo de proyección política, al punto que sus dirigentes piqueteros ni siquiera hablan en sus propios actos.

Los debates en torno al espacio actualizan los debates que venimos teniendo al interior de la izquierda. La idea de consolidar el espacio como un espacio político abona las posiciones que en el pasado alimentaron la idea de una disolución política del FIT-U en una izquierda más amplia, el planteamiento del MST en la interna. Contra esta tendencia, está claro que la evolución de los grupos provenientes de la centroizquierda o el abstencionismo será puesta a prueba por el propio escenario político. Más de fondo, una convergencia que se basara en un compromiso del programa del FIT-U con posiciones nacionalistas sería un retroceso para la izquierda revolucionaria. Debemos, en cambio, militar en la claridad de que se trata de un frente que agrupa posiciones divergentes y desenvolver con claridad los debates en el marco de una unidad de acción. En cualquier caso, no abonamos la disolución del Frente de Izquierda en este espacio. En paralelo a las iniciativas comunes, debemos promover una agenda de iniciativas y declaraciones al propio FIT-U. Obviamente, esta agenda está condicionada a las posiciones políticas de los partidos del FIT-U. En el caso de Ucrania, por ejemplo, rechazamos un comunicado común con partidos (el MST e IS) que militan en el campo de la resistencia con Zelenski a la invasión de Putin.

Con esta política de frente único, con la defensa del FIT-U como campo independiente del nacionalismo, y con nuestro peso en la lucha de clases, debemos pelear un liderazgo en la izquierda del Partido Obrero. Es central para ello un desarrollo partidario en materia de agitación política, prensa, finanzas, comunicación y reclutamiento. El resultado de la última elección, en términos de bancas parlamentarias, nos dejó en minoría en relación al PTS, aunque recuperamos la banca de Romina y Guille en provincia, sumamos una banca legislativa en la capital y tenemos los concejales de PBA por primera vez. Pero el desequilibrio en el congreso contrasta con el peso que tiene el PO en la lucha de clases, y refleja un mayor desarrollo relativo del PTS en materia de instalación de voceros, comunicación y redes. Las características de esta mayor instalación tienen en parte que ver con un enfoque democratizante de la situación política. El PTS proyecta a Bregman, buscando apoyo de sectores del kirchnerismo lo que condiciona sus intervenciones. En Jujuy, hace primar una denuncia de la oligarquía y el régimen político provincial muy difusa en cuanto al programa. Este enfoque se manifiesta, asimismo, en La Izquierda Diario, cuya amplitud de posiciones lo asimilan a un medio no partidario, una forma indirecta de disolución política.

La guerra en Europa mostró el carácter estratégico de las divergencias dentro del FIT-U. El MST e Izquierda Socialista colocan todo su eje en denunciar la invasión de Putin sin denunciar la responsabilidad de la Otan en la guerra. Ambos reducen la crisis a la cuestión de la independencia nacional de Ucrania, omitiendo la cuestión central, que pasa por la disputa internacional por llevar hasta el final de la restauración capitalista en los ex Estados obreros. No abordan la crisis como la expresión del carácter explosivo que tienen las contradicciones y choques de la presente etapa histórica, privándose de destacar la tendencia inevitable del capitalismo y del imperialismo a resolver sus divergencias por medio de la guerra. Las guerras recientes (Siria, Yemen, Afganistán, Libia, Yugoslavía, Palestina, etc.) no le sirven para mostrar una secuencia creciente, por el simple hecho que han abordado esas conflagraciones con el mismo método que usan para el choque en Ucrania.

Estas divergencias estuvieron presentes en la interna que tuvo el Frente de Izquierda en la última elección. Los planteos expuestos por el MST fueron claramente de disolución del FIT-U como bloque político independiente en favor de un frente de colaboración de clases con sectores del centroizquierdismo. A quienes se oponen a esta disolución el MST les achaca el sambenito de “sectarios”. El mal resultado recogido en los principales distritos del país no implica que el MST borre estos planteos, sino que buscará llevarlos adelante por otras vías. Su participación de igual modo en el espacio de la Moratoria de la Deuda y en el FIT-U muestra que tienen huevos puestos en distintas canastas. Para el PO es central explicar el carácter de estas divergencias para evitar que la inevitable lucha de tendencias derive en el liquidacionismo o la desmoralización.

Nuestra posición sobre el FIT-U es desarrollarlo como un bloque político de independencia de clase, que intervenga sistemáticamente en la lucha en todos los planos. En el plano del movimiento obrero y piquetero esto significa en primer lugar que los partidos y agrupaciones apoyen e impulsen a los sindicatos combativos y sectores en lucha, y no que los parasiten con objetivos electoralistas.

Bajo estas consideraciones, propondremos un acto del Frente de Izquierda Unuidad el 1° de mayo, para levantar un programa de salida a la crisis, colocando una iniciativa política para atraer al activismo que viene luchando y enfrentando el plan de ajuste, y copando la Plaza de Mayo. Asimismo, consideramos que la propuesta que hemos realizado, de un congreso del frente de izquierda que atraiga a los sectores combativos del movimiento obrero y popular sería un enorme avance para procesar los debates, poner en pie una acción común y desarrollar a la izquierda en todo el país.

Tareas y consignas

La tesis del documento que presentamos es que el acuerdo con el FMI agravará las contradicciones políticas y económicas, potenciará la tendencia a la disgregación del régimen político e incentivará los choques entre los capitalistas y el gobierno con los trabajadores y las masas populares. La disgregación puede cobrar la forma de maniobras y rupturas circunstanciales, que son a fin de cuentas recursos de contención ante el creciente descontento popular. La capacidad de contención de la burocracia sindical y piquetera, y más en general del peronismo, será puesta a prueba a una escala superior. La evolución de la crisis mundial y sobre todo de la guerra puede acelerar o ralentizar los tiempos, pero no modificar el curso general de los acontecimientos. Para el PO la tarea central es enfrentar el pacto con el FMI movilizando a los trabajadores para que la crisis la paguen los capitalistas y por una salida política propia. La intervención en cada lucha, más allá del alcance inicial de su reclamo, tiene un papel vital para hacer crecer la fuerza y el protagonismo de los trabajadores. La agitación y la propaganda política por nuestro programa debe realizarse conjuntamente con la participación del PO en todas las luchas.

La consigna central de la etapa está determinada por esta caracterización. El planteo “abajo el pacto entre el gobierno y el FMI. Plan de lucha para que la crisis la paguen los capitalistas. Por una salida de los trabajadores” se ajusta a este planteo. Nuestro planteamiento del XXVII congreso, contra el régimen de hambre y miseria de quienes nos gobernaron las últimas décadas, se concentra ahora en la denuncia de este pacto que es resultado de una larga evolución de entrega y vaciamiento de la burguesía y sus partidos. Ponemos el eje en el acuerdo con el Fondo ya que delimita y concentra todos los elementos de la crisis actual. El planteo contiene una delimitación con la oposición de derecha, que avala el acuerdo en el Congreso y más en general es correa de transmisión directa de los intereses del FMI. Planteamos a la vez la necesidad de un plan de lucha para que la crisis la paguen los capitalistas, lo cual abarca los paros y huelgas parciales, que como ya hemos dicho, su desarrollo tiene una importancia colosal en la etapa que se abre. La consigna final de “por una salida de los trabajadores” cumple un papel de propaganda y a la vez introduce al desarrollo de un programa alternativo. El valor de este desarrollo es central en la polémica política actual, dado que no nos oponemos al acuerdo desde el punto de vista de un default capitalista sino, justamente, de una salida de los trabajadores que incluye el no pago de la deuda, la nacionalización de la banca y el comercio exterior, para volcar el ahorro nacional a resolver las necesidades populares, comenzando por un salario igual a la canasta familiar y el 82% móvil para las jubilaciones. La campaña debe desarrollarse con una agitación intensa en los barrios y lugares de trabajo, actos en puertas de fábrica y centros de concentración denunciando todos los aspectos puntuales del ajuste, charlas y mesas redondas y desarrollando fuertemente la producción y difusión de materiales para redes sociales y medios de comunicación. Vinculamos estrechamente esta campaña a un desarrollo de cada uno de los reclamos del movimiento obrero y popular, que son los que van a motorizar la intervención de la clase obrera en la crisis.

-Una campaña de denuncia de la guerra imperialista, del avance de la colonización económica y la penetración militar del imperialismo en Europa oriental, mostrando el carácter inevitable de la guerra bajo el capitalismo, y denunciando la invasión rusa en Ucrania, por parte de la burocracia restauracionista del Kremlin.

-La lucha por la absolución de Cesar Arakaki y Daniel Ruiz, para revertir las condenas de prisión efectiva establecidas por el Juez Ríos. En la agenda inmediata de esta campaña tenemos la audiencia pública en el congreso y un festival a fin de marzo. Además, el tema deberá figurar fuertemente en la movilización del 24 de marzo que se viene.

-La batalla por la recuperación de sindicatos y comisiones internas, y la lucha por poner en pie agrupaciones clasistas. Esta tarea tendrá un peso fundamental para el partido durante todo el año en vista del cronograma de elecciones sindicales retrasadas por la pandemia.

-El refuerzo del trabajo con prensa obrera en todos los terrenos. El rearmado de los equipos de corresponsales regional por regional, estableciendo un plan de notas. El refuerzo de la tarea de comunicación de cada uno de las y los voceros en todo el país, retomando el ritmo de trabajo y producción que pusimos en pie en la campaña electoral, desarrollando los ejes centrales de agitación política de la etapa. Vinculado a esto, reforzar, con objetivos en cada caso, el trabajo de colocación de prensa obrera.com por medio de padrones de difusión de contenido, y de prensa obrera impresa, con la venta en mano, piqueteo y la suscripción de todo el padrón interno y la periferia cercana.

-La incorporación a estas campañas políticas de nuevas camadas de activistas, elaborando padrones de reclutamiento y de colaboración con las mismas, especialmente en lo que hace a la vanguardia del Polo Obrero, para procesar su incorporación al partido. El debate congresal, con charlas, plenarios y actividades en cada regional, deberá servir para desarrollar a fondo los debates, elaborar los planes de trabajo y avanzar en esta tarea de reclutamiento.

-La lucha por poner en pie en todo el país una fuerte corriente socialista en la juventud, desarrollando a la UJS y la juventud del Polo. Abordamos este desafío cuando se reabren presencialmente todas las universidades nacionales e institutos terciarios. Vamos a la batalla por la recuperación de los centros de estudiantes, la organización del movimiento estudiantil por sus reclamos y la organización de la juventud de los barrios contra la miseria social, por el derecho a la educación, la vivienda y el trabajo.

-La preparación de la participación del partido en el encuentro nacional de mujeres, que se desarrollará en San Luis y va a requerir un trabajo de organización de la concurrencia de todas las regionales. El Encuentro Nacional de mujeres es siempre un terreno importante de reclutamiento, vamos a participar con una delegación importante sobre la base de lo que fue la participación en el congreso del plenario de trabajadoras.

 

Foto: Juan Diez

1° DE MAYO: a la Plaza de Mayo y plazas centrales de todo el país

Abajo el Pacto con el FMI – Por el salario y el trabajo – Contra la represión a los que luchan – Guerra a la guerra. Declaración del Partido Obrero en el Frente de Izquierda

20/04/2022

Los ingresos de los trabajadores (registrados, no registrados, jubilados, beneficiarios de los planes sociales) se desmoronan por el aumento de los precios. El 6,7% de inflación de marzo no es un techo como dice el gobierno: se viene al aumento de las tarifas (ya están convocadas las audiencias) y continúa el alza de los combustibles. Cuanto más pobre se es más pesa esta situación porque lo que más aumenta son los artículos esenciales como los alimentos. 

Como toda respuesta el gobierno anunció con bombos y platillos bonos para jubilados (que ganen menos de dos salarios mínimos) y un IFE superdevaluado (la nueva versión es de $ 18.000 en dos cuotas; la original cubría el 58% de la canasta básica de alimentos, esta solo el 26%). 

Son migajas para mejor ocultar que el deterioro salarial y la caída de las jubilaciones son una política de Estado, para una mayor explotación (y obtener beneficios) de la fuerza de trabajo. El gobierno plantea que lo hace para mejor distribuir la riqueza, pero mientras invierten 240.000 millones de pesos en estos bonos, el BCRA pagará este año intereses que rondarán los 2.5 billones de pesos a la especulación de los bancos, o sea 10 veces que lo que insume el bono. Más que distribuir la riqueza, el gobierno la está concentrando. 

Pacto con el FMI 

La inflación es una consecuencia inevitable del pacto con el Fondo, que se nutre de la misma, aumentando la recaudación por impuestos (IVA), y que pegará un salto con la devaluación reclamada, desvalorizando aún más la fuerza de trabajo. Mientras la fuga de capitales continúa y la riqueza nacional se pierde sin que llegue la lluvia de inversiones. 

El kirchnerismo, consciente del destino de fracaso del acuerdo aprobado por el Congreso, trata de aparecer como opositor al rumbo del gobierno, que integran en forma mayoritaria. Pero sus límites son insalvables: apoyan el pago de la deuda y sostienen la necesidad de un acuerdo con el FMI. 

Los proyectos del pago de la deuda con un blanqueo de los capitales fugados o el anunciado (y no precisado) impuesto a la “renta inesperada”, además de difícil aprobación, son fuegos de artificio para ocultar que son impotentes frente al vaciamiento financiero del país. 

Por un movimiento popular con banderas socialistas

Para impulsar este ataque a las condiciones de vida de millones, el gobierno y los capitalistas cuentan con la asistencia de la burocracia de los sindicatos que apoya abiertamente el acuerdo con el FMI. Han acordado un salario mínimo en la línea de indigencia, y negocian paritarias a la baja. Lo que corresponde es exigir un ingreso que como mínimo cubra los 100 mil pesos de la llamada canasta básica para no ser pobre. Y a partir de allí impulsar un salario igual a la canasta familiar como reclaman los autoconvocados de UTA en $180 mil.

En contraposición a la complicidad y parálisis de la burocracia se destaca el movimiento piquetero independiente que con muy significativas luchas golpeó al gobierno e irrumpió levantando reclamos populares muy sentidos en el medio de la crisis política. Este es el resultado de defender un programa basado en la independencia política de los trabajadores ante el Estado y las corrientes capitalistas luchando sin otro condicionamiento que el desarrollo de su organización. En esa misma línea se dan las huelgas obreras autoconvocadas o las luchas impulsadas por el sindicalismo combativo que escapa a las burocracias de la CGT y las CTAs.

Para el Partido Obrero este 1° de Mayo es la oportunidad de que a la crisis del gobierno en todas sus variantes opongamos una acción de la izquierda revolucionaria para plantarse como alternativa política. 

A ocupar la Plaza de Mayo y la plazas centrales de todo el país para poner en pie movimiento popular bajo banderas socialistas. Es la gran tarea de la etapa.

1° de Mayo de lucha e internacionalista, todos a la Plaza de Mayo

En defensa del trabajo y el salario contra el ajuste inflacionario. Declaración de la Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

20/04/2022

El gobierno sigue echando leña al fuego de la inflación, que ya apunta al 80% anual.

No hay tal “guerra”, como dijo el Presidente.

El gobierno nacional se niega a meter la mano en los costos de producción de los alimentos y de todos los productos. Prefiere defender el secreto comercial en lugar de abrir sus cuentas y sus libros.

Aumenta la nafta y anuncia nuevos aumentos de tarifas de luz y gas según las exigencias de los grupos económicos que lucran con el aumento de los precios internacionales.

Por otro lado suben la tasa de interés. Una medida recesiva que al mismo tiempo aumenta el costo financiero que traspasan a los precios, así como los intereses de las tarjetas de créditos de las familias trabajadoras.

 La inflación es una política. Un mecanismo de transferencia del bolsillo de los trabajadores a los de las patronales y a las arcas del gobierno que abulta su recaudación a través del IVA y de todos los impuestos atados a los precios.

Las medidas que dictó el FMI se van aplicando aunque ya reconoció que el plan quedó “viejo”, y por eso adelantó la primera “visita” a país.

Vienen por mayores exigencias de ajuste; por la profundización de la precarización laboral, la destrucción de los convenios colectivos, las indemnizaciones y de todo el sistema jubilatorio.

Bonos y paritarias

Guzmán, el ministro que tambalea, anunció bonos para trabajadores en negro, para jubilados y trabajadoras de casas particulares. Están conscientes de la explosividad social. Pero no piensan resolverla, sino en evitar el estallido.

Son importes por única vez para abril y para mayo para hacer pasar la pérdida histórica del poder adquisitivo del sector que flota en niveles de indigencia. 

En tanto las burocracias sindicales de la CGT y de las CTA – toda oficialista – maniobra en paritarias más o menos cortas sin plantear el gran problema: el nivel de los salarios respecto de la canasta familiar. Los Daer y compañía entregan todo a cambio de regatear la caja de las obras sociales, que utilizan para sus chanchullos y negociados a expensas de la salud obrera.

Los salarios están cada vez más lejos de una verdadera canasta familiar. No es casual que los autoconvocados de la base de UTA salieron a reclamar $180 mil. En ese orden también luchan los obreros del neumático con el Sutna a la cabeza.

La UOM “renovada”, con nueva conducción kirchnerista va a ratificar el 45% que firmó Caló (con Furlán y compañía). Por su parte, Pianelli del subte, otro dirigente K, pide un bono por decreto en lugar de paritarias que rompan el techo salarial del gobierno, para descomprimir una situación salarial insoportable. Moyano pide un bono de $20000 sobre básicos bajísimos.

La realidad es que con Alberto y Cristina, los salarios bajaron del 46% al 43% de toda la torta nacional. Con Macri ya habían caído del 54% al 46%. Sigue el tobogán.

Sectores del movimiento obrero empiezan a dar peleas de importancia como se vio en la huelga de 28 días de los docentes misioneros con cortes y movilizaciones, así como en las acciones de los choferes autoconvocados. El Sutna inició con una huelga masiva un plan de lucha por un aumento de salario real, tal como lo vienen conquistando en los últimos años con sus métodos clasistas y de lucha.

La enorme lucha del movimiento piquetero que reclama trabajo genuino, universalización de los planes, aumento de los mismos y alimentos, es otra gran batalla del sector más golpeado de la clase obrera. Hoy, vanguardia nacional de la clase obrera. 

La campaña de desprestigio y las represalias contra los luchadores son la respuesta impotente que une al gobierno y la oposición derechista.

Vamos por un plan de lucha

Promovemos paritarios electos por las bases, como acaba de hacer el gremio de controladores aéreos, con pliegos votados en asamblea como hace el Sutna, la AGD de los docentes universitarios, Ademys y los Sutebas Combativos, al igual que ATEN Neuquén y otros sindicatos recuperados en distintas provincias.

A seguir este camino en todo el movimiento obrero.

Impulsemos la deliberación, con asambleas en cada lugar de trabajo, el reclamo de asambleas generales y congresos de delegados con mandato para no dejar las negociaciones en manos de la entregadora burocracia sindical

Un congreso de delegados mandatados de todas las centrales debería discutir la inmediata ruptura de las centrales con el gobierno y votar un plan de lucha para quebrar el ajuste en marcha.

Este primero de Mayo vamos a un gran acto en Plaza de Mayo y en todo el país contra el pacto con el FMI del gobierno del Frente de Todos y Juntos por el Cambio.

No nos tragamos la demagogia de los K que hacen de opositores desde el interior del gobierno del ajuste.

Vamos también con la consigna “guerra a la guerra”, donde el pueblo de Ucrania es víctima del expansionismo belicista de la Otan imperialista y la invasión criminal de Putin.

Vamos por una América Latina unida y socialista y vamos por una Ucrania libre, unida y socialista. Contra la descarga de la crisis mundial sobre las espaldas del pueblo trabajador.

Vamos con el clasismo, con el movimiento piquetero independiente del gobierno y todas las luchas, junto al Frente de Izquierda Unidad que será el convocante.

Coordinadora Sindical Clasista-Partido Obrero

19/4/2022

Libertad a los presos por luchar

Basta de criminalizar la protesta social

07/04/2022

El gobierno de Morales y su justicia acaban de encarcelar a Sebastián Copello, dirigente del Partido Obrero y a Juan Chorolque del MTR 12 de abril por participar en movilizaciones piqueteras por trabajo y asistencia a los desocupados.

Morales se ensaña con los piqueteros para quebrar su lucha. No quiere dar respuesta a los reclamos fundamentales de las y los trabajadores por salario, por trabajo genuino, por el acceso a la vivienda. 

Mientras la mayor parte de los salarios no llega a fin de mes, el movimiento piquetero gana las calles para duplicar el salario mínimo y por fuentes de trabajo. Mientras el hambre avanza en los barrios, las movilizaciones reclaman los alimentos tan necesarios para los merenderos y comedores. 

Esta lucha es fundamental para todo el pueblo. Porque tanto los gobernadores como Alberto Fernandez avanzan en aplicar la política de ajuste pactada con el Fondo Monetario que va a implicar la destrucción de puestos de trabajo y un nuevo ataque a salario y jubilaciones. 

Todos los días vemos el resultado de esta orientación con la inflación que se dispara, agrandando la pobreza. Es la misma política que fracasó con todos los gobiernos de las últimas décadas  y solo provocó crisis aún más graves.

Apuntan directamente contra el pueblo y por eso que quieren golpear a quienes luchan por los reclamos populares.  Es que lo que vale para los desocupados también vale para los docentes, estatales y todos los trabajadores.  ¿O no sufren todos los días la liquidación de los salarios, las condiciones de trabajo o la carencia de vivienda? Por eso es fundamental organizarse en cada lugar de trabajo y unificar la lucha de los trabajadores ocupados y desocupados. Para esto, hay que superar las trabas de la burocracia sindical, que pacta con el gobierno mientras liquida los salarios. 

Abajo la persecución

La justicia jujeña actúa por cuenta y orden de Morales. Morales maneja a Jujuy como si fuera un feudo. Bastó un llamado en las sesiones a criminalizar la protesta piquetera para que el Juzgado Federal encarcelara a los compañeros. 

La prisión de Sebastian Copello y Juan Chorolque es un nuevo salto de la política represiva, luego del encarcelamiento de 7 compañeros en San Pedro, que fueron liberados luego de una gran movilización popular. 

Los compañeros detenidos denunciaron torturas y tratos inhumanos en las comisarías, mientras el gobierno militarizaba San Pedro atacando a sus familias.  

Morales utiliza contra los compañeros los mismo métodos anti democráticos que utilizó antes contra Milagro Salas. 

Contra esta política represiva, en todo el país, miles de compañeras y compañeros nos estamos movilizando por la libertad de Sebastián Copello y Juan Chorolque. Es una tarea fundamental del pueblo de Jujuy quebrar esta política represiva.

Te invitamos a sumarte a esta campaña para defender la libertad de organizarse y luchar, que es la libertad más importante porque es la que permite defender todo el resto de los derechos. 

 

Partido Obrero – Polo Obrero – en el FITU Jujuy. 

 

Repudio a los dichos de Larreta, Zabaleta, Berni y demás gobernantes

Declaración de la organización de mujeres Plenario de Trabajadoras

06/04/2022

El jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Rodríguez Larreta eligió a las madres más pobres como eje de sus ataques. Para desanimar la protesta social y para armar las condiciones para reprimirla, primero planteó que hay que sacar los planes a todos los que protestan para luego afirmar que “usan a los chicos, los ponen como escudos” y reclama que se le retiren los planes sociales, incluida la AUH, específicamente a las madres de los chicos pobres argumentando que ellas los llevan a los piquetes y no al colegio. 

Estas declaraciones son falsas de toda falsedad, y son un insulto especial para con las personas que participan de las  asambleas de lucha del movimiento de desocupados y precarizados y que organizan dedicadamente las guardias en los acampes garantizando que las madres, las que mayoritariamente asumen esta tarea, puedan enviar a sus hijxs al colegio y otras situaciones ya que entre las asambleas hay muchísimas personas con discapacidades y problemas que requieren esa organización. La mentira larretista está al servicio de un discurso de clase que busca enfrentar a la población que aún no cayó en la indigencia con las y los más pobres del país. 

Mediante esta declaración queremos reafirmar que no es el Estado el que fomenta el acceso a la educación de los chicos y menos aquel que está en mano de un gobierno que supo confesar que no iban a hacer nada para que lxs chicxs que salieron de la escolarización en pandemia, volvieran a los colegios, sino que son las mujeres más pobres las que se abren paso para darle a sus hijxs el acceso a la educación que los gobiernos les niegan. 

Por su parte el Ministro Juan Zabaleta que desde que asumió no ha dado ninguna respuesta, refuerza esta derechización macrista con epítetos que hablan de “extorsión” por parte de los sectores que le demandan. Clásico discurso de momentos de crisis con el que buscan invertir la carga de la prueba. Para la casta que gobierna para los intereses económicos poderosos, las protestas sociales son una amenaza a sus propios intereses. Por eso Milei, que representa firmemente a esa casta, impulsa esta campaña y todos lxs que gobiernan lo secundan.Buscan que la pobreza del 50% quede silenciada y en su hacinamiento hogareño. Lxs únicos extorsionados en esta historia son los sectores que, sometidos al hambre y la falta de trabajo, son acusados falsamente luego para evitar que protesten por eso. 

Estas declaraciones se producen mientras la inflación no se detiene y los índices de pobreza referidos al segundo semestre 2021 ya han sido superados ampliamente. Las cifras que muestran la tragedia social en curso no se quedan ahí. De las más de 5 millones de personas indigentes que hay en el país el 70% son mujeres a cargo de hogares empobrecidos. El 52% de niñxs empobrecidos ya es cosa del pasado y aún más han sido lanzados a la miseria más extrema. Como demuestran las cifras, ni la pobreza ni la indigencia dependen del nivel de empleo que tengamos ya que los empleos creados durante este tiempo son por ingresos por debajo de la línea de indigencia, como ocurre con el rubro de trabajadoras de casas particulares, la vestimenta y otros gremios mayoritariamente femeninos. 

Las mujeres piqueteras son la expresión de lucha contra estos ataques que ellas y sus hijos sufren cotidianamente. Pelearon junto a ellxs por la conectividad bajo pandemia, que los gobiernos de Larreta y el nacional les negó. Antes exigiendo refacciones de escuelas y creación de nuevas en barriadas en las que no hay colegios, demandando también la doble escolaridad ya que en la vida cotidiana, mientras las familias trabajan y changuean durante más horas que las que ofrece el sistema escolar, no tienen con quién dejar a lxs chicos, algo que impide también una adecuada inserción en el mercado laboral. 

Mucha atención  con esta campaña porque golpea en una línea muy sensible para las mujeres más pobres que no toleran, con justicia, ser señaladas como “malas madres” porque en la mayoría de los casos, lo dan todo por sus hijos teniendo que enfrentar la injusticia de un estado que las hambrea, las deja sin trabajo, sin vivienda y sin protección alguna frente a la violencia. En particular el autor del ataque es responsable de que la infraestructura de los colegios de la ciudad esté destruida, de que falten docentes, de que no se abran nuevas escuelas lo que provoca una falta de 30 mil vacantes en la ciudad y de tantas otras políticas que limitan el acceso a la educación. 

No confundamos, no les interesa la educación de nuestros pibes, lo único que les interesa es que no haya obstáculos en el camino de la defensa de intereses sociales ajenos a las mayorías populares. Son los gobiernos de la fuga de capitales, de las alianza con el estafador Cositorto, de las estafas con contrataciones del Estado a amigos empresarios. Son los gobiernos que consideran cuestión de honor pagar al FMI y para eso hambrean a las trabajadoras. Son también los que fomentan subsidios millonarios a sus amigos empresarios sin que estos deban rendir cuenta de nada y atacan a los pobres como si ellos fueran los que viven del estado, cuando la mayoría de los subsidios en este país se los llevan por lejos la minoría más rica y explotadora. 

Larreta (y Kiciloff, que se unió a esas declaraciones a través de su ministro facho que oficia de enlace con las políticas más reaccionarias) teme perder su base electoral a manos de los Milei y avanza para armar las condiciones políticas para reprimir. Se vale para eso de corifeos que desde cómodos medios de comunicación hablan sobre en qué lugar y cómo debieran protestar los demás, colaborando así con los gobiernos para que la carga de la responsabilidad sobre las medidas de lucha caiga sobre los que deben salir a protestar y no sobre los gobiernos que atacan a los sectores populares y con ello los impulsan a salir a luchar. 

Mientras estas campañas reaccionarias contra las madres empobrecidas se suceden, mujeres que ocupan puestos de poder en el Estado hacen silencio y acompañan así los ataques hacia los sectores que decían venir a defender poniendo otra vez en evidencia la estafa del uso de nuestra lucha para crear organismos estatales que responden a intereses ajenos a los nuestros.

Llamamos a toda la militancia feminista y de todo el movimiento de mujeres  a desplegar una fuerte campaña contra esta orientación que busca silenciar a lxs que luchan con represión.

Digamos basta!!! Con la mujeres más empobrecidas no!!! Larreta, Zabaleta y demás gobernantes, no permitiremos que avancen. Lo que afecta a los trabajadores no son las protestas de los más pobres, son sus políticas ajustadoras, sus salarios mínimos por debajo de la línea de indigencia y sus permanentes beneficios a los fugadores y a los especuladores.

Plenario de Trabajadoras

 

Apoyemos a los trabajadores desocupados por todos sus reclamos

Viva el acampe piquetero

30/03/2022

El acampe piquetero que se está desarrollando en la 9 de Julio y en cientos de ciudades y pueblos todo el país tiene una importancia para todos los trabajadores y los sectores populares. Los trabajadores desocupados se están movilizando en reclamo de reivindicaciones muy concretas: por trabajo genuino, por la duplicación de los ingresos que perciben, por la apertura y universalización de los programas sociales, por la asistencia integral a los comedores populares. Y también por el aumento del salario mínimo, que está hoy en 33.000 pesos y el gobierno pretende llevar a 47.800 a fin de año. Menos de la mitad de la canasta básica, cuando la inflación arrecia.

Se trata, en definitiva, de un reclamo contra la política de ajuste del Gobierno y el FMI. En un cuadro de crecimiento inflacionario y desorganización económica, el Gobierno ha decidido ajustar sobre el sector más postergado de la sociedad, recortándole el acceso a un ingreso de emergencia, para así juntar recursos para pagar la deuda externa. Quebrar esta política, abrirá paso a luchas en todos los sectores populares y por todas las demandas del movimiento obrero.

Los piqueteros se valen, naturalmente, del acampe y el piquete. Son los métodos históricos que tiene la clase obrera para hacerse escuchar. Previamente, recurrieron a otras instancias de lucha, que fueron desoídas, unas tras otras, por parte del gobierno. El ministro Zabaleta  llegó a señalar que las protestas se tratan de una extorsión. Pero es un recurso último para garantizarse el derecho más elemental a comer y a trabajar. Los movimientos antipiquete promovidos por los “libertarios” no pasarán la prueba de los hechos porque los piquetes son de carácter popular y masivo.

Es importante señalar que estos reclamos no son apoyados por la CGT, ni por las CTA. Son burocracias que están aliadas con el gobierno y han desatendido los reclamos. Así como son cómplices de cada entrega del salario, abandonan el reclamo por trabajo genuino de los desocupados. Tampoco apoyan la lucha piqutera las organizaciones oficialistas del “triunvirato de San Cayetano” (como la UTEP). Es cada vez más frecuente que compañeros/as abandonen esas organizaciones y se sumen al movimiento piquetero que lucha.

En contraposición, el acampe es apoyado por los sindicatos y seccionales recuperados por el clasismo, que se agrupan en el Plenario del Sindicalismo Combativo: el SUTNA, la AGD, Suteba La Matanza y Ensenada, Unión Ferroviaria de Oeste, entre otros. Es fundamental la unidad de trabajadores ocupados y desocupados para enfrentar juntos la política de hambre del gobierno y el Fondo Monetario.

Para que la crisis la paguen los capitalistas, convocamos a apoyar con todo el acampe piquetero por el triunfo de sus reivindicaciones.

https://prensaobrera.com/politicas/la-unidad-piquetera-convoca-a-un-acampe-por-48hs

Foto: Gentileza de Nicolás Parodi.

“Guerra a la guerra”. Fuera la OTAN y el FMI. Fuera Putin de Ucrania.

El Partido Obrero condena la guerra desatada con la invasión criminal de Rusia en territorio ucraniano. Todos los indicios de la última semana señalan que marchamos a un agravamiento de la guerra.

28/03/2022

El viaje de Biden a Europa forma parte de los planes de la Casa Blanca por redoblar la apuesta, aumentar el despliegue militar en la región, acentuar las hostilidades y las represalias y avanzar en una escalada de mayor alcance contra Rusia y, de un modo más general, en los objetivos estratégicos del imperialismo. Esta decisión de Washington se alimenta en la evidencia del empantanamiento en que se encuentra el operativo bélico de las fuerzas rusas.

Están a la vista las atrocidades que viene llevando adelante el ejército ruso. A Putin no le tiemblan las manos en estos ataques despiadados, como lo ha probado la carnicería contra el pueblo checheno o, más recientemente, en su intervención contra la rebelión en Kazajistán. La incursión militar de Putin pretende someter a Ucrania en función de los intereses y apetitos de la su propia camarilla y la nueva burguesía oligárquica restauracionista rusa, en su pulseada con Occidente. Putin concibe al este ucraniano como una pieza de ajedrez geopolítica y prenda de negociación con Occidente, no como parte de un combate de los pueblos del mundo contra el imperialismo.

La invasión rusa debe ser repudiada pero planteando, al mismo tiempo, una condena sin vacilaciones a la Otan. El agravamiento y prolongación de la guerra ucraniana que se vislumbra terminará de sacarle la careta al imperialismo y echar luz frente a la opinión pública ucraniana y mundial de la hipocresía de las principales metrópolis capitalistas que les interesa un bledo la suerte del pueblo ucraniano que viene siendo utilizado como carne de cañón -al igual que el resto de los pueblos de Europa del Este- para un avance económico, diplomático y militar imperialista en la región, que ha ido de la mano de la expansión de la OTAN. Zelensky viene utilizando el sentimiento de defensa nacional que despierta la agresión militar rusa en el pueblo ucraniano para reforzar este alineamiento con las potencias occidentales, o sea, una manipulación política de la población de carácter proimperialista. 

Estamos frente a un conflicto que se desarrolla hace años y que tiene como primer y gran responsable al imperialismo. 

Ucrania ha sido convertida en una colonia de los imperialismos yanqui y europeo, del FMI y de la Otan. Tiene una deuda de 12.000 millones de dólares con el FMI y es víctima de un feroz ajuste que la ha convertido en la nación más pobre de Europa. Esta acción se inscribe en la penetración y colonización más general de Europa del este y apunta, como objetivo último, contra Rusia, a la cual ha ido cercando militarmente. 

Entre tanto, la guerra de Ucrania ha provocado un salto en la crisis capitalista mundial. Para el trabajador argentino este problema es de sumo interés porque las medidas económicas de boicot a la producción y el comercio con Rusia vienen dislocando el mercado mundial y han producido una estampida de precios en los combustibles y alimentos, en primer lugar. Pueblos enteros en Asia y África están siendo condenados al hambre. Tampoco escapan a sus efectos los países desarrollados cuya población está sufriendo un enorme golpe a sus bolsillos en los servicios de gas, electricidad y en la nafta. Y en Argentina, se potenciarán los tarifazos y una supercarestía en los alimentos, que quieren que afrontemos con salarios devaluados y mayoría de trabajadores precarizados y/o desocupados. Sobre la súperinflación bajo la cual vivimos y con el plan de ajuste que el gobierno pactó con el FMI, viene encima la repercusión económico-social de esta guerra.

Pero no todos pierden con la guerra en la sociedad capitalista: los monopolios armamentistas, los pulpos petroleros y los capitalistas agrarios que quieren cobrar íntegros los siderales precios internacionales, se están forrando de guita como nunca. A pesar de que el costo de la producción nacional es sensiblemente inferior al internacional, quieren que paguemos esos precios de expropiación del bolsillo de los trabajadores. 

El gobierno de Fernández se ha colocado del lado de la Otan. Y aplicará nuevos ajustes que se sumen a los que está ejecutando por el pacto con el FMI. 

El gobierno que pacta con el FMI para descargar la crisis sobre nuestro pueblo no puede denunciar el plan de ajuste que ese mismo FMI aplica sobre el pueblo ucraniano.

A un mes de iniciada la guerra en Ucrania, crecen las víctimas y tres millones de evacuados y refugiados han debido abandonar sus hogares para salvar sus vidas. La guerra amenaza con extenderse por Europa y hasta ser la base de una guerra mundial. 

 “Guerra a la guerra”. Fuera la Otan y el FMI de Ucrania y el este de Europa. Abajo la burocracia restauracionista de Putin. Fuera las tropas rusas y los bombardeos a Ucrania. Por la unidad de los pueblos de Rusia y Ucrania. La única salida antiimperialista y en favor de la autodeterminación de Ucrania es la que pueden dar los trabajadores mediante una Ucrania unida y socialista, en hermandad con los trabajadores rusos, por una federación socialista como la que instauró la revolución de octubre de 1917. 

El enemigo está en nuestros propios países: son las clases dominantes que nos llevan a la guerra y la barbarie. La salida de la humanidad está en manos de los trabajadores. Por gobiernos de trabajadores y el socialismo que apunte a una reorganización social del planeta sobre nuevas bases sociales 

Por aumento de salarios, jubilaciones y planes de desocupados indexados al costo de vida. No al hambre. No al pago de la deuda.

Unamos nuestra lucha a la de los trabajadores del mundo contra la guerra y la explotación.

Convocan a una movilización al Congreso el día que se trate el pacto con el FMI

25/02/2022

El amplio espacio de cientos de organizaciones sociales, de izquierda, piqueteras, del sindicalismo combativo, de mujeres, estudiantiles, ambientales, de derechos humanos, que ya convocó a dos importantes movilizaciones contra el pacto con el FMI resolvió convocar a “una multitudinaria concentración en las afueras del Congreso Nacional y en todo el país para repudiar el pacto con el FMI el día que se trate en la Cámara de Diputados. Convocamos al pueblo trabajador a movilizarse ese día masivamente contra este pacto que empeorará aún más la vida del pueblo y profundizará el atraso y la dependencia de la Argentina. Reclamamos que las centrales de trabajadores rompan su integración con el gobierno y convoquen a un paro activo nacional para ese día, como parte de un plan de lucha para derrotar el pacto y al ajuste que nos quieren imponer el gobierno con el aval de la oposición de derecha. Convocamos a quienes rechacen el acuerdo entreguista a movilizarnos en unidad de acción”.

¡No al pacto del gobierno con el FMI! ¡Basta de ajuste, tarifazos y extractivismo! Libertad a los presos políticos. ¡No al pago de la deuda externa! ¡Las estafas no se pagan! ¡No a la impunidad de los responsables y la entrega de soberanía!

Primeras firmas:

APEL, CADHU, CAJ, CEPRODH, CORREPI, Encuentro Militante Cachito Fukman, SERPAJ, Ademys, Unión Ferroviaria Seccional Oeste, Suteba Tigre, Suteba Ensenada, Suteba Matanza, Suteba Gral Madariaga, SITRAREPA, JI ATE Ministerio de Economía, JI ATE INTI, JI ATE Hospital Garraham, JI ATE Senasa, Comisión Interna Morvillo, Comisión Interna Apuba Facultad de Ciencias Sociales, PSC (Plenario del Sindicalismo Combativo), Agrupación Nacional Clasista Antiburocrática (ANCLA), Coordinadora Sindical Clasista (CSC), Corriente Sindical 18 de Diciembre, Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC), Corriente político Sindical 1ero de Mayo, Corriente Político-Sindical Rompiendo Cadenas, Movimiento Nacional Ferroviario, Centro de estudiantes de Historia UNLU, Centro de estudiantes de Geografía UNLU, Centro de Estudiantes Terciario del IES Juan B justo, Centro de Estudiantes de Veterinaria (UBA), Centro de Estudiantes de Farmacia y Bioquímica (UBA), Centro de Estudiantes Ciencia y Tecnología (UNSAM), Centro de Estudiantes del IFDS 39 de Vicente López, Centro de Estudiantes IFDS número 9, Centro de Estudiantes del ISEF N1 Romero Brest, Centro de Estudiantes Terciario del Lenguas Vivas JRF, Centro de Estudiantes del IFDS 113, Coordinadora de Basta de Falsas Soluciones, Red Ecosocialista, Ambiente en Lucha, Acción Ecológica Anticapitalista, Tribuna ambiental, Vecinos autoconvocados contra la contaminación de Klaukol en Virrey del Pino, Asamblea Permanente de Guernica por Vivienda y Trabajo, Asamblea Permanente por vivienda y trabajo genuino Tigre/San Fernando, Asamblea Permanente de Desocupadxs de Noroeste, Barrios de Pie, Frente de Organizaciones en Lucha FOL, MST Teresa Vive, MTR 12 de abril, Polo Obrero, MTL Rebelde, Red de Trabajadores Desocupados, Informales y Precarizadxs, Isadora, Juntas y a la izquierda, Mumala, Las Rojas, Pan y Rosas, Plenario de Trabajadoras, Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago e Investigación de la Deuda, Coordinadora por el Cambio Social (FOL Frente de Organizaciones en Lucha / FPDS Corriente Plurinacional / MULCS / ILS / Igualdad Social / FOB Autónoma / FAR y COPA en Marabunta / OLP Resistir y Luchar), Corriente Social y Política Marabunta, Frente de Izquierda y de Trabajadores Unidad (Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), Partido Obrero (P.O.), Izquierda Socialista (IS), Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), Libres del Sur, Nuevo Movimiento al Socialismo (NMAS), Opinión Socialista, PSTU (Partido Socialista de los Trabajadores Unificado), PRC (Partido por la Revolución y el Comunismo), MTR (VL), Federación Juvenil Comunista y Partido Comunista (CABA y Morón), Democracia Socialista, Rebelión Popular, Hilo Rojo Colectivx militante, Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), FOL (Frente de Organizaciones en Lucha), MTD Aníbal Verón, PRML, Marabunta – Ya Basta!, Agrupación Estudiantil En Clave Roja, Juventud Socialista del MST, Unión de Juventudes por el Socialismo, Juventud de Izquierda Socialista, CAUCE Corriente Educativa Nacional

“Guerra a la guerra”. Fuera la OTAN y el FMI. Abajo la burocracia restauracionista de Putin

Declaración del Comité Ejecutivo del Partido Obrero

24/02/2022

1. El Partido Obrero condena la guerra que ha pegado un salto con la incursión de Rusia en territorio ucraniano. La carne de cañón de esta guerra son y serán los trabajadores de Ucrania, Rusia y los trabajadores del mundo entero. Estamos frente a un nuevo capítulo de un conflicto que tiene como primer y gran responsable al imperialismo. Ucrania ha sido convertida en una colonia de las metrópolis occidentales, en primer lugar, de Estados Unidos. El país viene siendo objeto de una colonización y saqueo económico por parte del gran capital internacional. Ucrania tiene una deuda de 10.000 millones de dólares con el FMI y viene siendo víctima de un feroz ajuste en el marco de los acuerdos pactados con los organismos multilaterales de crédito. Ucrania, en definitiva, ha pasado a ser tierra arrasada, convirtiéndose en la nación más pobre de Europa.

2. El desembarco y penetración económica de las principales potencias capitalistas en Ucrania y en general, en el este europeo ha ido de la mano del avance militar y la anexión a la Otan de los países de la región. Esta escalada no solo tiene como propósito afianzar su dominio en ese espacio geográfico sino que es un tiro por elevación contra Rusia, que enfrenta un verdadero cerco militar que rodea su frontera occidental. El objetivo último del imperialismo es completar la colonización del exespacio soviético con la penetración de los monopolios, y la subordinación económica y política al imperialismo avanzando en un desmembramiento de Rusia, como ocurrió en Yugoslavia.

3. La incursión militar de Rusia no responde a un interés popular ni a una causa de emancipación nacional y social de los trabajadores -ni siquiera a las genuinas aspiraciones autonomistas de los trabajadores del este ucraniano-, sino a los intereses y apetitos de la camarilla y oligarquía restauracionista rusa, en su pulseada con Occidente. Putin concibe al este ucraniano como una pieza de ajedrez geopolítica y prenda de negociación con Occidente, no como parte de un combate de los pueblos del mundo contra el imperialismo. Prueba de ello es la política que el Kremlin viene llevando de desigualdad social en su territorio y opresión nacional con las naciones que aún permanecen bajo la órbita de Moscú.

4. La política putiniana está en las antípodas de la sostenida en la revolución de Octubre, basada en el respeto de la autodeterminación de los pueblos de la región y su asociación en una federación común que dio lugar al nacimiento de la Unión Soviética. El bolchevismo ha sido el único defensor del derecho a la autodeterminación de Ucrania y los países del Este que luego fue pisoteado tanto por las potencias capitalistas como por el estalinismo y finalmente por la burocracia restauracionista que hoy está al frente de Rusia. Putin viene de criticar severamente a los bolcheviques a quienes los responsabilizó por una política de entrega territorial que debilitó a Rusia. Eso es mirar con los lentes del imperio zarista y no con los del avance de la causa de los trabajadores del mundo.

5. La guerra en Ucrania instala un escenario bélico en forma directa en Europa y, por su contenido, tiene un alcance internacional. Una guerra que involucre nada menos que a la Otan y Rusia desmiente, una vez más, a los apologistas de la globalización y la supuesta superación de los antagonismos nacionales. Al revés, la crisis capitalista mundial conduce a un recrudecimiento de los mismos y somete a los pueblos a la pesadilla de los choques y confrontaciones bélicos. Y, de la mano de ello, a penurias sociales y económicas, que ya se están haciendo sentir. Junto al derrumbe de bolsas y los temblores de la economía mundial, estamos asistiendo a un aumento de los precios del petróleo y los commodities que impactan directamente en el bolsillo popular.

6. Dejando de lado las vacilaciones iniciales, el gobierno argentino ha decidido sumarse al campo de los EE.UU. y la Otan. Así debe interpretarse su comunicado donde le pide a Rusia que cese las acciones militares, pero nada dice del avance de la Otan en la región y la colonización que el imperialismo ha llevado adelante sobre Ucrania. El gobierno que pacta con el FMI para descargar la crisis sobre nuestro pueblo no puede denunciar el plan de ajuste que ese mismo FMI aplicó sobre el pueblo ucraniano en los últimos años, transformándolo en uno de los más pobres de toda Europa. Al adoptar esta posición el Frente de Todos coincide con Juntos por el Cambio, algo que no debiera llamar la atención ya que ambas fuerzas se han comprometido a votar el acuerdo con el FMI en el Congreso Nacional.

7. La consigna del momento es “guerra a la guerra”. Fuera la Otan y el FMI. Abajo la burocracia restauracionista de Putin. Cese de los bombardeos e incursión militar de Moscú. Por la unidad de los pueblos de Rusia y Ucrania. Unidad internacional de los trabajadores. El enemigo está en nuestros propios países. En oposición a la política de sometimiento de la Otan y el imperialismo, por un lado, y del Kremlin, por el otro, planteamos la unión de los explotados del este y oeste en una Ucrania independiente, unida y socialista.

Comité Ejecutivo del Partido Obrero

Denunciamos y repudiamos el atentado en Córdoba a la marcha contra el FMI

Comunicado del Frente de Izquierda Unidad.

09/02/2022

En el día de ayer, en el marco de la masiva jornada nacional contra el acuerdo gobierno-FMI, se produjeron varios ataques, coordinados, que violentaron a las organizaciones participantes de la movilización realizada en la ciudad de Córdoba.

Personas encapuchadas irrumpieron en distintos puntos, exhibiendo armas de fuego y armas blancas. Hubo disparos al aire y un menor de 15 años apuñalado que se encuentra internado en grave estado.

Se trata de un salto de calidad en una provincia donde se intenta militarizar y reprimir las movilizaciones, así como se promueve criminalizar la protesta social en todo el país.

Este accionar de bandas armadas coordinadas en distintos puntos de la movilización, no podría haber sucedido sin el accionar de la policía de Schiaretti, que dejó correr las agresiones, sugiriendo una zona liberada.

Desde el FIT-U, exigimos una urgente investigación para llegar al fondo de la verdad y castigar a los responsables políticos y materiales. Hacemos responsable tanto al gobierno provincial como al nacional por la integridad de nuestros compañeros y reclamamos las mayores garantías y el respecto al derecho a la protesta callejera y demás libertades democráticas.

Llamamos también a todos los sectores que se reclaman democráticos a repudiar este ataque, en unidad, exigiendo verdad y justicia sobre estos gravísimos hechos.

Documento de la movilización a Plaza de Mayo contra el pacto con el FMI

07/02/2022

¡No al pacto del gobierno con el FMI!

¡Basta de ajuste, tarifazos y extractivismo!

¡No al pago de la deuda externa!

¡Las estafas no se pagan!

¡No a la impunidad de los responsables y la entrega de soberanía!

El gobierno del Frente de Todos acordó con el FMI un nuevo pacto que significa más dependencia, más extractivismo y más pobreza para nuestro país. Ratificó su decisión de pagar la deuda ilegítima del Gobierno de Macri –a pesar de que en campaña planteaban que era ilegal y denunciaron en la Oficina Anticorrupción con una investigación del propio Banco Central-, junto con el reconocimiento y pago del conjunto de la “deuda” contraída y defendida por todos los gobiernos, desde la dictadura militar a esta parte.

El gobierno de los Fernández ha continuado el camino de ajuste, saqueo y subordinación al FMI que se prolongará durante años, para organizar toda la economía nacional en función de pagar una deuda odiosa, a pesar de la dura situación de pobreza de más del 40% de la población. Es una verdadera estafa contra el pueblo, que legitima el monumental fraude realizado por el gobierno de Macri y el mecanismo de esquilmación de los recursos nacionales que implica el pago de la deuda. Con el anuncio de este pacto de sumisión y entrega, el imperialismo yanqui con Biden y los fondos buitres mostraron su beneplácito, incluso Lula y gobiernos de la región dieron su apoyo. También salieron a festejar “los mercados” y grandes empresarios argentinos, como los nucleados en la AEA (Asociación Empresaria Argentina) y la UIA. Hasta Juntos por el Cambio, responsables políticos de esta estafa, lo calificó de “positivo”. La burocracia de la CGT, en vez de defender a las y los trabajadores que serán los principales afectados de este nuevo acuerdo, se pronunció en defensa de esta nueva entrega y reafirmó que solo defiende al Gobierno.

El acuerdo con el FMI, más allá de cómo lo quiera disfrazar el gobierno -todavía falta conocer la “letra chica” que puede traer nuevas “sorpresas” que empeoren lo conocido- ya significa una enorme hipoteca, que traerá más ajuste y alineamiento político y económico con el imperialismo y el gran capital internacional. Distintos informes e investigaciones dan cuenta que se trata de una deuda ilegal e ilegítima que violó los propios estatutos del FMI y que esos fondos fueron para pagar reclamos a los especuladores y para financiar la fuga de capitales de grandes empresas como Telefónica, Pampa Energía, Western Unión, American Express, General Motors, Shell, Cervecería y Maltería Quilmes, Telecom, entre otras.

Existe una enorme presión del empresariado local y extranjero para que se lleve adelante el acuerdo con el FMI y de ese modo sigan entrando dólares para la puerta giratoria y así seguir endeudando al país y haciendo sus negocios. El banco Central después de 4 años de silencio acaba de anunciar que la deuda privada externa ronda los 80,000 millones de dólares. En el caso de que siga volando por los aires los índices de riesgo país y se corte el financiamiento externo ese déficit puede acelerar la tormenta de crisis estructural de este sector verdaderamente parasitario. Por solo dar dos ejemplos, Vicentín que debe más de un millón y medio de dólares o varias de las empresas de Eduardo Elsztain que juntas rondan los 700 millones de dólares en déficit. Muchos de estos sectores operan como monopolios y son responsables de aumentar los precios a su antojo para para descargar su propia crisis sobre las espaldas y bolsillos del pueblo trabajador.

Con este acuerdo el gobierno de Alberto y Cristina Fernández se dispone a tomar nueva deuda para cumplir con los vencimientos de la deuda precedente, que será desembolsada durante los próximos dos años y medio, previa conformidad de las revisiones trimestrales de los enviados del Fondo Monetario.

La nueva deuda que toma el Frente de Todos ahora se empezará a pagar en 2026 y compromete al país a devolverla en 12 años, ¡hasta el 2034! Con esta hipoteca, la entrega de la “refinanciación” estará condicionada por “revisiones” trimestrales del FMI. Es decir, si Argentina no cumple las condiciones como la reducción del déficit fiscal primario, entre otras, no se entrega la cuota del préstamo. El Estado está obligado a abrir las cuentas públicas al FMI y que este verifique en forma permanente el avance de las devaluaciones, el aumento de tarifas o el recorte de partidas presupuestarias para jubilaciones, educación, salud, etcétera. Queda así a “consideración” del FMI entregar o no los recursos en cada fecha de vencimiento para imponer nuevos condicionamientos al país. Será un co-gobierno con el FMI. Los gobiernos “nacionales” administrarán los lineamientos que imponga el Fondo. Es una verdadera pérdida de soberanía del país.

Lo que en las revisiones trimestrales llaman “sendero fiscal” implica ajuste para el pueblo trabajador y orientar el conjunto de la economía a conseguir los dólares para pagarle al FMI y a los prestamistas privados a costa de las condiciones de vida de las grandes mayorías. Implica bajar los gastos del Estado, y la experiencia nos dice que implica recortes en jubilaciones, salarios estatales, gasto social, presupuesto para educación, salud, o en nuevos tarifazos, cuestión que el FMI ya anunció que este es una de sus exigencias. A través de su comunicado y en declaraciones de sus directores, ya han hecho saber que el Gobierno argentino se comprometió a reducir significativamente los subsidios destinados a la energía, lo que inevitablemente derivará en aumentos significativo de las tarifas, echando más combustible al proceso inflacionario. Esto luego de todo el ajuste de los últimos años.

Para tomar dimensión de lo que implica, el recorte de 0,8 % adicional del PBI que impuso el FMI para el 2022 compromete alrededor de $ 481 mil millones. Esa cifra es el equivalente a cuatro meses de pagos del haber mínimo jubilatorio a 4 millones de jubiladas y jubilados mayores. El FMI exige “reducir la brecha cambiaria”, que no es otra cosa que aumentar el dólar oficial, es decir, un mayor ritmo de devaluación del peso. Aunque se haga de forma gradual, si sube el dólar aumentará la inflación por las características dependientes de la economía argentina. Es una vía de ataque al bolsillo de la clase trabajadora, que seguirá perdiendo poder adquisitivo mientras seguirán aumentando sus ganancias los capitalistas ligados a la exportación (el agro, petróleo, mega minería, entre otros), los mismos que nos saquean y destruyen el ambiente. Para completar el cuadro, las “tasas de interés reales positivas”, es decir, mayores a la inflación implican encarecer el crédito productivo y al consumo (costará más caro comprar, por ejemplo, una heladera o un televisor en cuotas).

El “acuerdo” va a condicionar toda la economía en contra de los intereses de los pueblos de nuestro país y de la naturaleza. Como quedó claro cuando se aprobó el llamado “consenso fiscal” en el Congreso, el pacto con el FMI traerá aparejado nuevos impuestazos que recaerán sobre las espaldas de la población trabajadora, dada la estructura impositiva regresiva que tiene nuestro país, impuesta por los dueños del poder económico. Lo mismo pasa con las leyes que se apresta a votar el Congreso en beneficio de las petroleras en la cordillera y en el mar, en beneficio del agronegocio responsable de los desmontes y agrotóxicos, y en beneficio de las automotrices. El Proyecto de Ley de Electromovilidad podría ser la puerta que se abre para convertir a territorios en nuevas zonas de sacrificio por la fiebre del litio, el llamado oro blanco. Estas leyes son parte de una estrategia, un plan de gobierno que saquea la naturaleza para el beneficio de multinacionales y el pago de la deuda. Otro ejemplo de ello es el ecocida proyecto de instalación de petroleras frente a las costas bonaerenses, donde el pueblo está saliendo a las calles para frenarlo. Al anunciar el acuerdo, el presidente Fernández habló nuevamente de “crecer para pagar”. La traducción es clara: profundización del modelo extractivista (que en Chubut fue derrotado con la movilización obrera y popular en contra de la megaminería) y superexplotación de lxs trabajadorxs con más precarización laboral. ¡El agua y los territorios no se venden, se defienden!

El crecimiento de la deuda a niveles del 80% del PBI anual del país es el resultado de la política seguida por todos los gobiernos, desde 1983 a la fecha, que comenzó con el reconocimiento de la deuda tomada por la dictadura y la nacionalización de la deuda de las grandes empresas.

El pago de la deuda está en la base del saqueo financiero, económico y extractivista, y es un recurso de ajuste contra la clase trabajadora, las y los jubiladxs, y el gasto social del Estado. El gobierno del Frente de Todos desde que asumió viene haciendo un fuerte ajuste en las jubilaciones con el cambio de movilidad llevando la jubilación mínima al valor de la canasta de indigencia, en los salarios y jubilaciones. Sólo de estas últimas, gracias a la reforma impulsada por el FdT, se recortaron en 2021 160.000 millones de pesos. La consolidación del ajuste económico recaerá aún más sobre las mujeres, en especial en los sectores populares, que llevan la carga de las tareas domésticas y de cuidado. La pobreza será mayor, y aún más para las mujeres y disidencias. Las restricciones al gasto limitarán aún más las necesarias políticas de cuidado, feministas, contra la violencia machista y por una Educación Sexual Integral. El peso de la deuda acentuará la opresión de las mujeres y disidencias.

Al perpetuar esta hipoteca sobre el conjunto de la economía nacional tendremos con seguridad nuevas crisis de deuda en el corto plazo, que desmentirán los discursos embellecidos de los voceros oficiales.

La profundización de la histórica caída de las jubilaciones y los salarios en su conjunto y de los empleados públicos en particular no fue obra de la pandemia, sino una decisión política de este gobierno, avalado por las direcciones burocráticas de los sindicatos para cumplir con las exigencias del FMI. El apoyo explícito dado por la CGT al pacto con el FMI anuncia que se vendrán nuevas traiciones y entregadas. Lo mismo que un salario mínimo de indigencia, aprobado por el conjunto de las alas de la burocracia sindical. Desde esta tribuna exigimos la ruptura de todas las organizaciones sindicales y obreras con cualquier acuerdo con el FMI y el lanzamiento de un plan de lucha contra este pacto entreguista.

Por la gravedad de las medidas que implica, el anuncio desató una crisis, con la renuncia Máximo Kirchner a la Jefatura del bloque del Frente de Todos (sin retirarse del mismo) y los choques abiertos al interior de Juntos por el Cambio, que, aunque siempre estuvo por el acuerdo, pone condiciones a su aprobación parlamentaria. Sin embargo, ningún sector plantea la ruptura con el Fondo y el desconocimiento de esta ilegítima deuda. La crisis de estos bloques políticos es una expresión de incapacidad de la burguesía nacional para dale una salida a la crisis nacional.

El acuerdo significa consagrar la impunidad de los responsables nacionales e internacionales de esta deuda ilegal, ilegítima, fraudulenta y odiosa, y de sus beneficiarios: los funcionarios del gobierno de Macri y del Fondo, las grandes empresas que usaron esos millones para la fuga de capitales hacia sus casas matrices desde la dictadura hasta la actualidad. Basta de impunidad. Castigo a los responsables de la miseria económica de nuestro pueblo trabajador.

Para implementar este plan de ajuste y saqueo, los de arriba necesitan contener, desviar y derrotar la resistencia popular, y han recurrido a la represión en repetidas ocasiones. Por esa razón resulta fundamental enfrentar los ataques y las persecuciones, para lo cual reclamamos en especial la absolución de César Arakaki y Daniel Ruiz y rechazamos el fallo persecutorio del Juez Javier Feliciano Ríos. Reclamamos el desprocesamiento y la libertad de Sebastián Romero y la libertad de Facundo Molares, hoy detenido en Ezeiza, quién está requerido por la justicia del estado fascista colombiano. Libertad y cese de la persecución a Guillermo Galantini. Por el desprocesamiento de todas las luchadoras y luchadores populares.

Mientras tanto los ultraderechistas de Milei y Espert, que habían planteado que había que acordar con el Fondo, reclaman un ajuste aún más duro contra nuestro pueblo.

Por todo esto, llamamos a rechazar y a enfrentar el pacto del gobierno con el FMI. Decimos claramente que hay otro camino como venimos reclamando: no hay que pagar la deuda externa ilegítima y odiosa, hay que desconocer el acuerdo Macri-FMI como todos los acuerdos usureros y fraudulentos de los distintos gobiernos que vienen sometiendo a la clase trabajadora, a todos los pueblos de la Argentina y a la naturaleza, volcando esos enormes fondos a salarios, jubilaciones, trabajo, salud, educación, la ciencia y el cuidado ambiental.

Ni un dólar más al FMI, los bonistas y los fondos buitres. Llamamos al pueblo trabajador y a todas sus organizaciones a rechazar este pacto que reproduce la pobreza y la dependencia. La única deuda a pagar es con el pueblo trabajador. Junto a este planteo señalamos que es necesaria la nacionalización del sistema bancario para evitar la fuga de capitales y poner el ahorro nacional al servicio de los sectores obreros y populares. Acabar con el oligopolio privado y establecer el monopolio estatal del comercio exterior, como parte de un plan político y económico social dirigido por los trabajadores.

En ese sentido llamamos a continuar la movilización, la lucha para derrotar este pacto de ajuste. El 11 de diciembre fue un gran hito en este camino. Esta jornada nacional unitaria convocada desde la izquierda junto a alrededor de 200 organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles, de derechos humanos, del movimiento de mujeres, de la lucha socio ambiental y políticas, contra el pago de la deuda y el FMI, colmó la Plaza de Mayo y demás plazas del país, levantando un programa para terminar con el sometimiento nacional y de defensa de los intereses de la clase trabajadora como el que señalamos anteriormente. Esto en el camino de impulsar un plan de lucha nacional para imponer una salida popular, y que esta vez la crisis la paguen los que la provocaron, los capitalistas, los grandes empresarios, los banqueros y terratenientes.

Distintos sectores populares venimos realizando movilizaciones y reclamos contra la deuda. Hay que unir a todos los sectores de nuestro pueblo que rechacen este nuevo acuerdo con el FMI, para ser millones en las calles, con amplitud y con firmeza, para luchar contra su aprobación y derrotarlo. Llamamos a las organizaciones obreras y populares a enfrentar y derrotar en las calles el pacto del gobierno con el FMI. Tenemos una cita de honor y tenemos que prepararnos para que cuando intenten votarlo se sienta el repudio masivo y popular.

Este martes 8 de febrero ganamos nuevamente las calles nuevamente, movilizamos hacia Plaza de Mayo y en numerosas ciudades de todo el país, para afirmar que ¡No es No!

Las estafas no se pagan.

La deuda es con el pueblo trabajador y con la naturaleza.

APEL, CADHU, CEPRODH, Encuentro Militante Cachito Fukman, Ademys, SITRAREPA, FETERA, Unión Ferroviaria Seccional Oeste, Asociación Gremial Interdisciplinaria, AMSAFE Rosario, Hospital Moyano (AGIHM), Cuerpo de delegados y CD del SOEAIL, CTA Autónoma de Gral Rodríguez, CD ATE Almirante Brown – Presidente Perón, ATE Sur Lomas de Zamora, CTA Autónoma de Lomas de Zamora, Suteba Ensenada, Suteba Matanza, Suteba Gral Madariaga, STMVL (Sindicato de Trabajadores Municipales de Vicente López), JI ATE Hospital Garraham, JI ATE INDEC, JI ATE INTI, Comisión Interna Morvillo, Comisión Interna Lustramax, Comisión Interna Hospital Italiano, Comisión Interna de GPS, Comisión Interna Apuba Facultad de Ciencias Sociales, Madygraf bajo gestión obrera, PSC (Plenario del Sindicalismo Combativo), Trabajadores del Banco de Desarrollo de Jujuy en lucha contra los despidos, Asamblea Nacional de Trabajadores de Reparto, Luz y Fuerza La Pampa, Agrupación Nacional Clasista Antiburocrática (ANCLA), Coordinadora Sindical Clasista (CSC), Corriente Sindical 18 de Diciembre, Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC), Corriente político Sindical 1ero de Mayo, Corriente Sindical Jorge Weisz, Agrupación Víctor Choque de ATE, Centro de estudiantes de Historia UNLU, Centro de estudiantes de Geografía UNLU, Centro de Estudiantes Terciario del IES Juan B justo, Centro de Estudiantes de Veterinaria (UBA), Centro de Estudiantes de Farmacia y Bioquímica (UBA), Centro de Estudiantes Ciencia y Tecnología (UNSAM), Centro de Estudiantes del IFDS 39 de Vicente López, Centro de Estudiantes IFDS número 9, Centro de Estudiantes del ISEF N1 Romero Brest, Centro de Estudiantes Terciario del Lenguas Vivas JRF, Centro de Estudiantes del IFDS 113, Centro de Estudiantes IFDS 103, Coordinadora Basta de Falsas Soluciones, Juventud ambientalista, Red Ecosocialista, Ambiente en Lucha, Tribuna ambiental, Vecinos autoconvocados contra la contaminación de Klaukol en Virrey del Pino, Asamblea Permanente de Guernica por Vivienda y Trabajo, Asamblea Permanente por vivienda y trabajo genuino Tigre/San Fernando, Asamblea Permanente de Desocupadxs de Noroeste, Asamblea Todo Fuego es Político (Campana), Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados, EDI (Economistas de Izquierda), Barrios de Pie, Bloque Piquetero Nacional (T.Or.Re., Armando Conciencias, O.T.L.), ESPERANZA Revolucionaria y Socialista, Frente de Trabajadores (Coordinadora Clasista Anticapitalista), Frente de Organizaciones en Lucha, Frente de la Resistencia, Fdu, Mdt, MST Teresa Vive, MTR 12 de abril, MTR histórico, Movimiento 8 de octubre Quitilipi Chaco, Polo Obrero, Red de Trabajadores Desocupados, Informales y Precarizadxs, Rebeldía, William Cooke, Arte en Resistencia Cultural de Neuquén y el Alto Valle, Biblioteca popular Eduardo Martedi, Editorial Marat, Hilo Rojo Colectivx Militante, Locomoción Tv, Partido de los Poetas, Colectiva Antipatriarcal Brujas en Resistencia, Defensorías de géneros zona sur, Isadora, Juntas y a la izquierda, Mumala, Las Rojas, Pan y Rosas, Plenario de Trabajadoras, Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago e Investigación de la Deuda, Convergencia Socialista, Convocatoria segunda independencia, Coordinadora por el Cambio Social (FOL Frente de Organizaciones en Lucha / FPDS Corriente Plurinacional / MULCS / ILS / Movimiento 8 de Abril / Igualdad Social / FOB Autónoma / FAR y COPA en Marabunta / OLP Resistir y Luchar), Corriente Social y Política Marabunta, Corriente Política de Izquierda, Emancipación Sur, FAR, Fogoneros ONLyS, Frente de Izquierda y de Trabajadores Unidad (Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), Partido Obrero (P.O.), Izquierda Socialista (IS), Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), Libres del Sur, Nuevo Movimiento al Socialismo (NMAS), Movimiento de los Pueblos: por un socialismo feminista desde abajo, Opinión Socialista, Partido Comunista de los Trabajadores, Partido Socialismo y Libertad, PRSA, Partido Marxista Libertario, PL- Partido de la Liberación, PSTU (Partido Socialista de los Trabajadores Unificado), Rebelión Popular, Tendencia guevarista, Tendencia Marxista Revolucionaria, Venceremos-Partido de Trabajadorxs. PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores), MTL-Rebelde, PRC (Partido por la Revolución y el Socialismo), MTR (VL), Votamos Luchar, Federación Juvenil Comunista y Partido Comunista (CABA y Morón), FOL (Frente de Organizaciones en Lucha, MTD Aníbal Verón, MRP, MTR Por la democracia directa, FOB (Frente de Organizaciones de Base-La Libertaria), La Chile, Desde el Pie (La Pampa), ATTAC-CADTM (Comité por la absolución de las deudas del Tercer Mundo, Argentina), Emancipación Sur, FPDS (Frente Popular Darío Santillán), Colectivo Reagrupando, PPC (Partido por el Comunismo), Frente de Trabajadores por el Socialismo (FTS), PRML, Juventud Revolucionaria Che, CUBA-MTR, ILPS Argentina, TUN 29 de Mayo, Organización 17 de Noviembre (M.D.L-Mujeres en Lucha, HIJAS La Plata-Ensenada, Resistencia Popular, Movimiento Ana María Villarreal, Mov 19 y 20 de diciembre, Mov 24 de Marzo, Marabunta – Corriente Social y Política, Asamblea de Villa Pueyrredón de Caba

FMI, un pacto colonial y de ajuste

Ganemos la calle masivamente el 8F para rechazarlo

02/02/2022

Se acabó el verso, el gobierno del Frente de Todos arribó a un pacto con el FMI de tipo colonial, que será el centro del programa económico y social de los años venideros.

Es colonial porque cada tres meses habrá una misión del Fondo auditando las cuentas y el programa económico, y los desembolsos estarán condicionados a esa revisión.

Por lo tanto Argentina, sin reservas y obligada a un fuerte ajuste fiscal y monetario, estará al borde permanente del default, o sea al permanente chantaje del capital financiero y las potencias imperialistas que dominan el FMI, empezando por EEUU.

Los términos del compromiso desmienten que no habrá ajuste.

Para cumplir la caída del gasto tiene que haber tarifazos enormes, pero ni se le ocurre al gobierno -y mucho menos al Fondo- abrir los libros de las privatizadas de la energía que vienen robando y enriqueciéndose desde la época de Menem.

Ya el presupuesto 2022 presentado por el gobierno y apoyado por todas sus alas previó una caída del 44% de los subsidios a la energía, eso implica tarifazos enormes.

La prueba ácida más contundente la hemos tenido estos dos años de gobierno pejotakirchnerista: los jubilados perdieron en 2020 y volvieron a perder en 2021. Así prepararon este acuerdo.

Y perdieron y perderán todos los asalariados, porque la inflación creciente es el arma central del ajuste: se prevé un 4% de aumento de precios en enero y febrero arrancó con un aumento de los combustibles del 9/11%.

El apoyo de Juntos por el Cambio y todas las cámaras empresarias al acuerdo, es muy clarificador. Cuando se pretende trasladar la factura del enorme negociado de la deuda al pueblo trabajador no hay grietas.

Sin embargo este nuevo sacrificio que se le pide al pueblo, ¿despejará el camino para un crecimiento y mejora de la condición de vida de la mayoría popular?

Al revés, planearán en el horizonte las devaluaciones que niega Alberto Fernández y su ministro, a eso se refiere la exigencia de “eliminar la brecha cambiaria”. Más cuando el endeudamiento nacional, tanto en dólares como en pesos ha crecido por las nubes.

Países como Ucrania, Ecuador o Colombia se han hundido en la pobreza últimamente bajo los planes del FMI. En Colombia estalló una rebelión popular y una huelga general hizo retroceder un impuestazo impuesto por el FMI.

Ahora Máximo Kirchner se acordó que nos quedamos sin reservas pagando al Fondo. Tarde. El y otras voces críticas que no rompen con el gobierno, fueron garantes de reconocer toda la deuda ilegítima y fraudulenta, la privada y la del Fondo ¿O no apoyaron el fracasado canje con los bonistas privados, en la Nación y en las provincias?

Alicia Kirchner bendijo el acuerdo, Kicillof igual. Lo demás son maniobras demagógicas para contener el descontento por abajo.

Lo mismo vale para todas las alas de la burocracia sindical. La CGT, con la firma de Daer, Acuña y Pablo Moyano apoyaron el acuerdo. Nos preguntamos ¿con qué mandato, alguna asamblea obrera, algún plenario de delegados mandatados por sus compañeros avaló semejante cosa de la cual tenemos larga experiencia los trabajadores?

Las dos CTA con diversas críticas se mantienen en el apoyo al gobierno.

Más que nunca los trabajadores necesitamos la autonomía de las organizaciones obreras, su ruptura con un gobierno que no tiene vuelta atrás, es un agente del FMI. Por eso impulsamos la más amplia deliberación en el movimiento obrero, asambleas y plenarios para defender el salario, las condiciones laborales, los puestos de trabajo y las jubilaciones.

La más amplia unidad de las organizaciones de desocupados en total independencia del gobierno para luchar contra el hambre que planea para quienes viven de un plan social de $16000, o de un salario mínimo o de una jubilación mínima de $29000.

Tenemos que organizarnos y ganar la calle. Para ello el Frente de Izquierda y un amplio espectro de organizaciones de lucha, de sindicatos combativos y organizaciones piqueteras convocamos el 8 de febrero a copar la Plaza de Mayo y todas las plazas del país.

Para mostrar  un rumbo: el no pago de la deuda, la ruptura con el FMI, en el marco de un plan económico integral desde el campo de los trabajadores, mediante una banca pública única y el monopolio del comercio exterior, para terminar con la fuga de capitales y volcar el ahorro nacional en viviendas e inversión productiva. Por un salario y una jubilación mínimas equivalentes a la canasta familiar, por el fin de la precarización laboral y de los despidos.

PARTIDO OBRERO

2/2/2022  

El FIT – Unidad rechaza los pagos y el acuerdo de ajuste con el FMI

La deuda es con el pueblo trabajador. Nos movilizamos el jueves 27 del Obelisco al Ministerio de Economía a las 10:00.

26/01/2022

En los próximos días están previstos vencimientos con el FMI que rondan los 1.100 millones de dólares. Es parte del pago del préstamo tomado por Macri por 44.000 millones de dólares, usado en gran medida para financiar la fuga de capitales, y que incrementó la deuda tomada por los gobiernos previos.

El gobierno, que desde su asunción ha pagado puntualmente al Fondo y otros acreedores internacionales unos 6.000 millones de dólares mientras aplicó un fuerte ajuste en medio de la pandemia, está negociando contra reloj para llegar a un nuevo acuerdo que le permita sobrellevar esos vencimientos. Dicho acuerdo, según confesó el propio presidente y su ministro de Economía, implicaría un ajuste aún más fuerte que el que se aplicó hasta el momento y un mayor tutelaje colonial del FMI sobre la economía nacional.

Ante esta situación el Frente de Izquierda – Unidad plantea con claridad: rechazamos tanto el pago de los vencimientos próximos como todo acuerdo con el FMI que, más allá de cualquier disfraz o disimulo, traerá aparejado más ajuste y un alineamiento político y económico con el imperialismo y el gran capital internacional.

El sometimiento al FMI y el ajuste aplicado ha agravado la crisis en todos los planos. Ahora, incluso un sector del gobierno hace correr la versión de que Argentina podría no pagar el próximo vencimiento. Pero esto a lo sumo implicaría una forma de presionar para acelerar el acuerdo con el Fondo, no un planteo para terminar con las ataduras a las que el país está sometido.

Si el gobierno decidiera postergar los pagos lo haría bajo el objetivo de arribar a un pacto con el Fondo lo más rápido posible. Fue lo que hicieron Alberto Fernández y Cristina Kirchner en el 2020 con la deuda privada, cuando la postergación unilateral de los pagos fue el preludio de un acuerdo que le entregó a los bonistas un monto adicional de casi 20.000 millones de dólares.

El Frente de Izquierda – Unidad denuncia que ninguna fracción del gobierno es partidaria de una ruptura con el FMI y el repudio a la deuda. Sus peleas fraccionales se limitan a formas de ese acuerdo, mientras todos avalan el ajuste en marcha.

Los 1.100 millones de dólares que vencen en los próximos días son solo una parte del saqueo económico y financiero del país. Ya que, como si eso fuera poco, y en un contexto de exiguas reservas en el Banco Central, a este dineral hay que sumarle los 692 millones de dólares que el gobierno ya pagó en los primeros días del mes. Además de los 130 millones de dólares que piensan pagar con U$S 68 millones al BID (Banco Interamericano de Desarrollo), hay que sumarle U$S 17 millones al BIRF (Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento), más U$S 45 millones por otras deudas. Así, solo en enero, se evaporan 1.553 millones de dólares que son cruciales para las necesidades sociales, para la salud, el trabajo, los salarios y jubilaciones.

En febrero además, a lo que va para el FMI hay que sumarle otros US$ 50 millones más para el BID, U$S 4 millones más al BIRF, U$S 195 millones para el Club de París y otros U$S 107 millones para “otros pagos”. Eso totaliza, entre enero y febrero, pagos en dólares por 2.281 millones, los que en pesos equivalen a más de $ 250.000 millones.

Para tener idea de la plata que eso implica, sobraría para multiplicar por cinco las viviendas que el gobierno anuncia construir en la provincia de Buenos Aires, la mayor del país. Con eso se podrían construir 50.000 viviendas populares y generar 250.000 puestos genuinos de trabajo. Así de sencillo: es la deuda o el trabajo, los ingresos y la vida del pueblo trabajador. Desde el Frente de Izquierda – Unidad seguimos optando por lo segundo.

Con un Banco Central quebrado y sin reservas para hacer frente a los vencimientos próximos, el pago de la deuda está en la base del saqueo financiero y económico que destruye la moneda y acelera la inflación que opera como un recurso de ajuste para los trabajadores, los jubilados y el gasto social del Estado.

De esta manera y más allá de los discursos, de la supuesta “firmeza” y “valentía” de Fernández y su ministro Guzmán ante el Fondo Monetario, lo cierto es que en este primer trimestre los vencimientos a pagar alcanzan un total de U$S 4.838 millones. Los que se suman a los más de 6.000 millones de dólares de deuda que el gobierno pagó entre 2020 y 2021. Lo reconoció Cristina en su carta, diciendo que este gobierno pagó más de la deuda de Macri que lo que pusieron para combatir la pandemia. Y se paga con ajuste, antes, ahora y hacia adelante. Desde que asumieron vienen haciendo un fuerte ajuste en las jubilaciones con el cambio de movilidad, llevándolas a la indigencia; en los salarios, con sueldos y jubilaciones que “cayeron un 6 por ciento en términos reales en 2021” por la inflación. Y se anuncian nuevos tarifazos con una inflación de más del 50%, que es un robo a todos los ingresos populares.

Por otra parte, como ya denunciabamos, la profundización de la histórica caída de los salarios en su conjunto y de los empleados públicos en particular no fue obra de la pandemia, sino una decisión política de este gobierno, avalado por la burocracia de UPCN y ATE al igual que de la CGT y la CTA. Lo mismo que un salario mínimo de indigencia, aprobado por el conjunto de las alas de la burocracia sindical.

Se paga además recortando fuertemente las partidas sociales, al pasar del 6,8% al 4,8% en Salud del total del presupuesto entre el 2021 y el 2022. Con Educación, al bajar del 6,7% en 2021 al 6,1% este año, Promoción y Asistencia Social del 5% al 4,7%, o Trabajo que pasó del 1,2% en 2021 al 0,8% proyectado para este año; mientras que para Mujer, Género y Diversidad apenas destina un mísero 0,08% del Presupuesto total (Fuente: Min. Economía, Presupuesto 2022, pág. 138).

A pesar de esto, mientras más pagamos, más debemos. Y así lo reconoció la Secretaría de Finanzas al difundir que la deuda pública bruta total del Estado nacional ascendió, a diciembre del año pasado, a U$S 363.362 millones. Por eso, lo que la Argentina debería pagar solo al FMI es inadmisible desde todo punto de vista: entre capital e intereses se suman 19.020 millones de dólares este año, 19.270 millones en 2023 y 4.856 millones en 2024. El acuerdo contemplaría nuevos fondos del FMI para cubrir estos vencimientos a partir de revisiones trimestrales de sus enviados, los que tienen que dar el acuerdo para que se liberen los desembolsos.

Además, entran en vigencia nuevos pagos de la deuda con los bonistas privados renegociada por este gobierno. El crecimiento de la deuda a niveles que superan ya el PBI anual del país es el resultado de la política seguida por todos los gobiernos, desde 1983 a la fecha, que comenzó con el reconocimiento de la deuda tomada por la dictadura y que siguió con un aumento exponencial que abarcó a todos los gobiernos, sin excepción.

Desde el Frente de Todos a Juntos por el Cambio, hasta Milei y Espert, con el aval de los grandes empresarios, las multinacionales y la burocracia sindical, bregan por un acuerdo con el Fondo Monetario, lo que implicará más ajuste, miseria, dependencia y atraso para el país durante las próximas décadas. Lo mismo pasa con las leyes que se apresta a votar el Congreso en beneficio de las petroleras, el agronegocio y las automotrices.

Como sostuvimos en la crisis abierta en setiembre y en el programa constitutivo del FIT – Unidad, decimos claramente que no hay que pagar la deuda externa y desconocer el acuerdo Macri-FMI, volcando esos enormes fondos a salarios, jubilaciones, trabajo, salud y educación. Ni un dólar más al FMI, los bonistas y fondos buitres. Desde el FIT – Unidad llamamos al pueblo trabajador y sus organizaciones a rechazar estos pagos previstos en enero, febrero, marzo y todo el año. La única deuda a pagar es con la clase trabajadora y los sectores populares.

Junto a este planteo señalamos que es necesaria la nacionalización del sistema bancario para evitar la fuga de capitales y poner el ahorro nacional al servicio de los sectores obreros y populares. Acabar con el oligopolio privado y establecer el monopolio estatal del comercio exterior, como parte de un plan político y económico social dirigido por los trabajadores.

Llamamos a continuar la movilización después de la extraordinaria jornada nacional unitaria convocada desde la izquierda junto a alrededor de 200 organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles, de derechos humanos, del movimiento de mujeres, de la lucha socioambiental y políticas, contra el pago de la deuda y el FMI del 11 de diciembre, que colmó la Plaza de Mayo y demás plazas del país, levantando un programa para terminar con el sometimiento nacional y de defensa de los intereses de la clase trabajadora como el que señalamos anteriormente.

Esto en el camino de impulsar un plan de lucha nacional para imponer una salida obrera y popular, y que esta vez la crisis la paguen los que la provocaron: los capitalistas, grandes empresarios, los banqueros y terratenientes. Sobre la base de estas consideraciones, el Frente de Izquierda y los Trabajadores – Unidad participará el jueves de la movilización en repudio al pago de la deuda y el acuerdo con el FMI.

FRENTE DE IZQUIERDA – UNIDAD

Buenos Aires, 26 de enero de 2022

A 20 años del Argentinazo, jornadas de lucha contra el pacto del FMI

Este 19 y 20 de diciembre, vigilia y acto en Plaza de Mayo. Declaración de la Coordinadora Sindical Clasista

18/12/2021

En este nuevo aniversario de aquella gesta popular, los trabajadores tenemos el desafío de enfrentar un nuevo saqueo del país que tendrá consecuencias graves sobre las condiciones de vida de las familias trabajadoras, de ocupados y desocupados, que ya venimos soportando en estos años con un fuerte aumento de la pobreza, la desocupación, la precariedad laboral, y la caída de los salarios y las jubilaciones. 

Es decir, quieren profundizar un fuerte ajuste contra el pueblo.

En esto consiste el pacto que están diseñando el gobierno de Alberto y Cristina con el FMI, y el renombrado “plan plurianual” del gobierno, es decir, una sumisión del país por años.

Nuevamente las recetas fondomonetaristas que llevaron a la Argentina a un default y un colapso económico y social hace dos décadas, intentarán ser aplicadas por un gobierno cuyo único interés es cumplir con los acreedores internacionales. En este punto de fondo, la coincidencia con la “oposición” de derecha es total. 

No sólo se proponen una fuerte devaluación que licuará los salarios y será nafta para la inflación, sino también un ajuste fiscal que tire abajo los salarios estatales, la jubilaciones y el gasto social, un aumento de las tarifas.

Una ley de Reforma Laboral en el año 2000 fue acompañada de un escándalo de coimas a senadores y una crisis política, y en el 2017 una nueva reforma no llegó al Congreso producto de la lucha popular del 14 y 18 de diciembre. La reforma laboral no ha dejado de ser una exigencia de la clase capitalista en este diseño de ajuste antiobrero, sino que intentarán seguir avanzando contra las conquistas del movimiento obrero lugar por lugar, convenio por convenio.

Son recetas conocidas que nada bueno traerá a los trabajadores, y no sólo eso, sino que no habilitarán al crecimiento económico que promete el gobierno, sino más bien es el camino a un nuevo default.

Es el rumbo de entrega y saqueo que repiten, con matices, los que nos han gobernado en las últimas décadas. 

Por su parte, la burocracia sindical de todo pelaje, así como las organizaciones sociales integradas al gobierno, han asumido el compromiso de la contención y el aguante de este gobierno ajustador en esta nueva embestida. Las únicas movilizaciones callejeras que la CGT, las CTA y la burocracia piquetera convocan o participan son en apoyo al gobierno de los Fernández.  

19 y 20 a la Plaza de Mayo

El clasismo que dirige sindicatos, comisiones internas y cuerpos de delegados, junto a decenas de miles de compañeros de las organizaciones piqueteras de lucha y organizaciones políticas vienen de realizar una formidable movilización a Plaza de Mayo el último 11 de diciembre contra el pacto con el FMI, siendo un fuerte contrapunto con la plaza del día 10 convocada por el gobierno para mostrar un apoyo que no logró en las urnas… en pos de acelerar un acuerdo de entrega con el fondo.

La Unidad Piquetera, con el Polo Obrero a la cabeza y todas las organizaciones piqueteras independientes, que mantienen la llama prendida de aquel 19 y 20 del 2001 siendo un sector protagonista en las jornadas del Argentinazo, realizarán una enorme concentración con vigilia el 19 y acto el 20 de diciembre en Plaza de Mayo, en la que participarán los sectores combativos y antiburocráticos de todo el movimiento obrero, y a la que están convocados todos los trabajadores. Allí reivindicaremos la vigencia de la rebelión popular para enfrentar los ajustes y saqueos antipopulares de los gobiernos de turno. Y denunciaremos la represión estatal que se cobró decenas de vidas aquel 19 y 20, y que hoy se expresa en el reforzamiento del aparato represivo que desaloja familias, que aplica el gatillo fácil contra los pibes, que reprime luchas obreras y que es el complemento de este plan de ajuste. Por eso también exigiremos la absolución de Arakaki y Ruiz condenados por luchar contra la reforma jubilatoria y laboral en 2017, y denunciamos toda criminalización de la protesta.

Viva el Argentinazo, viva la rebelión popular, el 19 y 20 todos a la Plaza de Mayo.

 

COORDINADORA SINDICAL CLASISTA- PO EN EL FITU

Pitrola en Moreno “Se pinchó el plan ‘platita’, ni bono a los jubilados, ni IFE, y el presupuesto 2022 está en la línea de ajuste del FMI”

09/10/2021

Néstor Pitrola desarrolló una intensa actividad de campaña electoral en la Plaza San Martín de Moreno con decenas de militantes del Partido Obrero cubriendo cada esquina ante los miles de trabajadoras y trabajadores que circulan por la localidad. Moreno es también un distrito de alta votación al Fit Unidad donde la candidata a Concejal Lorena Pereira está a un paso de entrar al Concejo Deliberante tras los resultados obtenidos. 

Pitrola destacó ante un medio local “Se pinchó el plan ‘platita’, ni bono a los jubilados, ni IFE, sigue el ajuste y el presupuesto 2022 está en la línea de ajuste del FMI. Entre otros ajustes prevé una baja de subsidios que implica tarifazos de hasta un 70% sin que siquiera se abran las cuentas de las privatizadas del sector. También se han desatado fuertes críticas en el ámbito educativo universitario porque el presupuesto 2022 no alcanza para cubrir siquiera las cuotas paritarias comprometidas. Desde luego que las medidas anunciadas tras la derrota electoral tienen el claro carácter demagógico de buscar el voto, no de cambiar la Argentina para que haya trabajo, para terminar con la inflación, para terminar con el trabajo en negro, para construir millones de viviendas e industrializar el país mediante la inversión del ahorro nacional. Eso depende de un plan económico de los trabajadores que solo el Frente de Izquierda levanta.”

Néstor Pitrola 11 5324-2356

Por una salida de los trabajadores

Cristina vs. Alberto: una pelea entre los responsables del ajuste

18/09/2021

La derrota electoral del oficialismo derivó en una fractura expuesta en la coalición de gobierno. En su carta Cristina, al igual que Fernanda Vallejos en sus audios, atribuye al ajuste haber perdido las Paso. Una impostura: lo “descubren” ahora, cuando acompañaron cada una de las medidas que lo provocaron. Queda más que confirmada la legitimidad de la campaña del FIT-U denunciando el ajuste pro FMI y sus consecuencias: aumento de la pobreza, caída de los salarios y de las jubilaciones, desocupación, etc.

Sin embargo CFK no ofrece ninguna salida. Sostiene al ministro Guzmán, que lo aplica. Su propuesta se reduce a ejecutar el Presupuesto 2021, escrito por el ministro traído de los EE.UU. y que según la diputada Vallejos responde a las exigencias del Fondo (a pesar de lo cual lo votó y defendió). Las listas del Frente de Todos están plagadas de ajustadores.

Cristina pretende lavarse las manos por el fracaso electoral, pero cada una de las líneas de su carta es una autoincriminación. En el lanzamiento de la campaña del Frente de Todos renunció a utilizar los fondos girados por el organismo internacional para atender la pandemia y planteó que sean destinados al pago de la deuda “criminal” de Macri.

Esta política perjudicó al pueblo y benefició “a cuatro vivos” y a la derecha, como se prueba con el triunfo de las divididas listas macristas. Es decir, que fue funcional a la misma: pretender combatir a la derecha con políticas derechistas arroja el mismo resultado.
La derrota electoral del gobierno es la confirmación de que para los trabajadores el ajuste, independientemente de quién lo haga, es intolerable. El crecimiento de la votación del FIT-U es una expresión superadora del descontento popular frente al agravamiento de las condiciones de vida.

Como resultado armaron un gabinete derechista. Un engendro a gusto del FMI, de la Iglesia, del capital agrario y de tinte represivo, al menos hasta noviembre. Viviremos nuevas crisis ya que ninguna de las facciones en pugna rompe con el FMI y los especuladores financieros. El proyecto de presupuesto 2022 es un traje a medida del FMI y presupone aceptar su programa: reforma laboral precarizadora, caídas en salarios y jubilaciones, impuestazos y más fuga de capitales. Prevé tarifazos del 44%.

Los trabajadores no debemos confundirnos. En este choque en el seno del gobierno ninguno de los bandos responde a nuestros intereses, que son un salario acorde a la canasta familiar, el 82% para los jubilados, la creación de millones de puestos de trabajo, la defensa de la salud y la educación.

Tenemos que ganar la calle con la lucha por nuestras reivindicaciones, repudiar la alianza de la burocracia sindical y las organizaciones sociales con el gobierno poniendo en pie un fuerte agrupamiento independiente del gobierno y de la oposición, exigir la ruptura con el FMI y el desconocimiento de la deuda usuraria.

Esa es la base para estructurar una salida de los trabajadores a la crisis. A esa salida y a todas las demandas populares contribuirá un fuerte voto al FIT Unidad en noviembre.

Declaración del FIT-U ante la crisis política nacional

16/09/2021

A pocos días de la derrota electoral del peronismo del Frente de Todos en las Paso se ha producido una enorme crisis política en la coalición de gobierno. La vicepresidenta Cristina Fernández emplazó a Alberto Fernández a hacer un cambio de gabinete mientras el presidente respondió mostrándose en un acto público con algunos de los ministros cuestionados. El trasfondo de esta crisis es la enorme derrota electoral del gobierno perdiendo 5 millones de votos.

El Frente de Izquierda Unidad, que en las últimas elecciones se ha colocado como tercera fuerza política nacional de las y los trabajadores, denuncia que en esta crisis no se está discutiendo un cambio de orientación social y política, sino cuotas de poder de una y otra de las fracciones de la coalición gobernante y cambios cosméticos para intentar revertir la derrota hacia las elecciones generales del 14 de noviembre.

Todas las partes en pugna bregan por un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, lo que implicará más ajuste, miseria, dependencia y atraso para el país durante las próximas décadas. En los próximos días con el acuerdo unánime del Frente de Todos, Juntos por el Cambio y hasta Milei y Espert, la Argentina va a hacer un pago por 1.800 millones de dólares al FMI.

Quienes ahora hablan de restituir una suerte de IFE para una pequeña parte de los sectores populares como una medida cosmética electoralista de corto plazo no solo no mencionaron la cuestión durante la campaña hacia las Paso sino que fueron quienes votaron un presupuesto de ajuste que bajó el 53% de las partidas sociales. Quienes ahora dicen que «hay que ponerle plata en el bolsillo de la gente» fueron quienes antes del inicio de la pandemia eliminaron la movilidad jubilatoria en un año en el que las jubiladas y jubilados y quienes reciben prestaciones sociales iban a tener un incremento por arriba de la inflación y hay un enorme robo salarial en las paritarias.

La profundización de la histórica caída de los salarios de los empleados públicos no fue obra de la pandemia, sino una decisión política de este gobierno, avalada por la burocracia de UPCN y ATE. Lo mismo que un salario mínimo de indigencia, aprobado por el conjunto de las alas de la burocracia sindical. Tampoco puede responsabilizarse a la pandemia de la represión con 4.000 efectivos bonaerenses con Berni a la cabeza a la lucha por tierra y vivienda en Guernica para construir un country con cancha de golf incluida.

Como hemos dicho en la campaña presidencial del 2019 y a lo largo de esta campaña 2021 totalmente incompatible la recuperación de lo perdido durante el macrismo sin dejar de pagar una deuda externa usurera, ilegítima y fraudulenta diciendo No al FMI, como sostenemos desde la izquierda.

Frente al embate de la fracción kirchnerista del gobierno y sectores afines expresada en la puesta a disposición de las renuncias de varios ministros y otros altos funcionarios, Alberto Fernández comenzó a recibir apoyos de todos los gobernadores, los mismos que le garantizaron todas y cada una de las leyes de ajuste y entrega al macrismo en el Congreso. Asimismo, recibió el apoyo de la CGT, que es cómplice directa del desplome de los salarios y de la creciente precarización laboral. De la misma manera que parte de los «movimientos sociales» oficialistas, como el Movimiento Evita que, como parte del elenco gubernamental, dejaron las calles cuando el hambre y la pobreza arrecia en todas las barriadas populares.

El ofrecimiento no desmentido del kirchnerismo a Sergio Massa del cargo de Jefe de Gabinete, y el llamado de Cristina a Guzmán, quien lleva adelante las negociaciones con el FMI, para ratificar que no pone en duda su continuidad, muestran a las claras que no hay planteado ningún giro «progre» ni «nacionalista». Massa es el mismo que acompañó a Macri en Davos en 2016, jefe de una entonces bancada que le votó las leyes al macrismo y ahora uno de los principales interlocutores del oficialismo con la burguesía financiera de Wall Street.

El Frente de Izquierda Unidad se coloca en consonancia con las organizaciones de trabajadores, sindicatos, comisiones internas y cuerpos de delegados antiburocráticos, de autoconvocados, del movimiento piquetero independiente del gobierno, y propone un programa de lucha con una política opuesta por el vértice tanto a las del gobierno y de todas las variantes de la oposición patronal. Y señalamos la necesidad de movilizarse, pero no en defensa del gobierno, sino en apoyo a las luchas y reclamos de los sectores obreros ocupados, del movimiento piquetero independiente, de la juventud precarizada, a favor de las luchas ambientales y de género.

Aumento salarial de emergencia. Que nadie gane menos del costo de una canasta familiar y que los salarios sean indexados mensualmente según el aumento del costo de vida (100.000 pesos). Basta de despidos. Reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. Reducción de la jornada laboral a seis horas, cinco días, sin reducción salarial, para repartir las horas de trabajo entre ocupados y desocupados. Ocupación de toda fábrica que cierre o despida, seguro al desocupado de 40.000 pesos, plan de obra pública y vivienda para resolver las necesidades urgentes de los barrios. Aumento inmediato de los presupuestos de salud y educación pública.

Decimos claramente que no hay que pagar la deuda externa y desconocer el acuerdo Macri-FMI, volcando esos enormes fondos a salarios, jubilaciones, trabajo, salud y educación. Y junto a este planteo señalamos que es necesario la nacionalización del sistema bancario para evitar la fuga de capitales y poner el ahorro nacional al servicio de los sectores populares. Acabar con el oligopolio privado y crear el monopolio estatal del comercio exterior, para que los exportadores no trasladen los precios internacionales al interior del país.

Contra el apoyo de la burocracia al gobierno y sus pactos con el Fondo Monetario, planteamos la ruptura de las organizaciones obreras con el gobierno. Por un plan de lucha de todo el movimiento obrero (ocupados y desocupados) para imponer una salida obrera y popular y que esta vez la crisis la paguen los que la provocaron, los capitalistas, grandes empresarios, los banqueros y terratenientes.

En este marco, luego de haber hecho una gran elección en las Paso en todo el país, llamamos a los trabajadores y al pueblo a fortalecer al Frente de Izquierda Unidad, como la única fuerza política independiente frente al gobierno y a las variantes de la oposición patronal y pelear por una salida de los trabajadores a la crisis.

Frente de Izquierda y de Trabajadores  Unidad

PTS – PO – IS – MST

Foto: Fede Imas, Ojo Obrero

Amenazan de muerte con arma de fuego a joven militante del Frente de Izquierda que pegaba carteles

El Intendente Cascallares es responsable

04/09/2021

Ocurrió en las inmediaciones de la estación Longchamps, partido de Almirante Brown. Una patota que se trasladaba en tres vehículos cruzó a un militante de la Juventud del Polo Obrero que volvía de realizar una actividad en el marco de la campaña electoral, lo tiraron al piso atacándolo por la espalda, le pusieron la rodilla en la cabeza para que no pueda identificarlos, lo apuntaron con un arma de fuego, lo amenazaron de muerte, y le quitaron los materiales y todos los afiches. Sucedió este viernes 3 de septiembre alrededor de las 20.30hs a solo una cuadra y media de la comisaría 4ta.

Luego, lo siguieron varias cuadras hasta que el joven compañero se metió en una estación de servicio ubicada en Dr. Chiesa 480, a metros de la estación de tren de Longchamps, y a la vista de muchas personas que pasaban, los 3 vehículos se quedaron estacionados allí mismo actuando con total impunidad.

Un patrullero que se encontraba en el lugar se retiró rápidamente en una típica acción de liberar la zona. 

Llegaron al lugar 3 compañeras para asistir al joven quienes fueron abordadas por esta misma patota gritándoles insultos y amenazas del mismo calibre.

El ataque no terminó allí, sino que los vehículos siguieron a los compañeros que se retiraron en remises hasta sus casas, y rondaron esa zona hasta horas de la madrugada, pasando varias veces por la puerta del merendero del Polo Obrero de Longchamps.

Realizaremos la denuncia en la fiscalía, aportando los datos de los vehículos y sus patentes.

Exigimos que el municipio que gobierna Mariano Cascallares, que a la vez encabeza la lista de diputados provinciales del Frente de Todos, entregue de inmediato las filmaciones de las cámaras de seguridad de la zona, para esclarecer el hecho, y lo hacemos responsable por la seguridad de todos los militantes que realizan actividades políticas en el marco de la campaña electoral.

Realizaremos un acto de repudio este lunes 6 de septiembre a las 17hs en la estación de Longchamps con la presencia de Néstor Pitrola, Mari Medina y Facundo Sandoval, dirigentes y candidatos del Frente de Izquierda y del Partido Obrero, junto con los compañeros de la lista unidad del FIT-U, para que se esclarezca este hecho, se identifiquen a los responsables materiales y políticos, y el rol de la comisaría en este hecho, y a la vez para que no se repita. No permitiremos ninguna acción de amedrentamiento contra nuestros compañeros ni contra el merendero del Polo Obrero.

Basta de patotas.

Basta de zonas liberadas por la policía bonaerense.

Abajo el ajuste antiobrero y antipopular.

Lunes 17hs Acto de repudio en la estación Longchamps.

 

Romina Del Plá, precandidata a diputada nacional 1540429791
Néstor Pitrola, precandidato a diputado nacional 1553242356
Facundo Sandoval, precandidato a concejal de Alte. Brown 1567061880

Plataforma electoral, declaración de principios y bases de acción política del FIT-U

15/07/2021

En el día de ayer el Frente de Izquierda – Unidad inscribió sus listas en 23 de los 24 distritos electoralesReproducimos a continuación su declaración política:

El FRENTE de IZQUIERDA y de TRABAJADORES “UNIDAD” lucha por la independencia política de los trabajadores de los distintos bloques capitalistas que expresan el gobierno, sus opositores patronales y las diferentes variantes de la centroizquierda.

Lo hace en base a un planteo obrero y socialista y de independencia de clase, levantando un programa para impulsar la movilización política de los trabajadores y sectores explotados contra el gobierno y las patronales. El Frente de Izquierda Unidad se presenta como una referencia política para quienes luchan por la independencia de los sindicatos y la expulsión de la burocracia sindical y sus patotas, y por la independencia de todo movimiento popular del capital y su Estado.

Este frente unitario, que nuclea a la casi totalidad de las fuerzas de izquierda de nuestro país, interviene en común en este proceso electoral en el marco de una gran crisis nacional que la clase capitalista quiere hacer pagar a las mayorías obreras y populares. El gobierno de Alberto Fernández que prometió “volver a llenar la heladera”, es el administrador del ajuste, junto a la derecha de Cambiemos y los gobernadores de todo el arco político patronal, en un país que durante la pandemia se agudizaron a niveles históricos la pobreza, la desocupación y los despidos.

Esto sucede mientras millones de dólares, esquilmando los recursos nacionales, se siguen destinando a la fraudulenta deuda externa al FMI y los buitres. El FMI, como representante del capital financiero imperialista, viene por más: una nueva reforma previsional y ley de flexibilización laboral, mientras decenas de miles de dólares seguirán yendo a los especuladores y a los pagos de la deuda.

En estas elecciones en medio de la catástrofe capitalista la izquierda se presenta para fortalecer las luchas del pueblo trabajador y presentar una salida obrera y socialista contra el régimen del FMI que han llevado al país al desastre social, económico y sanitario.

El Frente de Izquierda Unidad se valdrá de la campaña electoral para movilizar políticamente a la clase obrera y luchadores populares en todo el país, para que los trabajadores establezcan su propia salida a la presente crisis nacional. La lucha electoral del Frente de Izquierda Unidad está al servicio de organizar a los trabajadores en la lucha por su propio gobierno.

Señalamos que el pueblo trabajador no está condenado a tener que soportar un mal mayor o un supuesto mal menor. Hay otra salida, y es la que postula nuestro Frente: que la crisis la paguen los que la generaron, las grandes patronales, los banqueros, los terratenientes y el imperialismo. Es decir, que la crisis la pague la clase capitalista que ha llevado al país al desastre actual.

Sostenemos la independencia política de los trabajadores y trabajadoras frente a cualquier variante patronal, incluyendo las denominadas progresistas, y no vamos a llamar a apoyar directa o indirectamente a alguno de estos campos en pugna. Planteamos una salida de independencia de clase que supere esta trampa a la que pretenden meter al pueblo.

Planteamos imponer mediante la lucha y la movilización una salida política propia de los trabajadores: poner fin a la tutela del FMI y por un plan económico y una reorganización integral del país cuya prioridad es la defensa de la vida del pueblo trabajador. Rechazamos de plano todo apoyo a las patronales agrarias, industriales, financieras y de servicios, alianzas políticas-electorales con la centroizquierda y acuerdos permanentes con la burocracia sindical.

El «Frente de Izquierda de Trabajadores – Unidad» plantea los siguientes puntos y los pone a consideración de las organizaciones de trabajadores, estudiantiles, populares, para que sean parte de un plan de lucha, para que esta vez, la crisis la paguen los capitalistas, en el camino de imponer un gobierno de trabajadores. Basta de tregua de la CGT, CTA y de toda la burocracia sindical con el gobierno y las patronales. Paro nacional y un plan de lucha para imponer este programa:

1. Salario mínimo igual al costo de la canasta familiar indexado mensualmente según el aumento real del costo de vida. Anulación del impuesto al salario. Asignaciones familiares para todos y todas.

2. Un IFE de $40.000 para todas las familias necesitadas.

3. Aumento inmediato de salario y jubilaciones. Que nadie gane menos del valor de la canasta familiar. Ante la escalada de la inflación, indexación mensual de salarios y jubilaciones.

4. Prohibición de despidos y suspensiones. Expropiación y estatización de toda empresa que cierre, puesta a producir, bajo el control de los trabajadores. Basta de trabajo precario y no registrado. Todos a planta permanente. Trabajo para todos, reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario entre ocupados y desocupados. Abajo la reforma laboral flexibilizadora. Por el triunfo de todas las luchas de las y los trabajadores contra los despidos, cierres y las medidas de ajuste.

5. Anulación de la reforma previsional. Por el 82% móvil y el aumento del haber mínimo que cubra la canasta de los jubilados. Pago de las retroactividades correspondientes. Que la ANSES esté bajo la administración directa de jubilados y trabajadores Por la restitución de los aportes patronales que fueron rebajados.

6. Eliminación del IVA de la canasta familiar. El salario no es ganancia. Anulación inmediata del impuesto “a las ganancias” sobre los salarios. Impuestos progresivos a las grandes fortunas. Impuestos extraordinarios a las ganancias de los grandes capitalistas (banqueros, terratenientes y grandes empresarios) para resolver las necesidades más acuciantes del pueblo trabajador. Comités de control de precios y abastecimiento popular.

7. Ruptura con el FMI. No al pago de la deuda. Nacionalizar la banca y el comercio exterior para evitar la fuga de capitales, cuidar a los pequeños ahorristas y brindar créditos accesibles y populares. Por un gobierno de trabajadores que imponga ese plan económico obrero y popular, priorizando el trabajo, la salud y la educación, debatido y gestionado por los propios trabajadores.

8. Anulación de los tarifazos. Nacionalización y estatización sin pago de todas las empresas privatizadas bajo control, administración y gestión de trabajadores y control de los usuarios populares. Nacionalización y estatización de todo el sistema ferroviario y del subte (transporte y carga) bajo control, administración y gestión de los trabajadores de todos los niveles y control de los usuarios populares. Nacionalización sin pago del 100% de YPF y de todas las empresas petroleras: por una empresa nacional estatal única que funcione bajo el control y la gestión de sus trabajadores. Nacionalización y estatización de la denominada Hidrovía (Cuenca del Paraná) bajo control de trabajadores, usuarios y poblaciones ribereñas, y de todos los puertos bajo control obrero. Por un plan nacional energético controlado por los trabajadores que lleve gas natural y luz a todos los hogares.

9. Nacionalización -sin indemnización y bajo administración y control de trabajadores-, de la banca y el comercio exterior, la minería y el gran capital agrario e industrial. Por un plan económico debatido y gestionado por los trabajadores.

10. Declaración unilateral del Estado argentino de liberación de todas las patentes de las vacunas contra el Covid-19, y toda la farmacología e instrumentos necesarios para combatir la pandemia.

11. Vacunas para todas y todos. Declaración de utilidad pública del laboratorio Mabxience del grupo Insud-Pharma de la localidad de Garín, provincia de Buenos Aires, donde se produce el principio activo de millones de dosis de la vacuna contra el Covid-19 para Astrazeneca. Declaración de utilidad pública de todos los laboratorios que tengan insumos o maquinarias para producir las vacunas en la Argentina.

12. Centralización estatal de todo el sistema de salud bajo el control de las y los trabajadores y profesionales de la salud en camino a la nacionalización.

13. Nacionalización sin pago de los laboratorios que lucran con la salud del pueblo. Por la provisión de medicamentos gratuitos a quienes lo necesitan. Por la expulsión de la burocracia sindical de las obras sociales, y su control democrático por parte de comités de trabajadores elegidos en la base.

14. Expropiación de la oligarquía terrateniente, de los grandes pooles de siembra, así como de los monopolios cerealeros, aceiteros, lecheros y frigoríficos. Expropiación de los cuatro mil principales propietarios, respetando los derechos de los campesinos pobres, pueblos originarios y pequeños chacareros que no exploten mano de obra asalariada. No a la expulsión de sus tierras de campesinos y originarios. Basta de trabajo no registrado para los trabajadores rurales.

15. Abajo la megaminería a cielo abierto. Fuera las multinacionales imperialistas como la Barrick, Chevron, Yamana Gold y Panamerican Silver. Contra toda actividad saqueadora y contaminante. No al fracking. Expropiación de esas firmas sin indemnización y que reparen los daños causados, garantizando los empleos con igual salario y producción bajo control obrero, las comunidades y pueblos originarios que han sido afectados por la producción, junto a profesionales de universidades públicas. Prohibición de fumigaciones aéreas con agrotóxicos. Prohibición de megagranjas porcinas destructoras del medio ambiente, la salud y generadoras de pandemias. Defensa de los humedales y de los bosques nativos. Prohibición de los desmontes. Anulación del proyecto de saqueo del mar argentino por parte de Equinor. No al plan del complejo agroindustrial argentino y del gobierno. No a la ley de hidrocarburo. Protección al ambiente marino contra el saqueo pesquero, la industria petrolera, las granjas salmoneras marinas y otras actividades que pongan en riesgo su biodiversidad.

16. Defensa de la educación pública y gratuita. Conectividad gratuita para todos los docentes y alumnos. Basta de subsidio a la educación privada. Fuera la iglesia de la educación. Abajo la Ley de Educación Superior. Que el Estado deje de financiar a la Iglesia Católica. Por una educación nacional única, estatal, gratuita y laica.

17. Vivienda para las familias trabajadoras. Por un plan nacional de viviendas populares de calidad y urbanización de las villas y asentamientos. Por impuestos progresivos a las viviendas ociosas de los especuladores inmobiliarios. No a la criminalización de las luchas por tierra y vivienda. Basta de desalojos.

18. Basta de femicidios y trans/travesticidios y demás crímenes de odio. Ni una menos. Presupuesto para combatir la violencia de género, no para la deuda y el FMI. Por los derechos de las mujeres trabajadoras. Por el desmantelamiento de las redes de trata. A igual trabajo, igual salario. Jardines de primera infancia gratuitos en los lugares de trabajo y estudio. Por plena libertad para ejercer la elección de su sexualidad. Implementación de la ESI laica, científica y con perspectiva de género. Contra toda forma de opresión sexual. Abajo los edictos persecutorios y cualquier forma de opresión o discriminación contra gays, lesbianas, travestis, intersexuales y transexuales. Aparición con vida de Tehuel.

19. Basta de gatillo fácil. Abajo las reformas reaccionarias y represivas del Código Penal y Procesal Penal. Anulación de las leyes “antiterroristas”. No a la baja de la edad de imputabilidad. Anulación de la Ley del arrepentido. Abajo la reaccionaria reforma al Código Procesal Penal en la Ciudad que incorporó las figuras del “agente encubierto” y “agente revelador” para armar causas contra las organizaciones populares en tiempos de ajuste. No al espionaje y a la infiltración de las organizaciones populares. Disolución de los órganos de inteligencia para espiar a los luchadores obreros y populares. Anulación de las causas judiciales contra luchadoras y luchadores obreros y populares. Libertad a Sebastián Romero y demás presos por luchar. Reclamamos el cierre de las causas y la absolución contra todos los luchadores perseguidos: César Arakaki, Daniel Ruiz, Viviana Toros y los 27 estudiantes de la Universidad de Córdoba y la Universidad Nacional de Río Negro.

Alberto Fernández, Berni y los gobernadores del Frente de Todos y de Cambiemos reprimen las luchas obreras y populares como vimos en Guernica, contra familias pobres que peleaban por tener un techo en medio de la pandemia, en ArreBeef donde la represión fue contra obreros despedidos, en Chubut contra las marchas ambientales, en la Formosa de Insfrán, en Jujuy con Morales y en CABA con Rodríguez Larreta reprimiendo a las trabajadoras de la salud. Basta de represión a las luchas.

20. Justicia por Jorge Julio López, Luciano Arruga, Santiago Maldonado, Rafael Nahuel y las víctimas de la Masacre de San Miguel del Monte. Juicio y castigo a los policías implicados en los asesinatos de Luis Espinoza, Facundo Castro, Lucas Verón, Ariel Valerian, Brandon Romero, Josué Lagos y todas las víctimas de la violencia policial durante la pandemia. Cárcel a los responsables políticos de los asesinatos de Carlos Fuentealba, Mariano Ferreyra y las y los luchadores asesinados. Cárcel común, perpetua y efectiva a los genocidas y sus cómplices civiles, a los responsables de los crímenes de la Triple A y a los asesinos del gatillo fácil. Fuera la gendarmería y policía de los barrios populares.

21. Que todo legislador, funcionario o juez gane lo mismo que un obrero especializado o un docente. Revocabilidad de todos los mandatos por los propios electores. Por una cámara única, con miembros elegidos utilizando el conjunto del país como distrito único.

22. Elección popular de fiscales y jueces con mandatos revocables. Eliminación de todos sus privilegios de casta. Juicios por jurados. Que todo juez gane lo mismo que un docente. Que cesen en sus cargos todos los jueces en funciones que juraron por el estatuto de la dictadura. No al Consejo de la magistratura y a al actual método de designación de los magistrados.

23. Fuera la burocracia de los sindicatos. Apoyo al sindicalismo combativo. Por la independencia de los sindicatos del Estado y los gobiernos de turno. Por la más plena democracia sindical y por el derecho de los trabajadores a organizarse sin injerencia y control estatal. Por elección de paritarios en asamblea. Que la CGTs y la CTAs rompan con el gobierno y dejen sus compromisos con las patronales y sus partidos y llamen a un plan de lucha nacional por el salario, contra el trabajo precarizado e informal y las tercerizaciones, por vacunas para todos y todas. Apoyo al sindicalismo combativo y antiburocrático. Por direcciones de los sindicatos antiburocráticas y combativas, de carácter clasista, basada en la democracia sindical. Apoyamos la autoorganización de los trabajadores contra la regimentación de la burocracia sindical y los partidos patronales.

24. Abajo los reaccionarios códigos civil y comercial y procesal penal.

25. Por un gobierno de las y de los trabajadores impuesto por la movilización de los explotados y oprimidos y por el socialismo.

26. Fuera ingleses y la OTAN de Malvinas. Contra el bloqueo y cualquier tipo de agresión imperialista contra Cuba. Por una política internacional de apoyo a la rebelión obrera y popular en todo el mundo, por la expulsión del imperialismo de todos los países, por la unidad socialista de América Latina, por el socialismo internacional.

27. Solidaridad con la resistencia del pueblo palestino contra el Estado sionista y racista de Israel.

Convocamos a los trabajadores, a las corrientes de izquierda y a todos los luchadores a integrarse y sumar su apoyo al Frente, para que la clase obrera no sea “colectora de nadie”, sino dueña de su propio destino político.

Partido de Trabajadores por el Socialismo – Partido Obrero – Izquierda por una Opción Socialista – Movimiento Socialista de los Trabajadores.

Al Congreso del PTS

Pongamos en pie listas unitarias y un gran Congreso del FIT-U para movilizar políticamente a los trabajadores.

29/06/2021

(con copia al resto de las fuerzas del FIT-U)

Compañeras y compañeros: queremos enviarle el saludo del Partido Obrero a su Congreso y también acercarles algunas consideraciones políticas que entendemos vitales para el desarrollo de una alternativa obrera y socialista en nuestro país y a nivel internacional.

Seguramente compartirán con nosotros que América Latina está asentada sobre un verdadero volcán político y social. El impacto enorme de la pandemia no ha hecho más que agravar las desigualdades sociales preexistentes, que se vienen acumulando durante décadas y que no se revirtieron con los gobiernos “nacionales y populares” de los Lula, Mujica, Correa, Evo Morales y el kirchnerismo en la Argentina. La estructura semicolonial de nuestra región agrava las condiciones de vida de nuestros pueblos, porque al saqueo imperialista y de las grandes potencias debe sumarse la superexplotación llevada adelante por las burguesías nacionales. Fueron justamente estas las que buscaron beneficiarse con los llamados “gobiernos de izquierda” rapiñando en su beneficio los presupuestos del Estado, pero viraron luego a la derecha para enfrentar de un modo más efectivo a los trabajadores. Sin embargo, los intentos de descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores con los Duque, los Bolsonaro, los Macri o los Piñera y avanzar sobre sus conquistas han desatado una ola de rebeliones populares, que tiene sus puntos más destacados en Chile y Colombia así como también en la derrota del golpe en Bolivia gracias a una lucha popular de gran envergadura. Las masivas movilizaciones que estamos viendo ahora en Brasil contra el gobierno de Bolsonaro plantean la posibilidad de un salto cualitativo de este ciclo de rebeliones, ya que representaría el pasaje a la acción del proletariado más numeroso de América Latina.

Las burguesías nacionales y también el imperialismo han tomado nota de esta nueva situación y buscan intervenir sosteniendo a los gobiernos asediados por las masas, pero simultáneamente arman relevos políticos para lo cual echan mano a los partidos que se agrupan en el Foro de San Pablo y en el Grupo Puebla. La reunión de Lula con Fernando Henrique Cardoso forma parte de este operativo y tiene por propósito evitar que Brasil se convierta en Colombia o Chile, y que Bolsonaro no caiga como consecuencia de una rebelión popular. Para la izquierda que se reclama obrera y socialista el desafío que se presenta es muy claro: desarrollar las tendencias revolucionarias de las masas construyendo un bloque político basado en la independencia de clase y la lucha por un gobierno de los trabajadores, capaz de derrotar a todas las alternativas capitalistas, sean de derecha o frentepopulistas. Como lo planteamos en la Conferencia de América Latina y los EE.UU. convocada por el Frente de Izquierda-Unidad, esta lucha plantea una cuestión estratégica de fondo, que parte de rechazar la colaboración con las variantes de frentepopulistas, que son un recurso del capital para desviar la acción revolucionaria de las masas.

La Argentina no escapa a estas tendencias generales, pero se expresan de modo peculiar. El gobierno de los Fernández es el resultado del desvío de la lucha contra el macrismo que tuvo un salto cualitativo con las grandes jornadas de diciembre del 2017. A partir de allí se armó un operativo de contención con el “hay 2019”, para llevar la bronca popular al terreno electoral y evitar una caída de Macri en las calles. Pero desde que asumió el gobierno actual la situación de derrumbe social no ha cesado. Incluso, pandemia mediante, se ha agravado de modo evidente. Lo prueban las estadísticas de pobreza, indigencia, desocupación, crisis habitacional, etc. Las promesas más elementales, como ser la “vuelta del asado” o “aumentarle a los jubilados con la plata de la Leliqs”, tampoco fueran cumplidas. Todo esto mientras los banqueros han seguido embolsando fortunas con el negociado de las Leliqs o las empresas alimenticias remarcando sus productos aún por encima de las altas tasas de inflación. La situación de ajuste empieza a traducirse en bronca y desencanto que la derecha tiene dificultades en canalizar, porque aún está muy fresco en la memoria popular el ajustazo del macrismo sobre el pueblo argentino.

Es a partir de esta situación general que muchos analistas han empezado a advertir no solo que la izquierda pueda realizar una elección interesante en setiembre-noviembre, sino que se interrogan sobre si es posible que en Argentina se repitan los sucesos que vemos en Chile, Colombia o en el plano político en Perú. Están quienes dicen que para que eso ocurra es requisito que la izquierda abandone un programa marxista y de lucha abierta contra el capitalismo. Fundan su afirmación en el hecho de que la izquierda que ha crecido en los procesos electorales de América Latina ha seguido ese curso y da señales muy claras que va a gobernar gestionando el capital. Pero esto plantea un desafío concreto para el Frente de Izquierda-Unidad, cuyo programa claramente defiende la independencia de clase y el gobierno de los trabajadores. Ese desafío es cómo desarrollar una alternativa de masas de contenido obrero y socialista para que las tendencias a la rebelión popular puedan no solo expresarse y desarrollarse, sino concluir de modo triunfante derrotando a los capitalistas e imponiendo un gobierno obrero y popular. El abordaje de las elecciones debe estar guiado con ese propósito estratégico.

Un primer paso para ello es encarar el proceso electoral buscando involucrar a los luchadores que están llevando adelante las luchas contra el ajuste en marcha. Si bien se trata todavía de luchas aisladas, que deben enfrentar tanto al gobierno como a las patronales y a la burocracia, son el terreno concreto por donde se expresa una tendencia a la ruptura política con el nacionalismo burgués y de convergencia con las posiciones que defendemos los socialistas. Muchas de estas luchas adquieren una dimensión de masas, como ocurre con el movimiento piquetero, que en las barriadas más explotadas de nuestro país actúa como una cuña fundamental de la que debemos valernos para disputarle palmo a palmo al peronismo a los sectores más explotados y postergados. Nuestra propuesta de convocar a un Congreso del Frente de Izquierda-Unidad, abierto a estos luchadores, tiene por propósito interesar políticamente a los miles y miles de luchadores que ya participan de luchas con la izquierda, y que queremos convertir en una vanguardia obrera y popular de carácter político. Una participación en la campaña electoral sería de gran utilidad para ello, ya que sería un terreno de confrontación con los partidos y coaliciones capitalistas. Actos de masas en las barriadas más explotadas organizados por el Frente de Izquierda-Unidad llamarían también la atención de sectores medios, que también están viviendo su propia pauperización, y que verían cómo la izquierda progresa de modo significativo entre las distintas capas de la población trabajadora. Cuando nosotros formulamos esta propuesta hace meses atrás considerábamos que ese Congreso también podía abordar la cuestión de la formación de las listas electorales. Ahora, dado que ya estamos en las vísperas de la presentación de las listas, eso no podrá ocurrir, pero la propuesta del Congreso del FIT-U no ha perdido por eso su vigencia. Realizarlo, por ejemplo, en el mes de agosto sería un gran impulso a la propia campaña, si logramos la participación de miles y miles de compañeras y compañeros.

Concretar una propuesta de este tipo sería una superación de la propia experiencia del FIT-U. Contra quienes dicen que no podemos canalizar votos de sectores de masas por nuestro programa podemos exhibir los resultados que hemos logrado en provincias como Salta, Mendoza, Jujuy e incluso Neuquén y Santa Cruz. Pero lo que sí es cierto es que esos resultados no han sido sostenidos y que luego tuvimos caídas significativas. En nuestra comprensión eso se debe a que los resultados electorales no tuvieron como soporte firme una sólida vanguardia obrera que le dé sustento. Esa tarea todavía está pendiente a pesar de los pasos dados en ese sentido. Nuestra propuesta del Congreso del FIT-U parte de esta caracterización, que marca los límites del desarrollo mismo que ha tenido nuestra acción política como frente. Explotar las crisis políticas de los partidos de la burguesía es una condición para un avance de nuestra causa. Pero nosotros no queremos ocupar los espacios que deja el régimen sino desarrollar nuestro propio “espacio”, mediante la construcción de una alternativa socialista y el desarrollo de una vanguardia obrera revolucionaria.

Desde ya que este abordaje tiene como prerrequisito una acción unificada y mancomunada del Frente de Izquierda-Unidad. La propuesta formulada de realizar unas Paso de la izquierda va en sentido contrario, porque coloca el eje en la disputa interna y la confrontación. En vez de ir juntos a invitar a los sectores en lucha para que participen de un Congreso y de la campaña, iríamos a disputar cada uno por su lado el voto de todos ellos, inevitablemente contra el voto a otras listas del propio FIT-U. Los luchadores de este país y el conjunto de los trabajadores no verían a la izquierda batallando contra los Macri, Bullrich, los Fernández y Massa sino peleando entre sí por cargos en las listas. Un espectáculo no solo penoso sino políticamente criminal, que va en sentido contrario a las tareas que se desprenden de la situación política nacional y continental.

Compañeras y compañeros del PTS, ustedes lanzaron una campaña para que la izquierda vaya unida a las elecciones, pero contradictoriamente plantearon hacer unas Paso para dirimir las candidaturas, lo cual lleva a la división y no a la unidad. Como ustedes lo reconocen en su propia carta, ya en el FIT-U está el 80% de la izquierda de nuestro país, por lo que la propuesta sería un retroceso de lo que ya tenemos. Para ser claros, pasaríamos de una presentación unitaria de los 4 partidos del FIT-U como ya tuvimos en las elecciones pasadas a una disputa entre nosotros en las primarias. Y aún con otros abiertamente enemigos políticos del FIT, que entrarían para atacarnos como ahora lo hacen desde afuera, sin fundamento alguno o en casos por la virtud de haber creado un campo de independencia de clase con un programa definido. De más está decir que abre la puerta a un liquidacionismo del propio frente que hemos construido desde el año 2011. En relación a las fuerzas de izquierda que están fuera del FIT-U -ese 20% restante, según sus propios cálculos- las tenemos que llamar a que revisen su posición hostil al FIT-U pero bajo ningún aspecto valernos de ellas o invocarlas para terminar dividiendo a nuestro frente. El caso de Luis Zamora es incluso un caso especial porque ha reiterado su rechazo de los últimos años atacando la construcción política de los partidos de izquierda, el programa del FIT y por otra parte carece de toda intervención en la lucha de clases. El MAS también ha rechazado ahora y antes la integración al programa y el accionar político del FIT-U.

Como pueden ver, nuestro rechazo categórico a las Paso se basa en cuestiones políticas de fondo, que hacen a principios fundamentales y también a las tareas que consideramos claves en esta etapa. Por lo expuesto se deriva que la afirmación de que las Paso serían la única manera de unir a la izquierda es realmente falaz, porque al menos a nosotros no nos incluye. Dada las manifestaciones realizadas por Izquierda Socialista, debemos concluir que a ellos tampoco. Tomamos nota, además, que las fuerzas que están fuera del FIT-U han rechazado cualquier acción frentista. En algunos casos -como sucedió con el grupo de Altamira- el rechazo fue tan categórico que llevó a que llamen a no votar al FIT-U en Jujuy sino a anular el voto.

En su carta ustedes han planteado que hay que dejar atrás el rutinarismo y las mezquindades. Nunca mejor dicho. ¿O no hay algo más mezquino que dividir al FIT-U en varias listas en pos de apetencias de cargos? ¿O no hay mejor manera de combatir el rutinarismo que organizar una campaña electoral sumando a miles de luchadoras y luchadores, para lo cual un Congreso del FIT-U puede ser un gran instrumento? No tenemos dudas de cuáles son las respuestas correctas a estas preguntas y no tenemos dudas tampoco de la opinión que tendrán los trabajadores que siguen a la izquierda.

Compañeras y compañeros, pesa sobre los partidos del FIT-U una gran responsabilidad. Es nuestro deber militante estar a la altura de ella.

Comité Ejecutivo del Partido Obrero

28/6/2021

Foto: Fede Ima Ojo Obrero Foto

¿La unidad de la izquierda es con una competencia interna en las Paso o con listas únicas del FIT-U?

A propósito de la campaña del PTS. Reforcemos un plan de acción común

28/06/2021

Nota de Gabriel Solano y Juliana Cabrera en Prensa Obrera

El PTS lanzó una campaña de pronunciamientos presentada como una defensa de “la unidad de toda la izquierda clasista y socialista”, incluyendo a organizaciones que no integran el FIT-U y que se caracterizan por su hostilidad al mismo, como Zamora o el grupo de Altamira, que en las elecciones de Jujuy del domingo próximo llaman a votar en blanco. El punto central es que reclaman “utilizar el mecanismo de las Paso para conformar listas unitarias en las elecciones generales de noviembre” (textual del petitorio). El mismo planteo de ir a unas Paso a dirimir candidaturas es defendido por el MST.

¿Listas únicas o división y competencia en las Paso?

A simple vista esta propuesta contiene una contradicción elemental: mientras se invoca la unidad se propone una división del FIT-U actual, que en vez de ir a las elecciones primarias en una lista unificada debería dividirse en varias y enfrentarse entre sí. El planteo es un tiro en el pie para la izquierda que integra el frente y se reivindica revolucionaria. En lugar de potenciar una acción política común contra los bloques capitalistas, unas Paso del FIT-U subordinan esa confrontación de clase a la competencia y la división interna dentro de la izquierda. Dicho de otro modo y para que se entienda bien: en vez de ir a disputar con los Macri, Fernández, Kicillof y Larreta, iríamos a un debate y disputa entre la izquierda.

Los bloques patronales tienen en claro el factor de crisis que representa una competencia interna. El Frente de Todos, por eso, las descarta por completo y tiene resuelto ir en una lista común en las Paso y las generales. Juntos por el Cambio está, por estos días, haciendo alquimias para tratar de evitar una disputa interna. Todos son conscientes que una contienda interna en unas Paso golpea aún más sus posibilidades frente al desgaste que sufren como ejecutores del ajuste y responsables del hambre y la miseria. Este escenario político abre enormes posibilidades para el FIT-U, que sería irresponsable no aprovechar.

Las organizaciones que presentan la propuesta afirman que las Paso serían la única forma de lograr la unidad. Pero no es así. Desde su fundación en el 2011 el FIT y luego el FIT-U hemos concurrido a las primarias con listas comunes; la única excepción fue el 2015 y localmente en Salta en las últimas elecciones provinciales. En el 2019 logramos no solo listas únicas sino también la incorporación del MST. ¿Por qué pasar de estas listas unificadas a una división? ¿No sería claramente un retroceso del FIT-U? La afirmación de que una competencia en las Paso sería el precio que hay que pagar para lograr la unidad no se corresponde con el pasado reciente de nuestro frente. Salvo, claro, que se quiera desconocer ese pasado para reemplazar una lista equilibrada por otra monopolizada por un solo partido. Pero en este caso, el argumento sería claramente un sofisma: como pretendo algo imposible de conseguir en una negociación, reclamo la realización de una interna para tratar de lograrlo por otra vía. Así las cosas, las Paso dejarían de ser “inevitables” en el mismo momento que depongo las ambiciones desmedidas.

Otro argumento que han utilizado quienes defienden las disputa en las Paso es que servirían para incorporar a las fuerzas que no están en el FIT-U. Pero esto tampoco es cierto. Primero porque el MST se incorporó en las elecciones del 2019 sin necesidad de ninguna Paso. Segundo, porque si en el FIT-U está el 80% de la izquierda, como afirma el PTS, no tiene sentido que una fracción menor sea invocada como el pretexto para dividir lo que hasta las últimas elecciones concurrió en listas unificadas. Después de todo, la cuestión fundamental es cómo dinamizar ese 80%, algo que con seguridad no se lo logrará con la escisión en las Paso entre varias listas.

No puede pasarse por alto que tanto el PTS como el MST plantean las Paso exclusivamente para dirimir las candidaturas y el orden de las listas. Este método político no puede naturalizarse entre la izquierda. Fraccionar a un frente en múltiples listas en vez de enfrentar de modo unificado a los bloques capitalistas, por el simple afán de tal o cual grupo por una candidatura, debiera ser rechazado in limine. Por donde quiera verse, se trata de un método equivocado. Las fuerzas que integramos el FIT-U tenemos divergencias, muchas de ellas de peso y de alcance estratégico. Nosotros no las negamos, sino que incluso las debatimos públicamente. Pero no son las Paso el lugar de resolución. Una elección organizada por la burguesía, con sus leyes y el aparato comunicacional en su poder, con el peso de la vanguardia que lucha disuelta entre una masa policlasista de electores, no es el ámbito de resolución de divergencias entre los socialistas.

A diferencia de esta propuesta, las listas únicas que planteamos para las Paso y las generales permitirían al FIT-U arrancar sin dilaciones una batalla común para erigirse como alternativa política frente a la monumental crisis que vivimos y el desgaste de los partidos del régimen. Existen además bases políticas sólidas para ello, porque ya lo hemos hecho en el pasado –en la mayoría de las elecciones en las que intervenimos desde la fundación del frente. Pasar de las listas únicas a la división y competencia interna en las Paso sería una involución, porque de este modo se jerarquiza aquello que nos divide y no lo que nos une. La constitución del FIT tuvo como fundamento otro principio político: el de poner en pie un polo político independiente para separar a los trabajadores de las corrientes de la burguesía.

Listas únicas y un gran Congreso del FITU

Volvemos a insistir con nuestra propuesta de poner en pie listas unificadas del FIT-U y que convoquemos en común un congreso, que refuerce la intervención unitaria no solo en la campaña electoral sino como referencia y alternativa política de las luchas que se abren curso frente a la catástrofe sanitaria y social que estamos viviendo.

El problema de la presentación y participación electoral bien podría haber sido abordada en este congreso, con la participación de todxs aquellxs que simpatizan y defienden al Frente de Izquierda como un bloque político independiente de los trabajadores. No obstante, las tareas que debe abordar un congreso de este tipo superan con creces el problema de las candidaturas. Sería un factor de debate y organización de la campaña electoral en sí misma, los planteos, el programa y los métodos de los que nos valemos para esta batalla política. Pero también para pegar un salto en la organización de una vanguardia obrera movilizada políticamente junto al FIT-U.

Las listas únicas y la organización de un gran Congreso del Frente de Izquierda nos brindan enormes posibilidades para explotar la oportunidad excepcional que nos presenta el actual escenario político y social para un ascenso de la izquierda revolucionaria.

Millones se preguntan… Argentina ¿tiene salida?

El Gobierno y la derecha nos hunden en una nueva catástrofe social

28/06/2021

El hundimiento de la Argentina

Estamos atravesando una situación dramática, que preocupa y angustia a millones de familias trabajadoras. La argentina está hundida en una catástrofe social, sanitaria y económica.

La pobreza alcanza al 42% de la población e impacta con más fuerza aún en los niños ¿podemos naturalizar que 3 de cada 4 pibes en la provincia  de Buenos Aires no tengan lo suficiente para comer? La suba de los alimentos, particularmente de la carne, y de los alquileres golpean con fuerza a las familias.

El gobierno de Alberto Fernádez y las patronales descargan la crisis capitalista sobre los trabajadores con un fuerte ajuste en los salarios y jubilaciones, con despidos y precarización laboral para garantizar el pago de la deuda usuraria al FMI y el Club de París.

Este ajuste tuvo como resultado que enfrentemos la segunda ola de Covid 19 desguarnecidos. Sin recursos para la asistencia económica y social, los trabajadores quedaron expuestos a los contagios. Y la defensa de los intereses de los laboratorios evitó tomar las medidas necesarias para tener las vacunas en tiempo y forma. Nos acercamos a los 100.000 muertos y esto todavía no terminó.

Alberto Fernández incumplió sus promesas

En la campaña electoral Alberto Fernández ganó la votación prometiendo  revertir el desastre económico dejado por Macri. Prometió priorizar a los jubilados por sobre los bancos. Prometió que los trabajadores iban a poder hacer una asado. Prometió salud, educación y vivienda. ¿Dónde quedaron esas promesas? Ahora le echan la culpa a la pandemia, pero la decadencia del país viene desde mucho tiempo atrás.

Ya gobernaron todos… y fracasaron

En las últimas décadas gobernaron peronistas, radicales, kirchneristas y macristas. Se pelean, luego se amigan, cambian de camiseta o inventan una “grieta” pero al final siempre ganan los de arriba y pierden los de abajo. ¿O alguna vez la crisis la pagaron los bancos, las privatizadas o las petroleras?

La argentina SÍ tiene salida… pero con los trabajadores

La magnitud y duración de esta crisis y decadencia nos impone la necesidad de cambios profundos. Si los trabajadores seguimos yendo detrás de los mismos de siempre vamos a tener el mismo resultado. Para pensar un futuro tenemos que tomar el presente en nuestras manos. Es lo que está pasando en muchos países de América Latina donde los trabajadores se plantan contra el ajuste ganando las calles y creando una nueva situación. En Argentina tenemos ese mismo desafío.

Vamos con el Frente de Izquierda y de los Trabajadores

Para abrir paso a los trabajadores, desde el Partido Obrero proponemos:

  1. Apoyemos todas las luchas en curso contra el ajuste.

En los barrios nos ponemos de pie contra el hambre y la desocupación.

Junto a los trabajadores de la salud, que estuvieron en la primera línea del combate a la pandemia.

Con los trabajadores precarizados que luchan contra los despidos y por el pase a planta permanente.

Con la juventud y la docencia que luchan en defensa de la educación pública.

  1. Listas únicas y un Congreso del Frente de Izquierda

Las listas únicas nos permiten intervenir en las elecciones como un solo bloque contra todos los partidos capitalistas. Mientras en el gobierno y la derecha se agravan las internas, los trabajadores tenemos que apuntar los cañones para el mismo lado.

Y para darle un gran impulso a esta pelea proponemos un Congreso del Frente de Izquierda, del cual participen las y los protagonistas de las luchas contra el ajuste, del movimiento de mujeres, diversidades y la juventud.

  1. Un programa para salir de la crisis

El Congreso del Frente de Izquierda serviría además para desarrollar un programa frente al hundimiento de la Argentina.

Contra el saqueo: abajo el pago de la deuda usuraria, ningún pacto con el FMI.

Contra el hambre: subsidio de $40.000 para los desocupados

Contra la desocupación: reparto de horas de trabajo, plan de obras públicas y vivienda

Contra la inflación: reapertura de paritarias, salario mínimo igual a la canasta familiar ($96.000)

Contra la pandemia: centralización estatal del sistema de salud, nacionalización de los laboratorios, cumplimiento de las demandas de los trabajadores de la salud

 

¡Vamos con el Frente de Izquierda!

En la Ciudad:

Gabriel Solano – Vanina Biasi – Amanda Martín

En la provincia de Buenos Aires:

Romina del Plá – Néstor Pitrola

Larreta quiere reabrir escuelas en el peor momento

27/05/2021

El Jefe de Gobierno de la Ciudad ya fijó la vuelta a la presencialidad escolar en pleno pico de contagios. Con cifras que alcanzan casi los 40.000 casos por día, el gobierno de la Ciudad ya anunció que el cierre de las aulas durará estos tres días hábiles para volver a las escuelas el lunes 31/5.

¿Qué criterio sanitario sostiene esta medida? Ninguno. No hay condiciones para sostener esta apertura en un distrito de alerta epidemiológica que tiene más de tres mil casos por día. Nada indica que la semana que viene estemos mejor que ésta.

A la situación epidemiológica se le suma el fracaso del plan de vacunación. En CABA, por ejemplo,  sólo alcanzó al 14% de los docentes, que recibieron en su enorme mayoría una sola dosis.

Mientras tanto, el gobierno de la Ciudad impulsa esta semana un “apagón educativo”, negándose a dictar clases “a distancia”. Por un lado, esta decisión busca “presionar” para la apertura de escuelas. Por otro, revela un fracaso de la política educativa de la Ciudad, que luego de no haber invertido un peso en condiciones de conectividad y de haber recortado 371 millones del Plan Sarmiento admite que no tiene condiciones para garantizar esta modalidad.

Las críticas a Larreta del peronismo porteño no son más que demagogia. Lo demuestra que al día de hoy el gobierno de Alberto Fernández y Nicolás Trotta entregó luego de un año y tres meses de pandemia sólo 120.000 computadores, cuando hay 6 millones de jóvenes con problemas de conectividad. También que en las provincias en las que gobiernan (como Santa Fe) mantuvieron la presencialidad, colapsaron el sistema de salud y no tomaron ninguna medida para sostener la educación a distancia.

La deserción estuvo a tono con esta política: uno de cada cuatro estudiantes bajo la línea de pobreza en la Ciudad y el país se quedó afuera de la cursada por no tener un dispositivo o no disponer de internet. Colaboran con esta situación los innumerables rechazos y obstáculos para adquirir la Beca Progresar que imponen el ANSES y el gobierno nacional. Importa más el ajuste que la educación.

Como si esto fuera poco, Larreta suspendió esta semana la entrega de las canastas alimentarias ni arbitró otros medios para distribuirlas.

En este contexto, poner a circular a millones de personas la semana que viene para sostener la apertura escolar pone miles de vidas en peligro. Con el discurso falso de “las escuelas no contagian”, esta política ya se cobró la vida de 16 docentes por covid.

Desde Tribuna Docente, la Juventud del Polo Obrero (JPO) y la Unión de Juventudes por el Socialismo (UJS) rechazamos esta apertura sin criterio y exigimos que las clases se lleven adelante de forma virtual, con la respectiva inversión para garantizar esta modalidad para todas las escuelas de la Ciudad.

-Suspensión de la presencialidad escolar en alerta sanitaria.

-Computadoras y WiFi libre para poder estudiar. Garantía de la modalidad virtual en este contexto.

-Vacunación para todos los docentes

-Aumento de la Beca Progresar a 10.000 para todos quienes la pidan

-Sostenimiento de la canastas alimentarias en todas las escuelas de la Ciudad

Aportar al Partido Obrero, por una salida de los trabajadores a la crisis

Carta al aportista

26/05/2021

Compañera/o

 

Estamos encarando una nueva campaña financiera. Como cada año, el Partido Obrero, integrante del Frente de Izquierda – Unidad se dirige a miles de compañeros y compañeras simpatizantes y militantes en todo el país, para recabar el aporte que permita sostener nuestra actividad.

Una actividad esencial en la pandemia y la crisis que atravesamos. Porque nos permite organizar en todo el país los barrios mas explotados en la lucha contra el hambre, poniendo en pie asambleas y merenderos y saliendo a las calles para enfrentar la desocupación y la miseria.

En estos meses de crisis, venimos reclamando que se utilicen el conjunto de los recursos del país para garantizar los ingresos de las y los trabajadores. Porque mientras se elimina el IFE y se recorta en la ayuda social, se pagan 100.000 millones mensuales de intereses de Leliq y se le pagan los intereses al Fondo Monetario y los acreedores de la deuda. Porque mientras la inflación se dispara, los salarios siguen anclados en una pauta de 30%, que apunta a consolidar una nueva caída.

Por eso, venimos de acompañar grandes luchas, como la de las y los compañeros de la salud por sus salarios y condiciones de trabajo, la de los choferes por sus salarios y las vacunas, la de los docentes por el salario y contra la imposición de una presencialidad escolar contra todos los parámetros epidemiológicos.

Porque la pandemia avanza.  Por eso, pusimos en pie una campaña para que se intervenga el laboratorio mAbxience y se complete la producción local de la vacuna, tan necesaria para terminar con el virus. Es que se han producido en el país el principio activo para mas de 60 millones de dosis de vacunas, mientras la empresa productora, Astra Zeneca, no cumple con los compromisos firmados para abastecer a la Argentina y el gobierno hace la vista gorda frente a la situación.

Los aportes de campaña financiera van a financiar estas campañas fundamentales. El Partido Obrero se financia con los aportes de los trabajadores, lo que nos permite sostener una independencia política. Esta forma de financiamiento nos separa de Cambiemos o del Frente de Todos, que se financian con aportes de los grandes empresarios, para quienes gobiernan.

Ni el gobierno, ni Cambiemos están en condiciones de dar una salida a esta crisis: son los que nos gobernaron las últimas décadas y nos llevaron a esta situación. Sólo los trabajadores pueden poner en pie una salida, luchando en las calles y preparando una alternativa política, fortaleciendo el peso y la influencia de la izquierda que lucha por el socialismo y el gobierno de los trabajadores. El Partido Obrero propone un congreso del Frente de Izquierda – Unidad para agrupar fuerzas y salir en forma unificada a esta pelea.

Por último, la crisis capitalista y el Coronavirus están abriendo paso a grandes confrontaciones a nivel internacional. El pueblo de Colombia se levanta contra el ajuste de Duque. En Chile, la constituyente arrancada a Piñera con la rebelión popular deberá discutir en el marco del derrumbe de los partidos tradicionales y la emergencia de nuevas fuerzas de izquierda. En Estados Unidos, la rebelión popular puso contra las cuerdas a Trump y a todo el arco político y su herencia pesa sobre el gobierno de Biden.

El Frente de Izquierda y el Partido Obrero han estado, en el país, a la cabeza del apoyo a todos estos procesos populares. Para impulsarlos, proponemos una nueva conferencia latinoamericana y de los Estados Unidos convocada por el Frente de Izquierda Unidad, como la que agrupó a mas de 40 organizaciones del continente en 2020. Como así también estamos poniendo en pie una gran acción de respaldo al pueblo palestino contra las agresiones criminales del sionismo.

El aporte de cada simpatizante ayuda a consolidar estos objetivos y llevar estas causas populares a la victoria.

Solo los trabajadores podemos dar una salida a la crisis

Manifiesto del Partido Obrero. El 1° de Mayo, acto del Frente de Izquierda: el gobierno, la derecha y los capitalistas nos llevan a una catástrofe social y sanitaria.

29/04/2021

La pandemia, nuevamente, golpea muy duramente al país. Argentina se encuentra entre los países más afectados del mundo, tanto en cantidad de contagios como de fallecidos. El nuevo piso de casos diarios se ha establecido ya en los 25.000. El techo, en cambio, sigue siendo una incógnita. En estos días supera muchas veces los 25.000 casos, pero los especialistas y hasta funcionarios pronostican que podría llegar a 50.000 casos o más. Con una tasa de letalidad superior al 2%, anticipa que tendremos en las próximas semanas 1.000 muertos por día.

El sistema sanitario ya se encuentra colapsado. Las terapias intensivas están repletas, sin lugar para nuevas internaciones. El personal especializado está exhausto y es escaso para enfrentar la situación. Por las redes sociales y también por los medios de comunicación se escuchan personas implorando por una cama para un familiar enfermo. Por falta de camas, muchas personas deben ser entubadas en las guardias y hasta en las ambulancias, lo que disminuye drásticamente su posibilidad de vida. El crecimiento de los casos agravará esta situación ya desesperante.

El Partido Obrero y el Frente de Izquierda plantearon tempranamente la necesidad de proceder a una centralización del sistema de salud, para establecer un plan de atención unificado, disponiendo de la totalidad de los recursos sanitarios existentes del sistema público, del privado, de la seguridad social, de las universidades nacionales y las fuerzas de seguridad. Nada de eso se hizo. Por el contrario, el gobierno permitió que sigan cerrando clínicas privadas, por el simple motivo que no eran redituables para sus dueños. ¡En medio de una pandemia, solo en la provincia de Buenos Aires se permitió el cierre de 10 sanatorios privados!

Idéntica situación ocurrió con el plan de vacunación. Sabiendo la disputa mundial por el acaparamiento de las vacunas que realizan los países más poderosos, el gobierno no desarrolló un plan de provisión propio, valiéndose del complejo científico y técnico del país, incluso potenciandoló. Se priorizaron los negocios de amigos del poder, como el empresario Hugo Sigman, que produce y exporta el compuesto activo de la vacuna de AstraZeneca en la Argentina, mientras el país no ha recibido ni una sola dosis del contrato firmado con ese laboratorio. Nuestra propuesta de que se declare de utilidad pública el laboratorio mAbxience y que el gobierno asegure la continuidad de la producción es rechazada por el gobierno que sigue priorizando los intereses de los grandes laboratorios.

Chau IFE, hola FMI

Visto que la llamada segunda ola se dio en todo el mundo, ni el gobierno nacional ni los de las provincias pueden declararse sorprendidos. Alcanzaba para ver lo que sucedía en Europa y EE.UU, e incluso en los países de la región, para saber que Argentina tendría un aumento de los casos. Pero nada de eso hizo para anticiparnos a esa situación y tomar medidas de prevención. Por el contrario, en el sistema de salud se desarmaron muchos de los hospitales modulares armados y de las nuevas camas habilitadas.

En relación al personal de salud, en vez de acelerar el reclutamiento de un mayor número de trabajadores y acelerar su especialización, el gobierno anuló el bono miserable de $5.000 que había otorgado y les impuso una paritaria 11 puntos por debajo de la inflación. El relajamiento del que habló el presidente, acusando a los trabajadores de salud, en realidad fue el de su propio gobierno que no dudó en aplicar un ajuste a quienes más se la jugaron para enfrentar la pandemia y cuidar a la población.

Detrás de este “relajamiento” se esconden los intereses sociales capitalistas que determinan la política de los gobiernos de la Nación y de las provincias. Solo eso puede explicar que, cuando el crecimiento de los casos era ya notorio y se anticipaba la catástrofe actual, el gobierno llamara a la población a moverse por todo el país en Semana Santa, reflejando la presión de los empresarios del turismo. Cuando es sabido que la reducción de la circulación del virus solo puede lograrse reduciendo la circulación de las personas, el gobierno impulsó que más de 4 millones de personas se desplacen por el país propagando aún más la enfermedad.

En el mismo sentido, el gobierno desoyó el pedido de los científicos de que cerrara las fronteras para evitar el ingreso de nuevas cepas, que se sabe son más contagiosas y letales. Esa irresponsabilidad la estamos pagando caro: un reciente informe oficial mostró que el 70% de los contagios en la ciudad de La Plata son de la cepa de Manaos.

La desidia para enfrentar la pandemia no se limita a estas decisiones. En el Presupuesto 2021, aprobado por el Congreso Nacional, no se incluyó ninguna partida especial para reforzar el sistema sanitario ni para atender las consecuencias sociales que inevitablemente genera el crecimiento de los casos. Por este motivo fue eliminada la IFE, que habían cobrado más de 9 millones de personas. Un subsidio por completo insuficiente, pues se limitó a solo $5.000 mensuales para una familia. Pero cuando correspondía reforzar esa asistencia, estableciendo un verdadero subsidio al desocupado de $40.000, el gobierno hizo lo contrario, al decidir su completa eliminación. La mira estuvo puesta en reducir el déficit fiscal a la mitad, con el objetivo definido de llegar a un acuerdo con el FMI. Solo el Frente de Izquierda denunció en el Congreso el carácter ajustador de ese presupuesto y anticipó que la eliminación de las partidas para enfrentar la pandemia agravaría la crisis sanitaria.

Educación

Otro tanto sucedió con la vuelta a las clases presenciales. Los gobiernos se valieron de la baja de casos registrada en el verano para acelerar la vuelta de las clases presenciales, sin realizar las inversiones necesarias para ello. Esa vuelta no fue acompañada de una inversión para ampliar y ventilar las aulas, construir baños en los colegios, contratar más personal docente y no docente, o asegurar un transporte escolar especial o público seguro.

Desconocieron los estudios de especialistas en todo el mundo y la experiencia de otros países, que anticipaban que las clases presenciales eran un factor de propagación del virus. Así sucedió lo inevitable: alcanzó con que se combine la vuelta a clases con la llegada del otoño para que se produzca la explosión de casos que estamos viendo. Durante semanas, el ministro Trotta, y su par de la Ciudad de Buenos Aires Soledad Acuña, afirmaron en el Consejo Federal de Educación que los colegios eran seguros y que no se registraban contagios. Simplemente mintieron: la evidencia de un ritmo mayor de crecimiento de los contagios en los chicos de edad escolar existe desde hace algunas semanas y fue ignorado y ocultado. Cuando esta realidad se hizo evidente, y luego de masivos paros docentes, el gobierno nacional decidió la suspensión por dos semanas de las clases solo en la zona del Amba, dejando el resto del país sin cambios.

La resistencia criminal de Larreta a cerrar los colegios fue replicada por la mayoría de los gobiernos peronistas de las provincias, que mantienen las clases presenciales a pesar del crecimiento sostenido de los casos. Ninguno de ellos, además, preparó las condiciones para una vuelta transitoria a la virtualidad, tomando medidas como el reparto de computadoras y dispositivos que aseguren la conectividad. Lo mismo ha hecho la Iglesia Católica, que suele invocar demagógicamente “la defensa de la vida” para rechazar el derecho elemental del aborto legal, pero ha mantenido sus colegios abiertos en pos de asegurarse el cobro de las cuotas.

Todos los políticos y partidos responsables de la crisis educativa que sufre Argentina, desde hace décadas, se llenaron la boca hablando de la educación solo para ocultar que la apertura indiscriminada de los colegios en lo peor de la pandemia es una exigencia de las empresas para que los padres y madres no soliciten licencias de cuidado, que son vistas como un costo por los empresarios.

Pobreza e indigencia en ascenso

El agravamiento de la crisis sanitaria va de la mano del agravamiento de la crisis social. Las estadísticas de pobreza e indigencia arrojaron un nuevo salto, alcanzando niveles escandalosos. En la Argentina, 4 de cada 10 personas está en condición de pobreza. En los menores de 18 años la situación es todavía peor: son 6 de cada 10. Aunque la pandemia agravó la situación, de ninguno modo puede responsabilizarse al Covid sobre la pobreza estructural que tiene el país.

Previo al golpe de Estado de 1976, en Argentina la población en situación de pobreza no llegaba al 5%. Al terminar la dictadura era 25%. Luego, todos los gobiernos constitucionales, sin excepción, mantuvieron ese piso altísimo, que pega saltos con las crisis recurrentes que tiene el país. Sucedió con Alfonsín, Menem, De la Rúa, Cristina Kirchner, Macri y ahora con Alberto Fernández. ¡Quienes nos han gobernado en las últimas décadas son los responsables de que la pobreza oscile entre el 25 y el 50%!

Esta pobreza también afecta de un modo más intenso a las mujeres, que registran un mayor porcentaje entre la población desocupada y también son las que tienen menores ingresos. En el cuadro de la cuarenta, esta desigualdad se potenció con una mayor violencia de género y un crecimiento enorme de los femicidios.

En la actualidad, el salto en los niveles de pobreza está directamente vinculado a la desvalorización del salario y de las jubilaciones. El año pasado, salvo excepciones puntuales, todas las paritarias fueron cerradas por debajo de la inflación. La peor patronal fue el Estado, ya que los empleados públicos tuvieron una pérdida del salario superior a los 10 puntos. En el caso de las jubilaciones, es sabido que la primera medida adoptada por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner fue eliminar la movilidad previsional, repitiendo el golpe que ya les había asestado Macri. Prometieron, y mintieron, que con el nuevo índice los jubilados le ganarían a la inflación. Por lo pronto, en el primer trimestre del año el aumento anunciado está casi 5 puntos por debajo del aumento de los precios. Esta confiscación a los jubilados es una de las grandes demandas del FMI que el gobierno cumple sin chistar.

La carestía es otro factor que agrava la situación de pobreza existente. La pauta inflacionaria del 29%, establecida en el Presupuesto 2021, solo fue un recurso para que las paritarias se firmen en esos niveles. Pero los empresarios aumentan los precios muy por encima de ese registro. Así, detrás de la inflación se produce una transferencia de recursos de los trabajadores y sectores populares a los capitalistas.

Esa transferencia no es solo en beneficio de quienes producen productos de consumo masivo. Alcanza por sobre todo a los bancos y sectores financieros, que se embolsan mes a mes unos $100.000 millones por intereses que le paga el Estado por las deudas que coloca mediante el Banco Central. Llamativamente el único sector económico que no retrocedió en el 2020 fue el financiero. Un bochorno para un gobierno que se jacta de encabezar un “modelo productivo”.

La crisis sanitaria y social se entrelazan y se potencian creando una dimensión única. En momentos donde es necesario aplicar restricciones para frenar la circulación del virus, una parte muy importante de la población teme, con razón, que medidas de ese tipo solo traerán más despidos, más pobreza e indigencia. Se coloca a la población ante la disyuntiva de resignarse al contagio y eventualmente enfrentar una evolución grave o fatal de la enfermedad, o perder su trabajo o parte de sus magros ingresos. Los inquilinos temen ser desalojados porque no puede pagar los alquileres, lo mismo quienes tienen créditos UVA. Los pequeños comerciantes también enfrentan el peligro de perder sus comercios y los profesionales de no poder llevar adelante sus actividades. Esto sucede porque los recursos materiales del país, producidos por los propios trabajadores, no están puestos a disposición de enfrentar la pandemia en todos los planos, sea el sanitario, el social y el económico, sino que son acaparados por los capitalistas en función de su propio beneficio.

Responsabilidad política compartida

La derecha, con los Macri, Bullrich y Larreta a la cabeza, quiere explotar esta situación para presentarse ante la población como defensores de los que quieren trabajar y estudiar en libertad. Sin embargo, la libertad que reclaman es la de poder explotar a los trabajadores sin ninguna tipo de restricciones, ni siquiera de aquellas que están dictadas por los elementales cuidados que imponen una pandemia.

Este sector ha ido evolucionando hacia posiciones negacionistas, como las que Bolsonaro aplica en Brasil o Trump aplicó en los EE.UU. Sin embargo, ni uno ni otro lograron impedir el impacto económico y social de la pandemia, sino que la descargaron sobre las espaldas de los trabajadores, con mayores despidos y reducciones de sus ingresos.

El fracaso del gobierno de Macri, que concluyó su mandato en un cuadro de default y cepo cambiario, debilita a esta derecha como alternativa política, incluso a los ojos de la clase capitalista. A la vez, ha surgido una fracción derechista que se autodefine como “libertaria”, que pretende aplicar el programa que Macri quiso y no pudo llevar adelante en su gobierno. Se trata, ni más ni menos, que una política rabiosamente antiobrera y antipopular. La realización de su programa solo puede hacerse con un reforzamiento represivo en toda la línea. En una escala menor es lo que sucede en Andalgalá, donde se detiene y procesa a 10 luchadores ambientalistas por el solo hecho de movilizarse contra la megaminería contaminante. Es lo que sucedió también en Guernica y en muchas luchas obreras, que fueron ferozmente reprimidas por Berni.

Por el momento, la clase capitalista actúa dentro del gobierno y presiona allí por para conseguir sus intereses. Le reconoce que mientras despotrica contra el ajuste lo aplica de hecho con mayor efectividad que el mismo macrismo. No solo el gasto público se ha licuado por la inflación y el gasto previsional se ha reducido a los niveles más bajos de la historia. Los salarios, medidos en dólares, es decir para la competencia internacional, han caído a niveles nunca vistos en la historia argentina. El salario mínimo, por ejemplo, está en unos 150 dólares, lo mismo que la jubilación mínima que cobran unos 5 millones de jubilados. 150 dólares era la jubilación bajo el menemismo. Este curso ajustador ha sido seguido por toda la coalición de gobierno, más allá de los choques y peleas de camarillas circunstanciales entre Cristina Kirchner, Alberto Fernández, Massa y otros sectores del PJ.

El papel nefasto y traidor de la burocracia sindical para hacer pasar este ajuste, sin embargo, está siendo desafiado por un crecimiento de las luchas que chocan con el “pacto social” que el gobierno promueve con las patronales y las direcciones sindicales. Entre ellas se destacan las gigantescas movilizaciones del movimiento piquetero, que denuncian la política de hambre del gobierno y de todo el régimen, y que con sus acciones permanentes y sistemáticas actúa como un apoyo y acicate de otros sectores de trabajadores. Brilla también la ya histórica lucha de los trabajadores de la salud de Neuquén, que con sus piquetes masivos y paros desafían los techos salariales pactados con la burocracia kirchnerista de UPCN y ATE.

También en el movimiento de la salud se producen otras acciones de lucha, como por ejemplo las de la Clínica San Andrés que enfrenta el cierre del establecimiento, los trabajadores del Hospital Larcade o del Hospital de Mar del Plata. El movimiento docente también se ha puesto de pie, y va al paro por el reclamo del regreso transitorio a la virtualidad en la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires, o en colegios preuniversitarios en Tucumán y Bahía Blanca, incluso superando la parálisis cómplice de la dirección kirchnerista de Ctera.

La lucha alcanza a trabajadores de distintas provincias, como los vitivinícolas de Mendoza y los del citrus de Tucumán. Y sectores de la industria, que defienden mediante la acción directa la aplicación de protocolos que las patronales violan para reducir costos e incrementar los ritmos de trabajo. En ese sentido, el paro en Pirelli impulsado por el combativo Sutna contra una muerte obrera es un ejemplo para todo el movimiento obrero. El Sutna viene de arrancar una paritaria anual del 54%.

Nuestro programa

Estas luchas plantean la necesidad de un programa para enfrentar la situación de catástrofe sanitaria y social a la que nos llevan el gobierno nacional y los gobiernos provinciales. Plantemos:

1. Centralización inmediata del sistema de salud, unificando los recursos del sistema público y privado en un plan único de atención. Ampliación de las camas, disponiendo las partidas presupuestarias necesarias. Reapertura y equipamiento de las clínicas cerradas, para ponerlas en funcionamiento bajo gestión de médicos y trabajadores sanitarios. Contratación de más personal y satisfacción inmediata de los reclamos de los trabajadores de la salud de todo el país.

2. Intervención del laboratorio mAbxience del empresario Hugo Sigman y que el gobierno disponga todas las medidas para asegurar la producción pública e integral de la vacuna en el país, para atender la demanda local y regional. Inmediata liberación de las patentes para garantizar su producción. Registro e intervención bajo gestión obrera de todos los laboratorios que pueden participar de la fabricación de la vacuna y de insumos contra el Covid.

3. Cese transitorio de las actividades no esenciales para reducir el crecimiento de los casos. Cobro del 100% del salario para todos los trabajadores, estén o no afectados por las medidas de restricción. Apertura de los libros contables de las empresas para verificar si requieren o no colaboración del Estado para el pago de salarios. Protocolos bajo el control de comisiones obreras en los lugares de trabajo que deben continuar la producción y en el transporte.

4. Inmediato subsidio de $40.000 para todos los desocupados. Por un reforzamiento de la asistencia a los comedores populares. Acceso a la tierra y la vivienda para terminar con el hacinamiento.

5. Cese transitorio de la presencialidad escolar en todo el país. Determinar a través de un semáforo epidemiológico las condiciones para un regreso a las aulas. En todos los casos, el piso para ello es que no deben superar los 200 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, junto a la evaluación de la situación del sistema de salud, del transporte y de las condiciones de las escuelas. Plan para asegurar las condiciones de la virtualidad, mediante la entrega de dispositivos técnicos y conectividad para docentes y estudiantes. Licencias de cuidado para las madres y padres con menores a cargo.

6. Por aumento salarial de emergencia para todos los trabajadores, que compense lo perdido con la inflación. Escala móvil de salarios mensual. Por la reposición de la movilidad jubilatoria sobre la base del aumento de precios. Jubilación mínima igual a la canasta de la tercera edad de $64.000.

7. Apertura de los libros de las empresas en toda la cadena de valor para evitar nuevos aumentos de precios, que esconden ganancias monopólicas. Control obrero y popular independiente.

8. Basta de hambre y femicidios. Separación de la Iglesia del Estado. Basta de precarización laboral. Acceso al aborto legal en todo el país. ESI científica y laica. Por un Consejo Autónomo de Mujeres que ponga en pie la defensa integral de las trabajadoras.

9. Apoyo a las luchas ambientales en todo el país. No a la megaminería contaminante, control obrero y popular sobre el acceso al agua. Libertad a los detenidos en Andalgalá.

10. Nacionalización del comercio exterior y de la banca, para transformar el ahorro nacional en un plan de inversión en infraestructura e industria e impedir la fuga de capitales. Impuestos progresivos al gran capital. Eliminación del impuesto al consumo y al salario.

11. No al pago de la deuda externa. Fuera el FMI.

Sobre la base de este programa el Partido Obrero –que tiene como perspectiva estratégica la lucha por un gobierno de trabajadores- llama a las organizaciones sindicales y populares a romper toda atadura con el gobierno y la clase capitalista y defender de modo consecuente los intereses populares, movilizando para ello toda la fuerza de los trabajadores, las mujeres y la juventud.

Llamamos al Frente de Izquierda Unidad a desarrollar un plan de acción político y de lucha sistemático, para transformarse en una fracción fundamental de la clase obrera y de los explotados de nuestro país. Ello requiere actuar sobre la base de un programa independiente de todas fracciones capitalistas, sean del gobierno o de la oposición. Un Congreso del FIT-Unidad podría ser un paso decisivo en esa dirección.

Llamamos a proyectar internacionalmente esta lucha con una nueva conferencia latinoamericana y de los Estados Unidos del Frente de Izquierda Unidad, en momentos donde toda América Latina está atravesando una catástrofe social y sanitaria.

Como ha ocurrido muchas veces en la historia reciente, la clase capitalista coloca a la sociedad ante una situación desesperante. La pandemia, con sus consecuencias sanitarias y sociales, plantea el desafío de una acción histórica independiente de los trabajadores, que son los únicos que pueden dar una salida a la crisis.

Foto: Andrés Ojo @ojoobrerofotografia.

Las medidas urgentes frente a la crisis social y sanitaria que los gobiernos se niegan a tomar

Declaración del Partido Obrero en el Frente de Izquierda Unidad

21/04/2021

La escalada de la pandemia es imposible de tapar. En gran parte del país los contagios ya están llevando al colapso del sistema de salud, visible en los casos crecientes de pacientes que no tienen acceso a una cama de terapia intensiva.

Se ha paralizado la vacunación, pero Argentina produce y exporta el principio activo de la vacuna. En la planta de Garín propiedad de Hugo Sigman se produce y se exportó el equivalente a mas de 40 millones de dosis. La empresa productora de la vacuna, Astra Zeneca, no cumple con el convenio firmado con Argentina de provisión de vacunas. De las vacunas producidas en Garín no ha llegado una sola dosis.

Mientras se saturan las camas de terapia intensiva, los trabajadores de la Clínica San Andrés denuncian el cierre de la misma, cuando posee recursos para atención de Covid. Y se han cerrado 10 clínicas en la provincia de Buenos Aires en lo que va de la pandemia.

El Estado no crea desde octubre nuevas camas de terapia intensiva. El sistema privado sigue realizando operaciones programadas que no son urgentes, solamente porque son negocio.

El Partido Obrero en el Frente de Izquierda plantea: intervención en el laboratorio de Sigman, para envasar localmente y distribuir en forma masiva la vacuna que se produce allí. Centralización del sistema de salud, ningún cierre de clínicas ni sanatorios, ampliación de las camas de terapia. Respuesta urgente a los reclamos del personal de salud que viene luchando por mejores salarios y para terminar con la precarización laboral.

Un programa frente al crecimiento de la pobreza

La curva de la pandemia va de la mano del crecimiento de la pobreza. La inflación de 4,8 por ciento, con una enorme desocupación y salarios por el suelo, agrava la situación de millones de trabajadores y trabajadoras.

El gobierno no previó medidas de asistencia por pandemia en el presupuesto nacional. Viene recortando, desde la eliminación del IFE, en función de los acuerdos por el pago de la deuda al Fondo Monetario Internacional.

El pago de 15.000 pesos de la AUH en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires no llega a gran parte de quienes cobraban el IFE, que ya el año pasado fue totalmente insuficiente para frenar el aumento de la pobreza.

Las paritarias vienen cerrando por el 32%, cuando la inflación se dispara puede llegar a superar el 50%. El salario mínimo hoy está en 21.000 pesos, menos de la mitad de la canasta básica. Planteamos un salario mínimo igual a la canasta básica, de 60.000 pesos.

Sin medidas de asistencia, es inviable establecer una cuarentena como la que se necesita para frenar el avance del virus. Planteamos: seguro universal al desocupado de 40.000 pesos. Ajuste inflacionario de los salarios, recuperación del poder de compra perdido, salario igual a la canasta familiar. 82% móvil para las jubilaciones. No al pago de la deuda externa, impuesto extraordinario a las grandes rentas, fortunas y ganancias patronales.

Por la suspensión de la presencialidad educativa

En este contexto crítico, la única medida del gobierno nacional frente a la segunda ola fue la suspensión de clases presenciales en CABA, el conurbano y los distritos que adherían al decreto nacional.

Contra esta medida se ha formado un frente, que agrupa a Larreta y gran parte de los gobernadores del PJ, como Perotti, Schiaretti o Capitanich. Larreta emprendió una ofensiva judicial para mantener las escuelas abiertas, mientras los gobernadores se niegan a aplicar las restricciones en sus propias provincias.

Es una posición negacionista de la pandemia: es mentira que las escuelas no contagian. El 11% de los contagiados el último mes en la Ciudad fueron en establecimientos educativos.

La negativa a cerrar las escuelas va a agravar enormemente el cuadro sanitario sin tener nada que ver con la defensa de la educación pública.

Ni el gobierno nacional, ni el de la Ciudad ni los gobernadores garantizan las condiciones para las cursadas, virtuales ni presenciales. No hay equipos ni conectividad. No se designaron suplentes para los docentes con licencia por pandemia. Los docentes no fueron escuchados en su reclamo de condiciones sanitarias ni de transporte.

Planteamos: vigencia del semáforo epidemiológico, suspensión de las clases presenciales en todos los distritos en rojo. Conectividad gratuita y dispositivos para estudiantes y docentes. Abajo el ajuste contra la educación pública.

El Ejecutivo del Comité Nacional del Partido Obrero rechaza las expulsiones de Del Plá, Foffani y López

Reconoce a estos compañeros como los verdaderos representantes del partido en la provincia.

19/04/2021

El Comité Ejecutivo del Partido Obrero, organismo del Comité Nacional, rechaza las expulsiones de los compañeros Pablo López, Claudio Del Plá y Cristina Foffani del PO de Salta, impulsada por el grupo de Altamira que ha usurpado la legalidad del PO en el distrito. Estas expulsiones apuntan contra los principales dirigentes y voceros del partido en la provincia, como quedó demostrado en las PASO del 2019, donde la lista encabezada por los compañeros mencionados superó por amplísimo a los candidatos del grupo de Altamira.

Por estas razones, el Comité Ejecutivo del PO ha resuelto desconocer por completo esta decisión tomada por el grupo usurpador y ha decidido reconocer a los compañeros Pablo López, Claudio Del Plá y Cristina Foffani como miembros plenos del Partido Obrero y como sus verdaderos representantes en la provincia.

La decisión adoptada por el Comité Ejecutivo del Partido Obrero es una defensa del Frente de Izquierda, ya que los compañeros que se pretende sancionar son sin lugar a dudas los mejores candidatos para que el FIT-U realice una buena elección en la provincia. En cambio, quienes integran el grupo de Altamira son hostiles al FIT-U, al que combaten en todo el país.

El Comité Ejecutivo del PO denuncia que la sanción contra los dirigentes de nuestra organización apunta a impedir una presentación en las PASO nacionales de 2021, ya que el grupo usurpador tiene plena conciencia de que sería nuevamente derrotado. Recurren a sanciones porque no pueden librar una compulsa política abierta, de cara a los trabajadores y el electorado que ha apoyado al PO de un modo sostenido en la provincia.

Mientras se urdían las expulsiones, nuestros compañeros estaban participando de las principales luchas del pueblo salteño: la defensa de la educación pública y el salario docente, la lucha por el acceso universal a la vacuna y la lucha contra el hambre que organiza en decenas de barrios el Polo Obrero de Salta. Mientras nuestros compañeros enfrentaban al régimen de Sáenz y la oligarquía salteña defendiendo los principales reclamos populares, los usurpadores conspiraban para llevar adelante una expulsión irregular, que apelaremos, por supuesto, a la justicia.

El Comité Ejecutivo del PO le hace saber al pueblo de Salta que la amplísima militancia de todo el país de nuestra organización apoya de un modo abierto a los compañeros Claudio Del Plá, Pablo López y Cristina Foffani, y se enorgullece de tenerlos como militantes y dirigentes. A la vez denuncia que el grupo de Altamira pretende robarse la personería de nuestra organización para incorporarla en un futuro al partido que están formando en otras provincias, llamado Política Obrera. Por ello, hemos dado instrucciones a nuestros representantes legales para que reclamen el cese de la usurpación, empezando por el uso de nuestro nombre.

El Comité Ejecutivo del PO señala también que mientras reclama el cese de la usurpación de nuestra legalidad por el grupo de Altamira, apoya la formación del FUT salteño en tanto no haya respuesta a esta usurpación del Partido Obrero de esa provincia. El FUT será la expresión del Partido Obrero Nacional en Salta y estará encabezado por los dirigentes históricos de dicha fuerza. Llamamos a adherir masivamente a su constitución en defensa de la trayectoria de lucha histórica del Partido Obrero de Salta.

Comité Ejecutivo Nacional del Partido Obrero

Gabriel Solano – +54 9 11 5690-1514
Néstor Pitrola – +54 9 11 5324-2356
Romina Del Plá – +54 9 11 4042-9791

Libertad a los 10 detenidos de Andalgalá

Abajo la persecución en Andalgalá. Libertad a Ailén Saracho Diamante, militante del Partido Obrero, y de todos los detenidos.

15/04/2021

El Partido Obrero exige la inmediata libertad de los 6 compañeros que fueron detenidos el lunes en Andalgalá y los 4 que han sido detenidos el día de hoy. Entre ellos, de Ailen Saracho Diamante, militante del Partido Obrero, detenida dentro de la cacería de activistas contra Agua Rica, que ha liberado el Estado provincial a través del poder judicial.

Las detenciones son una decisión política con la intención de aleccionar a los activistas que vienen luchando contra la mega minería.

Denunciamos que las detenciones han sido totalmente irregulares, sin notificación previa de causas ni derecho a la defensa. En el caso de Ailén, fue detenida en su domicilio sin mostrar orden de allanamiento y esposada, en un acto de persecución totalmente arbitrario, que muestra que la justicia de Andalgalá está actuando como un agente de la minera Agua Rica.

Desde el Partido Obrero defendemos la lucha anti minera del pueblo de Andalgalá. Exigimos inmediata libertad a todos los compañeros y denunciamos el atropello a las libertades democráticas por parte del Gobierno de Jalil, en línea con la persecución a compañeros de Chubut que luchan también contra la mega minería, y de la criminalización de la protesta social en todo el país. El avance minero que fue rechazado en Mendoza y Chubut, ahora es rechazado en Andalgalá. Es una política nacional de saqueo en beneficio de las mineras y de la generación de dólares para el pago de la deuda externa.

Reclamamos que cese el hostigamiento a los activistas y sus familias. Hacemos responsable al gobierno provincial por la seguridad de las y los compañeros, reclamamos la liberación inmediata de todos los detenidos. Por la victoria de la lucha popular en Andalgalá, abajo la mega minería.

Este jueves 15 a las 9hs en plaza 25 de Mayo de Catamarca, nos movilizaremos para exigir su inmediata liberación.

Diez medidas del PO frente a la segunda ola

08/04/2021

1)      Centralización del sistema de salud, bajo control del personal de salud. No al cierre de centros de salud. Que el Estado se haga cargo de inmediato y garantice su continuidad. Satisfacción de todos los reclamos del personal de salud en materia de salarios y nombramientos.

2)      Reampliación de las camas de terapia intensiva y respiradores que fueron desmantelados en los meses pasados, con el personal especializado necesario.

3)      Plan de vacunación bajo control del personal de salud. Intervenir el Laboratorio mAbxience, ampliando su producción y disponiendo el envasamiento en la capacidad nacional instalada pública y privada.   Que se eliminen las patentes de vacunas para producir  masivamente para Argentina y  la región.

4)       Que se suspendan las clases presenciales en los distritos donde el semáforo  epidemiológico está en rojo. (Más de 150 casos cada 100 mil habitantes, acumulados en 15 días).

5)      Que el Estado disponga los elementos de conectividad, wifi y compus necesarios para que ningún estudiante quede afuera del sistema.

6)      Promover los protocolos obreros y luchar por su cumplimiento mediante la organización fabril y sindical para que sean garantizados. Testeos masivos y aislamiento de contactos estrechos en los lugares de trabajo, paralizando todas las actividades que sea necesario bajo control de los trabajadores.

7)      Comités de trabajadores que dispongan del cierre total de aquellos distritos donde la salud de la población está en riesgo por colapso del sistema sanitario.

8)      Ampliación y adecuación del sistema de transporte. Restricción de la circulación. Transporte garantizado por las empresas en las actividades esenciales.

9)      Ninguna rebaja salarial ante las eventuales suspensiones de actividad dictadas por la escalada de la pandemia en el país. Respeto del salario total y garantía de su pago integral por parte del Estado, abriendo los libros de las empresas afectadas para que ellas a partir de sus cuentas y patrimonios se hagan cargo de su pago. Prohibición absoluta de despidos, con garantía de estabilidad laboral. Salario mínimo de $60000, paritarias sin techo, cláusulas gatillo. Por un salario equivalente a la verdadera canasta familiar. Por un seguro al parado y a todas personas sin ingresos de $40000. Por un aumento de emergencia de $15000 a los jubilados.

10)   Financiamiento del plan contra la pandemia mediante el no pago e investigación de la ilegítima y usuraria deuda externa, ruptura con el FMI y un verdadero impuesto progresivo a las grandes rentas, fortunas, bancos y propiedad terrateniente, de carácter permanente.

Firmá en apoyo al proyecto del FIT Unidad para garantizar la provisión de vacunas para todos

Producimos vacunas pero se las llevan

Tenemos un plan para garantizar la provisión de vacunas para todos

30/03/2021

En Garín, provincia de Buenos Aires, el laboratorio mAbxience, propiedad del empresario Hugo Sigman, produce millones de vacunas de la empresa Astra Zeneca mensualmente.

Esas vacunas se envían a México para ser envasadas y debían volver a Argentina. Pero la empresa, asociada con el empresario mexicano Carlos Slim, está incumpliendo los acuerdos de provisión y no entrega las dosis envasadas,  ni aquí, ni en México, argumentando problemas de falta de insumos.

En cambio, el propio Sigman reconoció haber desviado una carga de vacunas a los Estados Unidos, para ser envasadas allí. Ninguna ha vuelto para ser aplicada en la Argentina. La misma empresa, Astra Zeneca, ocultó 29 millones de dosis de vacunas en Italia, para ser enviadas irregularmente al Reino Unido.

Referentes del campo médico y científico en la Argentina reclaman que la vacuna se envase aquí, acondicionando las instalaciones estatales del Laboratorio de Hemoderivados de la UNC o el Instituto Biológico Tomás Perón de La Plata y otros centros privados.

Pero el gobierno no avanza en esta dirección, a pesar de que Sigman incumple los contratos y solamente proveyó 590.000 vacunas de las 22 millones acordados. Se debe convocar urgente a un comité científico para trabajar en el envasado en la Argentina.

El reparto de la vacuna no sigue ningún criterio sanitario, sino que está determinado por el lucro de los monopolios privados. Primero de las farmacéuticas que lucran a costa de las patentes. Los estados imperialistas acaparan las dosis. Luego, cuando se distribuyen, se privilegia a los amigos del poder. Es el reflejo claro del régimen capitalista, para el cual la salud de la población es un negocio empresarial.

Mientras tanto, la segunda ola va en aumento, y nuevas cepas se expanden en la Argentina, agravando el riesgo para la población.

Pero los adultos mayores y la población con factores de riesgo siguen, en la mayoría de los casos, sin vacunas. Lo mismo los docentes, el personal esencial de comercio y transporte e incluso parte del personal de salud.

Ante esto planteamos: 1. Declarar de utilidad pública el laboratorio mABxience, proceder a su intervención garantizando la continuidad y la ampliación de la producción; 2. Prohibir la exportación del principio activo de Astra Zeneca; 3. Proceder a completar el envasado de la vacuna en territorio nacional, afectando para ello todos los recursos técnicos y científicos disponibles en el país, sean públicos o privados; 4. Realizar un registro de todos los de laboratorios públicos y privados que puedan contribuir a la producción de la vacuna e insumos sanitarios para el combate del covid; 5. Liberación de las patentes de todos los remedios, vacunas e insumos para el covid.

A través de esta medida podemos garantizar tanto abastecer la demanda local como colaborar significativamente con nuestros países hermanos de la región.

Súmate a esta campaña, dejá tu firma y apoyá las acciones que está realizando el Frente de Izquierda en todo el país por este objetivo.

Partido Obrero – Frente de Izquierda

Luchemos por el salario y contra el ajuste

La Coordinadora Sindical Clasista realizará un nuevo Plenario Nacional este 10 de abril por Zoom desde las 10hs

29/03/2021

A dos meses del lanzamiento de un “acuerdo de precios y salarios” por parte de Alberto Fernández, se evidenció en los hechos en qué consistía: poner un techo (29/30%) en las paritarias que coloque a los salarios muy por debajo de la inflación.

El supuesto control de precios es puro humo, y a la vista está que el gobierno nacional fomenta la inflación con fuertes tarifazos en las naftas, que se traslada a toda la cadena de precios, por un lado, y con la enorme emisión monetaria, por otro para pagar la “fiesta de bonos” de la especulación financiera.

Tampoco existe ningún control sobre los formadores de precios que debería implicar la apertura de los libros de las empresas bajo control de los trabajadores.

Así, la inflación se viene devorando los salarios y las jubilaciones, y apunta al 50% anual según reconoció el propio Banco Central. La movilidad jubilatoria fue destruída, primero por decretos y ahora por ley divorciando los haberes de la inflación.

En cuanto a la pauta salarial del 29% “prevista” en el presupuesto nacional es tan intragable, que en las negociaciones de algunos gremios manejan entre un 32 y un 35 aproximadamente, conformando de todas formas un hachazo a los salarios de 15 puntos. En muchos casos con cifras no remunerativas y en cómodas cuotas.

Esos números menea Caló para metalúrgicos. En esa tónica cerraron para los docentes Ctera y Suteba, con una pérdida salarial histórica contando la rebaja del 2020.

El gobierno “nacional y popular” debutó anulando toda cláusula gatillo que garantice no perder poder adquisitivo.

Pacto social y pacto colonial

El pacto colonial con el FMI y los buitres es la guía del gobierno, a costa de la salud y las condiciones de vida de los trabajadores, aunque Cristina hable contra el Fondo desde Las Flores, junto al represor Berni.

El fracaso está a la vista, sigue la recesión, la fuga de capitales y la crisis que es descargada sobre los de abajo.

En este marco de patinadas del gobierno, la llegada de la segunda ola de Coronavirus y la escasez de vacunas lo condiciona aún más. Es que el plan de ajuste que Guzmán fue a “ofrecer” al FMI el último 24 de marzo, no permite rehabilitar el IFE ni frenar los tarifazos, medidas elementales si se impone la necesidad de un nuevo aislamiento.

Por su parte, las burocracias sindicales de todos los colores están metidas hasta el tuétano en “colaborar” con el gobierno de Fernández en el llamado pacto social.

De Daer a Moyano, pasando por Yasky y Godoy, todos se consideran parte del gobierno haciendo pasar el ataque al salario y a las condiciones de trabajo sin turbulencias. Se dedican a bombear las luchas que surgen.

Pero las luchas se suceden.

En primer lugar el movimiento de trabajadores desocupados independiente del gobierno ha organizado el reclamo de decenas de miles de compañeras y compañeras por trabajo, por un seguro al parado mientras no hay trabajo y por el alimento para las familias. Con el Polo Obrero a la cabeza se ha roto la malla de contención de las organizaciones de desocupados que se integraron al gobierno.

Se suceden también las luchas contra los despidos. Entre ellas, la ocupación de la Clínica San Andrés que lucha contra el cierre hace un mes, los paros en Siderar Canning contra el poderoso grupo Techint, Arrebeef en Ramallo, estas última chocando de frente contra la burocracia sindical. También las luchas de docentes y estatales de Neuquén, y en otras provincias.

Hay que destacar que hubo luchas importantes en esta última etapa como las que dio el Sutna que, en contraste con la entrega de la burocracia sindical, logró no solo el cobro de la totalidad del salario sino también una paritaria record y la imposición de protocolos obreros frente a la pandemia. El Sutna sale nuevamente a la lucha, está vez, por un salario real que supere la inflación. También se destaca la huelga aceitera de 21 días por el salario. Las fuertes autoconvocatorias en la salud. Los paros de los Sutebas Combativos y en general de los sindicatos combativos en una vuelta a la educación presencial con salarios de hambre y sin condiciones sanitarias. También en el subte y otros sectores.

¡Pongamos en pie al movimiento obrero para derrotar el ajuste!

Los trabajadores debemos intervenir en este cuadro para defender un salario equivalente a la canasta familiar, luchando por paritarias libres que no queden por detrás de la inflación, por cláusulas gatillo frente a una posible disparada inflacionaria. Por el reparto de las horas de trabajo sin afectar los salarios ante los despidos que dejaron 2 millones de desocupados más el último año, contra la pobreza por un salario mínimo de $60000, contra la reforma laboral que intentan aplicar lugar por lugar, y por todos las reivindicaciones de los trabajadores.

La CGT y las CTA no tienen mandato alguno para entregar de esta manera al movimiento obrero. Impulsamos asambleas fabriles y de gremios, plenarios de delegados con mandato, para que un congreso mandatado por las bases de todo el movimiento obrero debata las reivindicaciones y el plan de lucha para imponerlas. Los trabajadores debemos debatir con qué plan económico y social salimos de la crisis, no los funcionarios del FMI.

En esta perspectiva la Coordinadora Sindical Clasista realizará un nuevo Plenario Nacional este 10 de abril desde las 10hs por Zoom. Anotate

 

Coordinadora Sindical Clasista – Partido Obrero

Femicidios, hambre y represión: ¡digamos basta!

El 8 de marzo movilizamos a Plaza de Mayo y en todo el país.

26/02/2021

Las cifras récord de femicidios se producen en un contexto de incremento de los organismos del Estado pretendidamente destinados a la erradicación de la violencia de género. Luego de un año con un «Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad» que fuera presentado como herramienta fundamental para combatir una violencia que hace 6 años el movimiento de mujeres viene denunciando en las calles masivamente, la situación sólo se agravó. ¿Cómo es posible que luego de que ya dijéramos todo lo que había que hacer para enfrentar esta brutal realidad, desde el gobierno no se produzcan las políticas efectivas para revertirla?

Entre el impúdico espectáculo del “vacunatorio vip”, el incremento de la inflación que va a superar ampliamente la estimación presupuestaria del 29%, el aumento de la pobreza que despierta movilizaciones cada vez más grandes, el incremento de los femicidios corona una situación general desesperante. Aunque muchas veces son usadas como ejemplo de sacrificios en ciertos discursos, no se escuchó la voz de ninguna funcionaria reclamando que las mujeres que mayoritariamente atienden los comedores que alimentan a millones de personas bajo la cuarentena fueran consideradas “personal estratégico” o “esencial” y ni siquiera fueron tenidas en cuenta entre los criterios para establecer las prioridades de vacunación.

El 2020, la pandemia y la reclusión en los hogares representó una tortura para las mujeres que debieron vivir en entornos violentos, por la violencia económica del Estado y por la que se replica en los vínculos sociales. El gobierno no implementó políticas para confrontar las consecuencias, el presupuesto destinado en nuestro país para asistir a la población fue uno de los más bajos de toda América Latina, y la principal política de Alberto Fernández estuvo concentrada en cumplir con el FMI, algo que lo llevó a eliminar rápidamente la migaja de la IFE.

En materia de ataque a la violencia de género, el nuevo Ministerio de las Mujeres y Diversidades apenas si protagonizó un papelón que criticaron propias y ajenas, cuando planteó como gran política para enfrentarlos, usar como código la frase “Barbijo Rojo” en farmacias. En materia de anuncios, plantearon un subsidio de 20 mil pesos por 6 meses para las mujeres que sufren violencia de género. El llamado “Plan Acompañar”, es incompatible con cobrar 10 mil pesos de un plan social o con trabajar registradas, y el universo que estaría contemplado no tiene ni noticias de dicho plan. Muchos lunchs y charlas y ninguna política concreta.

Panorama internacional

Mientras que la caída económica de toda América Latina durante el 2020 fue del 8%, la de Argentina trepa al 12%. Las principales víctimas de esta masacre social son las mujeres y lxs niñxs. No se trata de que las funcionarias que prometieron atacar las causas de la violencia no estén a la altura, son responsables políticas de la propia violencia que venían a erradicar. El capitalismo y sus objetivos económicos son la causa de la violencia contra las mujeres y las diversidades, de la violencia racial, de la persecución a la juventud. Promover la igualdad capitalista es lanzar al oprimido al campo del opresor, sin vueltas.

El escenario internacional se caracterizó por la persistencia de las demandas y las luchas de las mujeres también, como en el caso chileno -ejemplo de un movimiento feminista radicalizado que no dejó de pelear en las calles contra el régimen de Piñera. Allí donde la institucionalización del movimiento de mujeres prospera, la estafa política gubernamental no se hace esperar.

Es el caso de los demócratas norteamericanos, que debutaron incumpliendo la promesa de elevar el salario mínimo y con bombardeos en Siria, sin que referentes que explotaran la cuestión de la mujer, ni siquiera emitan un repudio en las redes sociales. La ejecución de civiles sirios por parte de los yanquis corrió por cuenta de una piloto de drones trans, como hace más de 10 años la violación de presos iraquíes fue ejecutada por soldadas mujeres norteamericanas, saludadas por el feminismo local por haber llegado a esos puestos antes reservados a los hombres.

Ambas son expresiones de una igualdad capitalista que fomenta un sector del feminismo, que corrompe, mata y diluye la lucha contra todas las formas de opresión. La lucha por los derechos de los y las oprimidas es indisoluble de la lucha contra el régimen social capitalista que se vale de esas opresiones para dividir y debilitar a las mayorías populares a las que se propone explotar.

Hambre y femicidios

En lo que va de 2021 tenemos más femicidios que días del año. Las mujeres muertas, que nos cansamos de contar, son la expresión más brutal de un régimen social que lleva en sus extrañas la violencia contra las mujeres. Detrás de cada una de ellas, hay una larga cadena de atropellos estatales, que comienza mucho antes de las denuncias.

El macrismo llevó adelante toda una operación de ajuste generalizado y endeudamiento del país, mientras que afirmaba que iba a impulsar políticas en favor de las mujeres que nunca se concretaron. Las expectativas de que Alberto Fernández cambiara eso que algunos sectores tuvieron, naufragaron pronto. No sólo se dedica a pagar el endeudamiento que Macri contrajo sino que replica la política de anuncios vacíos y promesas incumplidas. Si se mira el cuadro general se puede apreciar con más claridad que la aprobación del aborto legal es una conquista sin atenuantes de las mujeres movilizadas y no una política que este gobierno hubiera privilegiado si no hubiera existido ese enorme movimiento.

El contexto de incremento de la miseria, particularmente entre las mujeres que representan el 70% del universo de personas pobres e indigentes, no hace más que alimentar las condiciones de vulnerabilidad. La violencia económica del Estado contra las mujeres es el terreno fértil sobre el que se desarrollan otros tipos de vulneraciones.

El Ministerio de Economía se ufana de identificar políticas de género en su nuevo presupuesto, sin embargo la integración de feministas institucionalizadas a la cartera de Guzmán sólo ha servido para cubrir de una pátina de género una política rabiosamente enemiga de las mayorías de mujeres de nuestro país.

Las cifras del estado de situación de las mujeres lo muestran: 70% de mujeres entre los quintiles más pobres e indigentes de la sociedad, 25% de las mujeres jóvenes desempleadas, lo cual más que duplica la cifra nacional de desocupación, el 60% de las trabajadoras de casas particulares perdió su trabajo bajo la pandemia y el gobierno estableció un techo salarial para ellas que está por debajo del salario mínimo y representa menos de la mitad de una canasta básica de alimentos.

El año 2020 también se caracteriza por un enorme triunfo arrancado por el movimiento de mujeres, el aborto legal hasta las 14 semanas de gestación. Sin embargo, desde el gobierno esto fue acompañado por el desarrollo de políticas colaterales que van en dirección contraria para que aquel triunfo sirva de guía para desarrollar el respeto hacia las mujeres y diversidades en amplias franjas de la sociedad.

No sólo nos referimos a las concesiones empresariales y clericales introducidas en la propia ley, sino a que el Ministro Trotta sub-ejecutó el presupuesto destinado al Programa de Educación Sexual Integral durante el 2020 y el gobierno en general empoderó en el ámbito educativo y social aún más a las iglesias. El Ministerio de las Mujeres y Diversidades no abrió la boca al respecto ni impulsó la ESI.

El Estado fracasa frente a esta violencia porque su orientación de fondo, la que guía sus actos, no es la de cuidar a las mujeres y promover una sociedad más justa. La orientación que prima con el ajuste y el cumplimiento con el FMI, es la de cuidar intereses capitalistas ajenos a esas mujeres que mueren día a día. No hay presupuesto ni voluntad política para enaltecer la tarea profesional de asistir a víctimas, caracterizar de manera profesional la peligrosidad de violentos evaluar situaciones y contextos, acompañar un proceso de deconstrucción o evitar que un violento se convierta en femicida, con la asistencia o con el código penal. Tampoco hay presupuesto ni voluntad política de evitar que las mujeres se vuelvan cada día más vulnerables: sin IFE, sin vivienda, sin trabajo, con trabajos cuya precariedad desata otras formas de la violencia que van más allá del propio campo laboral. La consagración de un salario inferior al salario mínimo para un millón y medio de mujeres trabajadoras de casas particulares es una muestra cruel de esta política.

La asimilación y cooptación de mujeres que se autodefinen como feministas, al Estado y a sus gobiernos, sirve para embellecer políticas de ajuste, ser complacientes con no interferir en los espacios de poder de “los varones” de las provincias y del conurbano, o con las políticas de otros ministerios y en definitiva ofrecer un barniz de género a una política integral enemiga de los derechos de las mujeres. El feminismo que busca arraigarse en los sectores populares, preocupado por lo que ocurre con la mayoría de las mujeres y con combatir el conjunto de las opresiones que el Estado desata día a día, debe repudiar esta operación.

El Estado capitalista está imposibilitado para revertir este cuadro sencillamente porque la violencia contra las mujeres está en su naturaleza, en su orientación de clase y en su función.

La luz de esperanza para las mujeres es su propia organización, por eso la lucha piquetera, la más activa durante el último año, integrada masivamente por mujeres pobres, por las más oprimidas, es un factor fundamental a través del cual las mujeres más castigadas se organizan para comer y también para hacer política contra el Estado y sus gobiernos hambreadores. El avance de la discusión por el aborto legal que fomentaron las organizaciones independientes del Estado y de las Iglesias ha servido como una herramienta de politización y combate de la contención social impulsada por curas y pastores en las barriadas más humildes.

El Estado necesita de las Iglesias para someter e impartir principios de opresión entre amplias masas de la sociedad. La alianza sellada con estas por parte del gobierno de Alberto Fernández con las iglesias debe ser objeto de crítica y combate dentro del movimiento de mujeres y su ocultamiento o complacencia no hace más que permitir el desarrollo de principios de sujeción y violencia en la sociedad que dicen querer combatir.

Es el cura el que llama a la resignación a las mujeres que denuncian frente a él los golpes de su marido, es el cura el que promueve la primacía masculina al interior de los hogares y el que sostiene que hay que honrar la familia aún cuando dentro de esta se ejecuten vínculos de violencia contra niñxs y mujeres.

Es el Papa y son sus curas los que consideran a la homosexualidad una enfermedad y así lo hacen saber a los entornos que educan en el sometimiento. Son esas iglesias las que imparten el principio de que la mujer es ante todo la reproductora y que debe cargar con las tareas domésticas. Esta violencia y la pretendida supremacía masculina que supone, sirven para ocultar la humillación cotidiana de la explotación, la precarización y la miseria que son obra del Estado, sus gobiernos y sus Iglesias y no culpa de las mujeres y de los niños contra las que se descargan esas frustraciones o frente a los cuales se pretende ejercer un poder que no pueden ejercer en ninguna otra dimensión de sus vidas explotadas.

La violencia de género al interior de la clase obrera es impartida desde el Estado mismo, es una forma de adaptación a éste y resulta absolutamente funcional al régimen de explotación en la medida que disciplina a una sociedad y la mantiene fuera de juego. La consigna de Separación de las Iglesias del Estado resulta fundamental para emprender la tarea de luchar contra la opresión contra las mujeres y las diversidades.

Consejo Autónomo de Mujeres y Diversidades

¿Qué hacemos frente al fracaso de los Ministerios de Mujeres? Poner en pie un Consejo Autónomo de Mujeres y Diversidades, un organismo independiente de los gobiernos y del Estado, que sea electo y revocable, que fije sus propios órganos deliberativos y de conducción, cuyo presupuesto debe proceder del propio Estado, como ocurre con organismos que auditan o con universidades nacionales, y cuya independencia de acción y gestión debe garantizar que ese presupuesto vaya a parar donde corresponde.

Ya tuvimos un Consejo Nacional de las Mujeres dirigido por el Poder Ejecutivo, creado por Menem y cuya existencia a cargo de mujeres peronistas y católicas perduró hasta el gobierno de CFK, cuando estalló el primer #NiUnaMenos y se puso al desnudo la inacción de este organismo; tuvimos un Instituto Nacional de las Mujeres creado por Macri, que mintió sobre el plan de acción propuesto y que acompañó cuatro años de ajuste, endeudamiento y salarios a la baja y tenemos ahora un Ministerio que está pintado y que sólo da cursos e instrucciones de dudoso contenido y no vehiculiza ninguna política concreta.

Si “El Estado es responsable” entonces las que gestionan ese Estado no podrán ir a fondo ni siquiera en la formación de género con la “Ley Micaela” con la que aseguran que revertirán la situación. El peso del aparato del Estado, conformado esta vez por muchas mujeres feministas, no estuvo ni para defender a María Ovando, ni para liberar a las presas por abortar, ni para colocar en el banquillo de acusados a un sólo juez o fiscal que revictimiza a las mujeres pobres. La impotencia es total.

Algunos sectores piden “más presupuesto” para el Ministerio de las Mujeres y Diversidades. Pero ocurre que se lo van a gastar en pagar sueldos de amigas, hacer charlas y comer abundantes lunchs que la mayoría de las mujeres no verán en sus vidas.

No han sido capaces siquiera de cumplir con la aplicación del cupo laboral trans condenando a la comunidad a estar a merced de cafishios, proxenetas y policías que regentean el negocio de la prostitución. Otros sectores dicen “que se dicte la emergencia en violencia de género”, sin embargo desde hace años se dictan esas emergencias desde el Estado y la realidad es que se agravó la situación y dichas emergencias no redundaron en ninguna otra política concreta que no sea la de habilitar a los poderes ejecutivos a ser más discrecionales en el manejo del presupuesto.

Poner en pie un organismo autónomo e independiente de los gobiernos y que se incremente el presupuesto para que seamos las propias mujeres las que fijemos las políticas concretas para enfrentar la violencia, es una necesidad de nuestro movimiento.

El Estado es responsable: policía, justicia y poder político

El desamparo de las mujeres que sufren violencia es total. El asesinato de Úrsula Bahillo a manos de un agente de la policía Bonaerense evidenció que las “fuerzas de seguridad” son en realidad un gran factor de inseguridad. Hace 20 años lo mismo había mostrado el caso de Natalia Melmann y sin embargo quienes hoy gobiernan continúan permitiendo que su asesinato permanezca con varios de sus protagonistas impunes. Según los datos informales que se manejan en la cuantificación de casos, más del 20% de los femicidios son cometidos por integrantes de las fuerzas. Recientemente Ivana Módica en la provincia de Córdoba, fue asesinada por un integrante de las fuerzas armadas.

Las instituciones represivas del Estado en todo el país amparan el narco, la trata de personas y son cabeza del delito organizado, que se nutre de esta calaña. Sólo en la fuerza que conducen Sergio Berni y Axel Kicillof se conoce que existen más de 6.000 efectivos con denuncias por violencia de género. Son los que desaparecieron a Facundo Castro, protegieron al femicida Matías Martínez y reprimieron a las amigas de Úrsula, todos defendidos por el jefe político. La bonaerense actúa a imagen y semejanza del estereotipo de “macho poderoso y violento” que representa Sergio Berni, con la venia de su gobernador. Buscan mantener el mando de la fuerza profundizando sus peores características.

El reclamo por Fuera Berni, principal exponente de la maldita policía, se impone como eje de lucha en todo el país, porque en cada una de las provincias la descomposición y corrupción policial es un arma contra las mujeres, la juventud y los trabajadores.

Justicia injusta, gobierno cómplice

Como sucedió con Úrsula, Fátima Acevedo, Emilse Gajes, Esther Mamani y tantas, la justicia fue parte del andamiaje estatal que condujo al desenlace fatal. Las mujeres que denuncian son sometidas a un largo y tortuoso desfile por juzgados y dependencias judiciales que no brindan ninguna protección, porque cuanto mucho se dispensan botones antipánicos y perimetrales que nadie controla ni garantiza que se cumplan.

Cuando lo peor ya pasó, tenemos nuevamente a la justicia garantizando fallos aberrantes y misóginos como sucedió con Lucía Pérez, la joven marplatense asesinada por amigos del poder a quienes trataron de garantizarles la impunidad. O como en el caso de Luna Ortiz, a quien también una reciente “pericia” la consideraba responsable de su propio asesinato a mano de narcos y tratantes. Para el juez, Luna como tantas otras, también tenía “la pollera corta”. Las aberraciones que se suceden en el sistema judicial con el silencio cómplice de gobernantes es total: revinculaciones entre padres abusadores y niños abusados, persecuciones contra madres protectoras y fallos en los que se afirma que una niña de 9 años provocó, por su aspecto de adolescente, a su violador -un caso que hace unos años ocurrió en Salta.

El poder judicial funciona como una corporación divorciada del pueblo y sus necesidades, pero no del poder político. Son los bloques políticos gobernantes los que designan a los jueces, aprobando pliegos en el senado nacional y los senados provinciales que eleva cada poder ejecutivo (gobernadores y el presidente). Los lazos entre los partidos patronales y la justicia está en el corazón de un régimen de corrupción y negociados generalizados. La base de los fallos y la protección de femicidas y violentos por parte del poder judicial está su carácter de clase. Las instituciones del capital perpetúan y reproducen la violencia contra las mujeres porque es útil como mecanismo de regimentación social.

Los ministerios creados, llevando, según decían, el tema de la mujer y diversidades al nivel institucional más alto, no trajeron aparejada ninguna política para enfrentar esta realidad ni ninguna propuesta de reforma del poder judicial. Esas funcionarias ni siquiera tuvieron la agallas de alzar la voz frente a los fallos aberrantes o frente a la protección de los de su propio palo a los jueces y fiscales que condenan a las mujeres, como acaba de ocurrir en Tucumán con el Juez Juan Pisa responsable de la muerte de Paola Tacacho, protegido por Manzur. La perspectiva de género de quienes integran este Estado, no está a la altura de las demandas de nuestro movimiento de mujeres y de lo que la mayoría de nosotras necesitamos.

“Justicia feminista”, sin cambiar nada

El anuncio presidencial de avanzar con las reformas en la Justicia federal que vienen impulsando desde hace meses, usa el problema de la mujer sin embargo no tiene a esta cuestión en el centro de la escena. La reforma que proponen no incluye ningún cambio importante que signifique evitar que las mujeres deban peregrinar por juzgados y mucho menos una forma de selección que garantice una perspectiva en favor de los intereses de las mujeres y las diversidades.

“Justicia Feminista” plantean desde las redes sociales y los medios agrupaciones políticas integrantes del gobierno nacional. Su preocupación principal es absolver a su gobierno, evitar que la movilización del 8 de marzo llegue a Plaza de Mayo y defender a sus compañeras que cobran abultados sueldos en las dependencias estatales creadas decían, para erradicar la violencia de género.

Sin embargo la “Justicia Feminista” que proclaman no tiene ningún contenido. No hay nada más allá de que su referenta a cargo del Ministerio, Elizabeth Gómez Alcorta, una mujer sin antecedentes en la lucha por los derechos de las mujeres, siga dando charlas. El slogan no pasa de eso y lo que no aparece es ningún planteo de reforma profunda del poder judicial. No plantean cambiar la forma de selección de integrantes de la justicia, tampoco romper el vínculo permanente entre ese y los otros poderes del Estado, ni tampoco buscar garantizar un contenido en favor de las mujeres violentadas que vaya más allá de la voluntad personal de un juez o de un fiscal de “formarse” en la materia. Así planteado, “justicia feminista” es sólo un marketing que oculta la protección de quienes lo plantean al poder actual y a sus instituciones.

La prueba de la justeza de esta crítica llegó mucho antes de lo que se esperaba y de la mano de la Asociación de Abogadas Feministas que debieron denunciar a 52 jueces propuestos por el gobierno, con graves antecedentes. No lo denunció el Ministerio, ni siquiera intervino, lo hizo una organización de la sociedad civil. Para poner en jaque a la justicia de clase y patriarcal, que persigue a las mujeres más pobres, planteamos la creación de un fuero único para recibir e investigar las denuncias por violencia de género y la elección por voto popular de jueces y fiscales, con mandato revocable, un piso elemental para una reorganización del sistema judicial, que lo sustraiga de su rol de sostén de gobiernos ajustadores y promotores de la violencia, estableciendo un principio de fiscalización y control popular.

Paro nacional y Movilización

Este cuadro de situación amerita un estado de alerta y movilización. Aunque somos las trabajadoras las que más padecemos esta realidad, lo cierto es que las direcciones sindicales de la CGT y la CTA, acomodadas con el gobierno, no están dispuestas a mover un dedo ni a luchar por nuestras demandas. Están firmando paritarias a la baja y no pelean por las condiciones de trabajo como se puede ver en el gremio docente, donde admitieron la presencialidad sin que los gobiernos pusieran un peso para adecuar los colegios a la realidad pandémica. El paro de las mujeres que venimos sosteniendo desde 2016, no contará con el apoyo de las direcciones que en esta oportunidad intentan evitar las críticas al gobierno del que son aliadas.

Los sindicatos y comisiones internas antiburocráticas serán nuevamente las encargadas de garantizar, junto a los sectores donde las mujeres están organizadas, que el 8M haya un paro que ponga de relieve la larga lista de reivindicaciones pendientes.

Los jardines para niñxs desde los 45 días, las licencias de largo tratamiento por familiar enfermo, las licencias por hijos para lxs trabajadores que no tienen dónde dejar a los chicos que están en una presencialidad absolutamente irregular, con horarios cortados, que resulta un limitante para retomar la vida laboral plenamente. Las “dispensas” (exención de madres o padres de ir a trabajar) que el gobierno prorrogó este año por decreto, no se admiten en la mayoría de los trabajos porque el decreto fue redactado de tal manera que permite que no se cumplan -amén de que nadie controla a las patronales para que lo hagan.

Empezando por el hecho de que las desconoce el propio Estado y no se están otorgando, por ejemplo, en el gremio docente. Otra burla para las mujeres. Llamemos a parar y movilizarnos desde cada lugar de trabajo y estudio y exijamos a las centrales sindicales que llamen al paro en defensa de las mujeres que estamos muriendo diariamente a manos de la violencia de género

Copemos Plaza de Mayo y las principales plazas del país

Sobran las razones para movilizar fuertemente este 8M y para seguir haciéndolo sin parar hasta arrancar nuestras demandas. Desde las organizaciones progubernamentales bloquean marchas que denuncien al gobierno y buscan evitar las críticas hacia las dirigentes de los Ministerios de Nación y de los distritos. Con este contenido no se combate la violencia de género, sino que se defienden algunos negocios para una minoría de mujeres y los privilegios de sus conducciones. El Día Internacional de la Mujer Trabajadora es una jornada de alcance mundial, que hace años encuentra en la Argentina una referencia de lucha y de acción. Nuestra movilización y organización creció enfrentando a los distintos gobiernos. Con ese método conquistamos el aborto legal, arrancado por la presión de la movilización en las calles, sin confiar más que en nuestra propia fuerza. No nos queremos sumisas y dominadas, ni por un otra persona , ni por un cura, ni por el Estado. Este 8 de marzo no nos sometemos a ningún gobierno. Paro y movilización en todo el país. Volvamos a gritar Basta! Ni Una Menos. El Estado es responsable. ¡Basta de femicidios y violencia de género y de clase! Por un Consejo Autónomo de Mujeres y las Diversidades Fuero especial por violencia de género, con jueces y fiscales con cargos electos y revocables Organización de Mujeres Plenario de Trabajadoras.

 

Plenario de Trabajadoras

Defendamos el salario

17/02/2021

El aumento en los precios de los alimentos no para.

Forma parte de una inflación general que devora el poder adquisitivo de salarios, jubilaciones y de todo tipo de ingreso de los trabajadores. Estén en blanco o en negro. Sean privados o estatales, aunque estos últimos perdieron todavía más.

Los aumentos de 4% en el índice general  significan un ritmo anual superior al 50%.

Además, el 2020 ha dejado casi dos millones de nuevos desocupados. Ellos no tienen ingresos.

Los combustibles han aumentado un 12% en 2021, y se espera una catarata de aumentos más en los próximos meses. Son las garantías que el Presidente Fernández les dio a las compañías petroleras.

Por otro lado, el capital agrario se salió con la suya y, tras la reunión en Olivos, el gobierno dio marcha atrás con el proclamado objetivo de desprender los precios internos de los precios internacionales.

Al mismo tiempo, se mantiene la dolarización del precio del gas en boca de pozo, algo que mueve toda la energía, incluso la eléctrica. Y de eso, lo que no va a tarifazo, va a subsidios que pagamos con inflación, vía la emisión monetaria.

Otro factor inflacionario son el dólar y las tasas de interés, que el pérfido sistema económico que tenemos descarga más temprano o más tarde en los precios. Las Leliqs, letras del Banco Central, han pagado en 2020 $700 mil millones en intereses a los bancos. Brutal negociado que pagamos también con inflación.

En resumen, se trata de una política. Agreguemos que han anulado el miserable IFE otorgado el año pasado. Y que extendieron el IVA, un enorme impuesto que va directo a los precios. La responsabilidad del gobierno es innegable.

En cuanto a las jubilaciones no estamos diferentes.

Al contrario, en la mesa de negociación con el FMI, la suspensión de la movilidad en 2020 y la nueva fórmula aprobada por Diputados y Senadores, fueron un eje central del llamado “ordenamiento de la cuentas públicas”. El 2020 fue de pérdida y el próximo aumento de marzo ya está calculado, será de 8%, cuando la inflación del trimestre oscilará entre 10 y 12% según todos los analistas.

Un pacto social contra los trabajadores

Así las cosas. El gobierno de los Fernández y Massa, han convocado a la CGT, las CTA y los empresarios a un “acuerdo de precios y salarios”.

Se trata de una maniobra contra los trabajadores.

La prueba la dieron los “capitanes de la industria” cuando aplaudieron a Guzmán.

Claro, el ministro de economía dio garantías de austeridad. Y no olvidemos, es el autor del canje de la deuda externa en dólares que otorgó todo lo que pedían los especuladores, aunque no sirvió para nada. Y ahora es el piloto del acuerdo con el FMI, cuya política conocemos.

La burocracia sindical finge creerse el verso oficial que dice “los salarios tienen que aumentar algunos puntos sobre la inflación”.

Saben que es sobre la inflación prevista o pretendida, que es el 29% dibujado en el Presupuesto.

¿Podemos creernos esto los trabajadores? ¿Tienen mandato Daer, Moyano, Yasky y los demás para fingir acuerdo con esto?

La prueba flagrante de que hablan de la inflación dibujada y no del 50% que pronostica en propio Banco Central es que Bancarios, la primera paritaria del año, firmó un 29% en tres cuotas. Ni un punto más.

No a los techos, asambleas para decidir

Entonces no hay techo escrito, pero sí tácito.

Nos dirán que hay cláusulas de “revisión”, pero eso ya lo conocemos. La patronal tiene derecho a veto. Que no quieren tomar en cuenta la inflación real lo demuestra la oposición feroz a las cláusulas gatillo o automáticas: o sea garantía de costo de vida como mínimo.

Estamos a tiempo. El debate recién empieza. Basta de hundimiento de salarios y jubilaciones.

El año pasado se destacaron las luchas salariales de Aceiteros y del Neumático, aún en plena pandemia. Ahora se están produciendo paros docentes en distintas provincias por salario y por la falta de condiciones sanitarias de la vuelta a clases presenciales.

Impulsamos asambleas en todos los gremios y fábricas. Para mandatar a delegados y dirigentes. Que los paritarios lleven mandato de asambleas y sean electos o refrendados en ellas. Que las centrales no firmen ningún pacto social o de ningún tipo sin mandato: que se convoque a un Congreso con mandato de las bases para decidir qué paritarias queremos, que salario, qué garantías para los puestos de trabajo. Incluso, como centrales, deberían exigir un aumento de emergencia antes de paritarias, para salarios y jubilaciones, ante la enorme escalada inflacionaria.

*Aumento de emergencia para todos los trabajadores y jubilados.

*Salario mínimo equivalente a la canasta básica. Salarios de convenio equivalentes a la canasta familiar. Actualización de salarios y jubilaciones según índice de costo de vida, automáticos.

*Paritarios con mandato y electos por las bases.

*82% móvil.

*Seguro al desocupado de $30000. Trabajo genuino para los desocupados. Plan de Obras públicas. Reparto de las horas de trabajo entre todos los trabajadores, sin afectar el salario.

*Eliminación del IVA. Apertura de los libros de las empresas formadoras de precios al control obrero.

*No al pacto social que trama la burocracia sindical cooptada al gobierno. Por un Congreso con mandato de las bases para decidir nuestros reclamos y un plan de lucha para imponerlos.

*No al pacto con el FMI, no al ajuste, no al pago de la ilegítima y usuraria deuda externa.

*Por un plan económico de los trabajadores, para que la crisis la paguen los capitalistas.

PARTIDO OBRERO

Coordinadora Sindical Clasista

17/2/21

El regreso sin condiciones es un nuevo ataque a la educación pública y a la salud de la población

13/02/2021

La educación pública atraviesa en nuestro país una verdadera catástrofe. Con la pandemia, millones de niños y jóvenes abandonaron la escuela, sin ser asistidos por un gobierno nacional y gobiernos provinciales que no garantizaron las condiciones mínimas para la conectividad. Los docentes trabajaron con recursos pagados de su propio bolsillo y sin ningún apoyo del estado. Ahora, el gobierno nacional y los gobiernos provinciales están promoviendo una vuelta a la presencialidad sin las condiciones sanitarias mínimas para impedir los contagios en la comunidad educativa  y su consecuente repercusión en el conjunto de la población

Este regreso se realiza sin tener en cuenta los indicadores de cantidad de contagios. De acuerdo a criterios científicos, una circulación mayor a 200 casos en 15 días cada 100.000 habitantes implica un riesgo alto de transmisión en las escuelas.

Pero además, los gobiernos no han puesto un peso para infraestructura escolar, cuando el 19% de las escuelas no tiene agua y muchas tienen un lavabo cada cientos de estudiantes o tienen baños sin condiciones mìnimas. Tampoco para  mejorar las condiciones del sistema de transporte, en el cual viajarán hacinados docentes y estudiantes en horario pico. En muchos casos, falta personal de limpieza o los elementos de higiene. Los docentes no tienen ningún cronograma previsto para acceder a la vacuna contra el Covid.

El Ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, aprobó el protocolo de vuelta a clases de la Ciudad de Buenos Aires, que establece que se curse con los grados y cursos completos, sin burbujas reducidas  ¡que garanticen el aislamiento que se requiere!. Los Gobiernos deberían designar mas personal docente para garantizar tener grupos reducidos. Pero no solamente no lo hacen, sino que ni siquiera cubren con suplentes las ausencias de los docentes que tienen licencias por factores de riesgo frente al Covid. Por eso los planteles docentes están diezmados.

En realidad lo que le interesa al gobierno no es la educación pública. Para el gobierno nacional y la oposición de Cambiemos, la apertura escolar es una vía para garantizar que los padres puedan cumplir obligaciones laborales, por un lado, y los negociados de la educación privada, por el otro.

Esta política anti educativa está dictada por las necesidades del ajuste. En plena pandemia, los gobiernos redujeron el presupuesto educativo mientras entregaban 700.000 millones de pesos a la banca en intereses de Leliq e implementan medidas para favorecer el acuerdo con el FMI. Tampoco cumplieron con las necesidades de sostener a una población estudiantil golpeada por la crisis y el avance del hambre y la miseria en los barrios. Fueron los docentes los que en muchos casos debieron organizar la asistencia frente al desmantelamiento de los comedores escolares.

Este deterioro educativo no es una novedad: los golpes al salario docente, a la infraestructura escolar, o las reformas anti educativas para vaciar de contenido a la escuela pública han sido un denominador común de todos los que nos han gobernado en las últimas décadas, que han ampliado además año tras año los subsidios a la educación privada. No hay grieta en el ataque a la escuela pública y la docencia.

Unidad para defender la educación y preservar la salud de docentes y estudiantes.

Para encubrir este fracaso educativo, el gobierno nacional y la oposición atacan a los docentes. En lugar de dar respuestas a sus justos reclamos, los responsabilizan del fracaso educativo. Los gobiernos que atacan a los docentes tienen congelados sus salarios con aumentos por debajo de la inflación y en muchos casos han incumplido los acuerdos de actualización salarial firmados.

Las asambleas y sindicatos docentes combativos en todo el país están denunciado esta situación y el riesgo de llevar a un colapso sanitario y a un nuevo fracaso educativo.  Por eso  han planteado al gobierno medidas para garantizar el retorno seguro a las aulas, para docentes y estudiantes. La lucha por estas condiciones está fuera del radar de la burocracia de CTERA, que se alinea con el gobierno nacional entregando la lucha por las condiciones de cursada y los salarios docentes.

La lucha por defender la educación pública en esta etapa tiene un punto de partida: tener en cuenta  las condiciones de circulación viral para establecer la posibilidad de un funcionamiento presencial. Con el control de los protocolos de organización de las clases, y los recursos correspondientes, bajo control de comités de representantes de docentes, estudiantes y la comunidad educativa. A partir de aquí, debe establecerse un cronograma de vacunación de la docencia, colocar los recursos de infraestructura, transporte y conectividad necesarios, proveer los elementos de higiene y garantizar los nombramientos de personal correspondientes.

El Partido Obrero en el Frente de Izquierda levanta este programa y llama a la organización y movilización común de docentes, estudiantes y padres contra la destrucción de la educación  pública en la que avanzan los gobiernos del ajuste  y en defensa de la salud .

Partido Obrero – Frente de Izquierda

Llamamos a concentrar en el Congreso para rechazar la aprobación de la reforma previsional pactada con el FMI

18/12/2020

El pasado 10 de diciembre el gobierno aprobó en el Senado la media sanción de la reforma previsional pactada con el FMI, votada por los mismos senadores peronistas que aprobaron todas las leyes de ajuste y entrega durante los cuatro años del gobierno de Macri. Para ocultar este atropello a los jubilados y a todos los trabajadores, hizo la sesión el mismo día que se trató el aborto legal en la Cámara de Diputados. Para completar esta maniobra artera, promoverán que la Cámara de Diputados apruebe definitivamente la reforma previsional el 29 de diciembre, el mismo día que el Senado tratará el aborto legal.

Si el gobierno debe recurrir a estas maniobras de ocultamiento se debe a que es consciente del contenido reaccionario y ajustador de la reforma previsional que quiere aprobar. El eje de la misma consiste en eliminar la indexación por inflación de las jubilaciones, para que estas crezcan por debajo del aumento de los precios. Justo cuando hasta el Banco Central estima que la inflación seguirá en alza, hasta alcanzar en el año 2021 el 50%.

En lugar de actualizar las jubilaciones por la inflación, la reforma previsional del gobierno establece que el cálculo se hará sobre la base de la recaudación impositiva de la Anses y el aumento de los salarios. En momentos de crisis como el actual, cuando cae la recaudación y las paritarias quedan por debajo de la inflación, ese índice de movilidad traerá aparejado una rebaja de las jubilaciones.

Hay que tener en cuenta, además, que la recaudación de la Anses crece menos que la recaudación impositiva general, porque de modo sistemático el gobierno, las empresas y la burocracia sindical firman acuerdos que reducen significativamente el pago de los aportes a la seguridad social. Invocando la pandemia, el gobierno estableció que esa reducción puede llegar hasta el 95% de los aportes patronales. Esto mientras crece el impacto del cobro del impuesto a las ganancias sobre los salarios, que ya alcanza a casi 2,5 millones de trabajadores.

Para empeorar aún más las cosas, el gobierno puso un techo al crecimiento de las jubilaciones, que no podrán crecer por encima del 3% de la recaudación anual de la Anses. Pero mientras puso un techo al crecimiento de las jubilaciones eludió poner un piso a su reducción.

Durante este año el gobierno de Alberto Fernández no solo no recompuso los haberes en un 20 por ciento -que es lo que se perdió durante el gobierno macrista, como prometió durante la campaña electoral-, sino que viene realizando un fuerte ajuste sobre las jubilaciones. En diciembre del año pasado, antes que se declare la pandemia, el gobierno suspendió la movilidad jubilatoria y la reemplazó por aumentos por decreto. Por esta vía a los jubilados les robaron entre 7 y 18% de los haberes que deberían haber cobrado.

Con esta medida Alberto Fernández sigue el mismo camino que Macri, quien en diciembre del 2017 también aprobó en el Congreso una reforma previsional para afectar a los jubilados. En esa oportunidad eliminó de los cálculos un trimestre entero de inflación, que nunca pudo ser recuperado por los jubilados. En oposición a esa reforma previsional y al intento de aprobar también la reforma laboral se produjo una verdadera rebelión que se plasmó en las jornadas del 14 y 18 de diciembre.

Según los cálculos de los especialistas, si se aprobara la reforma previsional del gobierno, el robo a los jubilados equivaldría al menos a un 1 punto entero del PBI. Esto explica que el ajuste a las jubilaciones sea uno de los principales reclamos del FMI para suscribir un acuerdo con el gobierno para refinanciar la deuda tomada por Macri. Ya Alberto Fernández y el ministro Guzmán anunciaron que buscan un acuerdo de Facilidades Extendidas con el FMI, que requiere aplicar “reformas estructurales”, como la ya citadas previsional y laboral.

El ataque a los jubilados es el programa de todos los gobiernos a nivel mundial. En Francia ha habido grandes huelgas contra la reforma previsional y laboral. En Chile la rebelión tiene como uno de sus puntos principales terminar con el negociado de la jubilación privada. En Brasil Bolsonaro aprobó una reforma previsional en el Congreso, siguiendo también los lineamientos del FMI.

En todos los casos el argumento usado es que el “sistema previsional no es viable”. Los defensores del ajuste argumentan que el problema radicaría en el crecimiento de la expectativa de vida la población. Se trata de un argumento interesado que quiere ocultar la permanente reducción de aportes patronales y el trabajo en negro que alcanza a casi el 40% de la fuerza laboral, ambas cuestiones que afectan la recaudación de la Anses.

Junto con ello las cajas jubilatorias han sido vaciadas por todos los gobiernos sin excepción para subsidiar a los capitalistas y pagar la deuda externa. Es lo que sucede ahora mismo con la venta a precio de remate de bonos de la Anses para permitirle a los especuladores dolarizar sus deudas en pesos o acceder al dólar para fugar dinero.

Este saqueo de la Anses contrasta con las jubilaciones de miseria que cobran millones de personas. Con el aumento anunciado para diciembre la jubilación mínima que cobran más de 5.5 millones de personas será de $ 19.035, cuando la canasta básica del jubilado que mide la Defensoría de la Tercera Edad la calcula en $ 50.000.

El Frente de Izquierda-Unidad convoca el próximo 22 de diciembre en el Congreso a una concentración y poner en pie una tribuna en la Plaza del Congreso a las 17.30 horas para rechazar la reforma previsional. Nuestro planteo es recuperar en lo inmediato lo perdido en los últimos cinco años, establecer el 82% móvil del salario en actividad financiado sobre la base del aumento de los aportes patronales, el salario mínimo igual a la canasta familiar, el combate al trabajo en negro, el reparto de las horas de trabajo para terminar con la desocupación y con un plan obrero y popular basado en la ruptura con el FMI, en el no pago de la deuda, la nacionalización de la banca y el comercio exterior, como parte de una política para que la crisis la paguen los capitalistas.

Exigimos que los sindicatos y la CGT se pronuncien y convoquen un paro nacional para que no se apruebe la reforma previsional y por todos los reclamos de los trabajadores, como ser las paritarias que como mínimo compensen la inflación, contra los despidos, el impuesto al salario y contra todo tipo de reforma laboral sea en el Congreso o mediante la flexibilización de los convenios colectivos de trabajo. Que todos los recursos nacionales estén a disposición de un plan político, económico y social, sobre la base de las necesidades populares, de nuestras jubiladas y jubilados y de todos los trabajadores. No al pago de la deuda. ¡Abajo el pacto con el FMI!

Campaña financiera 2020-2021

Abajo el régimen de hambre y saqueo de los que gobernaron las últimas décadas. Por una salida de los trabajadores.

26/11/2020

Por qué necesitamos tu aporte al Partido Obrero

Cuando se está por cumplir el primer año de mandato del gobierno de Alberto Fernández, se revela con toda claridad hacia donde apuntan las medidas económicas y políticas que realizó.

El acuerdo con los bonistas por el canje de la deuda y las negociaciones con el FMI para lograr un nuevo desembolso tienen como contrapartida una batería de medidas contra la población trabajadora: una reforma jubilatoria más nociva que la de Macri, la eliminación de la IFE, paritarias a la baja, represión y desalojo a las familias sin techo, un presupuesto 2021 con recortes en salud y educación, entre muchas otras.

Pero, además, estas negociaciones no trajeron un alivio para el país: el desmanejo económico del gobierno muestra que la inflación no se ha controlado, que la economía ha retrocedido fuertemente, que las reservas del Banco Central se están agotando, que vamos camino a nuevas devaluaciones y que la deuda externa se incrementó.

Esto perjudica en primer lugar a la clase obrera, que sufre centenares de miles de despidos y cifras récord de desempleo y pobreza. Como si fuera poco, Argentina se encuentra entre los países con mayor cantidad de fallecidos por coronavirus en el mundo.

Para tratar de disimular este ajuste, nos quieren vender la farsa de un impuesto a las fortunas, que no grava ni a las empresas y que una parte sustancial de lo recaudado volverá a las arcas de los mismos capitalistas que pagarán.

En un cuadro en donde la reacción de las centrales obreras debiera ser contundente, los burócratas que dirigen la CGT y las CTAs se ocupan de tratar de convencer a sus bases que no es momento para luchar. Sus intereses están más cercanos a los de las patronales, que a los trabajadores que dicen representar.

Sin embargo, las luchas florecen cuando esta burocracia no logra contener: la lucha de los vecinos de Guernica continúa a pesar del desalojo, médicos y enfermeros luchan en todo el país por salario y condiciones de trabajo, sindicatos dirigidos por el clasismo como el SUTNA conquistan paritarias récord, la ola verde que arrancó la presentación del proyecto por aborto legal, los docentes se oponen a una vuelta a clases presencial improvisada y sin recursos, los telefónicos fueron al paro, los metalúrgicos se levantan como en Gri Calviño, y la lista sigue.

El Partido Obrero viene de realizar un acto de 20.000 luchadores en Plaza de Mayo, y con miles más movilizados en actos que realizamos en todo el país. Allí sostuvimos: al fracaso de un régimen que pacta con el FMI y que nos lleva al hambre y la miseria, le tenemos que oponer una salida desde el campo de los trabajadores. A la pasividad de la burocracia sindical, le contrastamos con asambleas y luchas en cada lugar de trabajo, para reclamar un paro nacional y un plan de lucha hasta derrotar el ajuste.

Los actos reflejaron la actividad que el Partido Obrero y sus agrupaciones realiza en todos los frentes: el Polo Obrero que organiza decenas de miles de desocupados para luchar por trabajo digno, la Coordinadora Sindical Clasista que junto al Plenario del Sindicalismo Combativo se posiciona por una nueva dirección en los sindicatos, la Unión de Juventudes por el Socialismo que viene de organizar un congreso multitudinario por la unidad obrera estudiantil, el Plenario de Trabajadoras que impulsa la Ola Verde por el Aborto Legal.

Para ello necesitamos la colaboración de todos los luchadores que simpatizan con la izquierda, y de todos aquellos que ven necesaria la conformación de un agrupamiento que intervenga en la crisis en forma independiente de los partidos del régimen. El financiamiento de un partido de la clase obrera realizado por los propios trabajadores es la garantía de que responderemos a esos intereses. Contamos con tu aporte.

Abajo la reforma jubilatoria pactada con el FMI

24/11/2020

El gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner se aprestan a aprobar en el Congreso Nacional una reforma previsional que implicará un nuevo golpe para millones de jubilados.

El eje de la reforma previsional consiste en eliminar la indexación por inflación de las jubilaciones. La modificación se debe a que  asistimos a un nuevo salto de los precios en el país. Según la encuesta del Banco Central, la inflación del 2021 alcanzaría el 51,8%.  El propósito es que los aumentos que reciban los jubilados estén por debajo del costo de vida.

La nueva fórmula establecerá un índice de actualización que contempla la recaudación impositiva de la Anses y el aumento de los salarios. En momentos de crisis como el actual, cuando cae la recaudación y por responsabilidad del gobierno y las patronales las paritarias quedan por debajo de la inflación, ese índice de movilidad traerá aparejado una nueva rebaja de las jubilaciones.

Además, la recaudación de la Anses crece menos que la recaudación impositiva general, porque de modo sistemático el gobierno, las empresas y la burocracia sindical firman acuerdos que reducen significativamente el pago de los aportes a la seguridad social. Invocando la pandemia, el gobierno estableció que esa reducción puede llegar hasta el 95% de los aportes patronales.

Si hubiese un ciclo de crecimiento económico (hoy estamos en una profunda recesión), el gobierno puso un techo al crecimiento de las jubilaciones, que no podrán crecer por encima del 3% de la recaudación de la Anses. Pero mientras puso un techo al crecimiento de las jubilaciones eludió poner un piso a su reducción.

Otro agravante de la nueva fórmula es que los aumentos pasarán a ser semestrales en vez de trimestrales. Así, las jubilaciones van perdiendo frente a la inflación mes a mes, sin recuperar esa pérdida en el nuevo aumento semestral.

Esta reforma previsional va en la línea de la primera medida tomada por el gobierno de Alberto Fernández en el mes de diciembre del 2019. Allí decidió suspender la vigencia de la movilidad que había aprobado Macri y pasar a aumentos por decreto, ya que de lo contrario todas y todos los jubilados hubieran recibido en 2020 un 42% de aumento basado en la inflación del año anterior. Fernández lo hizo no para aumentar las jubilaciones sino para reducirlas. Los números son elocuentes: con la suspensión de la movilidad a los jubilados le robaron entre 7 y 18% de sus haberes.

En la ofensiva contra los jubilados no hay ninguna “grieta”, es una verdadera cuestión de Estado para todos los gobiernos y partidos patronales. Si la fórmula vigente permitiese que los jubilados recuperen algo frente a la inflación, se encargan de cambiarla por otra que haga que sigan perdiendo. Pronosticando que la inflación iba a caer, en 2017 Macri también modificó el índice de movilidad para reducir las jubilaciones, además dejando fuera del cálculo un trimestre entero. En oposición a esa reforma previsional y al intento de aprobar también la reforma laboral se produjo una verdadera rebelión que se plasmó en las jornadas del 14 y 18 de diciembre con el apoyo del sindicalismo combativo y la izquierda. En los cuatro años del macrismo los jubilados perdieron alrededor del 20 por ciento de sus haberes en términos reales.

En la actualidad la reforma previsional es uno de los principales reclamos del FMI para suscribir un acuerdo con el gobierno para refinanciar la deuda tomada por Macri. Ya Alberto Fernández y el ministro Guzmán anunciaron que buscan un acuerdo de Facilidades Extendidas con el FMI, que requiere aplicar “reformas estructurales”, como la ya citadas previsional y la laboral, que ya las patronales están imponiendo de hecho en acuerdo con la burocracia sindical.

El ataque a las jubilaciones es el programa de todos los gobiernos a nivel mundial a través del cual aplican un fuerte ajuste a los jubilados de hoy y a los que vendrán en adelante, por lo tanto es un ataque al conjunto de la clase obrera. En Francia han habido grandes huelgas contra la reforma previsional y laboral. En Chile la rebelión tiene como uno de sus puntos principales terminar con el negociado de la jubilación privada. En Brasil Bolsonaro aprobó una reforma previsional en el Congreso, siguiendo también los lineamientos del FMI.

El gobierno nacional del Frente de Todos, al igual que los Bolsonaro y los Macron,  justifica el ataque a los jubilados en nombre de que el “sistema previsional no es viable”. Sin embargo oculta la permanente reducción de aportes patronales y el trabajo en negro que alcanza a casi el 40% de la fuerza laboral, ambas cuestiones que afectan la recaudación de la Anses.

Contrariamente a lo que afirma el gobierno, no son los jubilados los que viven del Estado, sino que es el Estado conducido por todos los gobiernos patronales hasta ahora (sean peronistas, la UCR o el PRO) el que ha vaciado una y otra vez las cajas jubilatorias para usarlas para pagar la deuda externa o subsidiar a los capitalistas. Es lo que sucede ahora mismo con la venta a precio de remate de bonos de la Anses para permitirle a los especuladores dolarizar sus deudas en pesos o acceder al dólar para fugar dinero.

Aunque el macrismo anunció que rechazará la reforma previsional, lo hace desde la defensa de la fórmula aprobada en el 2017 que también llevó a un fuerte ajuste y a la reducción de las jubilaciones. Lo cierto es que tanto con la fórmula del peronismo-kirchnerismo como con la del macrismo los jubilados vieron y verán una y otra vez retroceder su nivel de vida. La realidad es que tanto en el gobierno del Frente de Todos como antes en el de Juntos Por el Cambio se siguen los dictados del FMI y se ajustan las jubilaciones.  Ahora, con el aumento anunciado para diciembre la jubilación mínima que cobran más de 5,5 millones de personas será de $ 19.035, cuando la canasta básica del jubilado que mide la Defensoría de la Tercera Edad la calcula en $ 50.000.

El Frente de Izquierda-Unidad rechaza la reforma previsional y llama a rechazarla en las calles y en el Congreso. Nuestro planteo es recuperar en lo inmediato lo perdido en los últimos cinco años, y establecer el 82% móvil del salario en actividad financiado sobre la base del aumento de los aportes patronales, el salario mínimo igual a la canasta familiar, el combate al trabajo en negro, el reparto de las horas de trabajo para terminar con la desocupación y con un plan de viviendas populares y obras públicas basado en el no pago de la deuda, la nacionalización de la banca y el comercio exterior. Ninguna movilidad tiene que dar como resultado un ingreso inferior a la índice de precios. ¡No al nuevo robo jubilatorio! ¡Plata para las jubiladas y jubilados, no para la deuda usurera y el FMI!

El Frente de Izquierda-Unidad plantea que todos los sindicatos y la CGT tienen la obligación de rechazar este engendro reaccionario pactado con el FMI y convocar un paro nacional y el inicio de un plan de lucha para que no se apruebe la reforma previsional y por todos los reclamos de los trabajadores, como ser las paritarias que como mínimo compensen la inflación, contra los despidos, el impuesto al salario y contra todo tipo de reforma laboral sea en el Congreso o mediante la flexibilización de los convenios colectivos de trabajo.

El Frente de Izquierda-Unidad convoca a todas las organizaciones populares a realizar una gran movilización frente al Congreso para defender a los jubilados y rechazar la reforma previsional del FMI.

Frente de Izquierda – Unidad – 24/11/20

El Partido Obrero responde el comunicado del ministro Andrés Larroque

29/10/2020

1) La idea de que el desalojo ha sido el resultado de “la intransigencia” de los vecinos, sobre todo resultado de la actividad del Partido Obrero, es insostenible. La decisión de desalojar fue una decisión política del gobierno provincial y nacional, resguardando la propiedad en función de los negociados inmobiliarios. Las cientos de tomas de tierra en todo el país son el resultado de la crisis social. La respuesta del gobierno bonaerense ha sido la criminalización y la represión. Solo en octubre 6 tomas fueron desalojadas antes de Guernica. En la represión en Ciudad Evita una joven perdió el ojo. La quema de casillas y pertenencias ha sido una conducta sistemática de la policía. El carapintada Berni se jactó en septiembre en un video institucional de haber presidido sobre “el desalojo de 868 tomas de terrenos y (el arresto de ) 524 presos” ejecutados por la bonaerense. No hay voluntad de dialogo ni soluciones habitacionales. Ha sido la masividad y los niveles de organización de la toma de Guernica, así como el rol de las organizaciones que se movilizaron para sostener su reclamo, lo que le permitió mantenerse por meses cuando otros eran expulsados.

2) Es falso que el gobierno haya trabajado seriamente en una respuesta a los reclamos urgentes de los vecinos de Guernica. La realidad es que a) Axel Kiciloff jamás recibió a los vecinos; b) fueron los vecinos y su cuerpo de delegados y organizaciones las que hicieron dos propuestas por escrito para resolver la crisis habitacional de las 1900 familias censadas oportunamente,  y las mas de 1400 constatadas en el último censo. El gobierno se negó a considerar estas propuestas. c) El gobierno no entregó un sólo lote, transitorio ni permanente, a ningún vecino. Su política consistió en presionar a las organizaciones para firmar un acuerdo en el cual se ofrecían 11 hectáreas transitorias (que no alcanzan para los 1400 vecinos censados y tampoco se sabe donde están) y luego eventualmente, en largos meses, 650 parcelas permanentes de las cuales se desconoció siempre la ubicación, siendo entonces una promesa en el aire.  Requería, a cambio, que las organizaciones colaboraran con el desalojo y aceptaran la judicialización de los vecinos. Bien mirada, la propuesta del gobierno era reclamar a las organizaciones que colaboraran con el desalojo a cambio de promesas. La mesa de dialogo, en la cual sólo los vecinos presentaban propuestas viables, fue quebrada por el gobierno cuando arremetió con el desalojo. Lógicamente, el Partido Obrero respaldó y seguirá respaldando la lucha de las familias por la tierra y la vivienda.

3) La mentira de Larroque tiene un objetivo preciso: contener la crisis que el desalojo ha generado en el oficialismo. La represión deja al descubierto un gobierno que no vacila en avanzar con violencia sobre familias humildes para defender negociados inmobiliarios y dar garantías políticas al gran capital cuando comienza la negociación con el FMI. El resultado de esta política será agravar la crisis social y habitacional. La represión generó una honda conmoción social, que se expresó hoy en movilizaciones masivas y muestras de repudio. Llamamos a todas las organizaciones sociales, populares y de trabajadores a repudiar la represión y exigir la renuncia de sus responsables políticos y materiales. Decimos nuevamente: Fuera Berni, Kiciloff es responsable.

4) Las familias de Guernica anunciaron que continuarán con sus reclamos. Hay numerosas familias que no tienen hoy donde pasar la noche, luego de que sus pertenencias fueran quemadas por la policía de Kiciloff y Larroque. Llamamos a apoyar activamente la lucha por la tierra de las familias de Guernica, reclamamos tierra para vivir para todas las familias censadas y convocamos a apoyar la conferencia de prensa y movilización el día de mañana a las 12:00 hs desde el Obelisco a la Plaza de Mayo, que ha convocado una asamblea general de vecinos de Guernica.

Comité Ejecutivo Nacional Partido Obrero

Polo Obrero

 

Carta urgente al FIT Unidad

Movilicémonos con las banderas desplegadas del FIT unidad ante la dramática crisis nacional.

27/10/2020

En una carta a la Mesa del FIT Unidad fechada el 1º de setiembre pasado*, desde el Partido Obrero les propusimos a los integrantes del frente una “movilización política y un acto con las banderas desplegadas del FIT Unidad…colocándolo como un polo político desde el punto de vista obrero y socialista para abrir paso a una salida de los trabajadores”.

Transcurridos casi dos meses de aquel momento, se han confirmado con creces las cuestiones centrales para una acción política urgente del FITU que anticipamos en aquella carta: el fracaso del canje de la deuda, la escalada devaluacionista con sus consecuencias de desorganización económica y descarga de la crisis sobre los trabajadores, el fracaso de la política sanitaria que ya denunciaban los trabajadores de la salud, la continuidad de los despidos que han llevado la desocupación real al 29%, el presupuesto 2021 de ajuste, el saqueo de la Anses y la continuidad del robo de la movilidad a los jubilados, las rebajas salariales y paritarias a la baja mediante el pacto CGT-UIA-Gobierno.

Y tal cual lo preveíamos en el texto, el gobierno apelaría a un pacto con el FMI como última tabla del salvataje capitalista contra las masas trabajadoras. En aquel momento citamos la promesa presidencial a Kristalina Georgieva de “poner las cuentas en orden”. Hoy, el ministro Guzmán ha anunciado que presentará al Congreso un plan “plurianual” de tres años de “convergencia fiscal y monetaria”, acordado previamente con el FMI. De manera que el “plan económico” que reclaman desde todos los sectores del poder será el del FMI. Como dijimos en aquella carta “el rechazo a cualquier acuerdo con el FMI será una bandera exclusiva del Frente de Izquierda y debe transformarse, desde ahora, en un eje central de intervención de nuestro frente”.

Esta cuestión va al núcleo de la situación política, su consecuencia sobre los trabajadores y el rol de la izquierda obrera y socialista. Argentina se coloca al tope de la crisis económica y social de América Latina, cuando una segunda ola de rebeliones populares empieza a mostrar signos en Chile, en Colombia, en Bolivia en la previa a la aplastante derrota electoral de los golpistas. En un cuadro mundial signado por la propia rebelión en el imperio en medio de la pandemia.

En el plano político escala la crisis, confusión y tensión interior en las filas del gobierno, con un gabinete cuestionado, con el ministro de Economía con plazos perentorios, con un gobierno que desarticula él mismo sus propias iniciativas demagógicas como en el caso Vicentin, el eternamente postergado, licuado y mutilado “aporte solidario” a las grandes fortunas, la capitalización estatal de los subsidios ATP o el desarme de las Leliqs para dar un aumento a los jubilados, cosa que ocurrió exactamente al revés. El pretendido arbitraje de la crisis entre las clases deriva en la descarga integral de los agravios sobre los trabajadores, bajando, en cambio, retenciones al capital exportador, otorgando moratoria y blanqueo a los evasores, facilitando la fuga de capitales hasta la fundición del Banco Central, aplicando tarifazos en los combustibles y dando nuevos subsidios a los pulpos petroleros mientras se interrumpe el IFE o se define un salario mínimo de indigencia.

La vocinglera oposición de derecha, dividida ella misma, centra su disputa en las porciones de poder en la Justicia o en su prédica anticuarentena, pero comparte la agenda de fondo que dicta el capital en general y el capital financiero en particular. Lo cual no impide los choques interiores entre sectores capitalistas y camarillas políticas que los viabilizan, brindando a los trabajadores la oportunidad para su intervención independiente. Una intervención a la que el FITU tiene que contribuir en cada lucha y brindando su iniciativa política y su programa de salida a la crisis, basado en el gobierno de los trabajadores.

Las acciones callejeras de sectores de la burguesía y de la pequeña burguesía acomodada son una expresión de fondo de la crisis, porque reflejan el descontento de la clase social dirigente con su propio régimen. Pero al hacerlo crean un clima de agitación política que alcanza también a los explotados y legalizan las acciones callejeras que en el pasado esos mismos sectores sociales reclamaban reprimir. Por otra parte, alrededor de la lucha por el juicio y castigo a la desaparición forzada seguida de muerte de Facundo Castro, de las movilizaciones en apoyo a Guernica a Plaza de Mayo y en La Plata, la autoconvocatoria de enfermeras y enfermeros masiva en CABA, la autoconvocatoria de docentes misioneros, en los cacerolazos en Orán y Aguaray en Salta, la gran jornada nacional del Plenario Sindical Combativo del 16 de septiembre, los piquetes ambientales en Rosario o las movilizaciones de tercerizados y precarizados, se empiezan a ocupar las calles desde la vereda de los trabajadores.

A su vez las ocupaciones de tierras con centro en Guernica, pero que abarcan miles y miles de familias en todo el país luchando por tierra y vivienda, como las huelgas tenaces aunque aisladas por la burocracia sindical como la de Algodonera Avellaneda, la lucha salarial del puerto de Buenos Aires o ahora la de los metalúrgicos de Gri Calviño, plantean un desafío político a la izquierda. La de ofrecer una salida de conjunto a los reclamos que solo pueden tener satisfacción mediante un programa basado en la reorganización económica y social del país bajo la dirección de los trabajadores. Tenemos la responsabilidad de desarrollar esta alternativa de los trabajadores y la izquierda que es el FIT Unidad, para promover la intervención de conjunto de los trabajadores en la crisis y desafiar y quebrar la polarización de las fuerzas políticas que han gobernado el país las últimas décadas.

En este marco de crisis excepcional, cuando faltan apenas dos meses para que termine el año, les planteamos que convoquemos una gran jornada política nacional del Frente de Izquierda, con actos simultáneos en todo el país, con cabecera en la Plaza de Mayo para el 28 de noviembre, con el distanciamiento que la situación requiere, pero convocando masivamente a la militancia y a los trabajadores. 26-10-20

 

 

* Carta enviada a los partidos del FIT-U el 1-9-20

Carta a los partidos del Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad

Compañeras y compañeros:

Urge que nuestro Frente de Izquierda intervenga con su propia fisonomía en el escenario nacional. La reciente confirmación de un ingreso masivo de los bonistas al canje de deuda -ofrecido por el gobierno de los Fernández- confirma lo oportunamente denunciado por nuestro frente: el canje de deuda ha sido un nuevo acto de entrega nacional. Pues la hipoteca nacional ha quedado intacta y solo se han pateado para un futuro no muy lejano el paquete de vencimientos de una deuda completamente usuraria y fraudulenta. La perspectiva de default de la Argentina no se elimina, sólo se aplaza. El BCRA se encuentra prácticamente sin reservas de libre disponibilidad y procede sistemáticamente a despilfarrar divisas en aras de contener la cotización del dólar. La Argentina atraviesa desde hace años una profunda recesión económica, y sus posibilidades de reversión están condicionadas por la evolución de la crisis capitalista internacional, que limita la ‘salida exportadora’ agitada por los Fernández y, a su vez, la llegada de inversiones que posibiliten una reactivación económica en lo inmediato.

El canje de deuda preside, además, otro acto de sometimiento colonial que se encuentra en marcha: el que el gobierno prepara ante el Fondo Monetario Internacional. Sin que se hayan iniciado las negociaciones formales con el FMI, el Presidente Fernández prometió a la presidenta del FMI que “pondrá las cuentas en orden”, y el ministro Guzmán que pretende un nuevo préstamo del FMI como forma de refinanciar la deuda con el propio Fondo para lo cual ya prometió un ajuste fiscal en el presupuesto 2021. Los presupuestos de salud y de educación, el Anses y las cajas previsionales de las provincias y la brutal rebaja del salario real o los despidos en masa, son ‘botines’ sobre los cuales el gobierno pretenderá avanzar para poder llegar a un acuerdo con el Fondo. Una muestra de esta política quedará en completa evidencia con el presupuesto 2021, que será presentado a mediados de septiembre. Por otro lado, que el gobierno pretenda que el Congreso Nacional refrende el acuerdo con el FMI revela que da por descontado el apoyo de la oposición patronal. Sea cual fuese el acuerdo. El rechazo a cualquier acuerdo con el FMI será una bandera exclusiva del Frente de Izquierda y debe transformarse, desde ahora, en un eje central de intervención de nuestro frente.

En el mismo momento donde se acentúa su política de sumisión al capital financiero internacional, el gobierno pretende terminar de erigirse como un gobierno de arbitraje. En esa línea hay que anotar la fallida intervención de Vicentin, el limitadísimo y tardío impuesto a las grandes fortunas –que ahora promete postergar de nuevo-, o su tentativa de avanzar en una reforma judicial. Esta reforma, no solo tiene como objetivo el rescate de los miembros de la camarilla oficial involucrados en diversos actos de corruptela sino que también apunta a colocar todo el sistema judicial bajo la tutela del gobierno y al servicio de la clase capitalista. La crisis capitalista hará arbitrar al gobierno contra la masas y entre unos intereses capitalistas y otros y necesitan una Justicia que respalde ese curso. Además, representa un golpe a los propios trabajadores judiciales, a quienes se les afectará una cantidad de derechos adquiridos. Se trata, por donde se la mire, de una reforma reaccionaria. El Frente de Izquierda no puede ofrecer un quórum al tratamiento de la ley en nombre de ‘no quedar pegados a la derecha’. En primer lugar, porque una parte de la derecha (Larreta) apoya la reforma, y, por sobre todo, porque en nombre de ‘no quedar pegados a la derecha’ el Frente de Izquierda ofrecerá una colaboración política concreta a un proyecto reaccionario del gobierno fondomonetarista. El Frente de Izquierda debe oponerse a la misma sobre la base de su propio programa: por la elección popular de jueces y fiscales y la revocabilidad de los mismos.

La política del gobierno y la perspectiva descripta se desarrollará en momentos en el cual se profundiza una gigantesca crisis social y sanitaria. Es evidente para todos que la crisis capitalista está siendo descargada sobre los trabajadores y que la pandemia ha sido utilizada como la coartada para procesar una ofensiva en regla contra la clase obrera. En los primeros seis meses del año se perdieron medio millón de puestos de trabajo formales, y la cifra más que se duplica si se incorpora a los precarios o cuentapropistas. Al mismo tiempo se mantienen cerradas la abrumadora mayoría de las paritarias y las que se han acordado han sido con acuerdos a la baja. Las patronales avanzan, a su vez, contra los convenios colectivos de trabajo. Se ha puesto de manifiesto, como nunca, el enorme déficit habitacional que golpea a los sectores más postergados de la clase obrera. Como todo el mundo sabe, la propagación del virus está llevado al colapso a los sistemas sanitarios de numerosos puntos del país y la misma perspectiva se plantea, en términos más o menos inmediatos, en el área metropolitana. Los efectos de la cuarentena precoz están siendo socavados por un levantamiento de la misma sin que el gobierno haya tomado las medidas fundamentales para evitar el colapso: la centralización del sistema sanitario, la duplicación del presupuesto de salud y el establecimiento de estrictos protocolos obreros de seguridad e higiene en los lugares de trabajo, en los transportes públicos y en todas las áreas de la vida social. De conjunto, ha quedado en evidencia el sometimiento del gobierno a los lobbies capitalistas, y lo quedará aún más en las próximas semanas cuando se recrudezca la crisis sanitaria.

La crisis sanitaria y toda la ofensiva anti-obrera en curso se desarrolla con el silencio y la clara complicidad de las burocracias sindicales de todos los colores, que desde mucho antes del desembarco de la pandemia en la Argentina habían colocado a las centrales obreras en cuarentena estricta. Es claro que el “pacto social” que impulsa el gobierno, las patronales y la burocracia apunta a maniatar a los trabajadores para viabilizar el ajuste. De ahí el valor de las acciones del Plenario Sindical Combativo, como los plenarios nacionales que han logrado reagrupar a las principales luchas en curso, o las acciones de lucha como la que se prepara para mediados de septiembre. Se muestra, de esa manera, el claro contraste entre el sindicalismo combativo y la burocracia sindical.

El Frente de Izquierda debe acompañar decididamente todas las acciones del PSC y, al mismo tiempo y por sobre todo, alzar su propia tribuna, asociando todos los padecimientos de las masas a la orientación social capitalista y fondomonetarista del gobierno de los Fernández y desenvolviendo un programa para que la crisis la paguen los capitalistas, colocándose como un polo político desde el punto de vista obrero y socialista para abrir paso a una salida de los trabajadores. Lejos de camuflarnos o diluirnos en la diversidad de reclamos o de movimientos, el Frente de Izquierda debe intervenir con sus banderas desplegadas, para ofrecer a la vanguardia obrera y juvenil una referencia política clara y nítida. La realización de una movilización política y un acto del Frente de Izquierda, naturalmente contemplando la situación sanitaria, aparece como la iniciativa más acorde a las necesidades políticas del momento.

Comité Ejecutivo del Partido Obrero

No al pacto con el FMI

Abajo el régimen de hambre y saqueo de los que gobernaron en las últimas décadas. Por una alternativa obrera y socialista

21/10/2020

A 10 meses de asumido el gobierno de los Fernández y Massa está empantanado, afectado por una crisis política interna, al borde de una megadevaluación del peso y, por sobre todas las cosas, hundiendo al pueblo trabajador.

El relato nacional y popular empieza a derrumbarse como un castillo de naipes. Una caldera social levanta presión. Porque hay un fracaso asociado: sanitario y económico. Se escudan en la gestión de la pandemia. Pero hemos superado el millón de contagios a pesar de que no se testea masivamente para ahorrar hisopados. Y los muertos, que superan los 27000, escalan de a centenares diarios. Médicos y enfermeros reclaman por que no dan más y cobran miserias. No se han hechos testeos masivos siguiendo la ruta del virus entre los contactos estrechos para no asumir el costo, por parte del Estado, de las empresas, de las Obras Sociales y de las ART. Es un sistema el que se lava las manos.

Es falso que la gente no se contagia en los lugares de trabajo, porque los protocolos patronales son truchos. Hay hacinamiento por falta de viviendas dignas y el transporte público es otra fuente de contagios.

La centralización del sistema de salud –planteada por nosotros desde el inicio- es urgente e imperiosa. Los testeos masivos, hisopando y aislando a los contactos estrechos, son fundamentales. Los protocolos bajo control de los trabajadores son clave, al igual que la atención a las demandas del personal de salud.

Otra megadevaluación está en marcha

El eje de la política económica del gobierno fue el canje de la deuda, tras el cual vendría el “despegue”. Les hicieron todas las concesiones imaginables al capital financiero. Pero fracasaron.

El robo de la movilidad a siete millones de jubilados, suspensiones con rebaja de salarios, paritarias a la baja o directamente congelamiento salarial.
Mintieron que no habría despidos. La desocupación trepó al 29% real. Y las últimas medidas para contener la disparada del dólar fracasaron una por una: el supercepo, la reducción de retenciones a la minería y a la soja, más de deuda atada a la evolución del dólar, restricción de dólares a las provincias y a los importadores, aumento de las tasas de interés, liberalización del dólar financiero, tres aumentos de combustibles en un mes y medio, presentación del presupuesto 2021 de ajuste, entre otras.Todas concesiones al capital, contra los trabajadores que pagan precios cada día más caros.

Pero nada paró el vaciamiento de reservas del Banco Central y la tensión devaluatoria. Con las sabidas consecuencias inflacionarias y de empobrecimiento. Podemos pasar de la corrida cambiaria a la bancaria, como en el 2001.

Ahora el FMI

Se viene el FMI, con la renegociación de su deuda. Pero durante todo este tiempo ajustan, en sintonía con las exigencias del Fondo. Gobiernan con el presupuesto 2019 de Macri. Lo cual les permite una total discrecionalidad en el manejo de las cuentas públicas, que no ha sido para beneficio alguno de “los más necesitados” como proclaman, sino para paralizar por completo la obra pública y golpear la salud y la educación. Le han mentido al pueblo para ser electos y ahora como gobierno le siguen mintiendo.

No hay salida exportadora como en 2003. Atravesamos una depresión mundial, que empezó antes de la pandemia al igual que la depresión argentina. La pandemia solo agravó una crisis capitalista mundial que ya se caracterizaba por la fuga generalizada de capitales desde los llamados países emergentes hacia las naciones centrales, y guerras comerciales que agravan la presión colonial sobre nuestras naciones. Por eso el proceso de rebeliones populares en América Latina en 2019, que este año desembarcó en los propios EEUU. No hay FMI bueno. El acuerdo con el FMI que se pretende será a costa del pueblo argentino, con más hambre y dependencia colonial.

Abajo el pacto UIA-CGT-Gobierno, por una salida de los trabajadores

El fracasado acto virtual del 17 de octubre, solo mostró una crisis interior del peronismo. Pero su eje, fue el apoyo de toda la burocracia sindical a esta política de entrega a la agenda del FMI: reforma laboral de hecho, despidos, salarios y jubilaciones a la baja, reforma previsional y tarifazos.
Represión incluida, como lo demuestran los Facundo Castro de todo el país. Y de esta política forman parte todas las alas de la coalición de los Fernández y Massa. Cristina en persona sostiene al ministro fondomonetarista y a Sergio Berni.

Los únicos que pueden imponer una salida para la mayoría nacional laboriosa son los trabajadores mediante su propia intervención en la crisis. Poniendo en pie una oposición obrera y popular, frente a la oposición que agita con banderazos, pero para profundizar la agenda de ataque al pueblo trabajador.

Esto significa apoyar la lucha de los trabajadores, como en Guernica y en los centenares de asentamientos, donde el pueblo trabajador toma las resolución de sus necesidades en sus manos. Al igual que las huelgas obreras por salarios, contra los despidos, sean de choferes de colectivos, portuarios, textiles o docentes.

Desde el Partido Obrero reclamamos la ruptura con el gobierno de todas las organizaciones obreras, de trabajadores ocupados y desocupados. Que se convoquen asambleas y se impongan sus mandatos, que se convoque un congreso con mandato de las bases para discutir una salida de los trabajadores a la crisis.

Abusan de la paciencia popular. Digamos basta a las fuerzas políticas que nos gobiernan desde hace décadas.

El Partido Obrero en el Frente de Izquierda ofrece un programa de salida. Construyamos con él una alternativa obrera y socialista:

La centralización del sistema de salud bajo control de los trabajadores del sector; los protocolos elaborados y controlados por los trabajadores para preservar la salud frente a la pandemia; la inversión masiva necesaria en salud, el otorgamiento de un seguro a los que no tienen ingreso de $30000, un plan inmediato de tierras y de 100 mil viviendas para los sin techo, mediante un impuesto progresivo a las grandes rentas y fortunas capaz de recaudar u$s20000 millones; la defensa de las jubilaciones, del 82% y el Anses terminando con el trabajo en negro y con las rebajas de aportes previsionales; el reparto de las horas de trabajo disponibles entre todos los trabajadores para poner fin a la desocupación; la lucha por un salario equivalente a la canasta familiar; el no pago de la ilegítima y usuraria deuda externa y su investigación; la nacionalización de la banca, los recursos estratégicos y el comercio exterior.

PARTIDO OBRERO
21/10/2020