Por un debate presidencial público del Frente de Izquierda

Carta a los partidos del FIT-U

Compañeros/as:

Nos dirigimos a ustedes con el fin de proponerles la organización en común de un debate presidencial entre las dos listas internas que hoy tiene el Frente de Izquierda: la conformada por el Partido Obrero y el MST y encabezada por Gabriel Solano y la conformada por el PTS e IS y encabezada por Myriam Bregman.

La realización del debate que estamos proponiendo resulta una necesidad no solo para la vanguardia obrera y juvenil identificada con la izquierda, sino también para los cada vez más amplios sectores populares que demuestran su completo desencanto con el régimen y las fuerzas capitalistas. Un debate de candidaturas presidenciales nos va a permitir amplificar nuestra campaña y colocar con claridad, las posiciones de las listas internas que se presentan en estas PASO. La polémica servirá para clarificar que no estamos ante una rencilla por cargos, sino que estamos debatiendo las estrategias de la izquierda, que serán puestas a prueba en el próximo período ante los grandes desafíos que afrontará la clase obrera.

El debate de la izquierda tendría lugar en momentos donde ya se ha terminado de definir el escenario electoral de las Paso, con una oferta electoral claramente volcada hacia la derecha. Es que, con la designación de Massa, el peronismo sumó un derechista más a la terna de los ‘presidenciables’ (Bullrich, Larreta y Milei). Su designación terminó de desautorizar cualquier tipo de relato ‘nacional y popular’ del kirchnerismo. Pues ha sido la mismísima Cristina Fernández quién ungió al representante más derechista de la coalición oficial, que cuenta con los vínculos más estrechos con el imperialismo norteamericano, como precandidato a la presidencia.

El proceso electoral tendrá lugar en momentos donde la crisis económica y social de la Argentina ha llegado a niveles inusitados. Como resultado de un saqueo capitalista voraz, que se viabiliza por medio de la tutela del FMI, el pago de la deuda, el control privado del comercio exterior, el sistema financiero y los recursos estratégicos, se han disparado todos los índices sociales críticos: porcentajes altísimos de pobreza, indigencia e informalidad laboral. El vaciamiento financiero explica, en buena medida, la inflación sistemática y prepara las condiciones para un nuevo colapso económico de mayor envergadura, donde una fuerte devaluación podría ser el detonante de una hiperinflación y la falta de dólares la causante de una recesión económica. Es por eso que la clase capitalista ha explicitado muy claramente su agenda. Pretenden avanzar con un plan de guerra contra la clase obrera a través de las llamadas “reformas estructurales”, proceder a la completa enajenación de los recursos naturales y poner fin a la protesta social, criminalizando, judicializando y reprimiendo a los luchadores. A esta agenda tributan, con sus matices, todos los candidatos de los partidos capitalistas.

Es evidente que, con la postulación de Massa, la burguesía y el imperialismo han definido propiciar un cuadro de polarización entre las dos principales coaliciones. La fuerte manija dada por el establishment a la candidatura de Milei, desde el año pasado hasta hasta hace dos meses atrás, ha mutado a un torpedeo. Pues la clase dirigente, que valora la funcionalidad de Milei para correr a la derecha la agenda pública nacional, ha tomado nota del carácter explosivo de sus planteos en el actual cuadro social. El Jujeñazo, desatado a pocas semanas del triunfo del Frente Cambia Jujuy con el 50% de los votos, vino a confirmar los temores de la burguesía y las perspectivas que se nos abren a los revolucionarios. Ahora, la clase capitalista revaloriza el papel de contención que puede jugar el peronismo.

La postulación de Grabois como línea interna de Unión por la Patria, lejos de relativizar el rumbo derechista del oficialismo, lo confirma: su candidatura ha sido pergeñada para contener en los marcos de la coalición oficial el descontento de amplios sectores con la postulación de un derechista como Massa, tratando de evitar la evolución de una parte del electorado hacia un voto al Frente de Izquierda. Es aún más evidente la maniobra cuando se avizora que, en el resto de la categorías, Grabois impulsa las mismas candidaturas que Massa.

Como se puede apreciar, el cuadro descripto le ofrece una oportunidad al Frente de Izquierda. Pero también un enorme desafío. Desde nuestro partido lo señalamos tempranamente y propusimos la realización de un Congreso del Frente de Izquierda. Un Congreso del FIT-U hubiera permitido clarificar las divergencias, acercar posiciones, formular un programa y (fundamental) trazar un plan de acción común en el terreno electoral y de la lucha de clases. Con el MST logramos ponernos de acuerdo en la realización de un Plenario de los luchadores y la izquierda, donde con 20.000 compañeros y compañeras, en numerosas comisiones, discutimos los problemas que afrontan los trabajadores sindicalizados, las mujeres, la juventud, el movimiento piquetero, el movimiento ambiental, etc., y donde se votaron, a mano alzada, la fórmula presidencial y las principales candidaturas. ¿No fue esta, acaso, una instancia extraordinaria donde dejamos en evidencia, blanco sobre negro, el método democrático de la izquierda obrera y socialistas contra las designaciones a dedo de los dirigentes de los partidos capitalistas?

Así las cosas, planteada la discusión a través de listas que confrontan en las PASO, el debate que proponemos será convocante y contribuirá no sólo a clarificar posiciones sino también a conquistar nuevos militantes y simpatizantes a la construcción del Frente de Izquierda y a que sea un mayor canal electoral el próximo 13 de agosto. Lo que queremos debatir en estas PASO es justamente, con qué estrategia y política el Frente de Izquierda va a abordar la próxima etapa, para proyectarse como alternativa política agrupando a quienes vienen enfrentando el ajuste para impulsar una salida obrera y socialista a la crisis nacional.

Comité Ejecutivo Nacional del Partido Obrero

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