El responsable del triunfo de Milei es el gobierno que ha llevado al pueblo a una situación de crisis insostenible. El gran derrotado es el peronismo, que ha gobernado para el FMI, agravando la pobreza, la indigencia y redistribuyendo de modo negativo la riqueza social. El resultado electoral es demoledor: el gobierno pierde en todo el país con excepción de Formosa, Santiago del Estero y la provincia de Buenos Aires; en esta última, la gran apuesta de Massa, el resultado es prácticamente un empate. Este resultado en favor de un candidato improvisado, con el agravante de la incorporación del macrismo -otro responsable del derrumbe social- no tiene explicación por fuera de la catástrofe del peronismo en el poder. Un gobierno que con un discurso progresista llevó la pobreza por encima del 40% en base a medidas de ajuste, inflación y pactos con el Fondo Monetario Internacional.
El triunfo electoral de Milei no le otorga automáticamente los recursos políticos para aplicar su rabioso programa antiobrero y represivo. El avance de la reforma laboral, la privatización de la salud y de la educación plantean la cuestión de una fuerte reacción popular. El cogobierno con el PRO tendrá que dirimir choques importantes en torno al programa económico. Ya dio pasos hacia acuerdos con la burocracia sindical, pero esto es explosivo respecto de las bases del movimiento obrero. Milei no tiene gobernadores propios, ni intendentes, tampoco tiene una bancada propia en el Congreso que le permita hacer avanzar su agenda por lo cual recurrirá a una combinación de pactos parlamentarios, decretazos, y, como anticipó, eventualmente plebiscitos. Milei tendrá que lidiar con la fragmentación política de los partidos del régimen actual.
Para los trabajadores se plantea un desafío mayúsculo. Hacer frente a un gobierno derechista, que como ya sucedió con Macri tendrá colaboración del peronismo. Durante el gobierno de Macri, el peronismo le votó más de 100 leyes en el congreso. El discurso de Massa reconociendo el resultado electoral ya dejó planteada esa colaboración política. Para enfrentarlo será necesaria la unidad de los trabajadores y forjar una verdadera alternativa independiente. Y, fundamental, superar la burocracia sindical cuya política de entrega frente al ajuste en curso ha contribuido a la victoria del facholibertario. El derrumbe del peronismo, entregando el país a la ultraderecha, plantea superarlo mediante una acción política de la izquierda. Precisamente, la política del Partido Obrero, en todo el proceso electoral, desde las Paso al balotaje ha estado al servicio de promover la intervención de la clase obrera y el conjunto de los explotados en la crisis.
La transición que se abre hasta el 10 de diciembre tiene características convulsivas, en un cuadro de bancarrota económica de fondo, al borde de una híper, con las reservas en negativo y el sistema bancario fuertemente expuesto a una deuda pública insolvente y, desde luego, a una megadevaluación aún cuando Milei postergue su planteo de dolarización.
El desacuerdo sobre quién deberá hacerse cargo de aquí en más del gobierno, entre Milei y el renunciante Massa, es una disputa sobre quién paga el costo político de la enorme devaluación que se viene. Por lo pronto la corrida que ya se está generando plantea una pulverización de los salarios y las jubilaciones que ya vienen fuertemente golpeados, lo cual plantea tomar medidas urgentes en defensa de los ingresos populares en un cuadro que puede derivar en una hiperinflación.
Impulsamos la más amplia deliberación en el movimiento obrero ocupado y desocupado y en todas las organizaciones populares para enfrentar una agenda que ha vuelto a reafirmar incluso la Embajada norteamericana no bien conocidos los resultados. En ese sentido impulsamos el plenario de organizaciones piqueteras del próximo 23/11 que deliberará acerca de cómo defender las reivindicaciones de los desocupados. Y la movilización del movimiento de mujeres el 25 de noviembre, contra un gobierno que pretende liquidar el derecho al aborto. Es muy claro que la defensa de las reivindicaciones más elementales plantea una deliberación con asambleas en todos los lugares de trabajo y estudio, unificar a ocupados y desocupados junto a todo el pueblo para enfrentar este gobierno reaccionario y antiobrero.
Comité Ejecutivo del Partido Obrero