La desocupación y el trabajo precario, la falta de tierra y vivienda, la falta de servicios esenciales en los barrios, la crisis del transporte, etc, son la expresión local del ajuste que el gobierno nacional en complicidad con los gobiernos provinciales y locales llevan adelante desde hace décadas sobre las y los trabajadores.
Al ajuste lo combatimos desde abajo, con la organización y la lucha de las y los trabajadores ocupados y desocupados, de las mujeres y de la juventud, que desde los barrios, desde las escuelas y en cada lugar de trabajo decimos basta!!
Oficialismo y falsa oposición
Están a fondo con el ajuste para pagar la deuda a costa de las y los trabajadores.
Las filas de oficialistas y falsos opositores, son los que llevan adelante la política impuesta por el FMI. Su objetivo es descargar la crisis sobre los que menos tienen, es por eso que no levantan consignas como: salario mínimo igual a la canasta familiar, 82% móvil para los jubilados o la prohibición de despidos y suspensiones. Lo que no hacen a nivel nacional, tampoco lo hacen a nivel local.
Han avanzado con la precarización laboral y el trabajo esclavo en las chacras; en complicidad con las burocracias sindicales, imponen “aumentos salariales” muy por debajo de la inflación; han amparado y hasta formado parte del cierre de pequeñas industrias avalando el despido a mansalva de cientos de trabajadores y trabajadoras como el aserradero y la empresa local de transporte. Han formado parte del avance represivo sobre los asentamientos informales como el del barrio la Esperanza.
Impulsan el avance de la industria petrolera, propiciando el cambio de un modelo productivo que tiende a una mayor concentración de la riqueza, y conlleva el deterioro y la destrucción del medio ambiente.
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La causa es un intento de silenciar las voces críticas de la ofensiva criminal del gobierno israelí y un atropello en regla a la libertad de expresión.