Las elecciones generales del 14 de noviembre tendrán lugar luego de una dura derrota del gobierno de los Fernández. Los motivos de esa derrota son claros: quienes venían a terminar con la “herencia macrista” acentuaron el ajuste contra el pueblo trabajador.
Bajo este gobierno aumentó la pobreza, la indigencia, la precarización laboral, se hundieron los salarios y las jubilaciones. Y en simultáneo, se enriquecieron los bancos, los agroexportadores, las empresas de telecomunicaciones, alimenticias, etc.
La mismísima Cristina Kirchner, luego de las Paso, admitió el ajuste contra el pueblo. Pero la crisis de gobierno y el recambio de gabinete que la vicepresidenta forzó no fueron para terminar con el ajuste, sino para reforzar el ala derechista, antiderechos y represiva de la coalición oficial.
Por eso el ministro fondomonetarista Martín Guzmán continúa en el gobierno y se sumaron el anti derechos Juan Manzur y el represor Aníbal Fernández. Con el nuevo gabinete se han reforzado también los lazos del gobierno con la burocracia sindical, la misma que pactó la reforma laboral y previsional con Macri.
La derecha propiamente dicha
La derecha explotó en las PASO la caída del gobierno. A Juntos por el Cambio le bastó obtener la misma cantidad de votos que en 2019 para ganar la elección, presentando numerosas listas internas. Son los responsables del retorno del FMI y del hundimiento del país bajo el gobierno de Macri.
Esta derecha reclama una reforma laboral, que incluya entre otras cosas la eliminación de las indemnizaciones por despido y la rebaja de las cargas sociales e impuestos al capital. El gobierno, mientras tanto, ataca los convenios colectivos con reformas gremio por gremio.
Son las reformas que reclama el FMI para avanzar en un acuerdo con la Argentina, que los legisladores del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio pretenden aprobar en el Congreso luego del 14 de noviembre.
Es claro que el gobierno y la derecha solo tienen para ofrecer más ajuste contra el pueblo.
Vamos por otro salto del Frente de Izquierda – Unidad
En este escenario es que hay que valorar la importantísima elección del Frente de Izquierda-Unidad, que se ubicó como la tercera fuerza política en la provincia y en todo el país.
El voto a la izquierda significó un pronunciamiento de las y los trabajadores contra todas las coaliciones del ajuste. También contra la burocracia sindical y las organizaciones sociales oficialistas, que cajonearon todos los reclamos de la clase trabajadora.
Hacia noviembre, es necesario preparar un nuevo salto del Frente de Izquierda. Para meter representantes de los trabajadores en el Congreso, en las legislaturas y en los Concejos Deliberantes.
Una nueva gran elección de la izquierda será una clara señal contra los planes ajustadores y antiobreros de los capitalistas, el oficialismo y la oposición. Y reforzará la lucha por todas nuestras demandas y por una salida política de las y los trabajadores.
La izquierda al Congreso, a la Legislatura y a los Concejos, para reforzar la lucha por todas nuestras reivindicaciones