En San Isidro, vamos con la izquierda
En las elecciones de medio término en San Isidro se impuso la lista de Juntos por el Cambio por el 51% de los votos. Dentro de la interna cambiemista ganó el espacio auspiciado por el intendente Gustavo Posse y Diego Santilli a nivel provincial, encabezado por el Secretario de Salud Municipal Juan Viaggio. El derrumbe electoral del Frente de Todos fue particularmente abrupto en San Isidro, cuyas listas sacaron el 18,76% de los votos.
Se refuerza así el oficialismo municipal, que ha centrado su gestión en velar por los intereses del capital inmobiliario. Bajo la intendencia de Posse han proliferado emprendimientos de lujo, como la construcción de torres, oficinas y condominios; razón por la cual el metro cuadrado en el distrito es uno de los más caros de toda la zona norte de la provincia de Buenos Aires. Lo anterior, sumado a la suba constante de las tasas municipales y a los alquileres que no bajan de los $30.000, convierte a San Isidro en un municipio expulsivo para las y los trabajadores, quienes en muchos casos se ven obligados a vivir en condiciones de hacinamiento en las barriadas.
Muestra de los intereses que defiende el possismo es el hecho de que la obra pública del municipio está dirigida a “poner en valor” las zonas exclusivas para favorecer la especulación inmobiliaria, mientras no se atiende la situación de los barrios más vulnerables, como La Cava y el Bajo Boulogne. Sin ir más lejos, el presupuesto municipal 2021 asigna una partida miserable para la urbanización de villas y barrios precarios y no contempla la puesta en marcha de planes de vivienda.
El bloque de Posse, junto con los concejales del Frente de Todos, han votado un presupuesto de ajuste en el Concejo Deliberante, condenando a los trabajadores municipales a percibir salarios por debajo de la línea de pobreza y profundizando el vaciamiento sanitario. Tal es así, que en plena pandemia el municipio no amplió el número de camas de terapia intensiva ni en el Hospital de San Isidro, ni en el Hospital de Boulogne, ni en el Maternoinfantil; centros en los cuales el personal de salud viene denunciando la miseria salarial y la falta de provisión de Equipos de Protección Personal. Viaggio, en su rol como Secretario de Salud Municipal, es el principal responsable de este vaciamiento.
Es un presupuesto que, a su turno, no incluye la realización de obras de infraestructura en las escuelas del distrito, muchas de las cuales presentan graves problemas edilicios, ni dispone recursos para la entrega de computadoras a quienes las necesitan, de modo de garantizar el acceso de todos a la educación virtual impuesta por la pandemia.Como contrapartida, avanza en San Isidro la educación privada, sobre todo confesional, la cual recibe cuantiosos subsidios por parte del municipio.
Mientras se retacea recursos para los salarios de los trabajadores municipales y para vivienda, salud y educación, el intendente Gustavo Posse recibe un sueldo que está por encima de los $800 mil. Esto nos da una idea de a dónde va dirigido el impuestazo que sufrieron los vecinos en el ABL. ConVocación, por su parte, no ofrece una alternativa a esta orientación puesto que no defiende una agenda en favor de las y los trabajadores.
Es claro que la situación crítica en la que se encuentra la población trabajadora de San Isidro, de la provincia y el país, es responsabilidad de todos los gobiernos de las últimas décadas. Es necesario una salida de las y los trabajadores, que reorganice el municipio y el país en función de las necesidades populares.
Para defender esta perspectiva y para reforzar la lucha contra el ajuste -en defensa del salario, el trabajo, las jubilaciones, el derecho a la vivienda, a la salud y a la educación- el FIT-U se presenta en San Isidro, en la provincia y en todo el país. La izquierda en estas Paso se ha erigido como tercera fuerza nacional,quedando con grandes posibilidades de ampliar su representación en los Concejos, Legislaturas y en el Congreso Nacional. Reforcemos la voz de los trabajadores, las mujeres y la juventud.