El gobierno de Milei está para atrás. El fracaso de su política económica es absoluto, con trabajadores y jubilados brutalmente empobrecidos y la Argentina al borde de un nuevo default, aún más graves que los anteriores.
En la economía libertaria lo único que crece son los cierres de fábrica, la desocupación y la caída del poder adquisitivo, que hace de la baja de la inflación papel pintado. Crece el endeudamiento del país y de las familias, de la mano de los tarifazos y las paritarias de miseria.
Los sacrificios que le pidió a los más vulnerables terminaron en los bolsillos de Karina, los Menem y una corruptela capitalista generalizada como ocurrió en Discapacidad, PAMI y Capital Humano. La persecución judicial contra las organizaciones populares sirvió de pantalla para tapar todo esto.
Para la enorme mayoría de la población no hay luz al final del túnel: es Milei o los discapacitados, el Garrahan y la universidad pública. Es Milei o los trabajadores. Para defender nuestras condiciones de vida hay que derrotar al gobierno que atraviesa su peor momento.
No van a hacerlo Pullaro ni sus socios de “Provincias Sojeras Unidas”, responsables de aplicar un ajuste recargado allí donde gobiernan, como la reforma previsional de Santa Fe. Son representantes del “grito devaluacionista” que reclama el capital agrario mientras se aplica a rajatablas la austeridad en escuelas, hospitales y barrios.
El peronismo y el kirchnerismo llaman a “votar bien en 2027”, mientras la CGT atraviesa el momento más infame de su historia y la victoria electoral en Provincia de Buenos Aires está al servicio de pedir “mesas de diálogo” con Milei. El PJ de Santa Fe le dio los votos a Pullaro para su reelección con la complicidad de Ciudad Futura, fortaleciendo a un gobernador que encarceló docentes.