Rechazo al “Protocolo de manejo de casos sospechosos y confirmados de Coronavirus (Covid 19)” elaborado por el GCABA ya que no se rige por criterios epidemiológicos sino por las exigencias de la UIA y otras entidades patronales

Presentado por:   

Expediente 2869-D-2021

Proyecto de declaración

La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires rechaza el “Protocolo de manejo de casos sospechosos y confirmados de Coronavirus (Covid 19)” elaborado por el GCABA ya que no se rige por criterios epidemiológicos sino por las exigencias de la UIA y otras entidades patronales y se basa en los protocolos de este tipo elaborados por el Ministerio de Salud de la Nación.

Fundamentos

La aparición del “Protocolo de manejo de casos sospechosos y confirmados de Coronavirus (Covid 19)” elaborado por el GCABA viene a continuar la política realizada por el Gobierno Nacional en relación a la suba de casos de Covid 19 exponencial que vive nuestro país y nuestra Ciudad en las últimas semanas. Se trata de una política dictada por la UIA y otras entidades patronales, en donde se privilegia el lucro empresarial antes que la salud de la población.

La variante Ómicron llegó para demostrar que todavía estamos lejos del fin de la pandemia, como dejó en claro la Organización Mundial de la Salud en sus últimos comunicados, donde advirtió la peligrosidad de que empezar a considerar al Covid una gripe estacional. Ignorando todo tipo de advertencia, son varios los países que están virando la estrategia sanitaria y contemplando al virus como una endemia, impulsados por la idea de dejar atrás el abordaje de “emergencia” y concentrar sus fuerzas en recuperar sus economías luego de dos años de coronavirus.

De esta manera, tratan de justificar el ajuste realizado en el “gasto covid”: desde el cierre de centros de testeos como el despido de miles de enfermeros, como hemos denunciado en esta Legislatura.

Los gobiernos se escudan detrás de los altos niveles de vacunación y la idea de que Ómicron sería más leve, aunque es difícil de comparar con las cepas previas por las altas tasas de inmunización y el mayor conocimiento de las formas de transmisión y de cuidado. Sea como sea, lo cierto es que es el punto de partida para ahorrarse los gastos en materia de salud, como el adaptar hospitales y centros de salud y aumentar los testeos.

Las medidas implementadas -más acordes a momentos de relajación de la pandemia que a los de exacerbación- hacen recordar a las adoptadas por el Ministerio de Salud de la Nación, donde también incluyeron la modificación de los aislamientos por unos más cortos y la eliminación de la cuarentena para los contactos estrechos. La modificación de los protocolos tiene un trasfondo claro: la presión de las patronales por evitar un parate de la actividad económica, en este caso debido a los contagios generalizados que llevaron a una paralización de hecho en los lugares de trabajo. Para la UIA, un 20% de sus trabajadores se encuentra aislado, mientras que según La Política Online, de acuerdo a los contagios oficiales, un 1% de la población activa debería aislarse diariamente. De allí surge también la idea de la UIA de incluir centros de testeos en las fábricas para “acelerar” los resultados -todos los lugares de testeo están colapsados- y disminuir los tiempos de aislamiento, de manera que pasen a tener un rol central en el control epidemiológico de la pandemia, si ya no lo tenían.

La idea de dejar que el virus contagie sin ningún tipo de control abre un nuevo debate sobre la “inmunidad de rebaño”, puesto que los contagiados podrían volver a reinfectarse a las pocas semanas según su sistema inmune, la vacunación o la cepa. Además, comenzar a considerarlo como una endemia es sumamente peligroso, en tanto expone a los sectores de trabajadores más vulnerables ya sea por edad o factores de riesgo. Son ellos quienes ocupan en mayor porcentaje las unidades de terapia intensiva, por fuera de los no vacunados. Al mismo tiempo, si bien las distintas líneas de investigación sobre el coronavirus han avanzado ampliamente, aun hay todo un espectro de secuelas y consecuencias a corto y largo plazo luego de la enfermedad que no conocemos. Como señaló la OMS, “sigue siendo mucho lo que ignoramos de esta enfermedad”.

El problema central es que la vacunación sigue siendo desigual en el mundo, con regiones como África subsahariana con apenas el 11% de su población inmunizada con el esquema completo. Esto, sin embargo, no impulsa a los Estados a establecer una coordinación internacional que permita subsanar el problema, sino que continúan negándose a la liberación de patentes y a tomar medidas que permitan avanzar en el acceso a toda la población. Frente a esa situación, es imposible considerar al Covid-19 como una enfermedad endémica, ya que el crecimiento de contagios que se da en una región termina por afectar al resto de los continentes y prepara el terreno para nuevas variantes.

Es evidente que los trabajadores tienen que lanzarse a discutir fuertemente cuales son las medidas de cuidado que deben tomarse, sobre todo en los lugares de trabajo donde los contagios abundan, y qué condiciones corresponden a una pandemia, sin aceptar medidas devaluadas por parte de los gobiernos capitalistas que de nada sirve para proteger la salud de la población.

Por estos motivos solicitamos la aprobación del presente proyecto.