Condena a la guerra que ha pegado un salto con la incursión de Rusia en territorio ucraniano. Considera que la principal responsabilidad de este conflicto reside en la política militarista agresiva del imperialismo y la OTAN. Reclama el cese de los bombardeos y el retiro de las tropas rusas de Ucrania

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Presentado por:   
  • Legislatura CABA

Expediente 216-D-2022

PROYECTO DE DECLARACION

La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires condena la guerra que ha pegado un salto con la incursión de Rusia en territorio ucraniano. Considera que la principal responsabilidad de este conflicto reside en la política militarista agresiva del imperialismo y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). Denuncia el saqueo económico del imperialismo de la mano de una colonización y aplicación de planes fondomonetaristas que han llevado a Ucrania a niveles de miseria inauditos. Reclama el cese de los bombardeos y el retiro de las tropas rusas de Ucrania. Se pronuncia por el retiro de la OTAN, de sus tropas, misiles, bases y armas de la región. Por el rechazo de los planes de ajuste del FMI y el repudio a las deudas externas que están hundiendo a los pueblos en la miseria. Se opone también, a la política de sanciones económicas impulsada por el imperialismo contra Rusia. Se pronuncia por una Ucrania independiente, unida y socialista y llama a los pueblos de Ucrania, Rusia y Europa a unirse para poner fin a la guerra y a los regímenes y gobiernos responsables de esta pesadilla.

FUNDAMENTOS

La carne de cañón de esta guerra son y serán los trabajadores de Ucrania, Rusia y el mundo entero. Estamos frente a un nuevo capítulo de un conflicto que tiene como primer y gran responsable al imperialismo. Ucrania ha sido convertida en una colonia de las metrópolis occidentales, en primer lugar, de Estados Unidos. El país viene siendo objeto de una colonización y saqueo económico por parte del gran capital internacional. Ucrania tiene una deuda de 10.000 millones de dólares con el FMI, en el marco de una deuda cercana a su PBI y viene siendo víctima de un feroz ajuste en el marco de los acuerdos pactados con los organismos multilaterales de crédito. Ucrania, en definitiva, ha pasado a ser tierra arrasada, convirtiéndose en la nación más pobre de Europa.

El desembarco y penetración económica de las principales potencias capitalistas en Ucrania y en general, en el este europeo ha ido de la mano del avance militar y la anexión a la Otan de los países de la región. En el plazo de dos décadas, la OTAN se fortaleció con la incorporación –entre otros- de Polonia, Hungría, Rumania, Letonia, Estonia, Lituania, Bulgaria, Albania, Kosovo, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia. La incorporación a la OTAN, propuesta ahora a Ucrania -un país con largas fronteras con Rusia- está planteada para culminar el cerco en las fronteras occidentales y preparar las condiciones para próximos ataques más directos. Esta escalada no solo tiene como propósito afianzar su dominio en ese espacio geográfico, sino que es un tiro por elevación contra Rusia, que enfrenta un verdadero cerco militar que rodea su frontera occidental. El objetivo último del imperialismo es completar la colonización del ex espacio soviético con la penetración de los monopolios, y la subordinación económica y política al imperialismo avanzando en un desmembramiento de Rusia, como ocurrió en Yugoslavia.

La incursión militar de Rusia no responde a un interés popular ni a una causa de emancipación nacional y social de los trabajadores -ni siquiera a las genuinas aspiraciones autonomistas de los trabajadores del este ucraniano-, sino a los intereses y apetitos de la camarilla y oligarquía restauracionista rusa, en su pulseada con Occidente. Putin concibe al este ucraniano como una pieza de ajedrez geopolítica y prenda de negociación con Occidente, no como parte de un combate de los pueblos del mundo contra el imperialismo. Prueba de ello es la política que el Kremlin viene llevando de desigualdad social en su territorio y opresión nacional con las naciones que aún permanecen bajo la órbita de Moscú.

La política putiniana está en las antípodas de la sostenida en la revolución de octubre de 1917, basada en el respeto de la autodeterminación de los pueblos de la región y su asociación en una federación común que dio lugar al nacimiento de la Unión Soviética. El bolchevismo ha sido el único defensor del derecho a la autodeterminación de Ucrania y los países del Este. Lo que luego fue pisoteado tanto por las potencias capitalistas como por el estalinismo y finalmente por la burocracia restauracionista que hoy está al frente de Rusia. Putin viene de criticar severamente a los bolcheviques a quienes los responsabilizó por una política de entrega territorial que debilitó a Rusia. Eso es mirar con los lentes del imperio zarista y no con los del avance de la causa de los trabajadores del mundo.

 La guerra en Ucrania instala un escenario bélico en forma directa en Europa y, por su contenido, tiene un alcance internacional. Una guerra que involucre nada menos que a la Otan y Rusia desmiente, una vez más, a los apologistas de la globalización y la supuesta superación de los antagonismos nacionales. Al revés, la crisis capitalista mundial conduce a un recrudecimiento de los mismos y somete a los pueblos a la pesadilla de los choques y confrontaciones bélicos. Y, de la mano de ello, a penurias sociales y económicas, que ya se están haciendo sentir. Junto al derrumbe de bolsas y los temblores de la economía mundial, estamos asistiendo a un aumento de los precios del petróleo y los commodities que impactan directamente en el bolsillo popular.

Con vacilaciones iniciales, el gobierno argentino ha decidido sumarse al campo de los EE.UU. y la Otan. Así debe interpretarse su comunicado donde le pide a Rusia que cese las acciones militares, pero nada dice del avance de la Otan en la región y la colonización que el imperialismo ha llevado adelante sobre Ucrania. El gobierno que pacta con el FMI para descargar la crisis sobre nuestro pueblo no puede denunciar el plan de ajuste que ese mismo FMI aplicó sobre el pueblo ucraniano en los últimos años, transformándolo en uno de los más pobres de toda Europa. Ucrania es un espejo del futuro que le espera a la Argentina si se concluye el Pacto que está armando el gobierno de los Fernández con el FMI. Un pacto de ajuste contra el pueblo trabajador.

Al adoptar esta posición el Frente de Todos coincide con Juntos por el Cambio, algo que no debiera llamar la atención ya que ambas fuerzas se han comprometido a votar el acuerdo con el FMI en el Congreso Nacional.

 “Guerra a la guerra”. Fuera la Otan y el FMI. Abajo la burocracia restauracionista de Putin. Cese de los bombardeos e incursión militar de Moscú. Por la unidad de los pueblos de Rusia y Ucrania. Unidad internacional de los trabajadores. El enemigo está en nuestros propios países. En oposición a la política de sometimiento de la Otan y el imperialismo, por un lado, y del Kremlin, por el otro, planteamos la unión de los explotados del este y oeste en una Ucrania independiente, unida y socialista, en el marco de los Estados Unidos Socialistas de Europa, incluyendo Rusia.