El Partido Obrero: origen, naturaleza y programa (extracto)

Sin fecha. Circa 1983.

ORIGEN

El origen del Partido Obrero no debe de ninguna manera confundirse con su legalización electoral en 1983. El PO nace en realidad en 1964 como un pequeño grupo político que edita la revista ‘‘Política Obrera”, de la cual tomara el nombre en tanto que organización.

“Política Obrera” tendrá desde el comienzo una activa participación en las luchas del movimiento obrero. En 1965 se votará la proletarización de sus miembros lo cual llevará a que ocupe un destacado lugar en el movimiento sindical de importantes fábricas, como la General Motors, o de sindicatos como la UOM (Metaldine, Ultra, Zenitt).

A partir de junio de 1966 la revista “Política Obrera” se transforma en periódico. La organización se lanza de lleno a la lucha contra la dictadura, y es así que participa vigorosamente en las huelgas portuaria y ferroviaria de ese año. El grupo que en 1965 se había extendido a Bahía Blanca, se organiza también en Córdoba. En 1968 tendrá una actuación en las huelgas de Peugeot, Fabril financiera y Supe Ensenada. Desde 1967 comienza a organizar una tendencia estudiantil, la cual tiene destacada intervención en las luchas contra el examen de ingreso en Córdoba, Buenos Aires, y en jornadas como la de 28 de junio del 68 en Córdoba. Desde principios de abril de 1969 planteará enérgicamente el “Cordobazo”, esto al iniciar una amplia agitación en torno a la consigna de paro activo y asamblea popular. Interviene destacadamente en el “Cordobazo”, en 1970 dirige una ocupación (derrotada) de General Motors. En 1971 apoya a los sindicatos Sitrac-Sitram y conquista posiciones en otras empresas del SM ATA-Córdoba. Participa con más de 30 delegados obreros, en los congresos de Sitrac-Sitram. Actúa es los rosariazos. En abril de 1971 critica las acciones foquistas en el paro activo conocido como “viborazo” (Córdoba). Desde 1970 organiza un movimiento juvenil, la Unión de Juventudes por el Socialismo (UJS), que en diciembre de 1972 reunirá a unos mil miembros. Se forman agrupaciones sindicales clasistas en UOM, SMATA, Carne, Vidrio, Plásticos, Ceramistas, Construcción. No habiendo, equivocadamente, planteado la luchas por la legalidad electoral, “Política Obrera” llama a votar en blanco en los comicios de marzo y septiembre de 1973, en el marco de una profunda delimitación con la política democratizante, y luego de haber promovido el lanzamiento de la candidatura Tosco-Jaime, frustrada por el P.C. y por el PRT. En 1974/75 interviene en el apoyo a la UOM clasista de Villa Constitución y de la lista Marrón del SMATA Córdoba, y comienza lo que luego será una permanente presencia en el gremio gráfico. Participa con todo en la huelga de Villa Constitución (abril-mayo 1975),en la cual serán detenidos grandes activistas del partido, luego puestos a disposición del Poder Ejecutivo, permaneciendo encarcelados hasta 1979 y 1980 en que serán deportados. En junio-julio de 1975 participa activamente en las huelgas de esos cuarenta días; llega a integrar la dirección de la Coordinadora Interfabril de la zona Norte; y penetra profundamente en la de la zona Oeste. Participa en todas las huelgas hasta marzo de 1976; en diciembre de 1975, la UJS obtiene el segundo lugar en las elecciones de varias facultades importantes de Buenos Aires. En diciembre de 1975 se realiza el 1° Congreso formal de PO.

La dictadura establece por decreto la proscripción de Política Obrera; la prensa no deja de salir en ningún momento en los ocho años de la dictadura militar; la actividad es ininterrumpida. Nos ponemos en contacto o participamos en todas las luchas; los paros metalúrgicos y mecánicos de septiembre del 76; las huelgas de telefónicos y lucifuercistas en octubre del 76 y febrero del 77; en las numerosas huelgas de octubre del 77 y en todos los conflictos parciales que se van jalonando hasta junio de 1961 cuando comenzará un ascenso de luchas que culminará en la acción de marzo de 1982.

En los veranos de 1980 y de 1981 se realizaron escuelas de formación política en el exterior del país, con la participación, en cada una, de 300 compañeros. Política Obrera tendrá una activa participación en las movilizaciones por la guerra de Malvinas y en la lucha política que provocará esta guerra, señalando la posición nacional consecuente contra el neutralismo ante la flota y contra el nacionalismo pro-dictadura militar. En junio de 1978 se realizará clandestinamente el II Congreso del P.O.

Bajo Isabelita y la dictadura, las tres “A” y los “grupos de tareas” asesinaron a grandes activistas y dirigentes del PO, como Fischer, Buffano, Marcelo Arias, Fernando Sánchez y muchos otros. En diciembre de 1982, el III Congreso (también clandestino) vota por unanimidad luchar por la legalización electoral bajo el nombre de Partido Obrero.

“Política Obrera” fue siempre una organización de combate.NATURALEZA
Pero el surgimiento de un partido revolucionario no es nunca, ni podría ser nunca el producto exclusivo de la voluntad de lucha. El partido se estructura cuando la clase explotada alcanza a establecer una delimitación política respecto a las otras clases sociales y en especial a la pe quena burguesía. Esta delimitación la comienzan formulando los voceros teóricos y los hombres de vanguardia de la clase obrera.

“Política Obrera” produce esa delimitación precisamente en relación a la pequeña burguesía izquierdista, que se proclama popular y revolucionaria. Lo hace en conexión con tres cuestiones: a) el foquismo, que comienza a ser esgrimido por una creciente fuerza de izquierda y por fracciones del P.C.; b) el maoísmo, que es presentado como una renovación revolucionaria del stalinismo e incluso como la reivindicación de éste; c) el morenismo, que había abandonado toda política independiente para disolverse en el peronismo y más tarde en el foquismo. “Política Obrera” demostraba que estos planteamientos políticos eran extraños a la independencia política del proletariado y que desvirtuaban la posibilidad de la estructuración del proletariado como clase revolucionaria. De esta manera, no solo eran un obstáculo para la tarea principal de los revolucionarios de Argentina –superar políticamente al peronismo–, sino que eran tributarios del programa burgués o pequeñoburgués nacionalista de éste. En momentos en que Pekín y La Habana se proclamaban centros de una estrategia internacional “tercermundista “, desconociendo así la contradicción fundamental proletariado mundial-capitalismo mundial, “Política Obrera” señaló que la historia aún no había abolido el carácter objetivamente revolucionario del proletariado mundial, ni por lo tanto la vigencia del internacionalismo proletario que debe manifestarse en la construcción de una Internacional obrera revolucionaria (el partido dirigente de la revolución socialista mundial). Este planteamiento define el carácter trotskista, o más precisamente cuartainternacionalista de “Política Obrera”(revistas n°1 y 2/3).Todo el curso posterior confirmará que estos ejes correspondían a la realidad de las fuerzas en lucha, como lo demostraran las experiencias foquistas, de un lado, y democratizantes, del otro.

 

PROGRAMA

El partido obrero revolucionario es la conciencia común de los objetivos estratégicos planteados por las contradicciones mortales de la sociedad capitalista, y de la necesaria subordinación a ellos de las cuestiones tácticas y de organización. Este conjunto constituye el programa.

El programa resume la experiencia del movimiento de emancipación mundial de la clase obrera.

El Partido Obrero no es cualquier partido revolucionario (pueden existir de diversas clases y características) sino un partido obrero revolucionario. Esto quiere decir que parte de la lucha de clases; de la comprobación de que esta lucha de clases debe conducir al derrocamiento de la burguesía y a la dictadura del proletariado; de que para esto la clase obrera debe adquirir una completa independencia política de cualquier otra clase social y de los planteamientos nacionalistas; de que en la época imperialista moderna ningún movimiento emancipador internacional, democrático puede alcanzar sus objetivos en el marco del capitalismo internacional, de que la conquista del socialismo solo puede tener lugar por medio de la victoria de la revolución proletaria en los principales países avanzados y de que la transición al socialismo implica la dictadura colectiva de la clase obrera apoyada en el conjunto de los trabajadores y la extinción gradual del estado y del trabajo asalariado (sustitución progresiva de la producción para el mercado mediante la planificación de la economía).

La construcción del Partido Obrero no puede ser la obra general o simultánea de toda la clase obrera, esto por la desigual conciencia de clase que necesariamente exista en el proletariado. La vanguardia obrera es, precisamente, la que ha comprendido el lugar que ocupa el proletariado en la sociedad capitalista y la naturaleza de las tareas históricas que se desprenden de esta situación (abolición de la explotación del hombre por el hombre, socialismo). Esta vanguardia obrera va desarrollando la conciencia de clase de la masa obrera a través de su acción de partido, actuando en las organizaciones de masa reí vindicativas, y desarrollando una tarea de propaganda, agitación y organización sobre todas las clase oprimidas de la población. El partido es un factor insustituible en la formación de la conciencia de clase, a condición de que desarrolle siempre las conclusiones revolucionarias de la experiencia que viven las masas.

El partido obrero asigna una importancia de orden estratégico a la determinación de las peculiaridades nacionales. Ellas imprimen su sello a la conciencia de los trabajadores. Estas peculiaridades determinan el lugar que el partido obrero asigna a las reivindicaciones nacionales y a la política que se debe seguir con los movimientos nacionalistas (peronismo).

La característica fundamental del momento histórico argentino es la falta de independencia política de la clase obrera. Esta ausencia es la causa fundamental de sus derrotas y de la descomposición nacional. El peronismo agotó en el poder todas sus posibilidades nacionales progresivas, convirtiéndose en marioneta más o menos disimulada del imperialismo. La incapacidad del nacionalismo o el democratismo de un lado, y las luchas de la clase obrera en el marco de la declinación económica capitalista del otro, explican la crisis política permanente de los regímenes democratizantes y la rapidez con que se agotan. La superación positiva de estos regímenes patronales solo puede ser el resultado de una acción histórica independiente del proletariado, que necesariamente debe tener en su dirección al partido obrero revolucionario.

Los partidos de la izquierda democratizante expresan diferentes estadios de la falta de independencia política del proletariado, pues son tributarios del nacionalismo burgués y del régimen político y Estado burgueses. Esta característica les está dada por su programa. Cuando la tendencia hacia la independencia de clase que está presente en la clase obrera y en sus luchas tomados como conjunto, se expresa dentro de estos partidos de izquierda, el Partido Obrero se esfuerza para que tome un carácter consciente. Esto por ejemplo acaba de ocurrir con distintas fracciones del Partido Comunista. Solo excepcionalmente, y por vía de una profunda crisis puede un partido de izquierda democratizante evolucionar hacia posiciones obreras revolucionarias. Un partido revolucionario solamente puede adquirir una influencia ce masas y una organización de masas por medio de la lucha de clase organizada y consciente. Para esto debe preparar a sus cuadros, formarlos en la teoría marxista y en la historia del movimiento obrero mundial y de los movimientos revolucionarios, capacitarlos para penetrar y actuar en las organizaciones obreras burocratizadas para ligarse a la masa y expulsar a la burocracia. Considerando su desenvolvimiento histórico, el P.O. está abocado hoy a la formación de cuadros obreros (ligados práctica y organizativamente a la clase obrera) marxistas. El Partido Obrero sostiene el punto de vista marxista de las contradicciones del capitalismo y de los estados nacionales conducen a la creación de situaciones revolucionarias. Desde 1955 han existido diversas situaciones de este tipo. Los planteamientos democratizantes se caracterizan por negar la inevitabilidad de las situaciones revolucionarias, admitiéndolas solamente como una de las variantes probables del desenvolvimiento político. Una y otra perspectiva dan lugar a dos programas contrapuestos: el programa de reivindicaciones transitorias y el programa de reformas parlamentarias (y hasta corporativistas, cuando son impuestos para permitir a estatización de las organizaciones populares).

Las situaciones revolucionarias plantean el problema de la revolución. Dentro de ésta el problema de la insurrección y de la guerra civil. Teniendo en cuenta todo esto el partido obrero lucha por formar una sólida vanguardia obrera, en primer lugar; por conquistar a la mayoría del proletariado a través del combate cotidiano; y por plantear el problema del poder en conexión directa con los resultados de esta actividad y del viraje histórico de millones de hombres hacia la acción decisiva para su emancipación.

El lento desarrollo de una vanguardia obrera revolucionaria es un fenómeno internacional. La crisis de dirección del proletariado mundial y la vigencia de las direcciones contrarrevolucionarias tradicionales en el escenario del movimiento obrero, se ha mantenido por un tiempo extraordinariamente largo si se lo coteja con otros períodos históricos. Es indudable que el capitalismo adquirió un alto grado de sofisticación en su doble política de corrupción y de aplastamiento de las organizaciones obreras. Pero esto no ha hecho sino aumentar el impasse del movimiento obrero en todos los países capitalistas. El agotamiento de las posibilidades de desarrollo del imperialismo, que se expresa en la nueva crisis mundial, ha abierto sin duda una nueva etapa.