Declaración del FIT Unidad ante la crisis del coronavirus


1-El gobierno nacional, con el apoyo de los 24 gobernadores, ha proclamado la cuarentena en todo el país a partir del viernes 20 de marzo hasta 31 del mismo mes. Alberto Fernández y el ministro Ginés González García pasaron de minimizar la pandemia a tomar esta medida extrema. La cuarentena se ha anunciado sin detallar dentro de qué plan estratégico de enfrentamiento al coronavirus se inscribe, mientras se están realizando una cantidad mínima de test para comprobar quienes están infectados. Previo a esta medida se fue desarrollando una parálisis de la producción en los sectores no esenciales que se fue imponiendo como un reclamo elemental para frenar la pandemia en desarrollo. Todavía se desarrollan estos reclamos, como lo hacen los trabajadores de Techint, los mineros de Santa Cruz, los trabajadores de los shopping, etcétera. Lo cierto es que estamos en presencia de un sistema de salud pública degradado por las políticas de recorte presupuestario y precarización de sus trabajadores que han llevado adelante los distintos gobiernos, todos ellos pagadores seriales de una deuda usurera y fraudulenta, incluido el actual, sin que se tomen medidas para el sector, ya que no hubo ningún anuncio al respecto. Por eso decimos, en primer lugar, que a la crisis económica y financiera desatada por el coronavirus la tienen que pagar los capitalistas, los grandes empresarios, las multinacionales y los bancos, no los trabajadores y el pueblo. Y que llegó la hora de dejar de pagar una deuda fraudulenta para destinar los recursos nacionales a combatir la pandemia y establecer un plan productivo que parta de la base de los intereses de los trabajadores y el pueblo.


 


2- Compartimos con millones de trabajadores y demás sectores populares la enorme preocupación ante las tremendas consecuencias de la crisis que se siguen descargando sobre sus espaldas. ¿Por qué no se invierten todos los fondos necesarios para los hospitales y su personal dejando de pagar ya la deuda externa? ¿Por qué no se destinan los recursos necesarios para el sistema de salud y se privilegia a los especuladores y patronales? ¿Por qué no hay disponibles los test necesarios para conocer el estado de situación y actuar en consecuencia?  ¿Por qué no se prohíben los despidos y suspensiones? ¿Por qué no hubo medidas de fondo para garantizar el sustento para los que viven de changas y los sectores más vulnerables? ¿Por qué van a tener que pagar la luz, el gas y los alquileres los sectores más afectados? ¿Por qué el gobierno no obliga a las empresas a que se hagan cargo de garantizar el salario a los monotributistas y trabajadores en negro, o por qué no destina subsidios a los cuentapropistas? Ante esta situación desesperante el gobierno de Alberto Fernández sigue gobernando con el Presupuesto 2019 de Macri, ya que ha dejado condicionada a la negociación de la deuda la elaboración de una nueva ley de presupuesto. No hay ninguna información de cantidad de camas de terapia intensiva y su ampliación, de nuevos hospitales para enfermos no graves en asilamiento, de adquisición de respiradores, de cuándo estarán en funcionamiento de los 35 laboratorios que funcionarán dependientes del Malbrán y otras esenciales del plan sanitario.


Denunciamos que no se han reforzado las partidas de los planes sociales, ya estamos viviendo suspensiones con baja o sin paga de salario y despidos y en enero hubo 42.000 nuevas pérdidas de puestos de trabajo.


La cuarentena fue anunciada también con una limitación al derecho de reunión y dispone el despliegue generalizado de las fuerzas represivas, afectando el derecho de reclamar de lxs trabajadorxs en defensa de sus condiciones de vida, fuente de trabajo y de medidas de protección en los que trabajan en los llamados “servicios esenciales”. Y de los sectores populares por sus recursos elementales, particularmente de quienes se encuentran en situación de calle y viven en condiciones de hacinamiento, es decir, entre el 5% y el 10% de la población de los distintos conurbanos. Decenas de fábricas y lugares de trabajo reclaman el cumplimiento de la cuarentena frente a la negligencia de las patronales.


 


3-La pandemia de coronavirus ha sido un factor desencadenante de la crisis capitalista mundial. Esto está generando una depresión que según la OIT implicará al menos 25 millones de nuevos desempleados. El mundo ya no será como antes. Pero el imperialismo y el FMI, como siempre, recomiendan salvatajes millonarios para los grandes empresarios y multinacionales, promoviendo que la crisis capitalista se sigua descargando sobre los pueblos del mundo. La pandemia ha puesto en evidencia las consecuencias criminales de los recortes de los sistemas de salud. En los últimos diez años se recortaron 37.000 millones de euros a los hospitales en Italia. En Gran Bretaña e Italia el número de camas disponibles bajó un 30%. En Estados Unidos, un tercio de la población no tiene acceso a ninguna cobertura de salud. Y en nuestro país durante los cuatro años de Macri el presupuesto nacional en Salud cayó un 25% en términos reales y en Provincia de Buenos Aires, del 2003 a la fecha, entre el peronismo y Juntos Por el Cambio, lo rebajaron a poco más de un 5% del presupuesto provincial. Lo mismo ocurre en todas las provincias. Por eso hubo y hay reclamos y protestas del personal del equipo de salud en diferentes hospitales y centros como el Malbrán por la falta de recursos, elementos de seguridad y régimen de licencias. El reconocimiento a esa labor profesional se vivió con el aplauso en momentos que Alberto Fernández anunciaba la medida, lo mismo que se ha hecho en Italia, Madrid y otras capitales, reconocimiento que debe ser pleno satisfaciendo las reivindicaciones planteadas.


El refuerzo de emergencia al presupuesto de salud anunciado por el gobierno ha sido increíblemente bajo: solo $ 1700  millones, menos de medio día promedio de lo que se han pagado por deuda externa desde que asumió el nuevo gobierno. Kicillof ha pagado 250 millones de dólares de un vencimiento, el gobierno nacional dispuso más de 40.000 millones de pesos para pagar intereses el mes pasado y en la propia Ley de Emergencia votada a fin de 2019 se destinaron 4.500 millones de dólares para tal fin. A lo que hay que agregar que mientras el gobierno les recortó a los jubilados, le perdonó retenciones a las petroleras, mineras y le sacó el impuesto a la riqueza a los bancos. Estas son las prioridades del gobierno.


 


4-Los gobiernos están aprovechando la situación para montar medidas represivas, con declaraciones de estados de excepción y emergencia que les permiten sacar a la calle a las fuerzas de seguridad y fuerzas armadas para contener cualquier tipo de protesta y disciplinar la vida social. Se concentra todo el poder en los ejecutivos y se llega a cerrar en los hechos el funcionamiento del Congreso y las legislaturas, como viene ocurriendo en nuestro país por orden de Fernández y los gobernadores, los supuestos “republicanos”. El gobierno llama a “quedarse en casa” pero sigue sin solucionar el desastre en el que está el sistema público de salud y no toma las medidas estructurales para combatir la crisis. Lejos de denunciar aunque sea en parte los males del pueblo trabajador, la CGT y las CTA siguen en el apoyo al gobierno y las patronales, cuando deberían abandonar su complicidad y hacerse eco de las demandas y denuncias de las y los trabajadores para que la crisis no la pague el pueblo trabajador.


 


5-El Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad levanta un programa anticapitalista y socialista de respuesta integral frente a la pandemia y ante esta crisis que es tanto sanitaria como económica, social y política, planteamos:


-Todos los recursos necesarios para los hospitales públicos, camas, aparatología y aumento de salarios a los profesionales y trabajadoras y trabajadores de la salud, no para la deuda externa y el FMI.


-Unificación y centralización del sistema de salud a nivel nacional, que reúna la totalidad de los recursos del sistema público, privado, de obras sociales y de la Universidad, bajo control de los trabajadores y profesionales. Implementación de comités de emergencia (o crisis) central y locales, con participación de lxs trabajadorxs.  Implementación de testeos y pruebas en todo el país.


-Todo el presupuesto necesario, comenzando por la inmediata triplicación del presupuesto de salud a nivel nacional, de las provincias y los municipios y el Malbrán para la compra inmediata de suministros, tests de prueba,  insumos y aparatología, la toma de personal especializado y la construcción de hospitales de campaña. Atención de los reclamos de los trabajadores de salud, los más expuestos ante la pandemia (licencias, condiciones laborales, bioseguridad).


-Prohibición de despidos y suspensiones en todo el país. Reparto de las horas de trabajo disponibles entre todos los trabajadores. Solución ya a la población bajo la economía informal Implementación de un seguro al desocupado y al monotributista de $30.000. Exención de pagos de servicios mientras dure la emergencia Elevación a ese monto del salario y  jubilación mínimos y los planes sociales. Movilidad automática mediante cláusula gatillo. Duplicación de la tarjeta alimentaria sin restricciones. Cumplimiento del aumento prometido de la asistencia alimentaria a los comedores. Programa especial para la población en situación de calle y de hacinamiento. Ocupación temporaria de los inmuebles vacíos durante la emergencia mientras se realiza un plan de construcción de viviendas populares ni bien lo permitan las condiciones sanitarias.


-No al negocio especulativo con el alcohol en gel, alimentos y medicamentos específicos. Declaración de utilidad pública de los mismos, sujetos a expropiación para garantizar su distribución gratuita.


-Fijación de precios máximos en base al costo real de producción, con control popular. Que los retrotraigan al valor de principio de año, se castigue a los remarcadores e incauten los productos y alimentos para ponerlos a disposición de millones que lo necesitan.


-No al pago de la deuda externa, para que los recursos del país se utilicen para atender la emergencia. Nacionalización de la banca, el comercio exterior, los hidrocarburos y los recursos estratégicos bajo control obrero. En la emergencia implementar un impuesto especial a los grandes empresarios, bancos, oligarcas y multinacionales para hacer frente a la crisis. Puesta en acción de un plan económico al servicio de los trabajadores y el pueblo.


-Formación en todos los lugares de trabajo de comités de higiene y salubridad, con poder de implementar ceses de tareas en todas aquellas actividades no esenciales o que no cuenten con las medidas de seguridad necesarias. Reorganización general de la producción en función de las necesidades de la emergencia sanitaria, bajo control obrero.


-Plenos derechos de organización y reunión para la clase trabajadora. No a la limitación a la realización de asambleas y reuniones. Que se realicen libremente tomando todos los recaudos sanitarios necesarios. Defensa irrestricta de las libertades democráticas.


Frente de Izquierda Unidad, 21 de marzo de 2020

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