(con copia al resto de las fuerzas del FIT-U)
Compañeras y compañeros: queremos enviarle el saludo del Partido Obrero a su Congreso y también acercarles algunas consideraciones políticas que entendemos vitales para el desarrollo de una alternativa obrera y socialista en nuestro país y a nivel internacional.
Seguramente compartirán con nosotros que América Latina está asentada sobre un verdadero volcán político y social. El impacto enorme de la pandemia no ha hecho más que agravar las desigualdades sociales preexistentes, que se vienen acumulando durante décadas y que no se revirtieron con los gobiernos “nacionales y populares” de los Lula, Mujica, Correa, Evo Morales y el kirchnerismo en la Argentina. La estructura semicolonial de nuestra región agrava las condiciones de vida de nuestros pueblos, porque al saqueo imperialista y de las grandes potencias debe sumarse la superexplotación llevada adelante por las burguesías nacionales. Fueron justamente estas las que buscaron beneficiarse con los llamados “gobiernos de izquierda” rapiñando en su beneficio los presupuestos del Estado, pero viraron luego a la derecha para enfrentar de un modo más efectivo a los trabajadores. Sin embargo, los intentos de descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores con los Duque, los Bolsonaro, los Macri o los Piñera y avanzar sobre sus conquistas han desatado una ola de rebeliones populares, que tiene sus puntos más destacados en Chile y Colombia así como también en la derrota del golpe en Bolivia gracias a una lucha popular de gran envergadura. Las masivas movilizaciones que estamos viendo ahora en Brasil contra el gobierno de Bolsonaro plantean la posibilidad de un salto cualitativo de este ciclo de rebeliones, ya que representaría el pasaje a la acción del proletariado más numeroso de América Latina.
Las burguesías nacionales y también el imperialismo han tomado nota de esta nueva situación y buscan intervenir sosteniendo a los gobiernos asediados por las masas, pero simultáneamente arman relevos políticos para lo cual echan mano a los partidos que se agrupan en el Foro de San Pablo y en el Grupo Puebla. La reunión de Lula con Fernando Henrique Cardoso forma parte de este operativo y tiene por propósito evitar que Brasil se convierta en Colombia o Chile, y que Bolsonaro no caiga como consecuencia de una rebelión popular. Para la izquierda que se reclama obrera y socialista el desafío que se presenta es muy claro: desarrollar las tendencias revolucionarias de las masas construyendo un bloque político basado en la independencia de clase y la lucha por un gobierno de los trabajadores, capaz de derrotar a todas las alternativas capitalistas, sean de derecha o frentepopulistas. Como lo planteamos en la Conferencia de América Latina y los EE.UU. convocada por el Frente de Izquierda-Unidad, esta lucha plantea una cuestión estratégica de fondo, que parte de rechazar la colaboración con las variantes de frentepopulistas, que son un recurso del capital para desviar la acción revolucionaria de las masas.
La Argentina no escapa a estas tendencias generales, pero se expresan de modo peculiar. El gobierno de los Fernández es el resultado del desvío de la lucha contra el macrismo que tuvo un salto cualitativo con las grandes jornadas de diciembre del 2017. A partir de allí se armó un operativo de contención con el “hay 2019”, para llevar la bronca popular al terreno electoral y evitar una caída de Macri en las calles. Pero desde que asumió el gobierno actual la situación de derrumbe social no ha cesado. Incluso, pandemia mediante, se ha agravado de modo evidente. Lo prueban las estadísticas de pobreza, indigencia, desocupación, crisis habitacional, etc. Las promesas más elementales, como ser la “vuelta del asado” o “aumentarle a los jubilados con la plata de la Leliqs”, tampoco fueran cumplidas. Todo esto mientras los banqueros han seguido embolsando fortunas con el negociado de las Leliqs o las empresas alimenticias remarcando sus productos aún por encima de las altas tasas de inflación. La situación de ajuste empieza a traducirse en bronca y desencanto que la derecha tiene dificultades en canalizar, porque aún está muy fresco en la memoria popular el ajustazo del macrismo sobre el pueblo argentino.
Es a partir de esta situación general que muchos analistas han empezado a advertir no solo que la izquierda pueda realizar una elección interesante en setiembre-noviembre, sino que se interrogan sobre si es posible que en Argentina se repitan los sucesos que vemos en Chile, Colombia o en el plano político en Perú. Están quienes dicen que para que eso ocurra es requisito que la izquierda abandone un programa marxista y de lucha abierta contra el capitalismo. Fundan su afirmación en el hecho de que la izquierda que ha crecido en los procesos electorales de América Latina ha seguido ese curso y da señales muy claras que va a gobernar gestionando el capital. Pero esto plantea un desafío concreto para el Frente de Izquierda-Unidad, cuyo programa claramente defiende la independencia de clase y el gobierno de los trabajadores. Ese desafío es cómo desarrollar una alternativa de masas de contenido obrero y socialista para que las tendencias a la rebelión popular puedan no solo expresarse y desarrollarse, sino concluir de modo triunfante derrotando a los capitalistas e imponiendo un gobierno obrero y popular. El abordaje de las elecciones debe estar guiado con ese propósito estratégico.
Un primer paso para ello es encarar el proceso electoral buscando involucrar a los luchadores que están llevando adelante las luchas contra el ajuste en marcha. Si bien se trata todavía de luchas aisladas, que deben enfrentar tanto al gobierno como a las patronales y a la burocracia, son el terreno concreto por donde se expresa una tendencia a la ruptura política con el nacionalismo burgués y de convergencia con las posiciones que defendemos los socialistas. Muchas de estas luchas adquieren una dimensión de masas, como ocurre con el movimiento piquetero, que en las barriadas más explotadas de nuestro país actúa como una cuña fundamental de la que debemos valernos para disputarle palmo a palmo al peronismo a los sectores más explotados y postergados. Nuestra propuesta de convocar a un Congreso del Frente de Izquierda-Unidad, abierto a estos luchadores, tiene por propósito interesar políticamente a los miles y miles de luchadores que ya participan de luchas con la izquierda, y que queremos convertir en una vanguardia obrera y popular de carácter político. Una participación en la campaña electoral sería de gran utilidad para ello, ya que sería un terreno de confrontación con los partidos y coaliciones capitalistas. Actos de masas en las barriadas más explotadas organizados por el Frente de Izquierda-Unidad llamarían también la atención de sectores medios, que también están viviendo su propia pauperización, y que verían cómo la izquierda progresa de modo significativo entre las distintas capas de la población trabajadora. Cuando nosotros formulamos esta propuesta hace meses atrás considerábamos que ese Congreso también podía abordar la cuestión de la formación de las listas electorales. Ahora, dado que ya estamos en las vísperas de la presentación de las listas, eso no podrá ocurrir, pero la propuesta del Congreso del FIT-U no ha perdido por eso su vigencia. Realizarlo, por ejemplo, en el mes de agosto sería un gran impulso a la propia campaña, si logramos la participación de miles y miles de compañeras y compañeros.
Concretar una propuesta de este tipo sería una superación de la propia experiencia del FIT-U. Contra quienes dicen que no podemos canalizar votos de sectores de masas por nuestro programa podemos exhibir los resultados que hemos logrado en provincias como Salta, Mendoza, Jujuy e incluso Neuquén y Santa Cruz. Pero lo que sí es cierto es que esos resultados no han sido sostenidos y que luego tuvimos caídas significativas. En nuestra comprensión eso se debe a que los resultados electorales no tuvieron como soporte firme una sólida vanguardia obrera que le dé sustento. Esa tarea todavía está pendiente a pesar de los pasos dados en ese sentido. Nuestra propuesta del Congreso del FIT-U parte de esta caracterización, que marca los límites del desarrollo mismo que ha tenido nuestra acción política como frente. Explotar las crisis políticas de los partidos de la burguesía es una condición para un avance de nuestra causa. Pero nosotros no queremos ocupar los espacios que deja el régimen sino desarrollar nuestro propio “espacio”, mediante la construcción de una alternativa socialista y el desarrollo de una vanguardia obrera revolucionaria.
Desde ya que este abordaje tiene como prerrequisito una acción unificada y mancomunada del Frente de Izquierda-Unidad. La propuesta formulada de realizar unas Paso de la izquierda va en sentido contrario, porque coloca el eje en la disputa interna y la confrontación. En vez de ir juntos a invitar a los sectores en lucha para que participen de un Congreso y de la campaña, iríamos a disputar cada uno por su lado el voto de todos ellos, inevitablemente contra el voto a otras listas del propio FIT-U. Los luchadores de este país y el conjunto de los trabajadores no verían a la izquierda batallando contra los Macri, Bullrich, los Fernández y Massa sino peleando entre sí por cargos en las listas. Un espectáculo no solo penoso sino políticamente criminal, que va en sentido contrario a las tareas que se desprenden de la situación política nacional y continental.
Compañeras y compañeros del PTS, ustedes lanzaron una campaña para que la izquierda vaya unida a las elecciones, pero contradictoriamente plantearon hacer unas Paso para dirimir las candidaturas, lo cual lleva a la división y no a la unidad. Como ustedes lo reconocen en su propia carta, ya en el FIT-U está el 80% de la izquierda de nuestro país, por lo que la propuesta sería un retroceso de lo que ya tenemos. Para ser claros, pasaríamos de una presentación unitaria de los 4 partidos del FIT-U como ya tuvimos en las elecciones pasadas a una disputa entre nosotros en las primarias. Y aún con otros abiertamente enemigos políticos del FIT, que entrarían para atacarnos como ahora lo hacen desde afuera, sin fundamento alguno o en casos por la virtud de haber creado un campo de independencia de clase con un programa definido. De más está decir que abre la puerta a un liquidacionismo del propio frente que hemos construido desde el año 2011. En relación a las fuerzas de izquierda que están fuera del FIT-U -ese 20% restante, según sus propios cálculos- las tenemos que llamar a que revisen su posición hostil al FIT-U pero bajo ningún aspecto valernos de ellas o invocarlas para terminar dividiendo a nuestro frente. El caso de Luis Zamora es incluso un caso especial porque ha reiterado su rechazo de los últimos años atacando la construcción política de los partidos de izquierda, el programa del FIT y por otra parte carece de toda intervención en la lucha de clases. El MAS también ha rechazado ahora y antes la integración al programa y el accionar político del FIT-U.
Como pueden ver, nuestro rechazo categórico a las Paso se basa en cuestiones políticas de fondo, que hacen a principios fundamentales y también a las tareas que consideramos claves en esta etapa. Por lo expuesto se deriva que la afirmación de que las Paso serían la única manera de unir a la izquierda es realmente falaz, porque al menos a nosotros no nos incluye. Dada las manifestaciones realizadas por Izquierda Socialista, debemos concluir que a ellos tampoco. Tomamos nota, además, que las fuerzas que están fuera del FIT-U han rechazado cualquier acción frentista. En algunos casos -como sucedió con el grupo de Altamira- el rechazo fue tan categórico que llevó a que llamen a no votar al FIT-U en Jujuy sino a anular el voto.
En su carta ustedes han planteado que hay que dejar atrás el rutinarismo y las mezquindades. Nunca mejor dicho. ¿O no hay algo más mezquino que dividir al FIT-U en varias listas en pos de apetencias de cargos? ¿O no hay mejor manera de combatir el rutinarismo que organizar una campaña electoral sumando a miles de luchadoras y luchadores, para lo cual un Congreso del FIT-U puede ser un gran instrumento? No tenemos dudas de cuáles son las respuestas correctas a estas preguntas y no tenemos dudas tampoco de la opinión que tendrán los trabajadores que siguen a la izquierda.
Compañeras y compañeros, pesa sobre los partidos del FIT-U una gran responsabilidad. Es nuestro deber militante estar a la altura de ella.
Comité Ejecutivo del Partido Obrero
28/6/2021
Foto: Fede Ima Ojo Obrero Foto