María del Carmen, trabajadora y vocera de la agrupación dijo: “La precariedad laboral de nuestro gremio permite todo tipo de abusos por parte de nuestros empleadores. Hasta ahora como toda compensación a la situación crítica que vivimos estos meses hemos recibido los $5000 mensuales del IFE que además son incompatibles con otros planes sociales o nos fue descontado de nuestros haberes. La situación no da para más. Reclamaremos al Ministerio de Trabajo un aumento de emergencia que suba el salario de 8 horas a $36 mil, reincorporación de despedidas y subsidio de 30 mil pesos a las desocupadas.”
Angélica, también de Trabajadoras de Casas Particulares en Lucha, agregó: “Sufrimos descuentos y suspensiones, dejar de trabajar sin pago y hasta la obligación de ir a trabajar sin protocolos de seguridad e higiene. También reclamamos acceso a la Obra Social y registro de todas las empleadas y protocolos de seguridad e higiene.”
Amanda Martín, legisladora electa de la Ciudad de Buenos Aires, agregó: “El Ministerio de Mujeres y Diversidades brilla por su ausencia para el gremio más feminizado del país. La mayoría de las trabajadoras de casas particulares son jefas de hogar que se han quedado sin ingresos. La grave situación de las trabajadoras de casas particulares es pública y conocida por las autoridades y los sindicatos pero no han hecho nada para que se revierta. El Sindicato de Amas de Casa de la República Argentina, la Unión del Personal Auxiliar de Casas Particulares y Cuidadores de la Casa Común, de la Iglesia Católica, no movieron un dedo ni plantean una reivindicación concreta para estas trabajadoras. Le exigimos a Moroni que de respuestas”