Sobre el tratamiento de la denuncia a AB en el Partido Obrero


La denuncia que realizara MAS contra AB a fines de 2017 por escrito, fue abordada el año pasado y este, en el Partido Obrero, llegando al mes de marzo de 2019 con una resolución. 


Una comisión de compañeras, integrada por las compañeras Olga Viglieca, Vanina Biasi y Juliana Cabrera, abordó el caso con absoluta seriedad, priorizando un seguimiento concienzudo y elaborado del mismo.


Este método de abordaje fue acordado con MAS, la denunciante. Durante los momentos más álgidos de la lucha por el aborto legal, le propusimos a la compañera suspender el proceso porque las integrantes de la comisión tenían especial interés en que la dedicación a la lucha por el aborto no nos obligara a cambiar de personas que llevaran adelante esta tarea, procedimiento con el que MAS estuvo de acuerdo. Nuestro compromiso con escuchar, comprender y ser lo más correctos en nuestras resoluciones fue total desde el comienzo.


Los hechos que le tocó investigar a la comisión durante todo este periodo, y que nos consta que fueron el objeto de análisis de parte del abordaje terapéutico de MAS, fueron dos, con entre 9 y 10 años de separación uno del otro, el más alejado en el tiempo con 45 años de distancia del presente.


El método de trabajo incluyó entrevistas formales acordadas con la compañera a lo largo de todo el período de investigación de los hechos, e intercambios informales por diferentes vías de comunicación. 


Las integrantes de la comisión hicieron consultas y reuniones con varios profesionales psicólogos, entre ellos y a propuesta de la propia MAS, con quien fuera su terapeuta durante 10 años. 


También realizaron reuniones e intercambios con los compañeros de militancia y familiares de AB y de MAS. Durante un periodo que se extendió hasta marzo de este año, el Comité Ejecutivo del Partido Obrero dispuso la separación preventiva de AB, una resolución que fuera notificada por Marcelo Ramal y VB en nombre de la dirección. 


Entre los análisis que hicimos averiguamos si había otras denuncias contra AB en el entorno familiar, el trabajo o en las múltiples actividades que durante 45 años de militancia le tocó afrontar en una gran cantidad de oportunidades en contacto con niñas y adolescentes, y no surge de este abordaje que las haya tenido. 


El mecanismo de abordaje incluyó también entrevistas del denunciado AB con una psicóloga que emitió un informe por escrito sobre el perfil del denunciado. 


Ante cada caso que nos tocó abordar, hemos actuado siempre con la misma seriedad, y en algunas oportunidades este proceso culminó en separaciones y en otras no, en todos los casos escuchando con mucha atención la palabra de las mujeres denunciantes y todos los elementos a nuestro alcance para evaluar las situaciones planteadas.


Con estos elementos reunidos, la comisión elaboró una propuesta de resolución que fue tratada en la dirección nacional del PO, que en marzo de este año resolvió la reincorporación de AB a las filas militantes. Esta decisión fue debidamente informada a MAS. 


En el análisis de este tipo de hechos tan traumáticos que incluyen un número importante de protagonistas, circunstancias, opiniones y acciones, no existe ninguna posibilidad de recurrir a planteos o frases reduccionistas que resuman el complejo entrelazamiento de estas situaciones.


Los intentos de reducir estos procesos -a veces complejos, otras no tanto- a un esquema o slogans por parte de sectores ajenos al proceso de comprensión e investigación de los casos en concreto, con finalidades muchas veces alejadas de la verdadera preocupación por atacar la violencia de género epidémica en esta sociedad, son simplemente un ejercicio de banalización de una problemática muy profunda.


La manipulación y utilización de estos casos con fines faccionales no hace ningún favor a la persona que denuncia, golpea seriamente al colectivo de mujeres que lo sufre a diario, a su derecho a que sus denuncias sean tomadas con seriedad en los ámbitos que corresponde y a sus luchas.

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