En la zona sur de la Ciudad se ha desarrollado una profunda crisis social. Estalló con el desalojo del Barrio Papa Francisco, pero se ha venido incubando como resultado de la negación del derecho a la vivienda en los barrios del sur y la especulación inmobiliaria con los terrenos en donde están asentadas miles de familias de la Comuna 8.
Los gobiernos de las últimas décadas incumplieron sistemáticamente con la urbanización de las villas. La villa 20 tiene una Ley (1770) de urbanización de 2005. Lo mismo la Villa 31, la 1-11-14 y otras. Cuando estalló la crisis del Indoamericano ,el Gobierno Nacional y el de la Ciudad se comprometieron a construir viviendas para que los vecinos levanten la toma, 4 años después no se ha construido ni una sola. Las tomas de tierras son una salida desesperada para quienes sufren el hacinamiento, la suba de alquileres en las propias villas y la nula posibilidad a acceder a planes de vivienda.
Pero no es sólo esto, el propio Estado que niega el acceso a la vivienda es el responsable de convertir las villas en zonas liberadas para bandas de narcos y delincuentes. Estas bandas actúan con el amparo de las fuerzas de seguridad y asolan a los vecinos de los barrios a la vez que expulsan a los ocupantes y venden sus terrenos. El Estado ha dejado “pudrir” la situación para estigmatizar a las familias sin techo y enfrentarlos con el resto de los vecinos de Lugano. Así fogonearon el desalojo violento del barrio con las declaraciones de Berni, Macri y compañía. Hoy hay escuelas de la comuna que no funcionan por los enfrentamientos entre bandas de delincuentes.
La vivienda es una lucha de todos
Las familias del Barrio Papa Francisco que acampan en Pola y Cruz y las que resisten en los paradores se han movilizado a la Jefatura de Gobierno y a la Comisión de Vivienda de la Legislatura para que se trate un proyecto de Ley presentado por varios legisladores, que plantea urbanizar el barrio desalojado. Los vecinos siguen firmes a pesar de haberlo perdido todo, de la presión que ejercen los gobiernos para echarlos a cambio de un subsidio miserable y de los ataques de bandas fascistas.
Es crucial en esta etapa una enorme campaña de apoyo a las familias desalojadas. Llamamos a todos los vecinos y trabajadores, a sus sindicatos y centros de estudiantes a apoyar esta campaña. Garanticemos que los niños desalojados puedan ir al colegio, reponiendo sus útiles, que no les falte ropa ni comida. Un triunfo de las familias desalojadas, o sea, la urbanización de la villa 20, sería un enorme refuerzo para la urbanización de todas las villas de la Ciudad, por el derecho a la vivienda para todos los trabajadores, contra las zonas liberadas y las bandas narco y contra la especulación inmobiliaria, a la cual tributan los que gobiernan el país y la Ciudd, que es la responsable de engendrar esta crisis.