“El modelo de Massot es el del triunfo de la política de impunidad. Sudáfrica se caracterizó por garantizar total impunidad a los genocidas a cambio de la información sobre los crímenes del Apartheid. Pero Massot omite que en Argentina la impunidad fue enorme también, tuvimos las leyes de Punto Final, de Obediencia Debida, el indulto y los genocidas nunca dijeron nada sobre las listas de detenidos-desaparecidos, los lugares donde funcionaban los centros clandestinos de detención, siguen ocultando la identidad y el paradero de los nietos entregados, como hace el recientemente beneficiado con la domiciliaria, el genocida Etchecolatz. Solo hace poco comenzaron los juicios y a cuentagotas y la poca información con la que se cuenta fue obtenida como resultado de los juicios peleados por el movimiento popular y de la lucha emprendida por las organizaciones de derechos humanos, políticas y sociales por la memoria, la verdad y la justicia.”
“Massot no habla desde la `imparcialidad`. Su familia está vinculada con los genocidas y tiene interés en su absolución. La impunidad más alta de todos los sectores cómplices de la dictadura militar es la de los empresarios que se beneficiaron con ella, como su tío Vicente Massot, dueño y director periodístico del diario ultraderechista La Nueva Provincia de Bahía Blanca, quien está denunciado por delitos de lesa humanidad por sus vínculos con los genocidas y que ha reclamado en más de una oportunidad `mano dura` al gobierno de su sobrino.”
“Massot no es el primer vocero del gobierno en plantear la impunidad para el aparato represivo. Sus declaraciones coinciden con el reclamo más general de la reinstalación de las fuerzas armadas en la política interna, algo que el Departamento de Estado norteamericano promueve en Argentina y en América latina, para la represión contra la movilización social y el control de los negocios.”
Gabriel Solano: 1556901514