Las elecciones del Sindicato de Obreros y Empleados Ceramistas de Neuquén (SOECN), el próximo 17, se realizan en un cuadro de crisis aguda. Zanon, desde diciembre de 2013, asiste a un retroceso en las condiciones salariales y de producción. Los obreros se encuentran cobrando apenas $1000 por semana.
La devaluación de Kiccilof-CFK en enero de 2014 potenció todas dificultades de la fábrica. Los costos de una renovación tecnológica saltaron por los aires. Luego, sobrevino una fuerte caída en los niveles de producción, retardos importantes de los pagos de las quincenas y las renuncias de casi un centenar de trabajadores en el último año. Luego de 13 años de experiencia en gestión cooperativa, se llegaron a vender terrenos de la fábrica para solventar salarios.
Dos listas, una política
La agrupación Marrón, que nació orientada por el PTS y recuperó el sindicato de manos de la burocracia en el 2000, se escindió. De un lado, han quedado los autodenominados “Marrón independiente”. Del otro el PTS, que constituyó la lista “Bordó-Marrón desde las bases”.
La ruptura, según el PTS, responde a la adaptación de la Marrón al gobierno nacional, desde hace al menos un par de años. Nunca existió, sin embargo, ninguna clarificación o delimitación política de parte del PTS, que es integrante de la directiva del Sindicato junto con la Marrón. Sucede que ambos sectores llamaron a "no hacer olas" luego de votada la ley de expropiación de Zanon, en la expectativa de conquistar un crédito nacional. La dirección del SOECN jamás tomó como norte el impulso de un plan de lucha dirigido a enfrentar el ahogo y el sabotaje estatal. El propio PTS le entregó un petitorio a Scioli sin ninguna movilización ni delimitación del gobierno. Para el caso de Cerámica Neuquén, el sindicato tiene congelada toda campaña por la expropiación, y lo mismo vale para el caso de Cerámica Stefani en lo referente a la renovación tecnológica. Sin ella, Stefani ingresará, más temprano que tarde, en la senda de Zanon.
Como se ve, se trata de una disputa sin principio y meramente faccional, pues ambos sectores han sido co-responsables de la parálisis y la adaptación del Sindicato.
El colapso de una orientación
La orientación autogestionaria, que se desprende del planteo de la “fábrica sin patrones” –reivindicada tanto por la Marrón como por el PTS-, derivó en la parálisis del gremio y su adaptación al gobierno. Las reivindicaciones salariales, de condiciones laborales y de producción, no tomaron la forma de una lucha contra el Estado. Por el contrario, apuntaron a aumentar la productividad de una fábrica obsoleta sobre la base de la autoexplotación obrera. La viabilidad de una “fábrica sin patrones”, en el marco del capitalismo y de su Estado, ha quedada desmentida en los hechos.
Los “diputados ceramistas” (Marrón y PTS) que ocuparon la banca del Frente de Izquierda en Neuquén en 2012 y 2013, rechazaron sistemáticamente la presentación de los proyectos de ley propuestos por el PO. Estos colocaban en el Estado la responsabilidad de financiar la renovación tecnológica de las fábricas y de garantizar salarios y jubilaciones equivalentes al convenio ceramista. El rechazo de los “diputados ceramistas” a presentar estos proyectos, expresa la defensa de una línea autogestionaria, opuesta al planteo de estatización bajo control obrero. El planteo autogestionario, escinde a los sujetos que protagonizan el emprendimiento de la lucha general del movimiento obrero. Así lo evidenció el faltazo de los obreros ceramistas a todos los paros generales que se realizaron desde 2012 a esta parte.
La renovación de la comisión directiva del SOECN, no ha dado lugar a una intensa deliberación obrera sobre las salidas a los problemas de las fábricas y de los trabajadores. Existe un mayor interés en la elección de la dirección de la cooperativa y de sectores productivos, lo cual revela hasta qué punto ha calado la orientación cooperativista.
Perspectiva
El gobierno macrista y la nueva gestión emepenista del gobierno neuquino, continuarán con el sabotaje y el ahogo financiero contra las fábricas ceramistas, máxime con la bancarrota fiscal que heredan ambos gobiernos. Los obreros ceramistas solo tienen un futuro impulsando un plan de lucha contra el Estado y como parte de una lucha anticapitalista de orden general, mancomunada con el conjunto del movimiento obrero combativo. Pero eso, sólo será posible si se parte de un balance crítico de las direcciones y de la experiencia recorrida.
Pablo Giachello y Cesar Parra