El PTS y el Frente Unico … con el kirchnerismo


La ilegal y reaccionaria detención de Milagro Sala le ha dado al PTS la ocasión para reforzar su seguidismo al kirchnerismo. Decimos “reforzar”, porque se trata de un proceso que registra importantes antecedentes cuando aún Cristina Fernández estaba en el poder. 


 


¿O acaso la campaña electoral de Del Caño no apuntó contra los “hijos de Menem”, omitiendo toda delimitación y denuncia del kirchnerismo, siendo retribuido, por ello, con el apoyo de los grupos mediáticos K como el de Sergio Szpozky o Página/12? ¿O Bregman no suscribió una declaración de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados con todos los bloques patronales en favor de la “continuidad de la política de Estado de DDHH”. Ahora, con Macri en la Casa Rosada, el PTS ha cometido no sólo el `error` de concurrir a un acto kirchnerista en la Plaza de Mayo reivindicatorio de la política y la trayectoria de Milagro Sala, sino de firmar documentos y organizar delegaciones con diputados del FPV.


 


Nosotros rechazamos la detención de Milagro Sala porque es una medida reaccionaria contra el derecho a la protesta y a la movilización. Pero  eso no equivale a traficar ante los trabajadores su trayectoria política. De ningún modo Milagro Sala es una “luchadora” (según afirma Myriam Bregman en un texto), sino que ha sido una protagonista central en la política de cooptación y represión estatal de las organizaciones obreras y populares de Jujuy. Sala cogobernó la provincia junto con el PJ, manejando una parte sustancial del presupuesto público, en función de la superexplotación de la clase obrera e impuso –hasta dónde pudo- una política represiva basada en patotas o el manejo de hecho de la propia Policía. Se trata de una corriente para-estatal, no de una organización popular “con la que tenemos diferencias”.  Con la pérdida del control del presupuesto la red de Milagro Sala se ha desarmado a la velocidad del rayo, mostrando, ahora por la negativa, su carácter de organización para-estatal. 


 


Ante un hecho de tal característica lo que corresponde a la izquierda y a las organizaciones combativas del movimiento obrero y popular es movilizarse de manera independiente por la libertad de Milagro Sala, y no ir detrás del kirchnerismo, que es una corriente de Estado que aplica el ajuste allí donde gobierno con represión incluida. El PTS, así como también otras fuerzas de izquierda, violaron este principio elemental al concurrir a la Plaza de Mayo al acto montado por el kirchnerismo el 19 de enero pasado. Para el PTS se justifica diciendo que fue un “acto unitario”, pero tal denominación sólo vale cuando se acuerdan las condiciones de la propia acción política (consignas, oradores, palco), algo que con el kirchnerismo por motivos políticos es imposible. ¿O el PTS acordó la presencia en el palco de Agustín Rossi, ministro de defensa de Milani, o del patotero Guillermo Moreno, jefe de la patota contra los trabajadores del Indec para adulterar las estadísticas oficiales? 


 


El acto no sólo reivindicó a Milagro Sala, sino su condición de diputada electa al Parlasur por la lista de Scioli, y desde ya al gobierno de Cristina y Néstor Kirchner. El “vamos a volver” cantado al final confirmó que la izquierda que concurrió le hizo de comparsa a una fuerza política capitalista que controla una parte sustancial del aparato del Estado.


 


Ante nuestra crítica el PTS nos responde embarrando la cancha, con el único propósito de zafar del debate concreto. Por ejemplo, afirma que la izquierda ha ido actos de la CGT sin participar de su organización. ¿Pero cómo confundir a una organización obrera, dirigida por la burocracia sindical, de un acto del FPV con el Cuervo Larroque y Moreno? Hay que estar muy asimilado al kirchnerismo para caer en tales exabruptos. Luego dicen –siguiendo el recetario de chicanas del kirchnerismo contra nuestro partido- que “el PO llegó hasta marchar con el “ingeniero” Blumberg en 2006 en manifestaciones que solicitaban mano dura y fortalecimiento del aparato represivo”, lo cual es falso por completo. El PO y otras fuerzas de izquierda concurrimos a la marcha convocada por Blumberg en el 2004, inmediatamente después de que se conociera el asesinato de suhijo, en un hecho que involucraba a la Bonaerense y la SIDE. Fue una marcha de decenas de miles de personas.  


 


Se trataba de una manifestación producto de la descomposición del aparato represivo del Estado, ante la cual la izquierda debía intervenir. La marcha del 2006, en cambio, estaba encuadrada por Blumberg con un planteo claramente represivo, al que el kirchnerismo concedió todo votando en el Congreso cada una de las leyes que reclamaba Blumberg. En el 2004, sin embargo, el PO no sólo concurrió con una bandera central que decía “Disolución de la Bonaerense” sino que en un momento determinado, en los Tribunales,  dividió la marcha junto a otras organizaciones para montar un acto independiente en Plaza de Mayo con casos familiares de casos de gatillo fácil, enfatizando en la responsabilidad del aparato represivo. El PTS, amparándose en la filiación derechista de Blumberg, no movió un dedo ante una irrupción masiva de la población contra los crímenes cometidos por el aparato represivo del Estado.  


 


¿El PTS fue a Plaza de Mayo por Milagro Sala para romper luego y armar un acto propio?


Ya sabemos que no, porque calificó al acto kirchnerista como “unitario”, con el canto de “vamos a volver” incluido.


La deriva kirchnerista del PTS llega a límites insospechados cuando nos acusa por haber participado de las marchas contra el fraude en Tucumán, porque de las mismas participaba la UCR, que se vio forzada a concurrir ante la masividad de la protesta. El radical Cano, sin embargo, se bajó rápidamente de toda denuncia de fraude, y antes que él se había bajado el PTS, que se quedó en su casa avalando el fraude de Alperovich-Manzur. Un bochorno.


 


A la luz de estas posiciones no debe extrañar que la firma del PTS apareciera en documentos políticos rabiosamente democratizantes firmados con el kirchnerismo. Uno de ellos –tardíamente desmentido bajo una forma sinuosa, con una manito dada por sus amigos del Movimiento Evita- reivindicando el “cumplimiento de la Constitución, el reconocimiento de la división y autonomía de los poderes y la calidad institucional”. Y otro, que reconocen haber firmado (¡dos desmentidas seguidas serían demasiado!) suscripto por su legislador Patricio del Corro, junto a los legisladores del kirchnerismo, que le chupa las medias al gobernador Morales diciendo “confiamos en su voluntad de dialogar con los representantes del pueblo, demostrando que su impronta de gestión será la convivencia política y el respeto por las minorías que Ud. ha manifestado a lo largo de su gestión en el Senado de la Nación”. Esta reivindicación de la trayectoria de un represor como Morales, funcionario del gobierno de la Alianza, es una adaptación inadmisible a los gobiernos de turno. 


 


Hace a la naturaleza de las cosas que siguiendo esta orientación política el PTS no haya apoyado en Memoria Verdad y Justicia nuestra propuesta de realizar una movilización independiente por la libertad de Milagro Sala. De este modo se alinean detrás de un “frente único antimacrista” con la oposición burguesa, rechazando la independencia política de los trabajadores, que es el pilar fundamental del Frente de Izquierda.


 


Gabriel Solano

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