“El acto de juramento del nuevo jefe del Ejército fue a la medida de los genocidas de la dictadura. De hecho, en un acto de una gravedad inusitada, estuvieron presentes un grupo de esposas de militares detenidos por crímenes de lesa humanidad, lo cual equivale a que a un respaldo estatal a su reclamo de impunidad. Que esto haya sucedido en presencia del ministro de Defensa Oscar Aguad y del secretario de Derechos Humanos muestra el aval del gobierno a esta política, que ya tiene su expresión en las prisiones domiciliaras que lograron varios genocidas, empezando por el nefasto Etchecoltaz”.
“Los discursos pronunciados fueron claros. Aguad se refirió a una supuesta ´estigmatización´ de las fuerzas armadas y reivindicó a la ´familia militar´ delante de las esposas de los genocidas, mientras que el ex jefe del Ejército, Diego Suñer, se despidió convocando a hacer ´más historia y menos memoria´, lo que equivale poco menos que a un reclamo de amnistía para los represores”.
“Este rescate de los genocidas es aún más grave cuando coincide con la ´nueva doctrina´ que el Departamento Sur del Pentágono le dictó a Oscar Aguad y Patricia Bullrich en su reciente viaje a los EEUU: utilizar a las FFAA en la seguridad interna, con la excusa del combate al narcotráfico y al terrorismo, y la custodia de los recursos naturales”.