La represión fue ordenada por la intendencia de Mariel Fernández de Unión por la Patria y ejecutada por la policía bonaerense del gobernador Kicillof. En lugar de escuchar sus demandas y aumentar los salarios de hambre de los trabajadores municipales, el gobierno responde cercenando la libertad de expresión con los mismos palos y gases del protocolo de Bullrich y Milei.
Nos solidarizamos con las y los compañeros lesionados y agredidos y exigimos el castigo a los responsables y la inmediata respuesta a los reclamos de las y los trabajadores.