“Que el 59% de los niños sean pobres es una realidad que interpela 40 años de gobiernos capitalistas, de desindustrialización, de colonización financiera, de entrega de los recursos naturales y estratégicos a los monopolios, de primarización económica y de ataque a las condiciones de vida populares. Interpela la viabilidad de un régimen social y económico desde el punto de vista de las condiciones de vida de las mayorías laboriosas”.
“En este cuadro donde la pobreza abarca no sólo a los desocupados, sino a gran parte de la población que se desloma trabajando jornadas extendidas, en la agenda del debate político se ha colocado la cuestión de los costos laborales y el perfeccionamiento del asistencialismo. Se trata de una hipocresía mayúscula que impulsa la UIA, la Sociedad Rural, los bancos y el conjunto de las corporaciones capitalistas para las que gobiernan Macri y los gobernadores y con quienes gobernaron el kirchnerismo y todos los gobiernos desde la dictadura hasta el presente. El problema argentino son los costos usurarios y empresariales, de ninguna manera los salarios que en promedio están un 30% debajo de la línea de pobreza ($11000) y las jubilaciones en su mayoría en línea de indigencia. Hablar de lucha contra la pobreza es reivindicar, como lo hace el FIT, un salario equivalente a la canasta familiar y poner fin a la desocupación repartiendo las horas de trabajo disponibles sin afectar el salario, reponiendo el 82% móvil y los aportes patronales rebajados desde el menemismo.”
“El asistencialismo que practicó el kirchnerismo y que ahora prolongan, tercerizado, el macrismo, Vidal y los gobernadores, fue la “estrella” del presupuesto 2017 que votaron Cambiemos, Massa y el FPV. La conclusión es que fracasa estrepitosamente, porque nada reemplaza el trabajo y el salario y porque el ajuste y su carestía y tarifazos, se devoran los planes sociales y el asistencialismo en su conjunto.”
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