Eduardo Belliboni denunció: “En la causa la fiscalía y el juez trabajan para intimidar a denunciantes y a testigos, para manipularlos y construir el relato que les sirve para la persecución política. Hay pruebas.”
“Primero, fueron colocadas como denunciantes personas que llamaron al 134 de forma anónima, porque así se prometió. A esta gente le rastrearon su teléfono y la mandaron a buscar con la policía, violentando el anonimato prometido.”
“Bajo este mecanismo intimidatorio, lograron escasos testimonios sobre los supuestos 20.000 llamados recibidos en esa línea de denuncias. Es claro que no se trata de ningún sistema ni pirámide, sino en el peor de los casos de algunas excepciones en un movimiento masivo y democrático.”
“Segundo, la justicia fue a buscar testimonios a los barrios, seleccionándolos acorde a sus intenciones y citándolos para reuniones para preparar sus declaraciones, para alinearlos con las necesidades de la persecución que arman.”
“De 3 testigos que conocemos, hay 2 que desmintieron el relato de la fiscalía: ni fueron extorsionados ni hay capacidad de bajar planes. A tal punto que hay gente que le piden que no vaya a declarar, porque de hacerlo, complicaría la acusación que nos armaron.”