La convocatoria unitaria del Encuentro Memoria Verdad y Justicia por la liberación de Milagro Sala fue el resultado de una dura lucha política. Durante tres tensas horas se debatieron problemas políticos de fondo de la nueva etapa. El punto crucial es la independencia política de las organizaciones de lucha frente a los bloques patronales que gobiernan el país, las provincias y municipios, en especial ante el bloque kirchnerista, que pretende seguir la política de cooptación que aplicó durante sus 12 años de gobierno.
La reunión fue convocada a pedido del Partido Obrero frente al agravamiento de las condiciones de detención de Sala. La semana anterior, durante una reunión por el 24 de Marzo, planteamos que el Encuentro convocara a una movilización independiente por Sala, pero no tuvo eco. Buena parte de las organizaciones presentes había participado el día anterior de la convocatoria K en Plaza de Mayo. Entre ellas, el PTS (Izquierda Diario), que respondió a la propuesta con un vago “puede ser”, tras defender la “unidad de acción” con los K.
En la reunión que convocó finalmente a la marcha, este debate político se desarrolló a fondo. De entrada, nuestra delegación trazó una caracterización política de la Tupac. La organización de Sala, dijimos, no es una organización de lucha sino paraestatal. Alimentada con fondos públicos, durante una década regimentó a los explotados jujeños con métodos mafiosos, puestos al servicio de los gobiernos K en la provincia y en el país. Señalamos que el punto que nos une en el reclamo de libertad se circunscribe al hecho de que la detención de Sala por “instigación al tumulto” y “sedición” sienta un precedente contra toda movilización popular. Pero precisamente por este motivo somos contrarios a confundir banderas con el kirchnerismo responsable de las leyes antiterroristas, el Proyecto X, Milani y las zonas liberadas de Aníbal Fernández.
El PTS, en cambio, propuso de entrada adherir a una supuesta “jornada nacional” convocada por la Tupac Amaru para el miércoles 27. La misma era desconocida por todos los presentes, salvo por el PTS, que mostró de paso que sus dirigentes tienen fluidas relaciones con el kirchnerismo, al punto de actuar de voceros de ellos en la reunión. Esta política de “frente único anti-macrista” fue rechazada de entrada por nosotros y otras fuerzas, mientras que la moción del PTS tuvo el apoyo del MAS y otros grupos menores. Durante el desarrollo mismo de la reunión fue quedando en claro que la “jornada de lucha” de las organizaciones K no era otra cosa que una expresión de deseos del PTS. Parafraseando a Trotsky, se trataba de un frente con “la sombra del kirchnerismo”, o sea, de una subordinación política en estado puro. Otras organizaciones –como COB/La Brecha, el Frente Popular Darío Santillán – Corriente Nacional y Emancipación Sur, entre otros- propusieron mantener el mismo día pero a partir de una convocatoria independiente y marchar a Plaza de Mayo, lo cual fue acordado. Veinticuatro horas después, y para no dejar mal parado al PTS, la Tupac difundía en qué consistiría su “jornada nacional”: la proyección de un documental que exalta la “obra” de Milagro Sala en Jujuy. Una adhesión del EMVyJ en esos términos hubiera echado por la borda una trayectoria de 20 años de lucha independiente.
Un hecho de gravedad inusitada fue que mientras se realizaba la reunión del Encuentro, el PTS participaba en Jujuy de una conferencia de prensa junto a Yasky, Baradel, Wasiejko y otros burócratas K que, según La Izquierda Diario, “encabezarán las próximas luchas”. La conferencia no anunció ninguna medida de lucha y mucho menos un paro de las organizaciones sindicales dirigidas por esos burócratas. Se trata de una lavada de cara inadmisible de una burocracia sindical integrada al Estado. Una vergüenza, por ejemplo, ante los obreros del neumático, que vienen de sufrir un fraude y una patoteada en la asamblea general del gremio, encabezada por Wasjenko hace sólo semanas atrás.
El seguidismo del PTS al kirchnerismo no es de nueva data. Estuvo presente en las últimas PASO, lo que le valió el apoyo mediático del vaciador Sergio Spolzky y del inefable Artemio López. Continuó en el ballotage, con la campaña apuntada contra “los hijos de Menem”, sin delimitación política de la camarilla cristinista. Continuó en el Congreso, con el apoyo de Bregman a la “continuidad de las políticas de Estado en materia de derechos humanos”. Ahora se presenta bajo la forma de “frente único” con Yasky, Sala y La Cámpora, que los ha llevado a firmar no uno sino dos vergonzosos documentos junto a los K en Jujuy. Durante la reunión del Encuentro, el PTS simuló un ataque de histeria para escabullir de esta polémica política.
Jacyn