Foto Sebastián Baracco
Con la presencia de más de 300 delegados de las 24 provincias del país, el 23º Congreso del Partido Obrero cerró sus deliberaciones en la tarde de este domingo 27. El congreso palpitó las primeras grandes luchas obreras de la nueva etapa política, con la presencia de muchos de sus exponentes. Es el caso de las huelgas estatales de Tierra del Fuego, de los docentes santiagueños, de los estatales y maestros de Mendoza o de los trabajadores de Tiempo Argentino. El Congreso del PO debatió ampliamente la situación política nacional e internacional, y estableció una consigna para la próxima etapa: “Transformemos al movimiento obrero y a la izquierda en alternativa al régimen ajustador de Macri y los gobernadores”.
El Congreso recibió el saludo de delegaciones internacionales, representantes de organizaciones hermanas del PO. Entre ellas, Michael Savas Matsas, del Partido Revolucionario de los Trabajadores (EEK) de Grecia, Rafael Fernández del PT de Uruguay y Pablo Dovolno, de Agenda Revolucionaria de Bolivia. El Congreso aprobó la realización de una Conferencia Latinoamericana, para debatir el cuadro político abierto por el derrumbe de las experiencias del nacionalismo capitalista. En las diferentes comisiones y plenarios, estuvieron presentes los principales dirigentes y parlamentarios del PO, entre ellos, Jorge Altamira, Gabriel Solano, los diputados nacionales Néstor Pitrola, Pablo López y Soledad Sosa y los legisladores Marcelo Ramal, Guillermo Kane, Claudio del Plá, Eduardo Salas y Patricia Jure, entre otros. También estuvieron presentes como delegados destacados dirigentes obreros que son secretarios generales de sus gremios, como Alejandro Crespo (SUTNA San Fernando), Víctor Grosi (SITRAIC), Ileana Celotto (AGD UBA), Raquel Blas (CTA Mendoza) y Romina del Plá y Daniel Rapanelli, de los SUTEBA Matanza y Ensenada.
En el cierre del Congreso, Néstor Pitrola presentó las principales conclusiones políticas. “Para llevar adelante el ajuste que reclama la clase capitalista, el macrismo tendrá que vérselas con una crisis mundial agravada, con la bancarrota económica que deja el kirchnerismo y con una disgregación política que envuelve particularmente a la oposición pejotista. Pero principalmente, tendrá que enfrentar a una clase obrera a la cual el kirchnerismo nunca pudo doblegar”.
“La estrategia del Partido Obrero –señaló Pitrola- es transformar a la clase obrera y a la izquierda en alternativa al régimen, sobre la base de un frente único de lucha contra el ajuste y sus gobiernos. Esa lucha debe agudizar la delimitación y la independencia política de la izquierda respecto de los partidos capitalistas, y no convertirse en un pretexto para el seguidismo o la disolución política en el kirchnerismo, que practica el ajuste allí donde gobierna”.
El Congreso resolvió proponerle a los otros partidos del Frente de Izquierda el llamado a un primero de Mayo en la Plaza de Mayo, invitando al movimiento obrero combativo, clasista y a la izquierda que apoyó al FIT a “un acto de lucha, obrero e internacionalista por las reivindicaciones obreras de la hora y por la independencia política de los trabajadores”.