Ante la crisis planteada por la jura presidencial


El acto de traspaso de mando de Cristina Kirchner a Mauricio Macri se ha convertido en otro episodio de una crisis política de alcance más amplio.  Su telón de fondo  es la bancarrota nacional que deja el kirchnerismo, por un lado, y la pretensión del macrismo de trasladarle sus consecuencias a las masas, por el otro.  El boicot de CFK a la ceremonia de transmisión forma parte de una serie de escaramuzas políticas, signadas también por la resistencia de los titulares del AFSCA, de la Procuración o de la Comisión de Valores en dejar sus cargos.  Pero ¿Qué es lo que está en juego en esta disputa? Del lado del kirchnerismo, preservar a la camarilla que vació al Banco Central para pagar la deuda;  o que manipuló a los jueces para encubrir a los Lázaro Báez, o que se sirvió de la ley de medios en beneficio de corporaciones capitalistas afines.  Del otro lado, tenemos a un macrismo que pretende destituir a estos elementos en reemplazo de una camarilla propia –la que deberá ejecutar el trabajo sucio del ajuste.   El boicot del kirchnerismo a la sesión inaugural no subraya ni acompaña interés popular alguno, es una disputa facciosa.  En estas condiciones, los diputados del Frente de Izquierda-PO concurriremos a la sesión y utilizaremos la tribuna parlamentaria para poner de manifiesto ante la opinión pública la orientación ajustadora de MACRI y su gabinete, y proponer un programa de reivindicaciones obreras.  La superación política del gobierno PRO será el resultado de esa experiencia de lucha y de la asimilación de sus conclusiones políticas, y no de los supuestos “nacionales y populares” que vaciaron al país para pagar la deuda usuraria. 

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