Solano dijo “El reclamo de los capitalistas de cambios en la legislación laboral en nombre de que el ´costo laboral´ sería el problema de la competitividad es una estafa: el salario mínimo está en apenas $12,500. El problema de Argentina es el costo financiero, con tasas del 60%, o el costo energético, con tarifas dolarizadas que encarecen el conjunto de la economía. A una clase trabajadora con salarios de hambre se le quieren arrebatar las conquistas logradas con años de lucha. El FIT-U plantea abiertamente que la crisis la paguen los capitalistas y la defensa incondicional de los reclamos obreros: salario equivalente a la canasta familiar, 82% móvil, recuperación de la Anses para los trabajadores”.
Pitrola dijo “La agenda de la reforma laboral, que agita Macri, cuenta con la complicidad de la CGT y está dictada por el FMI y las asociaciones patronales como la UIA. Por su parte, Alberto Fernández dice que no impulsaría una ley de reforma laboral pero está con la burocracia sindical que en su momento pactó tres proyectos de ley de reforma laboral y que entrega los convenios colectivos todos los días a normas de precarización laboral. Al mismo tiempo no define voto como central obrera reservándose las manos libres para negociar con cualquier futuro Gobierno a cambio de mantener sus privilegios. Por eso el Gobierno no enfrenta a los sindicatos sino a los trabajadores que luchan por sus derechos contra el ajuste. Votar contra la entrega del movimiento obrero a la agenda de los capitalistas es votar por el FIT-U.”
Y agregó que “La ofensiva continental de reformas antiobreras contra los trabajadores no resolverá la crisis, como no la ha resuelto en los países con mayor superexplotación del trabajo, la salida es derrotar esta ofensiva y proceder a una reorganización económica integral, bajo los intereses de los trabajadores”