11 años después, Justicia por los Pibes de Cromañón


La lucha de Cromañón tuvo muchos aspectos que deben ser recordados.  La actualidad de las demandas que planteó es total. Por entonces, el gobierno krchnerista mantenía muy buena relación con el monopolio Clarín y todo el arco mediático estigmatizaba a los padres, cargando las tintas sobre algunas acciones de desesperación de las víctimas de la tragedia evitable más impactante que vivió el país..




200 pibes murieron por obra de la corrupción, las coimas a la Federal y a los funcionarios, incluido el propio ejecutivo de entonces, integrado por Ibarra y por Telerman. Ese ejecutivo permitió la habilitación de un lugar cubierto por una media sombra, superpoblado y sin salida de emergencia.


El vice de Ibarra, empresario él de boliches, fue hasta ahora funcionario de Scioli y es tentado por el macrismo para ocupar un puesto. ¿Qué puede tener este hombre que logró ser compañero de gestión de un ex PC, luego de un PJ derechista y ahora de la derecha macrista? Ni más ni menos que la condición que llevó a que se produjera Cromañón – ser un hombre influyente del negocio del espectáculo.


El gran movimiento de lucha de los familiares y padres, venciendo este operativo mediático, logró desplazar a Ibarra, quien había pretendido absolverse. La movilización hizo justicia, algo que la propia Justicia se negó a hacer: ni siquiera llamó a declarar al entonces Jefe de Gobierno, a pesar que las querellas documentaron que Ibarra estaba informado sobre las irregularidades del boliche Cromañon.


El por entonces presidente Kirchner, no emitió siquiera palabras de condolencias desde Santa Cruz, lugar donde se encontraba al momento de la masacre. Esta fue una marca de fuego en el sentir de los familiares. El silencio fue sucedido por la disposición del aparato gubernamental nacional para lograr la absolución de Ibarra. Uno de sus principales impulsores fue la directiva del gremio docente UTE. Es la misma conducción que después le otorgó una tregua de 8 años al gobierno de Macri en la Ciudad. El macrismo explotó la tragedia para preparar su desembarco político sobre la capital del país.  Pero rápidamente, los límites de su intervención se fueron poniendo en evidencia. No apoyaron el reclamo de inhabilitar de por vida para ejercer cargos públicos a quienes habían sido considerados culpables por la sala acusadora conformada en la legislatura.


Ya en el gobierno porteño, Macri tuvo sus propios Cromañones. Beara, talleres clandestinos, Iron Mointain. En 2014, intentó erigir en juez al abogado que fue responsable de la habilitación de Beara, Martín Farrell. En la causa por el mafioso incendio del depósito de información empresarial, Iron Mointain, que costó la vida de una decena de bomberos,  los funcionarios macristas ignoraron los repetidos informes de Defensa Civil rechazando el plan de evacuación fijado por la empresa. El incendio del taller clandestino en Flores, es otra muestra de que la gestión macrista dio continuidad al método de fomentar las ganancias capitalistas sobre la base de trabajo precario y hasta esclavo.


 


La lucha por hacer justicia a los pibes asesinados en Cromañón, debe continuar y no puede tener sólo una expresión judicial. Para que no existan más Cromañones, tenemos que organizarnos con independencia de los partidos y gobiernos que han subordinado la vida de los trabajadores y de la juventud a los intereses capitalistas.


Vanina Biasi

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