Durante noviembre y diciembre, el Partido Obrero llevará adelante su ya tradicional Campaña Financiera de fin de año. Sin duda, los resultados electorales conseguidos a lo largo de todo el país son un impulso sin precedentes para la realización de la misma. El apoyo recibido por el Partido Obrero y el Frente de Izquierda no sólo se ha manifestado en la votación, sino también en los más de 10.000 fiscales, que, desde Río Gallegos a La Quiaca, han defendido cada voto del Frente de Izquierda el domingo 27 de octubre. A esto, hay que sumarle el apoyo activo de grandes sectores de trabajadores y de la juventud a la campaña electoral y a la actividad del Partido. Por lo tanto, la Campaña Financiera se larga en un momento en donde las perspectivas políticas para la izquierda revolucionaria son enormes.
Los objetivos económicos y de cantidad de aportes tienen, por lo tanto, que basarse en esta realidad conquistada con la última campaña electoral. No solamente hay que conseguir el aporte de cada compañero o compañera que haya fiscalizado o se haya acercado a la actividad, sino que cada uno de ellos debe tomar en sus manos la realización de la campaña. En las fábricas, en los barrios, en los colegios y universidades, los objetivos deberán reflejar este ascenso político y la perspectiva de sumar cada vez más sectores a la lucha por una salida obrera y socialista a la actual crisis.
Estamos, además, frente a una oportunidad especial, ya que el aguinaldo y los bonos de fin de año pueden impulsar la recolección de aportes. A su vez, vamos a realizar, durante la campaña, una gran cantidad de actividades sociales. Los asados y las fiestas tienen la máxima importancia para las agrupaciones sindicales, la juventud y el Polo.
La lucha por los recursos es una parte esencial para el desarrollo de nuestro partido y del Frente de Izquierda como alternativa política. Tenemos delante, por lo tanto, un mes y medio para desarrollar a fondo esta Campaña Financiera.