INTRODUCCIÓN
MEDIDAS URGENTES
Recomposición general de salarios y jubilaciones
Defensa, generación y condiciones de trabajo
PLAN ECONÓMICO
Ruptura con el FMI y repudio de la deuda
Plan monetario e impositivo
Recuperación de los recursos estratégicos
Plan de obras públicas
FIN DE LA DEPREDACIÓN AMBIENTAL
PLAN SANITARIO Y EDUCATIVO
Reforzamiento de la salud pública
Reforzamiento de la educación pública
DERECHOS DE LA MUJER TRABAJADORA
Principio del fin de la opresión sobre la mujer
ORGANIZACIÓN DEL NUEVO ESTADO
Características generales del Estado obrero
Fin del narco-estado y la inseguridad
RELACIONES INTERNACIONALES
INTRODUCCIÓN
Las elecciones presidenciales de 2023 encuentran a la Argentina nuevamente sumergida en una catastrófica crisis económica, social y política.
Tomada de conjunto, la crisis del país es el resultado de un saqueo capitalista que se ha sostenido ininterrumpidamente, gobierno tras gobierno, a lo largo de las últimas décadas.
El fracaso oficial
La pretensión de la coalición oficial de ampararse en el estallido de la pandemia, la guerra en Ucrania y la sequía para justificar el aumento de la pobreza y la indigencia, oculta que en los últimos años los grandes grupos capitalistas de la industria automotriz, de la industria alimenticia, los agroexportadores, las empresas fintech, los bancos y los especuladores financieros han hecho ganancias extraordinarias.
Como sólo la izquierda predijo, denunció y enfrentó, los acuerdos del gobierno con los “fondos buitre” y el FMI no han garantizado estabilidad económica ni han devuelto a la Argentina al mercado de créditos internacional. Por el contrario, el país es víctima de un vaciamiento financiero descarado. Ha sido la orientación capitalista y proimperialista del gobierno del Frente de Todos lo que explica el fracaso oficial y el hundimiento social.
Sin embargo, la crisis está lejos de haber tocado fondo. Argentina marcha a un colapso capitalista de mayor envergadura, que devolverá a la escena todos los fantasmas de las crisis de 2001, del 89’ y del 75’. No solo los que remiten a la hondura de la bancarrota y la desorganización económica, sino también aquellos que rememoran las grandes irrupciones combativas de los trabajadores y el pueblo argentino.
Descomposición política
El hundimiento nacional -y la incapacidad de las fuerzas que gobernaron la Argentina para ponerle fin a ese derrotero- es lo que explica el proceso de disgregación de todos los partidos y coaliciones políticas tradicionales. El renunciamiento de los tres últimos presidentes de la Argentina a una nueva candidatura presidencial en las próximas elecciones es una expresión muy clara de ese proceso.
Junto a la disgregación se profundiza la descomposición de los partidos tradicionales. Todos ellos, entrelazados con distintos sectores del empresariado nacional e internacional, se encuentran involucrados en numerosos casos de corruptela y en el direccionamiento de la obra pública. Sin embargo, la perla que pinta de cuerpo entero la descomposición de los partidos del sistema y del Estado capitalista es su imbricación con el crimen organizado en general y con el narco en particular, lo que ha recrudecido la crisis de inseguridad ciudadana.
Un plan de guerra contra los trabajadores
El programa económico que levanta la clase capitalista, a través de sus representantes del peronismo y la derecha, mantiene incólume la dependencia y el sometimiento del país al FMI. Junto con ello, el empresariado y sus políticos pretenden lanzar un plan de guerra contra los trabajadores, destruyendo las condiciones laborales, previsionales e impositivas.
Bullrich y Milei, por su parte, pretenden realizar una reforma laboral destruyendo la legislación vigente. Larreta, busca el mismo objetivo pero con la colaboración del peronismo, como lo logró Macri bajo su gobierno. Massa y la dirección de la CGT quieren avanzar con las reformas gremio por gremio destruyendo los convenios colectivos de trabajo.
La degradación social que está sufriendo el pueblo argentino y la magnitud del plan de guerra que se pergeña contra la clase obrera ha instalado, entre la clase capitalista y sus políticos, el temor a una rebelión popular. Es lo que ya se puso de manifiesto en Jujuy. Por eso, todos coinciden en instaurar un régimen de terror y represión contra el pueblo.
Por un gobierno de la izquierda y los trabajadores
Una salida a la crisis sistémica argentina plantea transformaciones de fondo. No se trata de transformar a la izquierda en la versión consecuente de un nacionalismo capitalista impotente y timorato, como lo plantea Juan Grabois, sino de explotar ese fracaso para proclamar la superioridad histórica y práctica del programa obrero y socialista.
Las transformaciones que hacen falta, necesariamente colisionan con los intereses del capital financiero internacional y los grandes grupos capitalistas locales. Para ese choque, hace falta una izquierda con una fuerte implantación obrera y popular, una fuerza política y social capaz de enfrentar a los dueños del poder.
El programa de gobierno de la lista “Unidad de Luchadores y la Izquierda” del Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad, que aquí presentamos, combina las tareas urgentes que necesita nuestro pueblo con una planificación económica, superando la anarquía capitalista reinante. La planificación, es una cualidad que solo un gobierno de los trabajadores y socialista puede poner en marcha.
MEDIDAS URGENTES
Recomposición general de salario y jubilaciones
El deterioro sostenido que han sufrido los salarios y las jubilaciones en los últimos 7 años ha tornado insostenible la situación de las masas trabajadoras. El gobierno de la izquierda y los trabajadores decretará, en el curso de las primeras 24 horas de gobierno, la recomposición general de salarios y jubilaciones. Junto con ello le otorgará poder de policía de trabajo a las comisiones internas y cuerpos de delegados de cada establecimiento y lugares de trabajo, para que velen por el cumplimiento de la nueva normativa, y convocará a la elección de representantes de trabajadores allí donde no existan.
Contra lo que afirman los voceros políticos y económicos de las fuerzas tradicionales, el aumento de salarios no conlleva una mayor emisión monetaria. En el sector privado, el aumento salarial se logra reduciendo la tasa de beneficio de los capitalistas. En el sector público, reduciendo los subsidios y las exenciones impositivas a los grupos empresariales. El aumento de las jubilaciones puede lograrse mediante la restitución de las contribuciones patronales al Anses y el blanqueo de los trabajadores que se encuentran en la informalidad.
Una mejora sustancial del poder adquisitivo de la clase trabajadora dejará en claro, desde el inicio, el contenido de clase específico del nuevo gobierno. Asimismo, redundará en una moralización general de las masas explotadas, condición fundamental para avanzar en todas las transformaciones necesarias para sacar a la Argentina de la miseria, el atraso y el sometimiento.
Medidas:
Aumento de emergencia de salarios, para colocarlos por encima del costo de la canasta familiar (hoy en $350 mil), y su indexación mensual automática por inflación.
82% móvil para los jubilados, restitución de las contribuciones patronales y control del Anses por parte de trabajadores activos y pasivos electos y revocables.
Defensa, generación y condiciones de trabajo
Es necesario blindar a los trabajadores contra las extorsiones patronales. Por eso, junto al aumento de salarios y jubilaciones el gobierno de la izquierda y los trabajadores decretará la prohibición de despidos y suspensiones, y promoverá la ocupación y puesta en funcionamiento, por parte de sus trabajadores, de toda empresa que cierre o despida.
Otra de las medidas urgentes es el establecimiento de un seguro universal al desocupado, equivalente a la canasta básica, para sacar a los trabajadores desocupados de la indigencia y la pobreza. La recomposición de los ingresos de los trabajadores sienta las bases para poder proceder a una reducción y reparto general de las horas de trabajo, sin rebajar el salario, para generar empleos de calidad.
Contra la propaganda de las patronales y los partidos tradicionales, en favor de una reforma laboral, el gobierno de la izquierda y los trabajadores establecerá la defensa de los convenios colectivos de trabajo, el fin de la informalidad y la tercerización laboral, la efectivización y el pase a planta permanente de todos los trabajadores precarizados del sector público y privado.
Medidas:
Prohibición de despidos y suspensiones. Estatización bajo control obrero de toda empresa que cierre o despida.
Seguro universal al desocupado, equivalente a la canasta básica. Reducción y reparto de las horas de trabajo sin rebajar el salario.
Defensa de los convenios colectivos de trabajo, fin de la informalidad y la tercerización laboral. Pase a planta permanente encuadrados en el mejor convenio del establecimiento.
PLAN ECONÓMICO
Ruptura con el FMI y repudio de la deuda
La tutela del Fondo Monetario Internacional no solo apunta a expoliar los recursos financieros y naturales del país, sino también a alinear a la Argentina detrás de los intereses del imperialismo nortemaericano, en un escenario internacional signado por los crecientes choques y conflictos comerciales, monetarios y bélicos. Sin una ruptura con el FMI, Argentina no tiene posibilidades de ponerse en pie y desenvolverse como un país soberano.
Junto a la ruptura con el FMI, el gobierno de la izquierda y los trabajadores terminará con el saqueo capitalista de la Argentina, repudiando el pago de la deuda externa, nacionalizando el sistema bancario y el comercio exterior. Argentina ha pagado en numerosas ocasiones su deuda externa, es víctima del anatocismo: el cobro de intereses sobre los intereses en mora. La deuda externa se ha revelado como un método eficaz de expoliación de la riqueza nacional por parte de los capitalistas extranjeros y nacionales. El repudio de la deuda es una condición sine qua non para poner fin al saqueo nacional.
Solo a través de una banca estatal única y el monopolio del comercio exterior, bajo control de los trabajadores, se puede poner fin a la sistemática fuga de capitales, que ha dado lugar a la llamada “formación de activos externos” por el orden de los 400 mil millones de dólares. La fuga se ejecuta a través de la especulación financiera, la sobrefacturación de importaciones y la subfacturación de exportaciones. La nacionalización de los puertos y el control de la Hidrovía son cruciales para un verdadero monopolio del comercio exterior. Concentrar el ahorro nacional, para destinarlo a un plan de obras públicas y a la industrialización del país, es la clave de una planificación económica, la que solo se puede concertar bajo la dirección de los trabajadores.
Medidas:
Ruptura con el Fondo Monetario Internacional y repudio de la deuda externa.
Nacionalización de todo el comercio exterior, estableciendo un monopolio bajo control de los trabajadores.
Nacionalización del sistema bancario, estableciendo una banca estatal única bajo control de los trabajadores.
Nacionalización de la Hidrovía y los puertos privados.
Plan monetario e impositivo
El vaciamiento financiero está en la base del proceso inflacionario, ya que la emisión monetaria se ejecuta sin respaldo en moneda fuerte. Por eso, las medidas arriba descriptas -repudio de la deuda externa, nacionalización de la banca y el comercio exterior- son el punto de partida para poner fin a uno de los causantes fundamentales del proceso inflacionario que sufre la Argentina. Esta orientación, se opone por el vértice a los planteos de dolarización de la economía, a la política antiinflacionaria basada en el “enfriamiento de la economía” -es decir en un política recesiva- o en la privatización y entrega de los recursos estratégicos del país.
Asimismo, esas medidas, serían un factor decisivo para la recuperación de una moneda nacional que cumpla íntegramente con sus funciones como tal. Contar con una moneda nacional fuerte resulta un instrumento esencial para poder proceder a una planificación económica. Contra lo que sostienen los capitalistas y sus políticos, la Argentina cuenta con un régimen impositivo completamente regresivo. Es decir, los gravámenes recaen sobre los trabajadores y consumidos, no sobre los capitalistas y las grandes fortunas. De lo que se trata es de proceder en el sentido contrario: desgravar a los trabajadores y gravar a los capitalistas.
Medidas:
Eliminación del IVA, de todos los impuestos al consumo y a la vivienda única.
Eliminación del impuesto a las ganancias implementado al salario.
Impuestos progresivos al gran capital.
Recuperación de los recursos estratégicos
El saqueo capitalista de la Argentina tiene una expresión muy aguda en el proceso de enajenación de los recursos estratégicos del país. El gasoducto Néstor Kirchner, por el cual se pretende viabilizar la exportación de gas, promete transformarse en una nueva fuente de saqueo nacional, con los monopolios petroleros internacionales secando las reservas hidrocarburíferas de Vaca Muerta y apropiándose de los dólares resultantes del comercio exterior. Una situación de características similares o peores se perfila con la industria del litio, que ha adquirido un carácter estratégico en la puja tecnológica internacional.
Para poner los recursos estratégicos al servicio de un desarrollo nacional y de los intereses de las mayorías trabajadoras, el gobierno de la izquierda y los trabajadores procederá a la nacionalización integral, sin indemnización y bajo control obrero, del petróleo, el gas, el litio, la gran propiedad terrateniente y los grandes pooles de siembra. La nacionalización del comercio exterior debe estar al servicio de la adquisición de tecnología que permita desarrollar una industrialización en el país de los recursos estratégicos.
Medidas:
Nacionalización integral de la industria hidrocarburífera, del litio, la gran propiedad terrateniente y los grandes pooles de siembra.
Valernos de las codiciadas materias primas producidas en el país para adquirir, en el mercado internacional, tecnología que permita desarrollar un plan de industrialización.
Plan de obras públicas
La ruptura con el FMI, el repudio de la deuda externa, la nacionalización del comercio exterior y el sistema bancario, y la recuperación de los recursos estratégicos, significa poner fin a una parte sustancial del saqueo capitalista de la Argentina. Es, por ende, la premisa para la concentración, en manos del nuevo Estado, de un gran ahorro nacional.
El gobierno de la izquierda y los trabajadores se valdrá de la concentración del ahorro nacional para dar impulso a un gran plan de obras públicas, que dé respuesta a necesidades imperiosas de la población trabajadora, como la construcción de viviendas, escuelas y hospitales. El déficit habitacional, por ejemplo, asciende a los cuatro millones. Junto con él, se disparan los precios de los alquileres, que se vuelven cada vez más prohibitivos. El ahorro nacional servirá también para la restauración de una vía férrea a escala nacional, tanto para el transporte de carga como de pasajeros. Estas iniciativas serán un factor de enorme impulso económico para el país, reactivando el mercado interno e industrias complementarias y generando millones de puestos de trabajo.
Medidas:
Asignación del suelo urbano ocioso a la vivienda popular. Plan de construcción de cuatro millones de viviendas populares. Urbanización de los barrios populares bajo control de los vecinos.
Restauración de una vía férrea nacional, destinada a la transportación de cargas y de pasajeros, en articulación con la industria metalúrgica y automotriz.
Desarrollo de una flota mercante nacional.
FIN DE LA DEPREDACIÓN AMBIENTAL
La recuperación de los recursos estratégicos abre la posibilidad de poner fin a la depredación ambiental. Esta, es una característica intrínseca al sistema capitalista, que busca aumentar la tasa de beneficio de los grandes grupos económicos acelerando el ciclo de rotación del capital o la apertura de nuevos negocios, aunque sea a costa de la destrucción del planeta. El gobierno de la izquierda y los trabajadores abrirá paso a una transición energética, evaluando el impacto ambiental de emprendimientos económicos, controlado por trabajadores y organizaciones ambientales, y defendiendo el derecho a veto de las comunidades.
Medidas:
Defensa de los humedales. Prohibición inmediata de fumigación con agrotóxicos en zonas pobladas y sobre cursos de agua, abriendo camino a una transición para terminar con su uso.
Prohibición de la megaminería, manteniendo las fuentes de trabajo en tareas de remediación a cargo de las empresas. Saneamiento de los ríos y suelos contaminados bajo supervisión de organizaciones ambientales y de vecinos.
Cese inmediato de las quemas y desmontes, recuperación de las áreas devastadas, financiado por las empresas responsables. Impulso a las energías renovables y limpias.
PLAN SANITARIO Y EDUCATIVO
Reforzamiento de la salud pública
La pandemia de Covid puso al desnudo como nunca la crisis del sistema de salud en Argentina, fuertemente golpeado por décadas de vaciamiento y privatización impulsada por todos los gobiernos. Se puso en evidencia que es imposible resguardar la salud de la población si el sistema sanitario se organiza en función de la búsqueda del lucro privado. Al igual que lo que sucede con la educación, el pacto con el FMI agravó el ajuste en salud. El gobierno de la izquierda y los trabajadores procederá a la triplicación del presupuesto y la centralización del sistema de salud bajo control de sus trabajadores. Se trata de una medida elemental para gestionar los recursos en función de criterios sanitarios y no empresariales. Asimismo, procederá a la nacionalización de los laboratorios farmacéuticos, medida fundamental para poner la producción al servicio de la salud de la población y no del lucro empresarial.
Medidas:
Triplicación del presupuesto sanitario.
Nacionalización y centralización del sistema de salud.
Nacionalización sin pago de los laboratorios farmacéuticos.
Políticas integrales para atender todo el espectro de los padecimientos mentales y en particular los “consumos problemáticos”.
Reforzamiento de la educación pública
El desfinanciamiento y la degradación de la educación pública que han impulsado todos los gobiernos ha dado un salto con el pacto del gobierno con el FMI. El presupuesto educativo ha sufrido un recorte nominal del 15% en el último año. Los planteos privatistas de Milei han sido preparados por todos los gobiernos de las últimas décadas, en tanto el desfinanciamiento educativo es la vía por la cual se alienta un proceso de privatización educativa. La crisis de la educación pública es producto de las políticas de ajuste y privatización, del avance sobre el estatuto y las conquistas de la docencia, del desguace de la escuela media, del avance sobre los institutos de formación docente y del desfinanciamiento de las universidades. El gobierno de la izquierda y los trabajadores emprenderá una cruzada contra el analfabetismo y la decadencia educativa y por la elevación cultural generalizada del pueblo argentino, triplicando el presupuesto, nacionalizando todo el sistema educativo y anulando todas las reformas y leyes heredadas de las dictaduras y los gobiernos capitalistas de las últimas décadas. Los planes educativos estarán fuertemente asociados al plan económico del nuevo Estado.
Medidas:
Triplicación del presupuesto, bajo control de docentes y estudiantes. Sistema educativo único nacional, a cargo del Estado.
Anulación de las reformas y leyes antieducativas (Ley Federal, LEN, LES). Defensa irrestricta del Estatuto del docente.
Fin de las pasantías gratuitas en la educación media. Democratización del cogobierno universitario. Expulsión de las camarillas universitarias que ofician como correa de transmisión de los intereses capitalistas al interior de las universidades.
Plan de reinserción escolar de niños y jóvenes que perdieron la regularidad en el curso de la pandemia.
DERECHOS DE LA MUJER TRABAJADORA
Principio del fin de la opresión sobre la mujer
Solo un gobierno de la izquierda y la clase trabajadora puede conquistar la igualdad de derechos para las mujeres, iniciando el proceso histórico que le pondrá fin a las relaciones de explotación capitalista, que son el edificio social donde se monta la cultura patriarcal y machista. El actual gobierno, en alianza con sectores clericales y condicionado por el ajuste fondomonetarista, ha estado de espaldas a las demandas de las mujeres y diversidades. El Ministerio de las Mujeres y Diversidades ha concluido en una farsa, pues lo que progresa es la tentativa de las iglesias, junto a los sectores reaccionarios de todos los bloques patronales, de avasallar las conquistas logradas por la lucha de las mujeres en los últimos años.
El gobierno de la izquierda y la clase trabajadora establecerá el principio de “a igual trabajo, igual salario”, superando definitivamente la discriminación y superexplotación que sufren las mujeres trabajadoras. Impulsará la socialización de las tareas domésticas, para liberar a las mujeres de la esclavitud hogareña. Defenderá el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, y su implementación efectiva en cada provincia y municipio del país. Establecerá la educación sexual integral, laica, científica y respetuosa de las diversidades en cada establecimiento escolar, con programas debatidos y resueltos por las organizaciones de mujeres, centros de estudiantes y organizaciones populares. Contra la violencia hacia la mujer, el gobierno de la izquierda y la clase trabajadora garantizará la asistencia en materia de vivienda, trabajo y salud física y psicológica para las mujeres violentadas. Impulsará la lucha mancomunada de las mujeres y los hombres de la clase obrera contra todo tipo de opresión.
Medidas:
Implementación del principio “a igual trabajo, igual salario”. Socialización de las tareas domésticas.
Implementación efectiva de la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Implementación de la educación sexual integral, laica, científica y respetuosa de las diversidades en cada establecimiento escolar.
Asistencia en materia de vivienda, trabajo y salud física y psicológica para las mujeres violentadas
ORGANIZACIÓN DEL NUEVO ESTADO
Características generales del Estado obrero
El Estado no es más que el representante general de los intereses de la clase social que detenta el poder económico y político de un país. En la actualidad, el Estado argentino es el más fiel representante y defensor de la clase capitalista. El ascenso de la izquierda y los trabajadores al poder -que se concretizará a través de una acción histórica independiente de las masas obreras y populares- planteará la puesta en pie de un nuevo tipo de Estado, estructurado en base a la democracia obrera.
El gobierno del nuevo Estado estará a cargo de representantes de las organizaciones obreras y populares, con cargos electos y revocables, que cobrarán lo mismo que un trabajador calificado. Su forma concreta será precisada por intermedio de un congreso de delegados o representantes, electos y revocables, de todas las organizaciones obreras del sector público y privado, de trabajadores ocupados y desocupados.
El gobierno de la izquierda y los trabajadores procederá al desmantelamiento de las fuerzas represivas y la constitución de una nueva fuerza de seguridad, reclutada y formada por las organizaciones obreras y de DDHH. Creará una Comisión Investigadora Independiente para abordar todas las denuncias de corruptela del funcionariado político y sus vínculos con la clase capitalista. La comisión contará con plenos poderes para acceder a todo tipo de archivos, documentos y pruebas. El gobierno de la izquierda y los trabajadores establecerá la revocabilidad y elección popular de jueces y fiscales. Se establecerá la separación de la Iglesia del Estado, confiscando todos los bienes y terminando con todos los beneficios económicos que han sido históricamente otorgados a las iglesias de distinta índole. Se pondrá fin a la influencia de la Iglesia en el Estado, especialmente en el terreno de la salud, la educación y la asistencia social.
Medidas:
Gobierno a cargo de representantes de las organizaciones obreras y populares, con cargos electos y revocables, que cobrarán lo mismo que un trabajador calificado.
Desmantelamiento de las fuerzas represivas. Constitución de una nueva fuerza de seguridad, reclutada y formada por las organizaciones obreras y de DDHH.
Constitución de una Comisión Investigadora Independiente para abordar todas las denuncias de corruptela del funcionariado político y sus vínculos con la clase capitalista. Con plenos poderes para acceder a todo tipo de archivos, documentos y pruebas.
Elección por voto popular de jueces y fiscales.
Separación de la Iglesia del Estado.
Libertad a los presos por luchar, cierre de todas las causas contra luchadores populares.
Fin del narco-Estado y la inseguridad
El crecimiento de la inseguridad tiene, en su base, el desarrollo del crimen organizado, amparado desde el Estado, y la degradación y descomposición social. De la mano de todos los gobiernos ha progresado la imbricación del narcotráfico con el Estado. Todas las fuerzas políticas capitalistas cuentan con financiamiento narco de sus campañas electorales. El Estado y los políticos capitalistas protegen a los bancos y casinos, donde se lava el dinero sucio proveniente del crimen organizado, y mantienen privatizado el puerto de Rosario, por donde sale la droga del país. El crimen organizado se asocia a la degradación generalizada de las condiciones de vida de las masas.
Ante la inseguridad, el peronismo viene haciendo propio el discurso de la derecha, que apunta a reforzar la presencia de las fuerzas represivas, promover la “justicia por mano propia” y reforzar el punitivismo. Pero el punitivismo no ha dado resultados positivos. La aprobación de las llamadas “leyes Blumberg” y las reformas del código procesal penal -que aumentaron las penas y prohibieron las salidas anticipadas de prisión- no redundaron en una caída de la criminalidad. Por el contrario, la inseguridad crece bajo el amparo del Estado, a través del crimen organizado.
Por eso, las “medidas urgentes” y el “plan económico” plasmados en este programa -que plantean el aumento de salarios, la creación de puestos de trabajo y la nacionalización de los bancos, casinos y puertos privados- son medidas fundamentales para desmantelar el narco-Estado. En definitiva, la puesta en pie de un nuevo Estado, propio de los trabajadores, es la única vía para poner fin al crecimiento de la inseguridad.
Medidas:
Construcción de centros de atención de consumos problemáticos en cada barrio.
Impulso de programas culturales y deportivos en todos los barrios, para apartar a la juventud del flagelo de las drogas.
RELACIONES INTERNACIONALES
El gobierno de la izquierda y los trabajadores establecerá sus relaciones internacionales en base a la defensa del nuevo Estado, representante general de los intereses del pueblo trabajador argentino. Propiciará iguales derechos sociales y políticos para los trabajadores migrantes que habitan nuestro país. El principal aliado del nuevo Estado serán los trabajadores y pueblos del mundo. Proclamará, abiertamente, su rechazo a la guerra imperialista y a la injerencia de las potencias extranjeras en los asuntos internos, sean económicos o políticos, de nuestro país como de cualquier otro país del mundo. Desde esa comprensión, reafirmará su rechazo a la ocupación de las Islas Malvinas por parte del imperialismo británico y la OTAN, a la Base Espacial China instalada en Neuquén y la injerencia norteamericana en los asuntos argentinos y latinoamericanos. A diferencia del Mercosur, que ha servido para cobijar los intereses de las grandes monopolios internacionales y de las burguesías nacionales, priorizaremos la unidad socialista de América Latina, a través de una Federación de Repúblicas obreras y campesinas de América Latina.