“El gobierno privatiza la gestión de la deuda y cae en ‘defol’ político”


Jorge Altamira, dirigente del Partido Obrero y del Frente de Izquierda, aseguró que “el gobierno cayó en ‘defol’ político, porque luego de una política “pago serial”, ha terminado en cesación de pagos. El pago u$s 190 mil millones a bancos y fondos internacionales ha quebrado financieramente al Banco Central, comprometido la sustentabilidad de la Anses y desatado una inflación imparable”. “Después de haber indemnizado en forma indebida al Club de París, a Repsol y los fondos que litigan en el Ciadi, el gobierno ve cerrados los mercados internacionales que pretendía abrir con ese despilfarro”. El broche final, añadió Altamira, lo constituye la entrega de la negociación de la deuda a un grupo de bancos locales y extranjeros, en una escandalosa privatización de la gestión política”.


 


“La intervención de Adeba en la negociación con los buitres pone de manifiesto que gran parte de la deuda externa se encuentra en las arcas de la burguesía argentina; la deuda no la paga Argentina sino solamente los trabajadores de Argentina”. Para Altamira, la propuesta de este grupo de bancos implica la utilización del dinero de los ahorristas locales y la asunción de una hipoteca en divisas por parte del Banco Central. 


 


“El fallo de Griesa a favor de los fondos buitres no es más que el incidente final de una deuda externa que es completamente impagable. La deuda pública ha superado los u$s 250 mil millones y crece a razón de 15.000 millones cada año. A esta situación de insolvencia se añade una crisis de liquidez, porque los vencimientos hasta diciembre del 2015 representan importes mayores que las reservas netas del Banco Central.” 


 


“Luego de medio siglo de asfixia provocada por la deuda externa, es claro que el sistema de la deuda externa significa una confiscación sistémica del ahorro nacional. La única salida que evite un mayor ajuste y miseria y favorezca un desarrollo de las fuerzas productivas, es el repudio de la deuda usuraria. Junto a esto, la nacionalización de la banca y del comercio exterior -bajo control de los trabajadores- y la apertura de las cuentas del gran capital, permitirá renacionalizar el ahorro interno para ponerlo al servicio de un sistema de planificación de prioridades nacionales, orientado políticamente por un gobierno de trabajadores”.

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